Como lo conocí
Supongo debo empezar por mi nombre, me llamo Esteban Dubois Pinacho; nací y crecí en el bello puerto de Zihuatanejo, en el estado de Guerrero, México al igual que mis padres, mis abuelos y todos mis ancestros desde la época antes de la independencia del país. Desde que nací, mis padres y yo vivíamos tranquilamente, hasta que un día hace mas o menos cinco años; antes de mi cumpleaños quince recibimos una carta al parecer proveniente de Francia. Como no teníamos ni idea sobre el idioma papá tuvo que buscar un interprete, lo fue a encontrar hasta la embajada de aquel país en México, donde gustosos le dieron una copia del texto traducido.
Así nos enteramos del destinatario André Dubois XIV, según la carta y la información de la embajada es el descendiente de una de las pocas familias nobles que sobrevivió a la masacre de la revolución francesa. En la carta explica la persona que desde la década de 1960 (cuando nací, hace veinte años) su familia ha buscado por todo el globo a los descendientes de la familia, separada desde 1776, al parecer la separación empezó con mi antepasada Denisse Burgois quien se negó a casarse con un poderoso personaje, su padre encolerizo tanto que pensó en volverla monja, pero ella tomo algunos vestidos suyos y se marcho para jamás volver.
Para ser honesto nunca pensé que la historia de mi familia fuera tan emocionante, hasta parece una novela de esas que he oído pasan por televisión, la carta continua explicando que unos años después en 1780 los cuatro hermanos restantes tomaron caminos separados; André se refugio un tiempo en Londres y volvió a Francia un lustro después de la revolución; Pierre busco fortuna en oriente exportando pirotecnia y pólvora; Adrién prefirió la prometedora industria azucarera del Caribe y Jean mi ancestro se enamoro de tierras aztecas, de Denisse existe el registro en México de haber visitado el país pero no se sabe nada mas al respecto.
En cada lugar que mencione antes este hombre movió cielo y tierra buscando a los descendientes de su familia y por lo que dice los encontró, para mi desagrado yo fui el ultimo en ser hallado, todo esto me lo fue contando poco a poco a lo largo de siete años de intercambiar cartas una o dos veces por semana. Obviamente este André quería que nos conociéramos todos los descendientes, aunque para mi viajar a Francia se me hacia incosteable y me negué a aceptar que pagase el mismo un viaje redondo para mi, termine aceptando mas por mis padres, que siempre han considerado que la familia debe estar unida y en constante contacto y estas personas me guste o no son mi familia, tanto se entusiasmaron mis padres con este viaje; que terminaron contagiándomelo al punto de tomar por propia iniciativa un curso de francés en una universidad cercana a mi domicilio. Al cabo de unos seis meses considere dominar el idioma lo suficientemente bien para darme a entender en aquel país sin interpretes o ayuda de ninguna índole.
Tras un viaje sin contratiempos ni algo digno de relatar llegue a la ciudad luz, Paris un hermoso y soleado día de Junio de 1985. Es hermosa de una forma que solo ella puede serlo. pero eso basta para hechizar al visitante. En cuanto quedaron cubiertos los requisitos legales de mi estadía en la aduana pude salir del aeropuerto y, para mi sorpresa me esperaba una persona en nombre de mi recién descubierto familiar, esa persona tomo mi equipaje y lo coloco en la cajuela de un lujoso auto Rolls Royce modelo del año, si soy honesto jamás creí subirme en semejante auto o siquiera ver uno; yo subí maravillado y como niño en dulcería vi embobado todo lo que pasaba delante de mis ojos, el chofer para mi infortunio no fue muy conversador conmigo y finalmente, llegamos a mi destino una casa que pese a no ser una mansión era bastante lujosa. En la puerta de la misma yacía parado un hombre alto, de físico notablemente esculpido en gimnasio, no aparentaba mas edad que yo, es decir unos 25 años.
El chofer tras dejar mi equipaje a los pies del hombre se despidió con una sonrisa y partió sin intermediar mas palabras, el hombre misterioso se presento como mi familiar: André Dubois XIV, me recibió con toda la amabilidad posible y tras hablar algunos minutos conmigo supo la historia de mi vida y algo de la de mi familia —En este punto me felicite por demorar el viaje para aprender el idioma, no creo haber podido hablar con mi familia ni la mitad de lo que hable de no ser por ello—, unos minutos después me presentó a su familia, su bellísima esposa Celine, sus hijos André XV, Jolie y Fleur —gemelas por cierto—,de cuatro y tres años respectivamente, sinceramente creí que Celine no podía ser madre de tres hijos y lucir como súper modelo, he de confesar que al ver como trataba la mujer a los pequeños y sobre todo el gran parecido entre estos y ambos padres es imposible que ellos no sean sus progenitores. Me sincere con ellos y confesé mis pensamientos; en vez de ofenderse o enojarse Celine se rio y me confeso que le pasaba tan seguido que ya no le daba importancia.
