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Capítulo 27

JiMin paseaba por los jardines, la yema de sus dedos rozaban superficialmente las plateadas rosas que ahora decoraban el castillo. La noche anterior se había sentido ligeramente inquieto y ahora mismo se sentía de aquella manera por lo que había decidido salir a caminar, pero esa extraña sensación en la boca de su estómago no se iba.

Algo malo pasaría, probablemente pronto, intentó concentrarse y ver más allá, se detuvo en medio del patio una de sus manos sobre las rosas y la otra la llevó contra su pecho, cerró los ojos y dejó salir un lento suspiro.

Solar y Hwasa lo miraron extrañadas pero lo dejaron hacer aquello sin cuestionar. 

De un segundo a otro dejó de estar en el frío patio para aparecer en medio de la calidez y comodidad de su habitación pero se sentía diferente.

》Miró a su alrededor y se encontró sólo, podía sentir su corazón latir rápido y su respiración era errática, como si hubiera llegado ahí corriendo. Quería salir y averiguar que pasaba pero no podía, sólo estaba parado a mitad de la habitación lleno de dudas. 

De un segundo a otro la puerta fue abierta con brusquedad y por ella entró YoonGi, lucía preocupado y tenía los ojos llenos de arrepentimiento. 

—JiMin déjame explicarte, no es lo que tu crees… 

Estaba confundido, ¿de qué hablaba?, ¿que debía de creer?, por que no había llegado antes para entender aquella situación.

Vio a YoonGi lucir aún más desesperado y mover los labios rápidamente pero era incapaz de escuchar lo que le estaba diciendo o aquello que él respondía. Se sorprendió a sí mismo cuando salió corriendo de la habitación como si le temiera a su esposo. Corrió por el pasillo pasando a Ying y Tenn, dobló una esquina tropezando con Soobin pero rápidamente retomó su carrera, llegó a lo alto de la escalera comenzando a bajarla, miró sobre su hombro para asegurarse de que YoonGi no lo seguía, ese fue su error.

Logró ver a Soobin quien lucía confundido pero su rostro lentamente cambió por uno de terror, detrás de él estaba YoonGi que veía todo con horror. Fue en el momento justo en que la capa de JiMin se enredó entre sus pies provocando que cayera y comenzará a rodar por las escaleras.

Lo último que JiMin pudo ver fue como llegó al final de la escalera y varias personas se acercaron de forma apresurada. 

—¡JiMin!《

Dio un pequeño brinco en su lugar y llevó sus manos hasta cubrir su vientre después de ver aquello, eso era lo malo que sentía iba a pasar, pero no sabía cómo evitar aquella situación pues no había visto cómo es que llegaba a su habitación ni la razón para huir de YoonGi. 

Estaba confundido pero trataba de mantenerse tranquilo tal vez los sucesos anteriores a su llegada a la habitación no eran realmente importantes, solo tenía que pensar que llegado el momento de la posible discusión con YoonGi no saldría corriendo de la habitación. 

—¿Todo bien?

JiMin se giró para ver el rostro preocupado de Solar, le mostró una gran sonrisa.

—Sí, ¿por qué no vamos con Lay?

Hwasa frunció el ceño y colocó el dorso de su mano sobre la frente de JiMin—. ¿se ha sentido mal?

La sonrisa de JiMin se hizo aún más grande y brillante—. He tenido algunos malestares las últimas dos semanas y me gustaría ir donde Lay para que confirme la noticia.

Solar llevó rápidamente una de sus manos al plano vientre de JiMin—. Estas esperando un bebé—la ilusión y alegría iluminaron su rostro.

JiMin cabeceó—. Yo pienso que si, debo tener casi un mes, tal vez un poco más—frunció los labios tratando de hacer cuentas—. Pero quiero que Lay haga la prueba para estar seguro y poder hablarlo con YoonGi.

Ambas asistieron entusiasmadas y con prisa comenzaron a caminar rumbo a la pequeña Villa que se le había dado a Lay y las otras dos sanadadoras cuando llegaron al reino. Estaban emocionadas, un bebé, el bebé de JiMin posiblemente ya estaba aquí.


—Bueno, ahora que el rey JiMin se encuentra mejor cuánto tiempo más va a esperar para traer a este mundo un heredero.  

YoonGi miro con odio al hombre mayor, era uno de sus consejeros, Chunn-gee era de los pocos que también había estado durante el gobierno de su padre y aún lograba deshacerse de él. Lo soportaba por necesidad y no por gusto, el hombre tenía una gran fortuna y ayudaba a financiar las excursiones de caza para la recolección de alimentos del pueblo a las faldas de la montaña. 

—Cuando se me dé la gana—sonrió de medio lado, que se vieran obligado a soportar al hombre no era lo mismo que ser respetuoso—. No estamos hablando de comprar un nuevo caballo para salir y cazar, están hablando de mi futuro hijo, quien será su rey y la decisión sobre cuándo y cómo traerlo a este mundo es sólo mía y de mi esposo.

—No es así majestad, es una decisión de todos aquí pues nos afecta de forma directa— habló de nuevo Chunn-gee—. El nacimiento de un heredero nos asegura la reducción del monto que se paga anualmente por el impuesto real, por lo que tener un hijo debería ser la prioridad para usted. 

—Si  permite señor—habló Sunny de forma tímida—. Tratar de forzar al rey para que quede en cinta podría no ser la mejor idea, es sabido que los donceles son más susceptibles a tener pérdidas debido a presión y estrés o incluso tener partos complicados que terminan con la muerte del padre—se mojó los labios de forma nerviosa—. La finalidad del matrimonio del rey YoonGi y el nacimiento de un heredero suponen alianza con Eviglod y no creo que al gran rey JungKook, mucho a nuestro pueblo, les parezca bueno o necesario que el rey JiMin arriesgue su vida en un embarazo complicado, mucho menos siendo aún algo joven. 

—En mi opinión Sunny tiene razón señor—tomó la palabra otro de los consejeros, un hombre más joven, Dak-ho —. El rey JiMin apenas está mejorando, hace dos semanas que logró salir de su habitación, usted y su esposo aún son jóvenes por lo que engendrar un heredero ahora o en unos años no supondrá problema.

—Eso no es seguro—acotó Chunn-gee no dispuesto a dejar aquella conversación en el olvido—. Debo recordarles que el rey JiMin fue envenenado y no sabemos qué consecuencias permanentes pueda tener el cuerpo del consorte. 

—El cuerpo de JiMin está en excelente estado—respondió con los dientes apretados, lo enfurecida la insinuación que trataba de hacer aquel hombre—. Y aunque aprecio su preocupación no tiene que tenerla anciano, mi esposo es perfectamente capaz de quedar en estado, nuestro hijo llegará cuando decida hacerlo.

—Si, creo que eso a quedado muy claro—todos en la sala miraron a Sehun quien tenía un semblante aburrido—, pero no era por eso por lo que nos habíamos reunido—todos los presentes se tensaron menos YoonGi quien bufo aburrido. 

—Creo que ni Rosé ni Yunho merecen un juicio, atentaron contra la vida del rey y eso se paga con la muerte—opinó Hyojong. Y aquello era una opinión popular.

YoonGi asintió de acuerdo—. Ambos están en una celda ahora mismo, he esperado para ejecutarlos por mera formalidad, pero podríamos hacerlo mañana por la tarde en medio del campo de entrenamiento.

—¿Una ejecución pública?—preguntó Sully algo incomoda—. Eso no es algo extremo, nuestro reino nunca a acostumbrado hacer eso.

—Bueno tampoco intentaban asesinar a su rey—el rey se encogió de hombros, una sonrisa cínica en sus labios—. Creo que es hora de refrescarles la memoria a todos los que están en el castillo que es lo que pasa cuando se meten con los Min.


Rosé temblaba en una de las esquinas del calabozo, tenía frío, hambre y sobre todo, mucho miedo. No estaba segura de cuánto tiempo llevaba en esa celda ni cuándo vendrían a sacarla, si es que lograba que la dejarán libre. 

Hace unas horas habían venido por Yunho y lo habían sacado del calabozo a base de golpes y empujones, pudo escuchar al joven gritar y pedir piedad bastante tiempo atrás, pero después de un último grito de dolor todo había quedado bajo un silencio perturbador. 

Recordar los gritos del cocinero sumado a las burlas de lo guardias no hacían más que aumentar su pánico por lo que podría pasarle. Aún mantenía la esperanza en su corazón de que YoonGi la perdonaría, el rey le tenía un cariño especial, ella estaba segura de eso, confiaba que ese cariño sería suficiente para mantenerla segura, tal vez YoonGi sólo la tenía ahí para no levantar sospechas y había pedido que sacarán a Yunho de la celda pues pronto vendría para dejarla libre. 

Tal vez la llevaría a la villa del bosque y la mantendría ahí para que el rey JiMin no sospechara, Irene le había dicho una vez que era ahí donde los reyes mantenían a sus concubinas.

Había pasado poco más de un mes, tal vez, desde que la tenían ahí, seguramente el consorte estaría muerto para este momento pues no había forma de curarlo, no después de haber tomado tanto tiempo el veneno. Lo más probable es que YoonGi hubiera esperado hasta que JiMin muriera para sacarla de la celda donde la tenían prisionera y así poder estar juntos al fin.

Sorino con alegría, sus resecos y agrietados labios se partieron al tener que estirarse tanto, lo que provocó que unas pequeñas gotas de sangre marcharánsu boca. Una pequeña risa quebrada se escuchó en el silencio perpetuo del calabozo. Rosé estaba perdiendo la cordura debido a la falta de alimento y agua sin contar el hecho de que prácticamente se estaba congelando. 

Los ruidos detrás de la puerta la pusieron alerta por lo que trato de hacerse aún más pequeña en aquella esquina. La puerta se abrió y por ella entraron cuatro guardias, seguido de ellos YoonGi ingreso a aquel frío y oscuro lugar. 

En cuanto los ojos cafés de Rosé se toparon con los verde de YoonGi fue como sentir como si algo tirará de ella provocando que de colocará de pie en menos de un segundo, lo cual le causó dolor en todo su cuerpo pero lo ignoro y trato de acercarse al rey, los guardias la detuvieron al colocarse delante del monarca. 

—¿YoonGi? 

El rey la miró con tanta rabia que la hizo temblar por algo más que el frío que se sentía en aquel lugar. 

—Rosé—YoonGi se acercó un par de pasos pero igualmente no llegó a estar demasiado cerca de la rubia—. ¿Sabes lo que va a pasar, ahora? 

Rosé sonrió con alegría para el desconcierto de los presentes, igualmente trato de acercarse aún más a YoonGi pese a que los guardias no se lo permitían. 

—Vas a sacarme de aquí—miró a YoonGi directo a los ojos—. Yo sabía que volvería por mi majestad.

YoonGi la miro con duda y un ligero toque de diversión—. ¿Por qué iba a sacarte de aquí?—chasqueo la lengua— Has intentado matar a tu rey—le recordó con una ceja en alto.

Rosé asintió en repetidas ocasiones con la cabeza, lo que le provocó una ligera punzada en las sienes—. He hecho lo necesario para que nosotros pudiéramos estar juntos.

—Por que yo habría de querer estar contigo, Rosé.

La chica se peino el cabello de forma tímida y si no fuera por el extremo frío que la rodeaba, sus mejillas se habrían sonrojado. 

—Porque te amo y sé que tú también a mi—se mojó los labios resecos y partidos, un ligero sabor metálico se quedó en su boca—. Ahora que el consorte está muerto, tu y yo podemos estar juntos.

Los guardias miraron a la mujer con sorpresa pero YoonGi frunció el ceño y dio un paso más cerca de Rosé, sus rostros casi pegados ahora. Tal vez las torturas y aquello que SeokJin le había hecho, habían vuelto loca a la chica. Pues Rose parecía estar delirando.

—¿Muerto? 

Asintió alegre la rubia—. Pues claro, estuvo tomando el veneno por meses, no hay forma de que pudiera haber sobrevivido aún con ayuda del médico. 

—¿Es así?—pregunto de forma dulce lo que sólo hizo que los ojos de Rosé brillaran al mirarlo—. Entonces supongo que ya puedes salir de aquí—la rubia tomó la mano que YoonGi le ofrecía y ambos salieron por la puerta de aquel frío calabozo—, y dime Rosé, de donde has sacado las hojas necesarias para el veneno.

—He hecho un trato con Dong, el viejo hombre que vive a orillas del pueblo, él me las ha traído,  me aseguró que nadie podría descubrir lo que eran, el veneno es casi tan peligroso como uno traído de Giftenkker—respondió distraída mirando los pasillos por lo cuales pasaban, este camino no iba hacia las habitaciones—. ¿A donde vamos? 

YoonGi sonrió de medio lado—. Al campo de entrenamiento—apretó aún más la mano de chica entre la suya—. La ejecución de los traidores comenzará dentro de poco.

Los labios de Rosé se abrieron por la sorpresa formando una pequeña "o" que trato de cubrir con su mano libre.  

—¿Qui… quienes… quienes son los… los traidores? 

YoonGi peinó con delicadeza un par de mechones rubios fuera del rostro de Rosé. 

—Yunho—sonrió haciendo que Rosé lo hubiera también, sus guardias se colocaron a los lados de la chica pero ella no los noto pues estaba admirando la hermosa sonrisa de YoonGi—. Y tu también, presupuesto—los guardias tomaron los brazos de Rosé y comenzaron a arrastrarla por el pasillo. 

—¡Qué!—comenzó a luchar con los guardias, tratando de liberarse pero era inútil— ¡YoonGi… nosotros…!

