-"¿Es esa la tradición, duquesa?" -preguntó JiMin-

-"La tradición es..."

-"¿No todas los consortes se encargaron de las responsabilidades dejadas por sus predecesores?"

La duquesa Ephreney respondió rápidamente a la pregunta de JiMin.

-"Unas cuantas, quizás más..."

-"..."

-"Esto será más conveniente para usted, Su Majestad."

-"Obvio que lo será. Este no es un trabajo sencillo después de todo. Y, aun así, la administración de la Familia Imperial queda a manos del consorte y también funciona como algo simbólico para el Imperio Mavinous. No estás tratando de socavar mi autoridad, ¿verdad?"

-"Lo ha malentendido, Su Majestad. Yo solo estaba... solo iba a hacer esto por usted."

-"Si de verdad lo estabas haciendo por mí, entonces, ¿por qué restringir mi autoridad por un año? Ya hay rumores desfavorables acerca de mí y mi esposo."

-"..."

La duquesa Ephreney se quedó callada. Ella sabía que JiMin estaba hablando de SoGe.

JiMin no pudo determinar si estaba de parte de él o de SoGe. Por supuesto, la duquesa era de linaje noble y parecía razonable el asumir que apoyaría a JiMin. Sin embargo, la duquesa Ephreney se puso una vez en contra de TaeHyung en mi anterior vida. La verdad era que, no había nadie en quien JiMin pudiera confiar verdaderamente, excepto aquellos que siguieron siendo leales a TaeHyung en mi anterior vida.

JiMin continuó.

-"Sé que posees más experiencia con estas cosas que yo. No tengo quejas sobre mantener las cosas como están ahora, pero yo siempre tendré la última palabra, como dicta la tradición. ¿Lo entiende?"

-"Sí, su Majestad. Me disculpo." -dijo la duquesa con una profunda reverencia-

Los ojos de JiMin notaron las manos temblorosas de la duquesa Ephreney. ¿Acaso creía la duquesa que JiMin estaba pisoteando su autoridad? Sería divertido, pero también descarado, si ella pensaba eso. Era parte de la psicología humana el creer que algo era tuyo después de haberlo tenido por mucho tiempo. Al igual que SoGe pensaba que merecía la posición de reina después de haber estado con el Emperador por un año.

-"Me familiarizaré con los documentos lo más rápido posible. Puedes retirarte."

-"Sí, su Majestad."

La duquesa Ephreney se volteó y dejó la habitación. Quizás, la duquesa estuviera maldiciendo y blasfemando sobre JiMin. De todas maneras, no importaba. La persona más sencilla de domesticar era un desertor. Una vez que JiMin formara una relación con SoGe, no sería difícil controlarla.

JiMin suprimió esos pensamientos y miró en dirección a la montaña de documentos que la duquesa Ephreney le había dejado. Una queja estuvo a punto de salir de la boca de JiMin, pero, por el bien de su orgullo, pensó que debería comenzar a leerlos lo antes posible.

Al contrario de las expectativas de JiMin, no ocurrieron incidentes después de aquello. SoGe nunca vino a causar problemas, al igual que ninguna gran revelación ocurrió en el palacio. Tal vez, los recuerdos de muerte de JiMin eran tan vividos que se había vuelto paranoico y veía problemas acechando detrás de cada esquina.

-"Su Majestad, el Emperador está aquí." -anunció una criada-

JiMin se había estado sintiendo nervioso acerca del Emperador desde su última visita hace unas semanas. Se sentía profundamente preocupado por lo que podría decir para herirlo esta vez.

-"Déjalo entrar, por favor." -dijo JiMin con calma-

YoonGi entró en la habitación luciendo un elegante traje blanco. Sin embargo, JiMin solo podía verlo como una dura tormenta de arena blanca.

-"Saludos para su Majestad el Emperador." -dijo JiMin con una reverencia-

-"Muy bien. Ahora, levántate."

-"Sí."

