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Capítulo 21

El comedor se sentía extrañamente solitario, era extraño no tener a Genoveva acompañándola al momento de la cena, incluso echaba de menos escuchar sus quejas y reclamos propios de una chica inmadura.

De igual manera la ausencia de su esposo era algo que era incapaz de ignorar, a pesar del poco tiempo en que habían convivido, empezaba a tener una rutina de la cual Anders formaba parte y se sorprendió al descubrir que aun después del tiempo que pasó sin un hombre a su lado; sentía que algo faltaba en esa mesa y no era precisamente un platillo o algún cubierto.

—Majestad — Se giró al escuchar la voz masculina que recién había entrado al comedor.

—Conde de Krigsdød — Pronunció el título de aquel hombres que en días previos había estado cortejando (o por lo menos haciendo el intento) a Genoveva —. Según me habían informado usted habría partido hoy temprano ¿Hubo algún inconveniente? — Cuestionó amablemente, no queriendo darle a entender que deseaba que se fuera del reino.

—No, todo se encuentra en orden simplemente no quería dejar Mystbelle sin agradecerle su hospitalidad, su reino es hermoso y me entristece tener de abandonarlo, privándome de admirar tan bellos paisajes — Respondió el hombre —. La celebración fue esplendida y nuevamente permítame felicitarla por su reciente boda.

—Muchas gracias, Conde — Dijo ella — ¿Desea sentarse y cenar? Pediré que le sirvan un plato — Ofreció la Reina.

—Es muy amable, pero me temo tendré que rechazar la invitación — Se negó de la manera más amable que pudo encontrar —. Debo admitir que no pensé que partiría tan pronto.

—Estoy al tanto de que habíamos acordado ciertos planes, debo ofrecerle una disculpa por ello — Habló ella.

—No se preocupe, Majestad — Dijo él —. Usted misma estableció que sería la Princesa quien tomaría la última decisión, admito que me tomó por sorpresa debido a lo repentino que fue, pensé que empezaba a agradarle.

—No fue el único que así lo creyó — Aunque un compromiso con el Príncipe de Südseen no era algo oficial aún, era claro que todos esperaban que así fuera ahora que Genoveva había ido a establecer una supuesta alianza o tratado con aquel reino; cosa difícil de creer ya que había partido en medio de la celebración por la coronación del nuevo Rey de Mystbelle.

—Enserio agradezco su hospitalidad y el que me considerase como un buen pretendiente para la Princesa Genoveva, aun cuando es evidente que no habrá tal compromiso espero que eso no se convierta un impedimento para futuros tratados ni perjudique la buena relación que nuestras familias han tenido por generaciones — Comentó el extranjero.

—Espero lo mismo, le deseo un buen viaje excelencia.

El viento no favoreció del todo su viaje, por lo cual tomó un poco más de un par de semanas para que Anders pudiese arribar a las costas de Südseen, una vez allí tuvo el presentimiento de que no habría mucho que pudiese hacer.

Desconocía si el Rey de Südseen sabía sobre los planes del Príncipe Thomas o si incluso era él quien estaba detrás de las acciones llevadas a cabo por su hijo, pero Südseen al igual que otras naciones había pasado años intentando forjar una alianza con Mystbelle y justo ahora tenían una oportunidad, los tenían entre la espada y la pared y no desperdiciarían aquella conveniente situación para ellos.

Sin duda tenían la ventaja y jugarían bien sus cartas para resultar vencedores, tan sólo esperaba no decepcionar a su esposa ni fallarle a Genoveva.

Quizá no tenía más alternativa que acceder a una alianza matrimonial entre el Príncipe Thomas de Südseen y su cuñada, pero al menos se encargaría de llegar a un acuerdo que protegiera a la joven y asegurase su bienestar, ante todo quería evitar que el Príncipe se deshiciera de ella en cuanto lograse ser incluido en la línea de sucesión al trono.

—Rey Anders de Mystbelle — Fue anunciado antes de entrar a la oficina del Monarca de aquel reino, cayendo en cuenta de que le tomaría tiempo acostumbrarse a su nuevo título.

Le fue cedido el paso, indicándole que podía ingresar y ser recibido por el gobernante para finalmente iniciar las negociaciones que a ambos le interesaban.

—Majestad — Dijo Anders haciendo una reverencia que demostraba el respeto y disposición a mantener una amena conversación — Le agradezco que me haya recibido en su reino, lamento que las circunstancias no sean las mejores.

—Estoy de acuerdo, sin embargo es un honor conocer al nuevo Rey de Mystbelle, debo felicitarlo por su reciente boda y coronación — Habló el Rey Harold —. Entiendo que esto puede escucharte terriblemente fuera de lugar, pero admito que me tomó por sorpresa que la Reina eligiese como esposo a un Príncipe de Fredeborg.

—Soy consciente de que varios cuestionaron si ella había tomado una buena decisión, sé que recibió muchas propuestas y varias ofertas mejores que la mía — Reconoció él —. Soy afortunado de tenerla como esposa — Dijo —. Mas ese no es el tema por el cual nos hemos reunido en esta ocasión.

—Me sorprendió el que mi hijo retornase acompañado de la Princesa de Mystbelle — Comentó para dejar en claro que Thomas había actuado a sus espaldas —. Estaba al tanto de que Thomas tenía intenciones de cortejar a la Princesa Genoveva, pero en ningún momento mencionó que planeaba traerla a Südseen, de haberlo sabido no hubiese permitido que fuera a Mystbelle en primer lugar.

—La Reina encuentra esto extrañamente conveniente para su reino, no es ningún secreto que Südseen ha buscado formar una alianza con Mystbelle — Mencionó Anders.

—No negaré que he intentado en vano llegar a un acuerdo con la Reina Vivianna durante los años pasados, pero siempre he actuado correctamente, soy una persona con honor aunque justo ahora usted podría poner eso en duda — Habló el Rey Harold sin aparentar sentirse ofendido por las palabras del extranjero —, después de todo soy yo quien debe responder por las acciones de cualquiera de mis hijos.

—El Príncipe Thomas fue recibido en Mystbelle, desde un inicio dejó en claro sus intenciones de cortejar y posteriormente pedir la mano de la Princesa, incluso la Reina había llegado a un acuerdo respecto a eso con la Princesa — Informó Anders —, sin embargo se aprovechó de nuestra confianza y hospitalidad, llevándose a la Princesa en medio de un festejo sin que nadie se percatase de ello hasta que fue tarde, entenderá que esto perjudica no sólo la reputación de la Princesa sino a Mystbelle, así como también a Südseen si permitimos que esto carezca de consecuencias.

—Mi reino es conocido como una nación bélica, un digno rival en batalla, eso ha hecho de Südseen un lugar respetado y admirado por otros — Suspiró antes de continuar —, pero si se ponen en duda los valores y la moral del reino eso podría cambiar, en este momento me encuentro en medio de varias negociaciones importantes, las cuales entenderá no deseo perder — Mencionó —. En el caso de Mystbelle, su reino, así como su esposa han sido víctimas de algunos cuantos chismes a lo largo de la historia, a pesar de los rumores respecto a supuestos pactos demoniacos y hechicería ha sobrevivido, la Reina Vivianna ha demostrado ser una gran gobernante, pero ¿El mundo toleraría esta clase de escándalo? Una Princesa que huye acompañada de un hombre que no es su esposo o algún familiar dejaría una pésima imagen del reino del que proviene, es cuestión de tiempo para que alguien descubra que carecían de chaperón.

—La Reina Vivianna ha dado como explicación que la Princesa se encuentra aquí con el fin de que se instruya más en cuanto a política, supuestamente ha venido a iniciar la negociación de una posible alianza entre nuestras naciones — Admiraba profundamente a su esposa por haber sabido actuar acorde a la situación, había encontrado una justificación para la ausencia de la joven sin comprometer su reputación, era algo que les había otorgado un poco más de tiempo y oportunidad de poner ciertas condiciones al momento de acceder a un matrimonio —, pero creo que lo más conveniente para ambos reinos ahora es que se anuncie formalmente el compromiso entre el Príncipe Thomas y la Princesa Genoveva — Aquello era inevitable.

—Estamos de acuerdo, Majestad — Anders dio un paso adelante, acercándose al escritorio detrás del cual se hallaba el Rey Harold —. Seguramente usted desee establecer ciertas pautas, así como yo tengo mis condiciones.

—Hablemos entonces — Dijo dando inicio a una negociación, dónde cada uno protegía y luchaba por sus propios intereses.

La Reina Gretel de Südseen era una mujer ocupada ante los ojos de la rubia, a pesar de no encargarse de la política, dejando en manos de su esposo todo lo referente a llevar las riendas del reino.

La madre de su amado era la encargada de supervisar eventos sociales y al parecer de estar atenta a lo que las esposas de sus hijos hacían, simplemente observándolas mientras pretendía avanzar un bordado que siempre lucía igual, pero al menos durante la estadía de Genoveva no había conversado con alguna de las mujeres más allá de lo estrictamente necesario.

Le era imposible no compararla con su hermana, ciertamente no se imaginaba a Vivianna dejando de lado las responsabilidades de Reina, no sabía si tras la llegada de Anders a la familia eso cambiaría, pero lo dudaba mucho puesto que en su anterior matrimonio ella continuó desempeñando las labores que siempre la había visto realizar.

Vivianna era celosa con su trabajo y perfeccionista, en simple hecho de cederle parte de los deberes a otra persona debía ser difícil para ella, sin duda Anders enfrentaría un gran desafío al gobernar a su lado. Sin embargo no podía evitar preguntarse si cuando Vivianna quedase en cinta algo cambiaría ¿Se enfocaría por completo en criar a los hijos que tendría con su esposo?

Era incapaz de imaginarse a su hermana tomando esa decisión, pero quizá el futuro sorprendería a todos.

—Alteza — Se sorprendió al escuchar la voz de aquella mujer en mucho tiempo, intentaba adivinar si se refería a ella o si en realidad simplemente había sido una mala broma de su mente y la Reina no había dicho ni una sola palabra — El Rey solicita su presencia en su oficina.

Genoveva ni siquiera se había percatado del momento en que uno de los sirvientes ingresó al lugar.

— ¿El Rey? — Cuestionó para reafirmar lo escuchado.

—Así es, le aconsejo apresurarse puesto que él no es alguien quien disfrute de esperar — Respondió la mujer.

Prefirió no poner eso a prueba.

—Anders — Murmuró con sorpresa al verle. Sabía que el esposo de su hermana acudiría a Südseen, que incluso había demorado más de lo que se esperaba, pero los días habían transcurrido demasiado rápido para ella — Majestades — Dijo haciendo una reverencia, recordando el lugar y circunstancia en la que se hallaba.

—Alteza, me alegra verla con bien — Habló el Rey de Mystbelle.

— ¿Estoy en problemas? — Preguntó la joven olvidándose de cualquier protocolo que le indicase como debía actuar una persona con su título — No pretendía causar graves problemas.

—No provocó nada que no tuviese solución — Aseguró para no hacerla sentir culpable —, pero sí que preocupó a muchas personas en Mystbelle tras su repentina partida, una Princesa no debería huir como si se tratase de una criminal.

—Comprendo que mi comportamiento fue impropio — Comentó la rubia.

—Hablaremos sobre eso después — Dijo Anders —, por ahora debo informarle que el Rey Harold aquí presente y yo hemos llegado a un acuerdo, sin embargo quería que usted estuviese al tanto antes de firmarlo, puesto que una vez que eso este hecho no habrá paso atrás.

—Entiendo.

El Rey de Südseen se puso de pie para acercarse a la doncella, haciendo notar que tenía intenciones de tomar la palabra.

—Princesa Genoveva, se firmará un tratado de comercio para justificar su presencia en Südseen puesto que la Reina Vivianna ha declarado que usted vino para poner en práctica lo aprendido en sus lecciones, en lo que a mí respecta usted vino a presentarme un tratado que permite que los barcos de Südseen puedan navegar por las aguas nacionales de Mystbelle.

— ¿Y cómo se beneficiaría Mystbelle de ello? — Cuestionó la rubia sorprendiendo a ambos hombres — Quizá no se me conoce por mis aptitudes en cuanto a política ni me involucre demasiado en la toma de decisiones, pero sé que mi hermana no accedería a que le fuese presentado un tratado en el que Mystbelle no resultase sumamente beneficiado.

—Esto dará paso a una buena relación comercial entre ambos reinos, se intercambiarán materias primas y bienes, sin mencionar que Mystbelle recibirá protección y apoyo en caso de recibir ataques por parte de otras naciones, puede confiar en que su reino se encontrará en buenas manos, Alteza — Respondió el Rey Harold.

—Gracias por su respuesta — Habló con algo de timidez, pero aun con demasiadas dudas respecto al que ocurriría con respecto a ella.

—Dentro de poco se hará público un compromiso entre el Príncipe Thomas y usted, entenderá que si se hace eso de forma inmediata se prestaría a toda clase de interpretaciones — Añadió él —, podría parecer algo desesperado, como si intentásemos ocultar algo.

— ¿Y no es así? — Tuvo el atrevimiento de preguntar.

—El truco esta en no hacerlo evidente, Princesa — Intervino Anders.

— ¿Mi hermana está de acuerdo con el compromiso? — Cuestionó ella.

—La Reina lo considera adecuado dado los más recientes acontecimientos — Contestó —, por ahora usted regresará a Mystbelle y dentro de unas semanas el Príncipe Thomas acudirá al reino, entonces un cortejo entre ustedes iniciará formalmente.

—Bien.

—Genoveva — Anders creyó necesario llamarla por su nombre para que ella comprendiera que lo que estaba por decirle era de suma importancia —. A partir de ahora todos debemos de actuar cuidadosamente, pensar antes de llevar a cabo cualquier actividad o decir una palabra, un error podría arruinar todo.

—No decepcionaré a nadie, lo prometo — Lo intentaría. 

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