episodio seis
—¿Tengo que ir? —le preguntó Alex al otro lado de la llamada.
Ada no entendió a qué se refería, así que preguntó de vuelta.
—¿A dónde?
—A tu reunión de padres en el colegio.
La bruja suspiró. Estaba en casa, con los pies cruzados sobre el brazo del sofá y un libro encima de su regazo. Había salido temprano ese día del instituto por suerte, desde su última conversación con Alex no podía dejar de darle vueltas a lo de mantener su secreto de bruja.
—¿Por qué? ¿No quieres ir? ¿Tienes que hacer algo esta tarde? — preguntó una vez más. Sabía que Alex estaba atareada con su manuscrito desde el aviso, solo la vió para su clases de magia en la tarde y en las horas de comida. La entendía, Alex no hablaba mucho de sus sentimientos, pero era la memoria de su padre la que estaba tratando que honrar.
—Es que no le veo el sentido. Ya sé cómo estás en la escuela, ¿Por qué tengo que ir a que me lo digan también tus profesores?— Ada la oyó resoplar. — En Hogwarts nunca hacen eso.
Ada rió con simpleza ¿Cómo le explicaba que estas cosas se hacían porque la mayoría no era tan sincero con sus padres cuando les iba mal en un exámen? En Hogwarts habían múltiples formas de saber este tipo de cosas sin tener necesariamente que acuidir al instituto.
—Si no quieres ir no lo hagas, no creo que sea obligatorio.
—Pero no me lo digas así. — musitó la de cabellos cambiantes. — No hagas que suene como si me molestara ocuparme de tus cosas.
Ada rió de nuevo, con más fuerza.
—Jamás. Has estado pendiente a mi desde que llegamos. Eres la mejor, tía Alex. —la tranquilizó mirando de reojo el cuadro que había sobre la chimenea. Las señoras en este se reían de alguna broma entre ellas y Ada se distrajo admirando sus peinados victorianos y vestidos de antaño. Que linda época, bastante estética pensó mientras una desplegaba su abanico de encaje.
—Ugh, para nada. —se quejó de sí misma. —Desde ayer estoy como loca con el proyecto. No he tenido casi tiempo de saber cómo van tus cosas.
—Por Merlín, Alex, ha pasado ¿qué? ¿un día y medio de eso? No me va a pasar nada por un día que no veas que todos mis huesos siguen en su lugar.
—Hay de ti como te rompas uno solo en una de tus andadas con esos chicos.
—Confía en mí. Soy una Potter.
—Precisamente por eso no confío en ti.
Ada frunció los labios. Eso era debatible (mentira)
—¿Lo ves?, sí te preocupas por mis cosas. — la notó de mejor humor. — Eres la mejor, tía Alex. Una tonta reunión no significa nada.
— Vale, pero quizá sí vaya... — insitió. — A escuchar quejas sobre ti.
—Ajá, ya, sabes que no doy problemas. — sintió a Alex abrir la boca para discutirle eso. —Bueno, al menos con la escuela. —Agregó rápidamente. —Bueno, te llamo luego.
—Adiós.
Apenas colgó su teléfono, sintió unos fuertes golpes en la puerta. Bajó al salón y abrió, del otro lado encontró a Stiles. — demasiado nervioso e hiperactivo— como para preguntarle qué le pasaba.
Sin decir una palabra este entró en la casa y Ada, sorprendida por su tremenda confianza, lo siguió hacia el salón.
—He robado el teléfono de Lydia. — fue lo primero que le dijo.
—Estoy bastante segura de que eso es ilegal.— Ada se llevó las manos a la cintura. — Así como entrar a mi casa sin mi permiso. —aprovechó para tirarle la pulla.
Stiles se hizo el desentendido.
—He descubierto algo y... Y Scott no me coje el teléfono y... — Ada esperó a que terminara de hablar.— Y podría jurar que ese cuadro acaba de moverse.
La bruja se congeló un segundo, asustada.
