Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo Único

AU Alternativo

Advertencia:

OCC de los personajes, en especial con Yuuji.

Omegaverse

Infidelidad

Goyuu (Gojo alfa, Itadori omega)

Pareja inesperada al final

Nada de lagrimas, aquí no lloramos, aquí nos empoderamos y nos vengamos 😈

Disfruten la lectura.

-- Contando esta, ¿Cuántas van?

La voz que reconoce Satoru al instante detiene tanto sus acciones como de la chica que tenía debajo suyo.

-- Yuuji...

Su Yuuji, su omega, a quien había marcado hace más de dos años, estaba mirándolo con ojos vacíos, muertos.

-- No me respondes, con esa prostituta que tienes allí abajo, ¿Cuántas van? -- le inquiere -- ¿Cuatro? ¿Cinco?

No responde, ni él ni la omega que no sabe ni su nombre.

Satoru parecía a la expectativa de algo, ¿A qué? ¿Lagrimas? ¿Gritos? ¿Alguna pelea entre su omega y la chica que trajo?

No, nada de eso, Itadori no se rebajaría a eso, sabía lo que valía.

-- Veo que otra vez, tus palabras solo fueron promesas vacías.

-- E-Espera Yuuji.

-- Ya estoy cansado de esta situación... ¿Sabes? No es cómodo que cada que llego a nuestro departamento para descansar, descubra una y otra vez que siempre caes al primer par de ojos bonitos que te miran.

-- No es así, te lo juro, no es lo que tú crees.

Soltando un bufido y mostrando su punto, el pelirosa se acerca al armario que compartían, sacando de entre las cosas una mochila llena.

-- Estoy harto de todo esto -- se sincera con el -- si es así como quieres vivir, que así sea, yo no seguiré con un alfa que seguramente ya debe tener alguna enfermedad de tanto que se acuesta con diferentes personas.

Lo estaba cumpliendo, Satoru veía como Yuuji se alejaba decidido, por lo que en medio de su desesperación fue hacia él, aun sin ponerse siquiera una camisa, tomándolo de la muñeca, la desesperación brillaba en esos ojos azules.

-- Suéltame.

Pero él no caería nuevamente en ese truco barato.

-- Yuuji, esto lo podemos solucionar -- el alfa quiere abrazarlo, pero el omega por instinto le gruñe, mostrando la furia que burbujeaba dentro suyo -- Sé que estás enojado, lo comprendo, perdóname, no volverá a pasar, hablemos... por favor.

Itadori frunce el ceño, ¿Cuántas veces había escuchado la misma palabrería barata por parte del alfa?

¿Y cuantas fueron las veces que le creyó? Demasiadas.

Viendo que no lo soltaba, el omega coloca su otra mano en el agarre que mantenía el alfa, pensando que era una afirmación, Satoru lo suelta aliviado, solo para recibir en cambio un fuerte puñetazo.

Siente el sabor metálico de la sangre en su boca, escucha el grito ahogado de la intrusa desde la habitación. Aun con su rostro volteado por el golpe, Yuuji toma su mano y le da algo.

-- Esto lo compraste tú, así que no lo quiero, solo me traerá mala suerte.

Satoru lo vio, era el anillo que le dio el día que cumplieron un año de relación, el objeto que le dio como alianza de siempre serle fiel.

-- Espero que no nos volvamos a ver -- murmura volviendo su camino a la salida -- Felicidades por tu nueva libertad, Gojo.

La puerta fue cerrada con bastante fuerza, haciendo eco en la cabeza del alfa, que miraba fijamente el anillo que le fue entregado.

-- Yuuji se va... se va... ¡No te vayas!

Reaccionando al fin, corre a la omega de su departamento, se viste lo más rápido posible, aun si es con un polo viejo y andrajoso, no le importa, intenta llegar a su omega, impedirle el que se vaya.

Yuuji es suyo, su omega, así como él le pertenecía, ambos estaban conectados, no podía dejarlo, no debía dejarlo.

Su lobo aullaba por recuperar al omega, a su pareja, a quien ambos habían decidido amar, formar una familia, tener cachorros y vivir felices.

Una ilusión que el mismo rompió por su propia arrogancia.

-- ¡Yuuji!

Su grito se escuchó por todo el lugar, incluso personas externas vieron la escena de un hombre gritando desde lo alto de las escaleras, pero eso no le importa, no cuando la mirada de su omega esta sobre él, aun si esta estaba totalmente apagada.

-- ¡Yuuji, espera por favor! -- le vuelve a gritar ya en los últimos escalones -- ¡Por favor no te vayas, podemos solucionarlo si lo conversamos!

Satoru realmente esperó alguna señal de reconsideración, pero lo que recibió fue una mueca que nunca había visto antes en su adorado omega.

-- Tch.

¿Le acababa de chasquear la lengua?

-- Adiós Gojo.

Ni siquiera le dirigió una mirada directa, se fue en ese auto negro con quien sabe quién, lo dejo a él, a su alfa.

-- ¡Yuuji!

Esa fue la última vez que vio a Yuuji frente a frente como una persona y en su lugar fue el comienzo de su caída.

Satoru intenta mentirse a sí mismo, creyendo que lo que había pasado con su omega había sido producto del enojo del momento, esperando que Yuuji regresara, como siempre lo hacía.

En su espera, se dedicaba a mirar el anillo que le había devuelto y oliendo la ropa que aun guardaba su aroma.

Y así fue como pasaron 3 semanas en los que apenas sintió pasar.

Comenzó a desesperarse, la ropa de Yuuji estaba perdiendo su aroma, sus amigos no sabían dónde estaba el omega mientras que los amigos del menor solo supieron insultarlo o amenazarlo.

-- Ruega que no nos encontremos por la calle, porque soy muy capaz de clavarte unos clavos en el cu-.

Está bien, acepta que esa última llamada fue él quien colgó, ya había escuchado demasiados atentados contra su vida, Megumi encabezando la lista diciendo que no durmiera con la puerta abierta pues si no, lo llevaría al primer bosque que encontrara para que lo devoraran los lobos.

Otra semana pasó, cuando el timbre del departamento suena, causando que el corazón del alfa saltara, ¿Finalmente había regresado su omega?

Con la emoción de esa posibilidad, corrió a la puerta, con una sonrisa brillante recibió a la persona que estaba al otro lado.

-- ¡Yuuji!

Puñetazo, este si se llevó un diente de su perfecta dentadura.

-- Descarado.

No, se trataba de ''hermano sobreprotector #2''

-- ¿Te atreves a llamar a mi hermanito por su nombre después de todo lo que le has hecho? -- le reclama con el puño en alto -- Maldita rata albina.

El dialogo es inútil con él, aunque si le dieran a elegir, prefería a Choso que al psicópata de Sukuna, ese era capaz de descuartizarlo y dejar los restos en alguna pista.

Iba a preguntar por su Yuuji, no quería verlo a él, su alfa necesitaba con urgencia a su lindo omega, aun si estuviera molesto.

-- Vine por las cosas de mi hermanito, él no tiene por qué ver tu asquerosa cara de infiel.

-- Fue solo un malentendido -- se levanta luego del puñetazo -- Yuuji se fue antes de que pudiera explicar.

