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08


—Vamos, tómalo... todo. Sé una buena chica y recibe lo que tanto has deseado.

Su voz es grave, rasposa y hasta cierto punto tiene un tono de queja. Es tan atractiva y seductora que no puedo evitar soltar un suspiro solo por el hecho de sentirla rozar contra mi oreja. ¿Cómo puede ser que suene tan lastimero y me guste tanto? Mi entrepierna recibe de lleno no solo mi propia excitación, sino que también la que pertenece a quien está sobre mi cuerpo.

Porque Jungkook está sobre mí, con su respiración agitada y mostrando toda su piel, tanto la tatuada como la que no tiene ni una gota de tinta. Su cuerpo tiene una fina capa de sudor y mi cuerpo está de la misma forma.

—Perdón. Mi mente está en blanco... No puedo pensar en nada.

La garganta me duele como si me la hubiera pasado horas y horas gritando a todo pulmón. Siento su sonrisa bajar por la piel de mi cuello, provocándome cosquillas justo donde tanto duele. Deja suave besos, algunos más húmedos que otros, y como no, si su lengua se une al juego de acariciar mi piel como si fuera una paleta.

No tengo idea de cuál sea su sabor favorito, pero en este momento parece ser mi piel. Se toma su tiempo y pareciera que lo está disfrutando mucho, me atrevería a decir que incluso más que yo.

—No es necesario pensar, Jihee, solo deja que te vuelva loca. Me encanta verte en este estado.

Su mano derecha acuna mi seno izquierdo, acariciando suavemente pero tomándolo con firmeza. A la vez, siento más su dureza contra mi centro. Se frota una y otra vez, desplazándose con lentitud pero siendo duro con cada uno de sus movimientos, y me siento derretirme con cada roce que me nubla la mente y potencia mis sentidos. Mi piel arde, desde mi rostro hasta las puntas de los pies, sin dejar ningún lugar sin esa sensación. Sus labios dejan marcas en cada sector de piel que toma y hay una sonrisa constante de la cual soy consciente cada vez que sus dientes presionan.

Cuando siento que el placer ya está llegando a la cúspide solo con esos roces externos, lo siento introducirse en mí con extrema lentitud. Llevo mi cabeza hacia atrás mientras me pierdo su expresión, pero me amoldo a su forma como si mi cuerpo estuviera hecho solo para recibirlo a él y a nadie más. Estoy delirando, definitivamente ya nada tiene sentido y solo me puedo centrar en tomarlo de a poco a la vez que sigo recibiendo su cálida respiración a lo largo de mi piel.

Late en mi interior con fuerza, y parece estar disfrutándolo al máximo. Cada centímetro es bien recibido por las contracciones de aquel lugar y él juguetea llevando mi excitación al límite.

—¿Ves que se siente... bien? —llevo mi mano derecha a su pecho desnudo, tocando el gran tatuaje de aquella palabra que tanto llama mi atención— ¿Te gusta?

Su respuesta es una suave embestida que va muy profundo. Es como si estuviera indagando, viendo hasta dónde puede llegar y cómo lo puede hacer. Se toma su tiempo, realmente dura más de lo que puedo resistir, por lo mismo muevo mi cadera para incentivar a que siga moviéndose. Necesito que lo haga antes de perder la cabeza, y es mucho decir cuando ya la he comenzado a perder desde hace bastante minutos atrás.

—Qué impaciente eres, ángel. Aunque me gusta verte así... Nunca me cansaré de decirlo.

Su rostro aparece en mi campo de visión al entreabrir los ojos. No hace falta que diga algo más, él hace lo que tanto deseo y de repente otra vez estoy con los pensamientos mezclados y la respiración más inestable que mis piernas, las cuales intento mantener abiertas para darle todo el acceso que necesita. Mis manos tiemblan sosteniendo mis muslos, estoy tan nerviosa que sinceramente me cuesta sostener mi piel que ya no sé si está húmeda por sudor o por algo más.

El calor aumenta, los resortes del colchón dan de lleno contra mi espalda y el sonido de la cabecera de la cama invade la habitación, a ratos con un ritmo continuo y a ratos con un ritmo por completo desordenado. Mis gemidos se mezclan con los jadeos de Jungkook y dejo de sostener mis piernas ya que él me ayuda con esa tarea. Sus manos frías toman con fuerza mis tobillos, y a pesar de la temperatura de su piel, siento arder con mucha intensidad.

