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Capítulo 21. ¿Amas Al Emperador?

JiMin le dio a SoGe una mirada confusa, y luego le dio un "Ah" de reconocimiento. Debe estar hablando de la pernoctación del Emperador debido a la lluvia. ¿Pero cómo se había enterado tan rápido?

«Nota: Pernoctar - es la acción de pasar la noche en determinado lugar, especialmente fuera del propio domicilio.»

-"Estaba", -respondió JiMin-, preguntándose si había un espía en el palacio.

-"¿Por qué?"

-"Porque estaba a solas con el Emperador, y quedamos atrapados por la lluvia."

Las implicaciones de sus palabras hicieron que sonara romántico, pero no tanto para las dos personas que estaban en la situación. SoGe, por supuesto, lo interpretó a su manera. Se agarró la falda de su vestido con puño tembloroso.

-"Anoche... ¿Estabas con Su Majestad?"

-"Sí".

-"¿Por qué?"

JiMin pensó que, si tenía que elegir el momento más ridículo de su vida, probablemente sería éste. ¿Cómo se atrevía una concubina a criticar la relación de un rey con su marido como si fuera un asunto ilícito? Desafortunadamente, SoGe parecía no ser consciente de su propia locura. Eso también era un talento, aunque uno muy molesto.

-"No es inusual que un rey esté con su emperador", -dijo JiMin-. "Sin embargo, un rey lo mínimo que haría sería preguntar por qué cuando un emperador da un título nobiliario a una concubina."

-"..."

-"Supongo que debería preguntarte cuándo pases la noche con Su Majestad", -dijo JiMin-.

-"... ¡Su Majestad!"

-"No grites. No tienes modales, como te dije ayer. Empiezo a dudar del nombre del Barón Darrow. ¿Cómo diablos fue educado?"

-"Estás yendo demasiado lejos".

-"¿No crees que tú estás yendo demasiado lejos?"

JiMin estaba empezando a perder la paciencia con SoGe. Por mucho que JiMin jurara que se quedaría quieto, no podía contenerse, por muy buena persona que fuera. ¿Cómo no podía reaccionar cuando alguien lo pinchaba con un pincho caliente?

-"No puedo creer que te preocupe que un rey pase tiempo con su marido... tú también debes haber sido atrapada en la lluvia, SoGe. Si no, ¿puedes volver a ser la loca que eras antes?"

SoGe entrecerró los ojos.

-"No soy yo quien está loca, sino usted, Su Majestad. Al parecer, le hiciste una promesa al Emperador el día de tu boda. No pedirías su amor, y no me harías nada a mí. ¿Vas a romper esa promesa?"

-"Se basa en la premisa de que no me provocarás primero. Si sigues intentando conspirar contra mí de esta manera, ¿crees que me quedaré de brazos cruzados como un tonto? ¿O esperabas un rey de mente vacía?"

-"¿Amas al Emperador?"

-"Disculpe, señorita So", -gritó con dureza JiMin-. Le resultaba más difícil mantener la compostura mental, probablemente debido a su enfermedad por la lluvia. De lo contrario, no se pondría tan nervioso. Sabía que SoGe era una mujer astuta, pero por alguna razón JiMin se sintió indignado por haber pasado la noche con YoonGi. Nunca lo había pensado de esa manera.

-"Creía que aún tenías al menos algo de capacidad de comunicación, pero esto es serio. ¿Está tu cabeza mal por la lluvia? ¿Tengo la obligación de decirte si amo al Emperador o no?"

JiMin se puso en marcha.

-"¿Y si lo amo, y si no lo amo? No entiendo por qué estoy escuchando esto de ti en mi palacio. ¿Necesitas ver a un médico?"

-"..."

El rostro de SoGe se volvió engreído, y JiMin pensó sinceramente que la concubina debía ser una enferma mental. Decidiendo que no había nada más que decir, JiMin decidió terminar la conversación lo antes posible.

-"Tanto si anoche me revolqué en las sábanas con el Emperador como si sólo dormí a su lado, no hay razón para explicártelo. Si tienes tanta curiosidad, ve a preguntarle al Emperador a quien tanto amas", -dijo JiMin en tono burlón-. "¿O tienes miedo? ¿Miedo de perder su superficial favor y que lo tenga yo?"

Los ojos de SoGe se volvieron inmediatamente tan peligrosos como los de un animal salvaje. Sí, estaba asustada. Era consciente de la situación en la que se encontraba.

JiMin siguió adelante sin preocuparse.

-"Hoy has actuado de forma bastante brusca. Ya te lo advertí ayer, pero la lección aún no se te ha metido en la cabeza. ¿Necesitas que te abofetee de nuevo?"

-"..."

SoGe miró venenosamente a JiMin, luego se levantó y salió de la habitación sin decir una palabra más. El sonido de la puerta al cerrarse resonó fuertemente en la habitación, y cuando la concubina finalmente se fue, JiMin suspiró. La concubina siempre lo agotaba después de cada encuentro.

Mina se acercó a él con una expresión aturdida.

-"Su Majestad, ¿está usted loco? ¿Por qué la dejaste ir? ¡Deberías haberla abofeteado en la mejilla una vez más!"

-"Con lo de ayer fue suficiente, Miguri. El Emperador no dijo nada sobre lo que pasó ayer, pero si hoy vuelvo a golpear su mejilla, puedo terminar en problemas. Entonces puede que me tilden de rey celoso".

JiMin quería que circulara ese ridículo rumor. Cualquier cosa menos eso. Controló su respiración y palpó los rizos sueltos de su pelo, que se habían soltado por la ira.

