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Capítulo 22

YoonGi admiraba a JiMin dormir, estaba preocupado y mucho, llevaba dos días sin salir de su habitación quedándose cerca de JiMin, el peli plateado no había despertado completamente pero parecía ser consciente por ratos.

Había puesto a Soobin a cargo de todo, quería sentirse mal por poner a su primo en esa situación pero realmente no le importaba, en estos momentos lo único que tenía su atención era su esposo y que este se pusiera mejor. Cuando eso pasara podría enfocarse en encontrar a quien le había hecho eso y por último regresar al buscar a Lord Shin, necesitaba saber dónde iban a parar todos los suministros robados. 

—Mhh—escuchaba a JiMin quejarse y como se removía en el cama, esperó pacientemente hasta que lo vio abrir los ojos y parpadear con pesadez—. YoonGi.

JiMin se giró a mirarlo, sus ojos estaban vidriosos y parecía no poder enfocar bien, su ceño fruncido y un pequeño puchero adornaban su rostro. 

—Hola—susurro con cuidado acariciando su suave cabello.

—¿Cómo has vuelto tan rápido?—preguntó haciendo amago de querer acercarse más a su cuerpo.

YoonGi lo tomó entre sus brazos y lo atrajo a su cuerpo hasta que estaban completamente juntos. 

—Estaba preocupado por ti y he decidido regresar antes—mintió. Beso la frente ligeramente caliente—. Que bueno que lo hice pues has enfermado más.

JiMin apretó sus brazos alrededor de la espalda del mayor—. No se que me pasa—se quejó con voz triste—, me siento muy débil, no gusta estar así.

—Lo sé cariño, pero te prometo que ahora ya comenzarás a sentirte mejor.

JiMin asintió contra su cuello y YoonGi sólo se dedicó a sostenerlo en brazos cuando volvía a caer dormido unos minutos después. Durante todo el día anterior hizo que la comida que había sido traída para su esposo fuera probada por uno de los perros que usaban para cazar, el animal comió el primer plato de avena pero cuando se le ofreció el caldo de la comida se negó a comerlo. Hoy en la mañana se le habian comunicado que el animal había estado vomitando, eso sólo confirmaba que la comida de JiMin estaba envenenada o por lo menos tenía algo que le hacía daño.

Pero no podía asegurar quien en las cocinas hacía eso, si bien era obvio que podía ser Yunho, él preparaba la comida de JiMin después de todo, pero había muchas personas en la cocina que también estaban cerca de los platos que eran enviados para su esposo. Además Yunho había comenzado a cocinar sólo para JiMin después de que este enfermara, por lo que realmente iba a esperar a SeokJin para estar seguro. 

Comenzó a jugar con el cabello plateado del menor, su mente llenándose de recuerdos de cuando su madre también enfermo. Apenas tenía nueve años cuando su madre cayó en cama enferma, el doctor decía que no era algo físico lo que aquejada la salud de la reina, la mente de su madre era tan frágil en ese momento que ya no podía distinguir lo real y aquellas cosas que sólo estaban en su cabeza. Todos sabían a que se debía pero nadie lo decía en voz alta. 

Su padre siempre fue cruel y lo era aún más con su esposa, YoonGi era consciente que su don era uno peligroso, no para él, pero si para el resto de personas, es por eso que sólo lo usaba en circunstancias límite tratando de no usarlo en cada momento y menos sobre la misma persona. Pero su padre no pensaba eso y tenía un gusto siniestro de hacer que su madre siguiera órdenes usando su don sobre ella, después de años de malos tratos y la presión constante de su padre contra su voluntad y su mente, su madre cayó en cama delirando. Su salud sólo empeoraba cada día, continuando de esa forma por un año entero antes de morir. 

Lo que su padre había hecho con su madre sólo aumentó el miedo de YoonGi por el hombre, por eso pasó años haciendo lo que él pedía.

》—Debes ser más duro YoonGi—regaño el hombre su gran mano apretaba con fuerza su nuca—. Si sigues igual de débil terminarás igual que tu asquerosa madre—levantó el rostro de su hijo y golpeó con fuerza la mejilla pálida al ver las lágrimas bajar por las mejillas sonrojadas—. Debes ser cruel o la gente no te respetará—apretó las mejillas en su mano obligando que los ojos verdes del niño lo mirarán, estos brillaban con miedo y lágrimas.

—Pero no quiero...—murmuró sin voz.

—¡Vamos!—gritó frustrado—. Cojete a esa zorra—ordenó con fuerza, sus ojos se entre cerraron con molestia y su mirada envío escalofríos a todo el cuerpo del menor—, ¿o es que acaso aún no eres suficientemente hombre?— una sonrisa tiró de los labios del rey cuando acercó su rostro al de su hijo—, si se trata de eso puedo llamar a un guardia y pedirle que te enseñe a ser un hombre. Tal vez aprendas si recibes una lección de lo que le pasa a los niños que se niegan a crecer.

YoonGi tembló ante sus palabras y negó con miedo, comenzó a caminar hacía la cama donde se encontraba aquella mujer que su padre había mandado a traer del burdel《

Sacudió si cabeza alejando aquel recuerdo espantoso, ya no tenía sentido pensar en ello.

Por cosas como esas su carácter y personalidad cambiaron con el tiempo, por eso se había vuelta de aquella forma. Su padre siempre le tuvo odio por ser sensible y amable, decía que esa debilidad la había sacado de su madre y dado que era el único hijo que había podido tener, pues no le quedó de otra que aplastar, hasta destruir, esa debilidad en él y convertirlo en aquello que ante sus ojos eran un verdadero hombre. Claro que eso le jugó en contra pues cuando cumplió diecisiete su don se desarrolló aún más, siendo el más fuerte en mucho tiempo y cuando su padre le dijo que se casaría de nuevo con una concubina que estaba embarazada y nombraría a ese niño el verdadero heredero solo hizo lo que tenía que hacer, mató a su padre importandole poco y amenazó a la mujer hasta que está huyó del reino diciendo que el niño en su vientre no era realmente del rey si no de un guardia. 

El pueblo odiaba a su padre pues estaba mirándolos morir de hambre y no hacía nada al respecto así que cuando su muerte fue anunciada y YoonGi tomó el poder nadie se quejó, después de un año siendo rey la gente parecía haber acordado olvidar que era un asesino, el asesino del rey, y aceptaron gustosos su mandato y todo lo que YoonGi hacía por mantenerlos seguros y a salvo de las crudas nevadas. 

Seguía siendo cruel y su pueblo así como sus hombres aún le guardaban temor pero lo respetaban pues era justo con el pueblo y veía por que las necesidades fueran atendidas, todos sabían que era mejor rey que su padre y que mientras no desobedecieran o le cuestionaran no había nada por lo cual temer. 

Todos pensaban que era un monstruo, uno más pequeño que su padre, pero un monstruo a final de cuentas. Por eso lo llamaban la bestia del hielo y no le molestaba, el miedo y el respeto eran necesarios para reinar. Y YoonGi lo había hecho bien los últimos ocho años. 

Por eso, ahora, no podía imaginarse una vida sin JiMin, con su esposo era el único con quien podía ser el verdadero YoonGi, ese que su padre destruyó. Podía hacer bromas que provocan risas en su esposo, podía mostrarse dulce sin miedo a verse débil, pedir consejo y apoyo cuando sentía que todo era demasiado.

JiMin lo hacía sentirse humano de nuevo, no sólo el rey a quien todos temían, si no que podía ser YoonGi, el YoonGi al que le gustaba lavarle el cabello a su esposo cuando se daban un baño juntos, el que es bromista y juguetón, el mismo que también es dulce y cariñoso y sobre todo el YoonGi que tiene miedo y no puede decírselo a nadie porque los verdaderos reyes  no le temen a nada. 


—Hemos preparado un poco de sopa y te trajimos un poco de carne de venado—Solar colocaba todo sobre la pequeña mesita encima de las piernas del rey. 

—Tenemos también té de limón y galletas de mantequilla—agregó Hwasa.

JiMin quería decirles que dejarán de tratarlo como un pequeño bebé, pero como su cuerpo se sentía tan débil como el de uno, sumado al hecho de que no podía ni ir al baño sin ayuda decidió guardar sus comentarios. 

Ellas lo ayudaron a acomodarse sobre la cama y después le dieron de comer, JiMin hubiera querido hacerlo solo pero sus músculos estaban débiles, tanto que hasta sostener la cuchara entre sus dedos le era difícil.

Llevaba casi tres días sintiendose de esa forma. Cuado había despertado descubrió que YoonGi ya había regresado, el mayor le dijo que había pasado casi tres días dormido y que se había mantenido a su lado asegurándose de que la fiebre no regresará, y aunque apreciaba el gesto pues era de las acciones más lindas que había tenido el mayor no podía permitir que se ausentará de su deber, por lo mismo le había pedido que saliera de la habitación y atendiera todos lo asuntos que había dejado pendientes, con la próxima llegada de SeokJin había muchas cosas que supervisar en el castillo.

Cosas de las que JiMin debía encargarse pero al estar enfermo y en cama no podía. por lo que Solar o Hwasa lo hacían en su lugar pues después de que Suran tratará de ordenar la decoración a su gusto JiMin casi sale de la cama solo para ponerla en su lugar, pero al parecer YoonGi se encargó de eso y dejó que las damas de JiMin fueran las encargadas de todos los asuntos que debían ser atendidos por él como rey consorte.

Lamentaba no poder recibir a su amigo en mejores condiciones pero seguía muy enfermo y SeokJin llegaría en uno o dos días por lo que aun seguiría en cama para cuando el rey llegará al castillo. Por eso había avisado a SeokJin y su hermano de su salud delicada, no quería que se preocuparan de más, los conocía y temía que un día llegarán todos al castillo pensando que estaba muriendo, porque obviamente eso no era lo que estaba pasando, estaba seguro que un resfriado no podía ser tan malo. 

—Tenn ha estado muy pegado a YoonGi estos días—comentó Solar al no ver al gran lobo de pelaje café.

JiMin asintió mientras masticaba un trozo de carne—. Si, parece que se llevan mejor—respondió una vez tuvo la boca vacía—, a Xenzu también parecía agradarle mucho YoonGi.

—Bueno es lento y un poco tonto pero he de admitir que a la larga termina agradando—opinó Hwasa con una mueca—. Sigo pensando que es un idiota pero no me irrita como en los primeros días.

Solar dejó salir una risa divertida—. Por lo menos es guapo porque muy divertido tampoco es.

JiMin negó sonriendo—. YoonGi es muy dulce y divertido—ese comentario sólo provocó el doble de todas por las contrarias—, ¡ey!, no se burlen de YoonGi—pidió con un tierno puchero.

—¿Nos burlamos de YoonGi?, porque me gustaría participar.

JiMin miro la puerta de su habitación y ahí, luciendo tan elegante como siempre estaba SeokJin con una gran sonrisa. El rey vestía una pesada capa de pelaje blanco y unas botas negras, su habitual vestimenta ligera había sido dejada de lado.

—Si vamos a burlarnos porque no empezar diciendo que es muy bajito—el rey entró a la habitación hasta llegar a la cama y tomar asiento junto a JiMin—. Me gustaría decir que el frío te ha hecho bien, pero no luces así. 

JiMin le dio una mala mirada provocando una peculiar risa por parte de Jin. 

—Cuando has llegado—preguntó recargando su cabeza en el hombro de Jin.

—Esta mañana. He querido venir antes a verte pero ya sabes—meneó la cabeza y ondeó su mano en el aire—. Esto es una visita política y lo primero era reunirme con el consejo y el rey, después estaba la bienvenida al palacio y toda esa tontería

JiMin asintió relajado por las caricias del mayor en su cabeza—. Es lindo tenerte cerca. 

—JiMin, es lindo el sólo hecho de mirarme—respondió con sinceridad y diversión. 

—¿Gustaría que trajeramos algo para usted?—preguntó Hwasa.

—Me gustaría un té y galletas—SeokJin les dedico una mirada cómplice a ambas antes de que abandonaran la habitación.

Cuando ambas salieron se quedó a solas con JiMin, quien parecía haber caído dormido, y con Ying que lo veía desde la esquina de la habitación. 

SeokJin lo miró con una sonrisa—. Lo han cuidado bien—le aseguró al animal—el lobo miro al suelo y negó con la cabeza—. El sigue vivo— el animal le gruño de forma suave—. Han usado veneno, uno que no proviene de nuestras tierras, si lo fuera ustedes lo habrían descubierto, no te martirices va a estar bien. 

SeokJin vio a su amigo dormir, quería mucho a JiMin casi tanto como a Su amado primo TaeHyung, lo sentía parte de su familia y nadie se metía con su familia sin pagar las consecuencias.

Su pequeño JiMin estaba débil, podía sentir el veneno corriendo por su cuerpo, era tanto que casi podía sentirlo salir de sus poros, su estómago e hígado eran lo más dañado de su cuerpo pero con un par de remedios y una dieta a base de hojas que le iba a enviar estaría mejor en unas dos semanas, tal vez en dos meses estaría completamente recuperado. 

Beso la frente con cariño y un peculiar aroma en su cabello llamó su atención, frunció el ceño he inhalo profundamente el aroma nuevamente. Chasuqeo la lengua con molestia y miro a Ying.

—Ve al jardín y trae una hoja—el lobo asintió y salió rápidamente de la habitación, volvió en menos de cinco minutos, le dio la hoja medio seca a Jin, quien la tomó entre sus manos hasta que está empezó a desprender un aroma demasiado dulce.

Destapó el cuerpo de JiMin y levantó su pijama importandole poco ver el cuerpo desnudo, colocó la hoja sobre el vientre plano y volvió a cubrir el pequeño cuerpo.

—Que clase de gente tienes en este castillo YoonGi—se quejó en soledad.

El cabello de JiMin olía ligeramente agrio, dudaba que cualquiera que no fuera él lo notará, él conocía bien ese aroma, su madre lo tenía siempre consiguió. Era extracto de una raíz que estaba destinado a evitar la concepción de un bebé, aquello era muy difícil de conseguir y comprarlo era demasiado caro. Alguien aquí estaba evitando que JiMin quedará en cinta además de estarlo envenenando, pero lo segundo SeokJin ya lo había solucionado, eliminar esa sustancia del cuerpo eran tan sencillo para él que está misma noche de quererlo JiMin podría quedar embarazado. 

Ver a JiMin con un bebé sería una imagen curiosa, pues a sus ojos JiMin aún era un bebé por lo que sería ver a un bebé sosteniendo a otro bebé, sólo esperaba que fuera tan lindo como su JiMin y no como el irritante rey YoonGi, aunque siendo que YoonGi sería el padre no quedaba de otra que el bebé sacará algo de él.

Dejo de divagar cuando alguien entró sin siquiera tocar, era una muchacha delgada pálida, con el cabello de un negro y ojos oscuros, el uniforme de tela desgastada y un poco sucio la delataban como una mujer de limpieza.

—Su majestad—ella lucía realmente sorprendía de verlo.

SeokJin la ignoro y sólo concentró su vista en la charola entre sus manos, específicamente en la taza humeante.

—¿Ese es mi té?

La mujer se puso visiblemente nerviosa—.No señor, es para el rey JiMin. Pero puedo traerle otro en un momento—intentó salir de la habitación.

—No, el rey está dormido así que damelo a mi—la orden fue clara e Irene no tuvo más opción que acercarse para darle el te.

Nerviosa vio como el rey SeokJin le daba un largo trago, saboreando el líquido en su boca.

—Oh pero que dulce, ¿de qué es?—cuestionó sonriente tomando una pequeña galleta de mantequilla—. Pero si estás saben igual de bien, podrías hacer que alguien me escriba la receta.

—Yo no…—SeokJin le frunció el ceño—. Claro majestad.

Cuando el rey no dijo nada más y sólo se dedicó a beber su té ella salió de la habitación.

SeokJin la vio salir y sonrió llevando otra galleta a su boca—. Mmm… Pero qué curioso—dio otro sorbo a su té—. Te vas a poner mejor pequeño—le sonrió a un durmiente JiMin—, bueno, creo que mi trabajo aquí está hecho—se levantó de la cama y caminó hasta la puerta, Ying lo seguía con la mirada—. Que ella no se acerque, si lo hace matala. 




























Bueno les dejo este capítulo que vendría siendo el que iba a publicar mañana.

Siento esto, no recordaba que el domingo iba a salir para realizar mi trabajo de investigación 😣😣

Por eso les dejo este hoy y mañana publicaré el que era para el domingo.

Espero disfrutarán de capítulo 🤗🤗🤗

Nos leemos mañana
Besos x.

✅Editado [13/06/21]

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