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¿Segunda oportunidad?

¿Alguna vez han sentido miles de emociones embargando su pecho? Como si estuviera a punto de estallar de todos esos sentimientos acumulados. No sabes si reír, si llorar, o simplemente correr e huir.

¿Que hacer en esta situación?

¿Que palabras decir? Después de todo lo que ha pasado, lo que han pasado ambas

¿tendrían sólo que olvidarlo y dejarse llevar por sus sentimientos?

Eso era bastante absurdo para Lauren.

Ella pensaba que ni siquiera merecía mirarla, no merecía recibir esa mirada por parte de Camila, dándole a entender que la había extrañado durante todo ese tiempo.

Ella había despotricado en contra de la castaña. Había llegado al límite de hacerle daño en más de una ocasión, cuando Camila sólo intentaba volver a su lado.
Sus lágrimas cayeron al repasar todas sus acciones. Comenzaba a odiarse mucho más de que en algún momento llegó a odiar a alguien. No debió de desconfiar de ella. Toda esa ira acumulada la habían transformado en un monstruo. No se reconocía.

Bajó su mirada y observo con tristeza las muletas que sostenía a cada lado, cerró los ojos al querer sollozar. Sentía que era su culpa.

Volvió a verla cuando escuchó algo caer. Las muletas estaban en el piso y Camila llegaba a ella presionándola en un necesitado abrazo. La castaña se escondió en su cuello mientras lloraba y repetía una y otra vez que la perdonara, que no había sido su intención dejarla sola.

Lauren tardó en reaccionar, pero luego, simplemente negó y la abrazó de igual manera. La apretaba a su cuerpo volviendo a sentir su calor y volviendo a sentir ese aroma tan familiar que tiene la castaña. Comenzó a llorar y era ahora ella quien le pedía perdón.

Emma sacudía a Ariana de la emoción.

Una hora después, Camila dormía entre los brazos de Lauren. Iban de camino a su antigua casa junto a su hija y Ariana, quien conducía el auto de la Ojiverde.

Lauren acariciaba su cabello mientras no dejaba de contemplarla. Aún tenia restos de lágrimas al rededor de sus ojos y ella se encargaba de quitárselas. El auto pasó por un pequeño bache que hizo mover el auto, y Camila inconscientemente se abrazó más a Lauren, y eso hizo sonreír ligeramente a la Pelinegra quien seguía mirándola.

_Está muy cansada - comentó Ariana - no ha dormido muy bien, más cuando Emma salió del país.

Lauren levantó la mirada y se encontró con la de Ariana a través del espejo retrovisor.

Emma sintió la tensión que hubo en cada mirada. Pero lo que dijo su madre le sorprendió por completo.

_Gracias - pronunció con voz neutral - por cuidar de ella durante todo este tiempo.

_No debes de agradecerme - respondió con el mismo tono de voz - sólo hice lo que creí correcto - Lauren asintió.

_¿Segura que estás bien? - la joven Pelinegra preguntó a su madre.

Lauren había tratado de ocultar la herida en su hombro con una simple venda, para que Camila no se preocupara. Pero aquellos pequeños gestos de molestia que tenía al estar abrazando a Camila, daba muestra de su incomodidad.

_No es tan grave - se removió - sólo es una pequeña herida.

En otro lugar del mundo, Alessandro cuidaba de igual manera a su esposa. No había dormido toda la noche. Se preocupaba cada vez que Dinah se removía entre sueños como si tuviera miedo de algo. Como si estuviera aterrada. Y el sabía la razón. Como odiaba a su hermano por lo que le había echo, su cuerpo estaba repleto de moretones y parte de su labio estaba roto.

El pelinegro no se movía de su lado. Se mantenía firme en aquella silla sin dejar de mirarla con sus ojos humedecidos. No dejaba de pedir perdón en silencio por lo que estaba por hacer en un futuro. Besaba su mano entre sollozos y volvía a disculparse, escondiendo su rostro en sus manos.

Su celular comenzó a timbrar y el no tuvo más opción que contestar. Era su hermano.

_¿Qué es lo que quieres? - esperó su respuesta - No...No quiero hacerlo - cerró los ojos ante los gritos - Louis...- volvía a sollozar - por favor, no quiero hacerlo.

_ Quiero estar tranquilo, quiero estar bien con mi familia...- bajó la mirada ante la respuesta de su hermano - no...No quiero que vuelvas a dañarla, pero...- Louis interrumpió - ¿Por qué me haces esto? - sollozó - ¡soy tu hermano, Louis! ¡Soy tu única familia! - respuesta - si en verdad me amaras, dejarías todo esto, y no le hubieras echo esto a mi esposa, ¿Sabes lo que me duele verla así?

_Al menos tú puedes verla con vida - alzó la voz - yo ya no puedo hacerlo, ¿sabes por qué? - Louis preguntó con rabia - ¡porque él está muerto! ¡Lo maratón teniendo la opción de no hacerlo! ¡Lauren no puede ser feliz después de lo que hizo! - colgó la llamada con molestia.

Alessandro no lo sabía, pero Dinah había escuchado toda la conversación. 

****

_¿Y nunca le han visto el rostro? - Lauren y Ariana conversaban en la azotea, Camila descansaba en su antiguo cuarto y Emma esperaba en el primer piso.

