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17

"Para el siguiente capítulo tendrán que llegar a los 40 votos"

Me gustaría decir que todo continúo igual, que me mantuve implacable y serena, aunque a la vista de todos fue así. Cada noche me acompaño una soledad y tristeza terrible. Ni siquiera pasamos tanto tiempo juntos, no había contacto físico ni nada por el estilo, pero lo sentía, sentía que algo me faltaba.

Esa misma tarde se fue, no me dejó responder o salir de mi trance para procesar todo. Me abrazó contra su pecho y beso mi frente. Y se fue. De eso han pasado tres días, en los cuales me mantengo ocupada en todo lo que puedo, hablando con las chicas de la cocina, algunos guardias, con Elizabeth y afinando detalles con Tadeo.

No vas a dejarlo.

Nunca, sin importar cuánto duela. Mis planes son los mismos y me prometí a mi misma y a ella seguirlos, sin importar mis sentimientos.

Tres días en los que afiance la relación con Elizabeth, o como le gusta que le diga, Beth. Ella es la única que me dice que es lo que pasa, parece no estar del todo informada de mi estancia aquí. Es tan amable que me da cierta pena aprovecharme.

Además de todo eso, no hay rastro de mi padre, a lo que me han informado es como si la tierra se lo hubiera tragado.

Camino por el pasillo hasta llegar a la habitación donde paso gran parte de mis mañanas, no más salir al jardín, no hasta que las aguas se calmen. Vuelvo a ver las preciosas pinturas, conteniendo mis ganas de tocarlas. Me pregunto cuál será la historia de cada una.

Cada trazo parece calculado, nada fuera de lugar, figuras en desorden que no puedo explicar, me gusta lo que hace. Reviso de nuevo los cuadros recargados sobre la pared. Detallo el hermoso rostro de una mujer castaña, es el único cuadro así, además del mío. La mujer tiene una enorme sonrisa, mirada brillante, detrás hay un bosque, todo ella grita perfección.

Dejo todo en su lugar de nuevo, solo que ahora con un mal sabor de boca.

Me siento en el piso, indecisa en quedarme o bajar a desayunar. Me decido por la primera, pasando la mirada una y otra vez por los cuadros. Es fantástico que don pintura y un pincel puedan crear estas obras de arte. Cierro el ciper del suéter, metiendo las manos en los bolsillos de este. Veo por la ventana y ha comenzado a llover, esa es una buena señal.

»Por lo que llorabas todas las noches«

No derramé una sola lágrima sincera después de ese día, al contrario, fueron por los que me llene de coraje y valentía. Pero hubiera preferido ser cobarde y nerviosa con tal de tenerla a mi lado, lo que daría por un abrazo suyo, por una de sus melodiosas risas y brillantes sonrisas. Y ahora parece que a él también lo perdí.

Casi gruño cuando alguien toca la puerta. Me pongo de pie cansada, acomodando mi pantalón negro.

-Te ves del asco-es lo primero que dice al verme.

-Ya estas tomando confianza eh.

Paso por su lado, cerrando la puerta. Él se hacer para atrás, dándome una amplia sonrisa. Idiota. Me coloco a su lado y empezamos a caminar, voy a su paso para ver a dónde vamos.

-¿Estás lista?

No contesto, no tenemos que hablar donde cualquiera puede pasar y escuchar. Pellizco su brazo y lo callo. Me detiene cuando estamos a fuera de mi habitación.

-¿Cómo sabes que Elijah no volverá hoy?-pregunto en un susurro.

-Es la última expansión del territorio que nos permitió su gobierno-mira a los lados-. Llamó para avisar a Carlo que volverá el dos días, pero que nadie podía saberlo aún. Es el momento perfecto para salir.

Asiento sin más, se da la vuelta camino a las escaleras y yo entro por la pequeña mochila. Reviso mi maquillaje antes de salir, hoy tuve que usar más corrector, tengo unas ojeras horribles y no debo dejarlas a la vista. No es lo que me enseñaron.

Al escucharlo decir "que permitió su gobierno" solo rectifica lo poco que los ciudadanos importamos. Asesinan a tantos y todos salen impunes, pero no puedo culparlos del todo, son los mismos habitantes de los pueblos los que se quedan callados y no hacen público esto.

