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episodio tres

Ada se agachó entre las capas y túnicas de su armario, en la búsqueda de encontrar algo que la convenciera para usar esa noche en la fiesta de Lydia. Pero una mezcla desordenada de telas brillantes y texturas sorprendentes que habrían dejado boquiabierto a cualquier muggle la recibió del otro lado. Sin dudas, la tarea de encontrar algo adecuado para la fiesta de esa noche parecía un desafío mucho más grande que preparar la más difícil de las pócimas. Los colores se entremezclaban en su mente: un vestido rojo intenso hacía juego con un bolero de terciopelo verde, y todo en su armario parecía desentonar con la idea de lo que pensaba que sería una velada casual.

—¿Por qué es tan complicado? —murmuró Ada con un susurro exasperado, atrapando un trozo de tela azul que parecía bailar en el aire.

Los magos no eran especialmente habilidosos con la paleta de colores. Para los humanos, los patrones y las combinaciones eran una forma de expresión que se le escapaba. Entre las sombras de su armario, la confusión se mezcló con su frustración*

Dándole una vuelta a un vestido de gasa que había teñido en un arrebato de creatividad mágica (Adalia tenía en su posesión los hechizos más curiosos) se encontró deseando tener la destreza para elegir un atuendo sin llevarla hacia un error desastroso, ¿Por qué no había un hechizo para eso?

Tal vez podía inventar algo... Miró decidida una falda raída por el tiempo. Tal vez otro color, otra forma...

—Un poco de magia para calmar los nervios no estaría mal —se dijo, al tiempo que levantaba la varita en un gesto involuntario. Sin embargo, antes de que pudiera murmurar un conjuro, una voz familiar la sacó de su concentración..

—¿Estás batallando con el armario, Ada? —preguntó su tía Alex, asomándose por la puerta de la habitación. La mirada de Alex era un guiño de comprensión.

—No sé qué ponerme... todo parece un caos cuando me miro en el espejo. —confesó Ada, sintiendo que el peso de su herencia mágica se deslizaba en su voz.

—Déjamelo a mí —respondió Alex, con una sonrisa serena. Se acercó y comenzó a revisar el armario con una agilidad que parecía familiar en sus ojos. En un instante, colgó algunas piezas en la percha, una combinación perspicaz fue tomando forma.

—Bueno, tanto tiempo entre los humanos tiene sus ventajas —dijo Alex, mientras retiraba un suéter curioso que Ada había malinterpretado como un posible atuendo de fiesta—, es mejor dejar que el sentido común de tu sabia tía tome el mando.

Observando cómo su tía transformaba el caos en arte, Ada sintió el peso de su preocupación disolverse. Una bruja a veces necesita a otra bruja. Pensó sonriendo.

ʚ ♡ ɞ

   La Catarsis, es conocida como la eliminación de los recuerdos que alteran la mente o el equilibrio nervioso. En aquel momento, rodeada de tantas personas, Adalia intentaba pensar en cualquier otra cosa menos en la nube oscura que comenzaba a formarse en su mente.

  Catarsis.

  ¿Por qué no se le pasó por la cabeza que una fiesta era el peor de los lugares posibles a los que podía ir? Después de la guerra, Ada no soportaba los lugares muy concurridos. Tenía que controlarse, porque los ruidos altos o repentinos la hacían temblar. Ahogó un impulso de gritar tras oír a alguien ser lanzado a la piscina.

  Ella y Stiles habían llegado a la fiesta y habían localizado a Scott, quien no parecía querer despegarse de Allison. Así que los chicos simplemente decidieron mantenerse cerca de él, pero Ada empezaba a sentirse ahogada.

—¿Estás bien? —Stiles sostuvo el vaso por ella cuando la vio palidecer. —Te ves...

—¿Como si estuviera a punto de desmayarme? — le preguntó medio en broma, estaba abrumada por la multitud que los rodeaba, por el nivel de la música, por sentirse aún incómoda por ser la nueva en el instituto. Si a eso ultimo le sumaba tener un ataque frente a todos...

—Iba a decir como si no quisieras estar aquí, pero está bien. Creo que tu descripción es mejor que la mía.

— Claro que quiero estar aquí, me preocupa Scott. Quiero vigilarlo y si es posible, evitar que mate a Allison. En realidad, tengo un problema con estar rodeada de mucha gente, no me gusta, me siento ansiosa — le dijo e inmediatamente se arrepintió, hablaba demasiado como si a alguien le importaran sus rarezas. — Lo siento, la gente se aburre cuando hablo de estas cosas.

