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CAPITULO 7

Osman

Llego hasta un edificio de departamentos y al salir veo a Lenard apoyado en la entrada —debe el cielo estar por caerse para que ustedes me pidieran ese tipo de favor.

—Créeme, sino fuera algo muy importante para nosotros no lo haríamos —este me da un flash, pero cuando voy a tomarlo este lo aleja.

—Deben tener cuidado Osman —que me llame por mi nombre me enciende las alarmas —su amiga no es una mujer común.

—¿Qué quieres decir? —este suelta el aire viendo hacia los lados.

—No hay mucho en la memoria; datos que ustedes ya deben saber, lugares de estudio, todo hasta ahí es normal, pero su último lugar de residencia es lo que no cuadra —me extiende de nuevo el flash —tuve que contactarme con otros organizadores para saber más de ella y déjame advertirte que no son los únicos que están buscando información sobre su vida —al tomar la memoria todo mi cuerpo esta tenso —no se en que se ha metido tu amiga para tener protegida gran parte de su información, pero debe ser algo muy gordo para que alguien de la mafia este en su búsqueda —Lenard se va y lo último se repite en mi cabeza, "¿Alexandra estuvo envuelta con criminales?"

Sin perder el tiempo me meto en mi auto y conduzco rápido hacia mi casa. Recibo varios bocinazos y maldiciones en el camino hasta que llego a mi entrada, sin importarme en cerrar bien las puertas del auto, entro y subo directo hasta el cuarto de juegos. Las risas disminuyen apenas entro y mis hermanos junto a la mujer que deseo me miran preocupados. Mis pies se mueven hacia ella y la tomo de la mano poniéndola de pie —¿Osman que tienes?

—¿Estas envuelta con la mafia, mosqueterita? —la pregunta la deja en blanco y rápidamente se zafa de mi agarre alejándose.

—¿Por qué me estas preguntando eso? —levanto el flash que me acaba de dar Lenard.

—Quiero escucharlo de ti —su respiración es rápida y siento a mis hermanos ponerse a mis lados —¿estas o no envuelta con la mafia Alex?

Alexandra

"¿Quién le dio esa información?", se supone que mi verdadera identidad es todavía un misterio para muchos, en el bajo mundo solo lo sabrían los Petrova y las malditas ratas que quiero muertas y...el. Pero en todos estos años nunca ha hecho algo para revelar de quien soy hija y mi verdadero papel dentro del bajo mundo. Mi mirada va hacia los tres hermanos que esperan una respuesta, una que no puedo darles porque sería meterlos en mi mundo.

—Nunca estuve envuelta en la mafia, pero si me involucré sentimentalmente con alguien de dentro —confieso, necesito darle algo para que queden tranquilos y no vayan más allá, "debo destruir lo que sea que haya en esa maldita memoria y decirle a Richard que rastree quien fue que estuvo de fisgón" —hubo un problema en donde él se vio en medio y tuvo que huir, y yo también —apago mi voz a modo de que me vean afectada —por seguridad tuve que estar fuera del radar bastante tiempo y cuando mi padre pudo asegurarse de que mi vida no corría peligro, regrese aquí —Salek es el primero en acercarse y me toma de la barbilla.

—¿Aun tienes comunicación con esa persona?

—No —contesto rápido —no he sabido de... —me corto antes de pronunciar su nombre —él, no desde que sucedió todo ese problema.

—¿Qué fue lo que sucedió? —pregunta Selim.

—Un trato que salió mal entre grupos —digo mirándolo soltándome del agarre de Salek —uno de ellos no cumplió su parte y terminó convirtiéndose en un mar de sangre.

—Dios...—Salek me abraza y para seguir la tetra de víctima, me abrazo a su cintura, agarrándolo fuerte, "lo siento mosqueteros, pero esta mentira a medias los está poniendo a salvo", escucho como algo se rompe y me encuentro a Osman rompiendo el flash que trajo, el me mira y sin detenerse me agarra del cuello estampando sus labios en los míos. La acción me deja pasmada que a primeras no sé cómo reaccionar, pero cuando su lengua entra en contacto con la mía todo mi cuerpo responde y envuelvo su cuello con mis brazos, "no debo responderle, pero sus labios son suaves y adictivos que no quiero que pare". Cuando nos falta el oxígeno nos separamos y siento otros labios en mi cuello, aun nublada veo que es Selim y de igual forma que su gemelo me besa, esta vez algo más suave, pero aun así posesivo y protector.

