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13

No puedo conciliar el sueño. En verdad hace días me cuesta quedarme dormida.

Jungkook ha estado raro y casi no lo he visto. Me envía mensajes constantemente, pero no es lo mismo que hablar en persona. Me he estado quedando en su casa desde la discusión con papá, pero siento que las cosas entre nosotros han estado... diferentes. Y parece que hasta las flores lo saben, pues de un momento a otro se marchitaron y solo quedaron pétalos secos.

Debe ser porque Jungkook no las ha cuidado tanto y yo soy muy torpe como para salvarlas. Intenté mantenerlas vivas, pero creo que al final solo logré que se pudrieran. Y me siento muy inútil... No he ido a clases para no toparme con Jie ni con nadie en general, tampoco he regresado a casa y siento que el dinero se me va a agotar en cualquier momento. Papá dejó de rellenar mis tarjetas y los números solo han ido bajando. Soy pésima administrando el dinero, el cual gasté bastante en comprar cosas para la casa de Jungkook.

¿Será que al final la mentalidad de papá se me pegó más de lo esperado? A ratos siento que la única forma de mantener a Jungkook a mi lado es entregando mucho de mí y no solo en lo evonomu, tal vez por lo mismo tengo ganas de que esté a mi lado para poder tener sexo hasta no pensar en nada más. Él siempre logra distraerme de lo malo, pero últimamente ha sido más difícil. Por las noches llega cansado y prefiere dormir, ¿y quién soy yo para molestar si ya estoy de allegada en su hogar?

Pero me inquieta, no quiero perderlo. Sin embargo, tengo la sensación de que algo malo va a pasar. Fui muy positiva viviendo mi amor de forma tan loca... Ahora me siento atrapada, como si no supiera qué hacer con mi vida. Pero ese pensamiento no es tan extraño ni alejado de la realidad, pues en verdad no sé qué voy a hacer. Extraño mi habitación, mi guardarropas lleno, ir a restaurantes y dormir en hoteles. Tan solo han pasado días, pero se siente como si ya llevara un buen tiempo sumida en esta nube negra.

Tomo entre mis dedos el anillo que cuelga de la cadenita, como si de esa forma pudiera calmarme un poco pensando en la promesa que lleva consigo.

Mi teléfono vibra en el mueble al lado de mi cama. Lo tomo con rapidez pensando en que se trata de Jungkook, pero caigo en cuenta de que se trata de Jie al ver su nombre en el contacto. Me acuesto mirando el techo pensando en por qué me estará llamando cuando las cosas entre nosotras terminaron tan mal. Dudo en si responder, pero finalmente lo hago al ver su insistencia. Lo primero que llega a mi canal auditivo es un fuerte sollozo.

—Jihee, Hoseok... Él...

Su voz está algo ronca. Me cuesta un poco reconocerla en primera instancia.

—¿Jieun? —la llamo por su nombre, sin comprender lo que está pasando— ¿Qué sucede?

—Tuvo un accidente... —otro sollozo se le escapa— Él... Creo que murió. S-su madre estaba destrozada... Y él no volvió a casa. Me duele el corazón... No puedo con esto sola. No quiero pensar en lo peor, p-pero algo me lo dice.

Guardo silencio por un momento. A pesar de todo lo que pasó, escuchar su voz ronca por tanto llorar me duele en lo más profundo de mi ser... ¿Realmente su vecino pudo haber fallecido? ¿Por qué tan repentinamente? ¿Y por qué ella se ve tan afectada? Muchas preguntas vienen a mi cabeza, pero de repente me quedo en blanco. ¿Qué debo hacer? ¿Qué puedo hacer? Esta vez el dinero no es la respuesta... Tampoco un nuevo vestido y unos tacones como los que les di en el pasado...

Es tarde y Jungkook no ha llegado. Mi idea era esperarlo hasta que llegara... Pero en vista de que no puedo dormir, tal vez ir a ver a Jie me ayude a tener algo de paz en mi corazón inquieto. Una buena amiga estaría ahí para ella... Así que decido ir hasta donde esté. La compañía puede ser un buen apoyo, incluso si no hay palabras de por medio. En su lugar también me gustaría estar acompañada para no estar perdida en mi propia mente.

No conozco la muerte de cerca, pero me imagino lo difícil que debe ser

—¿Estás en tu casa?

—Sí.

—Voy a ir para allá. Espérame.

Y le cuelgo.

Me cambio de ropa y ni siquiera me tomo el tiempo de maquillarme. ¿De qué sirve arreglarme tras una noticia tan mala? Además, demorar más tiempo es lo que menos quiero. Tomo mi cartera colgada en una de las sillas de la pequeña mesa y observo la cocina antes de apagar la luz dejando el lugar sumido en oscuridad. Jungkook probablemente no va a llegar esta noche con lo tarde que es... Pero al menos dejé todo lo más ordenado posible. Algo tenía que hacer para no aburrirme estando todo el día ahí sin hacer nada más.

