CAPITULO 1
Madrid - España
Salek
La música me relajaba los hombros antes de cualquier carrera, "esta noche es perfecta para ganar". Al ver por el retrovisor me doy cuenta que dos Camaro azul me siguen, "son puntuales hermanitos". Sonrío y acelero hacia las afuera de la ciudad.
Madrid de noche es perfecta, toda la ciudad se enciende y llena de cierta vida, pero lo que más nos llama la atención es lo que oculta en esos rincones que pocos acceden, esos donde las reglas son otras y el peligro es tu compañero. Acelero más y las sirenas no tardan en aparecer, mi teléfono vibra y contesto con el manos libres —¿tenías que llamar su atención? —reclama mi hermano Osman y yo solo me rio.
—No te hagas el enfadado que bien disfrutas hacerlos morder el polvo —mi otro hermano bufa reprimiendo su risa.
—Bien—bufa— si lo hago, pero una advertencia seria bien recibida.
—Deja de quejarte Osman y relájate que hoy es nuestra última noche de libertad —dice mi hermano Selim antes de los tres acelerar y separarnos para perder a los patrulleros.
15min después los tres llegamos a las afuera de la ciudad en donde ya hay música y un grupo grande de personas reunidos. Al ver nuestros autos abren paso hasta que nos detenemos por completo en medio de todos, Lenard no tarda en aparecer cuando salgo —ahí está mi rey favorito —sonrío negando cuando lo golpean por detrás en la cabeza.
—Ya sabía yo que favorecías a nuestro hermano —se queja Selim para después ambos reírse.
—Que te puedo decir, muestra más decencia que tu —ambos se enfrascan en una disque pelea como niños chiquitos.
—¿Y ahora por que se están manoseando? —llega Osman acomodándose sus lentes.
—Ya los conoces —Osman blanquea los ojos apoyándose en el capo de mi auto cuando el rugido de un motor nos llama la atención. Un Mustang color negro aparece y va directamente a la línea de salida, Selim silba y se para a mi otro costado —que hermosa belleza, ¿de quién es? —pregunta mirando a Lenard.
—Es nuevo en la ciudad —dice cuando mira su tableta —pagó por completo la cuota para entrar, no viene con una banda o grupo determinado, a parte del modelo de su auto no hay más información —me quedo viéndolo por si el conductor baja, pero después de unos minutos no hay señal de que veamos su rostro hasta después de la carrera —bueno es mejor que vayas a la línea, la carrera esta pronto a comenzar y aposté por ti así que —me da unos golpes en el hombro nates de irse y yo solo sonrío.
—Ten cuidado, hermano —dice Osman serio sin quitar el ojo en el nuevo.
—No te preocupes —respondo y abro la puerta del conductor —le daré una buena bienvenida a nuestra ciudad —él sonríe ladinamente levantándose —es lo que todo buen rey haría, ¿no? —entro y me posiciono al lado del nuevo en la línea de meta, "muéstrame de que estas hecho, nuevo".
Narrador X
Los 6 autos se alinean en la línea de salida, cada auto haciendo rugir su motor, demostrando su potencia y fuerza, Lenard se coloca en frente —¡¿están listo corredores?! —apunta al público —¡¿listos públicos para un poco de velocidad?! —todos gritan y aplauden —¡recuerden, aquí solo se viene a correr, nada de armas de ningún tipo. Si hay algún problema entre ustedes, lo resuelven fuera de la pista! —apunta de nevo hacia los autos —¡que inicie el conteo! —todo el público hace el conteo regresivo desde el 5.
Al llegar al 1 Lenard baja el pañuelo blanco y todos los autos salen disparados hacia la pista. Salek maniobra la caja de cambios acelerando y esquivando a los demás corredores, cuando llega hasta el nuevo intenta adelantarse, pero este lo bloquea no importa a donde gire —hijo de puta —se aleja un poco a modo de que baje la guardia, dejándolo avanzar unos kilómetros más adelante.
Cuando llegan al momento de volver a ingresar a la ciudad Salek aprovecha ese segundo para ir por un lado y pasarla por delante —mi ciudad, mis reglas —acelera y conduce por las calles ya conocidas. La carrera consiste en manejar por el centro de la ciudad, evitando que una de las patrullas lleguen a atraparte. Salek ve por el retrovisor que el nuevo gira por una calle y este sonríe como felino, "sino conoces la ciudad terminaras en un callejón".
Esa es la desventaja de Madrid, si bien tiene diversas calles, algunas son ciegas y sino haz visto al menos por encima un mapa, terminaras en un callejón y serás atrapado por las patrullas. Salek aprovecha y acelera. Al estar por salir de la ciudad, ve al Mustang salir por su derecha a máxima velocidad que lo hace frenar para evitar un choque, pero este hace el giro en el último segundo y se adelanta —será imbécil —con rabia Salek hace el cambio y sale disparado a tiempo de que otro auto lo pase por delante.
De aquí hasta la meta, el camino es totalmente recto y pavimentado, aquí es de quien tiene más velocidad y control de su auto. Salek presiona el acelerador llegando a estar muy cerca del Mustang, izquierda o derecha, no importa por donde, no encuentra un espacio para filtrarse —vamos cabron —sin otra salida, Salek le da un pequeño golpe para asustarlo, pero le da un resultado distinto, el Mustang acelera un poco más para luego detenerse por completo haciendo que Salek haga un giro brusco y patine un poco. Al detener el auto, Salek ve como el Mustang y otro auto lo dejan atrás —gillipollas —enciende y vuelve a colocar el auto recto saliendo disparado para remontar.
Al auto que lo pasó logra dejarlo atrás, pero el Mustang está a mucha más distancia, "si uso eso poder alcanzarlo". Salek duda, pero su ganas de ganar son bastantes que pulsa el botón de nitro para ir a una velocidad increíble, "son 10 segundos, suficientes para rebasarlo". Pero al igual que el, el Mustang toma mucha más velocidad cuando ya estaba por alcanzarlo —¡no! —grita cuando ve como el Mustang cruza la línea de llegada con el pegado atrás.
Ambos autos derrapan a la hora de detenerse que terminan trompa con trompa, Salek furioso sale de su auto y sin importarle que este rodeado de gente va hacia el Mustang —¿Quién puta te crees para...? —su pregunta queda a medias cuando al sacar al conductor se encuentra con ojos violetas, unos ojos que su mente jamás olvidaría por más que lo intentara.
—Hola Salek —saluda la mujer que tiene agarrada de brazo —¿o debería decirte rey ahora?
—Alexandra...—susurra este y la sonrisa de la mujer solo se ensancha.
—¡Hermano! —la mujer ve hacia un lado, pero Salek la toma de la barbilla para que vuelva a mirarlo a él.
—¿Realmente eres tú? —Alexandra tomando la mano que la tiene agarrada del brazo, la lleva hacia su mejilla apoyándose.
—Si mi mosquetero, soy yo —segundos pasan hasta que le rodea el cuello y la aprisiona contra su pecho y su otro brazo le rodea la cintura.
Alexandra corresponde el abrazo rodeándolo con sus brazos, aunque en un principio se sintió un poco incomoda, el calor conocido de los brazos de Salek la relajó —¿pero que carajos te pasa?, ¿Por qué...? —alguien los separa cuestionando hasta que la ve y Alexandra vuelve a sonreír al encontrarse otro rostro conocido.
—Hola Selim —ve hacia su lado —hola Osman —ambos hombres aunque sean idénticos, se los puede diferenciar. Selim acorta la distancia y toma su rostro con ambas manos.
—Eres tú, mosqueterita —ese apodo la hace reír y asiente. Sin más este la levanta dando un giro completo.
—¡Espera, bájame! —al momento de hacerlo, unos brazos por detrás la rodean. Cuando ve un poco por sobre su hombro, el ultimo hermano la tiene contra su cuerpo.
—Si, eres tú —dice Osman al alejar su rostro de su cuello —nuestra mosqueterita —Alexandra se aparta para ver junto a los tres hermanos que siempre recuerda con cariño, sus primeros protectores y a quienes consideró familia sin tener ningún lazo sanguíneo.
—Bueno creo que me ahorrare un poco las presentaciones —interviene Lenard agitado y se coloca al frente de Alexandra —necesito un nombre para presentar a todos a la nueva ganadora —sin titubeo Alexandra responde.
—Ninfa —dice —así me conocen en las carreras de Italia y así espero que me conozcan aquí —Lenard asiente y toma su mano levantándola.
—¡Les presento a todos a la nueva ganadora de las carreras!, ¡la primera en conseguir la victoria con uno de los reyes en ellas!, ¡Ninfa! —la tensión y los murmullos se convierten en aplausos y vitoreo. Alexandra sonríe ampliamente mientras que los tres hermanos quedan contemplando a la única mujer que ha llegado a cautivarlos de manera cegadora.
Desconocido
Mi teléfono se ilumina y noto que es una notificación. Al abrir el mensaje me encuentro con un informe de mis ventas del último mes —han bajado —susurro y no puedo evitar una sonrisa ladina —ella se ha convertido igual de peligrosa que tú, sorella —me levanto y me quedo viendo la ciudad nocturna de Bangkok, llena de luces, risas, insultos y peligros —tu legado está siguiendo tus pasos, pero no dejaré que ella termine como tú, escogiendo el lado que la mate —mi puerta se abre y mi sobrino entra dejando una carpeta en mi escritorio.
—Es el nuevo puerto para las entregas, ya está listo.
—Bien —agarro la carpeta y la reviso —necesito que vayas a España, hay uno de nuestros negocios encubierto que lleva perdidas —lo miro —revísalo y ponlo en orden, lleva a los hombres que veas necesarios y no regreses sino hay resultados.
—¿Creí que mi padre se encargaba de España? —afirmo con un movimiento de cabeza.
—David lleva las manos completas con el manejo del laboratorio, se necesita hacer algo más fuerte que lo que Alemania vende —me siento —ya sabes que una de las cabezas de aquí le gusta poder tener armas de control para cualquier cabo suelto que se pueda presentar —mi sobrino asiente y se gira para salir, pero cuando llega a la puerta se detiene y me mira por sobre su hombro.
—¿Hay alguna pista de ella? —niego y noto como eso le empeora el humor que sale dando un portazo. Mi sonrisa es innegable que me apoyo en mi respaldar mirando mi techo.
—Esta vez, jugare con el destino a mi favor —abro el cajón y del fondo saco una fotografía —voy a mostrarte el resultado de escoger el lado correcto del tablero mia Ninfa.
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