Su cabello está desordenado y gotas de sudor se deslizan por sus pectorales y sus abdominales hasta que una que otra cae sobre mi piel. Tal vez me debería parecer asqueroso que su sudor termine en mí, pero viéndolo ser tan jodidamente atractivo... Solo puedo pensar en que todo él acabe en mí y conmigo.

Lo quiero todo. No me importa quedar destruida si es por él, pero es mucho. La fuerza que emplea me está dejando casi estampada contra el colchón.

—E-es demasiado duro —siento que mi vientre va a explotar, y por lo mismo arrastro mis manos hasta allí, como si poner mis manos en ese lugar fuera a calmar algo.

—Recién empezamos —su voz la escucho más lejos que cerca—. Te dejaré echa todo un lío. Solo déjame ir más profundo...

De un momento a otro mis ojos vuelven a estar cerrados. No sé dónde estoy, no sé qué estaba haciendo antes... Lo único que tengo claro es que tras una explosión en mi interior, veo estrellas detrás mis párpados y dejo de escuchar lo que está a mi alrededor, como si estuviera en una habitación en blanco y sin sonidos.

Al menos es así hasta que una suave melodía se cuela por mis oídos, la cual de a poco va subiendo la intensidad.

Cuando abro los ojos, luego de un fuerte respiro, la música está muy fuerte para mi gusto. Y para cuando me doy cuenta, el ambiente de la habitación sin nada se ha transformado en algo demasiado caótico, tanto que tengo que hacer un esfuerzo sobrehumano para aguantar todo ello y no salir corriendo.

Necesito encontrarla entre toda la multitud. Realmente necesito encontrar a Sohan.

La frustración invade cada célula de mi cuerpo al no verla por ningún lado... No tuvo que venir, este tipo de ambiente apesta y lo odio. Lo mejor es quedarse en casa y hacer alguna actividad como leer o entretenerse con un juego de mesa, pero aquí estoy buscándola.

Me atrevo a llamar la atención de unos chicos, los he visto en clases aunque no hemos hablado nunca. Sohan es un caso diferente, ella se lleva bien con todos y por lo mismo la conocen. Es más, apuesto cualquier cosa a qué la mayoría en este lugar la debe conocer. Es simpática y tiene una personalidad brillante que atrae a las personas, es imposible no quedar encantado por ella.

—¿Han visto a Sohan?

Uno de ellos suelta una risa que puedo escuchar a pesar de la música a alto volumen. Me observa de arriba a abajo, viendo mi ropa y viéndome en general. Mi corazón está muy agitado, solo la quiero encontrar para que nos podamos marchar de una vez. Mi intención no es arruinar su diversión, pero el sentimiento de que algo va mal solo crece y crece.

Estas personas no me dan buena espina. L situación en sí no me da buena espina.

—No... Pero por ahí andaba.

Me doy la vuelta sintiendo que me ahogo por tener tanta gente alrededor, y con pasos algo torpes, termino llegando a una escalera que lleva al segundo piso de la casa. Sé que no debería subir, mucho menos cuando estoy en un hogar ajeno y del que no conozco nada, pero hay algo que me dice que debo seguir avanzando y mis pies parecen mandarse solos. Subo los escalones con pasos torpes y temblorosos, pero subo.

El corazón me golpea con fuerza el pecho, siento que en cualquier momento se me va a salir. El pasillo del segundo piso está más oscuro de lo que habría pensado, la planta baja por mucho tiene más iluminación, incluso aunque habían algunas luces de colores que de vez en cuando molestaban para la vista.

A medida que avanzo, puedo ver que una de las habitaciones del fondo en su interior está iluminada. No sé qué está pasando o quién está, solo escucho unos cuantos susurros que mi oído no alcanza a percibir su contenido, entonces me acerco despacio, casi solo apoyando las puntas de mis pies en cada paso que doy. El camino se me hace eterno, pero de a poco voy avanzando.

me percato de que por una rendija, al estar la puerta junta, se puede ver hacia el interior, así que con cuidado estiro mi cuello para ver qué está sucediendo. Llevo una mano para tapar mi boca una vez que finalmente soy capaz de ver lo que está pasando, pero mi acción solo logra hacer que mi mano roce la puerta y una cabeza se gire en mi dirección. Doy unos pasos hacia atrás sintiendo que mi sangre se congela y la presión se me baja.

Definitivamente no me gustan las fiestas. No quiero volver a pisar el suelo de alguna en toda mi vida.

—¿Quién mierda está ahí?

