08 | Corremos peligro ✅
Abro los ojos y suelto un ligero suspiro. Me levanto de un solo tirón, la sabana se desliza por mi espalda y la tomo para cubrir mi desnudez.
Mikhail esta a un lado de mi, su pecho sube lentamente, su respiración es bastante tranquila. Su cabello esta desordenado y la mitad de la sabana cubre la parte baja de su cadera.
Sonrío tiernamente al verlo de esa forma, luce guapo y bastante sexi. Acaricio su mejilla con amor y lo beso levemente. Él se remueve un poco y se da un giro total quedando boca abajo.
Arreglo mi cabello y lo llevo todo hacia atrás. Me subo a horcajadas sobre su espalda y es cuando Mikhail suelta una mueca. Comienzo a hacer masajes en sus hombros lentamente y con cuidado.
Mikhail suelta un suspiro.
— Anda mueve esas manos... — ordena a total gusto.
Suelto una carcajada y goleo su espalda. Él suelta una risa adolorida. Continúo moviendo las manos y acariciando sus fuertes y musculosos brazos. Admiro cada tatuaje y beso lentamente su piel.
Llego hasta su cuello y beso su nuca con amor. Beso su cabeza una y otra vez mientras mis manos acarician su espalda.
Él suelta una risa ronca y con poco esfuerzo se da media vuelta. Esta vez quedamos cara a cara.
Una de sus manos toma mi cintura y la otra toma mi nuca para atraerme a sus labios. Me besa lentamente y yo le correspondo, lo beso degustando de cada toque.
Muerdo sus labios y continúo besandolo. Sus manos toman mis caderas y me baja lentamente hacia su masculinidad. Siento rosar nuestros sexos y suelto un gemido ahogado en sus labios.
Mikhail toma mi mejilla con la mano izquierda y me besa con lentitud, ambos degustamos del morboso movimiento carnal.
Siento como lentamente se expande en mi cavidad y no tardo en arquearme al sentir el puro placer que me da.
Comienzo a mover mis caderas en movimientos circulares. Me muevo pausadamente de arriba hacia bajo dándonos placer torturador a ambos.
Vuelvo a besar sus carnosos labios y dejo una mordida en ellos. Empiezo a mover las caderas frenéticamente mientras lo beso y jalo su cabello ferozmente.
Mikhail gime y gruñe con cada embestida, toca mis pechos y yo lo único que hago es acariciar su musculoso cuerpo.
— ¡Joder! ¡Esto es magnífico! — gruñe roncamente sujetando mis caderas con fuerza, ayudándome así, a moverme con más fuerza.
Lo embisto una y otra vez arqueadome de placer, sus manos aprietan mis caderas y me penetra con fuerza.
— ¡Ah! — suelto un pequeño grito de excitación.
De esa forma tan brutal, ambos llegamos a un perfecto clímax. Abrazo su cintura y beso su pecho para después apoyar mi cabeza en su pectoral. Mikhail trata de recuperar el aliento mientras me abraza la espalda.
Deposita un beso en mi cabeza.
Lo miro y beso la punta de su nariz con cariño, miro atentamente su rostro, tiene los ojos cerrados pero inmediatamente los abre cuando siente mi presencia fija en la suya.
Una sonrisa coqueta se forma en esos labios y no puedo evitar sonreírle yo también.
— Me encantó tu sorpresa Mikhail... — digo un poco tímida. En verdad que me encantó, la habitación le quedó hermosa y ni hablar del grandioso toque de las fresas, anoche me las devoré todas.
Él frunce el ceño y suelta una risa ronca, una de esas que te hace querer volver besarlo, una de esas sexis que te revuelve el jodido estomago.
— Esa no era mi sorpresa... — admite y yo lo miro confusa.
— Pero... ¿Los pétalos de rosas? ¿Las fresas? no entiendo...
Él vuelve a sonreír.
— ¿Eso qué? solo fue un detalle de muchos más, mi verdadera sorpresa te la voy a mostrar hoy...
Acaricio su rostro con mis dedos.
— ¿Y qué estamos esperando? ya quiero ver mi sorpresa... — digo bajito.
Él toma mi cabeza con ambas manos y besa mi frente con un toque muy sonoro.
— Bien, pero antes cambiate y subamos a comer algo. Falta poco para llegar... — me ayuda a ponerme de pie.
Cubro mi pecho con la sabana y él hace lo mismo con la otra. La toma y se la envuelve en su cadera.
Se da vuelta y me mira burlón.
— No seas curiosa nena, por algo es una "sorpresa." — remarca las ultimas palabras.
Lo miro mal y asiento.
Sale de la habitación y cierra la puerta para dejarme en completa privacidad, sonrío una vez más al notar todos los pétalos de rosas que se hayan exparsidas por toda la habitación.
