Jisoo corría con rápidez por las calles del pueblo. Su negra y larga cabellera levitaba en el viento mientras corría con prisa hacia su casa.

Era hora de su comida y se dirigía hacia su casa con una buena noticia.

Al traspasar la puerta de aquella casa, fue un inmediatamente recibida por sus dos hijos, quienes se encontraban jugando y en cuanto vieron a su madre corrieron hacia ella.

—¡Mami!—Exclamaron los dos hermanos, abrazándola fuertemente, pues la habían extrañado mucho.

—¡Hola mis corazones!—Saludó con una gran sonrisa, al mismo tiempo que dejaba castos besos sobre sus cabelleras.—¿Dónde está su tío Jin?

—Él está en la cocina, haciendo la comida. 

—Llegaste más temprano que de costumbre, mami.

—Lo sé, es que vine hacia acá corriendo.—Sonrió nerviosa, mientras limpiaba las discretas gotas cristalinas de sudor de su frente.

—¿Por qué?—Preguntó uno de sus cachorros con curiosidad, pero Jisoo no quería revelar la sorpresa hasta la comida.

—Se los diré en la comida. Por lo pronto vayan y sigan jugando que aún no está la comida.—Le respondió la Omega, al tiempo que les daba pequeños empujones hasta sacarlos de la casa.

Y fue entonces que se dirigió hacia la cocina, donde se encontró con un SeokJin sonrojado.

—¿Por qué está tan caliente la cocina SeokJin?—Preguntó extrañada una vez que un calor abrazador rodeó su cuerpo y un aire cálido entró a sus fosas nasales.

—Estaba haciendo un postre, ya sabes, para los niños.—Respondió con sinceridad, al mismo tiempo que desviaba su mirada, pues se suponía que las cosas con su hermana seguían igual de tensas.

—Entiendo.—Asintió, con una ligera sonrisa.

Jin quería a sus sobrinos y quería lo mejor para ellos, inclusive si ello incluyera el hecho de mantener vivo el recuerdo del Alfa.

—Entonces…¿La comida ya está?

—¡Sí!—Comenzó a moverse agilmente por la cocina, para servir la comida que ya se encontraba lista, pero sólo faltaba su hermana para poder sentarse todos a comer.

—Te ayudo a servir.—Se ofreció a ayudarle y SeokJin asintió, para después morder su labio inferior, ocultando su sonrisa.

Los hermanos guiaron los platos hacia la mesita donde solían comer todos en familia. Hundidos en un completo silencio, pero nada incómodo. 

Jin reunió aquel valor que le faltaba para pedirle perdón a su hermana por lo del día anterior y justo cuando estaba por hacerlo el lugar comenzó a llenarse de la familia restante.

—¡Huele delicioso!

—Nada mejor que probar la comida de SeokJin después de un gran día de jornada.—Alagó el Alfa, causando un ambiente cálido de risas entre los presentes.

—Eso es seguro.—Respondió Jisoo, dándole la razón a su padre. SeokJin miró con ilusión a su hermana, pues era realmente extraño que diera ese tipo de cumplidos y cuando lo hacía, era un privilegio que se tenía que valorar.

—G-gracias.—Sonrió tímidamente, para después terminar de acomodar la mesita y sentarse enfrente de esta, como el resto de su familia.

—Hija, ¿qué tal te fue? ¿Conseguiste el empleo para SeokJinnie?

—Mmmh pues…

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INICIO FLASHBACK
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—Buenos días señor Im.—Se presentó ante su supervisor con una respetuosa reverencia, pero sin olvidarse de mostrar una radiante sonrisa.

—Señorita Kim, ¿por qué no está haciendo sus deberes? ¿Sabe que hora es?—Dijo el hombre, ignorando su saludo por completo. Alzando una ceja, logrando intimidar a la Omega.

—E-eh, sí, lo sé. Es sólo que quería pedirle algo muy importante.

—Señorita Jisoo, si vuelve a contestarme de esa manera y perderá su trabajo.

—A-ah, y-yo lo sient-…—Se encontraba disculpandose, pero entonces recibió otra mala mirada de su superior y rápidamente calló.

Los omegas tenían prohibido hablar sin autorización de un Alfa y su padre, al ser un Alfa lleno de amor y comprensión nunca les impuso esa estúpida regla, es por eso que aún le costaba adaptarse a esa sociedad.

—¡¿Qué acaso nadie sabe escribir una maldita carta?!—El rey se encontraba furiso.

Lanzó al suelo uno por uno los pergaminos que los Alfas sabios se encontraban haciendo.

Necesitaba una carta, una perfectamente redactada, con hermosa letra e increíble ortografía.

Quería enviarle un mensaje al Rey Min, del reino Shadow. Pidiéndole una unión de tropas, así contarían con el doble de fuerza en caso de un ataque.

Una petición especial, requería una carta especial.

Mas sin embargo, nadie podía llenar sus expectativas, ni siquiera los más sabios del reino.

—¡A todos ustedes los quiero fuera! ¡Ahora!—Gritó con irritación y entonces todos los presentes salieron rápidamente, excepción una persona.—¡¿Que es lo que quieres?!

—M-majestad, y-yo tengo un hermano, él tiene una letra hermosa y una ortografía impecable, podría serle útil.—El rey la miró con desprecio, con intensiones de marcharse y dejar sola a la Omega que se arriesgó a dirigirse a él sin algún eje de respeto. Por haberle faltado el respeto de esa manera merecía hasta una ejecución, pero sinceramente tenía otros asuntos que atender y por eso lo dejo pasar.—A-ah, mi hermano hizo esto, una carta para mi cumpleaños.—Sacó un papel de su uniforme, el cual estaba doblado, rápidamente lo desdobló y se lo mostró al rey.

El rey estaba desesperado por una caligrafía perfecta que accedió a verlo y sin mencionar que sorprendió lo perfecta que era la letra y ese tenue aroma a nueces que provenía de la carta.

—¿A qué se dedica tu hermano?—Preguntó con interés.

—Él no tiene empleo, ayuda a nuestra madre con el hogar.—Al escuchar esto, NamJoon no puedo evitar suponer que se trataba de un Omega y su curiosidad comenzó a crecer aún  más.

El rey era un omega, mas eso no impedía que se sintiera atraído por otros omegas. Errores de la diosa luna, pensó. Pero era algo que se debía mantener en secreto, sino, el pueblo no dudaría en ejecutarlo.

—Entonces, ¿cómo es que sabe escribir?

—Además de que el padre de su mejor amigo le enseñó las bases, tiene un talento nato para escribir, señor.

—Tráelo, mañana a primera hora.—Le entregó de vuelta la carta.—Esa carta debe quedar antes del medio día de mañana.—Y entonces se fue, Jisoo no tuvo la oportunidad siquiera de agradecerle, pero vaya que estaba muy agradecida.

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FIN DEL FLASHBACK
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—No es como tal un trabajo, el rey simplemente necesita a alguien que le escriba un carta.

—¡Pero mi letra es horrible!

—Por supuesto que no. Le mostré al rey la carta que hiciste para mí cumpleaños y quedó fasinado.

—¿É-el te lo dijo?

—Mmh, no como tal, pero sí me dijo que te veía mañana a primera hora.

—Ayyy, Jisoo, ¿en que me metiste? Si escribo mal la carta, el rey mandara a ejecutarme.

—No hará tal cosa. A menos que llegues tarde. Así que prepara desde ya tu mejor atuendo, porque conocerás al rey…