05
Ha pasado una semana desde que me encontré con Jungkook. Si bien no nos hemos puesto en contacto, ya perdí la cuenta de las veces que he visto mi celular para ver si tengo algún mensaje de su parte. Por lo visto, está esperando a que tome la iniciativa, pero tras arrastrarme tanto en busca de él, no está en mis planes seguir rogando.
Seo Jihee no es una chica cualquiera. Valgo demasiado como para arrodillarme ante un hombre, a no ser que sea para mostrar mi habilidad con la boca.
Por otra parte, Jie ha estado ocupada con otros asuntos, supongo que finalmente aquella salida con un hombre tuvo bastante éxito, ya que no ha tenido nada de tiempo para pasar conmigo luego de las clases. Estoy más que aburrida, y no quiero seguir en casa, en dónde solo hay habitaciones vacías, ya que papá está en una cena junto con importantes hombres de negocio. Asuntos de él y mis hermanos, mientras no me toque asumir o estar cerca de ese mundo, prefiero mantenerme completamente al margen. De todas formas, sé que a papá no le gusta que las mujeres estén en esos ambientes y yo siendo tan guapa, puedo distraer a cualquiera de sus socios, incluso a los más viejos.
Me pongo de pie y examino mi guardarropa, viendo que me puedo poner para salir hasta que doy con un precioso vestido que todavía no he usado. Voy a ir a algún lado para despejarme y buscar un hombre cualquiera que me ayude a distraerme para que de una buena vez Jungkook salga de mi cabeza. Si las compras no sirvieron, definitivamente tengo que hacer algo más.
Pido un taxi, pues pienso beber y no quiero tener problemas al no saber cómo regresar. No quiero tener problemas con papá, que si bien me da todo lo que quiero, no le haría nada de gracia saber que el auto quedó abollado por mi irresponsabilidad, y mucho menos que a mí me pasó algo por estar manejando sabiendo lo peligroso que puede ser. Tal vez la próxima vez que lo vea le pueda pedir que me asigné un chofer al igual que él tiene.
El taxi que pedí no se tarda mucho en llegar y por mi parte me ducho, me cambio y maquillo lo más rápido que puedo con tal de aprovechar lo mejor posible el tiempo. Le indico al conductor que me lleve hasta un club sobre el que he escuchado últimamente, él pone la dirección en el GPS, y tan solo una media hora después, estoy en la barra pidiendo algo para beber mientras pienso en ir hacia la pista de baile con la intención de olvidar todo lo que tiene mi cabeza en relación a Jungkook.
Varias personas están en grupo, mientras yo me encuentro sola, pero poco me importa. Con el alcohol comenzando a ponerme más eufórica, voy hacia la pista y bailo atrayendo la atención de uno que otro hombre. No hago ningún movimiento en especial para acercarme a alguien, voy a esperar que alguno se acerque a mí y haga todo lo posible por convencerme de estar cerca. Un hombre bastante guapo aparece a unos cuantos metros frente a mí, se nota que me gana por un par de años, sin embargo, no me desagrada la idea de estar con alguien mayor. Mi vestido corto, el cual deja a la vista mis piernas trabajadas con pilates y poco a la imaginación, al parecer logra llamar su atención por la forma en que me ve. Escanea mi cuerpo deteniéndose en cada curva con ojos profundos y oscuros.
Cuando pienso que por fin va a hacer un movimiento para acercarse a mí, veo que a su lado aparece aquel hombre que se quedó con mi ropa interior y me obligó a ir hacia la policía. Me pongo nerviosa al ver como entre sí intercambian algunas palabras, pero me distraigo cuando unas grandes manos rodean mi cintura, atrayéndome hacia un robusto pecho. Ni siquiera alcanzo a darme vuelta para ver de quién se trata, en su lugar recibo un susurro tan pegado a mi oído derecho que me hace temblar a pesar de que la música de por sí está alta.
—Nos volvemos a ver, Jihee... —ese característico olor dulce y agradable mezclado con cigarrillos se cuela por mi nariz— ¿Me acompañas a un lugar más privado?
