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13 | Todo por dinero ✅

Narrado por Mikhail.

¡Mierda! ¡Maldita sea!

Sus mejillas están bastante húmedas, las lágrimas no cesan y eso me vuelve loco. Ver como ese tipo la sujeta hace que quiera dispararle de una maldita vez pero no, no puedo hacerlo. Si tan siquiera muevo un solo dedo ellos pueden llegar a lastimarla.

—  Sueltenla...—  advierto aún sosteniendo el arma en mano.

— Suelta el arma antes Mikhail, no me obligues a dar la orden. Odiaría ver que esa preciosura acabará muerta, así que baja el arma lentamente...

Aprieto la quijada con fuerza y rabia, no dejo de verla, no aparto la mirada de Calipso ni un solo segundo. Batallo entre soltar el arma o dispararlos uno por uno, aunque sería inútil, la matarían y eso es lo que menos quiero.

¡Joder!

— ¡Baja el arma! — vuelve a gritar.

No hago caso y lo miro con odio. Es entonces que él me devuelve la mirada y hace una seña con sus manos hacia el hombre que sostiene a Calipso.

Miro en esa dirección aterrado y siento que mi pecho va a estallar del miedo y el pánico.

El tipo suelta a Calipso para luego darle la vuelta y golpear su mejilla con el arma que lleva en la otra mano.

Ella suelta un grito de dolor y cae al piso con fuerza.

— ¡Cabrón! ¡Maldito hijo de perra! — le apunto con el arma.

De inmediato vuelve a alzarla y sujetarla de los hombros. Miro a Calipso y siento que mi corazón se parte cuando veo la sangre deslizarse por su nariz y por su labio inferior.

Siento como una lágrima cae por mi mejilla al verla en ese estado.

— Baja el arma Mikhail, esa solo fue una advertencia, no querrás ver lo que puedo hacer con ella...

Me imagino lo peor, no quiero que la lastimen, antes yo que ella. Sobre mi cadáver voy a permitir que le hagan algo a mi mujer.

Tiro el arma y aprieto los puños con odio, mi respiración es acelerada y mi miedo por ella solo crece a cada segundo.

— Muy bien, pudiste evitar que lastimarán su bello rostro si tan solo hubieras hecho caso a la primera...

— ¿¡Qué carajos quieres!? — levanto la voz molesto.

Escucho el eco de sus risas, eso solo aumenta mi rabia.

— Considera esto un trabajo Mikhail, ya sabes de que hablo. El dinero es lo que más amo sobre cualquier cosa y eso es justo lo que voy a obtener si te entrego...

— ¿A quién? — mi voz suena rasposa.

— Personas, personas muy importantes que te quieren más vivo que muerto. Eso es raro, ¿Quién puede querer al gran Mikhail vivo? todos quieren tu poder y para eso tendrían que matarte pero no, mis ordenes son bastante claras...

— Deja ir a mi esposa, iré contigo. Iré pero dejala ir a ella...

Sus risas vuelven a escucharse.

— Puede que lo haga, claro si a él se le place — le señala al hombre que sujeta a Calipso — él por otro lado ha quedado bastante hipnotizado por tu mujer, ¿O no Jack?

El malnacido asiente repetidas veces y lo siguiente que hace termina con mi auto control.

Jala el cabello de Calipso hacia un lado exponiendo su cuello, este no pierde tiempo y lame su piel haciendo que mi esposa suelte un grito ahogado.

Mando todo a la mierda y corro hasta ella. Cuando llego estrello mi puño en el rostro del cabrón haciendo que la suelte.

Me subo encima suyo y comiezo a golpearlo una y otra vez con odio, suelto toda mi ira. Golpeo su rostro consecutivamente hasta que mis propios nudillos comienzan a sangrar, eso no me impide seguir con mi acto.

Varíos tipos me quitan de su encima y me tiran al piso con bastante fuerza, trato de pararme y ver a Calipso pero inmediatamente siento que alguien me patea en el estomago con fuerza.

Nuevamente mi espalda choca contra el suelo, es entonces que todos me rodean y empiezan a golpearme. Uno por uno.