Tras pasear por la inmensa propiedad durante mas de una hora, volví a la casa exhausto y hambriento. André me encontró cuando entraba a la casa y me llevo con él a su despacho, donde me presento a otras seis personas, tras presentarnos todos discutimos brevemente as razones de nuestra presencia en ese lugar, el mismo André nos explico brevemente su deseo de encontrar a toda su familia y, también me comentó que; debido a las distancias yo fui el primero en llegar al hogar familiar. Disfruté de una maravillosa comida en compañía de André y su familia en la cual nos pudimos conocer un poco más.
Impaciente como suelo ser importune a mi primo preguntándole el motivo de la reunión en primer lugar, lejos de ofenderse de algún modo solo me sonrió y solo me dijo que en cuanto todos estén reunidos explicara sus razones con todo detalle. Mis otros primos demoraron todavía una semana en llegar aunque curiosamente llegaron todos al mismo tiempo, desde luego las presentaciones no pudieron faltar; Sakurai Dubois, originario de Japón excuso su demora por dejar cubiertos todos sus pendientes con familia o empleados; Jean Marie Dubois, nació en Guadalupe, una pequeña isla del Caribe, este nos platicó que su vuelo hizo escalas en algunos destinos antes de llegar a Paris, demorándolo el doble del tiempo que habría tomado un vuelo directo; Alexey Lubovovich Dubois, nacido en San Petersburgo pidió a André disculpas por su retraso pues quería traer varios presentes para toda su nueva familia pero en la aduana no lo dejaban abordar con todos los presentes, en resumidas cuentas tuvimos que "conformarnos" todos con hermosos abrigos de piel de reno para los hombres y un bello abrigo de oso polar para Celine, además de frasquitos de mermelada casera para los niños; por ultimo José Guadalupe Cruz, paisano mío de distinta ciudad, yo de Zihuatanejo y el de Oaxaca, aunque, en sus propias palabras anda de un extremo al otro del país y a veces, del mundo; al igual que Alexey, llevo regalos; juguetes y dulces mexicanos para los niños y vestidos típicos para Celine, y varias botellas de mezcal para los varones.
Tras las presentaciones e intercambio de direcciones, números de teléfono e incluso correos electrónicos nos aviso una criada de André que un pequeño almuerzo nos esperaba, acudimos a el prontos y raudos. Tras el almuerzo conversamos durante lo que nos parecieron minutos sobre cualquier nimiedad. Cuando Sakurai pregunto la hora llego la misma criada para avisarnos que la comida estaba servida, aunque extrañados comimos copiosamente. Después de que los platos fueran llevados a la cocina André nos llevo a su despacho. El silencio que prevaleció durante el breve trayecto al despacho se sintió extrañamente pesado para los cinco varones pero, una vez colocado el seguro a las puertas que dan privacidad a la habitación el ambiente se aligeró un momento para volverse a sumergir en una casi palpable pesadez; pasaron solo un par de segundos desde que las puertas fueron cerradas con llave por André pero para Sakurai, Alexey, Jean Marie y Esteban ese breve lapso se sintió como si varias horas hubiesen pasado con la lentitud de un glaciar, finalmente André se sentó en la lujosa silla ejecutiva frente a su igualmente lujoso escritorio —aunque nadie notó cuando ni como camino de la puerta hasta allí—, y al fin habló
—Seguramente se preguntarán ustedes el porque los reuní precisamente ahora, de todos los momentos posibles; se merecen una explicación y se las daré. Ninguno de los presentes dijo una palabra, parecían contener hasta la respiración con tal de no perderse una palabra que este hombre pronunciará.