Ni siquiera respondo en palabras, pues mis piernas son más rápidas en comenzar a seguirlo tomada de su mano izquierda. No pienso en qué hace ahí o por qué nos volvemos a topar, simplemente me alegro de verlo y tenerlo más cerca que nunca. Va vestido completamente de negro, excepto por una camiseta blanca que contrasta con el resto de las prendas. Está mucho más arreglado que la última vez que lo vi, y es de esperarse, el club en el que estamos requiere no parecer un vagabundo. Viéndolo bien, tiene pinta de que perfectamente podría ser un modelo. ¿Por qué alguien como él trabaja en un sector tan desagradable? Si tuviera contactos, de seguro no tardaría nada en salir de ese estilo de vida.
—¿Cómo has estado? ¿Muy ocupada?
Pregunta una vez que salimos del local y vamos a un callejón que está al lado. No es tétrico, pero tiene considerablemente menos iluminación. Pareciera ser el lugar perfecto para mancharme las rodillas sin que nadie pueda ver mi rostro.
—Todo bien, solo haciendo cosas para la universidad... ¿Qué hay de ti?
—Lo normal. Trabajando mucho, recibiendo poco —suelta sacando un cigarro de uno de sus bolsillos y un encendedor del otro— ¿Estás sola? Te rescaté porque no te vi con nadie.
—Sí... Vine sola. Muchas gracias por ayudarme.
Se apoya en uno de los muros y copio su acción. La noche está fresca y mis piernas al descubierto, pero estar junto a él hace que valga un poco la pena. Es verdad que no quería volver a verlo, pero teniéndolo tan cerca... solo puedo pensar en que el destino me ha dado una oportunidad. Observo el piso, viendo qué parte está más decente para no hacerme tanto daño. Juro que no quería ceder tan rápido, pero tan solo verlo encendió el deseo en mi interior.
—Eres mala viendo a tu alrededor. Ese imbécil que robó tus cosas te tenía los ojos encima desde hace rato. Lo mejor era salir de ahí antes de que hubiera problemas.
—Lamento que hayas tenido que irte por estar aquí conmigo.
—No te preocupes, el ambiente fiestero no es para nada lo mío. Además, debo admitir que extrañé ver tu carita.
Sus palabras me hacen sonreír, pero escondo mi sonrisa mirando hacia otro lado. Sigo sin creer que un tipo como él llame mi atención, ni siquiera he podido comprobar lo que está entre sus piernas, tal vez por eso es que me tiene tan curiosa. Generalmente para este punto ya me sabría al revés y al derecho cada uno de sus músculos, pero lo único que conozco de él es su rostro.
Extrañé ver tu carita. Su frase se repite en mi cabeza, no puedo creer que haya dicho algo de ese estilo con tanta facilidad.
—Pensé que no nos volveríamos a encontrar —cambio de tema—. El destino se empeña en que te aparezcas. A todo esto, ¿qué haces por estos lados?
—Un conocido me invitó —dice sin más.
—¿Un hombre? ¿O acaso una mujer? —la pregunta se me escapa. El alcohol definitivamente me suelta la lengua, y eso que no alcancé a tomar mucho.
—¿Te pondrías celosa si se trata de una mujer?
Gira su cabeza en mi dirección y me observa con una sonrisa tonta. Me aferro a mi bolso, como si aquel objeto me pudiera ayudar a no sentirme tan nerviosa con su presencia. Estar en un callejón poco concurrido, solo los dos y sin nadie cerca, me hace mal... Se ve tan sexy sin siquiera hacer un esfuerzo para que así sea.
—No tengo razones para sentir celos. No somos nada.
Abro mi bolso y busco en su interior si traigo alguna cajetilla de cigarros. Fumar no es lo mío, actuar como que lo hago sí. Sin embargo, en mi interior se acrecienta una sensación que necesito calmar de alguna forma, y en vista de que él no va a cumplir mi capricho, debo recurrir a algo más. Con mi búsqueda exitosa y el objeto entre mis dedos busco un encendedor, pero esta vez sin resultados.
—¿No tienes fuego? Deja que te presto —Su espalda se despega de la pared y se pone frente a mí. Inclina su rostro hacia abajo y eleva un poco el mío—. Pon el cigarrillo en tu boca, voy a juntarlo con la punta del mío y vas a inhalar, ¿bien?
