24 | Todo se detiene ✅
Narrado por Mikhail.
— ¡¿Qué haces aquí?! ¡¿Qué carajos haces aquí Isebel?! — Basili grita con odio puro.
La rubia sonríe y contonea sus caderas mientras se acerca lentamente hacia mi.
Toma un puñado de mi cabello y sonríe con malicia admirando cada facción de mi rostro.
— ¿Es irónico no lo creen? — ríe — los dos grandes mafiosos de Alemania han caído ante una simple mujer...
— ¡¿Por qué Isebel?! ¡¿Por qué?! — August está ido en su rabia — el choque, el auto en llamas, tú... — delira.
Isebel lo mira y se rompe en carcajadas.
— No morí idiota, todo fue una emboscada en dónde los reyes de la mafia cayeron como idiotas. Bajoneados por mi no puedo creerlo...
Sonrío de lado ante su comentario.
— ¿Por ti? pero que idiota — me burlo — si hay algo que odio son las personas que se esconden bajo los demás, tú no hiciste nada, hicieron todo por ti.
Su mirada arde en ira y sin poder contenerse estrella la palma de su mano contra mi mejilla.
— ¡No estás en posición de decir nada cabrón! — levanta la voz molesta.
Sonrio de lado.
— Yo digo lo que se me de la regalada gana.
Aprieta la quijada sin control.
— Tus palabras no van a afectarme en nada. El gran Mikhail Ackermann vencido por una una mujer esto será una buena noticia para todos. El rey de la mafia al fin es derrotado.
— Yo jamás seré derrotado y menos por una tonta y hueca mujer como tú. — aprieta los puños.
Hace una señal con la mano derecha e inmediatamente dos de sus hombres se acercan hacia mi. Me ponen en pie y sin esperar más comienzan a golpearme.
Nathan trata de moverse pero batalla con si mismo para no hacerlo.
— ¡Suficiente! — Isebel da la orden.
Entonces los golpes paran. Hago muecas de dolor mientras escupo la sangre acumulada en mi boca.
— ¡Tomame enserio Mikhail! porque estas viendo a la futura reina de la mafia. — me mira con superioridad.
— ¿Así que todo esto lo hiciste por eso? ¿Por poder? — Basili la mira totalmente destruido.
— Lo siento mi amor pero no estoy dispuesta a compartir nada...
— ¡Pero yo si estaba dispuesto a compartir todo por ti! — grita.
Ella sonríe de lado.
— Tú fuiste el más fácil de todos August, jugar contigo fue de los más fácil y divertido. ¿Enserio creiste que te amaba? ¿Enserio lo creiste? ¡Pero que estúpido! — vuelve a estallar en carcajadas.
— ¡Eres una perra! — August trata de acercarse a ella pero al instante los mismos hombres que me sujetan se encargan de detenerlo está vez a él.
Isebel lo mira con burla y de su bolso saca su móvil. Marca con total seriedad hasta que finalmente contestan su llamada.
— Tus queridos invitados te esperan aquí... ¿Mikhail? tuve que darle una lección... ¡No me digas que hacer! — grita eufórica — Ellos te escoltaran hasta aquí...
Sin más corta y nos mira con emoción.
— Alguien está muy feliz de verte Mikhail. Viene de muy lejos solo por ti...
Vuelvo a escupir la mezcla de sangre y saliva para luego reír forzadamente.
— ¿Podrías decirle a ese alguien que estoy indispuesto? — me burlo.
Ella por el contrario sonríe de lado.
— Rie por ahora porque no sabes lo que te espera...
No le respondo, me quedo en completo silencio tratando de recuperar la respiración.
El crujido de una puerta se hace escuchar en el total silencio, la rubia vuelve a sonreír y me mira con cinismo.
— Y ya llegó... ¡Sujetenlo! — ordena a sus hombres.
Estos lanzan el cuerpo de Basili a un lado y se apresuran a sujetarme de ambos brazos para luego ponerme firme. Hago una mueca de dolor y esta vez mi mirada se pone totalmente seria.
Isebel se hace a un lado y es entonces que por la puerta entran dos hombres más. Estos se ponen en posición para luego dar paso a una silueta más pequeña.
Esto debe de ser una puta broma.
Una sonrisa se forma en sus labios, el largo de su cabello ha sido cambiado por una melena. Su elegancia ha desaparecido, su rostro demacrado ha reemplazado la belleza que una vez tuvo.
— Hola Mikhail... — pronuncia cada palabra con lentitud.
Frunzo mi ceño.
— ¿Qué carajos haces tú aquí Charlotte? — mi voz suena llena de ira.
Ella sonríe y se acerca a mi.
— Al menos me reconoces, mi aspecto ha cambiado como ya lo notas. Verás, esto pasa cuando te condenan al destierro y te quitan todas tus riquezas... Todo tu esfuerzo...
— ¿Qué mierdas haces con está loca? — me dirijo a la rubia.
Ella se cruza de brazos y sonríe.
— Esa loca Mikhail es mi prima...
Maldita sea...
— Exacto, mi prima Mikhail, igual que Nathan con la única diferencia de que ella no me va traicionar claro... — Charlotte mira a Nathan y sonríe con burla.
La miro con odio, esta tipa está más loca de lo que creí. Toma un puñado de mi cabello y me acerca hacia ella.
— Te dije que esto no se quedaría así Mikhail, voy a cobrar mi maldita venganza, ¿Qué se siente Mikhail? nuevamente estás bajo mi poder, tu vida depende de un pequeño hilo que pienso romper pronto...
— Te lo dije una vez y te lo vuelvo a decir maldita loca. Tú jamás, que se te quede claro de una puta vez, jamás vas a ganarme...
Me observa con odio.
— Voy a acabar contigo y después de que lo haga iré por tu jodida esposa y a ella también voy a matarla. Voy a destruir tu vida tal y como tú hiciste con la mía...
Ella jamás va a tocar a Calipso.
— Por tu propio bien, con mi esposa no te metas perra. — escupo con odio.
— Tranquilo Mikhail, por ahora mi único objetivo eres tú, ahora voy a acabar contigo y tomaré el lugar que me merezco, ¡Sujetenlo!
Ambos hombres me ponen firme nuevamente.
— Veamos cuanto aguanta el rey de la mafia...
Sin más, mete la mano en su bolsillo y saca una pequeña navaja. Mi mirada permanece seria, el filo de su arma me apunta y cada vez se acerca aún más.
— ¡Dilo Mikhail! ¡Ahora di quien es la reina de la mafia! — grita eufórica.
Sonrío de lado.
— Pudrete. — es lo único que digo.
Su mirada se pierde y con enojo hace una cortada en mi brazo. Hago una mueca de dolor al sentir como mi piel es cortada.
— ¡Estas loca! ¡Este no era el trato! — Nathan trata de acercarse pero rápidamente los otros dos hombres que se hayaban en la puerta lo sujetan — ¡Isebel este no era el trato! ¡Como se te ocurra hacerle algo yo...
— ¿Tú qué? — dice Charlotte con burla. Se le acerca y está vez es él quién se ve amenazado por el filo del arma — ¿Tú qué guapo? tú no harás nada, Isebel creo que ya no necesitaremos los servicios de tu querido amigo...
— Por mi está bien... — la rubia muestra una linea dental bastante cínica.
Charlotte mira a sus hombres y les hace una señal con la quijada. Estos se lo llevan.
Trato de moverme pero se me es imposible, los golpes me detienen, el dolor es insoportable. Nathan trata de defenderse soltarse pero no puede con la fuerza de ambos.
— ¡No te atrevas a tocarlo Isebel! ¡Maldita perra! — los gritos de Nathan se escuchan por todo el pasillo.
Escucho sus gritos y maldiciones de ira, poco a poco se van alejando.
— Como se te ocurra tocarle voy a matarte... — susurro preso de mi dolor — lo haré...
La habitación se llena de las risas de ambas. Mi cuerpo se ve retenido con más fuerza.
Miro a Charlotte con rabia, ella sin embargo, se recarga en la pared y analiza el filo de su material.
— Ahora voy a cobrar mi venganza, con ustedes dos fuera de juego yo voy a llevar el mando de todo...
— Un momento, ¿De qué carajos estás hablando? el trato era que ambas...
— Oh vamos Isebel, ¿No creías enserio que te dejaría el mando a ti o si? — la castaña sonríe de lado.
Lentamente mete la mano en su bolsillo y saca un pequeño artefacto, prende el mismo y me mira con una sonrisa maliciosa. Mi cuerpo continúa retenido por aquellos dos hombres.
— ¿Cómo va todo allá arriba? — pregunta más no consigue respuesta, frunce el ceño — Dije cómo va todo allá arriba...
—Todo tranquilo... — responden del otro lado.
Su sonrisa vuelve al igual que la mía.
— ¿Tienes miedo verdad? — me mira — tienes miedo a que la historia vuelva a repetirse...
Eleva una ceja con seriedad.
— Está vez no habrá fallos y no puedo arriesgarme a que un molesto Aiden joda mis planes nuevamente...
Me carcajeo. Rápidamente los dos tipos se encargan de callarme propinandome más golpes.
— ¡Charlotte dijiste que ambas llevaríamos el mando! — se queja Isebel.
— ¡Ya basta! ¡Dije que la que lleva el mando aquí soy yo y solo yo nadie más! ¡Todos los hombres aquí trabajan para mi! ¡Este fue mi plan! ¡Ahora bien si tú decides ponerte en mi contra va a pasarte lo mismo que le pasó al primo de Mikhail! ¡Voy a dispararte en medio de las cejas querida Isebel!
La rubia se queda atónita.
— ¡Yo puedo demostrarte que soy capaz! — se defiende.
Charlotte ríe y no le da importancia, toma nuevamente aquel artefacto y vuelve a llamar.
— Quiero a dos hombres más aquí abajo de inmediato — no resive respuesta — ¡respondan joder! — grita ya molesta.
No resive alguna voz, frunce el ceño confusa.
— Ustedes dos — llama a los hombres que me sujetan — suban y vean qué rayos está pasando.
Estos me sueltan con fuerza haciendo que mi anatomía caiga bruscamente en el suelo. Inmediatamente desaparecen del lugar. En el ambiente solo quedamos Basili, Isebel, Charlotte y yo.
Lo más probable es que Nathan este muerto puesto que los otros dos hombres se lo llevaron...
— Charlotte reconsideralo, soy capaz...
— ¡No lo eres Isebel y ya callate! — la castaña pierde la paciencia.
Sin embargo el rostro de la rubia informa de que también su calma se ha ido a la basura.
— ¡Voy a demostrartelo! — toma su bolso y del mismo saca un arma.
Charlotte la mira molesta.
— ¡Baja esa puta arma Isebel!
— ¡Voy a matar a August Basili! ¿No crees que soy capaz eh? ¿Crees que soy una chica inocente y débil? ¡No lo soy y te lo voy a demostrar!
La rubia se acerca con rapidez hacia Basili, Charlotte trata de acercarse y detenerla más su miedo por el arma que lleva su prima es aún más grande.
Tengo que salvar a ese jodido hombre...
Sin pensarlo dos veces tomo su tobillo y la jalo con fuerza haciendo que esta caiga en el suelo. El disparo se oye en toda la habitación acompañada de los gritos de Isebel.
— ¡Cabrón! ¡Mi ojo por una mierda! — grita sin más poder.
La sangre se desparrama por su pálida piel y pinta su blanco vestido mientras su delgado cuerpo se retuerce de dolor en el piso.
Charlotte saca su arma y me apunta, la rubia por el contrario sujeta su rostro con una mano y con la otra toma su arma.
— ¡Voy a matarlos maldita sea! — un grito basta para que todo cambie de posición.
Mis oídos comienzan a pitar, siento como pedazos de hieso caen sobre mi, toso varías veces tratando respirar.
A mucho dolor logro ponerme en pie, mi vista cae en Basili quien del mismo modo batalla en sostener su cuerpo.
El polvo impide que pueda ver bien pero no evita que logre divisar a las dos mujeres que tosen desesperadas.
El grito de Isebel se escucha cuando un segundo estallido nos sacude, la misma toma su arma y sale huyendo de la habitación.
— ¡¿A dónde crees que vas imbécil?! — Charlotte grita molesta.
Mi atención cae en el arma que está a unos cuantos centímetros se mi y sin pensarlo dos veces la tomo y apunto la misma hacia el cuerpo de la castaña.
Me doy cuenta que está también me apunta. Sé lo que va a pasar, ella va a dispararme y yo también lo haré. Ambos vamos a caer y todo habrá terminado.
Cierro los ojos y suelto un suspiro.
Calipso... Mi bella Calipso...
Cuanto no deseo ver tu hermosa sonrisa, lo siento tanto mi amor...
Sin más, disparo. Siento la presión en mi cuerpo seguido de un dolor insoportable.
Mi vista cae en Charlotte y noto como ella sale de la habitación lentamente, noto como la sangre se desliza por su cuerpo. Eso me lo confirma, logré dispararle.
Esta vez siento como algo se desliza por mi piel, mi mano se dirige hacia mi abdomen y entonces logro ver lo que es...
Sangre...
Entonces todo se detiene, mi cuerpo cae en entre los escombros y comienzo a fundirme en un profundo sueño...
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