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CAPITULO 12

Alexandra

Y como era de esperarse, tengo a casi por no decir todos los ojos de la facultad en mí, hombres y mujeres no dejan de mirar y susurrar bajo, sus voces se acallan cuando uno de los gemelos me toca o abraza y le dan esa mirada seria que a mí solo me causa reír, "dios, si realmente supieran quien soy ni siquiera se atreverían a susurrar". Aunque es incómodo, debo decir que es manejable, pensé que iba a ser peor o que mi cabeza me jugaría una mala pasada, "el ver demasiada mierda te ayuda ver que estas cosas pueden llegar a ser insignificantes".

Cuando llegamos al comedor como siempre los gemelos van por nuestros almuerzos mientras yo cuido los asientos. Cuando me dispongo en querer revisar mis correos las puertas del comedor se estrellan contra la pared —¡MALDITA PUTA! —"aquí vamos" pienso cuando veo a una encolerizada Sabrina caminar hacia mi apenas me ve. Me pongo de pie y noto como quiere golpearme, más yo la detengo al agarrar su muñeca —Salek es mío —susurra con rabia.

—Prueba en otra vida, porque en esta, ya es mío —se zafa y todo en ella está gritando rabia.

—De un parasito te convertiste en una zorra —dice y suelta una risa burlona —pero claro —ríe más fuerte mientras aplaude llamando aún más la atención —de que otra forma un hombre te tocaría —su cara pasa de enojo a asco —si solo falta ver la abominación que llevas por ojos para no querer tenerte ni cerca.

—Nosotros si la queremos cerca —habla Selim, Sabrina gira a verlo mientras deja las bandejas en la mesa —Alexandra no necesita recurrir a lo que tú y tus amigas siempre hacen para que las escojamos —las dos supuestas amigas muestra indignación, Osman se coloca a mi espalda y su brazo rodea mi cintura —así que mejor ve respetándola sino quieres que cada alumno empiece a conocer como estabas de rogona con mi hermano para que acepte follar contigo —veo el momento exacto en el que golpea a Selim y mi mente se apaga.

Mi cuerpo reacciona y la agarro del cabello que sin mucho esfuerzo tomo la sopa que hay en una de las bandejas y se la estampo en toda la cara para después botarla hacia atrás —¡ERES UNA HIJA...! —su insulto muere cuando detengo el cuchillo de plástico cerca de su ojo.

—Te dije que si golpeabas esta vez te devolvería el golpe —sus ojos buscan los míos —así no hubiera vuelto, Salek jamás te habría hecho su novia y sabes porque —su pecho sube y baja cuando me inclino a su oído —porque ni con mil folladas tuyas habrías podido borrar mi marca en el —veo como un Salek llega apresurado hacia donde estoy —y he aquí la prueba —me enderezo y camino hacia el para sin dejarlo reaccionar tomarlo del cuello y estampo sus labios con los míos.

No hay nada suave en como lo beso, "este es mi reclamo ante todos". Al separarme veo a una Sabrina pasmada —gracias por entretenerlo hasta mi regreso, ya puedes buscar a otro para jugar —humillada y llena de sopa se levanta y sale del comedor junto con sus amiguitas. Salek me rodea con sus brazos y siento su respiración en mi oreja.

—¿Quién eres y que hiciste con mi tímida niña? —me rio mientras que los gemelos se acercan. Selim me acaricia mi mejilla con los nudillos.

—Recuérdame jamás hacerte enojar, mosqueterita.

—Lo hare —se ríe y baja a besarme cosa que prolongo para de igual forma reclamarlo y darles ahora si buen material a todos para hablar. Al separarnos estiro mis manos llamando a mi último mosquetero y este se acerca, pero en vez de querer besarme en los brazos de su hermano, me jala y alza haciendo que mis piernas estén enrolladas en sus caderas.

—Nuestra única dueña —sonrío y le quito sus lentes.

—Mis únicos reyes —susurro uniendo nuestros labios a ojos de todos, "ellos no son Mase ni yo la misma Alexandra", esta vez sé que mi apuesta es la correcta y que ellos son los hombres que deseo conmigo.

Mase

La veo salir, sonriendo y yendo de la mano de uno de ellos, "esas sonrisas son mías, esa felicidad no debería mostrarla a ellos" —es una maldita, voy hacerle pagar —escucho a una mujer reclamar a la nada, todo su vestido esta manchado, el cabello mojado y con lágrimas en los ojos —juro que voy hacerte pagar Alexandra Kiereva —abre su auto mientras que una sonrisa crece en mis labios.

Vuelvo a ver hacia donde mi mujer estaba notando que ya los tres autos se han ido. Con seguridad salgo de mi auto y me acerco hacia la rubia enojada, al darse cuenta de mi presencia se asusta —disculpa, no quise asustarte —hablo con una voz suave —¿tu estudias aquí?

—Si —responde muy tímidamente ya que no le debe gustar que la esté viendo como está ahora —¿estas buscando a alguien?

—En realidad a ti —ella frunce su ceño —dime... —hago un ademan para que me diga su nombre.

—Sabrina —ella responde.

—Sabrina —repito —¿si te diera la oportunidad de vengarte de quien más quisiera a cambio de un favor —sus ojos van aclarándose, aunque la duda aún persiste —aceptarías? —ve hacia los lados, su cabeza esta de seguro liándose si aceptar la propuesta de un desconocido o pasar de largo, pero si algo se del rencor y el odio es que la mayoría de las veces gana sobre cualquier instinto de protección o sobrevivencia.

—¿Qué clase de favor? —sonrío sabiendo que aunque haya una pequeña modificación en mi plan, hare que mi mujer vuelva a mí y les mostrare a esos imbéciles que pasen los años que pasen, Alexandra sigue siendo solo mía.

Alexandra

Debo decir que la semana estuvo más tranquila de lo que esperaba después de todo el espectáculo que di con los chicos, si bien aún siguen las miradas ya no son tantas como lo fue al principio. Esta mañana le pedí a los chicos adelantarse ya que debía hablar a solas con Richard sobre algunos temas.

—¿Crees que él se presentará en esa gala? —pregunta Richard y yo asiento.

—A lo que averiguo Rossi, Pierelli mostrara la cara en la gala anual de medicina que se realiza aquí en Madrid —este teclea en su computador y ve que la gala se festeja dentro de unas dos semanas.

—Seria exponerse a que la misma policía lo reconociese.

—Lo sé —digo mientras me siento en uno de los sillones de la sala —pero recuerda que existe la cirugía estética o bien puede presentarse algún representante.

—Mase —su nombre aun me incomoda cuando lo escucho —¿no te ha contactado de nuevo? —niego.

—Y eso es lo que me preocupa —apoyo los brazos en mis piernas y entrelazo mis dedos —el silencio en estos momentos nunca es bueno y menos con él.

—¿Quieres preguntarle a Dan? —bufo y me apoyo en el respaldar mirando al techo.

—No lo va a traicionar —cierro los ojos a modo de pensar en algo que me dé una ventaja. Una bocina llama mi atención cuando la hacen sonar tres veces —¿esperas a alguien? —pregunto a Richard, pero este niega. Tensa tomo el arma que hay debajo de la ratonera y camino hacia la puerta, cuando veo por la mirilla mi ceño se frunce y abro la puerta encontrándome con la moto roja de Melina —¿Qué mierda? —oculto el arma en mi espalda antes de salir de la casa.

Al estar a unos pasos de distancia ella se baja de la moto y se saca el casco dejando libre una lluvia de rizos rojos que siempre me han gustado —¿Qué haces aquí Melina? —ella sonríe y saca un pequeño cuchillo, no entendiendo su accionar. Veo como se corta la palma y deja caer varias gotas al suelo.

Giuro e prometto la mia vita alla ninfa della mafia. I vostri desideri sono i miei desideri e le vostre vittorie sono le mie vittorie —el juramento que hace me petrifica, siento un nudo en la garganta del cual trato de tragar cuando se lleva la mano al pecho manchando parte de su ropa y piel con su sangre.

—¿Estas consciente de lo que acabas de hacer? —digo manteniendo un tono neutral aunque estoy hecha un lio —no hay vuelta atrás, Melina —ella sonríe y sus brazos rodean mi cuello.

—Durante 5 años me torturé al no estar de tu lado —mis brazos pesan —el pensar cómo debiste sentirte al saber toda esa verdad y más el cómo debió ser ver todo ese nuevo mundo al que ninguna estuvo preparada —tomo una respiración profunda y dejo que mi corazón domine en esta ocasión y abrazo a la primera amiga que la vida me ha dado —te apoyaré en lo que decidas y estaré cerca de ti para ver en qué gran líder te conviertes —sonrío y ambas nos apretamos bastante fuerte hasta que sentimos otro par de brazos rodearnos.

—¿Un reencuentro de grupo? —dice Richard y ambas nos vemos antes de reírnos e incluirlo en nuestro abrazo, "la necesitaba". Seria mentirme al decir que no la extrañaba y que su presencia no me hizo falta. Si bien Dominik e Izaac fueron un gran sostén para mí, al igual que Reina, necesitaba a Melina para llorar y ser débil de vez en cuando, "ella se convirtió en mi primera familia fuera de mis padres".

Al entrar Melina nos cuenta que Mase le dio esa noche la oportunidad de irse, de alejarse de el sin ninguna repercusión, más Dan decidió quedarse a su lado, quiere ser una especie de conciencia para Mase y evitar que siga el camino de destrucción en el que ha estado.

—Él está convencido de que Mase no se detendrá hasta tenerte devuelta —tomo una respiración y me levanto para mirar hacia la ventana —él se ha dado cuenta de tus sentimientos por ellos Alex.

—Lo sé —digo y la veo —por eso debo hacerlo caer para evitar que les haga daño por mi culpa —ella me da una media sonrisa antes de ir hacia mi poner las manos sobre mis hombros.

—Primero un Don y ahora tres hermanos, tu sí que sabes escoger amores —me rio y ella igual —¿desde cuándo estas con ellos?

—Desde hace unos días —digo —en una primera instancia no quería que nada pasara.

—¿Por qué?

—Por lo que soy, porque no quería arrástralos a mi realidad y porque...—me quedo callada dándole a entender lo que ella sabe.

—Tenías miedo de te volvieran a traicionar.

—Aun lo tengo —Melina me abraza y deja un beso en el costado de mi cabeza.

—Si esos idiotas te hacen llorar yo misma le corto las pelotas y las aplasto con mi moto.

—Ya extrañaba tu delicadeza —Melina me suelta y gira para mostrarle el dedo a Richard lo que este solo sonríe.

—Gracias —digo y mi teléfono suena con un mensaje o más bien una notificación.

—¿Qué pasa? —pregunta Melina.

—Es un mensaje de la universidad, nos piden ir hacia el auditorio para dar un anuncio —Richard niega tampoco entendiendo.

—Bueno vamos y así aprovechan para mostrarme su universidad —sin replicar los tres salimos.

Al llegar todo está un poco alborotado ya que toda la masa de estudiantes se dirige al mismo lugar. Cuando entramos veo en el podio a Sabrina quien nota mi presencia y una sonrisa llena de maldad adorna sus labios —apresúrense todos por favor, que el anuncio está a punto de dar inicio —sin entender nada me quedo parada a un lado.

—Mi niña —Salek viene hacia mí y noto como se pone en alerta al ver a Melina.

—Tranquilo, esta de nuestro lado —este me mira y asiente. Selim y Osman llevan la misma reacción, más cuando los tranquilizo de cierta forma bajan un tanto sus defensas.

—Bueno como ya estamos todos, daré inicio al anuncio —habla Sabrina por el micrófono —como todos habrán visto al inicio de la semana, una estudiante me humilló y amenazó delante de ustedes —fija la mirada en mi —esa estudiante es la alumna Alexandra Kiereva o bueno —se ríe —ese es el apellido que le dieron cuando la adoptaron —todo mi cuerpo se enfría y en una pantalla detrás de ella se proyecta una noticia sobre el incidente de mi familia —porque en realidad su apellido es otro, uno que refleja esa actitud tan violenta que demostró ese día —su mirada y todo en ella es regocijo puro, uno que está disfrutando al revelar mi origen. Ella me mira y apunta —es la hija de una familia de criminales que fueron asesinados en un ajuste de cuentas entre grupos de la mafia —todo en ella muestra satisfacción—la familia Bernardi, ese es tu apellido, ¿no? Alexandra —los murmullos se elevan al igual que siento como todos me están mirando —bien dicen que la manzana no cae lejos del árbol —vuelve a mirar al público —como hija de uno de los miembros del consejo, pido el apoyo de todos para exigir su expulsión definitiva de nuestra universidad.

—Es una hija de puta —dice Melina e intenta avanzar más yo la detengo.

—No puede estar haciendo eso solo porque no quisiste con ella —escucho a Selim también enojado.

—No es la única con influencias dentro del consejo —le sigue Osman —vera que dos pueden jugar lo de ella.

—Ninguno hará nada —hablo llamando su atención y dejo que esa oscuridad dentro mío invada cada parte de mi —ella quiere jugar —miro hacia mis chicos y sonrío —pues juguemos entonces —camino hacia la salida, más alguien me agarra de la muñeca y veo hacia Salek.

—¿Qué harás? —acaricio su mejilla con suavidad.

—Lo que pasa cuando se meten con una Bernardi —veo su confusión y yo solo sonrío, Richard me lanza sus llaves y yo las atrapo antes de dar media vuelta y retomar mi camino hacia la salida, en medio del camino mi teléfono suena y contesto sin mirar quien es.

—¿Te gusto mi regalo mia ninfa? —su voz me detiene y la incomodidad se convierte en odio —creí que tus nuevos amigos debían saber la verdad —las manos me palpitan —espero que algo tan pequeño no los vaya a ahuyentar.

—Realmente eres un estúpido —vuelvo a mi andar —¿crees que ellos no saben quién soy realmente Mase? —la línea se queda en silencio —no eres el único que puede enamorar siendo el malo del cuento —sonrío y desbloqueo el auto de Richard —y créeme ellos sacian muchas cosas que tu dejaste insatisfechas.

—Estas provocándome de una forma en la que terminaras lastimada Alexandra —gruñe.

Capo para ti perro —doy un giro y me meto en la autopista —y el único que terminará lastimado y muerto eres tú —cuelgo y de forma inmediata marco otro número. Al segundo timbre me contesta.

—¿A qué se debe este llamado, Ninfa? —la música de fondo solo acentúa la voz gruesa y fría del hombre al otro lado.

—Necesito de tus habilidades Duque.

—¿De cuáles habilidades estamos hablando? —sonrío entendiendo la referencia.

—Necesito saber hasta los muertos de alguien y lo necesito en menos de dos horas, ¿podrás hacerlo? —puedo escuchar bien como traga antes de responder.

—Envíame el nombre y en media hora tendrás todo lo que necesitas —estaciono en el garaje de Dominik.

teşekkür ederim güzelim —cuelgo y meto el código de la puerta antes de entrar sabiendo que antes de que mi jornada de estudio termine habré destruido toda la vida de la linda Sabrina, "aprenderás de la peor forma lo que significa jugar con fuego y quemarse sin posibilidad de resurrección"

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