Ni siquiera alcanzo a reaccionar del todo cuando ya tengo el objeto en mi boca y su rostro tan solo a centímetros del mío. Inhalo como me había dicho, y tal vez un poco más de lo que debería, pues no tardo en soltar el humo a la vez que tomo el cigarro para que no se me vaya a caer al suelo. Jungkook no tarda en reírse de mí, haciéndome sentir, nuevamente, como una completa tonta a su lado.
—Parece que vamos a tener que practicar —comenta alejándose para exhalar el humo de su cigarro, claramente mucho mejor que yo.
—¿Y si mejor me pasas el humo directo en la boca? Tal vez sería más eficiente y no gastaríamos en vano.
Mete su mano derecha en el bolsillo de su pantalón en un gesto atractivo que me lleva a verle el paquete y me sonríe. No me gusta que guarde silencio. Cuando no habla, mis pensamientos comienzan a ir a mil por hora, pensando en si solo digo boberías. Es como si junto a él siempre estuviera ebria.
—¿Sabes? Hay cosas tan íntimas que solo deberías hacerlas con la persona que amas, Jihee, pero tú qué has entregado tu cuerpo a tantos... Dudo que sepas sobre ello.
La sonrisa que se quería formar en mi rostro, desaparece de forma abrupta. ¿Cómo puede estar tan seguro de mi vida sexual? ¿Con qué derecho saca el tema si entre nosotros no ha pasado nada? Me siento atacada por sus palabras... Irritada por su actitud.
—¿Es por eso que no te quieres acostar conmigo? —Pensaba que era un tipo más educado y con filtro, pero veo que me equivoqué al pensar en ello—. ¿Te doy asco por vivir como quiero, aunque sea un supuesto de tu parte? ¡Tú fumas y eso no solo te daña a ti, daña al resto! Que haya follado con muchos hombres no tiene nada de malo y no es asunto tuyo.
Suelto el objeto entre mis dedos y lo apago con la punta del tacón. No sé para qué me esfuerzo en parecer de su onda cuando fumar se me da pésimo y ni siquiera me gusta. Es asqueroso el sabor, tan desagradable como su actuar.
—¿Has amado a alguno de esos hombres? —me interpela mientras da otra calada a su cigarrillo— Por tu reacción, creo que ya está clara la respuesta. Pero dilo por ti misma, quiero escucharte.
Me siento muy estúpida. Ha dado con un tema muy delicado que me produce un nudo en el estómago y que mis ojos piquen, aunque no quiero volverme tan sensible hasta el punto de llorar. ¿Amor? ¿De dónde mierda podría haber aprendido a amar sinceramente más allá de lo carnal? En los primeros años de mi vida mi madre se marchó sin dejar ninguna pista sobre ella y papá se encargó de darme todo lo que pudiera y más para no sentir ningún vacío, por lo que ni siquiera puedo sentirme triste por haber sido abandonada. Mis hermanos, por su parte, no son los hombres más amorosos del mundo, ambos son como papá, dando cosas materiales en vez de gestos de cariño. Desde que cada uno formó su propia familia, ni siquiera los veo.
Los lujos son todo lo que conozco. No hay cariño del cual haya aprendido a amar sin dar objetos a cambio. El único novio formal que tuve, se marchó sin decirme algo y ni siquiera las riquezas fueron capaces de mantenerlo a mi lado. Papá me dijo que no me tenía que dejar pisotear por nadie, mucho menos por alguien que estuviera por debajo de mí. Desde ahí solo me he dedicado a no tomar las cosas en serio y simplemente actuar a mi manera.
Pero desde que apareció este hombre... Hacer las cosas a mi pinta parece no ser suficiente.
—El amor no se compra —comenta, como si hubiera estado escuchando mis pensamientos—. Pero tienes suerte. Si me lo permites... Te puedo ayudar para que aprendas a amar.
Sin duda, no deja de sorprenderme. Todo él es una sorpresa.
—Te noto muy seguro de ti mismo. ¿Por qué pareces tan convencido de que voy a aceptar?
