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05 | Complacerte ✅

—  Sujetate fuerte. — Mikhail toma mi cintura y me ayuda a subir al yate.

Al estar ya dentro, me sujeto de los postes y logro estabilizarme. Mikhail suelta la cuerda que sujeta el transporte y amarrandolo a uno de los soportes termina con su trabajo.

Arregla perfectamente su gorra y sacándose el chaleco seximente me mi guiña coqueto. Niego con la cabeza y sonrío.

— ¿Debo saber que solo lo hiciste para tentarme? — él frunce la ceja.

— ¿Pero que dices? yo solo me quitaba el chaleco. — afirma inocentemente.

— Si claro — tomo su quijada con una mano — yo conozco a la perfección tus métodos de seducción Mikhail. — susurro muy lento.

Él niega y sonríe entrelazando nuestras manos.

— Bien, si quiero follarte aquí y ahora — lo miro victoriosa — pero antes de eso quiero que veas mi sorpresa...

— ¿Y qué estamos esperando? — enredo mis brazos en su cuello y muerdo sus labios con lacsiva.

Él suelta un suspiro y sujeta mis caderas apegandome más a su exquisito cuerpo.

Muerde, besa mis labios con desesperación hasta que decide separarse lenta y costosamente.

— Dios no sabes cuanto quiero tomarte ya mismo...

— Y no puedes porque tienes que mostrarme mi sorpresa... — canturreo.

Él achina los ojos ante mi respuesta.

— Púes antes tenemos que partir, tu sorpresa tiene que esperar...

Asiento gustosa y vuelvo a besar sus labios. Él sonríe y entrelazando nuestras manos me lleva hasta la cabina de mando.

Mikhail presiona uno que otro botón y tira de una palanca. La enorme lancha comienza a moverse y no hago más que aplaudir con emoción. Mikhail por el contrario sonríe ante mi acto de niña chiquita.

— Ve a cubierta y traeme el mapa cariño. — pide.

— Como mande el capitán... — me pongo firme como un militar.

Mikhail se carcajea y cuando pienso salir de la cabina me toma por la cintura y hace que gire hasta quedar en frente de él para luego de un solo tirón auparme. No pierdo tiempo y enredo ambas piernas en sus caderas.

Ambos nos carcajeamos hasta que Mikhail toma mis labios y comienza a besarme. Tomo su nuca mientras abro más la boca, de esa forma nos besamos apasionadamente. Sus manos aprietan mi piel y sin poder evitarlo me deposita sobre el mando de la lancha.

Continuamos con el beso mientras acariciamos el uno al otro nuestros cuerpos. Con ambas piernas hago que Mikhail se una más hacia mi, sus manos deseosas comienzan a soltar los botones de mi camisa con desesperación. Entre beso y beso no puedo evitar soltar una risa.

— ¿Qué pasó con el mapa? — digo entre jadeos.

Mikhial detiene su acto y suelta una sonrisa ronca. Sus manos vuelven a poner cada botón en su lugar y luego me ayuda a ponerme de pie.

— Traeme ese jodido mapa... — me ordena juguetón.

Asiento sonriente y antes de salir de la cabina Mikhail azota mi trasero. Me giro y lo miro estupefacta.

— Vaya romántico... — me burlo.

Él asiente.

— Toco lo que es mío...

Ruedo los ojos sin poder creerlo y camino hacia la cubierta. Tomo ambas mochilas, la de Mikhail y la mía para comenzar a buscar el dichoso mapa. Al final lo encuentro entre las cosas de mi querido esposo.

Vuelvo nuevamente hasta la cabina y noto que Mikhail mueve una que otra palanca mientras revisa si todo esta en orden.

Le alcanzo el mapa y él lo abre sin esperar más. Mira atentamente cada punto y yo más curiosa no puedo estar. Meto mi cabeza y trato de mirar cada puntito rojo del papel. Mikhail chasquea la lengua y con una mano empuja mi cabeza.

— Si te metes como un jirafa no podré ver nuestro rumbo. — se burla.

Lo miro fulminante y le doy un zape en la cabeza, él suelta un quejido y sin esperar más le quito el dichoso mapa.

— Dame eso. — dice con burla.

— Quiero ver a donde iremos...— acomodo el mapa a mi total gusto.

— Calipso dame eso, no pienso arriesgarme a perderme por tu culpa. — trata de quitarme el mapa pero se lo impido.

— ¿Qué dices? sé leer un mapa. — le saco la lengua.

Él rueda los ojos y asiente.

— No me digas, ¿Algun talento más que no sepa? — dice sarcástico.

— No seas dramático esto es fácil. Mira estamos aquí — achino los ojos tratando de leer el primer punto rojo —  al...alsi...es...lleh..cyes — trato de leer mientras frunzo una ceja.

Mikhail se carcajea y me arrebata el mapa.

— Esta al revés tonta y dice Isla Seychelles. — me corrige.

Vuelve a carcajearse y yo no hago más que cruzarme de brazos ante la vergüenza.

— Ya, Isla Seychelles.  — digo en bajito.

Mikhail me mira socarrón y comienza a reír por lo que no aguanto más y golpeo su brazo. Él hace una mueca de dolor al mismo tiempo que se apresura a abrazarme.

— Lo hiciste bien para tu primera vez... — besa mi frente aún soltando quejidos de dolor.

— Si claro... — le fulmino con la mirada — ¿Y a dónde se supone que iremos?

Él acomoda el mapa y se aclara la garganta.

— Estamos en este punto. Recorreremos todo este camino para llegar a este punto de aqui. — me indica.

— ¿Y qué hay allí? — pregunto entusiasmada.

— Ya lo verás cuando lleguemos. — besa el dorso de mi mano.

Asiento sin más, es entonces que Mikhail acomoda el mapa a su antojo y comienza a dirigir la lancha por el camino indicado.

Lo veo y no puedo evitar morderme el labio inferior. Su pecho al perfecto descubierto mostrando ese tonificado cuerpo. La jodida gorra cubriendo su rostro y ese trasero tan perfecto. Tan solo verlo desde este punto me hace alucinar con demasiadas cosas morbosas.

Me pongo de pie y sin que él se percate me acerco. Abrazo su espalda con amor y lujuria mientras satisfago el deseo de tocar su musculoso cuerpo.

Él sonríe sin perder la vista del mando.

— ¿Estás bien? — pregunta en bajo a lo que yo asiento suspirando.

— Solo tengo hambre... — me excuso.

Él asiente y se aclara la garganta.

— Sube a la segunda planta, hice que el personal nos dejará la comida necesaria para todo el día...

Me despego de él con emoción y sin decir más corro hacia la segunda planta. Continúo subiendo los escalones que me dan a una pequeña parte encapotada. Ahí se encuentra una mesa bastante amplia con toda clase de manjares. Vinos, postres y hasta una variedad de frutas picadas.

Tomo un bol lleno de frutillas y comienzo a devorar uno por uno sin piedad. Me siento en la punta del barco y miro como rápidamente empezamos a perder vista de la isla.

Mientras degustó cada frutilla tomo mi celular de mi mochila y comienzo a revisar mis redes sociales. Sonrío sin poder evitarlo al resivir varías felicitaciones de varíos parientes, es entonces que me llega un mensaje de Melissa.

Melissa Ancelotti 3:45PM

¡¿Cómo va la Luna de miel?!

Calipso Ackermann 3:46PM

¡De maravilla el lugar es hermoso! ¿Y cómo van ustedes? ¿Nos extrañan?

Melissa Ancelotti 3:46PM

¿Qué dices? ¡Los extrañamos muchísimo!

Calipso Ackermann 3:47PM

¿Cómo van las cosas por allá? ¿Todo bien?

Melissa Ancelotti 3:48PM

¡Horrible! ¡Aiden no ha levantado su jodido trasero del mendigo escritorio! ¡Dile a tu querido esposo que le de tiempo libre o enserio a este paso jamás voy a casarme!

Me carcajeo ante su mensaje. Apago mi teléfono móvil y lo dejo encima de la mesa.

Continúo mirando la hermosa vista, contemplo todo por más mínimo que sea. Reposo mi cabeza sobre mis rodillas y escucho atentamente como las olas cochan contra la lancha.

Minutos después escucho los pasos de Mikhail. Lo veo de reojo y noto que toma una manzana para después darle una gran mordida. La deja nuevamente en su lugar y totalmente cansado se desploma sobre los asientos de cuero soltando un suspiro.

Lo miro con cariño y él tiene los ojos cerrados, su pecho sube y baja lentamente. Me pongo de pie y tomo la manzana que no hace segundos el tomo para luego darle esta vez yo una gran mordida.

Mikhial abre los ojos y me localiza achicando la mirada.

— Esa es mi manzana... — muestra una sonrisa ladina.

— Lo que es tuyo es mío mi amor... — contra ataco victoriosamente.

Él sonríe coqueto y con los dedos dice que me acerque. Dejo la manzana en la mesa y me acerco lentamente hacia él.

— No sabes lo que quiero hacerte justo ahora...  — susurra.

Lo miro socarrona y me pongo de cuclillas ante él. Mikhail en cambio toma una pose bastante dominante.

— ¿Y qué deseas hacerme justo ahora? — le reto.

Él aprieta la quijada y los puños.

— Deseo tocar tu cuerpo... — acerca su rostro al mío.

Nuestros alientos chocan y no pierdo tiempo para besar sus labios lenta y pausadamente.

Él hace el ademán de tomar mi cuerpo pero me alejo de inmediato. Mikhail frunce una ceja ante mi acto y se cruza de brazos serio.

— ¿Ahora qué haces? — curiosea.

Me pongo en frente de él y le sonrío con picardía. Tomo mi teléfono móvil y pongo una de esas músicas eróticas.

Su mirada se endurece y es cuando tomo el ritmo de la música. Meneo mis caderas seductorame mientas mis manos suben desde mi abdomen hasta mi pecho.

Apreto mis senos y ladeo mi cabeza a un lado mientras miro la mueca de Mikhail. Sus manos se aprietan y continúa mirando atentamente como muevo mi cuerpo.

Mis manos sueltan los botones de mi camisa y bajo la tela por mis hombros lentamente dejando parte de mi sosten a la vista.

— Ponte eso... — Mikhail baja la cabeza pero no puede evitar ocultar esa sonrisa.

— ¿Por qué? ¿No te gusta? — continúo moviendo mis caderas.

Él se cubre el rostro y luego me mira deseoso.

— Joder me encanta pero pueden verte... — gruñe sin poder evitarlo.

Miro a todos lados y en efecto estamos en medio de la nada.

— ¿Quién? ¿Los peces? — me burlo.

Mikhail se cubre los labios y suelta una jodía y sexi risa ronca.

— Aquí no hay nadie, nadie puede verme solo tú. Además quiero complacerte tanto como tú ya lo hiciste conmigo...

— Tú me complaces cada segundo. — me sonríe.

— De igual forma quiero hacer esto... — suelto por completo mi camisa haciendo que mi sostén se vea por completo.

Mikhail me come con la mirada y abre los brazos para después posarlos a cada extremo del sillón. Muestra una sonrisa lujuriosa y asiente.

— Todo tuyo...

Tan solo esa palabra me calienta y me anima a seguir. Aumento el volumen de la música y bajo ambas manos a los botones de mis shorts mientras continuo meneando mis caderas de un lado para el otro.

Noto como Mikhail mira cada movimiento mío y se remueve tratando de tocarme. Se lo impido y continúo bailando.

Me doy vuelta y bajo la tela por completo quedando esta vez en bragas. Me giro y nuevamente quedo en frente de Mikhail. Con una de mis piernas lanzo ambas prendas lejos, lo que hace que mi esposo ría.

De esta forma quedo totalmente en ropa interior translúcida. Me acerco lentamente hasta Mikhail y él no duda ni un solo segundo en acomodarse perfectamente.

Sin darle tiempo me subo a horcajadas sobre él y me sujeto de su nuca firmemente. Lo miro y él lo hace de igual forma, entonces no espero más y tomo sus labios de un solo golpe.

Él toma mis caderas y me aprieta sobre su masculinidad. Sonrío victoriosamente y sujetandome con fuerza comienzo a moverme sobre él.

Hago circulos sobre su cuerpo mientras siento como su excitación va creciendo. Me remuevo con más rapidez empezando a gemir. Mikhail no pierde el tiempo y besa mis labios profundamente. Pongo mayor fuerza haciendo que él gruña y muerda mis labios.

Sus manos dejan mis caderas y van directamente hacia el broche de mi sostén. Lo quita sin ningún problema, hace a un lado la tela y sin esperar más, su manos aprietan mis senos.

Me arqueo sin parar de moverme y cuando vuelvo a tomar posición no espero más para volverlo a besar.

Llevo rápidamente mis manos hacia sus shorts deseosa de complacer mis deseos y los de Mikhail, hasta que ambos escuchamos una chillona voz femenina muy conocida, al menos para mi.

— ¡¿Mikhail?! ¡¿Calipso están aquí?!

¡¿Qué rayos hace aquí esa tal Lilit?!

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