Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

🐺16🐺

El frío viento del atardecer azotaba las almenas del castillo, como si el propio reino susurrara su angustia ante lo inevitable. El Rey Blood, quien había gobernado el reino con mano de hierro, y cuya crueldad había sido tan temida como venerada, yacía en su lecho de muerte. La sala estaba plagada de cortesanos y sirvientes, todos aguardando en silencio, sabiendo que el último aliento del monarca estaba cerca.

Los ojos del rey se abrieron lentamente, buscando la figura de su hijo menor, Ken, el noveno de diez hijos. Ken no era el favorito, ni el más destacado, y mucho menos el más temido de sus hermanos. Sus ocho hermanos mayores, quienes algunos ya habían demostrado su destreza en el campo de batalla y en la política, tenían la corona casi asegurada.

Sin embargo, el rey, en su lecho de muerte, ofreció una última oportunidad, un desafío que cambiaría todo: el primero que asegurara un heredero, un hijo legítimo con un Omega, sería quien heredaría el reino.

Ken miró a su padre, sintiendo cómo la presión comenzaba a formarse en su pecho al verlo moribundo. No era un hombre de batallas ni de demostraciones de fuerza física como sus hermanos, pero sí sabía que el reino que su padre había forjado era suyo. Por qué estaba dispuesto a hacer todo lo necesario para conseguirlo.

-Ken...- la voz del rey era un susurro, quebrada por la enfermedad. -Tu tiempo ha llegado, tienes que demostrar que eres mejor que tus hermanos. Pero no te será fácil. Tus hermanos tienen más ventaja que tú. Son fuertes, apuestos y nobles. Sin embargo, tú eres el único de ellos capaz de gobernar el reino blood como yo lo hice. La sed de poder y la maldad que hay en ti hará que el reino Blood sea extenso. Conquistarás y someterás a todos esos reinos que no pude ser capaz de conquistar. Tu poder no tendrá límites...-le dijo, para después mirarlo fríamente-. La corona será tuya solamente si eres el primero en conseguir un heredero. Si no lo haces, la corona pasará a quien lo logre antes.-le advirtió.

-¡Qué! Pero padre, tú mismo has dicho que soy el mejor candidato...-reprochó.

-¡Entonces confímalo y dame un heredero antes que tus hermanos!-demandó.

Ken no respondió inmediatamente. Su mirada era fría y calculadora, como si estuviera procesando todas las posibilidades que se le presentaban. Si bien sus hermanos ya se habían entrenado en el arte del gobierno, él era el más joven, el que siempre había sido visto como el menos preparado para gobernar. Pero había algo que los demás no tenían: un deseo feroz de ser el primero, de probar su valía y poder.

-Entendido, padre-, murmuró con una sonrisa arrogante-. No perderé esta oportunidad-aseguró, para después realizar una reverencia y alejarse.

Caminaba por los pasillos oscuros del castillo, pisando con determinación y porte la alfombra color rojo intenso que yacía de bajo de él.

-Este reino será mío...-se aseguró a si mismo, para después buscar a sus sirvientes y darles la orden de buscar al Omega más hermoso y puro de todo el mundo...

Las órdenes fueron acatadas rápidamente. Los sirvientes partieron en busca de un Omega, un hombre o una mujer que pudiera convertirse en la pareja de Ken y el portador de su heredero. La caza comenzó en cada rincón del reino, en aldeas, pueblos lejanos, en mercados y cortes de reinos vecinos. Los Omega, seres de rara belleza y temidos por su capacidad de atraer poderosos deseos, eran preciados más allá de cualquier tesoro. Sin embargo, la pureza de un Omega de alta calidad no solo se medía por su apariencia, sino por su capacidad para concebir un heredero rápidamente, algo que Ken necesitaba si deseaba asegurar la corona antes de sus hermanos.

Ken, desde su habitación en el castillo, meditaba sobre sus posibilidades. Sabía que sus hermanos no se quedarían de brazos cruzados. Ellos también buscarían a los Omega más hermosos, los más deseados. Para algunos, era una cuestión de orgullo, de poder, y para otros, una simple cuestión de heredar el reino. Ken no iba a dejar que su juventud fuera su perdición...

En su mente, no solo estaba en juego el reino, sino también su identidad. La sangre de su linaje, la reputación de su familia, todo lo que había aprendido a despreciar y a querer al mismo tiempo, se concentraba en esta única oportunidad.

______________________

Tres días después, la búsqueda llegó a su fin cuando encontraron al Omega indicado en el territorio del reino Índigo. Los rumores hablaban de un Omega cuya belleza había cautivado a todos los que se atrevían a mirarlo, que incluso había hecho caer rendido a sus pies al rey Kim del reino índigo y aquello fue suficiente para que Ken anhelara desposarlo.

Lo habían encontrado a las afueras del reino índigo, inconsciente, lastimado y herido. Al parecer había huido de algún lugar y había resultado lastimado en el proceso. Fue entonces que los sirvientes del príncipe menor lo encontraron y lo llevaron hacia el reino Blood, a una cabaña a las afueras de la cuidad para poder curarlo y cuidar de él.

El príncipe había sido notificado de inmediato. Fue así que acompañado de dos de sus más confiables sirvientes, se dirigió hacia el pueblo donde se encontraba el Omega. En el camino, la ansiedad se apoderaba de él. Sabía que no podía permitirse fallar. Si otro de sus hermanos llegaba primero, el reino sería suyo. Y ese sería el fin de sus sueños.

Al llegar, fue recibido por un anciano que al ver la llegada del príncipe, hizo una reverencia profunda.-Mi señor,- dijo con voz temblorosa-hemos escuchado hablar de su llegada. El Omega que busca está aquí

Guiaron a Ken hasta el lado trasero de la cabaña. Y ahí, en un pequeño jardín rodeado de flores, estaba él. El Omega más hermoso que Ken había visto en toda su vida. Su piel era suave y de un tono tan claro que parecía brillar a la luz del sol que comenzaba a ponerse. Su cabello castaño y sedoso contrastaba con la naturaleza que parecía estar contenta con la simple presencia del humano. Y sus ojos, profundos y cautivadores miraban al príncipe con una calma inquietante, como si ya supiera quién era él y qué deseaba.

Ken no pudo evitar quedarse sin palabras por un momento. La belleza del Omega lo dejó casi sin aliento, pero había algo más en él, una serenidad, una calma que parecía inquebrantable. El joven Omega no mostró miedo, pero tampoco parecía impresionado por la presencia de Ken, como si el poder de la corona fuera algo a lo que no tenía miedo.

El príncipe dio un paso adelante y habló-Soy Ken, el noveno hijo del rey. Y vengo a pedirte que te cases conmigo, para asegurar la sucesión de la corona. Si tienes un hijo en los próximos tres meses, yo seré quien gobierne Blood. A cambio te daré todo lo que me pidas...

El Omega lo observó en silencio durante un largo momento, antes de inclinar ligeramente la cabeza.-Sé quién eres, príncipe Ken-dijo con una voz suave, pero firme.-Y sé lo que deseas. Pero no me entrego fácilmente, mi corazón ya tiene un dueño y ni el ni mi destino está al servicio de tu corona...-respondió con serenidad.

Ken sintió una punzada de frustración e impotencia en su pecho, sin embargo no se dejó afectar. Pues sabía que debía ganarse al Omega, no solo con palabras, sino con acciones. Y si eso significaba arriesgarlo todo, estaba dispuesto a hacerlo.

-Te ofreceré más que mi nombre y mi reino. Te daré lo que desees a cambio de lo que necesito. Un hijo, y con él, la corona.-Su voz sonaba segura, pero algo en sus palabras resonó en el aire, como un desafío oculto-. En cuanto sea coronado y mi padre muera podrás regresar con tu amado...-prometió.

-¿Qué hay... de tu heredero?-inquirió SeokJin, con gran duda.

-Él se quedará conmigo y podrás realizar tu vida cómo si nada hubiese pasado... ¿Qué dices?-insistió, esperando con desesperación la respuesta del Omega.

El Omega levantó la mirada, y lo miró con sus ojos llenos de misterio.- Entonces tendrás que hacer más que prometerme un futuro incierto. Porque no me conformo con ser una pieza más en tu juego de poder...

Fue entonces que Ken supo que la competencia por obtener la corona no solo sería con sus hermanos, sino también con el Omega. Pero eso no lo detendría. Porque él haría lo que fuera necesario para ser el primero en reclamar su herencia...

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro