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Cap. 70

-Por otra parte, en esa misma jornada del día anterior, pero en la ciudad estaba el maestre en su rutina normal, llevando y trayendo las tareas de los niños tanto hechas como sin hacer, copiando las letras de cada uno lo mejor posible para no levantar sospechas del director, entre tanto, durante la jornada de clases los niños estaban escuchando las clases de la señorita Soledad pero cierto trío estaba al pendiente de los gemelos que estaban anotando mucho de lo que explicaba la maestra, así que no quedaba de otra que susurrar entre ellos algunas cosas.-

Miguel: chicos, no sé ustedes, pero creo que es mejor hablar con ellos para intentar ser amigos.

-Los otros dos solo se extrañaron.-

Mili: no estoy segura Migue, tal vez no nos quieran tener cerca o no quieran ser nuestros amigos.

Rafa: también lo creo, no se ve que quieran ser nuestros amigos.

-Murmuraban mientras que Telmo y Perla estaban en sus lugares sin prestar atención a sus alrededores.-

Miguel: pero no lo intentamos del todo, ¿y si en realidad si quieren?

Srta. Soledad: Miguel ¿hay algo que quieras compartir en la clase?

-El mencionado abrió los ojos de la sorpresa gracias al miedo que le causó dicha sorpresa de parte de la maestra, una gota resbalaba sobre su cabeza hasta la nuca, mostró una sonrisa forzada dejando sus manos hacia su espalda, sus mejillas algo rojas y encorvado un poco hacia adelante.-

Miguel: jeje, eeh no señorita Soledad, solo saber si hay otra forma de solucionar el problema.

Srta. Soledad: oh, claro que sí. Verán...

-Cuando volvió a darse la vuelta los niños volvieron a susurrar entre ellos.-

Miguel: pero intentémoslo de nuevo, a lo mejor no dimos lo suficiente para que les agrademos.

-Los dos niños se miraron a los ojos y se acortaron de hombros para seguir con la lección de clases mientras que el chico de anteojos suspiro tomando su asiento de nuevo antes de volver a escribir en su hoja para lo cual estaba anotando la clase de la maestra antes de que la campana de receso sonase en anuncio de que estaban libres de esa zona, aunque los dos gemelos fueron los únicos que salieron caminando por el pasillo hasta que llegaron a la cancha para sentarse en uno de los banquillos como siempre suelen hacer desde que llegaron al colegio, mientras que el trío de nueva cuenta se les acercó pero esta vez teniendo al chico de lentes como guía.-

Miguel: h-hola, jejej eemmm s-sé que empezamos con el pie derecho.

-Los gemelos no dijeron nada, y solo miraron.-

Miguel: y-y me disculpo por lo de ese día, no estábamos del todo en nuestra suerte, y quisiera mis amigos y yo saber si ustedes quisieran intentarlo de nuevo, iniciar desde cero.

-Con una sonrisa mientras que el par de mencionados se asomaban saludando a los gemelos, sin embargo, como era de ver los gemelos no dijeron nada y solo tomaron sus loncheras casi al mismo tiempo.-

Regina: ¿es todo lo que tienes para decir?

-Esas palabras le cayeron como un balde de agua al trío que solamente cayó de palabras unos minutos.-

Rogelio: si solo vinieron a hablar mejor váyanse, no queremos perder el tiempo.

Miguel: e-eh ¿n-no! ¿Para nada! E-estem...

Mili: nosotros podemos darles un paseo por la escuela de pies a cabeza.

Rafa: hay muchas zonas que no han visto todavía, y seria buena oportunidad para ustedes.

Regina: no gracias, estamos en desayuno.

Rogelio: además llegaron tarde, esos dos ya nos dieron la oferta.

Miguel: ¿c-cómo?

Regina: intenten ser más originales la próxima vez.

-La frialdad de los dos les daba algo de miedo, más al voltear y ver a Telmo y a Perla a lo lejos supusieron que eso no quedaría con las manos en los bolsillos, así que los tres comenzaron a improvisar.-

Miguel: y-ya veo, pe-pero aun hay sitios importantes que seguramente no han visto aún de la ciudad.

Mili: s-si, como... Eemm... Por ejemplo.... Eehh...

Rafa: ¡oh! El campo de Novanok.

Miguel: ¡sí! Es un enorme campo para los mejores jugadores de Novanok.

-Los gemelos comiendo sus comidas solo les escuchaban sin dares la mirada.-

Rafa: si quieren, después de clases podemos llevarlos al campo donde será el siguiente duelo de Novanok.

-Los dos miraron de reojo al muchacho de cabellos azules unos minutos antes de acortarse de hombros levemente.-

Rogelio: bien, esperemos así sea.

-Viendo como una ventana de posibilidades iban sonriendo ampliadamente.-

Rafa: ¡bien! Entonces, después de clases les mostraremos el campo de novanok.

Mili: les va a encantar muchísimo.

-Entre tanto los dos "rivales" a lo lejos estaban murmurando.-

Perla: bien, si van a llevarlos después de clases es bastante ridículo

Telmo: supongo que sí, no es que sea tan llamativo.

Perla: esperen a que terminen de salir del campo, luego verán nuestra buena compañía al final del día.

Telmo: siento que eso no terminará del todo bien para ellos.

Perla: descuida, no pasará nada malo.

-El moreno no estaba del todo convencido por sus palabras, así mismo, es que siguieron viendo al trío tratando de charlar con los gemelos.-

Miguel: bien, entonces si no hay más por hacer, podemos jugar un poco de novanok ¿qué dicen?

Regina: ¿tú y quién más?

Miguel: eeeh... Solo Rafa, Serio y Paco son los que juegan novanok.

Regina: ¿tú no?

-Señaló con el dedo a la muchacha quien se confundió un poco.-

Mili: e-eh no, yo no juego.

Rogelio: ¿Por qué?

Mili: eemm... N-no es que sea un deporte para chicas... Jejej...

Regina: ¿por qué?

Mili: eemmm... Pues... Eeh...

Regina: si solo juegan varones no será justo...

Miguel: o-oigan no es para tanto, podemos jugar todos.

Rogelio: el Novanok y los deportes deben ser para todos en el mismo ámbito, mismas reglas, incluso mismos movimientos.

-Ninguno de los tres sabía qué decir, era cierto que algunas reglas estaban pautadas para una clase en específico, pero cuando se trataba de cierto deporte había cierta preferencia de género para los torneos, por lo tanto, era muy poco común que féminas estuvieran jugando este deporte, no era restringible por derecho moral igualitario según la ley, aunque algunos tuviesen sus preferencias establecidas, los padres eran los que tenían la palabra final, por lo tanto, en medio de ese silencio los gemelos se levantaron después de comer su desayuno.-

Regin: si es todo lo que tienen para dar, entonces esperamos que sepan jugar bien.

Miguel: cla-claro que sí, ya verán que podemos jugar tan bien como ustedes.

Rogelio: no está más, ven, hermana. Quiero guardar esto.

Regina: tu no me mandas tarado, pero igual vamos.

-Los dos pasaron de largo al trío, así que mientras les observaban un poco perplejos esperaban que todo pasara con calma y no tuvieran algún problema.-

Mili: ¿ahora qué hacemos? Rafa es el único que sabe cómo jugar.

Miguel: y mis piernas no son tan fuertes.

Rafa: descuiden chicos, estoy seguro que todo pasará a mejor, les voy a enseñar a jugar a Novanok.

Mili: ¿de verdad lo harías?

Rafa: claro, no tengo ningún inconveniente.

Miguel: entonces vamos a donde nos puedas entrenar un poco antes de que regresen.

Rafa: de acuerdo, ven síganme.

-Girando su silla de ruedas hacia uno de los costados para llevar a los dos niños a un lado de la cancha donde se juega dicho deporte.-

Rafa: verán, lo primero que hay que hacer, es insertar la pelota en el aro cuántas veces sea posible, puedes usar los pies o las caderas, si vas a usar las manos será para recepción o cuando vas a hacer un pase con un compañero.

-A pesar de estar en silla de ruedas, podía moverse con ésta como si fuese tan ligera posible.-

Rafa: el punto es, que mientras más alto lleves la pelota al aro, más puntos ganarás.

-Les lanzó suavemente la pelota para que el de anteojos pudiera tomarla un poco nervioso.-

Rafa: ahora intenta pasarme la pelota en una patada.

Miguel: e-eh, claro.

-Miró la pelota entre sus manos, medio cerró su mirada para enfocarse en el movimiento, así que elevó la esfera un poco mientras que echaba para atrás su pie, luego solto la pelota para mover su pierna contra la esfera para patearla, aunque al momento de hacerlo no fue más allá de unos cuantos milímetros delante suyo, con la posición de pateo en el cual solo quedó con los ojos en platillo a la vez que una gota caía desde su cabeza.-

Miguel: eehhh...

