Los chicos empezaron a despertarse llamando la atención de todos.

- ¿Qué ha pasado? - preguntó Hermione.

- Madre Magia os durmió - respondió Molly.

Los cuatro vieron a sus familiares tristes y algunos con los ojos rojos de llorar. Antes de que preguntaran, Hecate les dijo cómo iba el libro y vieron al director con rabia.

- Perdón - sollozó Harry a sus padres y abuelos - perdonadme por no haber protegido a Adhara desde pequeña.

Sus padres y abuelos lo abrazaron mientras seguía disculpándose.

- Yo leeré - dijo Marlene - el capítulo se llama Albus Dumbledore.

Adhara apartó el té y prestó atención.

Como todos.

- La familia Dumbledore era como cualquier familia de magos. Los padres y tres hijos. Albus, el mayor; Aberforth el segundo y la pequeña Arianna.

- ¿Aberforth, Arianna? - se sorprendieron muchos.

Casi nadie sabía que el director tenía hermanos.

Harry sabía la historia ya que cuando conoció a Aberforth se la contó.

- Me la contó junto a Ron y Hermione - dijo Harry al ver las miradas hacia él.

- Es cierto, nos sorprendió descubrir que tenía hermanos - dijo Ron.

- ¿Y a pesar de eso no desconfiasteis de él? - señaló Draco al director molesto.

- Estábamos demasiado ciegos - se lamentó Hermione.

- Un día unos niños muggles atacaron a la pequeña al verla tener su primera magia accidental.

- Malditos muggles - sisearon muchos.

- Eso produjo que desgraciadamente no tuviera control sobre su magia y se convirtió en un obscurus.

- Igual que Adhara - susurró Draco mordiéndose el labio intentando no llorar.

Narcissa lo observó y adivinando que Adhara era importante para él, lo atrajo a ella y lo abrazó.

Harry vio como su hermana se tensaba y salía humo negro de sus manos. Adhara con pánico las apretó y el humo desapareció reprimiendo su magia.

- Eso la hace más daño - murmuró Remus.

- Seguro se asustó por lo que le pasó a Arianna y también le estaba pasando a mi niña - tragó el nudo en la garganta James.

El padre atacó a esos niños con magia y lo metieron a Azkaban.

- Si yo tuviera una hija y veo como esos niños la pegan también los atacaría - dijo un Slytherin.

- Yo los mataría - dijo Bellatrix.

Después la mujer y los niños se mudaron aquí, en Godric's Hollow. Durante su época en Hogwarts, Albus fue muy querido tanto por sus profesores como por los alumnos.

Nadie hablaba, estaban ensimismados en la historia.

Pero nadie podía ver que bajo esa fachada de amabilidad se escondía un joven manipulador y peligrosamente astuto.

Muchos alzaron las cejas sorprendidos. ¿El líder de la luz manipulador y peligrosamente astuto?

Harry observó cómo Adhara escribía. Y leyó: Pero usted sí; ¿que fue lo que hizo para que levantara sus sospechas?

- Verás; cuando se graduó, se estaba preparando para viajar por el Mundo Mágico pero ocurrió un hecho terrible.

Todos se inclinaron hacia adelante interesados. Ese libro sería el favorito para muchos.

Arianna en un estallido incontrolable de magia mató a su madre.

Muchos se llevaron las manos a la boca impactados.

Eso hizo que Albus cancelara su viaje y volviera a Godric's Hollow aunque no quería hacerlo. No quería tener que ocuparse de sus hermanos menores.

Miradas molestas al director.

Todo cambió cuando le presenté a mi sobrino Gellert Grindlewald.

- ¿¡GRINDLEWALD!? ¿¡EL MAGO OSCURO QUE MATÓ!?

Albus se tensó; ese libro lo destruiría cuando descubrieran lo que había hecho.

- Sí, era mi sobrino - dijo Bathilda al ver la sorpresa en los ojos marrones de Adhara.

"Mi niña tiene mis ojos" pensó James que hubiera deseado conocerla.

Claro que Harry estaba igual de sorprendido.

Los dos se entendieron convirtiéndose en amigos y después en pareja.

- ¿¡QUE QUÉ!? - gritaron exaltados.

- ¿¡FUISTE PAREJA DE ESE MAGO OSCURO!? - gritó Amos Diggory alterado.

Dumbledore solo deseaba desaparecer. Minerva se alejó un poco de él.

Los dos querían ser los magos más grandes del mundo mágico sin importarles quién se interpusiera en su camino.

Los que estaban del lado de la luz lo miraban sin poder creer lo que estaban oyendo.

El lema de los dos era: por el bien común.

- Eso me suena - dijo Harry con rabia.

Harry la miró sorprendido, eso se lo había dicho muchas veces Dumbledore cuando cuestionaba algunas situaciones.

- ¿Qué situaciones? - preguntó serio James.

- Cuando me dijo que tenía que dejar que Voldemort me matara para acabar con el horrocrux que tenía dentro de mí. Claro que esperaba que muriera - contestó Harry - y después él se aprovecharía matando a Voldemort y los demás volverían a llamarle el mejor hechicero de todos los tiempos dándole la gloria y el poder.

De repente vieron como el director salió despedido hacia la pared por un hechizo. Las miradas fueron a Lily.

- ¡DEJENME, VOY A MATARLO! - gritó furiosa intentando soltarse de Frank y Alice.

- ¡DAME LA VARITA LUNÁTICO! - gritó James cuando Remus en un acto sensato se la quitó ya que conociendo a su amigo le lanzaría una maldición y no quería que fuera a Azkaban.

- Yo también quiero hacerle daño James, pero no quiero que vayas a Azkaban - respondió él.

- Muy bien - James corrió hasta el director cogiéndolo de la camisa - Esto es por mi hijo -  y con toda la rabia le pegó un puñetazo en la cara, luego en el estómago y después lo agarró de la cabeza y lo estampó contra la mesa. Se acercó a su oído - si descubro que tuviste que ver con la muerte de mi hija, Voldemort será un angelito comparado con lo que te haré.

- Esto es tan divertido - sonrió Bellatrix comiendo palomitas que a saber de donde las sacó ( en Wattpad todo es posible 🤪)

- Muchísimo - rió Lucius quitándole algunas.

- Tomen líder de la luz - sonrió con maldad Theodore II.

Los Slytherin estaban disfrutando lo que le estaba pasando a ese vejestorio inútil.

- A mí no me importa ir a Azkaban - dijo Sirius furioso alzando la varita contra el director - puedo matarlo ahora.

- Nadie va a matar a nadie - dijo Charlus bajándole la varita - aún.

- James - dijo McGonagall con dulzura cogiéndole del brazo - ve a sentarte, me encargaré yo misma de que no se mueva, ¿Sí? Ve y dale un abrazo a Harry, lo necesita.

James la miró y supo que estaba igual de conmocionada y rabiosa con Dumbledore así que supo que no lo dejaría escapar. Asintió y fue directamente con su hijo y lo abrazó fuerte; Lily se unió a ellos.

- Pero yo quería que lo mataran - se quejó Bellatrix.

- Dales tiempo - rió Barty.

Un día les oí hablar sobre gobernar a los muggles y a los nacidos de muggles del mundo porque según ellos los muggles eran escoria. Oirles hablar así me aterró.

- Pero siempre nos defendió - dijo un Gryffindor.

- Que parte de manipulador y peligrosamente astuto no entendiste - dijo Regulus fastidiado.

- Sí, callate que bajas el C.I. de todo el colegio - siguió Draco haciendo reír a los de su mesa.

- Nos dejas en ridículo idiota - murmuró uno haciendo que se encogiera en su sitio.

Adhara estaba conmocionada; Dumbledore era más peligroso de lo que todos creían.

Harry estaba igual; el que había sido su mentor en realidad odiaba a los muggles y nacidos de muggles.

- Fue tu mentor porque te estaba preparando para la batalla final y luego llevarse todo el mérito - dijo Ron.

Las copas volvieron a romperse por la rabia contenida.

- No los hagas enfadar más - le susurró Hermione.

Aberforth se enteró de los planes de esos dos y se enfrentó a Albus. Furioso le dió a elegir entre su familia y su pareja. Entonces Albus alzó la varita y se enfrentaron en un duelo.

- Eligió a Grindlewald por encima de sus hermanos - dijo un Hufflepuff.

- Deberían haberle puesto en Ravenclaw - dijo Severus rodando los ojos haciendo reír a Regulus.

También se unió mi sobrino; eran dos contra uno y cuando Arianna vio lo que sucedía quiso pararlos pero un hechizo perdido le dió en el pecho y murió al instante.

Muchos jadearon y sintieron tristeza por Arianna.

Adhara se levantó y consoló a Bathilda, sintiendo tristeza por el destino de Arianna. Se preguntó si ella tendría el mismo destino.

Los del futuro bajaron la cabeza.

Sabía que lo que estaba haciendo era peligroso porque si alguien se enteraba se lo contarían e iría a por ella.

Si las miradas mataran, Dumbledore ya habría muerto mil veces.

Esperaba que cuando recabara toda la información, su hermano habría llegado al colegio para la batalla final. Sabía que no la creería porque era fiel a Dumbledore pero esperaba que confiara en sus recuerdos y le abrieran los ojos.

- No la hubiera creído sin los recuerdos - suspiró Harry con tristeza.

Siempre la acompañó ese sentimiento de soledad y vacío en su interior,

- Bebé - se lamentó Lily apretando los puños deseando poder cambiar el futuro. Haría a sus hijos los seres más felices del mundo; eso corría por su cuenta.

también pasó cuando entró a Hogwarts; era invisible para todos menos para un chico.

Draco se sonrojó y su madre alzó una ceja.

Sonrió recordándolo; no le importó que no pudiera hablar, no le importó que fuera de distinta casa, ni que fuera un año menor,

- ¿De qué casa era? - preguntó Peter.

- Hufflepuff - respondió Harry.

Muchos fruncieron el ceño. ¿Hufflepuff? Para algunos esa niña debería haber ido a Slytherin y otros a Gryffindor, pero ¿A Hufflepuff?

ni que fuera Adhara Potter, la hermana del elegido. Ese rubio teñido le dió la oportunidad de conocer lo que era una amistad inquebrantable.

- No soy teñido - se quejó Draco; luego abrió los ojos cuando se dio cuenta de lo que había dicho.

- ¿Tú eres el chico del que habla mi hija? - se sorprendió James - ¿Un Malfoy?

- Que cosas,¿eh, Potter? - sonrió Bellatrix - Un Malfoy siendo su amigo mientras que su propio hermano la ignora.

Draco pensaba que su padre alzaría la voz en contra de eso pero sin embargo le vio asentir la cabeza con aprobación. No es que la pidiera pero se sorprendió.

Antes de que James pudiera decir algo, Marlene comenzó a leer.

Con el tiempo le demostró que valía la pena vivir y le hizo ver que ella también merecía ser querida.

- ¿Creyó que no lo merecía? - preguntó asombrada Lily.

- Nadie la apoyaba, siempre se referían a ella como el monstruo y nunca por su nombre - dijo Draco con furia - tus familiares la hacían pensar que no debería haber nacido y que no servía para nada.

- Oh, Lily, esos familiares si que van a desear no haber nacido - dijo entredientes James.

- No lo dudes - dijeron los otros tres.

- En cuanto acabemos esto, nos ocuparemos de esas personas - murmuró Dorea a su marido - con nuestra familia no se mete nadie.

Charlus asintió deseoso de encontrarse con esa gente.

- Le haremos tantos hechizos que no van a saber lo que les ha pasado - dijo - o puede que se me caiga "sin querer" alguna poción en sus bocas.

Esa amistad terminó convirtiéndose en amor. Amaba con todo su corazón a su rubio teñido.

- Otra vez con lo de rubio teñido - dijo fingiendo molestarse - tonta.

Pero todos pudieron ver que lo dijo con un tono cariñoso que nadie había oído en un Malfoy.

- Gracias por hacer sentir de esa forma a mi hija - agradeció Lily sonriendo.

- Ella se merece todo el amor que se le pueda dar - respondió Draco - aunque no la pude proteger al final - se le quebró la voz.

- Todos estábamos tan distraídos luchando que nadie se daba cuenta lo que en realidad estaba pasando en ese bosque - dijo Hermione quitando las lágrimas de sus mejillas.

Harry y Ron bajaron la cabeza.

- Aberforth culpó a Albus de la muerte de Arianna y dejaron de hablarse. Cuando descubrió que Gellert había huido, Albus estaba desconsolado.

- Mira tú qué pena me das - dijo Sirius sarcástico.

Sé que dijo que mató a mi sobrino en esa batalla pero no es cierto.

- ¿¡QUÉ!? ¿¡ESTÁ VIVO!? - esta vez sí se sorprendieron todos.

Albus no pudo matar al que fue el amor de su vida y decidió mejor encerrarlo en Azkaban diciendo a todos que lo había matado así acabando con la guerra.

Adhara volvió a escribir y Harry leyó: Y así a Dumbledore se le nombró el mejor mago después de Merlín y consiguió el puesto de director.

- ¿Y puedes decir porqué lo aceptó?

Adhara escribió sin dudar.

- Siendo el director tenía acceso a las mentes de los niños para manipularlas a su voluntad. ¿Qué mejor manera de gobernarlos que poniéndolos de su lado? Todos lo seguirían como ovejas al pastor.

- Exacto querida niña.

Los profesores lo miraron horrorizados.

Todos los alumnos lo miraban con furia, desagrado, impotencia por haber creído que era bueno.

Ya habían abierto los ojos.

Aunque todavía les faltaba por saber algunas cosas más.