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Capítulo 25

Todo a su alrededor era oscuro y sentía demasiado frío en el cuerpo, intentó ponerse en pie pero su tobillo le dolía, llevó su mano hacía la zona lastimada y con delicadeza palpó el tobillo, estaba hinchado.

Miró a su alrededor tratando de ubicarse pero no podía recordar cómo había llegado ahí. Podía sentir como la nieve debajo suyo comenzaba a mojar su ropa provocando más frío, su cuerpo temblaba y sus dientes castañeaban, podía sentir un dolor punzante en su costado, no hizo falta tocar aquella zona, su camisa húmeda y ligeramente tibia eran suficiente para saber que estaba sangrando, demasiado.

Intentó ponerse de pie con un esfuerzo gigante, su tobillo comenzó a doler aún más, su costado punzaba y podía sentir el latido lento de su corazón resonar en sus sienes, intentó dar un paso y lo único que logró hacer fue irse de cara contra el suelo lleno de nieve. El frío caló en sus huesos pero extrañamente se sentía relajado contra la fría y suave superficie, tal vez si descansaba un poco se sentía mejor al despertar.

—¡Busquenlo no puede estar muy lejos!

JiMin se estremeció al escuchar aquella lejana voz, le sonaba familiar, pero su cerebro estaba medio dormido por lo que no podía identificar al dueño de esta.

En un último esfuerzo y sintiendo verdadero terror, que tal vez era lo que necesitaba para generar el brote de adrenalina necesario en esta situación, comenzó a arrastrarse por el suelo, no sabía quién era el dueño de la voz pero estaba seguro de que la persona a la que buscaban era él. Así que necesitaba poner mayor distancia entre esas personas y él. No sabía para qué lo buscaban pero algo dentro suyo le gritaba que debía de huir pues estas personas eran las mismas que le había provocado aquel dolor en su costado y los golpes que marcaban su rostro.

Se arrastró por varios minutos, pero podía escuchar los caballos pisar la nieve y los gritos de los hombres cada vez más cerca, tenía miedo y por más que tratara de moverse a prisa le era imposible, el hecho de que su cuerpo dejará marcas en la nieve al arrastrarse o que está quedará teñida de rojo tampoco le ayudaban a mantener su ubicación oculta. Podía sentirlos cada vez más cerca pero también veía la salida, o lo que él esperaba fuera la salida de aquel bosque, sólo unos metros más adelante estaba un claro que con suerte estaría cerca del pueblo o alguna casa, tal vez encontraría a alguna persona que lo ayudará. Sólo debía aguantar, sólo un poco más.

Ya casi no sentía sus manos debido al frío de la nieve y su cuerpo estaba muy cansado pero sólo faltaban unos metros, sólo unos metros más.

—¡Ahí está!

Las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos, estas se congelaban en sus mejillas debido al frío. Ya estaban cerca, si llegaban a él antes de que llegará al claro JiMin sabía que iba a morir. Sólo un poco, le faltaba muy poco, su vista estaba nublado por las lágrimas pero estaba seguro de que le faltaba menos de un metro pero podía escuchar como los caballos se acercaban rápido.

"Ya casi, sólo un poco más"

Estiró su brazo y su mano logró salir al claro, ya sólo necesitaba sacar su cuerpo del bosque, justo en ese momento sintió como sus piernas eran tomadas por unas manos grandes.

—¿A donde cree que va su majestad?—preguntaron con burla y JiMin sólo dejó salir un sollozo de entres su labios—, pagaras lo que le hiciste al idiota de Sehun y cuando...

El hombre se vio interrumpido cuando un poderoso rugido se escuchó desde lo alto del cielo oscuro. JiMin sintió como su cuerpo era levantado pero cuando una sombra gigante logró tapar gran parte de la luz de la luna su cuerpo volvió a estrellarse contra la fría nieve, todos los hombres alrededor comenzaron a gritar y montar sus caballos para salir huyendo.