Choso estaba bastante dispuesto a darle otro puñetazo por su descaro, pero recordó que su tierno hermano menor le había pedido que no se dañara las manos por tan poca cosa como Gojo Satoru.

Teniendo costumbre con el apartamento, el castaño se adentró sin permiso, ganándose discusiones por parte del otro alfa, pero no le importa, solo se dedicó a guardar las cosas de su hermanito en la maleta que había traído.

-- Está bien, has lo que quieras -- se rinde Satoru como si no fuera obvio que Choso haría lo que quiera con o sin su permiso -- Solo dime donde esta Yuuji, ¿Está en tu casa con Yuki? ¿Con Megumi? Lo he estado buscando, pero no lo encuentro por ningún lado.

-- Ni lo encontraras -- piensa ignorando el discurso del contrario sobre su búsqueda del omega -- ¿En verdad crees que te diré dónde está mi hermanito? Vete a la mierda.

-- ¡Oye! Te lo estoy pidiendo por las buenas -- replica -- Yuuji sigue siendo mi omega, quiero recuperarlo.

Había terminado de guardar las cosas, no tenía nada más que hacer en ese lugar asqueroso donde aún podía sentir muy leves aromas que no pertenecían ni al Alfa ni a su hermanito.

-- Dice querer encontrar a mi hermanito pero sigue revolcándose con otras omegas -- su rabia era tal que venas se formaron en su cuello y frente, pero intento mantener su autocontrol, por el bien de su tesoro -- Me das asco.

Satoru quiso enfrentarse a Choso, apelar al sentido alfa de ambos para pelear por la información, pero el castaño no se vio afectado por la amenaza silenciosa del alfa del albino, más aun, bufo con un deje de burla.

-- Siempre supe que no eras el indicado para mi hermanito -- le dice como últimas palabras antes de subirse a la motocicleta de su pareja -- pero créeme, el karma te llegara más pronto de lo que piensas, no fue un gusto, Gojo Satoru.

Con Yuki dándole la seña de un cuchillo pasando por su garganta, clara amenaza al albino, la pareja se va, dejándole con un terrible sabor de boca.

-- ¡Choso! ¡Encontrare a Yuuji aun si sea lo último que haga!

Satoru llegó a un punto en el que incluso le daba asco acostarse con omegas, su alfa mostraba rotundo rechazo a otro contacto, apenas y sus amigos más cercanos podían tocarlo sin que su lobo mostrara los colmillos.

La falta de su omega le estaba afectando, pero, parecía ser que un rayo de esperanza había llegado a él.

Suguru logró facilitarle la dirección donde había estado escondido su Yuuji todo ese tiempo. Aunque eso sí, con cierta advertencia luego de recibir el papel.

-- Satoru, te estoy dando la dirección porque eres mi mejor amigo, pero también es mi deber decirte que tal vez no debes volver a verte con Yuuji - kun.

-- En estos momentos estás haciéndome dudar de si la dirección es real.

-- Por una mierda, escúchame -- le pide tomando su cabeza con una mueca -- te lo dije muchas veces antes, los dos hermanos psicópatas de Yuuji - kun también te lo advirtieron, pero claro, pasaste nuestras advertencias por quién sabe dónde y te revolcaste con cuanta omega o beta te mostrara las tetas.

-- No tanto as-.

-- Si es así y no trates de engañarte -- le corta a sabiendas de que su amigo pondría alguna excusa -- ¿Sabes todo lo que debe haber aguantado Yuuji - kun para llegar al punto de darte ese puñetazo? Dios, hasta ahora me arrepiento por no haber estado ahí para grabarlo, hubiera dado mi riñón para tener una foto de eso.

El alfa lo mira molesto.

-- Sigo sin entender tu punto, habla ahora, chico del mechón.

Las risas del otro alfa cesan.

-- Cállate, eso fue en la secundaria, ¡Y quien me comenzó a llamar así fuiste tú!

Al final Suguru desistió de advertir a Satoru, ese intento tan estúpido de cambiar el tema solo era una muestra de que él estaba dispuesto a buscar al omega estuviera donde estuviera.

Solo quedaba esperar... y rezar porque Choso no lo golpeara tan fuerte cuando descubriera que él fue quien le facilito a Satoru la dirección en donde estaba el omega, o peor aún, ¡Que le lanzara a Yuki!

-- ¿Debería irme despidiendo de mis niñas antes de mi ejecución?

Sus palabras no son escuchadas por Satoru quien estaba planeando un reencuentro amoroso con su omega.

-- ¡Espérame solo un poco más Yuuji! ¡Tú alfa va por ti!

Gojo quiere soltar una palabrota, no, en realidad la suelta sin pensar.

-- Que carajos.

¿Dónde había ido a parar?

Siguió la dirección que le había dado su mejor amigo y termino en frente de un enorme edificio en Jiyugaoka.

Por lo que pudo encontrar según su fuente más confiable de información, Mei Mei, este edificio era uno de los más caros para vivir y que ella tuvo la oportunidad de estar un tiempo ahí en su juventud cuando se consiguió un Sugar Daddy.

¡¿Yuuji se habrá conseguido uno de esos?!

No, no puede ser, su Yuuji era alguien extremadamente fiel, no se atrevería a hacerle eso, no su tierno omega con olor a fresas.

Por lo que hará la cosa más sensata del mundo.

Llamar al mentiroso.

-- ¿Alo? Suguru al habla, si eres Satoru, no soy Suguru, si quieres dinero, tampoco soy Suguru, si quieres contarme un chisme, entonces si soy.

-- No seas payaso -- gruñe -- ¿Te diviertes con haberme hecho venir a medio Jiyugaoka?

-- ¿Jiyugaoka?

-- Es donde me guío la dirección de este maldito papelito.

-- Bueno, esa fue la dirección que me dio Choso cuando le dije que quería reconfortar a Yuuji-.

-- ¿Cómo que querías reconfortar a mi Omega, Suguru?

-- ¡No te desvíes de la conversación! Es más, ¿Sabes lo que me costó que ese tipo con síndrome de ''Oni - chan'' me diera la ubicación? ¡Deberías estarme agradeciendo de rodillas, cerdo desagradecido!

-- Te daré las gracias cuando vea a mi hermoso Yuuji.

Y casi como si fuera una especie de invocación, las puertas del enorme edificio se abrieron, por instinto, termina escondiéndose detrás de un enorme cartel, colgando sin querer a su mejor amigo.

No es que tuviera miedo, claro que no, sino que no quiere causar algún momento incomodo con un random cualquiera.

Un hombre bien vestido estaba saliendo y en realidad lo estaba por dejar de lado, sino fuera porque su muy sensible nariz captó un aroma dulce que identifico a la perfección.

Su alfa se puso a la defensiva y él también, ¡Ese era el aroma de su Yuuji!

¡¿Por qué ese hombre estaba con el aroma de SU omega?!

Todo empeoró cuando detrás de ese hombre, SU Yuuji apareció vestido de manera muy linda, abrazando al hombre de espaldas y luego dándole un beso cuando ese hombre se giró.

Un ataque de celos le llega, está por confrontar al desconocido sobre porque tiene el aroma de SU omega, confrontar a su omega el porque estaba besando y abrazando a un DESCONOCIDO, pero su reacción llegó tarde pues el desconocido que ni siquiera noto su presencia se había ido junto al menor en un auto negro.