YoonGi se sentó en la mesa y JiMin se preguntó qué tan larga iba a ser esta conversación. Tomó asiento y le ordenó a Mirya que trajera dos tazas de té. JiMin pensó que era mejor estar sentados uno frente al otro en lugar de al lado, pero todavía era una experiencia incomoda. Su relación solo podía ser llamada amigable a duras penas.

-"Vine para decirte algo." -dijo YoonGi- YoonGi fue directo al punto incluso antes de que trajeran el té. JiMin esperaba que el té llegara pronto para poder hacer algo con sus manos.

-"Muy bien. Dime."

-"Sabes que ya tengo a alguien más en mi corazón."

Después de una incómoda pausa, JiMin respondió.

-"... Sí, se Majestad."

JiMin sonrió con frialdad a modo de respuesta. Pretendió que ni siquiera conocía el nombre de la misteriosa mujer.

-"Tengo la intención de darle un título de noble."

-"..."

JiMin ya lo esperaba, pero no había esperado que YoonGi fuera a ser tan directo. En lugar de fruncir el ceño, una gran sonrisa se formó en sus labios. Las intenciones de YoonGi eran tan absurdas que JiMin no pudo evitar encontrarlo divertido.

YoonGi frunció el ceño como si sospechara que JiMin se estaba riendo de él.

-"¿Qué pasa con esa expresión?"

-"¿Por qué no debería de divertirme en esta situación, su Majestad? Haga lo que desea. Incluso si trato de detenerlo, seguirá adelante de todas formas."

"Parece que no eres estúpido después de todo."

"¿Es suficiente con el título de baronesa?"

"... ¿Cómo sabes eso?" -dijo YoonGi con reticencia en la voz- "Ni siquiera he descrito como es todavía."

-"..."

Rayos. JiMin había cometido un error. Pero se recuperó rápidamente.

-"Simplemente elegí el título más bajo. No puedes darle el título de duquesa directamente, ¿cierto, su Majestad? Pero... al juzgar por tu reacción, parece que ella no es una mujer de alta cuna."

-"... No hay forma de que conozcas tanto."

-"Pero, lo sé, ella será una nueva baronesa y yo debería saberlo, ya que soy la cabeza de la Familia Imperial. Más importante aún, si ella está residiendo en el palacio, entonces tendré que preparar un presupuesto para ella."

-"... Ella será una baronesa. ¿Necesitas más información?"

-"Con eso será suficiente. ¿Deseas que me encargue de algo más?"

-"Haz lo que quieras. Sin embargo, espero que nunca se conozcan."

-"No tienes que preocuparte por eso, a menos de que ella intente algo. No soy tan tonto como para romper la promesa que te hice, su Majestad."

-"..."

YoonGi se puso de pie sin decir nada. No había tocado su taza de té en todo este tiempo.

Antes de que saliera de la habitación, JiMin habló de nuevo.

-"No olvides lo que te pedí antes."

"..."

-"Si lo deseas, incluso te permitiré darle la posición de duquesa, pero solo hasta ahí y ni siquiera pienses en tener un hijo con ella."

-"..."

YoonGi se fue sin contestar. JiMin mordió su labio y miró hacía la dirección por la que se fue. Si él rompía su promesa, entonces, JiMin no se quedaría de brazos cruzados. Un largo suspiro salió de los labios de JiMin.

-"Haah..."

Era injusto. Después de todo, la existencia del rey dependía del Emperador. No importa que tan poderosa sea la familia del rey, si perdía el favor del Emperador, todo habría acabado. La única cosa que protegía a JiMin ahora mismo era su linaje noble, al igual que el trabajo político que haría en el futuro. Mientras tanto, su esposo podía estar con quien él quisiera.

JiMin agitó su cabeza.

-"No hablemos precariamente, JiMin." -dijo JiMin para sí mismo- Para prevenir la tragedia de su anterior vida, no debía actuar de manera celosa como hizo su hermano. JiMin tuvo que reducir sus sentimientos hacía el Emperador incluso más que antes. Solo así su familia y él sobrevivirían hasta el final. Era un hecho amargo, pero esa era su realidad.