Me pongo de pie pero vuelvo a sentarme en el momento en el que siento un dolor en mi parte femenina.
¡Joder! ¡Maldito alemán! ¡Es un bestia!
Ignoro el ardor y voy hacia el baño, después de hacer mis necesidades y darme una larga ducha salgo del ambiente.
La cama esta perfectamente tendida y mi maleta se haya sobre esta misma, no puedo evitar sonreír ante el gesto de Mikhail. Ese hombre va a matarme de amor.
Busco en la maleta algo que ponerme y noto que hay prendas que muestran demasiada piel. Niego mientras me carcajeo, muy astuto. Él hizo las maletas en secreto y mira que me sale con esto.
Tomo la prenda negra. Es un bikini bastante llamativo pero a comparación de las otras esta es más decente. Amarro cada tira y al final cubro la parte baja con una pequeña tela que cae hasta mis muslos.
Con mi cabello hago una coleta alta, me pongo los pendientes redondos y pinto ligeramente mis labios de un tono rojo.
Me pongo las sandalias y ya lista salgo de la habitación. Subo a cubierta con rapidez y al instante escucho música en un tono bajo.
— ¡¿Mikhail?! — llamo.
— ¡Sube! — me responde.
Sin más, subo los escalones con rapidez, lo encuentro perfectamente sentado comiendo a total gusto un plato lleno de diferentes frutas picadas.
Lleva puesto unos shorts blancos que le llegan hasta las rodillas. Su pecho desnudo como es de costumbre y su cabello perfectamente peinado, para finalizar sus gafas negras. Ese simple toque lo hace ver jodidamente deseable.
Llego hasta él y me siento en sus piernas, lo beso castamente en los labios mientras el mastica la manzana lentamente.
Quito las gafas de su rostro y me los llevo a la cabeza para poder ver sus hermosos azules. Estos se encuentran más claros.
— Te ves sexi. — murmura degustando la fruta.
Lo miro burlona.
— ¿Tú crees? no encontré nada decente, ¿Por qué será? — pregunto fingiendo intriga.
Él niega con la cabeza y se mete otra fruta a la boca sonriendo.
— No lo sé, tal vez alguien quiere algo accesible para podertelo arrancar después y poder follarte a mejor gusto... — se encoje de hombros.
No puedo evitar carcajearme, tomo el plato y con el tenedor empiezo a darle de comer como un bebé.
Tomo el pedazo de mago y se lo llevo a su boca.
— Di aaa... — pongo voz mimosa y Mikhail no tarda en soltar una carcajada.
Saca la fruta del tenedor con cuidado y me hace comerla. Mastico la fruta con enojo.
— ¡Era para ti! — me quejo comiendo los restos.
Él se carcajea nuevamente y acomoda un mechón de mi cabello por detrás de mi oreja.
— Come tú también tonta. — me sonríe burlón.
De esa forma devoramos todo lo que se encuentra sobre la mesa. La mayoría fruta cortada, jugos típicos de la región y algunos postres con demasiada crema.
Mikhail toma mis caderas y me ayuda a ponerme de pie para hacer seguidamente lo mismo.
Piensa decirme algo pero su móvil comienza a vibrar. Él me mira y luego mira al aparato con el fin de contestar.
Soy más rápida y detengo su mano, me mira seriamente y yo le niego rotundamente.
— Dijiste que nada de asuntos de trabajo en nuestra luna de miel Mikhail... — le reprocho.
Él me mira suplicante.
— Calipso es Aiden, no me llamaría si no fuera algo importante...
— Tú me lo dijiste, nada de asuntos en nuestro momento Mikhail, esto es algo que no se va a repetir, por favor...
Mi voz suena en bajo y él me mira apretando la mandíbula. Asiente y guarda el móvil soltando un suspiro.
Toma mi cintura y me besa lentamente, justo en ese momento suena una canción bastante lenta.
Mikhail toma la iniciativa, sujeta mis caderas y comienza a tomarle el ritmo al tema. No puedo evitar sonreír ante su tierno acto, me sujeto de sus brazos y de esa forma ambos empezamos a bailar.
Nos quedamos de esa forma y antes de que la música de por terminada él hace que de una vuelta completa para luego apegarme a su cuerpo y besar mi frente con mucho amor.
— ¿Estás lista para tu sorpresa? — pregunta en mi oído con lineas de susurro.
Lo miro y asiento emocionada. Él toma mi mano y entrelazandola con la suya, me guía hasta abajo.
En la parte trasera de la lancha hay un bote más pequeño, me ayuda a subirme en el y cuando ambos estamos ya dentro Mikhail enciende el motor. Lentamente vamos alejándonos de la lancha.
— ¿Dónde vamos? — lo miro curiosa y ahí esta de nuevo su mirada de burla — ya, esta bien, no pregunto más...