El mismo auto negro que recogió a Yuuji el día de su separación, logra reconocer.

Fue como si la realidad le golpeara, era exactamente el mismo maldito auto, un desconocido portando el aroma de su omega, actuando tan cariñosos entre sí, yendo a quien sabe dónde, su alfa aúlla desconsolado cuando se percata y él también, las primeras lagrimas comenzaron a bajar.

-- ¿Por qué le diste la maldita dirección?

-- Pensé que solucionaría algo, no pensé que lo del ''otro'' se haría real, me salió lo profeta.

-- Pues gracias a ti, señor profeta, es que ahora tenemos a un potencial homicida o suicida en nuestras manos.

Podía escuchar como sus dos amigos peleaban como si él no los escuchara, pero le daba la razón a Shoko en lo primero, tanto él como su alfa estaban deseosos de sangre, más específico, en la sangre de ese desconocido que se atrevió a llevarse algo que era suyo.

Eso haría, le pediría información a Mei Mei sobre quien era ese tipo, confrontarlo, secuestrarlo, torturarlo por atreverse a tocar a su inocente Yuuji que seguramente fue manipulado, matarlo, meter sus restos en una caja y enviarlo a África con Yuta, que estaba de vacaciones con Toge, para que este lo entierre por ahí con las hienas.

¡Eso haría! ¡Va a llamar a Mei Mei para empezar su plan!

-- Detente ahí, homicida en potencia.

Su celular fue arrebatado de las manos por una rápida Shoko que ahora lo mirada como una hermana mayor harta de su consentido hermano menor.

-- ¡Oye!

-- Confiscado hasta que estemos seguros de que no cometerás alguna de tus acostumbradas idioteces.

Shoko se lo dio a Suguru y este lo metió en una pequeña caja fuerte.

-- ¿Cómo sabias que iba a hacer alguna idiotez? -- inquiere con una mueca típica de un crio, antes de recapacitar sus propias palabras -- Espera, ¿Por qué dices que es una idiotez? ¡Estoy poniendo en marcha mi plan para recuperar a mi omega!

-- Pero que lento, por Dios -- Shoko sentía la migraña tocar la puerta de su cabeza -- Créeme, en todos los años que te conozco, más de 85% de lo que sale de tu boca son idioteces y ni te digo el porcentaje de lo que haces. Hasta ahora no sé cómo Yuuji - kun te aguantó tanto tiempo.

Satoru se deprimió al escuchar el nombre de su omega.

Así como estaba deseoso de venganza, también estaba deseoso de hacerse bolita en su camita, llorar por la infidelidad de su omega y comer helado de chocolate.

-- Hacerte el deprimido tampoco te salvara, más bien, bien hecho porque te dieron una cucharada de tu propio chocolate.

-- Shoko, no ayudas.

-- Tampoco está bien que consuele al perro infiel que tengo por amigo por recibir lo que merece.

-- Auch, hasta a mí me dolió... pero tienes razón.

¿Así se sintió Yuuji aquellas veces que lo encontraba con omegas o betas?

Si así le duele el corazón con solo haberlo visto una vez, no quiere imaginar todas las veces que a Yuuji le dolió el corazón por su culpa.

Casi como si fuera una revelación, la carita llena de lágrimas de su omega aparece en su cabeza y eso solo ayuda a que su depresión aumente. Como se arrepentía de haber hecho sufrir tanto a su amorcito.

Ahora entendía porque los amigos de Yuuji están tan deseosos por su cabeza, ni hablar de los hermanos mayores, cuanto se arrepentía.

-- Bueno, como amigo, debería decirte no te rindas con Yuuji - kun, pero... hombre, es que hiciste lo mismo una y otra vez que no creo poder salvarte.

Satoru mira mal a su amigo.

-- Gracias por la ayuda moral.

-- ¡Ya, está bien! -- Suguru lo tomo de los hombros para levantarlo como un peluche -- ¡Si tanto quieres devuelta a Yuuji ponte bonito, de rodillas y muéstrale cuan arrepentido estas! ¡Por una vez en tu perra existencia pega la frente al piso y ruega por su perdón! ¡Demuéstrale que ahora si, después de tanto, estás dispuesto a cambiar!

-- Y ya si no funciona, lánzate del puente.

-- ¡Shoko!

Pasaron ya tres meses de sus intentos de cortejo para recuperar a su omega, pero todos fueron cruelmente rechazados.

Intentó de todo, lo llamo, le mensajeo, intento ponerse frente a él, incluso llevo un grupo de mariachis frente al edificio para cantarle una serenata.

Lo último llego a que incluso los mariachis casi lo mataran pues el don nadie con quien Yuuji lo estaba engañando llamo a seguridad y los rociaron de agua con cloro.

Perdió un muy costoso traje ese día.

Cada rechazo era más doloroso que el anterior, pero no se rendía con su omega, aún estaba con la esperanza de recuperarlo, la marca que le había hecho a su omega en el pasado seguía en la piel ajena, aquello llegaría a hartar al otro alfa en algún momento.

Y Satoru no desaprovecharía la oportunidad en la que ese otro alfa termine de rendirse con su omega para tomarlo entre sus brazos, como debía ser.

Aunque debió esperar, realmente debió hacerlo y no ilusionarse ingenuamente, ya que su omega lo odiaba tanto como el primer día, tal vez incluso más.

-- ¡Yuuji!

Vio que su omega se dirigía al edificio sin la compañía de ese molesto alfa ni de ninguna otra persona, apenas vio que la distancia era adecuada, tomó al omega de la muñeca y lo arrastro a un callejón.

-- ¿Qué-? -- el omega se desconcertó por el repentino agarre -- ¡¿Gojo?!

Mostrando que, a pesar del tiempo de separación, no había cambiado ni un poco, beso al omega sin pensar en los sentimientos del contrario. Satoru se sintió en la gloria después de meses de no sentir los dulces labios de su Yuuji, sin pensar en las consecuencias, lo apego a él, sus manos comenzaron a pasear en ese delicioso cuerpo, su alfa deseaba poseer al omega, tanto que incluso las feromonas comenzaron a salir en señal de posesividad.

Tanto era el querer complacerse a sí mismo, que no fue capaz de notar cuanto estaba resistiendo el omega por no caer en las feromonas del alfa, no se daba cuenta de cómo esos ojos caramelos comenzaban a cristalizarse por las lágrimas contenidas.

-- Omega, mi omega -- murmura al separarse del ardiente beso -- no sabes cuánto te he extrañado.

El chico no contesta, sintiéndose tan vulnerable y furioso por lo que le acaba de hacer el alfa que desgraciadamente lo marco.

-- Suéltame Gojo -- se mueve con las fuerzas que aún conservaba, negándose vencer por aquel que le hizo sufrir -- creí haberte sido muy claro de que yo ya no quería verte nunca más.

El alfa confiesa para sí que eso le dolió, pero no por eso lo soltó, al contrario, aumenta el agarre en las caderas del chico, colocando su nariz en el cuello ajeno, aspira el aroma a fresas que emitía el omega y... Dios, se sintió en el cielo mismo.

