Capítulo 2
—¿Realmente lo harás?—YoonGi miró a su primo, quien había entrado sin permiso a su estudio—, realmente te vas a casar con el príncipe Park.
Soobin no sólo parecía emocionado, lucía extasiado con la noticia, si YoonGi no lo supiera creería que era el menor quien acababa de recibir la propuesta de tomar como esposo al heredero de la familia Park.
—¿Por qué luces tan emocionado?—preguntó con fastidio—, si fuera cierto sería yo quien se casa y no tu.
El menor giró los ojos y chasqueó la lengua para después tomar asiento en una de las sillas frente al escritorio.
—Solo dime si es verdad o no—pidió el azabache haciendo ojos de cachorro.
—Quita esa cara ridícula—YoonGi hizo una mueca de asco—. Es cierto, mañana partimos rumbo a Eviglod para pactar los acuerdos matrimoniales.
El rostro de Soobin se iluminó debido a su gran sonrisa—. No me lo creo, tendremos como rey al heredero de Skinnende Gull—la mirada de su primo estaba perdida en el techo, lo que quería decir que ya estaba metido en su mundo imaginando quien sabe que cosas.
YoonGi frunció el ceño, tenía muchas dudas y la única persona en la que confiaba, y estaba seguro que tenía información real, era su primo. Soobin es la persona más inteligente en su reino, por lo menos en lo que respecta a conocimientos de otros reinos y sus costumbres, después de todo el menor ha viajado y se había quedado como invitado por unas temporadas en los tres reinos vecinos, si alguien podía saciar su curiosidad por su, ahora, prometido, ese era Soobin.
—¿Qué sabes acerca de mi prometido?—indago sin mirar a su primo, fingiendo concentración en los papeles sobre el escritorio.
Soobin rasco su nuca pensativo—. Realmente no sé mucho—chasqueo la lengua—, supongo que lo mismo que todos.
—¿Y eso es...?—presionó para obtener una respuesta.
El menor lo miró con una ceja levantada—. No hay mucha información acerca del príncipe JiMin.
—Creí que eras el más versado en los temas que incluían secretos de otros reinos—reprochó.
—Lo soy—aseguró orgulloso, sus ojos verdes fijos en YoonGi—. Pero mi conocimiento sobre Skinnende Gull es muy limitado y aún así te aseguro que soy de los pocos que saben más acerca de ese reino que nadie más nacido fuera de él.
—¿Y qué es lo que sabes de ese lugar y del príncipe?
Soobin lo pensó unos segundos, con los ojos cerrados se concentró tratando de recordar lo poco que había investigado en su estadía en Eviglod.
—Bueno, en cuanto a Skinnende Gull en general no pude saber demasiado, en Eviglod son recelosos respecto a esa parte del reino, pero tengo entendido que antes del matrimonio de la princesa Park y el heredero Jeon, el pueblo de Skinnende Gull se regía por una serie de viejas leyes dictadas en base a sus creencias con el Dios del sol—Soobin paro un segundo tratando de hacer memoria—. Tienen creencias muy arraigadas y su pueblo es sumamente leal a la familia real. Son el reino más rico en Rikegisk, son un pueblo tanto minero como de siembra y cosecha, poseen las tierras más fértiles.
YoonGi miraba a su primo con los ojos ligeramente entrecerrados, esas eran cosas que ya sabía, estaba apunto de callarlo cuando empezó a hablar de cosas que realmente sí le interesaban.
—Nunca me dejaron ir a las tierras de Skinnende Gull, como sabes no se nos permite entrar a Eviglod por las tierras de Skinnende Gull, solo por las de Brigton, así que jamás lo vi pero HueninKai, primo del príncipe JungKook, me contó un poco sobre los pocos viajes que ha hecho a ese lado del reino—mojo sus labios para continuar—. Dice que hay dos grandes castillos, uno de ellos es el templo Solar, hecho de mármol blanco con una gran cúpula dorada, hecha de oro sólido, dice que cuando el sol se pone sobre la cúpula al atardecer provoca que todo el reino se bañe en una luz dorada, esa es la razón por la que lo llaman el reino del oro fundido. El otro es el palacio de oro, la creencia popular dice que realmente es un castillo hecho de oro, pero Kai me dijo que no es así, sólo lo parece por los reflejos que da la piedra de la que está hecho pero sus techos son de oro y el interior es completamente blanco con varios tragaluces que no son visibles desde fuera, todo está decorado por diversas flores que son traídas desde los bosques de Giftenkker, repleto, hasta los cuartos de la servidumbre, por piedras preciosas, y sé que es el punto más seguro de todo Eviglod, es ahí donde vive el príncipe Park desde la muerte del rey Jeon.
YoonGi, frunció el ceño, si bien era algo muy conocido la riqueza de Skinnende Gull no creía que realmente el reino fuera tan rico, ningún reino podía serlo. En su castillo también abundaba el lujo, pero ¿techos de oro y flores exóticas por simple decoración?, con lo que costaba mandar a traer arreglos florales de Giftenkker a su reino, bien podría alimentar a su pueblo por una semana.
—No pueden ser tan ricos—negó escéptico.
Soobin sonrió—. Yo dije lo mismo pero Kai me mostró un collar que el príncipe JiMin le dio por su última visita, tenía tantos diamantes y zafiros como tú corona—sonrió de medio lado—, dijo que los niños más pobres en Skinnende Gull pueden pasear con collares un poco menos llamativos pero igual de valiosos, pero en ese reino esas joyas no tienen tanto valor, más allá de mera decoración—Soobin mordió su labio inferior—, Kai me contó que la reina Jisoo, su tía y madre del príncipe JungKook, estaba obsesionada por tener las mejores joyas así que viajaba a Skinnende Gull para obtenerlas, una vez robó un rubí para poder hacerse un anillo, pero resultó que la piedra era parte de la ofrenda al dios del sol, esa fue una de las razones de su destierro.
YoonGi frunció el ceño, no mucho se sabía del destierro de la reina Jisoo, de hecho él no se enteró hasta hace unos meses.
—Realmente me gustaría ver el reino, dicen que es hermoso, casi tan hermoso como el príncipe Park—Soobin miro el interés brillar en los ojos de su primo, aquello sólo hizo que una sonrisa burlona tirara de sus labios—. El Príncipe Park está rodeado de misterio, nadie nunca le ha visto, dicen que siempre va cubierto de pies a cabeza, sólo en algunas ocasiones el manto que le cubre el rostro deja ver sus ojos, al parecer son violetas, la característica principal de la familia real de Skinnende Gull, también dicen que su voz es como oír cantar a un ángel, y gusta de cantar a los niños en el orfanato, también se dice que es bajito, pues los cercanos a la familia real lo llaman pequeño príncipe pese a ser el mayor.
—¿Cómo pueden asegurar su belleza si nadie lo ha visto?—preguntó YoonGi, sintiendo la estafa reventarle en la cara y aún no conocía al niño.
—JungKook le dijo a Kai, quien me dijo a mi—resumió haciendo movimientos con su mano izquierda—, que la reina Hanni era hermosa pero su belleza palidece a lado de la de su hijo. Yo vi un cuadro de la difunta reina—Soobin miró directo a los ojos de YoonGi —, y déjame decirte primo, que de ser ciertas esas palabras no hay persona más bella que el príncipe en todo Rikegisk, porque la reina Hanni es sin duda la mujer más bella que he visto en mi vida, y como sabes, yo he pisado cada reino salvo Skinnende Gull—guiño coqueto.
Sin decir más su primo abandonó la habitación dejando a un pensativo YoonGi detrás.
El azabache pasó un dedo sobre sus labios—. Bueno príncipe Park, debo admitir que has picado mi curiosidad—susurro con diversión.
JungKook paseaba por los jardines del castillo, pensaba sobre lo que el consejero Han y Xiu había dicho esa mañana en la reunión. Este día se cumplían las dos semanas que le habían dado a YoonGi para responder y este no había enviado una carta por lo que si hoy no llegaban noticias, JiMin terminaría con un acuerdo matrimonial con alguno de los Lores más poderosos de Giftenkker, además el rey SeokJin y su primo TaeHyung llegarían días antes de la boda, sea con quien fuera, de JiMin. Lo que quería decir que el por fin conocería a TaeHyung, su prometido.
Aquella información lo tenía muy ansioso.
Siempre fue consciente de que tenía un prometido y que se casarían una vez fuera coronado rey, sólo que ese día siempre pareció tan lejano que jamás sentía que el día de conocerse llegaría. TaeHyung y él solían enviarse cartas, en ellas decían todo y nada a la vez, en ese momento eran lo que podía llamarse amigos, o eso pensaba entonces. Ambos se querían y esas cartas eran lo único que los conectaba, era divertido en su momento y ahora era un hermoso recuerdo que atesoraba con recelo. Claro que las cartas dejaron de importar cuando JungKook cumplió quince años y se enamoró de una linda chica que trabaja en el castillo, Ji-eun. Cuando la conoció se hicieron amigos y él cayó enamorado de ella, cuando le contó a la chica de las cartas que compartía con su prometido, ella le dijo que ya no lo necesitaba porque ahora tenía una amiga real y no sólo por cartas que llegaban una vez cada dos semanas, fue así como JungKook desecho una tradición de seis años por una chica que conocía de meses, no medito aquella propuesta y tampoco dio un segundo pensamiento a cómo podría sentirse TaeHyung por eso, era joven y se creía enamorado, fue egoísta y eso lo llevó a perder algo muy importante.
TaeHyung siguió escribiendo por tres meses aún sin obtener respuesta, no fue hasta que le envió una carta a su prometido, diciendo que tenía novia y debía de parar con sus cartas infantiles que Tae dejó de escribir. Meses después JungKook escribió una carta con lágrimas en los ojos pidiendo perdón por ser un ciego y no ver el error que cometía. Pero hasta la fecha aquella misiva nunca fue contestada.
No sabía que haría cuando tuviera a su prometido frente a él, un suspiro abandonó sus labios, antes el tiempo para conocerlo solía pasar muy lento y ahora sólo quería pararlo por unos momentos. Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando las trompetas que anunciaban la llegada de visitantes sonaron cerca de la entrada del castillo. Miro al cielo con alivio.
—Espero que tenga razón Reina—susurro con preocupación, se dio vuelta y se dirigió al salón del castillo para dar la bienvenida a sus invitados.
El carruaje brillante, con los banderines azules con el emblema del reino de Vinterdod se encontraba en medio del patio frente al palacio de Kärrgläss, diez guardias en sus caballos rodeaban el carruaje del que bajó el príncipe Soobin, pues como era de esperarse YoonGi se encontraba junto a sus hombres sobre su imponente caballo blanco.
—Sea bienvenido, rey YoonGi—saludo JungKook una vez en la puerta del castillo—, me alegra saber que aceptó la propuesta.
YoonGi bajó de su caballo y se acercó a JungKook, su primo siguiéndolo de cerca.
—Hola mocoso—saludo al tiempo que abrazaba al azabache—, siempre supe que terminariamos siendo cuñados—susurró sólo para que ellos escucharan.
JungKook lo empujo ligeramente gruñendo con fastidio—. Créeme que esto no lo hago con gusto—YoonGi frunció el ceño por su respuesta, JungKook negó de forma discreta—, por que no descansas un poco y te limpias, podremos hablar después de la cena.
YoonGi quería hablar ahora, pero sabía que no era una opción, no estaba en su reino donde su palabra era ley, estaba en Eviglod, y aquí, los deseos de JungKook eran cumplidos sin objeción, no importaba que fuera un príncipe y YoonGi un rey, todos sabían que era mejor mantener la cordialidad con la corona de Eviglod si querían mantener la paz en sus reinos.
—Esta bien—YoonGi notó que su respuesta logró relajar al menor, pero no entendía por qué, era obvio que no iba a negarle nada en sus tierras, donde era él el invitado.
—Muestrales sus habitaciones a nuestros invitados—pidió el príncipe a unas mujeres.
YoonGi comenzó a seguirlas notando que su primo iba más adelante acompañado de un muchacho alto, pálido y de cabello oscuro, ligeramente parecido a JungKook, por su nariz, claro que la de ese chico era más bonita que la del mocoso.
Cuando estaba en el segundo piso se encontró con un cuadro, que siempre debió estar ahí pero él nunca había puesto atención, la mujer en la pintura era la más hermosa que jamás había visto. Como bien le había dicho su primo, todo en ella era muy bonito pero lo que más resaltaba eran sus ojos, nunca había visto ojos como esos y estaba seguro que jamás encontraría unos tan hermosos en ninguno de los reinos, ni siquiera al otro lado del mar.
Sonrió negando con la cabeza, Soobin le decía que era un bastardo con mucha suerte, siempre que ganaba un combate o lograba superar su récord de caza, él jamás pensó que la suerte tuviera algo que ver, pero este día viendo ese cuadro podía sentir que esas palabras eran verdad, el era un bastardo suertudo que desposaría al hombre más hermoso de todo Rikegisk.
Después de una cena llena de viejas historias de cuando JungKook visitó su reino, YoonGi siguió al menor a lo que parecía una biblioteca, el príncipe tomó asiento detrás de un amplio escritorio, tenía detalles bastante intrincados y sobre la superficie se apreciaba un mapa de todo Rikegisk, YoonGi se sentó en una de las acolchadas sillas frente al escritorio.
—Tu reino es tan presuntuoso que la silla para invitados es tan cómoda como la que yo ocupo en mi estudio— comentó para romper la tensión.
—Vinterdod es más rico que Brigton—respondió JungKook con cansancio, YoonGi sonrió, el azabache siempre decía lo mismo—. El reino es pomposo ahora gracias a que mi padre se casó con la reina Hanni, y el pueblo, los consejeros y sobre todo mi madre, se encargaron de borrar todo rastro de mediocridad porque "El reino más fuerte no puede dar la imagen de un pueblo bárbaro y pesquero", pero graciosamente eso es lo que somos.
YoonGi iba a responder algo ingenioso pensando que el azabache bromeaba, pero la seriedad en sus ojos grises lo detuvo.
—Bueno, podría decirse que este también es mi castillo ahora, digo, seremos cuñados—respondió sin emoción.
—No somos cuñados, el reino aún no sabe que te casarás con mi hermano, y aún debemos arreglar los acuerdos matrimoniales—respondió el azabache mirándolo a los ojos.
—Han pasado dos semanas y se que no envíe una carta pero estoy seguro de que sabías que iba a aceptar, ¿por qué no le has dicho a tu pueblo?
JungKook tamborileo los dedos sobre la madera del escritorio—. Casarte con mi hermano no es sólo llegar a la boda y llevártelo, YoonGi—JungKook sacó varias hojas de uno de los cajones—. Es complicado por la forma en la que JiMin fue criado y de la familia de la que viene.
—Entonces explícame—exigió—, por que estoy pensando que esto me va a condenar de alguna forma con tanto misterio que esconde tu reino.
—No es mi reino el misterioso YoonGi—trato de explicar el menor—, la parte de Brigton es un libro abierto, es Skinnende Gull y sus costumbres lo que realmente no sabes, y está bien, yo voy a hablarte un poco acerca de eso—dijo de forma serena para calmar al pálido rey—, pero primero voy a aclarar el acuerdo matrimonial contigo, luego te explicaré cómo se llevará a cabo tu Unión con mi hermano.
YoonGi asintió—. El cargamento que solicitaste de armas llegará dentro de una semana, así como algo de nuestro acero como regalo de bodas para tu reino, también he pedido que traigan cargamentos de madera, ya que es la más fuerte y como regalo por elegirme como el prometido de tu hermano traerán tres sacos de moras Gagli a tu reino.
La sonrisa en el rostro de JungKook era algo digno de lo que burlarse —. Eso es muy amable de tu parte, con las moras y las armas habría sido suficiente—YoonGi bufo, JungKook tenía una pequeña obsesión con las moras desde su estadía en Vinterdod—, en cuanto a mi reino, recibirás los suministros necesarios para el temporal de tormentas sin ningún costo por los primeros cinco años de matrimonio, luego de eso sólo pagarás lo justo, sin el impuesto que se queda la corona—YoonGi miro sorprendió a JungKook—. También recibirás un cofre de oro y otro de gemas de Skinnende Gull, esto como regalo de bodas según las viejas tradiciones de la familia real, te serán enviados tres sanadores y una amplia gama de ungüentos y jarabes como parte del matrimonio—YoonGi iba a agradecer pero JungKook no había terminado—, la deuda del impuesto real de este año te será perdonada y será reducida a la mitad después del nacimiento de un heredero.
Los ojos de YoonGi se ampliaron, el impuesto real era una cantidad de dinero que todos los reinos le daban a Eviglod, que iba destinado a Skinnende Gull, como pago por haberlos ayudado a librar la gran guerra hace ya tantas generaciones, era un suma importante de dinero y sin ese gasto su reino podría comprar ciertos alimentos de Solufell que no siempre podían permitirse y más jarabes necesarios para que su gente soportará el duro invierno.
—JungKook, no sabes lo que esto significa para mí reino, de verdad...
—Aún no agradezcas—corto el azabache, su gesto se endureció—. Soy consciente de que esto es más de lo que cualquiera merece, siendo que ya te estoy dando a mi hermano, el único heredero de sangre de Skinnende Gull, pero supongo que eres consciente que todo tiene un precio.
YoonGi miro al mocoso frente a él, y por primera vez desde que llegó se dio cuenta que JungKook ya no era un niño, no era el mismo mocoso que apenas y podía levantar una espada o que lloraba por las noches diciendo que extrañaba a su hermano. No, JungKook tenía una expresión fría y calculadora, digna del rey más poderoso de Rikegisk.
—¿Cuál es ese precio?—preguntó con voz y expresión fría.
—Te casaras con mi hermano, como lo dictan las antiguas leyes de Skinnende Gull y llevarás a cabo el cortejo correspondiente y su Unión será en el templo Solar bajo la bendición del Dios del sol, JiMin ya se encargará de explicar que conlleva ese ritual para ambos, pero te voy a dejar en claro un aspecto de tu matrimonio en el que no vas a poder faltar.
—Yo también planeo engendrar un heredero con tu hermano, así que pierde cuidado.
JungKook lo miró con odio cuando las palabras salieron de su boca—. No, yo no busco herederos de esta Unión, esa es decisión de mi hermano—espetó molesto—, fidelidad YoonGi, eso es lo que pido, se que tu reino no tiene problemas en que el rey mantenga un harem con sus concubinas, pero aquí, en Eviglod la infidelidad en miembros de la realeza se paga con la muerte—YoonGi miro a JungKook—. Maltrata a mi hermano de cualquier manera YoonGi, o trata de quebrar su Unión matrimonial metiéndote con otra persona y...
—¿Qué, me matarás?—pregunto con algo de burla y el desafío brillando en sus ojos verdes.
JungKook sonrió —No, pero desearás que lo haga.
En la soledad de la amplia habitación, recostado sobre la gran cama observaba el techo mientras jugaba con los anillos que decoraban sus largos dedos, mordió su labio inferior pensativo. El acuerdo matrimonial está bien, realmente estaba más que bien, pues lo mirara por donde lo mirara, el único que salía ganando ahí era él.
Se casaría con un hombre más allá de lo hermoso, obtendría sanadores y medicinas, suministros para su pueblo, ya no tendría que dar una parte de su dinero por el cobro del impuesto real. Era un trato de oro, por decir lo mínimo. Pero la presión que JungKook ponía sobre el matrimonio lo molestaba un poco.
Si las costumbres de su pueblo eran algo libertinas para el rey, como lo eran también en Solufell. Si, el rey tenía derecho a tener un Harem y cuantas concubinas quisiera, recordaba bien a su padre y las 6 mujeres que tenía metidas en la villa del bosque. YoonGi podía hacer lo mismo si lo deseaba.
Pero esa era la cuestión, YoonGi no quería eso, no quería seguir los pasos de su padre pero eso JungKook no lo sabía y aún así exigió fidelidad para con su hermano, y algo en dicha exigencia lo hacía pensar que había más cosas que no le estaban diciendo.
JungKook le había explicado de forma general en qué consistía el cortejo el cual comenzaría mañana, podría pasar seis tardes junto a su prometido, podían hablar y compartir juntos, también sabía que debía dar tres presentes significativos al príncipe y que estos serían juzgados por su Dios, un día antes de casarse, dependiendo de lo que el Dios dijera sobre sus regalos sería la fuerza de su unión matrimonial. Claro que JungKook dijo que eso era lo que él sabía pero que había más cosas que JiMin le explicaría, pues él se había criado bajo las leyes de Skinnende Gull, por lo que era quien realmente sabía todo el proceso.
Suspiro—. Al menos mañana podré verte y saber si esto realmente merece la pena.
Tenía una larga noche para descansar y pensar que le regalaría a su prometido.
Bueno, oficialmente comenzamos la historia, casi no hago esto pero...
10-01-20
fecha de la primer publicación
Estaré actualizando 2 veces por semana, no planeo publicar en fin de semana a menos que planee hacer algún maratón pero eso lo avisaré con tiempo.
Lo más seguro es que publique lunes y viernes, por lo que dentro de 3 días tendrán el próximo capítulo.
No quiero sonar rogona o algo así, pero les agradecería mucho que me comenten que les parece la historia y cualquier opinión o las teorías que vayan haciendo respecto a ella, eso relamnete me motiva y ayuda a escribir.
Nos leemos el lunes
Besos x.
Editado ✅ [09/04/21]
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