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Capítulo 15. Conociendo A Las Esposas De Los Representantes

La noche de la recepción, JiMin llevaba el más hermoso traje rojo que tenía. Su tono intenso era demasiado llamativo para su gusto, pero lo usaría para el banquete de esta noche. Era una ocasión demasiado importante como para pasarla por alto. El Emperador recibiría a los representantes, mientras que el Rey recibiría a sus esposas por separado. No podía haber ningún error relacionado con la diplomacia a nivel nacional. JiMin escudriñaba cada detalle de su aparición mientras se miraba en el espejo y comprobaba todo lo que tenía que hacer.

-"¿Está toda la comida lista?"

-"Sí, Su Majestad, ya todo está preparado. No sólo la comida, sino también todos los demás pequeños asuntos."

-"Bien hecho, Mirya. Has trabajado duro." -felicitó JiMin- Comprobó su sonrisa en el espejo y se ajustó la corona, cuando una criada entró en la habitación con otras dos personas.

-"Su Majestad, creo que debería irse ahora. La delegación ha llegado."

-"Muy bien." -respondió con voz tranquila- Luego se dio la vuelta y salió por la puerta. Mientras caminaba hacia el lugar de encuentro en el palacio central, se dirigió a Mirya.

-"¿Aceptó la Baronesa la invitación?"

Aunque JiMin no dijo el nombre, Mirya comprendió inmediatamente a quién se refería, ya que sólo habría una baronesa en el banquete de esta noche.

-"Ella respondió hace tres días."

-"Lo esperaba, pero..." -comenzó a decir JiMin, pero se calló- Habían llegado al palacio. JiMin arregló su traje una vez más y entró.

Varias hermosas mujeres nobles ya habían llegado y estaban sentadas en la mesa, pero en cuanto vieron a JiMin, se pusieron de pie.

-"Saludos a la Luna del Imperio. Gloria a Su Majestad." -dijeron todas al mismo tiempo- Luego se sentaron. JiMin miró a las presentes como si estuviera buscando a alguien. La duquesa Bringstone se dio cuenta y respondió a su pregunta no expresada.

-"Su Majestad, la Baronesa So llegará tarde."

-"Ya veo." -respondió JiMin con calma y asintió con la cabeza- Tan pronto como se sentó, las damas comenzaron a derramar sus cumplidos. Debido a que algunas de ellas eran de familias que producían candidatos a reina y rey, eran generalmente amables con él.

-"Admito que mis expectativas eran reducidas porque nunca habías hecho nada como esto, pero tus preparativos son maravillosos."

-"Me siento halagado, Duquesa Witherford. Me alegro que esté disfrutando."

-"Su Majestad, ¿por qué se molestó en invitar a la Baronesa?" -interrumpió la marquesa Bringstone- Era la madre de Mina y tenía un aire de gran sabiduría. JiMin la miró pensativamente y le respondió con calma.

-"¿Qué quieres decir con eso?"

-"¿No son todas las personas reunidas aquí marquesas o duquesas? Me preguntaba por qué invitó a una mujer que es sólo una baronesa y que también es la concubina del Emperador."

-"Si no lo hiciera, ¿qué pasaría si le lleva el asunto a Su Majestad entre bastidores? Por eso la invité en su lugar."

Por supuesto, esa no era la verdadera razón, pero JiMin tenía una sonrisa enigmática. Todas en la habitación sintieron una extraña atmósfera emanar de sus palabras, pero nadie dijo nada en contra. Si eso era lo que quería el rey, que así sea.

-"Siento llegar tarde, Su Majestad."

Una clara voz rompió el silencio. La persona que entró fue obviamente invitada por JiMin, pero para todas los demás, era una invitada no deseada.

-"Bienvenida, Baronesa. Llegas tarde."

JiMin la saludó con una brillante sonrisa. Se dirigió a SoGe una vez más y agregó:

-"Debe haber tomado mucho tiempo el prepararse. Su vestido es hermoso."

-"Gracias."

Ni el orador ni la oyente lo aceptaron como un cumplido, pero siguieron con el juego por las apariencias. JiMin le ofreció sentarse.

-"Por favor, siéntese. Las esposas de los representantes estarán aquí pronto."

-"Gracias por su invitación, Su Majestad. Todos aquí tienen un rango más alto que yo y me preguntaba si podría unirme a ellas. Estoy agradecida de que me haya invitado aquí."

-"No hay problema." -dijo JiMin con calidez-

La marquesa Park miraba a JiMin ansiosa. Su hijo no se había comportado así la última vez que se vieron y parecía que alguien más había ocupado su lugar. En la superficie, sin embargo, la marquesa Park no dijo nada.

La condesa Arjeldo fue la siguiente en hablar.

-"Se ve hermoso esta noche, Su Majestad. He oído que no suele llevar trajes rojos, pero parece que ese es especial para la ocasión."

JiMin asintió.

-"Ah, es usted bastante aguda, Condesa. Como ha notado, hoy me siento de buen humor."

-"Oh, ¿hay alguna razón especial? No creo que sea sólo por el banquete."

-"Tienes razón. No se trata sólo de esta noche."

JiMin sonrió y jugueteó con el vaso de agua que tenía delante.

-"Recientemente recibí un regalo. Me hizo sentir muy feliz."

-"¿Un regalo?" -dijo sorprendida la marquesa Park- "¿Qué clase de regalo te hizo sentir tan feliz?"

-"Uno bueno. Probablemente ha sido el mejor regalo que he recibido desde que entré en el palacio."

-"¿Fue ese vestido, Su Majestad?" -preguntó la duquesa Vasi- JiMin sacudió la cabeza.

-"No. No fue ese tipo de cosas."

-"Entonces, ¿qué es?"