Cuanto deseaba poseerlo nuevamente, volver a esos momentos donde pasaban sus celos juntos, donde Yuuji le profesaba una y otra vez su amor mientras lo montaba o cuando él lo hacía suyo mientras admiraba su carita aperlada por el sudor y las lágrimas de placer.

-- No me hagas esto Yuuji -- suplica el alfa -- me hiciste tanta falta en todo este tiempo que desapareciste. He extrañado todo de ti, tu voz, tus abrazos, tus besos... en todo este tiempo nadie más que tu ha ocupado mis pensamientos.

-- P-Permíteme ponerlo en duda -- ironiza el omega siguiendo con su resistencia -- que yo recuerde, las veces que te veías feliz era cuando me iba a trabajar para que así tú pudieras llevar a tus amantes a nuestro apartamento.

-- Yuuji, estoy tan arrepentido -- no lo negó, realmente había llevado omegas a su nido de ''amor'' -- perdóname mi omega, estoy tan arrepentido.

Yuuji no flaquea, al contrario, su resistencia aumenta, con los ojos brillosos por sus lágrimas contenidas, recordando los días que encontraba al albino con desconocidas, la bilis se formó y cuanto deseaba escupirle en la cara al alfa por su cinismo.

-- Déjame ir Gojo -- gruñe en voz baja, las feromonas lo estaban debilitando -- escuchar tu voz solo hace que mi odio por ti, regrese.

El omega en su interior también intentaba resistir al alfa que tanto le había lastimado, pero la marca no ayudaba en lo absoluto.

La marca... esa maldita marca.

Yuuji podía sentir el deseo del contrario, podía sentir como la lujuria estaba envolviéndolos sin él quererlo, como ese alfa lo quería hacer ceder a sus instintos con las feromonas.

Y sintió asco, dándose cuenta que ese hombre que amó, en el fondo, no había cambiado. Solo buscaba complacerse a sí mismo, sin importarle sus sentimientos.

-- Déjame ir -- vuelve a decir -- me están esperando y no tengo tiempo para lidiar contigo.

Mala idea, de repente las disculpas se borraron de la mente del alfa, dejando solo los celos como sus únicos pensamientos.

-- ¿Te están esperando? ¿Acaso vas a verte con alguien? -- aprovechando la cercanía con el omega, sin vergüenza alguna lame la marca ubicada en la nuca.

Por primera vez Yuuji sintió terror, sentir la lengua en ese lugar hizo que un escalofrió recorriera por todo su cuerpo, sintió como la fuerza en sus piernas disminuía y eso solo incentivaba sus temores.

No quería, si se dejaba doblegar ahora, significaba que nada había cambiado, que todo ese tiempo en el que quiso ver por sí mismo por encima de los demás fue en vano.

-- Omega, mi hermoso Omega -- ese no era Gojo, era el alfa -- no sabes los celos que me dan el pensar que todo este tiempo estuviste con otro alfa, ¿Sabes? Incluso su horrible olor lo percibo en tu ropa. Debe desaparecer.

-- ¿Horrible? Te equivocas, el olor de mi alfa no es horrible -- pudo murmurar.

-- Pues claro que mi olor no es horrible -- se mofo con una arrogante sonrisa.

-- Tú no eres mi alfa -- como pudo, le sonríe en victoria -- te lo dije ese día, tú y yo ya no tenemos nada que ver uno del otro.

El olor del alfa se tornó más amargo, estaba enojado, no, furioso.

-- Mientras mi marca este en tu hermoso cuello, sigues siendo mío, mío y solo mío.

La mano que antes estaba aferrada a su cadera, comenzó a descender y acariciar sus muslos.

-- ¡Suéltame Gojo! -- le grita sabiendo lo que seguía si no se liberaba -- ¡He dicho que me sueltes!

-- No lo hare -- gruñe -- no si lo que harás será irte a los brazos de ese embustero, tú me perteneces... así como yo te pertenezco -- Yuuji ya no quiere oírlo -- Omega... hacia tanto que no te tocaba, sigues igual de apetecible.

-- G-Ghh... -- sin quererlo un pequeño quejido salió de sus labios -- ¡Alguien...!

Yuuji sintió los labios del alfa besando su cuello, seguramente en busca de dejar una marca.

-- ¡Por favor...! ¡Que alguien venga...! -- suplica en sus pensamientos -- Alfa... ¡Alfa ayúdame...!

La mente de Satoru estaba nublaba por los celos y la lujuria, sin importarle tomar al omega en ese callejón, comenzó a guiar su mano a los botones del pantalón del menor que temblaba debajo suyo.

-- Finalmente... estas a mi lado, mi precioso omega...

Demasiado enfocado en su propio sentir, que no sintió los pasos apresurados, tampoco el aroma de un alfa furioso y mucho menos el puñetazo que le dieron, alejándolo de su amado Yuuji que se refugió en esos brazos que acababan de salvarlo.

Satoru cayo de sentón en el callejón, llevando la mano a su mejilla golpeada, mientras miraba con fuego en los ojos al que interrumpió el momento, encontrándose con la persona menos deseada para él, mejor dicho, al que tenía fichado como al ser que quería desaparecer de la faz de la tierra.

Mientras tanto Yuuji sentía como las lágrimas caían, el alivio que sintió cuando fue salvado por su verdadero alfa, sus suplicas lograron atraerlo de alguna forma.

¿La ironía? Que quien tuvo que sentir su desesperación primero debió ser el alfa que lo marco y no un segundo.

-- ¿Estás bien? Me preocupé cuando me di cuenta que te estabas tardando -- le hablo en voz baja el alfa acariciando su cabello en consuelo -- perdóname por llegar tarde.

Yuuji negó, el alfa había llegado a tiempo y aunque quiso decírselo, las palabras no salían, solo pequeños hipidos causadas por su llanto de impotencia.

-- Justamente a quien no quería ver.

-- Podrida decir lo mismo yo de ti, Gojo Satoru.

Ambos alfas se vieron a punto de atacarse uno al otro. Uno para recuperar lo que era ''suyo'' y otro para proteger al omega que había suplicado por su ayuda. Mientras en el centro de la tormenta estaba un omega llorando por todo el remolino de emociones que sintió hace un momento.

En el pent house de su pareja, Yuuji no pensó que Satoru lograría caer incluso más bajo de donde lo tenía catalogado, pero como siempre, ese hombre lograba sorprenderlo, aun si fuera para mal.

Sintió como la indignación llegaba a envolverlo, ¿En serio se atrevió a intentar follarlo como si fuera una prostituta? ¿Gojo había caído tan bajo como para dejarse llevar por sus instintos?

-- Toma, te ayudara a relajarte.

Aceptando la taza humeante, sopla un poco y da un pequeño sorbo, sintiendo el sabor de su té favorito.

-- Incluso en momentos como estos, descubres la manera de hacer que te ame todavía más.

El hombre se sienta en la mesita para poder verlo de frente, soltando un resoplido que sonaba como una ligera risa.

-- Sera porque tengo al omega más hermoso frente a mis ojos y no quiero perderlo.

Recibiendo un beso en la frente, Yuuji se dejó consentir por su alfa, sintiendo al instante las feromonas emitidas por el mayor, buscando que olvidara la mala experiencia. Sin embargo, aquello no sería posible, las preocupaciones seguirían ahí, Gojo seguiría en su cabeza, igual que los sentimientos que buscaba enterrar para siempre y los contras que llevaba seguir poseyendo la marca en su nuca.