—Porque te encanta follar... Y no hay nada mejor que hacerlo cuando hay amor de por medio. ¿No te da curiosidad? ¿No te gustaría probar el amor alguna vez?
Camina hacia mí a paso lento. Pareciera que es el día que se ve más atractivo desde que lo conozco. Hay una fuerza que no me permite alejarme de él. Su porte y su figura realmente logran hechizarme, a pesar de que sus tatuajes están tapados por ropa, se ve demasiado caliente. Y yo contra la pared, tampoco tengo mucho lugar al que ir.
—La última vez dijiste que no querías nada de mí...
—También dije que me lo podría pensar si nos conocemos mejor y si sigues aquí, debe ser porque estás dispuesta a mostrarme más de ti. ¿O acaso estoy equivocado? —de forma burlesca me tira algo de humo en el rostro y siento que me voy a ahogar al tener la boca ligeramente abierta— Mi intención no es aprovecharme de ti, solo que me generas mucha curiosidad, Jihee. Me haces preguntarme en si una persona como tú es capaz de enamorarse de alguien como yo...
—No estoy buscando enamorarme, Jungkook —con la mayor fuerza de voluntad del mundo, logro salir de entre su cuerpo y la pared—. Tan solo busco pasarla bien un rato, no quiero una relación seria ni nada parecido.
Mi corazón ya está latiendo como loco y mis pensamientos se sienten difusos.
—En ese caso... Cada uno puede seguir por su propio camino. Yo no busco un encuentro casual y tú no buscas algo serio. Simplemente no somos compatibles.
Hay un largo silencio de su parte, en el cual solo escucho los autos a los lejos y el bullicio nocturno que proviene del club. No quiero quedarme sola en el callejón cuando lo tengo tan solo a unos pasos de mí. Es tan difícil llegar a él. Nunca en mi vida había sentido tanto deseo por algo, en este caso por alguien.
—Espera —lo detengo—. ¿Alguna vez te has enamorado?
—Por supuesto, pero mataron mis sentimientos tantas veces, que la propuesta que te hago es una locura. Pensé que contigo podría sanar mi corazón, ya sabes, volver a creer en el amor como para entregar todo de mí, pero ya sabemos que vamos en busca de diferentes objetivos —sus pasos suenan a mi lado y lo veo pasar de largo para dejarme sola—. Fue un gusto conocerte. Despertaste en mí un sentimiento que pensaba que ya no existía.
Me muerdo el labio inferior, viendo cómo se me escapa sin haber hecho nada. No puedo creer lo que estoy a punto de hacer, en serio no sé lo que tengo en la cabeza para seguir detrás de él como si fuera el único hombre en la Tierra. Mis tacones suenan cuando corro hacia él y lo abrazo por la espalda. Es la única manera que se me ocurre para detenerlo.
—Deja que lo piense un poco, pero no me dejes sola, por favor.
Su abdomen se mueve bajo mis manos cuando suelta una risa. No tarda en darse la vuelta para mirarme a la cara. Sus ojos buscan los míos y, mientras me observa, se saca el cigarro de la boca y lo lleva a mis labios. Con un gesto me pide que los abra ligeramente e introduce el objeto, lo suficiente hasta que me atrevo a dar una calada. Por suerte no soy un desastre que se ahoga y, en su lugar, me sale bastante decente.
Él sonríe complacido por mi logro.
—Dicen que compartir un cigarro puede crear un vínculo especial. ¿Te gustaría comprobarlo?
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Resumen del capítulo: Jihee está aburrida, Jie está desaparecida y Jungkook está bien rarito
Hablando de Jungkook... Este chiquillo es difícil de entender, ténganle paciencia. Hay mucha propuesta y poco hacer, pero las cosas ya irán avanzando... Tal vez.
Subimos una Guía para leer la Saga y también preguntas frecuentes. Pueden ir a echarle un ojo, así aprovechan de hacer más preguntas, aunque también las pueden ir dejando en cada historia 👀
En relación a lo anterior... ¿Alguna duda sobre esta historia? ¿Hay algo que no se entiende? Las leo.
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