Sin embargo mi fuerza es tan grande que logro ponerme de pie y dar batalla. Los golpeo una y otra vez sin parar.

Busco a Calipso con la mirada y noto como ella batalla con otro tipo intentando soltarse. Entonces todo cae en un profundo silencio, todo en mi para justo en el momento en el que uno de esos hombres le da un golpe con el arma en la cabeza.

Veo como su cuerpo cae sobre el frío pavimento, eso solo enciende una chispa en mi.

Continúo golpeándolos uno por uno hasta dejarlos inconscientes, con el ultimo que derribo no tardo en llegar hasta Calipso.

La tomo en brazos y la abrazo con fuerza al ver su rostro. Una pequeña linea de sangre baja por su cabeza. Empiezo a sollozar al verla así.

— Mi amor... Calipso, nena despierta mi amor por favor... — acaricio su rostro y beso su frente y otra vez.

— Vaya, ellos tenían razón. El rey de la mafia tiene una debilidad y no es nada más que la italiana...

— ¡Con ella no te metas o juro que no vives para contarlo cabrón! — apego a Calipso hacia mi cuerpo.

Su mirada es seria y me fulmina pero me vale mucho una mierda. Entonces saca su arma y me apunta, sin embargo, eso no me causa impresión.

— ¡Dime dónde está mi hermano! — su voz suena bastante molesta.

— ¿De qué carajos hablas?

— ¡Mi hermano! ¡Ustedes lo tienen y si no me lo entregas voy a matarte aqui y ahora! — maldito loco.

Muestro una sonrisa ladina al entenderlo todo. No puede ser lo que estoy creyendo...

— No me digas que ese idiota es tu hermano... — esta vez soy yo quien muestra una sonrisa ladina.

— Entregamelo — apunta decidido —. o te mato ahora mismo...

Deslizo mi mano hacia atrás con mucho cuidado sin que él se de cuenta. Solo una distracción y estás acabado.

— ¿Asi que es tu hermano eh? ese animal no me sirvió de nada. No quiso decir absolutamente nada y bueno tuve que recurrir a medios más estrictos. No lo sé, quizás no haya podido aguantar el dolor o solo tal vez se desangró en aquella mugrienta habitación...

— ¡Hijo de perra! — se acerca a mi con rapidez.

Es tu fin...

Saco el arma que esta a mis espaldas con bastante rapidez y sin esperar más apunto el material hacia su cabeza y disparo.

El hombre cae inmediatamente al suelo, su mirada neutra y la sangre que se desliza por su cabeza me confirma todo. Esta muerto.

Me pongo de pie y tomo a Calipso en brazos, ella sigue inconsciente por lo que la llevo al coche y la dejo en el asiento del copiloto.

Me doy vuelta y miro a todos los hombres que están ahí. Todos inconscientes. Miro mis nudillos y estos tienen sangre y cortaduras en varíos puntos.

No le doy importancia y voy hacia la cajuela del auto. Hay varias armas pero solo saco un cuerda.

Tomo a cada hombre que esta en el lugar y ato sus manos para luego dejarlos a todos en medio del camino.

Antes de irme voy hacia el coche de aquel sujeto y busco por todos lados algo que pueda ser de mi ayuda. Doy con un portafolio negro, lo tomo y salgo de ahí a toda prisa.

Llegamos a la mansión y mi desesperación por Calipso aumenta. La vuelvo a tomar en brazos y de esa forma entro en la casa.

Aiden sale del comedor con rapidez seguido de Melissa, esta al ver a Calipso inconsciente se cubre la boca con terror.

— ¡¿Qué le pasó?! — pregunta con temor.

Sin embargo no la escucho, la llevo rápidamente hacia nuestra habitación y la deposito en la cama.

Melissa entra detrás de mi con un botiquín de primeros auxilios y una bandeja con agua caliente.

Deposita todo sobre el mesón que esta a un lado de la cama y me mira con preocupación. Aiden entra casi corriendo y me mira confuso.

— ¿Qué fue lo que pasó? — su voz suena en un susurro.