-- La marca... -- sin pensarlo lleva una mano en su nuca -- es cierto, mientras tenga esta marca, él nunca me dejara tranquilo.

-- ¿Yuuji?

-- Hiromi... quiero quitarme la marca de Gojo, ¿Cómo puedo hacerlo sin su consentimiento? Mejor dicho, ¿Cómo puedo evitar que me detenga?

El alfa mantuvo la mirada a los ojos muertos del más joven, a simple vista no mostraba nada, casi como si fuera una muñeca, pero debido a que el mismo vio el cambio desde sus inicios, sabía que esa mirada muerta, significaba que su omega estaba dispuesto a todo para cortar cualquier relación con Gojo Satoru. Como la vez que se conocieron y le confeso su plan para dejar al alfa albino.

-- Quiero terminar con él, ya no quiero tener nada que ver con un alfa que solo sabe hacer sufrir a mi lobo interior.

-- Hay formas, pero, ¿En serio estas dispuesto a borrarte la marca? No es un procedimiento fácil e indoloro.

Su pregunta iba por la salud del omega, había visto casos de omegas borrándose la marca de alfas a través de cirugía, pero no era un proceso fácil, ni mucho menos barato, además de que había posibilidad de que la salud del omega se comprometiera.

-- Quiero -- dice seguro dejando la taza a un lado y tomando la mano del alfa, que era mucho más grande que la suya -- tener esta marca solo será un recuerdo constante de que en algún momento le pertenecí a Gojo y odio eso.

Había un fuerte rencor en su voz, un dolor que intentaba calmar tomando la mano de su nuevo alfa y aspirando su aroma a té de clavo y canela.

-- Pertenecer a un alfa que nunca supo respetarme, un alfa que solo supo mentirme y a la primera oportunidad revolcarse con cualquiera que se le pusiera al frente, alguien que no pensó en el compromiso que significaba el marcarme... no quiero estar con alguien así.

Itadori sentía en estos momentos la marca como una maldición y quería exorcizarla a como diera lugar.

Y cuando sintió los brazos de su alfa envolverlo supo que él estaba dispuesto a actuar como el hechicero para deshacerse de su sufrimiento.

-- Estoy para lo que necesites, omega, mi Yuuji.

-- Gracias... alfa, mi Hiromi.

Relajándose por sentir se protegido por ese hombre, se permite sonreír un poco y alza su cabeza para darle un pequeño beso que fue correspondido.

-- Te daré mis tarjetas para que puedas comprar todo lo que necesites.

-- Realmente te estas esforzando de más.

-- Si te trata de mi adorable omega, no está de más gastar un poco más.

Ya había pasado una semana y no se atrevía a salir de su departamento.

Satoru no tuvo el valor de llamar a sus amigos, sabía que en cuanto les contara lo sucedido, Shoko atacaría contra su cuello y Suguru pondría en su testamento que ellos se quedarían con toda su fortuna.

Era una excusa, la realidad era que se estaba sintiendo realmente culpable por lo que había sucedido, no pensó con claridad, dejo que sus bajos instintos reaccionaran contra su precioso Yuuji.

Reacio a que alguien lo viera en ese estado tan deplorable, se encerró por completo, en sus orejas deja que los audífonos hagan su trabajo, reproduciendo la música para desconectarlo del mundo exterior y con ellos todos sus problemas.

Tal vez se debiera a que su playlist se hubiera puesto en su contra, pero no dejaban de sonar canciones que ambientaba de maravilla su depresión.

Lo peor era que conforme escuchaba la letra, solo podía tener dos imágenes en su cabeza.

La primera era donde él y Yuuji eran felices hace ya tres o cuatro años, cuando recién habían empezado su relación. Y la segunda del ahora donde Yuuji estaba abrazando a ese hombre, aferrándose a ese alfa como si su vida dependiera de ello.

Había una gran diferencia en los ojos de su amado, en el pasado sus ojos brillaban como gemas cada que lo miraba, ahora en esos ojos solo podía sentir odio y desprecio hacia su persona, eso era lo que lo terminaba destrozando.

Aunque las cosas podían empeorar y eso lo descubrió minutos después cuando comenzó a sentir un gran ardor en su nuca más un fuerte dolor en sus encías, sus colmillos comenzaron a crecer llegando al punto de tener que abrir la boca para evitar morderse la lengua.

El dolor en la nuca comenzó a intensificarse hasta que llegar a ser tan que comenzó a llorar y retorcerse de formas que ni el mismo sabía que podía hacer.

Se aferraba a si mismo mientras gritaba por que el dolor parara, siendo el peor que había sufrido en su vida, como si fuera fuego directo a su piel.

Al mismo tiempo que Satoru sufría en su cama por ese dolor proveniente del infierno, Yuuji se internó a una cirugía para quitarse la marca que le había hecho su antiguo alfa.

Fue el karma lo que le llegó, ya que casi era como un castigo para el alfa, sufrir todo el dolor que él no sintió pues había sido anestesiado.

Otra diferencia fue que mientras Satoru paso todo ese dolor solo, Yuuji fue recibido no solo por un beso de su alfa, sino que al parecer una sorpresita venia junto a la liberación del omega.

Por primera vez desde que llego al consultorio de Shoko, recibió una mirada de pena de ella, casi como si no quisiera decirle la cruda verdad de algo.

-- Oh hombre... Dios siempre me deja sus peores batallas.

-- Parece que si sabes qué fue lo que mierda me paso ayer -- dice queriendo tocar su nuca, pero se detiene teniendo un dolor fantasma -- fue el peor dolor que sentí en toda mi vida, fue como si ardiera por dentro.

La castaña lo evalúa de pies a cabeza, dándose cuenta que ya no quedaba casi nada de lo que una vez fue el orgulloso Gojo Satoru.

Piel reseca, cabello hecho todo un desorden, unas enormes orejas pronunciadas, se volvió más delgado, incluso su forma de vestir había cambiado a como era antes y no se refería a las marcas, sino porque su propia persona no sacaba a relucir esa ropa cara.

-- Te está comenzando a pasar factura lo que hiciste... -- piensa, pero no con ironía, sino con la genuina preocupación de una amiga -- Si, se lo que tienes y no es muy bonito explicarlo que digamos.

-- Solo habla, no creo que nada vaya a empeorar mi situación.

Shoko se muerde el labio para evitar soltar una palabrota.

-- Bien, si dices que no es para tanto, entonces escucha bien... -- ella misma se dio su tiempo para decírselo, solo para prepararlo -- Yuuji logro borrar tu marca.

Fue testigo en primera fila, como el rostro de Satoru se desencajaba por completo, su labio había comenzado a tiritar y sus ojos cada vez perdían más cordura.

-- ¿C-Como-? -- se trabó con su propia saliva -- ¿Se borró-? ¿A qué te refieres? Yuuji tiene mi marca de alfa, ¡Yo lo marque Shoko, es mi omega!

No se sorprendió como comenzaba a perder los estribos.

-- Es difícil, mas no imposible -- comienza a explicarle -- hace unos años se propuso el eliminar la marca de un alfa a través de una costosa cirugía, aunque gracias a varias campañas a favor de la protección a los omegas, hay casos de abusos en donde el afectado puede recibir una cirugía y también...

