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Te lo advertí

Ariana cuidaba a la bebé recién nacida de Camila mientras la castaña aún seguia dormida. Sostenía entre sus brazos a la pequeña, meciendola para que concilie el sueño al igual que su madre y cuando por fin se quedó dormida, decidió buscar a una de las pocas enfermeras que se encontraban en el hospital por estar en plena madrugada.
Entregó con cuidado a la bebé a la enfermera que había encontrado en el pasillo y observó como se la llevaba a la habitación de recién nacidos. Ella decidió volver para seguir a lado de Camila, pero cuando estaba regresando, pasó un chico a su lado utilizando un cubrebocas color negro.

Ariana detuvo su caminar al instante y giró a verlo con temor y sospecha, aquella mirada ya la conocía y temió por Camila cuando se dio cuenta de dónde había salido.

Corrió rápidamente al cuarto y cuando llegó a lado de su mejor amiga, verificó que todo esté bien y que no haya nada extraño. Suspiró de alivio cuando no se encontró nada y Camila seguía durmiendo tranquilamente.

Quizo seguir aquel chico pero algo llamó su atención, un sobre blanco estaba en el asiento donde ella estaba anteriormente.

Lo tomó y lo abrió con lentitud, no sabiendo lo que encontraría.

Era un mensaje.

"Ya estoy harto, Camila. Harto de todo esto. Tal vez ya tengas la sospecha o estés segura que esto no es una casualidad y que hay alguien que no quiere que regreses a Miami. Pues quiero decirte que no estás equivocada, es la verdad y para mi jodida suerte, yo soy el encargado de cumplir ese trabajo. ¿Que no lo entiendes? Hago esto porque quiero protegerlas, no quiero hacerles daño, en realidad no lo deseo, pero tú y tu estúpida idea de volver hacen mi trabajo aún más complicado. Te dejaré las cosas muy claras para que lo entiendas. ¡Simplemente no regreses! Continúa tu vida aquí, haz tu vida aquí junto a tu hija y podrás vivir con tranquilidad, sin preocupación alguna. Las tres estarán bien, sí, estoy hablando tambien de Lauren. ¿es la mujer a quien amas cierto? Entonces quedate, hazlo por ella, así estará mejor. En cuanto a ti, podrás rehacer tu vida como si nada hubiera pasado, yo no te molestaré, podrás caminar por la calle sin temor alguno y tú hija de igual manera. Pero si te empeñas con la idea de regresar por Lauren...me vas a obligar a hacer otras cosas que no quiero, pero tendré que hacerlo de todos modos, porque si no lo hago, no sé lo que podría pasarles. Depende de ti, Camila. Yo estaré siempre vigilando todos tus movimientos y cuando vea que intentas irte, las consecuencias serán más graves.
No te atrevas a mostrar esto a la policía, porque también tengo comprados a muchos de ellos y si llegan a avisarme, Lauren sufrirá las consecuencias de tu estupidez y tú no podrás ayudarla al estar demasiado lejos,Piensalo seriamente, Camila.

Hazlo por tu familia"

Ariana cerró el sobre con lentitud, alzó la mirada y observó con tristeza y preocupación a su amiga. ¿Estaría haciendo lo correcto si no se lo entrega? Ella ya está pasando por mucho y necesita un momento de tranquilidad para concentrarse en su hija, no puede seguir teniendo estos tipos de situaciones.
Pero si no lo hace, ella seguiría con la idea de volver.

_¿Qué es lo que hicieron para llegar a esto? - murmuró para si misma.

Al amanecer, Camila despertaba sola, su amiga no estaba por ninguna parte y solo un sobre blanco estaba sobre su vientre.

Minutos después, Ariana entraba con cuidado al cuarto junto la pequeña Emma en sus brazos, pudo notar que los ojos de Camila estaban cristalinos y que el sobre ya estaba abierto sobre sus piernas.

_Camila...- se acercó con cautela - quizás...mi opinión no cuenta en estos momentos pero...creo que debes de quedarte - la castaña miraba hacia la ventana, soportando no sollozar - es lo mejor para la niña, en estos momentos ella debe ser tu prioridad y va a necesitar toda la atención y cariño de su madre.
El silencio reinó en la habitación.

_Hoy es su cumpleaños...- pronunció con tristeza

_Es el cumpleaños de Lauren - giró a verla, mostrando las lagrimas que recorrían sus mejillas

_Y está allí sola, encerrada ¿crees que puedo seguir mi vida dejándola en ese lugar como si no me importara? Sé que en estos momentos me necesita más que a nadie, que tal vez en estos precisos momentos esté llorando porque piensa que la abandoné cuando no es así. No puedo simplemente seguir con mí vida...- sollozaba - no sin ella.

_¿Y qué hay de tu hija? ¿Vas a arriesgarla? - preguntó con un leve enojo - ¿vas a ponerla en riesgo sólo por una simple mujer?

_Ella no es una simple mujer...- respondió - tú no lo entenderías, nadie va entender lo que yo siento por ella - observó a su hija - y jamás pondría en riesgo a nuestra hija ahora que a nacido, la voy a proteger...- volvió a mirarla - pero también quiero protegerla a ella...- sollozó - pero no sé cómo hacerlo...- intentaba no llorar, pero todo esos sentimientos acumulados, la hicieron derrumbarse - por favor...necesito que me ayudes, no tengo a nadie más aquí - se cubrió el rostro con las manos.

No pasó mucho cuando sintió como Ariana la rodeaba con uno de sus brazos y la abrazaba para reconfortarla.

Se separó para dejar a la niña en los brazos de la castaña, y esto la hizo sonreír al menos por un momento a Camila, viendo como su hija bostezaba somnolienta y mostraba su pequeña boquita aún sin dientes.

_Camila...- la castaña giró a verla - quedate...- volvió a pedir - al menos por un tiempo - miró a la niña, acariciando su pequeña cabecita - debes cuidarla - Camila siguió su visión, viendo ambas a Emma - al menos hasta que crezca un poco y yo pueda cuidarla para facilitarte las cosas.

_Pero...

_Escucha - tomó su mejilla con cariño, alejándose de inmediato con nerviosismo al darse cuenta de su acción - yo...voy asegurarme que vuelvas, te lo prometo, te sacaré de aquí como sea el día que me lo pidas, pero no ahora, ahora primero es la niña. Sólo...quedate, por favor.

Camila notó en sus ojos sinceridad, Ariana le daba la confianza que necesitaba en esos momentos y sabía que ella cumpliría con su palabra.

Observó nuevamente a su hija y la pequeña le sonrió jugando con sus manos.

¿esa era algun tipo de señal?

_Está bien...me quedaré - respondió no tan segura.

Ariana sonrió ante sus palabras, desconociendo lo que comenzaba a sentir por aquella castaña y sólo sonreía admirándola.

Los meses fueron pasando y Camila cuidaba a su hija tratando de concentrarse sólo en ella como se lo había aconsejando su amiga.

Mientras tanto en Miami, Alessandro tenía la tranquilidad de que Camila no regresaría por lo menos en un año.

Se encontraba cenando junto a Dinah en una romántica noche junto a velas y rosas. Admirando a su novia que comía con gusto lo que ella habia preparado y le sonreía de vez en cuando con timidez.

Metió una mano al bolsillo de su abrigo y sintiendo el nerviosismo recorrer su cuerpo, arrastró la pequeña caja de terciopelo sobre la mesa y la dejó frente a su novia quien detuvo toda acción.
Los ojos de su novia se humedecieron cuando abrió la cajita, mostrando dentro de él, un hermoso anillo de compromiso.

_Alessandro...- sonrió emocionada.

_¿Recuerdas lo que te dije en nuestra primera cita? - Alessandro también sonreía con emoción, sus ojos brillaban por la presencia de lágrimas - sé que no voy a amar a nadie más que a ti, y tú me respondiste...

_Que no puedes estar seguro de eso - interrumpió su novia.

_Exacto - asintió - pero ahora vuelvo a decírtelo - tomó su mano sobre la mesa - yo solo te amo a ti Dinah, no deseo a nadie más...eres tú lo que quiero para mi futuro - la miró a los ojos con todo el amor posible - quiero saber si tú...también deseas un futuro conmigo, pero quiero saberlo a travez de esta respuesta - interrumpió antes que su novia hablara - Dinah...- se puso de pie y se arrodilló a su lado, mostrando el anillo que habia comprado para ella - ¿Quieres casarte conmigo? - estaba realmente nervioso por escuchar su respuesta - ¿quieres ser mi esposa?
Dinah llevo sus manos a su rostro por la emoción, y asintiendo euforicamente dijo un claro y fuerte:

_¡Sí!

Alessandro mostró una gran sonrisa y antes de siquiera poder levantarse o ponerle el anillo, ya caía al suelo por el sorpresivo beso que Dinah le estaba dando junto a un fuerte abrazo, El pelinegro sólo sonrió en el beso y la atrajo de su cintura, pegándola más a su cuerpo.
A pesar de lo que puedan pensar, sus sentimientos eran verdaderos.

Pero no sabía que el camino que estaba tomando, podría alejarla de su amada, y de la peor manera posible.

Un año después...

Dinah se despedía de su mejor amiga, siendo acompañada por su ahora esposo.

_¿En serio te vas? - Lauren la miraba con algo de resentimiento, todos a lo que llama amigos, se iban de su lado, uno por uno.

_Lauren...- intentó tomar su mano pero la Pelinegra lo alejo, provocando que los ojos de Dinah se humedecieran - perdoname, es una decisión que tomé junto a mi esposo.

_¿Y no pueden formar su familia aquí? ¿por que irse a Canada?

_El tiene negocios importantes allá, no puede dejarlos.

_¿Pero tú sí puedes dejar a tu mejor amiga? - sus ojos se humedecieron - es ahora cuanto más te necesito.

Dinah iba a responder pero Alessandro ingresó, llegando a su lado y mirando sólo un momento a Lauren para dirigirse a su esposa.

_Cariño, es hora de irnos - avisó con tranquilidad.

Dinah asintió y poniéndose de pie, miró con tristeza a Lauren quien solo la ignoraba.

_¿En serio quieres que nos despidamos de esta forma? - Lauren miraba hacia otro lado - Laur...

_Cariño, se nos hace tarde - volvió a recordar.

Dinah bajó la mirada con tristeza y siendo abrazada por su esposo, ambos caminaron hacia la salida.
Pero antes de cruzar la puerta, Lauren llamó a Dinah y cuando ella giró, ya estaba siendo abrazada por su mejor amiga.

_Te voy a extrañar - Lauren se escondía en su cuello.

Fueron esas palabras que provocaron el llanto de Dinah y la Pelinegra la abrazó más fuerte al imaginar que tal vez pasen años para que vuelvan a verse.

Alessandro veía la escena con algo de culpabilidad, pero sólo se limitó a salir de allí para poder esperarla afuera.

_Hey - El pelinegro giró ante el llamado con expresión neutra.

_¿Si? - Lauren se acercó a ella.

_Te estás llevando a mi mejor amiga - se encontraban frente a frente - espero que la cuides ¿ok?

_No tienes por qué decírmelo - dirigió su mirada a Dinah - ella vale mucho para mí, sé lo que tengo que hacer.

_Entonces...- Lauren sonrió - les deseo lo mejor.

_Lo mismo digo - extendió su mano y fue tomada por su esposa, entrelazando sus dedos - hasta luego Señorita Jauregui - era así como la llamaba en el trabajo.

_Hasta luego Jefe Alessandro - las tres sonrieron.

****

En Canada las cosas iban igual, Camila cuidaba a su hija Emma mientras Ariana salía a trabajar y regresaba siempre a las cinco de la tarde.

La niña no había necesitado nada, tenía todo lo necesario gracias a la ayuda de Ariana quien siempre le compraba juguetes y cosas por el estilo.

Ahora llegaba a casa y encontraba a Camila sonriendo emocionada y dando besos a su pequeña.

_¿Ocurrió algo? - dejaba sus cosas en el sillón.

_¡Ariana! - llegaba a su lado de inmediato - ¡mira, mira! - sostuvo a su bebé en un brazo mientras está sonreía - ¿Quien es ella? - le hablaba tiernamente - ¿quien es? - mostraba la única foto que tenía de Lauren, la bebé sólo jugaba con sus manos mientras reía por la insistencia de su madre - vamos - pidió suplicante - dilo, ¿quien es?

_Ma ma! - balbuceó riéndose.

_¿¡Oíste!? - casi da saltitos de la emoción - ya la reconoce, así será mas fácil cuando volvamos.

_Que bien - Ariana sonreía incómoda, dirigiéndose a la cocina - ¿qué haz cocinado hoy? Tengo mucha hambre.

_¡Espera! - llegó a su lado - yo te sirvo, debes de estar muy cansada - Ariana recibió ala bebé sin protesta alguna, comenzado a jugar con ella y dirigiéndose a la mesa.

Sólo un tiempo después y ver que su hija estaba bien, le confesó a Ariana que estaba lista para irse, lo cual fue como un balde de agua fría para Ariana.
Ella asintió incomoda y comentó que comenzaría a ordenar todos sus documentos para que pueda regresar lo más pronto a Miami.
Por supuesto que Alessandro estaba allí para evitarlo, listo para arrebatarle los papeles y darle una buena lección para que entiendan que no pueden irse.

Pero lo que sorprendió fue ver como era la misma Ariana, quien rompía los documentos de Camila y los echaba a un tacho de basura que se encontraba en la calle.

Ariana dio un largo suspiro y siguió su camino como si nada hubiera pasado.

_¿Estas bien? - Camila llegaba a su lado preocupada al pensar que le había pasado algo, aún recordaba lo que decía aquella carta. La castaña sonrió cuando su amiga asintió con una leve sonrisa -

_ ¿tienes mis documentos?

_No...- la sonrisa de la castaña desapareció - lo lamento Camila, pero en las agencias ya no quieren ayudarte, piensan que sólo les estás jugando una pésima broma, dicen que nadie puede perder sus documentos tantas veces.

_Pero no las perdí - alzó la voz con preocupación.

_Lo sé, pero tampoco me creen que te las roben cada cierto tiempo, es prácticamente imposible - puso un semblante triste.

_No puede ser - caminó a la sala con frustración - ¿entonces como voy a volver? No puedo quedarme por más tiempo.

_Lo lamento.

Dos años después..

Ariana convencía a Camila para poder salir a un parque para que tanto ella como su hija, puedan divertirse un momento, y para que la castaña olvide al menos por un tiempo todas sus preocupaciones.

_¿Alguien quiere helado? - preguntó con una sonrisa Ariana.

_¡Yo! - Ella daba saltitos mientras sostenía la mano de su madre.

_¿Quieres helado, preciosa? - se arrodilló a su altura y la pequeña asintió - muy bien, entonces tú y tu mami, esperenme en ese banco, ¿ok?

Minutos después, Emma jugaba a los pies de las dos mujeres mientras conversaban. Ariana le contaba anécdotas de su infancia que la hacían reír y eso hacía latir más el corazón de Ariana.

Hubo un momento en que Camila se dio cuenta de su mirada y detuvo su risa sin dejar de sonreír.

_¿Que?

No esperaba que Ariana uniera sus labios a los de ella.

Fue en ese preciso instante, en que Katherine tomaba la fotografía para poder mostrarlo a Lauren cuando regresara e inventarle una falsa historia.

Camila se separó de inmediato.

_Espera....esto - comenzó a negar - no debiste hacer eso - se puso de pie.

_Camila...- la castaña cargó a su hija - está bien, lo siento, pero no puedo seguir ocultando lo que siento por ti, me gustas.

_¿Podemos volver a casa? - ignoró sus palabras - Emma necesita descansar.

Ariana entristeció al comprender que Camila no sentía lo mismo, y sólo asintió ante su pedido.

Cuatro años después...

Camila intentaba huir junto a su hija quien ya tenia siete, Alessandro la perseguía en su propio auto mientras conducía el suyo con desesperación. Habia ahorrado todos esos años para comprarse uno y le facilite las cosas.

Ahora se encontraban en una vacia carretera donde ambos autos iban a maxima velocidad. La idea de la castaña era alejarse lo más posible de la capital y tomar un vuelo de inmediato, tenía sus documentos en orden y por fin podría marcharse de ese país.
Pero Alessandro logró enterarse a tiempo y subiendo a su auto, logró encontrarla en pleno viaje, Camila al verlo y reconocer sus ojos, aceleró de inmediato.

Alessandro llevaba un cubrebocas como siempre, junto a una gorra negra.

_Mami, tengo miedo - Emma sollozaba.

_Tranquila, cariño, todo...todo estará bien.

El auto recibió un fuerte golpe por detrás, asustando más a la pequeña.

Camila intentaba esquivarlos yendo en zigzag pero Alessandro era más rápido, el pelinegro piso más fuerte el acelerador y golpeó la esquina del auto haciendo que Camila perdiera el control y girará drásticamente, frenando en un chillido que provocó las ruedas.
Camila temió cuando vio salir del otro auto al Hombre que siempre la perseguía, colocó los seguros y se cruzó al asiento trasero para tranquilizar a su hija quien lloraba.

El pelinegro traía consigo una barra de hierro e intentó abrir la puerta, enfureciendo más cuando no pudo abrirla.

Camila abrazó a su hija cuando Alessandro comenzó destrozar la ventana que se encontraba a su lado con la barra, cientos de pedazos de vidrios salpicando a su cuerpo.

Alessandro metió su mano a travez de una abertura que logró hacer y abrió la puerta al instante, tomando del brazo a Camila bruscamente.

_¡Mami! - la pequeña gritó cuando  fue lanzada al suelo, quizo salir para ayudarla pero el pelinegro cerró la puerta, encerrándola en su interior - ¡deja a mi mamá! - lloraba golpeando la ventana - ¡Deja a mi mamá!

_¡Te dije que te quedaras! - la pateó en el rostro - ¡te dije que no podrías irte! - golpeó su brazo con la barra - ¡Y aun insistes en regresar! - logró romperle la muñeca con un solo golpe.
Camila gritaba en medio de un llanto.

_¡Deja a mi mamá! ¡Por favor! ¡no le pegues a mi mamá! ¡no le pegues a mi mamá! - Emma gritaba a través del vidrio.

Ariana iba en camino por la misma carretera, la carta de despedida que le habia dejado Camila explicándole lo que haría, era un motivo suficiente para saber que aquel hombre iría por ella en cuanto lo supiera.

Aceleró decidida a encontrarla.

_¡No debes irte! ¡No puedes hacerlo! - Camila suplicaba que la dejara, no podía soportar más los golpes que le daba con aquella barra, tanto su rostro como su cuerpo, tenía varios cortes y moretones, pero por más que gritaba por el dolor, Alessandro seguia golpeándola - veremos si deseas irte después de esto - alzó la barra y golpeó con todas sus fuerzas.

Emma lloró más al escuchar el grito desgarrador que dio su madre.

Le había destrozado por completo su rodilla.

Alessandro giró rápidamente al escuchar el ruidoso chillido de un auto, no teniendo tiempo de reaccionar cuando Ariana ya habia saltado sobre el, ambos comenzando una pelea sobre la tierra de la carretera.

Ariana dio el primer golpe, recibiendo uno de igual manera, ambos cuerpos giraban en el suelo levantando el polvo que estaba en su camino.

Ariana iba ganando cuando Alessandro tomó un puñado de tierra y se los aventó a los ojos, aprovechando sus quejidos y estrellar su puño en su mandíbula.
Alessandro logró liberarse y se arrastró hazta sujetar la barra para luego girar a la vez que lanzaba un golpe a Ariana, quien cayó mareada en el suelo.

El pelinegro corrió a su auto y retrocediendo, aceleró en un giro regresando a la ciudad.

Ariana se tambaleo al levantarse y tocándose el corte que tenía en su frente, vio un rastro de sangre sobre su mano.

Escuchó el llanto de Emma y eso la alertó, Camila necesitaba ayuda urgentemente.

En ese tiempo, Lauren comenzaba a odiarla sin saber lo que estaba pasando.

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