—¿Qué mierda es eso?

El grito del hombre tras de él sólo le hizo doler más la cabeza, escuchó más que vio como algo se colocaba justo en la orilla del bosque, en el claro donde JiMin había luchado tan duro por llegar.

—Esto no es... no puede ser real

Un rugido volvió a escucharse y JiMin pudo sentir como su cabello se movia gracias a la fuerza del sonido. El hombre salió corriendo de ahí dejando a JiMin sólo una vez más.

—Xenzu...

El gran dragón rojo miró a JiMin y dejó salir un pequeño gemido lastimero, con las pocas energías que le quedaban en su cuerpo comenzó a arrastrarse nuevamente hacía el claro, fue mucho más lento que la primera vez, su visión era borrosa, su cuerpo había perdido demasiada sangre.

Una vez estuvo en el claro miro al gran dragón cernirse sobre el.

—Ya no puedo... perdón...

Xenzu rugió una vez más para después dejar salir una gran llama de fuego por su boca con dirección al cielo. Con la mayor de las delicadeza tomó el cuerpo de JiMin en una de sus patas y emprendió el vuelo.

JiMin logró apreciar como el suelo cada vez estaba más lejos y todo parecía verse más pequeño pero sólo bastaron unos segundos para que se desmayara debido a la pérdida de sangre y lo agotado de su cuerpo maltratado.

JiMin despertó sudando y con el cuerpo ligeramente tembloroso. Recordaba su sueño y sentía como las lágrimas se deslizaban por sus mejillas, sintió la cama moverse y después como un par de brazos lo rodeaban provocando que se tensara.

—¿Estas bien?

JiMin se relajó ante el susurro ronco, se giró levemente para poder rodear el cuerpo de YoonGi con sus brazos.

—Fue sólo una pesadilla—respondió con el rostro escondido en el cuello del contrario.

—Te gustaría hablarme de eso—con sus grandes manos acaricio la espalda desnuda en una forma de transmitirle paz.

—Estaba en el bosque, herido y había hombres buscandome yo...

Cuando escuchó el sollozo en su voz YoonGi sólo apretó más el pequeño cuerpo contra el suyo.

—Shhh... está bien, sólo era un sueño.

—Y si no—el susurro provocó que un escalofrío recorriera la columna de YoonGi.

—No voy a permitir que nada ni nadie te haga daño, cariño—beso la frente ajena con delicadeza—. Moriría antes de permitir que algo te pasará.

JiMin iba a negar pero los labios de YoonGi sobre los suyos se lo impidieron, el pálido lo besaba con amor y ternura pasando su lengua de forma suave sobre la suya, sentía como el calor volvía a llenar su cuerpo frío por el miedo.

YoonGi le acariciaba la espalda baja hasta llegar a su trasero donde atrapó cada globo con una de sus manos, los acariciaba y apretaba de una forma tan excitante que provocaba suspiros por parte de JiMin, después de varios besos separó sus labios de su boca para bajar al cuello donde dejaba un camino húmedo con su lengua desde el mentón hasta el lóbulo de la oreja el cual tomó entre sus dientes para dejar un delicado beso antes de separarse.

—Eres tan perfecto.

JiMin noto el amor y el deseo llenado los ojos de YoonGi después de pronunciar esas palabras, pero duró poco ya que su esposo bajó el rostro a su pecho el cual comenzó a llenar de besos y algunas marcas que se quedarían ahí por varios días. Siguió bajando sus besos hasta el vientre de JiMin donde también dejó varias marcas, JiMin no podía con tantas emociones y sólo se dedicaba a dejar sus gemidos y suspiros libres, llenando el silencio en la habitación.

—Tu piel es tan suave y dulce, igual que tú—murmuró sobre el vientre plano de JiMin, ese lugar donde un día estaría su bebé, de él y de JiMin.

El pensamiento lo hizo sonreír y que un sentimiento cálido que no había sentido antes llenará su pecho.

Bajo aún más por el cuerpo de JiMin hasta llegar a su pene, el cual goteaba líquido preseminal, se mojó los labios y sin pensarlo demasiado llevo el miembro al interior de su boca, escuchó a JiMin gritar, eso más el sabor del menor sólo hicieron que siguiera chupando y lamiendo con mayor entusiasmo.

—Yoon... YoonGi yo...

JiMin apenas y podía decir dos palabras, nunca había sentido algo como esto, el calor y la humedad de la boca de YoonGi lo hacía sentir realmente bien, tanto que sabía que no podía durar demasiado y por eso trato de advertirle al mayor pero después de escucharlo YoonGi sólo aumentó la presión y sus movimientos por lo que JiMin terminó corriéndose dentro de la boca dentro de la boca de su esposo.

Su cuerpo quedó tendido contra el colchón completamente relajado, YoonGi se separó de él y subió hasta unir sus labios en un beso apasionado.

—Eres demasiado hermoso, no pareces real.

JiMin sonrió y atrajo su rostro para otro beso.

—Te amo—su sonrisa creció hasta hacer su ojos desaparecer.

YoonGi lo miró con sorpresa sintiendo que su pecho explotaba por la emoción producida ante las palabras de JiMin, sin poder controlarse beso a JiMin de forma desesperada provocando un jadeo de sorpresa por parte del peli plateado.

YoonGi no podía parar así que tomando el aceite de la cómoda comenzó a preparar el cuerpo de JiMin de forma rápida y desesperada, llevando dos dedos a la pequeña y apretaba entrada, JiMin sólo gemía debajo de él, el mayor abría sus dedos dentro de JiMin para acelerar el proceso y cuando sintió que estaba lo suficientemente estirado retiró sus dedos, tomó un poco más de aceite llenando su pene con el para después dirigirlo a la pequeña entrada rosada que se contraía ansiosa por él.

Se introdujo de una sola estocada provocándole un ronco gemido debido a la presión que ejercían las paredes de JiMin en su miembro, por el otro lado doncel dejó salir un agudo gemido que casi parecía un grito de placer al tiempo que enterraba sus uñas en sus bíceps.

YoonGi lleno besos el rostro de su esposo al mismo tiempo que movía sus caderas de forma rápida contra el cuerpo delgado y delicado de JiMin.

—Eres... eres tan perfecto—susurraba con voz ronca debido a la excitación y el esfuerzo—. Te amo... te amo tanto JiMin, juro por la luna que eres lo que mas amo.

JiMin rodeó su cintura con ambas piernas y su cuello con sus brazos para poder sentirlo lo más cerca posible.

—Te amo YoonGi, con mi alma.

YoonGi tomó los labios de JiMin en un beso hambriento y desesperado, movía sus caderas tan rápido y fuerte como le era posible, de un segundo a otro JiMin se tenso. La presión de las paredes del doncel sobre su miembro provocaron un jadeo por parte de YoonGi y fueron necesarias sólo un par de embestidas más para que se corriera llenando el interior de JiMin con su semen.

Retiró el cabello húmedo del rostro de su esposo, apreció lo hermoso que lucía con los ojos cerrados y la respiración agitada, esos labios rellenos se encontraban húmedos y de dolor rojo debido a los besos. JiMin era demasiado hermoso, demasiado perfecto, era simplemente demasiado para este mundo.

—Te amo, no podría vivir sin ti a mi lado.

JiMin sonrió con cansancio y acaricio su mejilla—. Yo tampoco podría vivir sin ti, porque mi corazón late al mismo ritmo que el tuyo.

YoonGi sonrió con los ojos brillantes por las lágrimas—. Mi corazón ya no es mío por qué ahora te pertenece a ti—beso de forma casta los esponjosos labios de JiMin— No permitiré que nadie te aleje de mi lado.