—En este momento en esta casa estamos los descendientes de los cuatro hermanos Dubois— Nos miramos el uno al otro Sakurai, Alexey, Jean Marie Jose y yo, antes de asentir con la cabeza. siguió explicando la existencia de Guadalupe Dubois, hija ilegitima de André Dubois III, al menos yo estaba anonadado y perplejo, en definitiva la historia de la familia se parece terriblemente a una telenovela mexicana, me perdí en mis divagaciones y no escuche la mayoría del discurso de mi primo, por suerte José me dio un ligero codazo en mis costillas apenas noto mi estado. Para bien o para mal eso me despertó un poco antes de hablar de una olvidada de la familia: Denisse Jolie Dubois, nos conto lo poco que sabia sobre ella, casi todo me lo explico en la carta que me envió aquella vez, en ese momento Alexey lo interrumpe exclamando
—Disculparas que interrumpa primo, pero no entiendo si pudiste localizarnos a nosotros cuatro ¿Por que no esta aquí también la descendencia de esa Denisse? Aunque su tono de voz era calmado y respetuoso, su marcado acento ruso le daba a sus palabras un ligero toque intimidante. André con una sonrisa agridulce le contesto
—Tiendo a veces a irme por las ramas primo, discúlpenme, Tu observación seria muy valida primo salvo por el pequeño detalle de que no he hallado rastro alguno de ellos, suponiendo que existan claro esta. Solo pude encontrar la vaga referencia en México del registro de defunción de un par de extranjeras. Sakurai esta vez interrumpió preguntando
—¿Eso que tiene que ver con nuestra familia? A lo que André contesto con frialdad:
—Que el documento data de 1778 y fue tramitado al parecer por tu ancestro José. Este quedo estupefacto y, aunque no lo expreso con palabras, quería saber mas detalles al respecto, André entonces con visible pesar en sus ojos y gestos admitió que no sabia nada mas al respecto. Apenas había terminado de decir esas palabras cuando, a juzgar por el enorme cambio que tuvo su rostro, tuvo una gran idea; tras dibujarse en su rostro una sonrisa triunfante le pidió a José investigar al respecto, mas sin embargo este se excuso, visiblemente apenado como aquel que tiene que irse justo cuando la película se torno emocionante, explicando que le era absolutamente imposible dedicarle la totalidad de su tiempo y energía a esa búsqueda a causa de su apretada agenda y múltiples compromisos.
Fue entonces cuando voltearon a verme y repitió André la pregunta. Sinceramente yo me sentí entre la espada y la pared por lo obligado que me hicieron sentir a aceptar la tarea. Claro que viéndolo todo con calma mi posición era mucho mas sencilla que la de mi primo José, yo a diferencia de él soy un simple trabajador , por lo tanto acepte dedicarme a buscar pistas de esa rama perdida de mi familia. Tras esta decisión se dio por terminada la reunión y André nos dijo que podíamos retirarnos, y éramos libres de quedarnos como huéspedes en su casa por los siguientes siete días. Sakurai y Alexey aceptaron encantados, mientras que José y yo nos retiramos a nuestros dormitorios, durante una hora y media di vueltas en la cama y pasee como león enjaulado por toda la alcoba, finalmente me decidí a hablar con José, fui a su alcoba, al parecer hablaba por teléfono con alguien así que espere varios minutos, tras los cuales me recibió muy calurosamente.
Me pregunto directamente que me preocupaba, mi mascara cayo irremediablemente y le explique que no sabia donde empezar a buscar, y que no sabia como explicar mi ausencia en mi trabajo. José me escucho atento a todas y cada una de mis palabras, medito unos instantes y finalmente me dio su idea: renunciar a mi trabajo actual y convertirme en su asistente en el país, me explico que comúnmente tenia uno o dos asistentes contratados antes de llegar a la mayoría de destinos a los que iba, tenia un que radica en Chile que le sirve de contacto para todo Sudamérica —Al menos donde hablan español—, otro en Brasil, Estados Unidos, España, pero en nuestro país su asistente acaba de renunciar. Me explico que yo, en teoría estaría en la hacienda de Los Pinos en el Distrito Federal resolviendo un tramite para un negocio que quiere hacer José cuando en realidad sus abogados resolverían ese problema y yo, mientras tanto, encontrare información de nuestra ancestro, me dio una carta poder con la que ningún burócrata me debería negar ningún dato; solo para asegurarse hizo algunas llamadas. Termino de explicarme que, mientras su gente hacia tramites y buscaban lugares idóneos para su negocio, yo buscaría hasta debajo de lasa piedras a esos descendientes parientes nuestros.
