En la base de la D.I.S.H de Santiago, Darya se encuentra sentada mientras ajusta una de sus armas, en eso, un bip se repite desde un monitor, por lo que se acerca a ver.

—¿Qué es eso? —pregunta Jennifer, quién acababa de entrar en la sala.

—Rupturas diminutas de no más de treinta segundos —responde Darya mientras presiona unas teclas.

—¿Donde? —consulta Jennifer.

—La ciudad de México... —contesta Darya.

—Valeria —dice Jennifer y Darya mira preocupada, pero en eso, las puertas se abren y entra Valeria en silencio, a lo que Darya responde parándose del asiento—. ¿Qué ocurrió?

Valeria no responde, solo rompe en lágrimas y cae de rodillas al suelo, por lo que Darya se acerca rápido y se agacha para abrazarla.

—Tranquila, tranquila, no pasa nada, todo estará bien —intenta calmar Darya suponiendo lo que pasó.

Jennifer con una expresión de preocupación teclea algo en uno de los monitores, logrando acceder a uno de los satélites de la D.I.S.H, donde hace zoom a la ciudad de México y ve la casa de Valeria destrozada. Al no saber que decir, simplemente se levanta, toma su celular y le dice a Darya:

—Debo hacer unas llamadas, ya vuelvo.

Minutos más tarde, Valeria se encuentra en una silla viendo a la pared, sintiendo culpa de la muerte de su padre y pensando que debió suponer que eso pasaría desde que supo que estaba maldita.

—No entiendo —dice Darya a Jennifer mirando a Valeria desde el otro lado de la sala—. ¿Por qué lo hizo? ¿Por qué a ella?

—Si Eduardo se veía aterrado, debe ser porque este tipo es diferente, tal vez aparte de poderoso, inteligente, debió hacerlo por una razón... Un motivo —supone Jennifer.

—Pero es una niña... ¿Acaso es una amenaza para él? —duda Darya.

—Tal vez logremos saberlo —contesta la Coronel y se abre un portal a su derecha, del cual sale Elizabeth.

—Coronel Walker, ¿hay noticias de Faster Man? —consulta Elizabeth.

—Ninguna —responde la Coronel y Elizabeth mira a Valeria.

—¿Es mal momento, no? —pregunta la hechicera maestra.

—Uno bastante malo —confiesa Darya.

—¿Intentó hablar con él? —interroga Elizabeth volviendo al tema de Faster Man.

—Si, no logré convencerlo —contesta Darya.

—¿Cree que yo pueda? —duda la hechicera.

—No lo creo, lo conozco desde hace años y no pude, una completa desconocida no logrará ni que lo consideré —explica Darya.

—Vamos con él, tal vez yo tenga un truco —ofrece Elizabeth.

Calama, Chile

Diego llega a la tumba de Emma usando su supervelocidad, pone sus ojos en blanco por un instante para luego decir:

—Se que dije que no volvería a usarla, pero tal vez esta sea una situación extraordinaria... Te voy explicando —moja cerca de la tumba—. Darya me visitó, dijo necesitarme para una pelea... ¿Crees que deba? —acomoda unas flores y les echa agua—. Yo no lo sé —suspira y se toma unos segundos para seguir hablando—. Las cosas han cambiado demasiado desde pues... Que no estás —se sienta a un costado de la tumba y abraza sus piernas—. Cuando corrí, lo único que pude pensar es que cuando era Faster Man, gané confianza, pero luego te perdí a ti —lagrimea—. Lo siento tanto, Emma... —respira lento con tal de no romperse—. Debí suponer que teniéndote cerca pasaría eso —se para con intención de irse—, pero me sentía tan bien junto a ti que no quise dejarte ir —se voltea hacia la tumba—. Fue mi culpa lo que ocurrió —ve una de las fotos en la tumba de Emma, donde sale ella en su graduación—. Tenías tanto por delante y lo arruiné... —avanza lento de vuelta a la tumba y cae de rodillas rompiendo en lágrimas.

Un destello verde se desata desde los ojos de Diego y luego, el viento se detiene, junto con él, las hojas que estaban en el aire se congelan y se da una explosión de energía verde que absorbe a Diego, el cuál frente a si ve a una enorme criatura alada de un verde esmeralda que lo observa y luego se desvanece, dejando ver una especie de pasillo de su mismo color por el cual el velocista empieza a correr mientras en las paredes observa diferentes momentos de su vida.

The Faster Man, dos años y dos meses antes

Valezca (villana de la historia) camina hacia Emma, quien, al ya no tener salida, amarra el mango del sartén a una cuerda y lo hace girar mientras que el Diego de ese momento a duras penas detiene a la rubia agarrándola del brazo, pero esta lo golpea en la cara y le hace un corte en la pierna derecha.

—¿Quieres saber qué fue lo que sentimos los que perdimos a alguien en batallas de ustedes? —cuestiona Valezca y toma del pelo a Diego para que mire a Emma.

La novia de nuestro protagonista decide salir por una ventana aprovechando que están en el primer piso, sin embargo, cuando empieza a correr, Valezca en un segundo llega desde donde estaba hacia ella e intenta golpearla, pero algo salva a la chica, la cual ya no se encuentra en el lugar, dejando tanto a Valezca cómo a Diego muy confundidos.

A dos cuadras de distancia, el Diego del presente se detiene y deja a Emma en el suelo, asombrado de verla con vida otra vez, así que suelta una sonrisa y corre para regresar a su tiempo, donde con la misma sonrisa vuelve al cementerio, pero esta se borra al darse cuenta de algo, la tumba de Emma sigue ahí.

—Nada cambió... —susurra Diego y vuelve a llorar mientras nos alejamos de él para enfocarnos en Darya y Elizabeth, quienes lo estaban viendo.

—Creo que debería...

—No —niega Elizabeth deteniendo a Darya, quién ya había dado unos pasos al frente—. El actuará por su cuenta —abre un portal y se retiran, aunque Darya lo hace con la duda de si su amigo estará bien.