El ambiente podía considerarse extremadamente tenso dentro de aquellos autobuses. La manada se había visto obligada a dividirse en dos para subir a los vehículos y eso tenía muy inquieto a sus lobos, y ¿porqué no? A Jin y los demás humanos también. Por aquello mismo el beta iba en uno de ellos con los omegas, en la parte delantera para ver al conductor. Y en el otro iban Jimin y YoonGi aguardando por la seguridad de las personas, para su suerte el aroma del alfa les facilitaba calmarlos con más sencillez.

Dejando de lado las preocupaciones, todos veían por las ventanas las grandes autopistas y gigantescos edificios que comenzaban a alzarse sobre ellos mientras más se internaban en el centro de Seúl. Muchísimas personas y policías rondaban por la zona y notaban que todo parecía continuar normalmente por la ciudad. Como si el virus no existiera. Como si el virus no les afectara en lo más mínimo en sus días.

En eso, el teléfono de SeokJin comienza a vibrar dentro de sus bolsillos, asique rápidamente lo saca para atender la llamada entrante.

—¿Hola? ¿Hobi? —Pregunta, algo ansioso por la respuesta.

—Hola Jin, sí soy yo. Llamaba para decirte que estoy bien y ya llegué al hospital, me están haciendo algunas pruebas. 

—Gracias al cielo, no quería tener que preocuparme por algo extra, pero puedes cuidarte tú solo, ¿verdad? 

—Sí, de hecho, quería informarte de que nos conseguí hospedaje. Un departamento en un barrio privado cerca de Gangnam. Todo el edificio es para la manada.

—¿Estas bromeando? ¿Cómo lo conseguiste? —Los ojos del científico se expanden ante esa nueva información. Aquello de su estadía en esa noche era de lo que más le preocupaba en esos momentos, se alegra poder quitarse un peso de encima.

—También tengo mis contactos, ¿eh? Es un edificio enorme asique debe tener unos cincuenta departamentos, déjalos elegir. En cuanto termine iré allí, avísame cualquier cosa.

—Eh, sí bueno, estamos en camino a ver el presidente pero te comentaré mejor después. Muchas gracias por esto, Hobi, espero todo salga bien en los exámenes. —El castaño es sincero en sus agradecimientos y una leve sonrisa se asoma en su rostro, debiendo cortar pronto ya que puede ver la casa azul próxima a ellos.

—Ni siquiera me sorprende. Gracias, cuiden bien de MiSuk, nos vemos pronto.

Una vez ambos se despiden, es cuando el guardia del aeropuerto señala hacia adelante, en donde las grandes rejas se abren y les dejan el libre paso hacia la casa presidencial de Corea del Sur. Unos grandes jardines les reciben, cientos de guardias custodiando la entrada. Probablemente estén seguros allí.

—Bienvenidos a la casa azul. —El guardia al volante lo dijo fuerte y claro. Fue instintivo el sentirse emocionados por llegar, apenas media hora en el país y ya estaban en la casa presidencial. Profesionales en meterse en problemas.

Una vez estacionaron junto frente a la entrada, los omegas tuvieron permitido bajar y se reencontraron todos. Nuevamente formaron filas para ser organizados y siguieron al oficial que continuaba comunicándose por el intercomunicador, y en pocos segundos se abrió la gran puerta permitiéndoles el paso a la lujosa residencia. Los recibieron inmensos pisos de mármol, candelabros en los techos, paredes de piedras y miles de adornos fundidos en oro que podrían costar más que sus propias vidas. Decidieron seguir al guardia con sumo cuidado de no tocar nada, no querían romper nada.

Al llegar a uno de los pisos superiores, el hombre les informó que la gran mayoría de la manada debería esperar en uno de los cuartos. Lo cual SeokJin tuvo que aceptar a duras penas, entendía que no podían entrar tantas personas al despacho presidencial. Y por ello, solo Jin, Jimin y YoonGi fueron escoltados hasta el cuarto.

Al abrir la puerta, pudieron ver a el presidente sentado detrás de su escritorio, estaba en una llamada pero se notaba bastante despreocupado y con vibras algo amigables que les hizo destensar sus hombros. Los cuatro caminaron hasta estar a unos metros del escritorio, esperando a que terminara su llamada.