La noche está fresca y no se escucha nada a lo largo del pasillo, probablemente todos están durmiendo. Bajo la escalera desde el séptimo piso al ver que el viejo ascensor está en mal estado. ¿Qué estoy haciendo aquí? Me pregunto mientras bajo escalón por escalón. Desearía estar abrigada entre los brazos de Jungkook, pero en cambio estoy yendo por la noche fría hasta mi auto, el cual es el único objeto que definitivamente no pude dejar por nada del mundo. Sin él probablemente movilizarme sería más difícil.

Me subo al vehículo y suelto un suspiro. No sé si lo que estoy haciendo es realmente lo correcto... Pero quiero pensar que sí. Dejo mi cartera a un lado y enciendo el motor, por suerte al auto todavía le queda medio tanque y me alcanza para ir a casa de Jie. Pongo el GPS e inicio el recorrido. Ha sido una noche muy larga y lo va a ser todavía más.

Las calles están bastante vacías por lo que no demoro mucho en llegar, pero es impresionante el contraste que hay en los alrededores. Donde Jungkook todo es más oscuro y antiguo, mientras que el sector donde vive Jie se nota mucho más acomodado, aunque no tanto como en donde vivo. O bueno, el lugar que siempre llamé hogar, pero que ahora no sé cómo decirle.

Marco al contacto de Jie una vez que me estaciono fuera de su hogar. No sé si quiere que pase al interior o si prefiere hablar en el auto, así que espero a que responda. Suenan dos tonos hasta que contesta:

—Ya voy.

No demora ni veinte segundos en aparecer. Está vestida con ropa de dormir y trae el cabello suelto. Toca la ventanilla del copiloto y la bajo para escucharla.

—Vamos a hablar en mi habitación. Mis padres salieron.

Le hago caso y salgo del auto tras aparcar bien. Su casa es similar a la mía en varias cosas, aunque se nota que hay una mujer a cargo de la decoración, lo cual en casa ni por asomo es así, pues se nota que es mi padre quien tiene todo tal y como a él le gusta.

Tan solo miro la espalda de Jie a medida que avanzamos. No sé muy bien cómo me estoy sintiendo. Hay una mezcla de emociones en mi interior, tanto buenas como malas. Verla me pone ligeramente feliz (incluso en el estado que está), pero por otro lado la culpa me invade al recordar que la golpeé... Sin embargo, las palabras que me dijo vienen a mi mente y un rencor nace desde lo más profundo de mi ser.

Dijo que era una puta. Alguien que solo iba detrás de un pene... Y eso no se puede olvidar.

—Jie...

Intento iniciar la conversación, pero ella se me adelanta. Es como si hubiera estado leyendo mis pensamientos.

—Lamento lo que pasó ese día en Stardust —agradezco que me esté dando la espalda, pues soy incapaz de verla a los ojos—. Me-me dejé llevar por la rabia, también la envidia y te hice daño —su voz está temblando por sollozos y siento mi propia garganta apretada—. Tú siempre has sido muy buena conmigo, es verdad que a veces me dejaste sola para ir con hombres... Pero de todas formas te preocupaste. ¿Y qué si te follaste a un par de tipos? Al final igual te hacías un tiempo para mí, incluso aunque tu papá odió desde el momento uno que fuéramos cercanas.

Mi cuerpo es más rápido que yo y la termino abrazando por detrás. Mi lengua no puede articular palabras, pero sí soy capaz de expresar parte de lo que siento. Me siento aliviada de que no me odie y de que sus disculpas suenen tan genuinas, pero no solo es ella la que debe pedir perdón, pues por mi parte también debo reconocer mis errores. Es por eso que me armo de valor, sintiendo su cuerpo temblar entre mis brazos.

—Yo también lo lamento. Te juro que siempre he intentado ser una buena amiga, pero no siempre hice las cosas como correspondía y lo reconozco. Nunca quise hacerte daño y lamento mucho si mi papá hizo algo contra ti o tu familia... No me había dado cuenta de la persona que era, pero ya lo sé. Es por lo mismo que me fui de casa, no pude seguir junto a él sabiendo la clase de hombre que es. En mi vida no necesito un hombre malo.

Sus sollozos se detienen de forma abrupta y lentamente se da la vuelta hasta que estamos cara a cara. Veo sus ojos brillosos por todas las lágrimas que ha derramado y siento mis propios ojos húmedos. Jie es muy importante para mí, con tan solo ver su rostro lo confirmo.

Es mi única amiga. La única persona que apoyó mi actuar.

—Espera. ¿Escuché bien? ¿En serio te fuiste de casa?

—Bueno... Discutí con mi padre y luego de eso no volví más a casa. De eso ya han pasado varios días... Incluso dejó de darme dinero. Al parecer al final no soy tan mimada —intento bromear un poco, pero ella se mantiene seria.

—¿Y cómo lo has estado haciendo? ¿Necesitas ayuda? Puedo intentar convencer a mis padres de que te quedes aquí. De seguro hablando podemos hallar una solución.

Una gran tranquilidad invade mi corazón al ver que se preocupa por mí y de repente ya no me siento tan sola como me sentí hace unas horas. Sin embargo, no me quiero aprovechar sabiendo la situación en la que se encuentra su familia y mucho menos cuando las cosas todavía no han vuelto a la normalidad. Una cosa es disculparse, pero otra muy distinta es perdonar desde lo más profundo. Y con Jie todavía necesitamos tiempo para llegar a eso.

Dicen que el tiempo sana las heridas, y tenemos mucho que sanar en nuestra relación.

—No te preocupes... Me he estado quedando en la casa de alguien —al ver su confusión, sigo hablando— Últimamente han pasado muchas cosas. Y bueno, creo que al final caí en las redes del amor. Él me ha ayudado mucho, así que tengo un lugar en donde pasar el tiempo.

Mi respuesta parece no convencer mucho y la expresión en mi rostro parece tampoco ayudar. Pone ambas manos sobre mis brazos y siento lo frías que están.

Supongo que lo mío es entregar calor.

—Podemos arrendar un lugar para las dos. He conseguido ahorrar bastante por lo que he ganado en Stardust y una vez que las cosas estén más estables, podemos trabajar en un café o en un trabajo más normal —su agarre es fuerte, aunque no llega a ser doloroso—. ¿Qué dices? ¿No te gusta la idea?

—Claro que me gusta. Pero tengo una promesa que cumplir.

El anillo que llevo colgando de mi cuello es parte de esa promesa. Y como si fuera por arte de magia, mi teléfono comienza a vibrar. Ni siquiera debo ver de quién se trata, pues ya sé quien es. Solo Jungkook me podría contactar a esta hora.

***

Los días han pasado lentamente y con más tristezas que alegrías. Tras ir a la casa de Jie la he acompañado un par de veces, pero el resto del tiempo me la he pasado en casa de Jungkook. Por alguna razón todavía no me siento capaz de ir a la universidad, incluso si las cosas con mi amiga parecen ir ligeramente mejor.

Tras la llamada de Jungkook cuando estaba en casa de Jie, regresé a su hogar para poder verlo. Mi amiga no me dijo nada al respecto y solo me dejó ir luego de que le prometí que me cuidaría bien. Aunque no estoy segura de si lo cumplí del todo, pues al ingresar y ver esa pequeña cocina que ya era más que familiar, fui recibida por unos fuertes brazos y unos cálidos labios que me hicieron olvidar un poco el abandono de los días anteriores. Lo hicimos hasta el amanecer, tan duro como estaba siendo común. Mi cuerpo quedó lleno de sus marcas de amor, incluso mi cuello cerca del anillo que había recibido. Y si bien me había gustado estar entre sus brazos, había algo raro: ya no lo estaba disfrutando del todo.

A ratos Jungkook era muy brusco y se sentía como si su dulzura hubiera desaparecido, al igual que los lindos detalles que de un momento a otro desaparecieron. Lo que quedaba del ramo que me había dado fue a parar a la basura y en su lugar tan solo quedó el jarrón vacío con la imagen fantasma de lo que alguna vez había contenido.

No sé cuánto tiempo podré seguir así y el dinero cada vez disminuye más.

Observo el lugar que me rodea. No creo que haya problema si por un rato salgo de aquí. Me visto bien y me maquillo. Tal vez podría ir a casa por algo de ropa, de todas formas papá está trabajando y no creo poder gastar en ropa nueva siendo que debo priorizar el dinero para cosas más importantes. Quiero a Jungkook, realmente lo quiero con todo mi corazón, pero esta vida no está siendo para mí y ni siquiera tener sexo lo está compensando como alguna vez lo pensé.

Quiero amor de verdad, no un orgasmo pasajero.

El camino a casa me lo sé de memoria, por lo mismo no hay necesidad de poner GPS. Tan solo pongo algo de música para que el ambiente no esté tan silencioso, pues últimamente solo he tenido eso: un silencio infinito. Estar sola no es tan divertido, mucho menos cuando quien está en mi corazón ha estado distante y solo tenemos encuentros que me hacen sentir vacía. Me pregunto si hice algo mal o si dije algo que le molestó... Pero por más que le doy vueltas, nunca llego a una respuesta en concreto.