-"Fue un regalo que fortaleció mi mente y mi cuerpo. Me hizo sentir más fuerte. Así que me hizo sentir bien."

-"Sigue siendo un misterio, Su Majestad. ¿Puede mostrárnoslo?"

-"Por supuesto, Duquesa Witherford. Pero me temo que no puedo mostrárselo ahora mismo. Lo haré más tarde. ¿Le parece bien?"

La duquesa Witherford asintió con la cabeza y JiMin volvió a sonreír. SoGe, que se mantuvo callada todo el tiempo, interrumpió.

-"Me gustaría darle un regalo también, Su Majestad. ¿Estaría bien?" -preguntó SoGe-

JiMin volvió su mirada hacia ella. ¿En qué más estaba tratando de meterse la concubina esta vez? Una oleada de ansiedad e interés se elevó en él.

-"¿Hay alguna razón en particular, Baronesa?"

-"Es una razón especial." -respondió SoGe con una sonrisa inocente- "Escuché que me ayudó a conseguir el título, Su Majestad. No estaría sentada aquí ahora si no me hubiera ayudado. ¿Cómo podría alguien de una familia pobre enfrentarse al Emperador? Es por eso que nunca he olvidado la gracia que me ha dado desde que me mudé al Palacio Bain."

No había nada malo en las palabras de SoGe, pero algo en ellas perturbaba la mente de JiMin. Sin embargo, sonrió con calma y no dejó que sus sospechas se manifestaran.

-"Gracias, Baronesa. No fue una tarea difícil. He oído que ha estado con Su Majestad durante un año sin mí allí, y debería pagarle eso."

-"Estoy feliz de que reconozca mi duro trabajo, Su Majestad. Espero que podamos mantener esta relación en los años venideros."

-"Una relación funciona sin problemas cuando ambas partes son amigables. Si un lado oculta alguna maldad, todo se acaba, Baronesa."

-"Yo también pienso como usted, Su Majestad. Eres tan inteligente como he oído."

-"Gracias."

JiMin no parecía sincero en absoluto, pero ni SoGe ni JiMin dijeron nada al respecto. El ambiente era inusualmente tenso después de su intercambio, y las otras mujeres nobles, incluyendo a la marquesa de Park, estaban al límite.

Afortunadamente, el humor tenso se rompió por la aparición de Mirya.

-"Su Majestad, las otras invitadas han llegado. ¿Desea que las lleve adentro?"

-"Por supuesto. Déjalas entrar, Mirya."

La habitación pronto se animó cuando las invitadas entraron alegremente en ella. Sus edades variaban de jóvenes a viejas, y era impresionante que incluso una anciana llegara a un país extranjero en barco. JiMin las saludó con fluidez en el idioma de su país.

-"Bienvenidas. He estado esperando su visita."

En su anterior vida, cuando TaeHyung había estado organizando fiestas de té, JiMin se quedó en casa aprendiendo el idioma del Imperio de Christa, que estaba aliado con el Imperio Mavinous. No sabía cuándo sería útil, y no podía imaginar que sería en una situación como la actual. Una de las invitadas, que parecía ser el líder del grupo, quedó impresionada por las habilidades lingüísticas de JiMin.

-"Gracias por tu hospitalidad, Luna del Imperio Mavinous. Es un honor conocer al nuevo rey. Soy la Duquesa Rosé del Imperio de Christa."

-"También es un placer conocerte. Todo el mundo, por favor, siéntese."

-"Sí, Su Majestad."

Las damas se sentaron en los asientos vacíos reservados para ellas. Todas las mujeres de Christa tenían pelo y piel oscuros, lo que era inusual en el Imperio Mavinous. A JiMin le pareció extraño, pero no dio ninguna señal de que lo hacía, temiendo que pudiera ser grosero.

-"Deben estar cansadas por haber venido de tan lejos, así que por favor coman. Nuestro chef de palacio es maravilloso."

-"Estoy muy emocionada de escuchar eso. Escuché que la comida del Imperio Mavinous es deliciosa."

-"Gracias, Duquesa. Espero que esté a la altura de sus expectativas."

JiMin le hizo una señal a Mirya, y poco después, innumerables criadas entraron trayendo docenas de platos de comida. El aroma de los platos de carne se esparció por el aire, y el color brillante de los platos de verdura agradó a la vista. Se escuchaba el sonido de alguien tragando, y si no fuera de mala educación, todas las bocas estarían babeando.

SoGe miró hacia JiMin y sonrió para sí misma. Los filetes que las criadas llevaban eran originalmente de ternera, pero se aseguró de que fueran sustituidos por los de cerdo. Por supuesto, un chef profesional podía distinguir la diferencia entre ellos, pero no era fácil hacerlo. Justo antes de que el chef empezara a cocinar, hizo que la carne de vaca fuera cambiada por carne de cerdo de color y forma idéntica a la de la carne de vaca.

-"Oh, ese filete parece delicioso." -dijo SoGe inocentemente- "La carne debe ser muy buena".

-"Así es, Baronesa. Le pedí específicamente al chef que cocinara la carne de mejor calidad. Así que, por favor, coman a gusto. Espero que todas lo disfruten."

-"Sí, Su Majestad."

SoGe miró a JiMin con ironía y pronto comenzó a cortar el filete con gracia. Deliberadamente cortó el suyo más lento que las otras para poder verlas comer. Una de las damas de Christa sentada cerca de ella se puso un trozo de carne bastante grande en la boca con una expresión expectante. Sólo porque el cerdo no estaba permitido en el Imperio de Christa, no significaba que no conocieran el sabor del cerdo.

SoGe puso una rebanada del bistec en su boca en anticipación del alboroto que estaba a punto de ocurrir. Pero...

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