—Yo jamás te dejaría—escondió su rostro en el pálido cuello y dejó un beso sobre la piel tibia—. Ahora tu también eres parte de mi.

YoonGi beso con amor la cabeza de JiMin y ambos se dispusieron a dormir.

Sostuvo a su esposo entre sus brazos jurándose que no permitiría que nadie lo alejara de JiMin, jamás, porque no podía imaginarse perderlo, no podía verse viviendo una vida sin su precioso JiMin a su lado.

—No...—suspiró con gusto pero seguía insistiendo—, no deberíamos estar haciendo esto aquí—trato de alejarse de los labios de la chica pero era difícil, siempre fue débil ante ella—. Alguien podría vernos, alguien...

Una pequeña risita abandonó los labios rojos de la chica frente a él.

—¿Quién podría venir aquí a esta hora?—cuestionó divertida—. Además, así es más divertido.

La sonrisa coqueta en esos hermosos y rojizos labios eran su perdición, no podía negarse ante esa sonrisa ni a sus hermosos ojos que lo miraban llenos de cariño. Sin poder resistirse más unió nuevamente sus labios en un beso rápido, sus lenguas se encontraban con la del contrario en una danza sensual, ambos dejaban escapar bajos gemidos de gusto. Amaban estos momentos donde sólo eran ellos dos, donde podían amarse sin restricciones o preocupaciones, en los que dejaban de fingir indiferencia por el otro.

—Te amo—susurro seguro sobre los labios de la mujer—. Realmente lo hago...—comenzó a dejar besos en el pálido cuello—, una vida a tu lado jamás será suficiente.

Ella tomó su rostro entre sus manos y lo obligó a mirarla, una hermosa sonrisa adornaba sus labios y sus ojos lo miraban con un brillo mucho mayor al que la luna proyectaba aquella noche. Cada vez que la miraba quedaba encantado, la amaba tanto que cada día era más difícil fingir que no era así.

—Yo también te amo—beso sus labios de forma suave y superficial—, eres el amor de mi vida—Hyojong la beso en la frente—. Tal vez ahora que el rey JiMin me ha nombrado como una de sus damas podamos hacer nuestra relación oficial.

—¿De verdad?—sus ojos brillaron y la sonrisa adornando sus labios era la más hermosa que HyunA jamás había visto.

Asintió de forma tímida—. Ahora que soy parte de la corte real ya no será mal visto si tu y yo nos casamos, no serás un general que se casó con una mujer de la servidumbre que además es mayor que él.

Hyojong negó con molestia—. No se por que todos creen que pueden juzgar nuestra relación, nunca he entendido porque no podía casarme contigo sólo por ser un general, ni siquiera es un puesto tan alto.

Una sonrisa triste adorno los labios de HyunA—. Así son las reglas y no podíamos hacer nada por cambiarlo pero ahora...

Hyojong la tomó entre sus brazos y beso sus labios—. Ahora por fin podremos estar juntos sin importar lo que los demás digan—la tomó de la cintura mirándola directo los ojos—, ya no podía aguantar más tiempo, si esto no cambiaba te iba a pedir que huyeramos juntos, por que el resto del mundo no me importa siempre que te tenga a mi lado...

—Porque tú siempre serás la otra mitad de mi alma—completo con suavidad.

Hyojong asintió y tomó la nuca de HyunA para unir sus labios en un beso suave lleno de amor, pronto dejarían de verse a escondidas por las noches en los pasillos desiertos del castillo, en unos días podrían caminar por esos mismos pasillos tomados de la mano sin importar lo que dirán de ellos, sin temer a perder su título como general por enamorarse de una mujer que había nacido para servir a la corona, pronto serían libres.

HyunA deslizó sus manos por debajo de la delgada camisa que cubría su torso y tocó con sus fríos dedos su abdomen provocándole un suspiro, él colocó sus manos en la cadera y fue bajando hasta llegar a su redondo trasero el cual apretó por sobre la delgada tela del vestido.

Bajo sus labios hasta el cuello de su pareja y comenzó dejando suaves besos húmedos cuidando de no dejar marcas, HyunA comenzó a deshacer el nudo que mantenía su pantalón ajustado a su cadera para introducir su mano y dirigirla a su miembro, apenas logró presionarlo delicadamente cuando escucharon pasos acercarse desde el pasillo a su derecha junto a bajos susurros que no podían entender.

Hyojong tomó con delicadeza el brazo de HyunA y tiró de ella hasta estar dentro de la sala que estaba cerca, no cerró del todo la puerta y colocó a HyunA justo frente a él haciéndole una seña para que se mantuviera callada.

—Te he dicho que la salud del rey ha mejorado—reclamo la voz de una mujer.

Hyojong trató de identificar la voz pero era difícil debido a lo bajo que estaban hablando y lo lejos que estaban.

—Y yo te digo que debes esperar, si arruinas esto perderemos nuestra oportunidad y tu padre será descubierto, ¿es eso lo que quieres?

Un hombre respondió, su tono era irritado y después se escuchó un ruido sordo, tal vez había golpeado una de las paredes.

—¡Agh!—se quejó la mujer—. No quiero eso, sabes que sólo quiero que mi padre recupere lo que ha perdido.

—Pues mantén la boca cerrada y espera órdenes sino terminarás por arruinarnos a todos.

Después de eso no se escuchó nada salvo los pasos de esas personas alejándose por el pasillo. Miro a HyunA quien tenía los ojos bien abiertos y una mueca de sorpresa en sus labios.

—Esos eran...

Él asintió con el ceño fruncido, necesitaba hablar con YoonGi, pero esperaría hasta mañana, no quería interrumpir su tiempo junto al consorte.

JiMin había pasado casi un mes en cama y ahora que le habían dicho que ya estaba mejor y podía hacer mayores esfuerzos suponía que YoonGi debía estar tomando provecho de aquellas palabras y estaba disfrutando de su esposo y su tiempo a solas.

YoonGi miraba a Hyojong, su mente procesaba la información que el general había compartido con él, ambos estaban en la torre norte, se habían reunido de forma secreta nuevamente para que el rubio compartiera, según sus palabras, información fundamental del traidor del castillo y Lord Shin.

—¿Sehun y Suran?

Hyojong asintió con seguridad—. Los escuche hace unas noches y he estado vigilando a Sehun los últimos días, no quería presentarme ante ti sin las evidencias suficientes—mojó sus labios nervioso—, de los suministros recibidos esta semana, él ha firmado por el cargamento—le tendió una hoja que tomó con duda—, sorprendentemente la firma no es la de Sehun sino la de Sonn.

YoonGi asintió mirando la hoja entre sus manos, se sentía molesto y traicionado, pero con la nueva información una idea comenzó a tomar forma en su mente. Sehun se iba a arrepentir de haberlo traicionado y aliarse con Shin.

—Entonces Suran sabe donde se oculta su padre.

—Por lo que he escuchado me pareció que sí—asintió con la cabeza.

—Eso no es cierto.

Hyojong y YoonGi giraron para ver a dos guardias, los hermanos de cabello rosado. YoonGi no sabía sus nombres ya que no solía prestarles atención, pero sabía que JiMin era muy cercano a ellos. Ambos eran los que más turnos tomaban para vigilar al menor.

—¿De qué hablan?—preguntó el rubio.

—Suran no sabe la ubicación de su padre—respondió uno de los hombres.

YoonGi levantó una ceja—. ¿Cómo pueden estar seguros?

Ambos hombres se miraron por un segundo—. Nosotros hemos seguido a varias personas, entre ellas se encuentra Suran, pero es obvio que ella no sabe demasiado, es Sehun quien tiene información pero el hombre es bueno escabullendose por lo que no podemos seguirlo.

YoonGi sonrió de medio lado—. Yo voy a encargarme de Sehun.

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