Satoru había dejado de escuchar, toda esa palabrería no era importante, solo había una cosa que escuchó y es lo único que invadió sus pensamientos.

Yuuji llego hasta el extremo de borrar su marca, lo único que le daba siquiera una mínima esperanza de regresar a ser lo que era antes.

Podía sentir toda una amalgama de emociones, incluso sintió que estaba por vomitar, incapaz de entender todo lo que le acababa de pasar.

Y aún faltaba, pues el plan de Yuuji apenas había comenzado.

''Veámonos en este lugar en una semana''

Fue lo que decía el mensaje que recibió esa misma noche.

Itadori recuerda a la perfección el día que conoció a Higuruma Hiromi, su nuevo alfa, fue cuando estaba en uno de los momentos más bajos de su vida, es decir, cuando Gojo había vuelto a mentirle por ya una tercera vez en su propio departamento, no había aguantado la humillación por lo que escapo a paso silencioso del cuarto antes que formar una escena que solo serviría para aumentar el ego de ese detestable alfa.

Ese día había querido sorprenderlo llegando temprano a casa, decirle para salir a comer como la supuesta pareja feliz que eran y tal vez, solo tal vez, intimar como la pareja marcada que eran, pero al parecer el sorprendido había sido otro.

Al final había preferido vagar por las calles, aun si eso significaba resfriarse o dejar que su estómago rugiera sin parar por el hambre, nada le importaba, el dolor en su orgullo fue lo único que no podía ignorar, tanto él como su lobo interno estaban tan llenos de rabia, queriendo vengarse de una u otra forma de ese alfa estúpido que se creía con el derecho de engañarlo.

Y la forma de vengarse llego en forma de un atractivo abogado que se había sentado a su lado en aquel parque.

-- ¿Quién eres?

El mayor lo mira de reojo, Yuuji observa esos ojos negros examinarlo y siente un pequeño cosquilleo en la boca del estómago.

-- Es atractivo...

-- Siempre vengo aquí para despejarme un poco -- confiesa volviendo la vista al frente -- aunque no esperaba encontrarme con un omega tan triste siendo un día tan despejado.

Yuuji por un momento se sonrojo por la vergüenza de que un desconocido notara tan rápido su estado.

-- ¿Me veo tan mal?

El desconocido le negó con la cabeza.

-- Solo soy un buen observador, además que tu olor no deja mucho a la imaginación.

El chico se siente traicionado por su lobo interno, se supone que no deben mostrarse vulnerables antes otras personas, ellos no lloran.

No supo en ese momento que su omega interno le había hecho un favor, pues el alfa interno de ese hombre actuó en instinto protector, queriendo proteger a ese, a sus ojos de un hombre hecho y derecho, cachorro.

-- Puedes hablar con confianza, no nos conocemos, pero por eso mismo puedes tener la seguridad que nadie que no desees se enterara de esto... además que soy abogado, tengo prohibido divulgar información a otras personas -- esto último fue con un deje de gracia.

No confió al instante, pero cuando olio las feromonas a te de canela y clavo, se sintió tan tranquilo, casi como en casa, que sus murallas no tardaron en caer, confiando a un desconocido su resentimiento contra el alfa que tanto daño le estaba haciendo.

Quiso solo enfocarse en su problema, pero conforme comenzaba a hablar, sintió como las palabras solo fruían como el agua, ya no solo era contar su problema, sino también revelar el por qué no podía dejar a ese alfa, el cómo se conocieron, como llego a amarlo tanto y como se sentía realmente con tantas infidelidades y él sin poder alejarse definitivamente.

Ese hombre no lo juzgo, no comento, solo le dio lo que en ese momento quería, una persona que lo escuchara sin prejuicios.

Pero no solo fue el primer día, pues luego de eso, Yuuji no quiso olvidarse de ese amable hombre que le presto oídos cuando más lo necesitaba.

-- Siempre podemos reunirnos en este lugar cuando tú quieras, será nuestro pequeño lugar secreto.

Y fue esa ocurrencia lo que lo hizo reír, aceptando el reunirse cada que podían, a la misma hora, hablar ya no solo uno, sino que entre ellos comenzó a generarse conversaciones amenas y luego unas largas charlas donde se sonreían uno al otro como si fueran una pareja de adolescentes.

Tres meses después tuvieron sus primeras citas, cuatro meses después comenzaron a pasar los celos de cada uno entre ellos, y unos dos meses después Yuuji aprovecho el nuevo engaño de Gojo para dejarlo definitivamente, subiendo al coche de Hiromi quien lo había dejado en ese lugar en primer lugar para no levantar más sospechas.

-- Al final no fue necesario planear nada -- comenta sin dejar de mirar la pista.

-- Te lo dije, Gojo aprovecharía este ''viaje de reencuentro de amigos'' y traería a la primera omega que se pusiera en frente.

Yuuji no se lo dijo a Hiromi, pero en ese momento, cuando vio a Gojo teniendo relaciones con esa otra omega, no sintió ira, rencor, mucho menos tristeza, solo sintió... alivio.

Alivio porque al fin tendría la libertad que había deseado desde hace más de dos años.

Tendría una mejor vida ahora que dejo ese anillo maldito y golpeo a su antiguo alfa, después de todo, Hiromi lo había cuidado con los mejores cuidados que alguien pudiera desear.

-- ¿Quieres comer algo en Valac?

-- ¿Alguna ocasión especial?

Como si no lo supiera, el alfa se rio.

-- Creo que ver a mi omega contento es suficiente para celebrar.

Como ama a Hiromi y su afán de consentirlo.

Satoru sentía como sus manos sudaban por las ansias de ver a Yuuji y pedir explicaciones sobre la marca, según Shoko, él debía siquiera ser informado de eso, pues además de alfa y omega, eran pareja, debió ser notificado.

-- Yuuji no llega... -- murmuraba bastante ansioso -- quiero verlo...

La camarera había ido por tercera vez a preguntar por su pedido y de paso intentar atraer su atención con sus atributos. Al final fue ignorada deliberadamente por el alfa que solo observaba la puerta con el corazón en la boca.

Y tres minutos después, por la ventana de la cafetería, vio ese molesto auto negro, el auto donde SU Yuuji se había ido aquella vez.

Quedo con la boca abierta cuando lo vio salir de ese auto y los alfas y betas dentro del lugar también quedaron embobados con la belleza de Yuuji.

Se veía mucho mejor de lo que nunca lo había visto antes, no solo su cabello se movía como el viento, su piel se veía mucho más sana, sus ojos brillaban como el oro y dios sabia que esa ropa de marca Dior resaltaba el despampanante cuerpo del pelirosa.

-- ¿Te hice esperar mucho? -- incluso su voz sonaba mucho más sexy de lo que recordaba.

-- N-no... no en realidad.

Se sentía como un adolescente de nuevo, tal vez como en su primera cita, solo que, con los papeles intercambiados. La camarera se acerco y Yuuji pidió dos malteadas, una de fresa y otra de chocolate, pedidos que no tardaron en ser traídos.

La fresa de su batido le hacía recordar el aroma de Yuuji, un olor que no pudo sentir desde el incidente y lo extrañaba.

-- Te ves bien.