Partí de regreso a mi país no sin antes despedirme en medio de lagrimas de mi nueva familia, de nueva cuenta el viaje no tuvo nada digno de mencionarse, en cuanto llegue a mi casa encontré el contrato laboral que menciono José, le conté todo a mis padres quienes se alegraron por mi, una semana después de mi llegada, tras recuperarme del inesperado viaje al viejo continente y responder a las cartas de Sakurai, Alexey y Celine. Partí en un autobús rumbo a la capital del país. Paris he de confesarlo me hechizo, pero l Distrito Federal me impacto ¡Que rascacielos! me maravillo todos los teatros que vi, creo nunca estuve tan cerca de ver a uno de los actores actrices de la pantalla como ese día. Tras superar mi estupor tome un taxi que me llevo a un lugar que solo había visto en fotos del diario o por televisión, la residencia del presidente del país, ingrese muerto de nervios temblando como gelatina. Me presente ante un secretario y le mostré el documento que me dio José, me sorprendí pues apenas lo mostré todos se portaron muy amables y me dieron lo que quería en cuestión de minutos.
Resulta que en efecto una Denisse y una Scarlett visitaron el país en 1777 y si, es cierto que murieron en el país, y todo el tramite fue hecho por Guadalupe Dubois y su esposo —o eso supongo—, la tumba se encuentra en el cementerio de la hacienda del esposo de Guadalupe en un pueblo escondido de Oaxaca, entre los cerros de la Sierra Madre; en ese momento me duele admitirlo hice una rabieta y maldije a mi recién descubierta familia pero, dos días después ; mientras el autobús serpenteaba por entre los cerros y vi la belleza que se exponía en todo su esplendor ante mi mi exabrupto me pareció injustificado y me llame con todos los insultos que la jerga mexicana dispone. Baje del vehículo en un hermoso pueblo bien oculto entre los cerros y la naturaleza, el autobús siguió su camino pero nunca note su partida ni hacia donde se dirigía pues admiraba toda la belleza y vastedad que la naturaleza mostraba ante mi.
Me fue un poco difícil hacer que alguien me dijera el rumbo que debía tomar para llegar al lugar que vine buscando, finalmente unos amables jóvenes se ofrecieron a llevarme, pude hablar largo y tendido con ellos y con su abuelo, simpático hombre septuagenario con sorprendente vitalidad para acompañar a esos muchachos al arduo trabajo de cortar leña, en mi mente pensaba vagamente en esa película de Ignacio López Tarso "Macario", quizás estos jóvenes me recordaron al personaje. Les comente que buscaba la hacienda "La Virgencita" , los jóvenes no parecían conocer ningún lugar llamado así, estaban a apunto de hablar pero el anciano hablo primero, explicándome que tenia el recuerdo de aun estar pegado a los brazos de su madre cuando escucho a su abuelo contar a la familia la leyenda de que en la hacienda "La Virgencita" aconteció un terrible asesinato décadas atrás, tres mujeres perdieron la vida, una era la esposa del patrón y las otras dos jóvenes de hermosa piel blanca y cabellos mas rojos que las llamas la una; mientras la otra tenia cabellos mas dorados que el oro que viste la figura de la Virgen. Todo el trayecto me conto el buen anciano la historia de la hacienda, conto orgulloso que su ancestro trabajo y vivió en ella desde que nació hasta su muerte poco después de iniciar la lucha independentista, otro hecho que cuenta orgulloso es que ese ancestro salvo dos veces la hacienda de atacantes guiados por quien años después seria padrino en su boda y su compadre a apadrinar a su primogénito.
El viaje me pareció cortísimo cuando al fin tuve que dejar a mis guías al despedirme de ellos enfrente de un burdo camino apenas visible, el amable viejo me volvió a indicar santo y seña del rumbo que debía tomar, el cual me alegre fuera sencillo de seguir solo seguir en línea recta kilometro y medio, también me explico que la hacienda era casi como el centro de la población en aquel entonces. Me asombre por lo abandonada que lucia la propiedad, solo el muro que rodea la propiedad se sostiene por puro milagro de lo viejo que es, decidí caminar con sumo cuidado, para mi alegría el camposanto del lugar estaba cerca, para mi suerte solo había dos lapidas en el lugar pero tan bien conservadas y cuidadas que estas, de ser las que busco, no parecían tener tantas décadas ahí.
Estaba mi mente tan absorta en estas deliberaciones que jamás note como me tocaban el hombro, obviamente salte aterrado, volteando con una agilidad que no sabia que tenia, tratando de buscar aquello que me había asustado. Grande fue mi sorpresa al verte, parado enfrente de mi con tu metro ochenta y cinco de estatura, físico delgado pero increíblemente fornido y estoica mirada. Tampoco olvidare las palabras que me dijiste
—¿Quien eres y que rayos haces en mi propiedad?
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