Rafa: bien, ahora te toca Mili.

-La chica se puso un poco nerviosa por eso.-

Mili: eeeh creo que mejor no.

Rafa: intentalo, te saldrá súper bien.

Miguel: si no lo hacemos, nos ganarán y no podremos hablarles mucho en el campo de Novanok.

Mili: eehh...

Rafa: de hecho, además, esto puede ser de gran ayuda para ustedes cuando volvamos a ver a nuestros amigos.

Mili: mmn...

Miguel: ¿no crees que a Azula y Pilar les encantará jugar un poco con nosotros? Les daremos una gran sorpresa.

Mili: está bien, está bien, lo intentare.

-Fue a tomar la esfera entre sus manos y mirándola fijamente.-

Rafa: para ser mejor, intenta pasarla a Miguel con los pies la pelota.

Mili: claro.

Regina: ¿listos para empezar?

-Sin embargo, cuando estaba por hacerlo, los gemelos aparecieron dispuestos a ver lo disponibles que estarían para jugar con ellos.-

Regina: es mejor que no decidan retroceder.

Miguel: no, no, estamos preparados para empezar.

Mili: eehh...

Rogelio: somo dos, para que sea justo, uno de ustedes deberá de ser el árbitro.

Mili: oh que bien, quisie-/Rafa: seré su árbitro, será nuestro primer partido, así que es normal que haya fallas durante el partido.

Regina: en todo caso, empecemos de una.

-Los dos muchachos sin tener opción alguna, se acortaron de hombros para ir a la cancha en espera de que el peliazul dijera las pautas para realizar el juego.-

Rafa: muy bien, es simple, el primer equipo que anote más antes de que acabe el tiempo, gana.

-Los dos dúos estaban en silencio mientras escuchaban al otro.-

Rafa: el primer y segundo tiempo contarán con 20 minutos, el descanso será de 5 y nada de golpes bajos ni empujones unos a otros.

-Elevó su mano en señal de que pudieran esperar para la señal definitiva de inicio.-

Rafa: si no tienen nada que objetar, empezamos en 5, 4, 3, 2, 1.

-Elevó la pelota al medio de los dos grupos de dúos en señal de que era momento de iniciar.-

Rafa: ¡comiencen!

Miguel: ¡la tengo, la teng-¡, ¿huh?

-En tan poco tiempo que la pelota iba bajando en medio de ellos los gemelos empezaron a tomar la pelota, el varón tomó entre sus manos la esfera mientras que la hembra estaba esperando detrás de él, los otros dos con una gota en la cien intentaban mirar los pasos de los gemelos en el momento, cada uno se turnaba en los movimientos para dirigir la esférica hacia su destino, el otro dúo, del chico de lentes como la chica amigable, intentaban en todos esos minutos enviar la pelota al aro para sacar la mayor parte de puntos, en el receso, el peliazul les enseñaba disimuladamente los movimientos a realizar antes de que el último tiempo llegase, pero no cambiaba mucho con el primero, pues el dúo comenzó a tener más confianza en ellos mismos para ir directo contra los excelsos gemelos quienes parecían ser realmente buenos en el deporte, al final la diferencia de puntuación era de 20 para el dúo tranquilo contra 60 de los gemelos.-

-Cansados por el partido, vieron como los mencionados se acercaban al par dejándoles la esférica a sus pies mientras les plantaban una mirada fija.-

Regina: nada mal, pero deberían de jugar más.

-Comentó sin dejar de verles.-

Rogelio: esperábamos más de ustedes, fue demasiado fácil este juego.

-Luego miraron al peliazul que se acercaba a ayudarlos.-

Rogelio: esperamos que no nos decepcionen también en el campo de juego.

-Dieron la media vuelta para irse de su sitio y así mismo tener que alejarse de los callados amigos después de que la campana sonara indicando el fin del receso.-

Mili: sí que son difíciles...

Miguel: pero al menos pudimos jugar con ellos, son demasiado buenos en el Novanok.

Rafa: muy buenos, al parecer tenemos algo para conversar, vengan, entremos a casa.

-Uno auno se fue acercando para que vuelvan a entrar en el aula de clases de laseñorita Soledad quien les esperaba con una sonrisa en el rostro.-

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