Ya no puedo sentir los latidos de mi corazón en el pecho, solo los puedo sentir en mis oídos golpeando con fuerza, de la misma forma en que algo se estrella en mi estómago, dejándome sin aire por un instante y con la vista nublada, haciendo que me sea imposible ver qué me golpeó o si se trató de alguien.

Y es en medio de toda mi desesperación cuando abro los ojos de golpe.

Me doy cuenta de que estoy en mi habitación y recuerdo que llevo acostada desde la noche anterior, por lo que tampoco he ido a una fiesta.

Atribuyo mi raro sueño al haber estado pensando constantemente en lo que pasó con Jie y con Jungkook. Estoy muy confundida y realmente no sé qué creer. Simplemente las últimas noches me la he pasado pensando en contactar a Jie para preguntarle sobre su vecino, todo con la esperanza de que va a ser un malentendido y que las cosas van a seguir igual que siempre, pero entonces viene esa parte de mi que duda y por lo mismo teme enfrentar la verdad.

No soy una persona cobarde, para nada. Pero vaya que me ha costado encontrar un momento para encararla. Además, para mi mala suerte, mi amiga ni siquiera ha ido a clases, lo cual alimenta mi incertidumbre de que hay algo raro que no me quiere decir.

Tomo mi celular para ver la hora. Son las 5 a.m y falta más de una hora para que suene mi alarma. Y aunque debería seguir durmiendo... Repentinamente se me ha quitado todo el sueño. Pensar tanto hace mal, me gustaría no pensar en nada. Ese simple pensamiento me hace tener un pequeño flashback sobre algo que estaba soñando, pero todo es tan rápido que ni siquiera recuerdo del todo sobre qué trataba. Tan solo estoy segura de que fue un mal sueño, pues por algo me desperté agitada y sintiéndome desorientada.

Me meto al chat con Jie, no viendo señal alguna de su parte. Quiero creer que tal vez la situación con la empresa de su papá ha estado mal y por eso no tiene muchas ganas de contactarme, sin embargo, al ser amigas podría decirme eso en vez de solo desaparecer. Ella siempre me dice que puedo contarle si me pasa algo para no guardarlo solo para mí, pero por su parte ni siquiera me ha dicho que no quiere hablar... Todo es una suposición mía, la cual no sé si estará o no en lo correcto. Me termino por salir y me detengo para bajar a ver el chat con JungKook, cayendo en cuenta de que le estoy haciendo algo similar a lo que Jie me está haciendo.

Muero de ganas por verlo, pero no me atrevo a tenerlo cara a cara. Puede ser que al final sí sea un poco más cobarde de lo que había pensado. Por primera vez en mi vida no quiero enfrentar a un hombre, y es una sensación desconocida.

Presiono para no seguir viendo su chat, pero entonces una notificación llama mi atención: «¿Qué haces despierta a esta hora, ángel?». Ni siquiera debo pensar sobre quién se trata, nadie más en el mundo me llama por ese apodo tan peculiar que no tengo ni Pandora idea a qué viene.

Dudo en si responder o en si dejar el celular a un lado, y termino optando por la segunda opción. ¿Qué hace él despierto? ¿Por qué me habla cuando yo no lo he contactado como corresponde? Para este punto ya había imaginado que ni siquiera me buscaría, pero ahí está su mensaje esperando ser respondido. Por lo visto sí es capaz de dar un primer paso antes de que yo lo haga y eso me produce un repentino cosquilleo a lo largo de mi cuerpo.

Tomo el celular de vuelta. Es muy temprano para hacer estupideces, pero no puedo evitar estar en contacto con él. «No estoy haciendo nada, simplemente se me quitó el sueño», le escribo y mi mensaje es leído enseguida. Vaya que está atento, no me da ni tiempo de arrepentirme de lo que estoy haciendo.

«En ese caso... Te voy a llamar».

Su contacto aparece en grande abarcando toda la pantalla del aparato, no siquiera pude negarme. Puede ser que por lo mismo contesto enseguida, sin querer esperar ningún segundo más para escucharlo.

—Así que no tienes sueño —su voz es grave y rasposa. Tengo un déjà vu de haber escuchado ese tono antes—. Te despertaste con los pajaritos... Hoy sí que madrugaste.

—Eh... Bueno, creo que sí. Tuve una pesadilla o algo así... Y el sueño se me esfumó.

Me siento tonta por no formar una frase coherente, pero un nerviosismo repentino es el culpable de que parezca tener la lengua enredada.

—Qué mal, ángel. Aunque debo admitir que me alegro de que estés despierta. ¿Sabes? justo estaba pensando en ti.