-"No puedo creerlo. Eso es ridículo." -dijo Mina ferozmente- Normalmente, JiMin le diría a su amiga que se contuviera, pero no esta vez. Para ser honesto, era de locos, pero lo que podía hacer tenía límites.

-"Puede que sea loco, pero no es inaudito. Mi esposo es el emperador." -dijo JiMin- JiMin se refería al hecho de que YoonGi había declarado oficialmente que tendría una concubina.

-"No sé qué decirte."

Mina no podía estar segura de sí JiMin de verdad estaba siendo indiferente acerca de esto o si era una actuación. Bueno, no estaría mal fingir por el bien de ambos.

-"¿No sabes que decir? Oh, Dios, su Majestad. No puede imaginar cómo me estoy sintiendo ahora mismo."

-"Puedo hacerlo, pero me divierte el hecho de que soy yo el que te está calmando a ti."

Mina suspiró. El que JiMin actuara de forma casual hacía que fuera más preocupante que si expresara cualquier otra emoción. Podía enojarse, llorar o incluso maldecir. Cualquier cosa. Era normal expresar emociones negativas, pero JiMin no lo estaba haciendo. Permaneció tan impasible como una estatua.

-"Realmente no tengo ni idea de lo que pasa por su cabeza, su Majestad." -dijo abatida Mina- No era inusual que un Emperador tuviera una concubina. Sin embargo, si tu amiga era el rey, era un asunto totalmente diferente.

Mina suspiró de nuevo.

-"Quiero ver la cara de esta concubina. ¿Quién rayos es ella? Si los rumores son ciertos, entonces debería aparecer al menos una vez."

JiMin sonrió levemente. Él era la única persona además del Emperador que conocía la identidad de la concubina. JiMin miró disimuladamente a Mina.

-"La conoceremos eventualmente. Tal vez nos abofeteemos en las mejillas mutuamente."

La cara de Mina se llenó de determinación.

-"No dejaré que nadie le haga daño, su Majestad. Incluso si estuvieran desarmados."

JiMin miró a Mina con una leve sonrisa en su cara como si la seriedad de su amiga fuera extremadamente linda. Pero deslumbrar estaría bien, ¿verdad? ¿O no funcionaría? Sin embargo, la sonrisa se borró rápidamente del rostro de JiMin cuando murmuró ese nombre maldito para sí mismo.

'SoGe...'

SoGe era una mujer hermosa. No eran tan encantadora para ser llamada la belleza del siglo, pero tenía su propio encanto único. No era sorpresa que el Emperador cayera ante ella. Ella era una rosa con espinas. Espinas hechas para proteger su belleza y para amenazar a otras flores como TaeHyung. Ahora, esas espinas estarían dirigidas hacía JiMin. JiMin no tenía intenciones de provocarla, pero si SoGe hiciera un movimiento, JiMin haría el suyo al instante. Sería silencioso para atraer la menos cantidad de atención posible. Al menos por ahora, solo necesitaba mantenerse alerta.

Si fuera el TaeHyung de su anterior vida, entonces sabría con exactitud los eventos venideros, pero, desafortunadamente, JiMin era solo un transeúnte. Era porque no conocía bien ni al Emperador, ni a SoGe. Ahora que tenía que concentrarse en conocer al enemigo antes de que un ataque lo tomara por sorpresa. Ser rey no era algo fácil, mucho menos cuando tu oponente era la concubina favorita del emperador.

Mina interrumpió los pensamientos de JiMin.

-"Si piensas de forma positiva, ella estaba bajo su jurisdicción, su Majestad. Después de eso, estará bajo la del Emperador."

JiMin asintió reflexivamente.

-"Odio admitirlo, pero que el Emperador tome públicamente una concubina es algo bueno. Antes de eso, la información estaba tan escondida que era difícil saber algo."

Y, además, la baronesa era, sin duda alguna, una noble. Si la concubina era nombrada por el Emperador, JiMin podría usarlo como un punto débil. Mientras pensara de forma positiva, podría hacer lo necesario.

JiMin decidió dejar a su mente descansar y sonrió un poco.