Estaba consciente de que la sangre había dejado de circular por sus mejillas dando paso a la tonalidad del mármol o de una sencilla y blanca hoja de papel. Dios, no debí dejarlo entrar en casa así como así. Sabía que los cuadros en su salón se movían. Las damas victorianas, el oficial de guerra y la niña bruja víctima de Salem, tres cuadros encantados que Alex había ido colectando en sus viajes. Rió nerviosa agitando la mano.
—¿Qué dices, Stiles?— caminó hacia él estrechando los ojos. — ¿Qué tomaste? ¿Anfetaminas? ¿O alguna bebida energizante?
Debió sonarle lo suficientemente despreocupada o quizá, sólo estaba muy nervioso como para desviarse del tema inicial esta vez. No lo volvió a mencionar.
—Sí, sí. Te decía... —apartó la vista del cuadro. —Fui a casa de Lydia. — Ada asintió, deseando con todas sus fuerzas que el cuadro sobre la chimenea se quedara quieto. — Creo que grabó algo de lo que pasó anoche. Por eso me llevé su teléfono.
—¿Algo? ¿A qué te refieres?
Stiles se acercó y le dejó ver un corto vídeo, donde la bestia de ojos escarlata saltaba bruscamente sobre el coche de Lydia y, a través del cristal de la tienda.
—Hay que borrar ese vídeo.— le dijo él pausando la parte en que la bestia se acercaba a la cámara. Ambos sabían que eso no era un león de montaña.
—¿Cómo estaba Lydia?
—Sedada. — Stiles se encogió de hombros. — Demasiado confundida como para entender nada.
La menor Potter suspiró.
—Entonces bórralo. No creo que entender esto ahora sea bueno para ella. — pensó, no le gustaba estar invadiendo las cosas de la pelirroja Martin, pero tampoco quería que se metiera en este lío tan difícil de explicar y comprender. Ada tenía experiencia, cuanto menos sabes estás más a salvo. — Tienes que devolverle el teléfono, Stiles.
—Lo sé.
—Entonces vamos.
Ada se puso un abrigo encima de la camiseta y tomó las llaves sobre la encimera. Finalmente empujó a Stiles por los hombros para que saliera del salón.
—¡Deja de mirarlo! —lo regañó.
— ¡En serio te juro que se movió!
ʚ ♡ ɞ
Luego de que llevaran el teléfono de Lydia a su casa, Stiles la acercó al instituto. Ambos querían saber qué tal había ido la reunión con los padres.
Pero apenas la bruja bajó del Jeep un grito cruzó el estacionamiento, asustándola.
Ada era susceptible a los gritos y sonidos fuertes. Pero algunos, como este, catalizaban su pánico. Se quedó parada, presa de un temblor que la sacudió completa.
Stiles la alcanzó un segundo después notando que algo no estaba bien para ella.
—¿Ada? —ella se cubrió los oídos. El alboroto que presedió al grito no ayudó con su ataque. —¿Te has hecho daño?
Ada intentó concentrarse en su respiración. Uno... Dos...
—¡Socorro!— la multitud de padres seguía corriendo hacia todas partes, Stiles miró sin ver ni entender la razón original del desconcierto.
Tres... Cuatro...
Ada dejó de cubrirse los oídos para ver la chispa azúl casi invisible bailar a través del aire. Alex había lanzado un hechizo, el que dispersaba a los muggles. Repello muggletum.
Las personas en el estacionamiento entraron en un estado de calma. Los pasos atropellados se pausaron así como la histeria colectiva. Sin embargo, Ada sintió el agarre de Stiles en su brazo aflojarse.
La bruja notó a Alex en el otro extremo guardar su varita. Era una maestra para este tipo de cosas. Ada fijó la vista reconociendo a alguien detrás de Alex, encontró a lo lejos la cabellera ondulada de Allison, un coche blanco se aproximó a ella a toda velocidad y hubiese sido trágico de no ser por Scott, el cual se abalanzó sobre esta salvándola de ser atropellada.
Entonces, el mismo coche blanco retrocedió justo cuando el papá de Stiles pasaba.
—¡Papá!
Stiles y Ada se escabulleron hasta allí de inmediato para ver si estaba bien. Ada podía sentirlo, luchando contra el encantamiento solo para llegar hasta su padre.
Ada oyó un disparo y luego dos. Cada uno fue una tortura para su estado sensible. Ambos sisearon en el aire encoderciendo sus oídos y paralizándole el corazón. La bruja cerró los ojos con tanta fuerza que le dolieron los párpados.
Chris Argent le había disparado a un animal y este había muerto frente a todos los que quedaban en el estacionamiento.
Ada parpadeó lentamente viéndolo caer inmóvil en la graba.
Todos soltaron una respiración exhausta, todos los que estaban preocupados por alguien continuaron aliviados de que nadie hubiera resultado herido. Pero por alguna razón, Ada continuó mirando al animal ahora muerto y una lágrima resbaló por su mejilla.
ʚ ♡ ɞ
—No le hables. —le ordenó Stiles a Ada.
—Está bien. — ella se pasó un mechón de cabello detrás de la oreja distraída.
—Promételo. —insistió
—Dios, Stilinski, cállate ya. — puso los ojos en blanco. Luego Scott se acercó hacia ellos, sentándose al fondo de la clase.
—¿Siguen sin querer hablarme? —preguntó McCall.
Ada guardó silencio. Estaba enfadada con él por desaparecer sin decirles nada. Por Merlin, habían cosas pasando. Gente cazando hombres lobo, animales muriendo y él se daba el lujo de desaparecer. Y más encima a nadie parecía importarle que haya muerto un animal inocente anoche. Adalia no lo superaba.
Por lo menos dime cómo está tu padre. — Scott se dirigió apenado hacia su mejor amigo. Stiles apretó la mandíbula molesto. — Si solo han sido golpes. No ha sido para tanto.
Ada alzó las cejas, ¿En serio vas a seguir por ese camino?
» Sabes que me siento fatal por ello, ¿Verdad?... Vale ¿Y si te digo que he ido a pedirle ayuda a Derek?
—Si te hablara te diría que eres un idiota por confiar en él.
Stiles fue débil —como de costumbre— y le habló.
Ada sonrió burlona. Había fallado en su propio plan de estar molesto con Scott.
—¿Qué te ha dicho?— Ada suspiró.
ʚ ♡ ɞ
Siguieron con la conversación cuando finalizó la clase.
—¿Quiere que despiertes lo peor de tu instinto animal?— le preguntó Stiles, caminando junto a Ada, así que ella tuvo que inclinar la cabeza para ver la respuesta de asentimiento de Scott.
—Corrígeme si me equivoco, pero cada vez que lo haces intentas matar a alguien y casi siempre soy yo.
—Exacto.
—Lo sé, por eso dice que no sabe si puede enseñarme. Tengo que llegar a controlarlo.
—¿Y cómo va a enseñarte?
—No sé, y creo... que él tampoco.
Esto sonaba cada vez peor.
— Es Derek Hale de quién estamos hablando, un hombre lobo que anda siempre solo, ¿En serio crees que podrá ayudarte?— Ada lo encaró mientras Stiles asentía estando de acuerdo con ella.
—No lo sé.
—Dios, ¿Y cuando habéis quedado?
—En la clínica, cuando acabe de trabajar.
—Cuando acabes el trabajo, bien. — Stiles golpeó a Scott en el hombro. — Iré después de las clases.
—¿A qué?
—A enseñarte. — Scott y Ada se quedaron parados viéndolo irse. — Y tú no me mires así, también vienes a ayudarme. — Stiles la señaló a la Potter, ella rodó los ojos con una tonta sonrisa.
—Esto va a ser un desastre. —negó con la cabeza.
ʚ ♡ ɞ
Estaban en la cafetería, al lado de Ada Stiles mordía una manzana y enfrente de ella Scott simulaba esconderse de Allison detrás de un ridículo libro.
—Creo que el libro lo hace más evidente, además... — Stiles miró hacia la mesa de Ally. — Está leyendo.
—En otras palabras, ¿Scott, puedes dejar de hacer el ridículo? — dijo la bruja.
—¿Tienes algún plan?
—Pues claro.
—¿Ya no me odias?
—No. Aunque tu vida se ha mezclado con la mía así que... Tendré que solucionarlo. Además, soy mejor yoda que Derek.
—Entonces enséñame.
—Yo seré tu Yoda.
—Sí. Mi Yoda tú serás.
—Tú Yoda yo seré... Lo he dicho al revés. — le sonrió emocionado.
—Sí, me he dado cuenta.
—Bien, ¿Sabes qué? Ahora sí te odio. — Stilinski se levantó llevándose el libro de Scott y dejándolo descubierto. —Vámonos, Adita.
Ada sonrió a Scott y siguió al humano.
—Dices eso demasiado, Stilinski. —bromeó con él la bruja.
—Y es mi mejor amigo. —bufó.
—Sigo aquí. —Scott también se había levantado de su escondite fallido para seguir a sus amigos.
Allison observó preocupada cómo estos abandonaban la cafetería.
ʚ ♡ ɞ
Después de clases, los chicos y Ada llegaron al campo de Lacrosse. Stiles llevaba la bolsa con las cosas que usarían para ayudar a Scott a sacar su no sé qué interior.
Ada agarró uno de los palos.
Más tarde, Stiles me explicó con paciencia que los humanos los llamaban stick.
—Toma. Ponte esto. — Stiles le tendió una cinta negra que Scott miró ceñudo.
—¿No es un pulsómetro del equipo de atletismo? —Scott miró el objeto con detenimiento.
—Sí, prestado.
—Robado.
—Adoptado temporalmente. —corrigió. —El entrenador lo usa con su celular para medir nuestro ritmo cardíaco cuando corremos.
—¿El celular del entrenador?
—Ese si lo robé.
—¿Por qué?
—Tú ritmo cardíaco aumenta cuando juegas Lacrosse, cuando estás con Allison, cuando te enfadas. Tienes que aprender a controlarlo.
—Como el increíble Hulk. —añadió Ada con una sonrisa emocionada.
—Como el increíble Hulk. — repitió Stiles. — ¿Espera... viste las peliculas?
— Claro, me dijiste que tenía que verlas. Estuviste como una hora ayer hablando de Marvel. — Ada se encogió de hombros restándole importancia. — ¿Tú qué dices, Scotty?
Stiles le sostuvo la mirada aún cuando ella cambió de tema. Vaya, le había estado prestando atención ¿Por qué eso lo hacía sentir tan extraño? Se preguntó
—Soy el increíble Hulk. — repitió Scott acostumbrándose al apodo de Ada.
—¿Quieres callarte y ponerte eso? —Stiles negó volviendo a concentrarse.
Scott le hizo caso y se colocó el pulsómetro, Ada ignoró la mirada distraída que le daba Stiles mientras lo ayudaba a atarle las manos al lobo. Stiles los llevó hasta el centro del campo una vez terminaron de prepararlo.
— Ya está, ¿Listo? — le preguntó.
— No.
— Perfecto, ¿Tienes buena puntería, Adita?
— Ajá. — La bruja alzó el stick y un recuerdo vago la atravesó. La escoba, las gradas de Gryffindor coreando su nombre y la gloria. Amaba tanto los deportes. Stiles le lanzó una de las pelotas. Ella la tomó y, luego de hacer un movimiento con el palo se la lanzó a Scott con una gracia envidiable.
Modestamente, fue un lanzamiento perfecto.
Y si no lo creen que se lo pregunten a la cara dolorida del hombre lobo.
Stiles la miró con los ojos muy abiertos.
— ¡No me dijiste que eras tan buena!
Ambos ignoraron el sonido de queja de Scott. La pelota lo había golpeado en el estómago y ahora yacía doblado sobre su propio dolor.
—Recuerda, no te enfades. —Stiles lo apuntó con un dedo, como si su simple orden predominara sobre su instinto licántropo.
—Empiezo a pensar que no es una buena idea.
—¿Cómo no va a ser buena idea?— bromeó la bruja. — Esto es divertido.
Comenzaron a lanzarle las pelotas de lacrosse, checando que el pulsómetro se mantuviera en el mismo número.
— Silencio, concéntrate en tu ritmo cardíaco.
Otra pelota golpeó a Scott, este parecía cada vez más frustrado.
—Para, espera un poc...
McCall se arrodilló en el suelo, el pulsómetro subió velocidades abismales. Se estaba transformando. Ada murmuró un « Allá vamos otra vez »
—Scott, espera... — soltó el equipo de Lacrosse y corrió hasta donde él estaba.
Este se liberó, la cinta que ataba sus manos se rasgó debido a la fuerza.
—Te estás transformando. —Ada repitió lo obvio con normalidad. Estaba a centímetros de la versión más descontrolada de Scott y no parecía importarle. La menos sospechosa.
—Por la rabia, pero... Ha sido más que eso. Cuanto más me enfado más fuerte me siento.
—Es rabia, Derek tiene razón.
—No puedo acercarme a Allison.
—¿Solo porque te hace feliz?
—No... Porque me hace débil.
ʚ ♡ ɞ
Luego de la escuela, Ada avisó a los chicos que no podía quedarse a ayudarlos porque debía ver a Alex temprano. Así que los dejó con su proyecto de lobos y se aseguró de estar temprano en casa para sus clases de magia. Se sentía como una súper-heroína de los cómics e historietas de Stiles, corriendo de un lado a otro para no descuidar su identidad secreta. Rió por esa tonta comparación mientras entraba en el sótano.
—Hoy vamos a practicar los hechizos de protección. — le dijo la de cabellos azules.
—Está bien — Ada se echó las mangas del suéter hacia arriba. — Lanza.
Alex agitó la varita hacia adelante y una ráfaga esmeralda salió disparada hacia la Potter.
—Protego.
La capa invisible y cristalina se extendió a su alrededor a tiempo para que el destello verde rebotara en la cúpula.
—¿Sabías qué si haces un hechizo de protección con precisión puedes volverte invisible?
—¿En serio? — le preguntó emocionada.
— Solo si lo haces con mucha precisión. — le apuntó — Prácticalo. Y estudia el resto de los encantamientos, tengo un presentimiento.
— ¿Muy malo? — parpadeó. Las brujas siempre, pero siempre siempre... Debían escuchar a las corazonadas.
— Tú solo memoriza todos los hechizos de protección. — suspiró — Por mi salud mental.
Pasaron la tarde perfeccionando el encantamiento. Hasta que las manos de Ada se sintieron a acalambradas y su cuerpo pidió un descanso.
ʚ ♡ ɞ
Era una noche de tranquila, Ada estaba ocupada contestando una carta a Hermione cuando su celular vibró con cinco notificaciones de repente. Todas de Stiles.
No necesitó mirarlas, podía sentir el claxon de su Jeep abajo.
Alex se apoyó en el umbral de mi habitación.
—¿Vas a salir? —adivinó
—¿Puedo?
—Ah sí, como si tuvieras que pedirme permiso. — rodó los ojos con ironía. Si le decía que no la bruja era capaz de lanzarse por la ventana. Estaba en el gen Potter. Correr hacia el peligro con tal de salvarle el trasero a alguien. — Te conozco Ada, y sé que has sobrevivido a cosas horribles. También sé que estarás bien pero abrígate, hace frío esta noche e intenta también que tus amigos no se metan en muchos problemas.
—No lo haremos. — Se puso la primera chaqueta que vió en el armario y bajó, no sin antes guardar la varita de forma tal que sostenía su moño.
Alex tenía razón, el mal presentimiento la alcanzó también apenas puso un pie fuera de la casa. La cuenta regresiva no solo había llegado a números rojos, estaba en el número diez próxima a tocar el cero.
ʚ ♡ ɞ
El Jeep de Stiles dobló y el instituto apareció frente a los tres amigos. Según le contó Scott a Ada, Derek había secuestrado a Deaton, el jefe de Scott porque sospechaba de él. Tranquilo el comienzo de la noche, sí. Para este punto, Ady Ya se había dado cuenta de que juzgar sin evidencia era algo muy común en Beacon Hills.
Stiles la ayudó a bajar del auto cuando aparcó, luego se acercaron a Scott para decir:
—Estás loco.
—Sí, lo sé.
Ada no lo podía creer. Primero el secuestro y ahora iban a colarse en la escuela de noche. Todo era un acto delictivo tras otro.
—¿Y vamos a hacer esto?
—¿Se te ocurre algo mejor?