Él asiente y continúa dirigiendo el bote. Llegamos hasta una cueva, al principio me da miedo entrar en ella pero cuando vamos por la mitad quedo encantada.
Toda la parte de arriba esta abierta circularmente. El agua es bastante cristalina y nos permite ver todo por debajo. Mikhail detiene el bote en medio y se acerca hasta mi. Me abraza por la espalda y besa mi cuello con amor.
— ¿Te gusta? — pregunta.
— ¡Me encanta! — chillo de emoción al ver todo en cuento a nuestro alrededor.
Es verdaderamente hermoso.
Continúo viendo todo incluyendo por debajo de agua hasta que noto una gran variedad de piedras justo en frente de nosotros. Miro a Mikhail frunciendo el ceño.
— ¿Qué es eso? — pregunto al ver los diferentes tipos de piedras acumuladas en el mismo lugar.
— Es una parte fundamental de este viaje. Pocas personas conocen este lugar, conseguir el mapa tan siquiera es bastante complicado. Se dice que si tiras una roca ahí con tu nombre y el nombre de tu verdadero amor gravado, permanecerás con esa persona especial por siempre y para siempre. Sabía exactamente de este lugar, tenía el mapa muy bien guardado, solo estaba esperando a mi perfecto amor...
Lo miro y no puedo evitar soltar una lágrima de alegría. Mikhail mete la mano en el bolsillo de su short y saca una piedra redonda. Al darle la vuelta no puedo evitar soltar un sollozo. Esta lleva nuestros nombres gravados, en la parte de abajo lleva un infinito.
— Calipso, tú eres mi verdadero amor... — me mira con una sonrisa bastante tierna.
No puedo evitar abrazarlo con fuerza, lo beso una y otra vez.
— Y tú eres el mío Mikhail, eres mi único y verdadero amor... — lo beso lentamente.
Nos separamos con cuidado y me entrega la piedra, más no retira la mano de la mía. De esa forma ambos soltamos la piedrita en el agua. Vemos como lentamente se hunde hasta llegar y unirse con las demás.
Miro a Mikhail y él no hace más que mirarme y acariciar mi mejilla con amor.
— Por siempre y para siempre... — besa el dorso de mi mano.
Le sonrío y asiento.
— Por siempre y para siempre mi amor...
¶••••¶
Mikhail me ayuda a salir de la lancha, un día entero de viaje nos tomó regresar a la isla de Seychelles, pero valió en absoluto todo.
Ambos entrelazamos nuestras manos y caminamos por los largos pasillos para llegar a nuestro bungaló.
— ¿Qué haremos mañana? — pregunto juguetona.
Mikhail lo piensa.
— Púes no lo sé, ¿Algo que quieras hacer en especial? — me mira con picardía.
Lo pienso por un momento y cuando pretendo responder su teléfono comienza a vibrar.
Él lo toma de su bolsillo y frunce el ceño.
Narrado por Mikhail.
Más de cincuenta llamadas perdidas de Aiden, ¿Pero qué rayos le pasa?
Miro a Calipso y noto su mirada fijamente sobre la mía.
— ¿Pasa algo? — su voz suena preocupada.
— No lo sé, Aiden no ha parado de llamar...
Ella me mira curiosa, es entonces que el moreno vuelve a llamar. Sea lo que sea necesito privacidad, miro a Calipso y ella entiende a la perfección mi mueca de suplica. Asiente con una sonrisa.
— Me adelantaré... — le sonrío y asiento. Empieza a caminar hacia el bungaló lentamente.
Sin esperar más tomo la desesperada llamada del moreno.
— ¿Pero bueno qué te pasa Aiden?
— ¡¡¡Mikhail, escuchame bien. Se han infiltrado. Se han infiltrado en tu ubicación !!!
Suelto el móvil y miro a Calipso seguidamente al bungaló y noto algo demasiado raro, la puerta principal está entre abierta.
Mi mirada cae en Calipso, se acerca lentamente hasta el bungaló.
¡Mierda!
Corro a toda velocidad y cuando llego hasta ella la tomo por los hombros y nos lanzo a ambos al suelo.
Es entonces que el bungaló explota provocando un ruido bastante fuerte, Calipso suelta un grito ante el impacto repentino y yo no hago más que cubrirla a toda costa.
Segundos después todo el bungaló arde en llamas, escombros flotan en el mar. Tomo el rostro de mi esposa y verifico si se encuentra bien.
Por suerte esta ilesa, ¡Dios si no la hubiera alejado no sé que habría pasado! ¡Yo no podría vivir sin ella joder!
— ¿Q-qué fue e-eso...? — pregunta con la voz temblante.
La abrazo con mucha fuerza.
— La luna de miel se acaba...
Ella me mira confusa.
— ¿Eso qué significa? — pregunta con preocupación.
La miro seriamente y vuelvo a abrazarla.
— Corremos peligro...
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