Sin dejar espacio, Salek me jala rompiendo el beso y me alza envolviendo mis piernas en su cintura, sus ojos agua marina están tan oscuros que me estremece la piel —nadie podrá hacerte daño —acaricia la punta de su nariz con la mía —ya no más —la parte racional de mi cerebro esta apagada y no quiero que se encienda, no por el momento. Mis manos acarician su corta barba y me dejo llevar por mis deseos, "cualquiera que me viera podría ponerme todos los títulos despectivos que se le ocurra, aun así todo valdría la pena por el placer que ahora estoy sintiendo". Los labios de Salek son igual de suaves que el de sus hermanos, pero sus besos son más hambrientos, unos que me consumen y me hacen soltar totalmente las riendas —eres nuestra Alexandra —baja a mi cuello hasta llegar al valle de mis pechos —solo nuestra —una mano acaricia mi espalda que la ver sobre mi hombro me encuentro a Selim subiendo mi blusa para besa la piel de mi espalda, Osman por su parte toma una de mis manos y besa mi palma mientras que con su mirada sé que está repitiendo las mismas palabras de su hermano, "los tres me desean, me quieren para ellos".

Cuando estoy a punto de darles libertad de acción, un teléfono suena y reconozco como el mío —bájame Salek —mi voz suena ronca y se por el pequeño gruñido de queja que sale de los tres que están odiando ahora mismo a quien me esté llamando. Cuando estoy sobre mis pies voy hacia mi bolso y veo que es una llamada de Richard —dime Richard.

—Мелина здесь —esa simple frase en como un balde de agua fría y la fantasía en la que estaba hace unos segundos se rompe —будет участвовать сегодня вечером.

—Bien —respondo —estaré ahí en unos minutos —cuelgo y cierro los ojos a modo de calmarme. Cuando siento los dedos de uno de los chicos en mi cintura me tenso.

—¿Está bien tu amigo? —pregunta Salek, yo me alejo quitando su mano y me enfrento a 3 pares de ojos, los tres igual de afectados que yo, "mierda, no debí besarlos".

—Necesita ayuda con algo personal —tomo mi bolso guardando mi teléfono. Decido salir sin decir nada, pero toman mi mano y esta vez es Selim.

—No nos alejes de nuevo —la culpa me está carcomiendo el pecho.

—Yo no puedo hacer esto de nuevo —susurro, pero sé que los tres me han escuchado —lo siento —me zafo y salgo corriendo de la casa y entro en mi auto. Sin demora enciendo y me alejo de los tres hombres que me están llevando a un camino que ya he recorrido y que se cómo va a terminar.

Salek

"No puede hacerlo de nuevo", toco mis labios aun sintiendo su sabor y su calor en mis brazos, "por minutos ella era toda nuestra, pero algo dijo su amigo y esas barreras volvieron a estar arriba" —no debiste destruirlo —reniega Selim viendo el flash en pedazos en el suelo —al menos hubieras esperado a que lo viéramos los tres y así saber el nombre del hijo de puta que la metió en ese puto problema.

—No había ningún nombre —declara Osman —Lenard pudo conseguir muy poco, solo supo que alguien de la mafia la estaba buscando —eso me enfada —y por lo que ella dijo estoy seguro que es ese mismo imbécil.

—Pues no se acercara a ella —afirmo —y para eso vamos a necesitar meternos en los lados más turbios de las carreras y conseguir el nombre de ese hombre para mantenerlo alejado de nuestra mujer —mis hermanos asienten —llama a Lenard, dile que estaremos participando de la carrera de esta noche —Osman hace la llamada —consíguenos tres motos, que de ser posible sean iguales —Selim asiente y empieza a buscar entre sus contactos, "si algo bueno tiene de ser importantes en las carreras es que ganas bastantes contactos para conseguir lo que necesites".