— ¿Qué? — ella lo vió negar con la cabeza. — No tiene nada de aburrido. Supongo que a mi tampoco me gustan mucho las fiestas.

   Ada le sonrió, alegre de no haber metido la pata. Era una sonrisa simple de labios apretados, que bastó para que Stiles se quedara embobado mirando los tiernos hoyuelos que se le formaban a la castaña en cada lado de sus mejillas.

   Estaba hermosa, usando un holgado suéter negro con rayas blancas bajo una camiseta oscura con pantalones a juego. Y aún no podía creer que le gustara pasar tiempo con ellos, que estuviera ahí ayudándolo a lidiar con la mordedura de Scott y su posible caso licántropo.

  Scott último entró de repente en el salón luciendo mareado y respirando agitadamente.

—¿Scott, estás bien? — le preguntó Ada, sacando de su trance a Stiles quién volvió a concentrarse en su amigo. Como no le contestó, la chica Potter agregó — Vamos, tenemos que seguirlo.

  Stiles asintió despacio. Vaya, era rápida para reaccionar. La siguió hacia afuera de la casa de Lydia.

Durante un momebto, creyeron ver a Derek hablando con Allison, pero no repararon mucho en ello. Scott era su prioridad en ese instante.

ʚ ♡ ɞ

   En casa de los McCall, la mamá de Scott los dejó subir para ver qué le pasaba a su amigo. Ada siguió a Stiles escaleras arriba y ambos intentaron abrir la puerta de la habitación de Scott, pero este le colocó el pestillo, Stiles apenas logró asomar un poco la cabeza.

—¡Déjanos entrar, Scott, podemos ayudar!

—No, deben buscar a Allison. —farfulló del otro lado de la puerta. Sonaba como alguien que está sufriendo una sesión de tortura medieval.

—Está bien, la vimos irse de la fiesta, ella está bien, ¿De acuerdo?

—No... — Ada empezó a plantearse el echar un encantamiento sobre la puerta para abrirla de una maldita vez. — Creo que se quién es...

—¿Qué? ¡Déjanos entrar! —Stiles insistió con el pomo de la puerta.

—¡Es Derek! ¡Derek Hale me mordió y el mató a la mujer del bosque!

—¿Tienes pruebas de lo que estás diciendo? — le gritó Adalia a punto de perder la paciencia. — ¡No puedes culpar a cualquiera de asesinato, Scott! ¿Estás seguro?

—¡Claro que estoy seguro!

—Scott, Derek fue quien se llevó a Allison de la fiesta. —añadió Stiles.

Entonces la puerta se cerró de un golpe.

— ¡Scott!— Stiles golpeó una y otra vez pero nadie abrió.

—Vamos... — Ada tiró de su chaqueta.

—¿A dónde?

—Busquemos a Allison.

  Luego de que Stiles condujera como un maniático por la carretera y de que llegaran a la casa de los Argent más rápido que Flash, corrieron a llamar a la puerta sin importarles lo extraña que era su situación.

  Finalmente, una señora de cabello rojo muy corto les abrió y los miró de arriba a abajo con mala gana.

—Hola, señora Argent... usted no nos conoce pero...

—¡Somos amigos de Allison! ── continuó Ada, interrumpiendo a Stiles.

—Esto sonará extraño, uhm...

   La señora Argent se giró cabsada de escucharlos y llamó a Allison. Esta apareció en la cima de las escaleras mirándolos sin entender que sucedía.

   Los chicos se miraron entre sí sabiendo que Scott iba camino a meterse en un gran problema. Porque, si no estaba ahí, había ido a buscar a Derek.

ʚ ♡ ɞ

   Comenzaba a hacerse de día y aún no habían encontrado a Scott. Los chicos conducían a través del bosque, sin una idea de dónde podía estar, hasta que lo vieron. Scott iba caminando a orillas de la carretera sin camisa y con una pinta horrible.

—¿Saben que es lo que más me preocupa? — preguntó al par una vez que se subió al auto.

—Como digas Allison te ganas una paliza. — para Ada el enojo de Stiles estaba más que justificado.

—Ahora seguramente me odia. — Scott los ignoró, refiriéndose a Allison de todas formas.

Ada rodó los ojos.

Stiles bufó.

Oh, habían tenido suficiente por esa noche.

—Lo dudo, pero ya puedes inventarte una excusa convincente. — lo miró tratando de hacer como si no fuera tan grave. — O si no puedes contarle la verdad, y disfrutar de lo genial que es ser un hombre lobo. — Scott lo miró de mala gana. — Vale, mala idea. Lo superaremos.

La última palabra se sintió cálida, a Ada le gustaba la amistad de esos dos. Era lo único bueno entre todo lo que estaba sucediendo con Scott.

— Vamos, si es necesario te encadenaré las noches de Luna llena. Te daré ratones vivos... — le dijo. — Tuve una boa, puedo hacerlo.

ʚ ♡ ɞ

—Que suerte que tengamos tantas clases juntas.

   Ada le sonrió a Allison.

  Había pasado un día desde el incidente. Ahora la castaña caminaba hacia su clase de Historia aferrándose a los libros. No había mucha gente en el pasillo, sin embargo algo no estaba bien. Sentía la voz de Allison como un grifo lejano que apenas hacia eco en su cabeza.

—Estaba pensando qué tal vez podemos estudiar juntas, ¿Qué te parece? — la Argent siguió hablando pero su voz se alejaba.

  Adalia parpadeó, sintiendo como su entorno comenzaba a distorsionarse y entonces, sucedió de nuevo.

    No siempre los ataques de pánico tenían algún motivo. A veces la tomaban por sorpresa, le sacudían el suelo haciéndola caer en el abismo de pesadillas. Perdió el control de su respiración y poco a poco, su visión se fundió en un azul grisáceo.

Se sentía demasiado pequeña, se sentía demasiado asustada. Iban a cerrar la escuela, ¡Las cosas habían ido demasiado lejos! ¿Adónde irían ella y su hermano? No quería regresar a casa de sus tíos, siempre le gritaban y la castigaban sin cenar. Harry también estaba muy asustado, él y Ron hacían todo lo posible por resolver el problema cuanto antes, pues su mejor amiga Hermione había sido petrificada.

Todos los que caminaban por los pasillos de Hogwarts acababan inmóviles como estatuas.

A Ada no le gustaba, parecían muertos.

Fríos como la cera.

Y aquella noche, el sepenteo en la pared la sacó de la cama. No recuerda mucho de esa noche, estaba descalza y el miedo mantenía su corazón latiendo como un tambor en su pecho.

Sintió el agua bajo sus pisadas, las velas con las que alumbraba el camino se apagaron, dejándola sola en la oscuridad.

Lo vió, encontró el reflejo de los dos rubíes rojos en la ventana y al segundo siguiente se congeló.

—Llamen a alguien... creo que tiene asma...

No podía moverse...

— ¿Es normal que tiemble así? Que rara...

— ¡Ada! ¿Puedes oírme?— en algún lugar, entre las risas y los comentarios erróneos oyó la voz asustada de Allison. Sintió que alguien tocaba algo en su bolsillo. — ¿Hola? — Allison estaba tartamudeando. — H-hola, es Allison, soy amiga de Ada, estamos en el colegio y... no lo sé, no sé qué le pasa, no creo que pueda respirar... — estaba hablando por teléfono.

    Cada vez podía oír y entender menos. Se sentía demasiado vulnerable. Estaba agotada de luchar contra la sensación de ahogo.

Soy muy débil, no puedo lidiar con esto...

» Va a pasar, ¿Sabes? No me he ido de aquí. — una cálida mano se cerró sobre sus brazos. — Podemos vencer esto juntas, no importa el tiempo que te tome. Solo respira. — Intentó inhalar, pero se topó con una aterradora barrera que se lo impedía. — Está bien, respira. — lo volvió a intentar, esta vez el temblor disminuyó un poco. — Muy bien.

Cuando su cuerpo se relajó, el recuerdo de su primer año en Hogwarts se convirtió en un borrón insignificante, respiró dolorosamente notando lo que sucedía a su alrededor.

— No me he ido. — Allison estaba allí junto a ella, en sus ojos había preocupación pero a la vez parecía feliz de que ya Ada estuviese bien. — Lo has hecho muy bien.

Ada negó con la cabeza sintiéndose horriblemente avergonzada.

— Lo siento.

— No. Yo siento haber entrado en pánico. Debería saber que hacer con un ataque de pánico.

— No lo sabías. — Ada ni siquiera intentó ponerse de pie, sabía que sus piernitas estaban en un estado de gelatina. — No te he contado mucho de mi, realmente.

— No importa, porque vas a hacerlo ahora.

— Créeme. Es muy aburrido. — le sonrió con tristeza.

— Para nada.— la gente a su alrededor se había disipado, hablando sobre lo rara que era la chica nueva y comentando sobre su fingido intento por llamar la atención. — No voy a irme de todas formas.

ʚ ♡ ɞ

—¿Cómo estás? — Ada pegó un brinco cuando sintió la puerta de la habitación del hospital cerrarse de un golpe.

  Alex la había llevado a que le revisaran la cabeza. Según Allison se la golpeó cuando tuvo el ataque en el colegio.

—¿Y ustedes qué hacen aquí?— les preguntó a Stiles y Scott.

—Vinimos a ver cómo estabas.

—Bien. Estoy bien.... — Bien muerta de la vergüenza...

Entonces Alex entró en la habitación. Stiles y Scott la miraron con sorpresa. Alexandra estaba vestida de gris y negro, llevaba gafas oscuras y la capucha por encima ocultaba mechones de cabello rojos que se escapaban de manera rebelde.

—¿Y estos quiénes son?

Stiles, Stiles Stilinski... — se presentó el chico hablando nerviosamente. —Y este es Scott McCall. Somos los amigos de Ada, vinimos a ver cómo estaba.

  Alex los miró durante el breve lapso de unos segundos y asintió con aprobación, luego miró a su sobrina.

—Te espero afuera.

Y la —ahora— pelirroja salió, dejándolos en silencio.

—¿Es tu hermana? — le preguntó Stiles. —Creí que vivías con tus padres.

—Mis padres fallecieron cuando yo era una bebé. — Ada frunció el ceño. — Esa es mi tía Alex. Tengo un hermano mayor, pero vive en Londres.

—Oh... Lo siento... — farfulló incómodo consigo mismo. Regañándose por no haber tenido cuidado al preguntar.

—En realidad, también vinimos al hospital a ver al cadáver. — Adalia miró a Scott con una ceja alzada. — ¿Quieres acompañarnos?

— ¿A la morgue?

— Eh... Sí.

Los chicos salieron al pasillo listos para embarcarse en su escalofriante misión.

—¿A dónde van?— le preguntó Alex sentada en uno de los sofás de espera mientras leía revistas de muestra.

— A la morgue.

— Bien, diviértete.— Ada le sopló un beso a su tía y siguió a los chicos que se miraban entre sí aún más sorprendidos.

— ¿A tu tía no le parece raro que vayas a la morgue?— le preguntó alarmado Scott.

— No, ¿debería?

  Es muy típico de Alex que no le parezca raro, de hecho. Añadió en su cabeza.

   Cuando llegaron Stiles le deseó suerte a su amigo, mientras este se colaba tras la puerta de la morgue. Ada divisó a Lydia, la chica pelirroja bonita que se había hecho amiga de Allison y la que había organizado la fiesta.

Entonces Stiles fue quién se puso más nervioso de lo normal.

— ¡Hola, Lydia! Igual no me recuerdas, me siento detrás de ti en biología. Siempre he pensado que tú y yo conectamos. Creo que no estaría nada mal que... — Adalia no creyó que la pelirroja le estuviera haciendo mucho caso y razón no le faltaba.

  Lydia se echó un mechón detrás de la oreja dejando ver su auricular.

— Perdona, no he oído nada de lo que has dicho... ¿Era interesante?

  Ada sintió entonces unas terribles ganas de echarse a reír, pero se contuvo para no destrozar más al pobre Stiles.

— No, para nada... — el chico retrocedió cabizbajo y se acercó hacia otro asiento. — Me sentaré por aquí...

— Vale...

  La bruja suprimió una risa sentándose junto al chico. No tenía ni idea de que le gustara Lydia, pero vaya forma de descubrirlo.

— Oye, está bien. — puso su mano sobre su hombro. — Ha sido un buen intento.

— ¿Por qué siempre acabo humillándome con Lydia?

— Si te sirve de algo yo me humillé hoy frente a todo el colegio.

    Stiles dejó de frotarse con frustración el rostro para mirarla. Como siempre Ada lucía adorable, aún después de pasar toda la tarde en aquel hospital.

— Ojalá hubiese estado ahí, debe ser aterrador pasar un ataque de pánico tu sola.