Le di mi corazón y mi cuerpo, ¿qué más podría querer un hombre enamorado? Pareciera que aquello es más complejo de lo que alguna vez pude llegar a imaginar.

Esos pensamientos inevitablemente me atormentan todo el camino. Tal vez que haya invadido su espacio es el problema... Y es en esos momentos que la idea de Jie de vivir juntas no me parece tan descabellada. Nos conocemos hace tiempo, por lo menos más tiempo del que conozco a Jungkook. Una sensación de agobio se instala en mi pecho, ¿realmente estoy dejando todo por un tipo del que casi no conozco nada? ¿Qué mierda estoy haciendo.

Es como si una bofetada me diera directo.

Sé su nombre, donde vive y que le gustan los cigarrillos... Pero solo eso. No conozco ni siquiera su edad, a qué se dedica o qué pasó con su familia o las amistades que tiene. Y me siento como una tonta. De repente mi corazón dominó por sobre la razón y fui capaz de dejar todo por un poco de cariño... ¿No es acaso eso ser como un animal abandonado que va en busca de la primera persona que le entrega algo de atención?

Pero no quiero terminar como papá dijo... Al menos mi corazón de cierta manera sigue intacto, o bueno, en gran parte.

Me estaciono a una cuadra de casa y tomo un gran respiro antes de empezar a caminar hacia la entrada. No pensé que volvería tan luego a este lugar, pero es realmente necesario. Necesito un momento para mí, para disfrutar aunque sea un instante de todo eso que realmente me puede hacer feliz. Soy una hipócrita, pero me es imposible no recurrir a los lujos aunque sea un momento. De todas formas aunque haya discutido con mi padre, es su deber darme parte de lo que tiene.

Él me trajo al mundo y se debe hacer responsable, incluso si no lo sabe.

Entro en silencio, procurando no hacer ruido que pueda llamar la atención. Me siento como si fuera una intrusa aunque toda mi vida he vivido en este lugar y me invade la misma sensación que sentí cuando me metí al cuarto de mi padre para sacar los anillos.

Me dirijo a mi habitación lo más rápido que puedo y me tiro en mi cama una vez que me he asegurado de que no hay nadie más en casa. El suave colchón me recibe con mucho gusto y me doy el tiempo de relajarme al sentir tanta comodidad. Extrañaba mi colchón y la vista de mi habitación. Todo está tal y como lo dejé y dejo salir el aire de mis pulmones sintiendo un gran alivio.

Lamentablemente el silencio no dura mucho, y mi teléfono sonando interrumpe la calma que se había formado. Con rapidez lo saco de la cartera y veo de quién se trata. Es Jungkook... ¿Por qué me está llamando si debería estar trabajando? De todas formas, me atrevo a contestar.

—¿Hola?

—Hola. ¿Cómo estás?

Su voz es calma. Su pregunta se siente suave. Mi corazón se calienta un poco, para esa llama que surgió muere enseguida.

—Estoy bien, ¿qué hay de ti?

No sé por qué estoy nerviosa si no estoy haciendo nada malo, pero siento mi garganta apretada.

—También estoy bien... Aunque en realidad no tanto. ¿Por qué no me dijiste que irías a casa de tu padre, ángel? —su voz sigue tranquila, pero mi nerviosismo crece— Espero que no te moleste, pero si vas a buscar algo, me gustaría acompañarte.

—Oh, no es necesario...

No sé qué más decir. ¿Cómo se enteró? ¿Fue a su casa y no me vio? Hasta donde recuerdo, no di ninguna señal de que iría a casa de mi padre a buscar algo. Tal vez solo fue algo obvio... Mi cabeza no puede pensar en algo en concreto y me siento en la cama de a poco.

—Claro que sí, cielo. Después de todo lo que ha pasado, no me gustaría que estuvieras sola. Ya fuiste a ver a tu amiga y me dejaste preocupado. ¿Y si abres la puerta? —por un instante mi sangre se congela y me quedo inmóvil en la cama— Quiero decir, cuando llegue hasta allá.

—¿Y qué pasa con tu trabajo? —me atrevo a preguntar.

—Me tomé el resto del día libre para estar contigo. Últimamente no nos hemos visto más que en las noches —sus palabras me tranquilizan un poco, pero mi corazón sigue alerta— Vamos, déjame ir para hacerte compañía. Tengo muchas ganas de verte y no puedo aguantar hasta que regreses a casa.

13/09/24

Cada vez más cerca del final. Porque sí, es historia corta para que puedan leer todas las historias de la saga 😎

Así que no se olviden de pasar por la historia de WangNini_ NewHopeland y liveforjk

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