episodio siete
LOS CHICOS ENTRARON CORRIENDO AL INSTITUTO Y APENAS PUDIERON CERRARON LA PUERTA PRINCIPAL TRAS DE ELLOS. Adalia respiró agitada mientras hacía fuerza con su cuerpo para mantener la presión sobre la entrada sellada, sellada únicamente con sus cuerpos, claro.
—¡Cierra! — les gritó Scott.
—¿Por qué crees que tenemos la llave? — replicó un sarcástico Stiles.
—Entonces bloqueala.
—¿Con qué?
—¡Con lo que sea!
Stiles lo miró nervioso y luego se detuvo. Debió de pensar en algo porque se levantó y miró a través de la ventana.
—¿Qué haces? — Ada le preguntó, claramente preocupada.
Se asomó junto a él, afuera estaban las pinzas tiradas sobre los escalones de la entrada.
Oh, no. No te atrevas... lo regañó en su cabeza.
—Ni se te ocurra salir ahí fuera. — siseó la bruja, pero claramente el humano no le hizo mucho caso porque se escabulló afuera para alcanzar esa maldita cosa.
Ada entornó los ojos asustada cuando la criatura de ojos escarlata salió a gatas desde detrás del Jeep. Era enorme. La castaña apenas consiguió parpadear y ya la figura estaba corriendo en dirección a Stiles.
El miedo la paralizó por completo.
—¡Vuelve! ¡Stiles! — Scott le gritó, por suerte, ya que Ada había olvidado cómo pronunciar palabras por el nudo que se formó en su garganta a raíz del nervio.
Stiles entró y trabó las pinzas en las manillas de la entrada para que la puerta no pudiera ser abierta desde fuera.
— Ada, ¿estás bien? Estás muy pálida. — Stiles la tomó por los hombros preocupado.
— Te odio. Me has asustado terrible. — suspiró ella aún temblando.— Casi me das un infarto — No exageraba. — Dame la jodida linterna. —Extendió la mano y este se la dió.
— Esto no aguantará. — Señaló Scott refiriéndose a la artimaña que habían inventado para cerrar la entrada del instituto, luego apuntó con su linterna hacia el final del pasillo.
Un aullido rompió el silencio de la noche y los tres se echaron a correr juntos, muertos de miedo.
Entraron en la primera aula que estaba abierta y tomando la mesa del profesor se aventuraron en la tarea de trabar con ella la puerta.
—¡Espera! ¡Espera! La puerta no ayudará en nada.
— Ya lo sé.
— Es Deaton. El hombre lobo. El Alfa. Tú jefe.
— ¿Qué?
— Deaton se desaparece y de repente aparece el Alfa asesinando a Derek.
— Él no... — divagó Scott en negación.
— Él si.
— Derek no está muerto, ¡no puede estar muerto!
— Incluso curándose rápido como lo hacen los hombres lobo, ha sido espantoso, Scott, estará fuera de juego por esta noche. — expuso Ada subiéndose las mangas de su jersey de punto.
—Ha echado sangre por la boca. Eso no es precisamente por un pequeño rasguño, primero Derek y luego seremos nosotros.
No si puedo evitarlo. Ada apoyó sus brazos ahora desnudos sobre su cintura. Repasando hechizos de protección en su cabeza. No tenía ni idea de qué le era más conveniente para parar a un Alfa, teniendo en cuenta que no quería matar a nadie esa noche, el abanico de hechizos que conocía se extendió por su mente.
—Vale, ¿pero qué hacemos?
—Fácil, nos preocupamos por escapar de aquí con vida. — le dijo Ada a lo que Stiles asintió estando de acuerdo con ella.
—Sí y deja ese estúpido trabajo. — añadió el humano.
Se acercaron a las ventanas, la Potter sostuvo la linterna de Scott mientras este forcejeaba con la bisagra.
— No se abren, están polarizadas.
— Rompámoslas. — concluyó Stiles.
— Claro, ¿No quieres despertar a todo el estado también?— murmuró la bruja. —Lo oirá, el Alfa. No nos conviene que sepa donde estamos y menos que intentamos escapar.
Estaban en un buen lío, pero lo peor vino cuando Adalia notó que el Jeep de Stiles estaba en el estacionamiento con una horrorosa abolladura imposible de ignorar en el capó.
—Oye... ¿Stiles? — bramó la Potter haciendo una mueca.
—Sí, dime. — la miró.
Esta leñaló hacia el estacionamiento.
—¡¿Qué demonios le ha pasado a mí coche?!
Acto seguido, algo sobrevoló sus cabezas haciendo añicos los cristales y dejándolos casi conmocionados en el proceso. Stiles iluminó ese algo con su linterna, resultando ser lo que Ada supuso que sería: era la batería de su coche.
El Alfa estaba decidido a matarlos.
────── ✦ ☾ ✦ ──────
Salieron corriendo de ahí. Los chicos decidieron bajar a los vestidores porque era la única sala sin ventanas y sin riesgo de que otro objeto les casi-arrancara la cabeza. Mientras corría, Adalia sentía una inquietud en su pecho. Sus dedos hormigueaban rogándole por usar su magia. Había adivinado que esa noche tendría que actuar, el peligro prácticamente le respiraba bajo los párpados. No había más que le impidiese mostrarse como bruja dadas las circunstancias en las que estaban. Pero... No quería, no estaba lista... Y si... ¿y si salía mal? No había dejado de torturarse con como se lo tomarían.
El problema ni siquiera era la magia en sí, sino verse obligada a ocultarlo hasta el final. Hasta el momento más crítico. Oh, por la tanga de Merlín, que todo salga bien esta noche.
—Llama a tu padre. — ordenó McCall.
—¿Y qué le digo?
—Cualquier cosa, da igual, que hay un incendio, un escape de gas... ¡Si el Alfa ve el aparcamiento lleno de coches de policía se irá!
—O quizá los asesine a todos. — los chicos miraron a la castaña preocupados. —Incluyéndonos.
—¡Exacto! ¡Y si es como Terminator y se carga a todos los polis! ¡Incluido mi padre!
—Tienen armas.
—A Derek le dispararon con una bala llena de Acónito para matarlo ¿No te acuerdas?
—Y muy muerto no quedó que digamos. — pensó Ada en voz alta.
—Tenemos que pensar en como salir de aquí.
—No hay nada en kilómetro y medio a la redonda.
—¿Y el coche de Derek?— sugirió Scott.
—Genial. Salimos, tomamos las llaves de su cuerpo muerto y cogemos su coche. — A Ada se le revolvió el estómago tras escuchar "cuerpo muerto".
—Y a él.
—Vale, también, vamos.
Ya a punto de salir de los vestuarios Scott escuchó un ruido afuera e impidió que sus amigos abrieran la puerta.
—Esperad. He oído algo.
—¿El qué?— se acercó Stiles.
—Shhh, calla.
Retrocedieron. Los tres se escondieron dentro de los casilleros que habían para los vestuarios de deportes cuando sintieron la puerta del vestidor abrirse.
Ada no lo pensó más y sacó su varita.
Finalmente, alguien abrió la taquilla dónde estaba escondido Scott, Stiles y Ada decidieron salir también solo para encontrarse a un pobre y asustado custodio de la escuela, que los echó de allí a gritos.
—¡Largo de aquí! ¿Qué demonios intentan hacer? ¿Matarme de un susto? ¡Fuera! — maldecía mientras los empujaba hacia la puerta.
Intentaron explicarle que estaban en peligro pero fue muy tarde.
Apenas los echó de los vestidores algo tiró del guardia hacia atrás. Y no solo de él. Ada era la última en salir así que la alcanzó a ella también. Quizá no sintió el dolor en ese mismo instante pero antes de darse cuenta, unas enormes garras negras se cerraron sobre su rodilla, abriendo dolorosas heridas semi-profundas que más tarde le pasarían la cuenta y haciendo el intento de atraparla y arrastrarla.
—¡No! — gritó Scott tratando de alcanzarla.
— ¡Expulso!— apuntó la varita hacia abajo, las garras se retiraron bruscamente y aprovechó ese lapsus para cerrar la puerta.
— ¡Accio cerradura!— la cerradura de la puerta sonó con un pequeño tic metálico.— ¡Vámonos de aquí!
Scott y Stiles se le quedaron mirando sin entender que acababa de pasar.
Bien, lo que tenga que pasar pasará. Se le encogió el estómago. Toda la magia que había estado ardiendo en su sangre, deseando salir, fue como una inyección de adrenalina.
— ¿Qué están esperando? ¡Venga! — apuró.
Definitivamente le esperaba una larga charla de explicaciones.
Eso sí.
Si salían con vida.
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El trío se avalanzó contra una de las salidas sin éxito.
— Ha bloqueado la puerta.— explicó Scott.
— Quítense.— dijo Ada, sin contradecir nada la obedecieron. — Alohomora.
La puerta se abrió, sí, pero del otro lado los recibió una pila de objetos que imposibilitaban el paso.
— Genial. — musitó esta preocupada.
Continuaron caminando. No le sorprendió que los chicos la siguieran a unos pasos de distancia, en silencio, no iban a dirigirle la palabra y lo entendía. De verdad que lo hacía. Aún así su misión era sacarlos de allí ilesos.
Ada se detuvo y miró por la ventana.
En la azotea del otro lado, entonces consiguió ver la silueta del Alfa. No se demoró en echarse a correr en dirección a los chicos. Ellos tampoco se quedaron atrás, apenas doblaron por el corredor pudieron oír los cristales rompiéndose una vez más. Debía haberse colado en su piso.
Adalia abrió una puerta de emergencia y bajaron por las escaleras tan rápido como pudieron, internándose en la oscuridad únicamente interrumpida por la luz de sus linternas.
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— ¿Y ahora qué?— le preguntó un muy enojado Stiles a Scott.
Ada podía oír la respiración pesada del lobo encima de sus cabezas, viajando por los ductos de ventilación y haciendo temblar cada tubería.
— No lo sé. — Scott le devolvió la mirada asustado.
Entonces ambos la miraron a ella.
Ada rodó los ojos, y echó a andar sigilosamente con cuidado de no hacer mucho ruido. Miró hacia Stiles, por alguna razón llevaba un llavero en la mano. Debían ser las llaves con las que se habían colado en la escuela, alzando la varita las hizo levitar hasta ella y luego las arrojó lejos, en otra dirección aprovechando el sonido tintineante para confundir al Alfa.
— CORRAN. — La bestia de ojos escarlata corrió junto a ellos a tal rapidez que la menor de los Potter tardó un segundo en reaccionar y cerrar la puerta.
Los chicos la ayudaron, tomando una mesa metálica pesada que había al otro lado y la empujaron hacia la puerta. Esta se trabó de tal manera que ya no podía abrirse.
Ada largó un suspiro pesado de alivio.
— Creo que lo logramos.
Los chicos sonrieron sin poder creerlo. La bruja echó la cabeza atrás cansada, cuando un extraño ruido vino de los ductos. Fijó la vista en el techo y de inmediato se arrepentió de haber pensado que sería tan fácil.
— No me digas... ¿Corremos otra vez, cierto?
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— Lumos Máxima — La luz en la punta de su varita bastó para que el estrecho pasillo lleno de tuberías rotas y de humo caliente dejara de lucir tenebroso.
— ¿Desde cuándo haces... eso?
— Desde que nací. — contestó. — Y no es "eso", es magia. —añadió en un tono muy típico de Hermione.
— Entonces, eso te hace... ¿Una bruja?— preguntó ceñudo Scott.
—Exacto.
— ¿Qué clase de bruja?— Preguntó Stiles, Ada no pudo evitar soltar una carcajada con la pregunta.
— No hay clases de brujas, solo hay brujas y ya. — doblaron una esquina. — Pero si te sirve de algo soy una Gryffindor, mi tía Alex es una Ravenclaw.
— ¿Una qué...?
— Es difícil de explicar. — volteó. Luego bufo frustrada. — No tengo idea de dónde estamos.
— Yo sí. — la tranquilizó Scott. Ada le sonrió con los labios apretados.
— No puedo creer que nos lo hayas ocultado todo este tiempo. — dijo Stiles evitando mirarla.
— Lo sé. —ella tampoco lo miró.
Scott los calló.
— ¿Oyeron eso?
Claro que no, ni Stiles ni Ada tenían un súper oído desarrollado.
— Está sonando un móvil.— les explicó.
— ¿Qué?
— Conozco ese tono, es el móvil de Allison.
Ada apagó de inmediato la luz de su varita y los chicos protestaron.
— Escuchen, vamos a buscar a Allison pero no pueden decirle nada de esto. — habló refiriéndose a ella, particularmente. — Ya estoy en bastantes problemas haciendo magia enfrente de ustedes.
Debieron notar que estaba preocupada por eso en serio, porque sencillamente asintieron y emprendieron a buscar a la Argent.
La pregunta era...
¿Qué rayos hacía Allison aquí?
────── ✦ ☾ ✦ ──────
Scott llamó a Allison y descubrieron que estaban en las piscinas, así que este le pidió que saliera al pasillo para que todos pudieran encontrarse con más facilidad.
— ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Por qué has venido? — le preguntó apenas la vieron en el corredor.
— Porque tú me lo has pedido.
— ¿Yo te lo he pedido?
Ally les mostró un mensaje de Scott en su teléfono donde claramente este le pedía reunirse en el instituto.
—¿Por qué creo que tú no has enviado ese mensaje?
— Porque no lo he hecho.
Stiles y Ada se miraron pensando lo mismo. Había sido el Alfa, quienquiera que estuviera detrás del lobo, esa persona.
—¿Has venido en tu coche? — Stiles dió un paso hacia Ally.
—En el de Jackson.
—¿Jackson está aquí? — se preocupó Scott.
—¡Y también Lydia! ¿Qué rayos pasa? ¿Quién ha enviado el mensaje? — la Argent los miró exigiendo una explicación.
Antes de que Allison terminara de preguntar la puerta detrás de ellos se abrió dejando entrar a la pelirroja Martin y a su novio, Jackson.
¡Por Merlín! se agobió la bruja, no puedo hacer magia delante de tanta gente. El Ministerio me quemaría viva.
—Uhg, por fin. — musitó Lydia, luciendo agobiada y algo asustada. — ¿Ya podemos irnos?
Allison asintió, pero entonces el ruido volvió a hacerse presente desde los ductos. Por encima de sus cabezas, hundiéndose en el techo.
—Vamos...
Y lo siguiente que Ada supo es que estában corriendo otra vez. O bueno mejor dicho los chicos echaron a correr, creyendo que ella los seguía pero decidió dejar que escaparan mientras le hacía frente al enorme lobo que ahora se alzaba sobre su presencia con un aspecto demasiado aterrador.
Hizo un leve movimiento con la varita y, antes de darse cuenta un torrente de luz salió disparado hacia adelante.
Canalizó la magia hacia el animal haciéndole el daño suficiente como para dejarlo aturdido.
— Adita, vamos. — se sorprendió cuando Stiles la tomó del brazo tirando de ella hacia la puerta de atrás, lo siguió preguntándose porqué había vuelto por ella cuando claramente era el único de del grupo que no podía defenderse por sí solo.
Entraron en otra aula, respiró agitada llevando sus manos a apoyarse sobre sus rodillas.
— ¿Dónde estabas? ¿Estás bien?— Allison y Scott se acercaron a ella preocupados. Ally fue quien la ayudó a recobrar la postura. — ¿Por qué no corriste con nosotros?
—Creo... Creo que ya debo estar muy cansada. — se excusó.
Entonces notó a los chicos desesperarse por cubrir la puerta con todos los objetos que habían alrededor.
—Ayúdame a poner esto en la puerta. — Era encantador verlos cooperar juntos, sin embargo estaban tan concentrados que ninguno notó a Stiles llamarlos reiteradamente.
—Scott, espera...
—¡Scott! ¿Qué era eso?— gritó Allison.
—¡Solo ayúdame a mover esto! — este la ignoró.
—Si escucháis un segundo... —Stiles insistió.
Nada.
— ¡Podéis parar un momento, por favor!
Finalmente, todos se voltearon para ver qué pasaba.
— Vale, buen trabajo. —dijo sarcástico. — Ha sido un magnífico trabajo de equipo, y ahora... ¿Cómo tapamos este enorme ventanal?
Stiles tenía razón. Detrás de él una enorme secuencia de ventanas los dejaba expuestos a cualquier otro ataque.
—¿Puede explicarme alguien qué está pasando? Porque estoy muerta de miedo. — Allison insistió, Ada la entendía. Realmente deseaba que ninguno de ellos estuviera allí esa noche. — ¿Scott?
—Mierda... — Scott caminó de largo, sin saber qué responderle.
Tanto Jackson, Lydia y Allison lo miraron esperando que explicara algo.
Ada realmente deseaba poder hacer más para ayudarlo.
—Alguien ha matado al conserje. — Stiles dió un paso al frente salvando a Scott del incómodo y tortuoso silencio que se estaba acumulando en el salón.
—¿Qué?
—Sí, está muerto.
—¿De qué está hablando? — Allison los miró a los tres. — ¿Es una broma?
—No. — balbuceó Ada.
—¿Pero quién lo ha matado? — esta vez preguntó Jackson.
—No, no, no... Se suponía que esto había acabado.— Lydia miró al vacío teniendo un pequeño dejà vú por su reciente pasaje traumático, el de la noche en la tienda de películas.
—¿Es que no lo entiendes? ¡No es un león de montaña! — le dijo rodando los ojos. La Potter miró a Jackson con una ceja alzada.
—¿Quién es? ¿Qué quiere? — Allison empezaba a entrar en pánico. — ¿Qué está pasando aquí? ¡Scott!
En el último instante este reaccionó.
— No lo sé. — Ah, si tuviera un dólar cada vez que oigo a este chico decir «no lo sé». — Solo sé que si salimos de aquí nos matará.
— ¿NOS?¿VA A MATARNOS?
— ¿Quién? — Ally giró su atención hacia el rincón donde Stiles y Adalia observaban todo. — ¿Quién es?
Ah, por Godric Gryffindor, ¿En qué lío me metí esta vez?
—Fue Derek. — Todos miraron a Scott sorprendidos. Ada más que ninguno. — Derek Hale.
A su lado, Stiles abrió la boca sin procesar que Scott haya soltado semejante estupidez.
Estaban jodidos.
— Llama a la policía. — ordenó Jackson.
Ally estaba al lado de la bruja ayudándola a atar con cuidado unas vendas en su rodilla. Debía de estar ignorando el dolor por la adrenalina, sin embargo cada vez sentía la pierna más adormecida y más adolorida.
—No.
—¿Por qué dices que no?
— Porque no, ¿Quieres que te lo diga en ruso? Niet — levantó la vista preocupada. — Derek ha matado a tres personas, y no sabemos con qué va armado.
— ¡Tú padre tiene todas las armas del departamento del sheriff! ¡Llámale ya!
— Lo llamaré yo. — Lydia sacó su teléfono.
— No. Lydia espera... — Stiles se notaba bastante ansioso, sin embargo el idiota de Jackson lo empujó lejos de ella.
— Que te calles.
— ¡Oiga estamos atrapados en el instituto... Y necesitamos— la pelirroja Martin hizo una pausa. — ¿Pero...?
Apartó el teléfono de su oído y lo miró inconforme.
—Me ha colgado. — explicó. — Me ha dicho que estaban en aviso de un falso allanamiento en el instituto y que si volvía a llamar localizarian mi llamada y me arrestarian.
—¡Pues vuelve a llamar!— le pidió Allison.
—No rastrean móviles. — dijo Stiles. — Enviarán a alguien a tu casa antes de venir aquí.
—Pero qué... Qué... ¿Qué es esto? ¿Por qué quiere matarnos Derek?— Y ahí Allison tenía toda la razón, el pobre Derek siempre cargaba con todas las culpas.
En su mente parpadeó un recuerdo borroso sobre Harry, su hermano, en su primer año.Sonrió inconsciente.
—Deberíamos relajarnos un poco, ¿No?— Allison estaba muy molesta con Scott, y este no sabía que hacer. Stiles intentaba lidiar con todos y por eso se llevó a McCall lejos del centro de mira de la Argent.
Los chicos se fueron a una esquina a hablar sin que los demás pudieran escuchar. Ally intentó ocultar lo molesta y dolida que se sentía por la actitud de Scott, sin embargo se dedicó a ayudar a Ada a ponerse en pie con cuidado.
—¿Te duele? — Ada ladeó la cabeza.
La bruja apoyó la pierna sin dificultad, si bien tenía cierto resentimiento en la rodilla pero no era nada que valiera la pena para preocuparla. Así que hizo un encogimiento de hombros y simuló que todo estaba bien.
Como si sus amigos no acabaran de descubrir que era una bruja y hayan optado por excluirla. Oh, ¡Y encima un maldito Alfa los persigue! ¡Gracias!
— Se acabó. — la voz de Jackson resonó nuevamente. — Tengo un plan. Stiles llama a su inútil padre y le dice que envíe al mejor tirador que tenga, ¿Os parece bien?
—Tiene razón. — intentó persuadirlo Scott. — Cuéntale la verdad si es necesario pero llámale.
—No voy a ver cómo destrozan a mi padre. — negó este.
—Vale, dame el teléfono.