Y tú también, no sales bien parada en lo que dices.

( . . . . )

Tadeo toma mi mano con algo de fuerza, evitando perderme entre el bosque. Hemos caminando aproximadamente una hora, entre puro bosque, dando vueltas por aquí y por allá. Todo se ve exactamente igual y ahora dudo que no esté perdido.

La tarde comienza a refrescar y helar, el bosque comienza a cubrirse de oscuridad.

-Ya falta poco.

Sujeto su mano con más fuerza al ver a dónde nos dirigimos. Es como si el bosque tuviera la oscuridad dentro de el, una capa que separa lo normal de lo escalofriante. Al cruzarla un escalofrío me recorre, poniéndome alerta de que pueda suceder. Baja la velocidad de su caminar, ahora el crujido de las ramas es más recio, ya no se escuchan los grillos o demás animales.

Es un profundo silencio, uno escalofriante. Pasa su brazo por mis hombros cuando me tengo, ayudándome a seguir. Entre algunos árboles se puede devisar una cueva. Al entrar y todavía peor. Las paredes musgosas y sucias, el piso con lodo y otras cosas que no tengo idea de que son

Al adentrarnos más, una pequeña luz se hace presente. Estamos a unos metros de ella, pero me detiene, giro la cabeza para verlo, pero no puedo. El titiritero de cadenas nos avisa que hay alguien ahí. Una pesada respiración lo acompaña, seguido de gemidos de dolor.

-A-ayuda...

Su voz es apenas un susurro, se escucha áspera y llena de dolor. Tadeo se aleja y yo me mantengo firme. No puedo decir que no quería esto, pero era necesario, lamentable pero necesario. La luz hace acto de presencia, dándome una vista todavía peor de lo que alcanzaba a ver.

Su cuerpo hecho ovillo en el suelo no me da satisfacción. Su ropa esta desecha y cubierta de sangre, marcas en el suelo de sus uñas.

Eleva un poco la cabeza, topandonse con mi mirada gris. Su labio inferior tiembla, lágrimas salen de sus ojos y niega como puede. No es necesario que hable, pues su llanto es más fuerte y desesperado.

-Estuviste tanto tiempo advirtiendome-me agacho-Tanto tiempo tratando de encontrar algún error en mi, que nunca notaste que te hundías-acaricio su cabello-. Pero fuiste más inteligente que los demás, te daré crédito por eso.

-Te vas a arrepentir-susurró con los dientes apretados.

-Lo hago desde el primer día en que lo vi.

Hago una mueca, me giro un poco a ver a Tadeo, el ya no está. Dejo la mochila en el piso, sentándome arriba de ella.

-Sabes, ahora que podemos hablar sin verdades a medias, puedo decirte que en mis planes no estaba esto-señalo a nuestro rededor-, noo dañar a alguien tan directamente-miro los anillos entre mis dedos-. Hubiera preferido no hacerlo nunca.

Me sincero. Veo sus muñecas y pies atados, la carne viva expuesta debe doler. Con cualquier movimiento que haga, solo se hace más daño.

-Y henos aquí, tan jodidas-suspiro-. Siento envidia de ti, dejarás toda esta mierda pronto, bien librada.

Sus ojos brillan dorados, hace el amago de levantarse y vuelve a caer.

-Eres una hija de puta-solloza furiosa-¡Y eres tan idiota!-rie. Vuelve a intentar levantarse y lo logra, removiendo las cadenas-¿Crees qué el no lo sabe?¿Qué una estúpida niña de veintiún años lograría burlarse de él?- una cansada sonrisa se dibuja en sus labios agrietados-Mi Alfa no es estúpido, es probable que mientras tu juegas el ya sabe en qué acabará todo.

Chasqueo la lengua, cruzando mis manos. Creo que nunca aclaré eso.

-Lo tienes en un pedestal eh, lo ves como todo poderoso.

-Eres una idiota si crees que él no lo sabe-repite-. Te lo advertí, te dije que te cuidarás y no hiciste caso-levanta el mentón-. El lobo conoce tu escondite, todos tus secretos.

Niego con la cabeza, mirándola con altivez, soberbia.