-- Gracias, lo compro mi alfa para mí.

Sintió como una flecha se le incrustaba en el corazón y por la sonrisita de Yuuji había sido a propósito.

-- Ah sí... ¿Sabes? Shoko me informo de esta novedosa cirugía para remover la marca.

El menor asiente.

-- Sí, en realidad no fue difícil conseguirme una cita, Hiromi tiene sus contactos.

Yuuji buscaba hacerlo rabiar nombrado a ese nombre y llamarlo alfa.

Había logrado conseguir información de ese hombre gracias a Mei Mei, Higuruma Hiromi un abogado bastante conocido, en realidad era el presidente de la escuela de abogados de Japón, manejaba su propio bufete de abogados y al parecer estaba por terminar una especialización para trabajar como Notario.

-- Pero debiste haberme notificado de eso, tenía derecho a que me dijeras que buscabas quitarte la marca de TÚ alfa.

Yuuji no corrió la mirada como antes lo hubiera hecho cuando se mostraba enojado, al contrario, los ojos que hasta hace un momento habían tenido un brillo único, ahora estaban opacos como dos pozos sin fondo.

-- ¿Mi alfa? -- repite -- Lamento decirte que desde el primer engaño perdiste cualquier privilegio de ser mi alfa... ni siquiera deberías poder verme cara a cara después de lo que hiciste.

Satoru sintió como una gota de sudor pasaba por su rostro ante el recuerdo.

-- Convencí a Hiromi de no poner una orden de alejamiento en tu contra -- revela -- a cambio de poder hablar los dos en este momento.

El Yuuji que Satoru estaba presenciando no era para nada ese omega tímido que conoció en la preparatoria, este omega tenía una mirada decidida junto a un aura de autoridad absoluta.

-- Escúchame con atención, porque será la última vez que hablaremos tú y yo.

-- Te amo tanto Yuuji, que nada me hará separarme de ti, porque eres lo más especial para mí.

Aquellas palabras se los dijo aquella vez que le dio ese anillo que significaba su ''amor y fidelidad'', un supuesto anillo de compromiso. Pero él no sabía que su futuro yo, engañaría a ese mismo omega al que le había prometido el mundo, un año después.

Un... maldito... año.

Su palabra había durado muy poco

Satoru siempre fue alguien que había conseguido todo lo que quería y era bueno en todo, por lo que su vanidad estaba elevada hasta por las nubes y no era capaz de valorar lo que tenía.

Y eso fue justo lo que lo llevo a perder lo que más amaba en el mundo, el omega que amo como nada en sus épocas de adolescencia, pero a la vez a quien más daño hizo cuando se volvieron adultos y se presentaron como una pareja marcada.

-- Por favor, Satoru, ahora que has marcado a Yuuji - kun, promete que no harás nada para dañarlo.

-- Mi hermanito es un ángel, por lo que, si te atreves a dañarlo, yo acabare contigo.

-- Lo mismo que Choso, pero antes te cortare las b0las y se los daré de comer a los peces.

-- Eres muy poco para Yuuji, pero ya que él te eligió, será mejor que lo trates mejor que a ti mismo.

Podría pasarse toda la noche recordando todas esas veces que todos sus amigos y conocidos intentaron llevarlo por el buen camino, uno donde tendría su final feliz con su dulce omega teniendo la familia feliz que siempre soñó.

Aunque claro, Gojo Satoru no sería Gojo Satoru sino se divirtiera de vez en cuando, ¿Verdad?

Tal vez por eso no tardo en besar a la primera omega que se le insinuara a pesar de ya tener a alguien que lo esperaba en casa.

Porque Satoru no supo valorar ese pequeño rayo de Sol que significaba Itadori Yuuji en su vida, no supo apreciar los saludos, los abrazos, los besos, las atenciones, los pequeños detalles, solo supo complacerse a sí mismo, degradando a su pareja a nada más que otro de sus tantos compañeros de cama.

¿Dónde quedó su yo que se había jurado y perjurado hacer feliz al omega que decidiera seria su pareja de vida?

Pues estuvo desaparecido hasta que fue demasiado tarde para recuperar a su amado Yuuji. Y eso lo supo cuando terminando lo poco que le dijo el omega se estaba yendo a paso decidido de su vida.

-- ¡Espera! ¡Yuuji!

Aun así, una pequeña parte, esa parte que seguía amando con todo su ser a ese pelirosa, se aferró a ese pequeño cuerpo y soltó lágrimas en su hombro. Lagrimas que Yuuji no veía pues estaba de espaldas, pero si podía sentir en su hombro ahora mojado.

-- Lo siento, lo siento tanto... por favor créeme -- llora con amargura.

Yuuji mantenía la mirada hacia adelante, donde fácilmente podría perderse con el resto de personas que estaban yéndose a sus respectivos destinos, pero por alguna razón, en lugar de hacer lo mismo que ellos, permitió que ese alfa que tanto daño le hizo llorara.

Tal vez fue compasión o tal vez fue el resentimiento que aun habitaba en su corazón, pero lo dejo llorar, lo dejo desahogarse.

Dejo que, por última vez, se consolara en él.

-- En todo este tiempo que no estuviste conmigo, me di cuenta de lo horrible que fui contigo... te fallé... como pareja... como amigo... como alfa... no cumplí con mi promesa de hacerte feliz.

-- No... no lo hiciste -- le responde en un pequeño susurro.

-- Solamente puedo pensar en todo lo que tuviste que pasar por mi culpa, ni siquiera te di la atención que te merecías en tus celos, te dejaba de lado... maldición, incluso al escucharme solo puedo odiarme más y más a mí mismo.

Los brazos de Satoru lo tenían envuelto con fuerza, recordándole por un momento esos tiempos de preparatoria donde lo abrazaba de esa misma manera, pero solo para que lo consintiera o cuando alguien se acercaba demasiado a él y se ponía celoso.

-- Parece que te has dado cuenta del tipo de persona que eres realmente... -- menciona con algo de crueldad -- entonces entenderás por qué hice lo que hice, ¿Y sabes? No me arrepiento en lo absoluto, ahora soy feliz con un alfa que en verdad me valora y no uno que no tuvo reparos en engañarme.

Dolía, dolía como la m¡erda como su dulce Yuuji se había convertido en ese ser que ahora lo despreciaba.

-- Yuuji, solo dame una oportunidad, solo una...

Los cabellos del nombrado se erizaron por completo ante la absurda propuesta, ¿Volver a la basura? ¿Volver al asco de vida de ser un mero juguete de un alfa que solo buscaba satisfacerse a sí mismo?

-- En verdad-

-- Créeme que he cambiado, ya no más engaños, ya no más mentiras, te prometo que no habrá más que felicidad en lo que resta de nuestras vidas.

Lo deja desahogarse, porque sabe que no caerá en las mentiras de siempre, que no caerá en una promesa tan vacía y en palabras que ya no cree que tenga alguna pisca de sinceridad.

Ni su omega ni él estaban dispuestos a más migajas de un amor tan vacío como el de Gojo Satoru.

-- Ya pertenezco a otro alfa Gojo, no necesito de más amor que el de él.

-- ¡Seré mejor que él! ¡Lo prometo! -- grita apretando más su agarre en ese delgado cuerpo -- Si quieres no te quites su marca, pero por favor, vuelve conmigo, no... no te vuelvas a ir.