—Rosé quedas sentencia a muerte por el intento de asesinato contra el rey Min JiMin—sus ojos se encontraron con los contrarios llenos de miedo y dolor—. Se te cortará la cabeza delante de todos, pero ni mi esposo y yo estaremos presentes, no vamos a darle importancia a tan poca cosa como ustedes.

—¡¡YoonGi!!, ¡YoonGi por favor! 


YoonGi ignoró los gritos y dándole la espalda a la rubia histérica decidió ir a tratar otro asunto que le quedaba pendiente, bajó nuevamente a los calabozos.

El frío rápidamente lo rodeo y de no ser por la gruesa capa que vestía podía llegar a congelarse, este lugar siempre olía mal, orina, heces, vómito. Lo bueno era que al ser tan frío cuando alguien moría el cuerpo se congelabá por lo que realmente los cadáveres no apestaban. 

Siguió por el oscuro pasillo hasta llegar a las celdas más pequeñas, esas más alejadas y que no llegaban a ser tan frías como los gigantescos calabozos abiertos. Los calabozos abiertos estaban construidos en las orillas y tenían un muro faltante que daba directamente a un pequeño risco entre las montañas sobre las cuales estaba el castillo, sólo había cuatro de ellos y se usaban para tratar de sacar información a los rebeldes o traidores, más de un par de horas en esas celdas y los presos quedarían congelados. 

Llegó frente a la pequeña celda y vio por entre los barrotes a Irene acurrucada en una esquina con la pequeña manta que se le había dado cubriendo su cuerpo tembloroso. Pateo con la punta de su bota uno de los barrotes provocando un fuerte ruido que hizo saltar a la pelinegra, Irene lo miró con los ojos hinchados y rojos llenos de miedo, su cuerpo temblaba de forma ligera, ya fuera por frío o por miedo. 

—Hola—su voz burlona—. He venido a darte un par de anuncios.

De forma temblorosa, Irene logró colocarse en pie y caminar hasta estar frente al rey, con los barrotes de por medio.

—¿Cuáles son esos anuncios?

—No voy a matarte—aseguró confiado—, por ahora me sirves más viva que muerta.

—¿Por qué?—su rostro confundido no hizo más que divertir a YoonGi. 

—Ese…—corto sus palabras, no quería llamarlo bebé pues podría llegar a sentir algo de culpa respecto a sus planes, era mejor evitar aquella palabra—, lo que llevas en tu vientre me será muy útil en poco tiempo así… 

—No

YoonGi miro a Irene con sorpresa al haberlo interrumpido, la chica ya no temblaba sólo lo miraba con odio.

—¿No? 

—No voy a darte a mi hijo, prefiero morir a dejar que tu lo tengas—su voz era segura y su mirada decidida.

YoonGi bufo con diversión—. No te preocupes yo no quiero quedarme con tu bastardo, sólo necesito que nazca sano y a ti viva para tener a Sehun donde lo quiero—sonrió de forma condescendiente—, justo entre mis manos.

—Qué…—murmuró perpleja.

—Serás enviada a una villa cerca del bosque petrificado junto a una docena de guardias, pasarás ahí tu embarazo con las mejores comodidades—la mirada de YoonGi recorrió todo el cuerpo de la chica, deteniéndose en su vientre—. Esperando el momento en que yo pueda usarlos contra Sehun… o puedes quedarte aquí y perder el bebé debido al frío, de cualquier forma vas a servirme igual—se alejó un paso de la celda—. Es tu decisión Irene, elige bien.

Los minutos pasaban y la mujer parecía no saber qué camino elegir por lo que YoonGi ya harto comenzó a caminar de nuevo hacia la salida. 

—Si así lo deseas— se encogió de hombros, daba igual si no aceptaba, mientras estuviera viva le basta. 

Irene vio con pánico como YoonGi  comenzaba a alejarse.

—¡Espera!—YoonGi no se detuvo pese al grito—. ¡Lo haré, me voy a la villa!

—Buena elección—asintió con una gran sonrisa y abandonó los calabozos.

Sehun iba a arrepentirse de haberlo traicionado, esto sólo era un pequeño castigo comparado con el resto de cosas que tenía planeadas. 





























Bueno, comenzamos la semana con actualización 😘😘

Irene a decidió ayudar a Yoongi pero Jimin aún no sabe nada, creen que eso afecte su relación en el futuro o será que Yoongi se lo cuenta a Jimin pronto.

¿Cuáles creen que sean los planes de Yoongi?

Espero disfrutarán el capítulo 💖 cualquier cosa que quieran decirme, déjenlo en los comentarios 🤗🤗

Nos leemos en unos días
Besos x.

✅Editado  [13/06/21]

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