XII
Templo central de los hechiceros
Felipe se levanta sienta en la cama y mira a Jennifer, a la cual se le están cerrando los ojos.
—Duerme —sugiere Felipe, pero Jennifer se niega.
—Necesito estar atenta a todo —argumenta la coronel.
—Podrás ser la máxima autoridad en la D.I.S.H, pero sigues necesitando dormir —insiste Felipe.
—No, debo estar ahí por si te atacan a ti o a alguien más —se vuelve a negar Jennifer y Felipe baja la mirada un poco, cosa que ella nota—. Lo siento... Estoy muy cansada... Y me siento tan inútil —Felipe la mira, lo que ella entiende cómo un "sigue"—. Los agentes, los civiles y la prensa me miran preguntándome cuando las grietas en el cielo van a parar, si los seguiremos manteniendo a salvo y... Yo no tengo cómo saberlo —se le humedecen los ojos—. Solo soy humana, no puedo hacer nada contra eso... —luego de unos segundos de silencio, Felipe decide hablar.
—Si, solo eres humana, pero eso no tiene por qué ser malo —Jennifer lo mira con duda—. Al ser la líder de la D.I.S.H una humana sin poderes cómo nosotros ni mejoras físicas cómo Darya, eres la más capaz de empatizar con ellos, tú sabes lo que es ser vulnerable, poder fracturarte algo con una caída y cosas así... En mi opinión eso te vuelve la mejor de todos nosotros. Tu esfuerzo, tu dedicación y tu valor son características dignas de admirar —Jennifer esboza una sonrisa.
—Gracias... ¿Qué te ocurre a ti? —Felipe disimula—. Te conozco, dime.
—... Él me descubrió... Dijo que yo presumo de ser el más fuerte cuando en realidad soy el más asustado —Jennifer escucha—. Me recriminó que jamás he derrotado a un enemigo por mi cuenta.
—Pero nunca has perdido contra ellos, incluso si fueron más poderosos que tu —calma Jennifer—. Te dijo eso porque sabía que te dolería, así que... ¿Vas a dejar que te afecte?
—No... Voy a pelear y partirle la cara a ese hijo de su multiversal madre —dice Felipe.
—¡Esa es la actitud! —celebra Jennifer y ambos se ríen—. Darya ha estado entrenando por horas, Valeria está deprimida por lo de su padre, tal vez yo tenga el liderazgo, pero tú eres el líder que necesitan ahora. Al igual que Darya, has sentido que no eres suficiente, y al igual que Val, has perdido a seres queridos. Te necesitan a ti en este momento.
—Está bien —acepta Felipe y se levanta—. Saldré, las guiaré y le demostraré al imbécil porqué me llaman General.
Felipe y Jennifer entran a una sala donde Elizabeth se encuentra con varios hechiceros mirando una proyección mágica del planeta.
—¿No lo han ubicado? —comienza Jennifer.
—No, no ha marcado presencia —responde Elizabeth.
—Nos quiere hacer creer que se rindió —asume Felipe.
—Y sabe que piensas eso —agrega la hechicera
—Iré llamando a Darya —dice Jennifer y se va.
—Yo debo atender un asunto —menciona Elizabeth y también se retira, pero nosotros nos vamos con ella.
La hechicera maestra entra la sala donde la maestra Eleanor se encuentra usando el cristal de la magia para estabilizar la realidad.
—¿Cómo va todo? —comienza Elizabeth.
—Cómo él no ha hecho nada en las últimas horas, me ha resultado más fácil —Elizabeth asiente—. No lo he encontrado, por si te preguntas eso... Pero si me enteré de algo.
—¿De qué?
—Lo que estaban esperando, las está buscando —responde Eleanor y Elizabeth mira pensativa, pero luego entiende lo que la anciana le está diciendo.
Mientras tanto, en la sala anterior, Jennifer entra junto a Darya, y Felipe inicia:
—Se que es desalentador... pero el próximo encuentro podría ser el último para nosotros —Valeria suelta una risa irónica—. Val... Él te atacó porque quiso que estés así, te quiere débil. pero si te soy honesto, y espero no ser el único, veo un enorme potencial en ti para el futuro... Demuéstrale que no eres la niñita asustada que quiere que seas.
—Solo estamos seguros de una cosa, cuando la realidad empiece a desgarrarse, su ubicación será revelada a través del poder del Cälem —informa Nath, quién también se encontraba en la sala.
—Lo ideal sería ubicarlo antes —dice Jennifer—. Así tendríamos tiempo de intentar detenerlo.
—Habrá que movernos rápido entonces —agrega Felipe y mira a Darya, quién carga y descarga su arma—. Darya...
—Yo estoy bien.
—Me contaron que has estado entrenando por horas —menciona Felipe.
—Es mi modo de desestresarme, de sobrellevar que posiblemente vamos a morir —suelta una pequeña risa y luego se queda callada por unos segundos—. Insisto, estoy bien —Elizabeth entra a la sala.
—Perfecto, regresó —celebra Felipe—. Ahora necesitamos armar un plan para cuando lo encontré...
—Y no volvió sola —dice una voz familiar, todos voltean a ver a la derecha de Elizabeth, donde se encuentra Faster Man.
—Si viniste —dice Darya esperanzada.
—Perdón por tardar, tenía unas cosas que resolver... conmigo mismo —se ríe.
—Pues ya somos uno más —se alegra Jennifer.
—Si —confirma Diego—, pero voy a necesitar contexto de la situación.
—Ya estoy cansado de contar la misma historia... Jennifer, te toca —pide Felipe y Jennifer echa una risa para luego comenzar a explicar.
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