Yuuji no responde.

-- Acepto todos mis errores, no volveré a verte menos, es más, mírame como la mierda que soy, degrádame, humíllame, aprovéchate de mi apellido y mi dinero, te lo daré todo... tú y el cachorro que tienes en tu vientre... todo será de ustedes sin ningún truco, tan solo... vuelve... Yuuji... solo vuelve... omega...

Estaba formando una escena, mas cuando se dejo caer y se aferro a la cintura del pequeño omega, pero la gente los ignora, porque eso no le importaba a la gente que tenia otras cosas que hacer.

-- Te amo... perdóname por no haberme dado cuenta del maravilloso omega y persona que tuve a mi lado todo este tiempo... -- ruega tomando una de las manos contrarias y poniéndolo en su propio rostro -- por no valorar cuando me despertabas con besos, por no valorar los pequeños detalles esos días donde no me sentía bien, las salidas cuando yo estaba aburrido-

Para ese punto, Yuuji ya no quería escuchar más.

-- Ya basta Satoru -- corta sin importarle su propio error al volver a llamar por su nombre.

-- ¿Acaso es porque no quieres terminar con ese hombre? ¡Podemos ser amantes! ¡No me importa que estés marcado a él! ¡Podemos vernos de vez en cuando! ¡Salir y-¡

-- ¡¿Si quiere escuchas lo que dices?!

No, para ese momento, a Satoru ya no parecía importarle nada, humillarse, rogar, llorar, mostrándose así de patético ante alguien.

Pero ese omega lo valía, su Yuuji lo valía.

-- Yuuji... por favor.

Verlo en esa posición fue algo que Yuuji nunca pensó ver, si era sincero, a lo mucho había esperado que formara una escena de celos frente a Higuruma.

¿Pero esto? Nunca creyó que llegaría a humillarse por él.

Y así un pequeño destello de compasión llego en su corazón, después de todo su venganza ya había terminado.

-- Si en verdad estas arrepentido... -- habla mientras con la mano que el albino tomo le limpio las lágrimas -- harás feliz al omega que elijas, será afortunado.

La cara del albino no deja de reflejar tristeza mientras niega con la cabeza.

-- Tú eres el único, el único omega que elijo y elegiré, eres mi amado cerezo.

Mi amado cerezo...

¿Cuándo fue la última vez que le escucho llamarlo de esa manera?

La versión de ambos viéndose en su época de juventud, esa ocasión que ese torpe senpai lo había llamado ''Hermoso Cerezo'' sin pensar, el apodo quedo ahí hasta que se graduaron.

Y Satoru lo volvió a llamar así.

Pero demasiado tarde, el ya había tomado una decisión.

Finalmente dejo a ese desconsolado alfa atrás, mientras dejaba que por última vez en su vida, una lagrima bajara por su rostro por ese alfa.

Un alfa que en un inicio fue su todo, alguien que por un tiempo lo trato como la joya más preciosa.

-- En otra vida... amémonos para siempre.

Porque en esa vida, decidió amar para siempre a otro que no era Satoru.

Años pasaron y hasta el día de hoy no olvido a esa gema en forma de persona que perdió por su propia idiotez.

Ni siquiera podía considerarse como una persona decente.

Después de Yuuji no llegó a amar a otro omega, por más que se ofrecieran varias candidatas y candidatos, ninguno llenaría el vacío que llego su amado cerezo en su vida.

Sus socios pedían un heredero, adopto un cachorro que perdió a sus padres, lo nombro Ryota, pues el niño era tan brillante y alegre.

Su niño hizo amiguitos en el preescolar, pero había uno que parecía gustarle mucho, un niño llamado Yuu que solía sentarse a su lado, según le contaba su pequeño.

Un día, fue a recoger a su hijo y conoció sin querer al niño, al ver esos ojos mieles casi dorados, sintió como tragaba pesado mientras sudaba frio.

Esos ojos que conocía muy bien.

-- ¡Yuu~!

-- ¡Mami! ¡Papi!

El niño se despidió de él y de su hijo, corriendo al llamado de ese omega que no había visto en mucho tiempo.

No queriendo ser obvio ni que notara su presencia, acomoda su gorra para que no se viera su cabello y mira de reojo, esperando que sus lentes no dejen a la vista sus ojos celestes.

Ahí estaba, Yuuji, el omega de sus sueños, se veía tan feliz, viendo a su marido cargando a su hijo mientras el cargaba a un pequeño bebe.

Le rompió el corazón, pero a la vez sonrió por él, sonrió por la felicidad que consiguió Yuuji, aun si no fuera a su lado.

Toma la mano de su hijo y se va mientras evita con todas sus fuerzas llorar frente al pequeño.

-- En otra vida... prometo ser alguien digno de estar a tu lado -- susurra tan bajo que paso como un soplido.

Fin del One - Shot

Comentario de la Autora (2024) : La verdad es que es mi primera vez escribiendo GoYuu y sentí una satisfacción al hacer a Satoru sufrir tanto después de todos las infidelidades que leí en  face y wattpad. La version por partes en mi Facebook pero tambien quise que los que me siguen por aqui tambien pudieran leerla.

Y si alguien me pregunta ¿Porque Higuruma como el otro alfa? Pues mano, el shipp pudo mas que yo, mas los comics que encontre me terminaron de convencer.

Ahora:

Curiosidades y Extras.

- La diferencia de edad entre Satoru y Yuuji es de 2 años.

- Esta historia la pense mientras escuchaba Shakira (la cancion que le dedico a su ex infiel).

- Pensaba hacer un final mas cruel donde Yuuji le decia a Satoru basicamente que lo condenaba a amarlo eternamente y que siguiera sufriendo por lo que le habia hecho, pero me dijo, ese no seria mi Yuuji asi que lo cambie.

- No hice a ningun personaje canon para alguna de las infidelidades de Gojo pues no me gusta usar un personaje canon para hacer de cacho.

- Estuve debatiendome bastante si el otro alfa debia ser Nanami o Higuruma, es que amos me gustan bastante.

- Pensaba poner mas comedia, como Nobara sacando una muñeca vudu de Gojo y amenazando con perforar su corazon con ella y siendo Maki quien la detenga. O Sukuna tumbando la puerta de Satoru en modo, ''Ya llego tu peor pesadilla, perra''.

- No soy tan fan del Omegaverse, pero hice mi mejor esfuerzo.

- Yuuji seria el unico hermano omega, pues Choso y Sukuna son alfas.

- Me dio risa porque yo ya habia puesto en evidencia el alfa en face con un emoji, pero se demoraron en darse cuenta jajajajaja.

- Estaba completamente segura que me funarian al hacer una historia asi, pero parece que a la gente le gusta el drama jajajaja.

- En un grupo me eliminar dos partes y me puse nerviosa, incluso pense que me betarian de ese grupo.

- Mi parte favorita fue escribir al trio de Sa-Su-Sho, ame cada parte y me senti tan natural al escribirlos.

Listo creo que ya nada mas, estoy tan feliz de haber terminado este primer proyecto en este año y planeo hacer mas.

Espero que hayan disfrutado de la lectura, comenten, voten y siganme para mas.

Besos.

Bye bye~

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro