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Capítulo 37

Les recomiendo reproducir el vídeo mientras leen el capítulo, ayuda a crear más ambiente.



Despertó en medio de la noche, miró a su alrededor pero todo estaba en tanta calma que no parecía real, la habitación se encontraba oscura, sólo ligeramente iluminada por las llamas provenientes de la chimenea que ayudaban a mantener el interior de la amplia habitación cálido y así asegurar un buen sueño para las dos personas que lo acompañaban. 

Tenn y Ying estaban echados sobre el suelo a los pies de las ventanas que se habían convertido en su lugar predilecto de descanso, saber de la presencia de los animales lo ayudó a relajarse nuevamente sobre el colchón, sintió la cama removerse a su lado y como un dormido JiMin lo rodeaba con sus brazos y posaba la cabeza sobre su pecho. 

Apretó a su esposo entre sus brazos y suspirando volvió a cerrar los ojos para así lograr dormir un par de horas más, o eso fue lo que trato de hacer hasta que un suave murmullo se abrió paso en el silencio de la noche, otro murmullo seguido de un agudo llanto anunciaron la hora de comida de su hijo. 

JiMin se removió apenas escuchó el llanto pero lo detuvo para colocarse él en pie y caminar hasta la pequeña cuna que estaba a unos pasos de la cama. Removió el dosel de forma delicada revelando así al pequeño bebé que se removió ansioso sobre las suaves mantas y pieles. 

Lo tomo con delicadeza sosteniendo su cabeza y de forma suave lo llevó contra su pecho compartiendo su calor con el pequeño y frágil cuerpo. 

Myeong apenas tenía cuatro semanas de haber nacido pero su cuerpo ya parecía saber lo horarios de su hijo a la perfección, la hora de comida del bebé fue la razón de su extraño despertar en la madrugada. Era difícil adaptarse a las noches en vela, pero era algo que aceptaba con gusto pues era durante la noche cuando más tiempo podía compartir con su hijo, entre juntas con el consejo o reuniones con sus asesores, visitar los huertos y revisar las provisiones en las zonas de caza apenas tenía tiempo de cenar con JiMin y pasar un par de horas con su hijo antes de caer dormido en la cama. 

Además el clima en el reino estaba volviendo a enfriar, el invierno nuevamente se acercaba y con ello las peores temperaturas. Por lo que sacar a Myeong de la habitación por mucho tiempo no era lo posible, su hijo sólo había sido presentado al pueblo una semana después de su nacimiento y esa era la única ocasión en la que lo habían expuesto al frío del exterior, aún así el bebé iba cubierto por varias mantas y una pesada piel de oso para proteger su delicado cuerpo del helado clima. 

Algo triste sobre su reino es que por más que se esforzará en dar abrigo y alimento a su gente, había familias que simplemente no podían costearse pieles lo suficientemente buenas como para soportar el helado viento y el descenso tan abrupto de temperatura durante las noches.  

Los que más sufrían por aquello eran los niños pequeños y recién nacidos, su gente evitaba tanto como le era posible traer niños al mundo cerca de las temporadas más frías pues la posibilidad de que el bebé sobrevivirá un invierno siendo aun tan pequeño era nula. Más de una vez vio a madres llorar por sus hijos aún con el pequeño cuerpo congelado pegado a su pecho. 

Era horrible pero así eran las cosas en Vinterdod, lo más triste del asunto es que YoonGi sabía que Myeong no tendría el mismo destino por el simple hecho de ser hijo suyo y de JiMin, la familia real no se preocupaba por esas cosas, de hecho era motivo de alegría que un bebé naciera durante el invierno pues se decía que los príncipes nacidos en esas fechas eran hijos del hielo, los reyes más fuertes y justos pues habían nacido del frío. 

Mientras su gente evitaba tener hijos en el invierno por temor a verlos morir congelados la corona lo veía como una señal divina y lo celebraban por lo alto, llamando a esos niños reyes del hielo, cuando eran justo esos bebés los únicos en todas sus tierras que no sentían ni asomó de frío, pues se encontraban resguardos del clima dentro del castillo y eran cubiertos por las más finas y cálidas pieles. 

Alejo esos pensamientos de su cabeza, no era momento de tener ideas pesimistas. Besó con amor la pequeña cabeza donde algunos cabellos claros habían comenzado a crecer, al final del día agradecía ser rey y de esa forma mantener a su hijo cálido y seguro durante la fría temporada que se avecinaba. 

Volvió a la cama donde un adormilado JiMin lo esperaba sentado contra el respaldo de la cama tenía la parte superior de su bata para dormir abierta, lo vio tallarse uno de sus ojos con su pequeño puño para alejar el sueño. Le tendió a Myeong para que pudiera alimentarlo. 

—Come demasiado—comentó en voz baja el doncel. 

YoonGi sonrió con cariño—.Solar ya te dijo que es normal que coma tanto. 

—Ya lo sé—aseguró divertido—. Es sólo que se ve tan pequeño que pareciera que ni siquiera lo alimento. 

Negó divertido, Myeong fue un bebé pequeño desde su nacimiento, Solar les aseguró que no era nada malo, que tal vez se debía a que JiMin era bajito y él no era precisamente el más alto. Hwasa y Lay, por otro lado, le habían comentado que tal vez el bebé era más pequeño debido a que era un doncel, cualquiera que fuera la razón estaba bien para él, mientras Myeong estuviera sano y feliz. 

Él no lo amaría más o menos por eso, fuera doncel o no, Myeong era su hijo y lo amaba más que a su vida. Jamás pensó poder sentir más amor que el que sentía por JiMin, pero estaba equivocado pues apenas sostuvo a su hijo en brazos y sintió el calor junto a el suave y dulce aroma que desprendía ese pequeño ser, y supo que no amaría a nadie más de lo que amaba a su hijo. 

Noto a JiMin dormitar con el bebé también dormido en brazos, se fijo que su hijo ya no comía más, por lo que, de forma delicada retiro al bebé de brazos de JiMin, colocándolo de nuevo contra su pecho le sacó el aire con suaves palmadas en la espalda. Se levantó y caminó a la cuna pero se tomó un tiempo para sostenerlo en sus brazos. Llevo sus labios sobre la pequeña oreja, presionó un largo beso sobre los finos cabellos plateados e inhalo profundamente el dulce aroma de su bebé. 

Dejo a Myeong en la cuna arropandolo con las mantas y con la piel suave de  color blanco que había enviado SeokJin como regalo, lo vio removerse un poco y abrir sus preciosos ojos lilas, idénticos a los de JiMin, salvo por la motas rojizas que los decoraban, bostezo de forma adorable para después volver a su pacífico sueño. 

Admiro embelesado el sueño de su hijo por varios minutos, aún no se creía que él había ayudado a hacer algo tan hermoso y delicado, era el bebé más hermoso que había visto jamás y no lo decía sólo porque fuera su hijo, es que realmente no creía que nadie fuera más bello que JiMin, pero su hijo, su hijo era lo más bonito que sus ojos habían visto. 

Dejo otro beso en la suave y sonrosada mejilla. 

—Descansa Myeong, yo velaré por ti y tu padre aún en mis sueños. 

Volvió a la cama, acomodo la pijama de JiMin para después recostarse a su lado y envolverlo en sus brazos. 

—Descansa cariño. 

Cerró los ojos esperando que mañana fuera otra día tranquilo y que sus enemigos se mantuvieran alejados como lo habían hecho hasta ahora. 

—Mañana es la última noche donde la luna sangrienta estará presente en el cielo.

—La noche del cazador—respondió Sehun y ella asintió. 

—Es tradición que el rey vaya a la cabeza de la cacería, por lo que YoonGi dejará el castillo y con varios guardias participando de la festividad y el castillo lleno de gente por el banquete real, nos será más fácil lograr entrar sin ser notados—sonrió el hombre mayor. 

Jisoo removió la copa de vino en su mano—. ¿Cuántos hombres entrarán?

—Ya tengo cinco hombres dentro del castillo y necesitaremos que otros siete entren para tomar al rey y al bebé. 

Asintió satisfecha—. Debemos ser rápidos y silenciosos, no queremos que YoonGi note la ausencia hasta la mañana siguiente cuando regrese al castillo. 

—Cuente con ello—el general hizo una reverencia—. Debo irme, los hombres de la vigilancia nocturna deben preguntarse dónde estoy. 

Jisoo lo miró salir de la cabaña dejándolos a ella y Lord Shin solos. Mañana por fin podrían en marcha el plan y la corona sería suya. 

Shin se acercó a ella una sonrisa lasciva decorando sus labios pálidos y agrietados, lo vio beber de su copa, tambaleándose algunos unos pasos llegó frente a ella. 

—Hay que celebrar esta noche, mañana Vinterdod será nuestro. 

Una risa divertida abandonó sus labios, ¿nuestro?. Todo sería de ella, por fin, después de esperar por años obtendría lo que siempre debió ser suyo, todo el reino de Eviglod, ella sería la única reina. Y una vez regresara a su lugar en el palacio de Kärrgläss, encontraría la forma de deshacerse del mocoso Kim, después de que este le diera un heredero a la corona. No tenía planeado compartir la corona con nadie, JungKook sería el único gran rey.


—¿Está bueno? 

Miro a YoonGi quien le dedicaba una mirada divertida. 

—Por supuesto, es delicioso—sonrió de forma dulce, escondiendo de forma lamentable, el asco que aquel platillo le producía. 

Pero YoonGi no le creyó, como era lógico, lo que provocó una gran carcajada de su parte. 

—Entiendo que no te guste, el pastel de pescado no es del agrado de los sureños. 

Frunció el ceño molesto—. Sabes que la gente de Eviglod odia que los llamen así—le recordó de forma suave. 

El mayor asintió—. A veces lo olvido, pero no entiendo eso, son sureños, viven al sur de Rikegisk. 

—Eso no importa, no nos gusta y punto. 

YoonGi río, lo cual intentó ocultar tras una falsa tos ante la mala mirada que JiMin le dio. 

—Creo que puedes encargarte de lo que falta del banquete, yo debo ir a supervisar a los hombres que saldrán a cazar conmigo está noche. 

—Claro, puedes irte yo termino todo aquí.

El mayor lo beso delicadamente en los labios para después salir de las cocinas.

Suspiro mirando la puerta cerrada, se rasco el cuello y continuó revisando los platos que serían servidos en la cena de esta noche. Muchas personas vendrían al castillo para celebrar la noche del cazador. 

Mientras los hombres del ejército y YoonGi salían a cazar, en el castillo se celebraría una pequeña fiesta con las familias más ricas y nobles del reino. JiMin odiaba ese tipo de fiestas pero era una tradición que no podía evitar. 

Debía estar presente durante la cena y el baile, al menos un par de horas antes de volver a su habitación con Myeong, que era donde prefería estar durante toda la noche y no en el gran salón rodeado por gente hipócrita. 

—Mi rey—miró a Solar que venía entrando en la cocina—. Han llegado un par de cartas para usted, algunas las trajo MonMon y otras han llegado con un mensajero pero van dirigidas a los reyes. 

—SeokJin ha escrito—mencionó alegre tomando el distintivo sobre blanco con el sello real en cera morada y el emblema de la serpiente en ella. Sajia que SeokJin la enviaba de forma personal y no como rey de Giftenkker.

Tomó con curiosidad el otro sobre sorprendiendose un poco al ver que tambien venía de Giftenkker, pero era de la aldea de Kiverr, lo sabía por el emblema en la cera morada.

Abrió primero el sobre que sabía sería de Jin, no había mucho escrito pero las palabras que contenía lo preocuparon. 

"Iba a intentarlo, juro que lo haría.

Pero ya me había traicionado una vez y ahora lo hace de nuevo. No puedo culparlo por lo de hace años y lo de ahora tampoco, pero aún duele. 

Se que esto es mi culpa que debí hacer algo antes, decírselo antes. Pero ahora he sido yo quien llegó tarde.

