CAPITULO 10
Alexandra
No puedo calmarme ni pensar en algo lógico, mi mente todavía repite el cómo Mase estaba decidido a matar a Salek, "esto no debía pasar, él no debía saber de ellos" —Alex —no me detengo ante quien me llama, solo sigo caminando en el estacionamiento y encuentro mi auto —¡Alex! —me jalan y los ojos verdes de Salek me miran llenos de preocupación —mi niña...respira —su mano en mi mejilla me hace soltar el aire y el peso de todo empieza a caer en mis hombros.
—¿Cómo me encontraron? —susurro mientras cierro mis ojos y suelto su mano. Mi espalda se apoya en una de las puertas.
—Rastreamos la placa de la motocicleta de Richard —miro hacia Osman con el cuestionamiento tiñéndome las facciones —no somos tan inocentes como crees mosqueterita —eso medio que me saca una sonrisa y miro hacia los otros dos hermanos. La mera idea de que Mase les haga algo por mi culpa me cierra la garganta.
—No debieron meterse —Selim se pone en mi delante y toma mi mentón.
—¿Es porque aún lo amas? —su pregunta me descoloca —¿aún lo amas y por eso no querías que nos viera? —"si ellos realmente supieran...", unas luces nos apuntan y todo mi pulso se acelera cuando un auto negro se estaciona cerca de nosotros, miro hacia Richard quien ya tiene la mano en el arma a su espalda y yo igual agarro fuerte la mía, más toda la presión que sentía se evaporiza al ver quien sale del auto.
Al cerrar su puerta camina hacia nosotros y es Selim quien me da la espalda protegiéndome con su cuerpo —tranquilo, es amigo mío —digo y el me ve sobre su hombro, con dudas se aparta y yo camino hacia el recién llegado —esta noche se volvió una llena de sorpresas.
—Veo que no has tardado mucho en ponerte en acción —bufo sonriendo, este coloca su enorme mano en mi cabeza despeinándome como tiene la costumbre de hacer —me alegra que hayas salido bien de ese encuentro.
—Lo sabias —este asiente.
—El abuelo me pidió que viniera y no me fuera hasta que se diera el primer encuentro —ve el arma en mi mano —debo decir que los disparos casi me hicieron intervenir.
—¿Por qué no lo hiciste? —cuestiono y el deja escapar una respiración fuerte.
—Porque hay batallas en las uno debe librar solo —dice —y esta era una que debías afrontar sola, al menos en el primer asalto —me rio, el ve detrás de mí —pero eso no quiere decir que no puedas tener apoyo.
—Dominik...
—No puedes ocultárselos cuando él ya los vio, Alexandra —sus ojos oscuros me penetran que el miedo vuelve con mayor fuerza —y si el ve lo que yo veo, entonces con mayor razón ira a por ellos —veo hacia atrás y cada hermano tiene la rabia escrita en sus rostros, mas no es a mi quien va dirigida esa rabia sino al hombre que está cerca de mi —esa mirada indica rabia porque alguien esta con su hembra —el susurro de Dominik solo me estremece, pero no es por su ronca voz sino por lo que me dice —quieras o no ya están involucrados, así Pierelli no los haya visto, sus sentimientos hacia ti tarde o temprano los hubiera envuelto en nuestro mundo.
—Odio cuando tienes razón —este se ríe y coloca su brazo alrededor de mis hombros.
—Preséntame y vamos hacia mi garaje, ahí podrás aclarar todo con tranquilidad.
Salek
Mi cuerpo aun esta tenso, no, más que eso, esta como piedra mientras Alex conduce hacia el garaje del tal Dominik. Debo decir que todo en el hombre intimida, desde la altura, los tatuajes, el cabello largo ni decir la vestimenta totalmente negra que lleva. Cada parte del ruso gritaba poder y rudeza, aunque todo eso me importaba una mierda mientras que dejara de tocar a Alex con tanta familiaridad.
Ella lo presentó como un amigo, pero se me hace muy raro que alguien que nos pasa por varios años sea solo su amigo, "amigo mis bolas". No sé si ha tenido algo con este «amigo», ni quiero saberlo, sé que yo no he sido un santo ni mis hermanos tampoco, pero la mera imagen de otro hombre tocándola hace que mi sangre se convierta en lava pura, "ya suficiente tengo con la imagen de ese imbécil besándola". Cuando llegamos al garaje, que es un edificio en el cual sus paredes gritan un mantenimiento, la persiana va abriéndose y cuando entramos todo dentro es un contraste muy notorio a la fachada.
Paredes blancas, muy buena iluminación, distintos estantes con piezas metálicas de todo tipo y tamaños. Hay algunos autos de diferente marcas totalmente desarmados —aquí estamos seguros —declara Dominik cuando bajamos del auto —puedes hablar tranquilamente y ellos pueden sacarse todas sus dudas —miro hacia Alex que asiente más noto todo el nerviosismo que exuda su cuerpo, Richard solo nos da una simple sonrisa antes de alejarse junto con el tal Dominik dejándonos a los cuatros solos. Ella nos mira a los tres y respira profundo antes de hablar.
—Se que tienen muchas preguntas —empieza —unas que buscaron respuestas por su propia cuenta y de las que más o menos he sido sincera al contestarle ese día en su cuarto.
—¿En qué parte has sido sincera? —pregunta Osman. Alex camina hacia una mesa en donde se apoya y mis hermano y yo caminamos hasta quedar frente a ella.
—Mase es el hombre con el que tuve una relación —nos mira —el sí pertenecía a la mafia en ese entonces, pero la razón por la que tuve que «esconderme» —hace comillas con sus dedos —no es cierta —sus labios se fruncen —hace 5 años me entere de un verdad que cambió por completo el como yo vivía, de las cosas que creía mientras que al mismo tiempo recibía un puñal por la espalda del hombre al que amé ciegamente —el rumbo de la historia no me gusta y menos por como veo que a ella le cuesta hablar —nunca mencioné mi pasado porque hacerlo significaba involucrarlos en un problema que nada tiene que ver con ustedes.
—Pero si contigo —completa Selim y ella asiente.
—Hace 5 años descubrí que yo no era hija biológica de mis padres —eso nos toma por sorpresa —Dominik —apunta hacia donde se fue —y su hermano Izaac fueron los encargados de decirme la verdad y también —hace una pausa en donde mira hacia un lado antes de volver la vista hacia nosotros —los que me salvaron de una muerte asegurada.
—¿Qué quieres decir? —pregunto un poco exaltado, "¿Cómo que fue salvada de una muerte asegurada?, ¿ese imbécil acaso atentó contra su vida?" —¿Por qué estabas en peligro de muerte? —Alex se queda callada unos segundos antes de comenzar a contarnos una historia sacada de una fantasía, una que es bastante oscura y solo hace que esa rabia de antes se intensifique a tal punto de solo jurar en silencio que la próxima vez que tenga en delante a ese imbécil, lo hare sangrar.
Alexandra
El contar mi historia no es fácil, es volver a vivirla y eso solo hace que mi cuerpo se erice y cada cicatriz interna y externa pique. Los chicos no me han interrumpido en ningún momento, no preguntan ni cuestionan, solo escuchan. Al hablar de mis verdaderos padres, de como ellos murieron siento que mi pecho se oprime. En estos 5 años me he interiorizado en conocerlos aunque sea a través de las palabras del abuelo Iván o de los demonios.
Rossi también me ha contado lo que sabía de mi madre, como fue respetada por los asesinos de la organización y el cómo se ganó el respeto de los Don de cada familia que ninguno dudó en mostrar su apoyo ese fatídico día, también el cómo mi padre fue un gran apoyo para ella, jamás mostró codicia o envidia por estar bajo su mando, más bien mostraba absoluta lealtad hacia ella, una tan pura que muchos admiraron. Para todos eran una pareja modelo, una que combinaba tanto fuerza como inteligencia, pero mas que todo, mostraba lo que significaba ser leal a los tuyos sin importar que.
Les cuento como los demonios me han estado ayudando al momento de decidir tomar las riendas de la mafia. Como me han ido entrenando tanto física como mentalmente, porque si bien puedo pelear o armar estrategias, también debes estar preparado para ver los escenarios más crueles que se puedan presenciar, "un líder no puede ser considerado como tal sino es capaz de ensuciarse las manos",
Esa parte fue en la que Reina tuvo mucha influencia en mí, ella había sido criada desde pequeña en todo este entorno y supo cómo guiarme para poder afrontar y seguir avanzando cuando las cosas no iban color de rosa.
Cuando termino quien se acerca es Salek y toma mi rostro con ambas manos —mi niña... —su pulgar acaricia tan delicadamente mi piel que de cierta forma me reconforta, su frente se apoya en la mía y cierra sus ojos dando un respiro profundo que me demuestra lo mucho que le ha afectado todo lo que he contado —voy a matarlo...—al abrir sus ojos están casi negros que toda mi columna siente un escalofrió —a él y a esos dos que te quitaron tanto.
—No nos dejes fuera —dice Selim y Salek se aparta dándole espacio para que este tome mi mano y deje un beso en el dorso —recuerda que nosotros somos tuyos, mosqueterita —siento mi garganta seca, mi otra mano es tomada y veo a Osman, este se quita las gafas y con esos ojos desiguales lleva mi mano a sus labios.
—En las buenas y en las malas —Salek se vuelve a colocar en mi delante, enreda sus dedos en mi nuca tirando un poco mi cabeza hacia su dirección.
—Nosotros aceptamos bajar al mismo infierno por ti —quiero replicar, pero me calla colocando uno de sus dedos en mis labios —no más huidas, ni intentar dejarnos fuera. Eres nuestra y nosotros tuyos —su rostro se acerca dejando que nuestras narices se rocen —deja de negarnos y permítenos mostrarte como se sienten que te coloquen por encima de cualquier cosa —sin dejarme hablar sella sus labios con los míos y me dejo llevar. Ya no los aparto sino que jalo a los otros dos y no tardo en de igual forma besarlos, "lo intenté, no quise involucrarlos ni caer de nuevo en esto, pero soy débil".
No sé cómo haremos funcionar esto, tres hombres con una chica no es algo que la sociedad acepte tan fácilmente, pero con cada beso de ellos parte del peso que estaba sintiendo se desvanece, el peligro sigue ahí, más por estos minutos solo existe este sentimiento que me calienta el pecho y me recuerda lo hermoso que se siente ser amada.
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