— Personalmente me gusta ignorar un problema hasta que al final desaparece.
— Asegúrate de que entremos.
Justo en ese momento los faros del auto de Derek los iluminaron.
— ¿Dónde está Deaton?— se apresuró a preguntarle Scott.
— Detrás.
Ellos se inclinamos a mirar a través de la ventanilla, el pobre jefe de Scott yacía atado y amordazado, incluso, probablemente desmayado en la parte trasera del coche del Hale.
— Se ve muy cómodo. —apuntó Stiles.
— Seguro. Excelente servicio de transporte. — Ada le siguió la ironía.
Derek solo los miró de mal humor.
Normal.
Los tres dieron la vuelta hacia la entrada del colegio.
— Eh, esperad ¿Qué vais a hacer? — preguntó.
— Dijiste que estaba unido al Alfa. — Scott caminó al frente. — Espero que aciertes.
Su plan era llamarlo. Para eso estaban ahí esa noche. Para cortar el problema de raíz y que la gente inocente como Deaton no siguiera siendo perjudicada. El problema era... Que ninguno estaba seguro de nada.
Dentro del colegio, Scott le dió a Ada una linterna y se colaron en los pasillos vacíos y oscuros.
—Oye, una cosa, ¿qué vas a hacer si el Alfa no aparece?— le preguntó Stiles.
— No lo sé.
—¿Y si de repente aparece? — le preguntó Ada esta vez.
— Tampoco lo sé.
— Ya veo. — la bruja frunció el ceño.
— Un buen plan. — Stiles tecleó algo sobre un computador.
— ¿Dijiste que un lobo aulla para dar la posición a la manada?
— Sí, pero si lo llamas... ¿no te hace eso parte de su manada?
— Espero que no. —Scott se quedó mirando un punto cualquiera en el aire. Ada le dio unas palmaditas de consuelo.
—Ya yo también. — Stiles le tendió un micrófono. — Todo tuyo.
Scott carraspeó para luego soltar un chillido similar al de un gato atropellado.
¿Lo peor? Un desagradable recuerdo de Myrtle la Llorona apareció en la mente de la bruja. El mismo alarido.
Y la misma sensación de ensordecimiento.
— ¿Ha estado bien?
— Bueno... — Ada suprimió una mueca. — Scott, realmente ha sido horrible.
— Claro, más o menos.
— ¿A ti cómo te ha sonado?
— Como un gato que está agonizando, Scott.
Definitivamente estábamos de acuerdo.
— ¿Y qué quieren? ¿Cómo lo hago...? — Ada apoyó una mano en su hombro para que se calmara.
—Escúchame, estás llamando al Alfa, ¿De acuerdo? Se un hombre lobo... No un lobito. — le dijo Stiles. — Adelante.
Después de eso, Scott aulló.
Aulló de verdad.
ʚ ♡ ɞ
— Os voy a matar a los tres. — los amenazó Derek apenas salieron de la escuela.
— Buenas a ti también. — Sonrió la bruja.
— ¿Qué quieren? ¿Llamar a toda la ciudad a la escuela? —siguió con su voz enojada.
— No sabía que sonara tan fuerte. — murmuró Scott.
— En realidad, ni siquiera sabíamos que Scott pudiera hacer eso.— pensó Ada en voz alta y McCall la miró ofendido.
— ¿Qué hiciste con él?— preguntó Stiles mirando que la puerta del auto de Derek estaba abierta y que no había nadie adentro.
— No hice nada.
Ada gritó cuando unas garras atravesaron el pecho del Hale elevándolo en el aire y llegando al punto en que una cascada de sangre salió de su boca.
Stiles la agarró de la mano y salieron corriendo de vuelta hacia la escuela.
Definitivamente el Alfa estaba ahí y la noche de pesadillas solo acababa de empezar.
Protego: Rechaza hechizos y bloquea fuerzas físicas. Este encantamiento tiene otras aplicaciones en dependencia de cómo se aplique.
Repello muggletum: Es un encantamiento que impide que los muggles vean o entren en un área. Cualquier persona no mágica que se acerque a las proximidades del encantamiento recordara algo urgente que hacer y se marchara.
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