— Oh, no. Allison estaba ahí.

— Sí, pero Allison no sabe nada de ataques de pánico.

Ada lo miró levantando una ceja, curiosa.

— ¿Y tú sí?

— Podría aprender. — Stiles se encogió de hombros. — Estamos aprendiendo a cuidar a Scott de su naturaleza de hombre lobo, también podemos aprender a cuidarte a ti.

— Eso hacen los amigos.

— ¿Somos amigos?— le preguntó Stiles, levemente sonrojado por alguna razón que Ada no logro entender.

— Lo siento mucho por ti y por Scott, me conozco y soy un saco de problemas. Pero este montón de líos ya se siente amiga de ustedes, así que ahora carguen las consecuencias. — bromeó lanzándole una sonrisa imprevista.

  Stiles se la devolvió.

  Ni siquiera le importó que cerca de ellos estuvieran Lydia y Jackson besándose.

— Entonces somos amigos.

ʚ ♡ ɞ

    La noche había caído y los chicos llegaron a la casa medio abandonada de Derek con palas y linternas. Sí, ahora iban a desenterrar un cuerpo. Ada empezó a cuestionarse varias cosas sobre su existencia cuando se presentaron en su casa con esa idea.

— Hay algo diferente... — oyó decir a Scott quién iluminaba el camino con su linterna.

— ¿Como qué?

— No lo sé.

— Acabemos cuanto antes. — Stiles le lanzó una pala y los tres empezaron a cavar en la tierra.

— Chicos... — preguntó Ada luego de un rato, — ¿Qué vamos a hacer si Derek regresa?

— Salimos corriendo.

— ¿Y si nos atrapa?

— Tengo un plan para eso.

— ¿Qué plan?

— Cada uno corre para un lado diferente, a quien atrape ¡Qué lástima!

   Ada solo lo miró a través de la oscuridad.

— ¿Es en serio, Stilinski?

— ¡Espera, espera!— le oyó decir.

   Los chicos siguieron cavando mientras desenterraban una especie de saco, supusieron que dentro estaba la otra mitad del cadáver.

— ¿Tenía que hacer mil nudos? — preguntó Stiles a nadie en particular, mientras se desesperaba desatando las cuerdas.

  Ada se hizo hacia atrás sigilosamente, los chicos estaban concentrados en abrir el saco de una vez, así que aprovecho para sacar su varita sin que la vieran.

Emancipare... murmuró.

Stiles y Scott miraron el saco confundidos, por arte de magia los nudos se deshicieron solos.

Una vez que lo abrieron los tres chicos retrocedieron gritando al encontrar un animal muerto.

— ¿Qué demonios es eso?

— Un lobo. — respondió Scott.

— No me digas... — siseó Ada.

— ¡Les dije que había algo diferente!— volvió a repetir.

— Esto no tiene sentido.

— Mejor nos vamos de una vez. — propuso Scott. — Ayúdame a cubrir esto.

    Ada y él empezaron a rehacer los nudos, mientras Stiles se quedó distraído viendo alguna cosa más allá de ellos. La castaña se giró para preguntarle si estaba bien.

— ¿Ves esa flor de ahí?

— Sí. — Ada la analizó. — Es Acónito.

Stiles se giró para verla, ¿Cómo es que sabía tanto de esas cosas?

— ¿Y qué es eso?— les preguntó Scott, pasando un momento lo que hacía.

— No es bueno para ti. Si quieres la versión resumida. — dijo Ada.

— ¿Nunca viste El hombre Lobo? preguntó Stiles..

— No.

— En su defensa, yo tampoco. — reconoció Ada.

— ¿En serio?

— No podía ver muchas películas allá en Londres, casi siempre estaba en...la escuela, es que era un Internado. — le explicó, y técnicamente no decía mentiras.

— Ah, definitivamente eso va a cambiar. — Decidió él y Ada le sonrió. La chica lo ayudó a desenrollar la planta del suelo, que iba saliendo de este formando una espiral alrededor del cuerpo.

— Uhm, chicos... — Ada se congeló cuando vió que el cuerpo de antes, el del lobo, ahora era una chica, que le devolvía la mirada sin vida de manera macabra.

— Stiles, creo que debes llamar a tu padre...