Jackson se acercó alarmantemente hacia Stiles, sin embargo este lo golpeó sin pensarlo haciendo que el chico se tambaleara hacia el otro lado.
— ¡Jackson! ¿Estás bien?— Ally se acercó a él mirando a Stiles y a Scott con resentimiento.
Al final, Stiles cedió a llamar a su padre. Le dejó un mensaje de voz.
— Papá, soy yo. Escucha necesito que me llames ahora mismo. Es muy urgente. — diciendo esto, algo arremetió contra la puerta. Entonces Ada supo que el efecto de su hechizo había acabado. — Estamos en el instituto papá, en el instituto.
Stiles colgó.
Las cosas apiladas contra la puerta empezaron a caer.
—Vamos por las escaleras.
—No se puede subir.
—Arriba es mejor que aquí.
────── ✦ ☾ ✦ ──────
Se encerraron esta vez en el laboratorio de química. Ada se dejó caer agotada sobre el suelo, estiró la rodilla y ocultó la mueca de dolor que le cruzó el rostro. La estaba torturando.
— ¿Cuánta gente cabe en tu coche?— Scott miró a Jackson.
—Seis si vamos muy apretados.
—¿Seis? ¡Apenas cabía yo sola ahí atrás!— le discutió Allison.
—Da igual, no podremos salir sin llamar la atención. — recordó Stiles.
—Pero tenemos que salir, de una forma u otra. — aseguró Ada incapaz de rendirse.
—¿Y qué hay de esta puerta?
Siguieron a Scott.
— Va hasta el tejado, podríamos bajar hasta el aparcamiento en un momento. — planeó, esperanzado.
— Tiene candado.
Scott lo pensó y luego susurró mirando a la bruja.
— Puedes abrirla. —ya la había visto hacerlo antes.
— Sí y también puedo ir a juicio si saco mi varita delante de seis no-magos. — explicó entre murmuros.
Scott y Stiles se miraron alarmados.
— ¿Juicio?
Asintió.
—¿Podrías ir a prisión?
—No es muy probable, pero si es seguro que me quitarían mi varita. — bajó la vista.
—Entonces... Ah, el conserje tiene la llave.— pensó nuevamente Scott.
—Ah, querrás decir el cadáver.
—Puedo cogerla. Puedo encontrarlo por el olor...
—A sangre. Esa es la peor idea que podías tener. —terminaron de murmurar entre ellos.
—Voy a por la llave. —avisó al resto Scott.
—¿Lo dices en serio?— Allison escuchó la última parte, se acercó con los brazos cruzados. — No puedes salir ahí desarmado.
Scott tomó entonces un palo puntiagudo que había a su derecha.
Adalia le blanqueó los ojos, segura de que era una idea absurdamente mala.
— Es mejor que nada. — se convenció.
— Ya lo tengo. — sugirió Lydia. — Hay que hacer una bomba. Tenemos todo lo necesario para fabricar un Cóctel Molotov... — Los chicos se la quedaron viendo en silencio— ¿Qué? Lo he leído.
Jackson rompió el armario donde estaban los frascos y los tubos de ensayo, Lydia comenzó a mezclar las cantidades necesarias para el Cóctel Molotov.
— Jackson, el ácido sulfúrico.— pidió la pelirroja.
Este alcanzó una botella, dudó y finalmente acabó seleccionando la otra. Ada no sabía mucho de la reacción ni los elementos que buscaba Lydia paraa su bomba pero sí conocía sus presentimientos y algo no estaba bien. Se acercó a Scott cuando Lydia le tendió el frasco ya listo.
— No. No puedes hacerlo. Es una locura. No puedes salir ahí fuera solo. —empezó a decirle Allison.
— Yo voy con él. — Decidió Ada. Tanto Ally como Lydia la miraron como si estuviera diciendo locuras.
Stiles, aún sorprendido por la magia de Ada lo pensó pero terminó dándoles una mirada de apoyo a sus amigos. Scott la miró asintiendo.
— Vamos.
Expulso: Expulsa bruscamente por los aires a un objeto o una persona.
Accio: Normalmente se utiliza para atraer objetos, sin embargo puede llegar a usarse para activar/accionar objetos.
Alohomora: Abre cerraduras.
Lumos Máxima: Amplifica el hechizo Lumos, el cual crea un destello de luz en la punta de la varita. Tambien puede lanzar una esfera de luz al cielo.
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