—Hola, bienvenidos, —sonrió el hombre, —interesante sorpresa. —Hicieron una pronunciada reverencia antes de tomar asiento en las sillas frente a ellos. —Díganme, ¿por qué están aquí? Hay varias cosas de las que debo ocuparme.

—Señor, lamentamos haber interrumpido su tarde, sabemos que debe estar ocupado, —comienza dirigiéndose el castaño, —yo soy Kim SeokJin y me urgía hablar con usted.

—Espera, ¿Kim SeokJin? Como...¿"Kim SeokJin el inventor del virus omega"? 

—Soy yo. Él es Park Jimin y Min YoonGi.

—¡Oh por Dios! El creador y el primer omega en mi despacho, ¡quién lo diría! —El hombre canoso rápidamente rodeó el escritorio para llegar a ellos, dándoles un apretón de manos amistoso y una sonrisa. —¿Min YoonGi?

—Él es un alfa, señor. —Aclaró esta vez el oficial. —Fue la principal razón por la que los trajimos.

—Increíble. Por favor vengan por aquí y tomen asiento, esto será largo. —El presidente Moon les enseñó los sofás color índigo junto a una mesa que estaban más apartados. Aceptaron el sitio con mucho gusto. —Por favor, tráenos una infusión. —El guardia aceptó y se retiró de la habitación, dejándolos en perfecta soledad. —Es un placer realmente conocerlos, son tan importantes hoy en día. ¿Qué los trae a Corea?

—Bueno, señor, —es el científico quien toma la palabra en más ocasiones, —como estará enterado, Estados Unidos está en contra de los omegas aunque haya sido el lugar de origen. Intenté ocuparme del problema pero no lo logré, nos encontraron y tuvimos que escapar. Me sorprendió encontrar países que estuvieran a favor, nuestro país natal era la opción más viable, fue bastante reconfortante.

—Entiendo completamente. —Asiente, mostrándose un poco pensativo, hay una breve molestia que lo atormenta antes de continuar sus palabras. —No fue tan difícil la aceptación a los omegas aquí. Estamos completamente en contra del método que se está usando en esos países, todos continuamos siendo personas y los están matando como si no valieran nada. Se hará una reunión de muchos países pronto para discutir esto, y estábamos por cerrar las fronteras, llegaron justo a tiempo.

—¿Cierre de fronteras? ¿Y por qué? —Consulta esta vez el pelinegro.

—Yo me iré del país por esta reunión asique quiero que todos estén a salvo, además, para que no ingresen terroristas en contra de los omegas o betas. Será un cierre indefinido. —La puerta se abrió en uno de los minutos, permitiéndoles tomar una taza de té a cada uno, el presidente se cruzó de piernas continuando con su relato. —La aceptación por los omegas aquí inició por mi hijo, él se contagió. —Todos se mostraron genuinamente sorprendidos por la noticia. —Cuando lo supimos, lo cuidé mucho, muchísimo, pero en realidad no hubieron cambios exagerados como quiso hacer creer el presidente americano. Él está perfectamente y una vez supimos que no eran amenaza, abrimos proyectos para poder cuidar y proteger a los omegas en el país. —Un sorbo del líquido para aclarar su garganta antes de continuar. —Lo primero fueron los dispositivos tecnológicos para testear a la población, cada mes, el porcentaje aumenta considerablemente.

—Sí, el contagio por feromonas es veloz. Realmente creo que ha tomado una excelente decisión, los omegas, betas y alfas tienen muchas mejores capacidades que los humanos y los descubrimientos han sido asombrosos. No debería ser tan difícil adaptarnos a esto como humanidad.

—Exactamente. Aquí se ha prohibido la experimentación con omegas, pero se aceptan voluntarios en los laboratorios, nadie está obligado a participar. Actualmente se están creando calmantes para el celo, es sabido que puede ser peligroso. 

—Eso nos ayudaría a muchos omegas... —Jimin suena tan sorprendido que no puede evitar una leve risa en el mayor.

—Sí, aquella es la idea. Crear los calmantes para alfas está siendo mucho más difícil por el poco conocimiento y ejemplares que hay. —Esta vez, su mirada se dirige a YoonGi quien permanecía callado y analizando la situación. —También se ha creado un programa para alfas, por eso es que lo interceptaron en el aeropuerto. Actualmente hay muy pocos alfas, solo contamos con diez en todo el país. —Sus reacciones son inmediatas. —Sí, es un gran desbalance pero esperamos que se estabilice en unos años. Como se sabe, los alfas cuentan con mejores capacidades y sobre todo, fuerza. Asique el programa del gobierno trata de algunos entrenamientos de ejército para defensa.

—Es como, ¿un pequeño ejército? ¿De solo diez personas? —Consulta Jin, un poco confundido, aunque sabiendo de las habilidades que estos tienen no se sorprendería de que fuera suficiente.

—Sí, de hecho, YoonGi, —lo señala, —me gustaría que te integraras al programa, solo unas semanas, para poder ponerte a cargo de mi hijo. 

—¿Cómo? —Min se sorprende ante la propuesta, quizás era obvio que entraría a los entrenamientos, pero, ¿cuidar al hijo del presidente?

—Sí, necesito un guardaespaldas especial para él, más que nada se queda aquí en la casa presidencial asique puedes custodiar la zona también. Te pagaré, obviamente. Necesitaba a un alfa que lo cuidara, pero todos ya están tomados para distintos puestos, creo que llegaste en el momento indicado. —Moon saca una fotografía de su bolsillo, pequeña, pero se podía ver al chico perfectamente. Cabello platinado, piel perfecta y blanca, ojos verdes y labios gruesos rosados. —Su nombre es HyeonJoong, solo tiene 22 años, no es de causar problemas. Puede que se lleven bien.

Hay un breve silencio en la sala mientras Min termina de ver la imagen y discernir entre la propuesta que le habían dado. Finalmente levanta la mirada, observando al hombre paciente aún con su taza.

—Supongo que no tengo opción, ¿verdad? 

—En realidad no veo porqué negarte, es una buena paga y no es un trabajo difícil. Prometo que no te consumirá todo tu tiempo, será más que nada cuando mi hijo quiera salir. 

—Bien...supongo que déjeme pensarlo y le notificaré. —YoonGi dice aquello más que nada por formalidades. Sabe completamente que no tiene otra opción más que aceptar el cargo. Él lo dijo, solo tienen a diez alfas en todo el país y cuidar al hijo del presidente no era poca cosa, Moon no iba a dejarlo en manos de cualquiera.

—Me parece bien. —Asiente, volviendo a la conversación anterior. —Creo que aquello es todo por el momento, ¿no? ¿Tienen lugar donde hospedarse?

—Sí, muchas gracias, —asiente SeokJin comenzando a levantarse, —tenemos unos departamentos no muy lejos de aquí. Fue un gusto la charla y poder saber más sobre sus planes.

—No fue nada, gracias por su visita y espero verlos pronto. —Luego de despedirse, los tres salen de la sala, siendo guiados hacia la habitación en donde se encontraban el resto de la manada. Para su suerte, los guardias les permitieron volver a subir a los autobuses y escoltarlos hasta los departamentos donde HoSeok había conseguido su estadía.

—Gracias por haber cuidado a MiSuk por mí, JiKyo nonna. —Agradece Park, alzando a la pequeña en sus brazos mientras toman lugar en un asiento.

—No fue nada, es una pequeña muy tranquila. —La morena le sonríe y la menor ríe ante sus gestos divertidos.

Para su sorpresa, el edificio no quedaba tan lejos de la casa presidencial y eso podría facilitarles bastantes cosas. Todos bajaron de los autobuses y se despidieron de los oficiales que les habían tratado amablemente. Al ingresar al lugar, no les sorprende que sea lujoso. El color dorado era el predominante, lo decoraban lindas plantas en la recepción y se combinaba con colores rojizos. Había un hombre recibiéndolos.

—Buenas tardes, ¿Jung HoSeok?

—Soy Kim SeokJin, él es mi amigo, supongo que le habrá dicho.

—Sí, me dijo que reservaría todo el lugar para usted y el grupo. —El joven dejó una increíble cantidad de llaves sobre el mostrador. —Verán, tengo departamentos para una a seis personas. Pueden elegir sus habitaciones y ante cualquier inconveniente pueden hacérmelo saber. 

—Muchas gracias, señor. —Jin se dio la vuelta observando a todos los presentes. —Muy bien, hagan una fila con las personas con las que vivirán y tomen una llave de la habitación que necesiten. —El proceso fue mucho más rápido de lo que se pensó, de forma extraña y para nada preparada, los principales líderes de la manada habían quedado en uno de los pisos superiores. Jimin y YoonGi compartían departamento, JungKook y TaeHyung también, mientras que Jin y NamJoon tomaron departamentos separados. Por pedido del científico ya que "no quería ir tan deprisa". Y le dejaron un departamento doble a MiSuk y HoSeok que no tardó en llegar un par de minutos después.

Claro que toda la movida había sido rápida porque nadie del equipo tenía maletas o pertenencias, prometieron ir de compras al día siguiente y sugirieron que los adultos vayan entregando currículums a nuevos empleos, claramente los necesitarían.

—Muchas gracias por cuidarla, Minnie, —agradece el pelianaranjado tomando a su hija en brazos con una encantadora sonrisa.

—No es nada, Hobi, ¿y? ¿Qué te dijeron? —Pregunta, recargándose en la puerta de su habitación. Min estaba prendiendo la calefacción ya que aún allí hacía frío aunque en pocos días iniciaría la primavera.  

—Pues me re confirmaron que era beta, tuvieron que llamar a un par de científicos para acelerar el trabajo. Al parecer sí fui inyectado con la sustancia de omega pero como era alfa me dio un efecto medio y terminé convirtiéndome en beta. —Cuenta tranquilamente, peinando un poco los cabellos de MiSuk. —Mi cuerpo está pasando por cambios fuertes y por eso podría sentirme mal. Ya...ya no tengo a mi lobo. Me dieron unas pastillas por si presentaba dolores y que ante cualquier situación grave debía acudir al hospital pero, según ellos, en unos días ya debería estar normalizado.

—Lamento mucho escuchar eso, hubieras sido un alfa genial. —En aquel momento, el de cabellos negros se asomó por la puerta, sumándose a la conversación.

—Tampoco me urgía ser un alfa, —Jung se encoge de hombros, —al menos no tendré que ser el blanco de miles de omegas en celo. —HoSeok ríe con eso, guiñándoles un ojo a la parejita antes de desaparecer por la puerta de su propio departamento. Jimin bufa al recordar eso, pero rápidamente siente su cintura ser rodeada y es girado para poder enfrentar a su alfa.

—Por suerte solo tengo a un omega con quien pasarlo, ¿verdad? —Pregunta, juguetón, inhalando su aroma en su cuello.

—Solo yo. —Ríe levemente el menor al sentir cosquillas. Cierra la puerta detrás de sí, abrazando a Min por los hombros, dejándole un pequeño beso en sus labios antes de observar a su al rededor con la mirada. —Es increíble finalmente tener nuestro propio espacio, ¿no?

—Sí, extrañaba un poco el departamento pero este no está nada mal. —Murmura. Tenía una cocina separada por una barra del comedor y la espaciosa sala ya equipada. A la derecha tenían un gran baño y a la izquierda estaba su habitación con una cama matrimonial y una pequeña terraza. Todo era del perfecto tamaño para dos personas, para una pareja como ellos dos. —Tendrá nuestros aromas en poco tiempo.

—El sofá es hermoso. —Comenta Jimin, tocando el material de terciopelo gris. 

—Podemos usarlo esta noche.

—¿Y por qué no ahora? —El rubio pregunta, pero cuando no obtiene respuesta, voltea hacia el mayor encontrándolo con una sonrisa bastante amplia como para ser inocente. —¡Qué hormonal!

—¡Vamos, es suavecito! 

—¡Se va a arruinar! 

—¡Todo se limpia! —Ambos continuaron discutiendo por un rato, pero nada que no terminara con uno sobre el otro besándose en el lindo sofá. 

—Solo veremos una película.

—Lo que digas, amor.

Hola bonitos, ¿qué tal su día? Sinceramente no iba a actualizar hasta dentro del próximo sábado, pero la historia puede conmigo y terminé escribiendo más asique aprovecho las vacaciones.

Me gustaría leer sus opiniones respecto a esta temporada y qué deparará el futuro. Nos leemos la próxima semana <3

Coloreas a Dιᥱᥣ ♡