Se que hay más tela para cortar en esa historia de Alex, ella se puso demasiado pálida para que solo haya sido un amor superficial o de momento, "pude notar que le afectaba hablar y que intencionalmente no mencionó su nombre". Aun así lo voy a averiguar y moveré todo lo que tengo para que jamás se le vuelva a acercar, "ella estuvo en peligro por su culpa, casi la perdemos". De solo imaginarla en un ambiente envuelto de balas o sangre me hiela la sangre, "no, ella no está más sola, nosotros la vamos a proteger".

Alexandra

La pista esta abarrotada de gente —se nota que las carreras de motos son más populares —dice Richard por el auricular.

—¿Intimidado? —me burlo a modo de romper el hielo.

—Sobreviví a esos demonios rusos, cualquier cosa después de ellos es un oso de peluche —me rio por cómo se refiere a Izaac y Dominik, aunque en parte tiene razón. Los entrenamientos y clases de conducción de ambos eran bastantes más estrictas que las que recibí del señor Ferrán.

El simple recuerdo de esos días felices son un sabor agridulce, en especial por la mujer que veo que se acerca con su motocicleta roja —ha llegado.

—Ya sabes, mantente en el borde —digo —deja que gane ventaja para que puedas tener espacio de poner el rastreador.

—Lo sé —el rugido de otras tres motos llama la atención de todos y aun con los cascos puestos sé que se trata de los chicos —bueno, bueno, bueno, al parecer tus amigos estarán dándome una ayuda sin saberlo —"¿Por qué están aquí?", que sepa los chicos no participan en carreras de motos, ellos mismos me contaron que prefieren las de auto por la seguridad que brinda cuando hay choques, "¿Por qué ahora deciden participar?"

El coordinador da señal para que se pongan en posición y aprovecho para mezclarme entre la gente y así arrinconarlo en una zona donde los ojos ajenos no nos vean. 10 motos están listas para correr, diferentes modelos y colores, Melina está al lado de alguno de los gemelos, noto a los otros dos irse del bullicio, "¿Qué están tramando mosqueteros?". El grito del organizador me trae devuelta la atención a la carrera, cuando baja el pañuelo todas las motos salen disparadas y el retrocede hasta un auto y yo lo sigo.

—¿Lenard? —pregunto estando detrás de él tomándolo por sorpresa. Se golpea con el techo de su auto y me ve.

—Tu eres la que les ganó a los reyes —sonrío —Ninfa ¿cierto?

—Si —acorto la distancia hasta que nuestros rostros están muy cerca. El organizador no es alguien de mal ver; moreno, cabello rizado y ojos negros muy llamativos —por los chicos sé que eres alguien cercano a ellos —el traga y solo sonrío más para aumentar su nerviosismo —y que puedes conseguir cualquier información que se necesite, ¿no es así?

—¿Necesitas algo? —noto como muestra su valentía al hacerme frente, pero esa se va cuando siente la punta del cuchillo en su estómago.

—Lo que necesito es que dejes de meter las narices en lugares peligrosos —subo el cuchillo y llego hasta estar debajo de su mentón —hay cosas que es mejor no saberlas ni contarlas, Lenard, ¿estás de acuerdo? —este asiente aún más nerviosamente —bien, me alegra saber que estamos en la misma página —me alejo y guardo la navaja —que disfrutes de las carreras —cuando me doy la vuelta mi cuerpo se detiene abruptamente, la figura del hombre alto y ancho me hace secar la boca —vete de aquí —miro por sobre mi hombro —nunca nos vimos, ¿queda claro? —Lenard de forma rápida cierra su auto y prácticamente corre de nuevo hacia el bullicio de la carrera, al volver a girar hacia la figura este se levanta del capo de su auto naranja y con un cigarro en la mano cada vez su silueta es más clara. Cuando está a unos pasos de distancia es que habla.

—5 años sin dejarte ver y lo primero que te encuentro haciendo es amenazando a alguien.

—Ya no eres el único que sabe cómo intimidar, Dan —digo —¿o debería decirte ex caporegime? —este sonríe sin gracia alguna y bota el cigarro.

—Depende, ¿ahora debo decirte capo? O ¿Ninfa della mafia?






Arriba pueden ver como tengo en mi cabeza a Lenard.

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