Narrado por Calipso.

— Hagas lo que hagas ni se te ocurra alejarte de mi...

— Bien.

— No te espongas a cualquier cosa. —el moreno advierte con seriedad.

— No lo haré.

— No pares ante nada ni ante nadie, cada hombre tiene respaldo y no va a necesitar de tu ayuda.

— Esta bien Aiden, ya lo entendí... —
respondo ya irritada.

Aiden hace que lo mire con ambas manos.

— Hablo enserio, cuando Mikhail te vea a ti querrá matarme a mi.

— No voy a ponerme en peligro Aiden y no me voy a separar de ti tenlo por seguro...

Mi vista sigue en la ventana. Estamos a las afueras de Alemania. Todo está en completa oscuridad y en completo silencio. El móvil de Aiden resuena en el auto, el moreno contesta sin esperar más.

— ¡Señor tenemos un problema!— la voz alterada de un hombre se escucha del otro lado.

Aiden frunce el ceño.

— ¿Qué rayos pasa?

— ¡Hay tres autos negros que nos están siguiendo!

Miro a Aiden confusa y él me devuelve la misma expresión.

— ¡Paren los autos, quiero a todos los hombres fuera ya!

Entonces todo se detiene, todos los autos se quedan quietos y en cuestión de segundos todos abandonan los vehículos apuntando hacia aquellos que nos siguen.

Aiden prepara su arma.

— ¿No me dirás que son tus hombres o si Hector? — pregunta con irritación.

Hector mira hacia nosotros desde el asiento delantero y muestra una sonrisa.

— Lamento decirte que no. — responde burlón.

— ¿Es qué a ti todo te da gracia?

— Y a ti todo te da como una patada en el culo y yo no digo nada. — se burla de Aiden.

El moreno no responde nada, abre la puerta del auto y hace ademán de salir, planeo bajar también pero me lo impide.

— Tú quedate aquí. — ordena.

— Pero...

— Solo quedate Calipso por favor... — dice con cierto cansancio en la voz.

Lo miro seria y no hago más que asentir. Hector me sonríe y sacando su arma sale igualmente del vehículo.

Ambos se alejan hacia la parte de atrás seguido de varios hombres, todos siempre atentos a cualquier movimiento.

Me doy vuelta y miro atentamente por la ventana. Ambos bandos se acercan, del otro lado puedo ver claramente como un hombre baja rodeado de varios tipos. Lo reconozco...

Este habla con Aiden, pareciera que estuvieran discutiendo. Me sobresalto cuando todos se apuntan mutuamente con sus armas. Entonces lo recuerdo, ese hombre, ¿Alik?

Bajo del auto con rapidez y corro hacia ellos.

— ¡Alto! ¡Bajen las armas! — levanto la voz poniéndome en medio de todo.

— ¡Calipso! — Aiden toma mi mano para acercarme a él.

— ¡No! — me suelto — ¡¿Qué está pasando aquí?! ¡Tenemos un plan y refuerzos para un solo fin! ¡No tenemos tiempo para esto!

— ¡Ese cabrón nos está siguiendo! — habla Hector serio apuntando a Alik.

— ¡Ese hombre es el esposo de mi amiga bajen las armas y hablemos civilizadamente!

— ¡Alik! — una voz femenina se escucha a mis espaldas.

Me doy vuelta y mi mirada cae en una morena muy en particular. Esta corre a los brazos de su esposo quien la resive con un fuerte abrazo y un beso.

— ¿Qué no te dije que te quedaras en el auto? — pregunta este.

La morena me observa confusa para luego mostrar una sonrisa. Corre hacia mi y me abraza.

— ¡Cali! — dice con emoción.

Le correspondo y sonrío.

— Sasha, me alegra volver a verte...— ¿Qué haces aquí? — pregunto.

— Eso debería preguntarles yo. — Alik luce molesto.

— ¿Qué dices? — se burla Hector — tú nos estas siguiendo idiota.

— ¡Hector! — le reprocho.

— Creí que Mikhail Ackermann era un hombre de bien pero jamás creí que ese hombre fuera capaz de tal atrocidad. Matar a tantos inocentes en una fiesta, quemar la mansión de Basili y llevárselo es caer bajo...