— Hablaremos de eso después, ahora mismo quiero que vayas hacia el camino que da con la principal base. Quiero a cada unos de esos cabrones encerrados y por ultimo quiero que quemes ese maldito auto, ¿Quedó claro? — mi voz suena bastante molesta.

El moreno aprieta la mandíbula y asiente para ponerse en marcha hasta que lo detengo.

— Refuerza la seguridad personalmente Aiden. Solo hombres de confianza. — asiente nuevamente y sale de la habitación.

La pelirroja me deja a solas con Calipso y yo no tardo en curar sus heridas. Su labio partido y su pómulo rojo solo hace que mi rabia crezca más. Juro que voy a encontrar al responsable y no voy a dudarlo, yo lo mato porque lo mato.

Termino con su rostro y la cubro perfectamente con las sabanas, beso su frente y me voy hacia el baño.

Dejo la puerta abierta y comienzo a desvestirme con desgano. Cuando termino me meto en la ducha y comienzo a lavar mi cuerpo.

Hago una mueca de dolor al sentir el ardor de mis nudillos ante el toque del agua tibia. No le doy importancia y comienzo a lavar mi cabello.

Minutos después termino y cojo una toalla para enredarla en mi cadera.

Miro mi rostro en el espejo y en lo único que no puedo dejar de pensar es en lo que ese jodido hombre dijo.

Personas muy importantes te quieren más vivo que muerto...

¿Quién? ¿Quién esta detrás de todo esto?

Seco mi rostro con otra toalla y cojo uno de los chándal que siempre dejo en el lugar. Me los pongo sin nada por dentro. Solo deseo descansar, este día fue más agotador de lo que pensé.

Salgo de la habitación y me paro en seco al verla, Calipso esta sentada sobre la cama sacando algunas cosas del botiquín.

— ¿Qué haces? deberías descansar... — me acerco a ella y me siento a su lado.

Ella me mira seria. Olvidé que estamos molestos el uno con el otro.

— Tus nudillos — señala y yo miro mis manos — . te los curaré — toma mi mano pero se la quito con cuidado.

— No es necesario...

Ella me ignora y vuelve a tomar mi mano para empezar a limpiar las heridas.

— Lo es, quiero cuidarte...

— Yo puedo cuidarme solo, y no eres tú quien debe cuidarme a mi, ese es mi trabajo y hoy fallé...

Bajo la mirada con enojo pero ella hace a un lado todo y toma mi rostro en ambas manos para hacer que la mire.

— Lo hiciste Mikhail, estoy aquí, estoy contigo...

Tomo su mejilla con amor y admiro su rostro con temor.

— Tenía miedo de perderte... — un susurro se escapa de mis labios.

— Y yo tenía miedo de perderte a ti mi amor...

Ambos sonreímos mutuamente. Su mirada cae en mi cuerpo y no puedo evitar sonreír con orgullo.

Sus manos toman mi nuca y me acercan a su rostro por lo que tomo su cintura para sujetarla con más fuerza.

— Quiero...

— Ya sé lo que quieres — la corto —. pero ahora mismo no puedo dártelo, no sabes cuanto deseo esto pero no quiero lastimarte...

— Yo estoy perfectamente bien... — sus manos acarician mis pectorales desnudos.

Es cierto, lo olvidaba, solo llevo unos jodidos chándal y nada más. Sonrío ante mi pensamiento.

Calipso se muerde el labio inferior y eso solo me prende como un jodido loco. No puedo evitarlo.

Sujeto su mejilla y la beso con lentitud, sus manos toman mi nuca y se apega más hacia mi. Nos besamos lentamente hasta que decidimos intensificar las cosas.

La beso ferozmente y ella gime y jala mi cabello ante la excitación. Hace las sabanas a un lado y se pone encima de mi, sujeto sus piernas a cada lado mío con fuerza y trato de apegarla aún más hacia mi cuerpo.

Su cercanía me vuelve aún más deseoso y de pronto los besos ya no son suficientes. Mi cuerpo exige poseer el suyo de la forma más dura y excitante que tanto me gusta.

Acaricio su mejilla con amor y la beso lentamente para degustar de sus hermosos labios.

Voy a protegerte Calipso, aún si tengo que dar mi vida voy a mantenerte a salvo...

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