-El Lobo tiene las migajas de lo que quiero, conoce lo que me parece y mis secretos siempre han estado expuestos-declaro, cansada de sus palabras.

El Lobo.

-¿Tú crees que no lo sabía?-pregunto y tomo el regalo de Tadeo con cuidado-Llevo años planeandolo, cada detalle y posible resultado-las lágrimas caer por sus mejillas, rendida-. No te equivoques, el Lobo tiene lo que le he dado.

Abre sus ojos sorprendida, la abrazo cuando su cuerpo pierde fuerza. El brillo dorado va desapareciendo, mi mano se mancha de aquel líquido carmesí. Trata de hablar pero se atraganta con su sangre. Empuño la daga y la saco, solo para volver a incrustarla en su pecho.

-Le diré cuánto lo amabas-acaricio su mejilla, manchando la-. Lo siento.

Su respiración es pesada y pausada. Ya no hay más dolor, ni lágrimas o llanto. No hay nada y por eso la envidio. Sus ojos me ven fijamente antes de comenzar a cerrarse.

Adiós.

Todo fue devastado, todo ardió en llamas y nadie pudo detenerlo. Los gritos, el llanto y las súplicas no fueron impedimento para que los Lobos se detuvieran. Nada lo sería. Tampoco parecía afectarles, no, estaban envueltos en furia, en el resentimiento de lo que nos hicieron no había disminuido ni un solo día.

En esos cinco días ningún lobo quedó atrás, todos corrían al bosque después. Celebrando estar un paso más cerca de nuestro objetivo. Pero esta vez, no solo mi manada estuvo presente. Algunos líderes de otras manadas vinieron a presenciar el último golpe.

Anastasia casi se colgaba de mi brazo al llegar a la casa de seguridad, no paraba de hablar de lo mucho que había esperado este momento. Apenas se cerraron las puertas el ambiente cambió. Todos celebraron la pequeña victoria.

Pero no compartía su felicidad. Algo -o mejor dicho alguien- me hacía falta.

-Deberías quitar esa cara de ogro-Anastasia golpea juguetona mi hombro-. Estamos celebrando y tu pareces a ver salido de un funeral.

Porque así fue, salimos de un panteón y gozamos por las muertes que provocamos.

-Anda-toma mi brazo-, vamos a beber algo.

Niego con la cabeza, soltandome de su agarre. Paso la mano por mi cabello, sofocado de tantas personas.

-Hoy no, Ana-palmeo su hombro-. Partiré hoy al anochecer y quiero descansar.

Sin esperar respuesta doy media vuelta, camino a las escaleras para llegar a mi habitación. Las chicas de servicio tendrán mucho para limpiar mañana.

Al principio todo era más complicado, éramos menos y todo apuntaba en nuestra contra, así fue por mucho tiempo. Tiempo en el que había otro líder de todas las manadas, lo llamábamos »Bilhoo«, el parecía saber que hacer y lo seguimos, lo proclamaban el más fuerte e inteligente, nadie tenía el ánimo como para retarlo o bajarle los humos.

Hasta que décadas después sus métodos se volvieron atroces. Conspirando contra nosotros.

No fue hasta décadas después que me hice de amistades con poder, planificando mejores estrategias, nuevas rutas para nuestra vialidad, poco a poco dándoles condiciones de vida aceptables, preparando todo para quitarle el puesto.

Al entrar a la ducha me aseguro de no dejar ninguna salpicadura de sangre en mi rostro.

Lo que más necesito en estos momentos es a una respondona y preciosa mujer, aunque no pueda tocarla, su sola presencia me es suficiente.

Mi Alanys. Todavía hay cosas que no serán dichas, cosas que necesitas saber, pero soy egoísta y te necesito a mi lado.

No importa si es el proceso nos quebramos. Me encargaré de pegar todas tus piezas.

. . .











Oh yeah, diamante.

¿Cuál es la canción que las trae locas por el momento?

¿Alguna que recomienden?

Vuelven las partes narradas por Elijah, pero serán algo cortas, no quiero revelar tantos detalles de golpe. Un pequeño dato es que a mi me caía bien Camila jajsj.

Espero que les haya gustado ♥️.

No olviden dejar su estrellita y comentar ♥️.

Lin ☁️

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