Ojalá ella lo haga feliz, pero sé que no lo merece, yo tampoco creo merecerlo pero por lo menos se que mi amor por él es sincero y ella sólo lo utiliza, pero ya no puedo hacer nada, perdí mi oportunidad, perdí todas las que la vida me dio.

Creo que nuestro destino nunca fue estar juntos, igualmente esperaré ese día pues nos veremos de nuevo y lograré conocer a tu hijo.  

K.SJ" 

Confundido y con una extraña sensación en el pecho tomó el otro pequeño sobre, lo abrió rápidamente y leyó el corto contenido, llevo una de sus manos a su boca abierta por la sorpresa. 

"A Min YoonGi y Min JiMin, Reyes de Vinterdod.

Esperamos contar con la presencia de los reyes durante la unión de Lord Kim Namjoon de Kiverr y Kim Jenni descendiente de la familia real Kim de Giftenkker.

Dentro de un mes se llevaron a cabo la ceremonia en los jardines de Kürr, Palacio de Kiverr.

K.NJ "

—Ohhh Jin—susurró con pesar, no se imaginaba el dolor que debía de estar sintiendo SeokJin ahora.

Siempre supo las razones de su amigo para  mantener su distancia con Namjoon, pero sabía cuánto amaba el mayor al Lord y como debía de estarse sintiendo al ver al hombre que amaba comprometerse con su prima. Una mujer que como bien había dicho en su carta, sólo quería utilizarlo y había pasado gran parte de su vida despreciando a Jin. 

Todo se estaba complicando demasiado rápido, primero TaeHyung le decía que las cosas con JungKook nuevamente se encontraban mal, y ahora SeokJin tenía el corazón roto, eso sin mencionar los problemas que él y YoonGi esperaban, sólo debían sumar algo de Solufell a la mezcla y todo Rikegisk estaría perdiendo la cabeza. 

—Señor. 

Dio un salto en su lugar ante el llamado, se giró encontrándose con Zenn frente a él. 

—¿La han encontrado?—el guardia asintió—. Muy bien, llevenla a uno de los calabozos, tiene varias preguntas que responder. 

—Como ordene majestad. 

El hombre salió de la cocina dejándolo nuevamente sólo, miró la enorme cantidad de comida a su alrededor, un suspiro temblorosa salió de sus labios. 

—Algo va mal, algo va muy mal. 

Sentía sus manos temblar por el frío, un frío que sólo estaba dentro suyo y que desde la noche anterior lo rodeaba sin compasión. 

Levanto la cabeza de forma orgullosa y ha paso decidió abandonó la cocina, cuatro de sus hombres lo esperaban afuera junto a seis soldados de Vinterdod. 

—"Refuercen la seguridad en el pasillo y habitación real"—pidió en Zäkr, una antigua lengua que sólo los soldados de la guardia real y la familia real hablaban en Skinnende Gull. 

Los hombres asistieron y todos siguieron por el pasillo de forma sincronizada. Se acercó a Tenn y Ying acarició las cabezas de sus mascotas. Los miro fijamente implorando con sus ojos, pidiendo sólo una cosa. 

"Manténgalo a salvo, deben protegerlo de todo y de todos" 


Todos estaban en el patio del castillo, la gran luna roja estaba en lo alto del cielo iluminando la noche, miro a JiMin a unos metros de él, estaba hablando con algunas mujeres, esposas de los hombres de la corte, notaba cuán aburrido parecía el menor pero nadie salvo él podría notarlo. No cuando JiMin les dedicaba una hermosa sonrisa a todos ellos. 

Miró el cielo una vez más, en un par de minutos comenzaría la cacería y gran parte de sus hombres saldrían al bosque a cazar para honrar a la luna, justo como dictaban las antiguas tradiciones de su reino. 

Sintió unos finos brazos rodear su torso, una sonrisa pequeña apareció en sus labios, los esponjosos labios de su esposo dejaron un suave beso en su cuello. 

—Suerte esta noche. 

—Gracias cariño—besó de forma casta los labios contrarios y con pena se separó del cuerpo de JiMin—. ¡Es hora de comenzar!.

El peli plateado asintió—. Diviértete esta noche. 

Negó divertido, subió a su caballo y tomó la antorcha que uno de los escuderos le tendió. 

—Esta noche, bajo la última luna sangrienta del año damos inicio a una de las más viejas tradiciones de nuestro reino—habló en alto llamando la atención de todos los presentes—. Esta noche es sobre unión y celebración—todos gritaron a su alrededor—. Ahora, justo bajo la luz roja de la luna da comienzo la noche del cazador. 

Todos los hombres sobre sus caballos salieron por la puerta del castillo entre gritos y risas. La gente cantaba y bebía animada a su alrededor. 

Vio por última vez a JiMin antes de salir detrás de todos sus hombres, no le gustaba dejarlo solo, pero confiaba en que los hombres que cuidaban el castillo lo mantendrían seguro, a él y a su hijo. 


—¡Ha llegado la hora!—gritó Sehun, los hombres que lo rodeaban gritaron en aprobación—. Esta noche es nuestra noche, esta noche marca el comienzo de un nuevo reinado. 

Todo los hombres gritaron con fuerza un "Muerte al rey Min" lo que provocó una sonrisa en los a labios de Sehun.  

—Entraremos a ese castillo y tomaremos al consorte—gritos de aprobación llenaron la noche—. Tomaremos al primogénito de YoonGi y lo mataremos—una nueva oleada de gritos y burlas—, seremos silenciosos y veloces, YoonGi no sabrá ni siquiera quien lo ataco. 

Todos celebraron, derrocarian al rey, Min YoonGi lloraría lágrimas de sangre. 

—Debo alimentar al príncipe, lo siento. 

Se disculpaba con todos en el salón o los que cruzaban su camino, quería salir de ahí pronto y volver al calor y seguridad de su habitación y así tomar a su pequeño en brazos para estar seguro de que estaba a salvo. 

Llego al pasillo donde tomó una gran bocanada de aire, estaba más fresco fuera del salón y por fin podía dejar de sonreír de forma falsa, sus mejillas dolían un poco debido a eso.

Camino por los pasillos desiertos en compañía de seis guardias, subió las escaleras con calma, aun a tanta distancia podía escucharse algo de la música y algunas risas escandalosas provenientes de salón donde se estaba llevando a cabo la fiesta, todo estaba sólo en el castillo y era apenas iluminado por las velas u antorchas. Eso cambió al llegar a un pasillo cercano a su habitación, a partir de ahí había, por lo menos, siete hombres por corredor protegiendo el paso a la habitación real. 

Fuera de su habitación estaban doce guardias armados hasta los dientes, suspiro aliviado. Ahora podía sentirse más seguro. 

Entrando a la habitación se encontró con Tenn y Ying que cuidaban el pequeño moisés donde descansaba Myeong, Hwasa y Solar tomaban el té en un pequeño sofá no muy lejos y junto a una de las paredes estaban Zenn y Xiu. 

Se acercó rápidamente al moisés apenas escuchó que su hijo se quejaba. Sonrió con amor y lo tomo entre sus brazos acunándolo contra su pecho, caminó despacio hasta la cama y se acomodó para alimentarlo. El bebé rápidamente tomó su pezón y comenzó a comer de forma desesperada. 

—Calma cariño, vas a ahogarte—reprendió suavemente. 

Hwasa sonrió divertida—. ¿Qué tal ha estado la fiesta? 

Resopló con fastidio—. Horrible 

Sus damas rieron divertidas y él se unió a ellas poco después. 

La calma volvió a rodearlo hasta que logró relajarse, tal vez estaba paranoico y nada pasaría esta noche. 

Se acercó al hombre contra la pared del pasillo golpeándolo en el hombro. 

—No te duermas—regañó con molestia cuando el contrario abrió los ojos. 

Se dio la vuelta dispuesto a volver a su tarea cuando sintió algo extraño contra su espalda iba a hablar pero lo único que salió de su boca fue un extraño sonido ahogado acompañado con un chorro de sangre, su cuerpo sin vida cayó al suelo manchando la piedra de líquido carmín. 

—Simples idiotas—escupió con desprecio. 

—Dejalo y sigamos, aún faltan cerca de cincuenta hombres. 

Miro a su compañero, la oscura armadura manchada de sangre, una sonrisa adorno sus labios. 

—Esto es sencillo, el idiota de YoonGi ni siquiera dejó a sus mejores hombres. 

—Solo no te confíes y sigue adelante, yo me llevaré esto de aquí. 

Asintió con tranquilidad y se dirigió al siguiente pasillo, todos estaban muertos, avanzó aún más, Solo unos pasillos más lo separaban de ala del rey, era ahí donde comenzaría realmente la diversión.  Podia sentirlo,  la emoción de la pelea, ha podía escucharse el sonido de las espadas al chocar. Sería una gran noche.

—Ya es muy tarde, ¿cuánto más tardará la cacería? 

JiMin miro a su rubia amiga y negó con cansancio—. No lo sé, pero no planeo esperar a YoonGi, ya quiero dormir. 

Con cuidado colocó a Myeong en el centro de la gran cama y comenzó a desatar las tiras de su camisa, quería ponerse algo más cómodo, detuvo su actividad al escuchar un pequeño ruido que venía de fuera de la habitación.

Zenn y Xiu rápidamente tomaron una pocisión de combate, cuando otro sonido llegó en medio del silencio ambos sacaron sus espadas.

—Son espadas—aclaró Xiu. 

Rápidamente los hermanos corrieron al otro lado de la habitación y con una fuerza asombrosa levantaron uno de los pesados muebles de roble colocándolo frente a la puerta que estaba cerrada con llave. Frente a este colocaron la mesa de café en forma de barricada para impedir el paso. 

El ruido de espadas chocando así como los gritos era cada vez mayor y más cercano a la habitación. 

—Debe irse majestad—aconsejó Zenn, quien miraba fijamente la puerta con la espada en alto, listo para atacar. 

—Tome al príncipe y corra—sugirió Xiu. 

Sus manos temblaban y con miedo se acercó a la cama, tomó el pequeño cuerpo de su hijo en brazos justo cuando la puerta fue golpeada con fuerza. 

Hwasa y Solar corrieron a la habitación contigua, regresaron con una capa para él y varias pieles para cubrir a Myeong. 

Tomó el pequeño canasto para el bebé, era suave y cálido, mantendría a su hijo seguro y caliente. Sentía sus ojos arder cuando colocó al pequeño en el canasto y lo cubrió con varias pieles. 

Hwasa y Solar retiraron algunas telas de la pared junto a la ventana hasta descubrir la lisa pared de piedra, Zenn se acercó y con esfuerzo logró abrir el compartimento oculto revelando un oscuro pasillo. Hwasa se acercó con una antorcha encendida, Ying y Tenn entraron primero seguidos de Solar, Hwasa tomo el canasto de brazos de JiMin y desapareció en aquel oscuro pasillo. Miró a sus fieles guardias y el nudo en su garganta se hizo aún más grande. 

—Gracias—pronunció con esfuerzo y dolor. 

—Morir por usted será un honor, majestad—Zenn sonrió con cariño y se arrodilló delante de él.  

—Mantenerlo seguro siempre fue el propósito de nuestra vida, mi señor—al igual que su hermano Xiu se arrodilló.

Ambos lo miraron y llevaron su mano derecha contra su corazón.

—Crece con el reino y perece por el pueblo. 

Una lágrima rodó por su mejilla cuando les dio a ambos una pequeña inclinación de cabeza. 

—Nunca podré encontrar hombres más leales.

Con dolor les dio la espalda y se adentró al pasillo oscuro, la pared fue sellado a sus espaldas dejando todo oscuro salvo el fuego de la antorcha que Solar traía en su mano. Ambas lucían triste.

—Debemos seguir—susurró Hwasa y él simplemente asintió.

Caminaron por el pasillo hasta llegar a las escaleras las cuales comenzaron a bajar de forma rápida. Al llegar frente a la vieja puerta de madera JiMin miro el pasillo contrario. 

—Llegó la hora—pronunció firme. 

Se acercó a Hwasa mirando el canasto en el que descansaba su hijo, dormía de forma tranquila, su pecho subiendo y bajando de forma suave, sonrió con lágrimas en los ojos, beso la frente y se separó sintiendo su pecho doler de forma lacerante. 

—Vas a estar bien, Myeong—se colocó la capa sobre los hombros y les dedicó una última sonrisa a sus damas—. Sehun sabra que bajamos por aquí, aunque logren tomarme ellos seguirán buscando, sólo deben ser rápidas y llegar donde Xenzu y Ween esperan, Tenn y Ying las protegeran. 

—Debe haber otra forma—suplicó por última vez Solar. 

—Ven con nosotras—pidió Hwasa.

Sonrió a sus más fieles amigas—. Saben que no funciona así. 


Con dolor ambas lo vieron atravesar aquella vieja puerta. Querían llorar pero no había tiempo para ello, corrieron por el oscuro pasillo, Tenn guiaban el camino y Ying iba detrás de ellas. 

Estaban apuntó de llegar a la puerta donde Xenzu las esperaba, listo para huir con Myeong y Ween, pero Ying se detuvo de forma abrupta al mismo tiempo que se escucharon pasos apresurados a sus espaldas. 

—Tómalo y correo—ordenó Hwasa tendiendole el canasto a la rubia. 

Solar quería negarse pero no había tiempo para eso, tomó el canasto y corrió tan rápido como podía junto a Tenn. 

Hwasa sacó la fina espada y se colocó en posición, Ying comenzó a gruñir y antes de siquiera ver a los atacantes se lanzó contra ellos soltando gruñidos y arrancando extremidades sin demora. Aquellos que lograban pasar al lobo eran atravesados de forma ágil y contundente por la espada de Hwasa. 

En cuanto terminaron con todos siguieron su camino sabiendo que no serían los únicos tras ellos. 

Llegaron justo a tiempo para ver a Solar colocar de forma segura el canasto sobre el lomo de Xenzu, el pequeño Ween volaba cerca de la cabeza del dragón más grande. 

Solar subió al lomo del dragón y la miró de forma suplicante, pero ella negó con tristeza. 

—Protegelo—pidió en un susurro. 

Solar negó con lágrimas en los ojos— No puedes… 

Ella negó y asintiendo a Xenzu el dragón salió volando del lugar sólo un minuto antes de que una docena de hombres entrarán a la celda abierta. 

Ying y Tenn se colocaron a sus lados gruñendo sin parar, lanzó su espada al vacío y tomó los cuchillos que tenía ocultos en el dobladillo de su vestido. 

—Vamos, aquí hay otro, todos se están quedando atrás—presumió con alegría. 

Sus hombres gruñeron su molestia y siguieron buscando por el bosque, era una buena noche, hasta ahora se mantenía a la cabeza de la caza con cinco conejos, diez ardillas y dos ciervos.  

Todos estaban tranquilos y alegres, el quería terminar pronto y volver al castillo pero sabia que no podía hacerlo hasta el amanecer. O eso se suponía, pero apenas escuchó aquel sonido tan potente romper la quietud de la noche subió a su caballo. 

—¡Al castillo!—gritó tan fuerte como su voz se lo permitió—. Están atacando el castillo. 

Los hombres que habían quedado petrificado tras el rugido de Xenzu parecieron recobrar el sentido, subieron a sus caballos y lo siguieron de cerca. 

—Por favor no, por favor no—rogaba con miedo. 

Esperaba ser capaz de llegar antes de que tomarán a JiMin o a su hijo, si Xenzu rugio fue para advertirle, aún debía tener un poco de tiempo, aún.





















































Incluso yo No se que decir ahora que lo he leído completo y editado.

Espero que hayan decidido leerlo escuchando el vídeo que les he dejado, siento que eso le agregaba más emoción al capítulo. ¿No lo sintieron así?

¿Qué les ha parecido?
¿Qué es lo que creen que pasará?

Espero los disfrutarán.


Nos leemos en unos días
Besos x.

Preparen sus corazones para lo que se viene en los próximos capítulos, sólo les diré que todo puede pasar.

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