ʚ ♡ ɞ

   Después de que el padre de Stiles detuvo a Derek, los chicos regresaron en el Jeep. Ahí Scott tuvo una interesante reacción al Acónito en la que terminó huyendo en pleno bosque y dejando a Stiles y a Ada tremendamente preocupados. Ahora, todos se preparaban para el juego en la noche, en el que Adalia solo esperaba que Scott estuviera más calmado.

Adalia había convencido a Alex para que no la llevara al partido, sabía que la bruja debía adelantar su investigación y no quiso que la atrasara más. Sin embargo, Allison se ofreció a llevarla, ella y Lydia irían con su papá a ver a Jackson jugar.

— ¿En serio vas a ir... Así vestida?— fue lo primero que dijo Lydia cuando la vió.

— Ya, Lyds, déjala en paz. — Allison rodó los ojos. Luego le sonrió a Ada para que esta se sentara a su lado. — Te ves muy bien.

— Mhm. — Ada no supo que decir, aún no había arrancado el auto y ya quería regresar a su casa.

   Cuando llegaron, buscaron un lugar en las gradas. Lydia se sentó entre ambas, pero no le prestó mucha atención pues enseguida localizó a sus amigos llegando al campo.

   Unos minutos después el juego comenzó, los equipos empezaron a pelearse por la pelota hasta que de la nada Jackson derribó a Scott al suelo a pesar de estar en el mismo equipo. Anotó, y las gradas enloquecieron.

   A su lado Lydia se levantó eufórica, golpeando por accidente su hombro. Esta ni siquiera se dió cuenta, pues enseguida le pidió a Allison que alzaran su cartel, en el cual supuestamente apoyaban a Jackson.

— ¿Qué número lleva Scott?— preguntó el padre de Allison.

— El número once... O también el que no ha tocado la pelota en todo el partido. —Lydia frunció los labios y Ada la miró de reojo.

— Espero que esté bien. — La castaña giró para ver a Allison, la trigueña miraba nerviosa al campo.

— Que estemos bien. Necesitamos ganar. — volvió a decir Lydia, y Ada cerró los ojos empezando a sentirse incómoda cuando la pelirroja se volvió a levantar golpeando su hombro otra vez sin darse cuenta. — Allison. — le dijo, pidiéndole de nuevo que alzaran su cartel.

    La bruja murmuró unas disculpas y se levantó caminando hacia la banca para sentarse junto a Stiles.

—Ey... hola. — la saludó el chico con una sonrisa, la castaña imaginó lo aburrido que debía ser estar solo en el banco.

   En el juego, Scott había conseguido hacerse de la pelota. Saltando de forma increíble por encima de otro jugador ganándose los gritos de apoyo de las gradas esta vez. Cuando anotó, ella misma se levantó emocionada de la banca seguida de Stiles.

— ¿El equipo contrario nos acaba de pasar la bola?— les preguntó el entrenador

— Puede ser... — Stiles se encontraba mordiendo su guante.

— Interesante...

   Entonces Scott lanzó la pelota con su palo de Lacrosse y está atravesó la red del otro jugador anotando de nuevo.

— ¡Sí!— Ada estaba riendo, Stiles la había abrazado por la emoción del momento sin darse cuenta.

   El entrenador hizo sonar nuevamente su silbato.

   Esta vez notaron a Scott moverse de forma brusca y violenta por el campo, mientras los jugadores del otro equipo se miraban entre sí sin entender que sucedía con él.

— No, Scott, no...

  Pero, para su sorpresa, el chico lanzó una última vez la bola, haciéndola asestar en la red y anotando el punto definitivo que selló el juego.

Diccionario:

* Esta es una referencia perteneciente a los libros de Harry Potter. Exclusivamente mencionada en el primer libro Harry Potter y La Piedra Filosofal. Extraído —particularmente— del siguiente fragmento: “ No pudo dejar de advertir una gran cantidad de gente vestida de forma extraña. Individuos con capa. El señor Dursley no soportaba a la gente que llevaba ropa ridícula. ¡Ah, los conjuntos que llevaban los jóvenes! (...) ¡y vestía una capa verde esmeralda! ¡Qué valor! ”

Este fanfic respetará más el canon de los libros que el de las películas. Todas las referencias aparecerán al final de cada episodio.

Emancipare: Emancipare es el hechizo de un encantamiento que permite liberar ataduras del objetivo. Por ende, es el contrahechizo de Fulgari y Atabraquium, y muy probablemente también del hechizo Incarcerous. Se desconoce en detalle cómo funciona.

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