Por un momento no sé qué responderle de vuelta. Que me diga esa clase de cosas con esa voz ronca me hace imaginar mil escenarios en los que podríamos estar si él se atreviera a aceptar mi propuesta y si yo me atreviera a decirle que sí a su pedido. Una noche definitivamente no sería suficiente... Y verlo por la mañana podría solo aumentar mis ganas de que esté arremetiendo contra mí.

Quiero que me piense las veinticuatro horas del día, de la misma forma en que yo lo pienso.

—¿Y... qué estabas pensando? —me atrevo a indagar.

—Mmm... No sé si te gustaría saberlo. Son de esos pensamientos que probablemente es mejor mantener solo para mí.

Su respuesta me deja pensando más de lo que me gustaría. No quiero pensar más, realmente no quiero, pero es algo que no puedo evitar. Lo hace a propósito, estoy segura de ello, le gusta sembrar curiosidad para que esté detrás de él... Y claro que funciona, por algo me quedo en silencio para no parecer tan necesitada de él.

Pero ya estoy más que necesitada de él. Me gustaría que estuviera a mi lado en este preciso instante. Cómo aquel día que me desperté y lo primero que vi fue a él con su torso al descubrir.

—Si no lo quieres decir, no te voy a obligar —es difícil mantenerme firme, pero lo logro de alguna manera—. ¿Y llamas por algo en específico o solo porque mencioné que no podía dormir?

A través de la línea telefónica se escucha una corta risa de su parte. Mis piernas se sienten débiles por ello.

—Ya te lo dije, estaba pensando en ti. Aunque sean las cinco de la mañana, tengo muchas ganas de verte —hace una pequeña pausa y luego sigue hablando, probablemente al no haber una respuesta por mi parte—. ¿Nos podemos ver hoy? No quise agobiarte al seguir insistiendo en vernos, pero ya han pasado varios días... Y, por cierto, todavía tengo el dinero que te quiero regresar.

Supongo que ya no puedo seguir aplazando este encuentro. Tarde o temprano el destino me terminará llevando hasta él. No sé cómo ni porqué, pero ya han habido tantas coincidencias que creo que en el futuro me lo voy a encontrar incluso si lo evito con todo mi ser.

Quiero verlo. No importa toda la confusión que conlleva pensar en él o en Jie. Solo... es un hecho que, a pesar de que lo niegue, lo que más deseo es tenerlo de pie frente a mí.

—No es necesario que me devuelvas el dinero —doy un suspiro. Me estoy preparando mentalmente para lo que estoy a punto de decir—. Y sí, nos podemos ver hoy.

—Perfecto, porque te quiero llevar a un lugar.

En su voz puedo notar algo de emoción e inevitablemente también me emociono. Ya quiero que las horas avancen para tenerlo frente a mí. Ver su rostro y que sus ojos me miren solo como él me puede mirar, justo como en el callejón cuando puso el cigarro entre mis labios, o cuando nos besamos ese día en el hotel.

—¿Dónde quieres llevarme y a qué hora sería?

—Te quiero llevar a Stardust, es un lugar que te va gustar. Y si te parece, podría ser por la tarde. Aunque tampoco me molestaría pasar la noche juntos, después de todo, ya pasamos una mañana.

Es muy temprano para ponerme caliente estando sola en medio de mi cama, pero él logra reavivar esa chispa que los últimos días se la ha pasado deseando un poco de acción. Mi mente viaja al preciso momento en que acarició mi cuerpo mientras nuestras bocas se mezclaban, pero me obligo a no tener más fantasías.

Ya no necesito fantasear, lo que necesito es que se hagan realidad de una vez.

—Me parece. Aunque lo de la noche lo podemos ver luego. ¿Quieres que te pase a buscar en mi auto?

—Si te parece, a mí también me parece. Y no me quiero aprovechar, te mandaré la dirección para que nos encontremos allá. Me aseguraré de ponerme muy guapo, así nadie pensará que andas con un feo —su comentario me deja sorprendida y procesando lo que acabo de escuchar—. Ya te dejo que me debo preparar para el trabajo. Ten un buen día.

—Tú también...

Creo que al final no todo puede ser tan claro como el agua cristalina. Y supongo que estar confundida no está tan mal si se trata de él.

Para ti Hee:

Hay que admitirlo, siempre está así:

Pero la entiendo tanto con semejante bombón

Por cierto, no se olviden de seguir apoyando las historias de WangNini_ NewHopeland y liveforjk

Nos leemos en el próximo capítulo!!

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