— ¿De qué carajos hablas? ¡Ustedes fueron los que traicionaron a Mikhail! ¡Dónde está tu maldito jefe! ¡Basili se lo llevó! ¡August Basili traicionó a Mikhail! ¡Se supone que harían un trato y lo traicionaron! — Aiden lo punta con su arma sin decisión de bajarla.

Sasha grita con terror y se apega hacia su esposo.

— ¡Aiden baja la maldita arma! — grito ya molesta — ¡Esto es un mal entendido! ¿Es que acaso no lo ven? ¡Vamos a solucionar esto pero bajen las armas ya!

Todos me miran serios, Aiden esta ido en el odio, Hector por el contrario cede, baja el arma. A este lo siguen todos pero el moreno continúa con determinación.

— Aiden — me mira — baja el arma...

Duda, batalla mentalmente hasta que por fin gana a su odio y baja el arma.

— ¿Alik, fue Basili quién te envió? — pregunto.

Sasha niega.

— ¿De qué hablas? ustedes tienen a Basili, Mikhail lo capturó...—Alik luce bastante confuso.

— ¿Qué dices? a mi esposo se lo llevaron esa noche, le tendieron una emboscada en plena carretera y desde entonces no he sabido nada de él...

Nostalgia se distingue en mi voz.

— Lo siento mucho Cali... — dice Sasha en consuelo.

— Basili también ha estado desaparecido desde esa noche. No hemos sabido nada de él desde entonces, algunos de sus hombres, solo los que sobrevivieron, se refugiaron en mis territorios. Mandé a algunos de mis hombres a la mansión de August pero cuando llegaron era demasiado tarde, el lugar estaba en llamas. Entonces no tuve más que dar ordenes a mis espías de vigilarlos a ti y a tu esposo. Sin embargo las murallas no les permitía hacer su trabajo como es debido...

— ¡¿Cómo carajos te atreves?! — grita Aiden molesto.

— Era mi deber, August Basili no solo es mi socio, es mi amigo. Mi deber es ayudarlo tal y como él lo hizo conmigo en varías ocasiones...

— Cali no puedes creerle, es el socio de Basili, es su mano derecha esto bien puede ser una trampa más... — habla Hector.

Mi mente batalla, no sé qué creer, no sé qué debo hacer.

— Y por esa misma razón deben de creerme, soy la mano derecha de August. Él es mi amigo, les aseguro que él no fue responsable de nada, él tenía la decisión absoluta de hacer las pases con Mikhail...

— Esto se está volviendo complicado — sujeto mi sien con mi mano derecha — Si nosotros no tenemos a Basili y ustedes no tienen a Mikhail, ¿Entonces quién es el enemigo aquí?

Silencio.

— Lamentablemente no hay pistas de nada, las pruebas fueron eliminadas por completo. Los hombres que atacaron aquella noche en la fiesta desaparecieron por completo...

— Así que no tuviste otra opción que mandar espías a mi mansión, entonces al ver la cantidad de autos saliendo por primera vez por aquellas murallas tuviste la idea de que probablemente estuviésemos llendo a ver a Basili, ¿Verdad? — Alik me mira serio.

— Efectivamente — asiente — No tenemos ni una sola pista y como verás el tiempo se está convirtiendo en un problema más...

— Nosotros si tenemos un plan Alik, uno de los involucrados es Nathan Ackermann el primo de Mikhail, no puedo asegurarte de que Basili este donde marca nuestro rumbo pero supongo que averiguarlo no hará daño a nadie, quiero poner mi confianza en ti pero antes tu debes ganarte la mía...

— Te doy mi confianza absoluta, mi determinación en encontrar a Basili es persistente y te doy mi palabra de que no voy a traicionarte...

— ¡No puedes confiar en él! ¡Es su socio! — Aiden levanta la voz molesto — ¡Me niego a darle mi confianza!

Aiden me mira molesto.

— Él no los traicionará, les doy mi palabra de que Alik no es esa clase de hombre — Sasha mira a su esposo y este hace lo mismo — traicionarlos a ustedes será como traicionar su amor por mi...

Aiden respira con alteración. Inhalo y exhalo con calma para luego acercarme hasta él y abrazarlo.

— Aiden, por favor — suplico — necesitamos toda la ayuda posible, no sabemos a lo que nos enfrentamos. No sabes cuanto te agradezco por ayudarme en esto pero necesitamos encontrar a Mikhail cuanto antes, esto es cuestión de tiempo. Confía en mi por favor...

Siento como su respiración agitada comienza a tomar normalidad.

— Bien... — es lo único que dice antes de besar mi frente — vayamos por Mikhail...

Sonrío con tristeza y asiento.

— ¿Y tú que dices Hector? — este me mira sonriente.

— Lo que la reina diga...

Asiento.

— Bien, uno de mis hombres irá con ustedes y les explicará todo el plan, no podemos romper ninguna regla, debemos estar todos unidos y respaldarnos los unos contra los otros...

Alik asiente.

— Entendido.

— Samuelt. — llamo.

— A sus ordenes... — responde uno de mis hombres.

— Ve con Alik y Sasha, explicales todo el plan desde lo mas mínimo.

— Como diga mi señora...

Alik le enseña en que auto debe ir y Samuelt no tarda en subir a aquel vehículo. Miro a Sasha por ultima vez y le sonrío antes de darme vuelta con el fin de poner en marcha todo.

— Una cosa más señora Ackermann. — Alik llama mi atención.

Me doy vuelta y lo miro confusa. Este hace una señal con las manos e inmediatamente sus hombres se ponen en marcha.

— El día de la fiesta durante mi escape y la seguridad de mi esposa, tomé de reen a un amigo suyo. Creí que me daría la información necesaria pero no conseguí nada...

De uno de los vehículos sale una silueta muy conocida. Una que estaba dispuesta hasta dar la vida por mi en aquella noche.

— ¿Chris? — este se acerca hasta a mi y sonríe.

— Estoy de vuelta mi señora, nuevamente a su absoluto servicio...

Sonrío con alivio y asiento.

— Preparenlo, denle todo lo necesario para unirse. Tú vendrás conmigo. — Chris asiente.

Aiden toma mi brazo y me da la señal de que ya es hora. Hector se pone a un lado de mi y de esa forma volvemos a nuestro auto.

Aiden se queda en silencio al igual que yo. Entonces nos ponemos en marcha, un total de treinta autos sigue nuestro rumbo.

Hector ríe sin poder evitarlo, Aiden y yo continuamos en silencio. Este sin embargo continúa con su risa incomoda.

— Ya solo dilo de una puta vez... — suelta el moreno irritado.

Esto solo hace que Hector estalle en carcajadas.

— ¡Mikhail va a patearte el culo cuando vea a su Calipso en medio del tiroteo! — ruedo los ojos.

— Tú también eres parte de esto. — le recalco.

Entonces su risita acaba y una seriedad invade cada facción de su rostro. Esta vez Aiden bufa.

Varios minutos después el auto se detiene, a lo lejos se puede ver la mansión. Aiden es el primero en bajar seguido de Hector.

Yo en cambio decido darme mi tiempo. Respiro una y otra vez tratando de calmarme. Toco mi vientre con cariño y suelto un largo suspiro.

— Voy a protegerlos, lo haré...

Sin más salgo del auto y me pongo firme. Todos los hombres se hayan fuera y escuchan atentamente a Aiden.

— Francotiradores a sus puestos, recuerden, a la señal ni más ni menos, en marcha.

Una cierta cantidad de hombres se dispersa hacia los cantos y en cuestión de segundos su anatomía desaparece.

— Los de en frente ya saben que hacer, cuando de la señal quiero que ese maldito muro caiga.

Cuatro hombres asienten y se llevan consigo dos pequeños baúles con cierta cantidad de explosivos.

— Los demás, preparense. — informa el moreno.

Sostengo en mano una de mis armas, Aiden me pone detrás de él y de Hector.

— Siempre detrás de mi Calipso, no lo olvides...

Asiento y continúo caminando detrás de él. A lo lejos vemos como aquellos cuatro hombres se preparan.

Aiden toma un aparato y cuando lo enciende suelta un suspiro.

— Ahora... — suelta con firmeza.

Todos aquellos hombres que cuidan las entradas de la mansión en ruinas, caen muertos en total silencio.

Aiden me mira serio.

— ¿Estás lista? — pregunta.

Inhalo y exhalo profundamente. Es hora, siento miedo pero también siento valentía y confianza de poder.

Mikhail es mi vida y estar sin él es una opción que no pienso tomar por ningún motivo. Por él yo haría lo que sea, en la buenas y en las malas siempre. Él me cuida y yo voy a cuidarlo ahora.

Ya voy por ti mi amor...

— Vamos por Mikhail...