-"¿Cuándo se van los invitados, Mirya?" -preguntó JiMin-.

-"Creo que todavía tienes mucho tiempo para despedirlos", -respondió Mirya-. "¿Te irás ahora?"

-"Sí", -respondió JiMin de manera casual-, y lentamente se puso sus zapatos de color azul. Ayer se puso un traje rojo fuego, pero hoy se había puesto uno de color azul que recordaba al agua.

JiMin caminó lentamente hacia el lugar designado, y vio a YoonGi vestido con uniforme a unos cien metros del palacio de Hanren. Había sido él, no JiMin, quien había causado problemas anoche, pero por alguna razón JiMin se sentía avergonzado de ser el que lo vio. Hizo que su cara se viera lo más casual posible, y luego se acercó a él.

-"Saludos al Sol del Imperio. Saludos a Su Majestad el Emperador."

-"Ah, ¿estás aquí?" -dijo YoonGi-, volviéndose hacia JiMin.

-"Debo terminar mis deberes como rey. Si no quieres que esté aquí, me iré."

-"... Quédate."

-"Como quieras"

JiMin entonces sacó un pañuelo. Era el blanco que le pidió prestado. JiMin no quería reconocer que lo de anoche había sucedido, pero sabía que el pañuelo era importante para él. Se atrevió a devolverlo delante de toda la nobleza, ya que eso podría ayudar a su imagen un poco más. Como era de esperar, sintió que las miradas de la multitud se fijaban en ellos.

-"Gracias por lo de anoche", -dijo JiMin-.

-"Yo me disculpo", -respondió YoonGi-. JiMin se aclaró la garganta al recordar lo que había pasado. Los nobles parecían buscar frenéticamente información oculta en las palabras, y JiMin sonrió un poco. Eso no fue lo único que lo complació.

-"Estaba preocupado por haber tomado tu cama", -dijo YoonGi-. "¿Cómo te sientes?"

-"Estoy un poco cansado, pero estoy bien. ¿Usted está bien?"

El buen humor de JiMin se debía a una mujer que se escondía detrás de un árbol y los observaba.

'SoGe'.

YoonGi asintió.

-"Bien."

SoGe estaba ahora rechinando los dientes con furia. El amor era como una caña, la cual podía ser sacudida y rota en cualquier momento.

En ese momento, el grupo de los representantes apareció, y uno de ellos se inclinó y habló respetuosamente ante el Emperador y el Rey.

-"Agradecemos al Imperio Mavinous su hospitalidad."

JiMin respondió con fluidez en el lenguaje del Imperio de Christa.

-"Espero que se hayan sentido cómodos. Me preocupaba no estar lo suficientemente preparado para ello."

-"Para nada, Su Majestad. Usted habla nuestro idioma con fluidez, y todos se sintieron muy cómodos", -dijo la duquesa Rosé-, y se dirigió a YoonGi para hablar con él.

-"Ustedes dos son una pareja encantadora, Su Majestad. Es una gloria para su imperio tener un rey tan sabio y hermoso".

-"Gracias por sus elogios".

En la superficie, la atmósfera era amigable, pero SoGe seguía detrás del árbol, apretaba la mandíbula y emanaba un frío intenso. Mientras miraba la escena desde lejos, intuyó que algo estaba mal. No, no podía hacer nada todavía. Como mínimo, había garantizado que sería ella la que daría a luz al príncipe, pero antes de eso, tenía que mantener el amor del Emperador tanto como fuera posible. Masticó sus uñas con ansiedad y se dio la vuelta, murmurando furiosamente mientras sus ojos brillaban ferozmente.

Esa tarde, JiMin recibió una carta de TaeHyung, preguntando si podía visitarlo al día siguiente. JiMin aceptó, por supuesto, ya que hacía mucho tiempo que no se habían visto. JiMin pasó el resto del día haciendo todo el trabajo posible para estar libre al día siguiente.

Llegó el día de la llegada de TaeHyung, y JiMin instruyó al chef para que cocinara los macarons de fresa favoritos de su hermano, antes de esperar con entusiasmo la aparición de su hermano.

«Nota: En este párrafo, la palabra 'Macarons' se usa para referirse a las galletas tradicionales de la Gastronomía de Francia e Italia hechas de clara de huevo, almendra molida, azúcar glas y azúcar común.»

Pronto fue recompensado, y TaeHyung llegó al palacio antes de lo que esperaba. JiMin lo recibió con los brazos abiertos.

-"¡TaeTae!"

Durante la visita de los representantes, JiMin lamentó que TaeHyung no pudiera haber venido con su madre, la marquesa de Park, al banquete.

TaeHyung respondió con el mismo entusiasmo.

-"¡Minnie! ¿Cómo estás?"

Se puso rígido de repente.

-"Ah... ¿Debería decir 'Su Majestad'?"

-"TaeTae, sabes que no me gusta eso. No hay nadie aquí, sólo nosotros dos. Puedes dejar las formalidades."

-"Eres un desvergonzado. Está bien. ¿Puedo tomar una taza de té? Tengo sed porque me apresuré a venir aquí."

JiMin sonrió ampliamente por la petición de TaeHyung.

-"Por supuesto. También preparé tus macarons de fresa favoritos. Podemos tomarlos con el té."

Como JiMin ordenó, un plato lleno de macarons y dos tazas de té con leche se colocaron en la mesa delante de ellos. JiMin sonrió genuinamente mientras disfrutaba de su tiempo con su hermano.

Hablaron de varias cosas durante un tiempo, antes de tocar un tema delicado.

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