_Nunca, ese hombre siempre se ocultaba detrás de una mascarilla negra, y siempre llevaba consigo una gorra que ocultaba la mayor parte de su cabello. Lo único que podíamos ver eran sus ojos, pero no lo suficiente. Jamás lo tuvimos en frente el tiempo suficiente para analizarlo con detalle. Pero si volviera a verlo, estoy segura que lo reconocería de inmediato.

_Se supone que las vigilaba las veinticuatro horas, ¿Como es posible que hayan salido así de fácil?

_Tampoco lo sé, es algo que no sale de mi mente desde que tomamos el avión. Fue como si ya no estuviera.

Lauren se pasó la mano por su cabello con frustración. No lograba comprender muy bien la situación y eso la irritaba.

_Pero no entiendo, ¿Que es lo que quiere conseguir con esto? Ni siquiera sé si lo conozco. ¿Por qué haría esto durante tantos años?

****

Alessandro sonreía al ver a su esposa de un mejor estado. Comía alegre a pesar de sus dolores en el cuerpo.

_¿En verdad...quisieron robarme?

_Sí - Dinah sabía que le estaba mintiendo - un chico te trajo a emergencias - respondía nervioso - pero sigue comiendo, necesitas recuperar fuerzas. ¿Deseas algo más?

_¿Puedes prestarme tu celular?
Hubo un leve silencio.

_¿Mi celular? - borró aquella sonrisa que tenía.

Dinah sonrió.

_Cariño, no soy celosa - jugó con el - sólo quiero llamar a los niños, quiero decirles que estoy bien - hizo puchero, viendo como Alessandro volvía a sonreír ante sus encantos.

_Está bien - acarició su cabello - siempre me convences con tu tierno puchero - ambos sonrieron al unir sus labios.

Alessandro le pasó su celular y Dinah fingió estar buscando el nombre de su hija mayor, cuando al mismo tiempo quizo tomar el vaso con agua que tenía sobre la bandeja, botándolo de "casualidad" al suelo.

_¡Oh, maldicion! - se quejó Dinah.

_No te preocupes - Alessandro se apuró a recoger el vaso y limpiar parte de la sábana - ahora te traigo otro.

_Gracias, cariño - le sonrió.
Dinah convirtió su sonrisa a una de tristeza cuando vio salir a su esposo de la habitación. Ignoró sus ojos humedecidos y buscó rápidamente el número que Alessandro también tenía por alguna emergencia.

Esperó impaciente por unos segundos, cuando por fin contestaron.

_¿Hola? - respondió una voz femenina.

_Alexa
Lauren seguía conversando con Ariana cuando recibió una llamada entrante. Sacó su celular de su bolsillo y se sorprendió al ver el nombre de su antigua jefa. Después de todo seguía siendo el mismo chip.

_¿Hola? - contestó.

_¿Lauren? - era la voz de Dinah - Lauren, ¿En serio eres tú? - podía sentir la emoción que tenía su vieja amiga.

_Dinah - respondió con la misma emoción - cuanto tiempo a pasado - sonreía.

_Lauren, me alegra de que estés libre pero ahora no es momento de charlar, necesito decirte algo muy importante.

_¿Que ocurre? - se preocupó.

_Mira, no sé exactamente qué ocurre. Pero hace días tuve un asalto, o eso pensaba que era. Pero hoy al despertar, Alessandro estaba a mi lado teniendo una conver...- silencio.

_¿Dinah? - no se escuchaba nada en la otra línea - ¿Dinah? ¿Estás ahí? Hola, contesta.
Dinah se mantenía quieta mientras cubrían su boca.
Estaba aterrada.

Louis le pedía que se mantuviera callada. Tenía su celular pegado a su oído y escuchando la voz de la mujer que más odiaba.

_Dinah, ¿Sigues ahí?

El castaño cortó la llamada y miró con molestia a la rubia quien intentaba quitarse la mano de encima. La estaba lastimando y Louis aumentaba su fuerza cada vez más.

Dinah se removía con desesperación al no poder respirar. La mano de Louis también había cubrido su nariz y seguía haciendo presión. Los ojos de la rubia se humedecieron.

_No le vas a decir a nadie sobre esto.

Alessandro soltó el vaso con agua al ver lo que estaba sucediendo. Se apresuró en llegar a lado de su hermano y tomándolo de los hombros lo alejó con molestia pegándolo a la pared.

_¿¡Que crees que estás haciendo!? - le increpó.

Dinah tomaba bocanadas de aire.

_¡Estaba hablando con Lauren! ¡le iba a contar todo!

La expresión de Alessandro dejó de ser de furia, para debilitarse y volverse a una de miedo, tristeza y preocupación al caer en cuenta que Dinah ya sabía todo. Negó para si mismo y sus ojos comenzaron a humedecerse.
No quería perderla.

_¡Va a escapar! - alertó su hermano.

Alessandro reaccionó a tiempo y atrapándola de su brazo, la atrajo a el y cubrió su boca antes de que gritara. Dinah se removía entre sus brazos mientras Louis cerraba la puerta rápidamente.

_Cariño - pedía Alessandro entre sollozos - Cariño, escuchame - Dinah seguía intentando escapar - Por favor, tranquilizate.

_Sujetala fuerte - Louis tenía una jeringa en sus manos.

_¿Que es lo que vas a hacer? - preguntó con temor.

_Solo es un calmante - alzó la manga de Dinah quien negaba con miedo. Alessandro la había sujetado con más fuerza, dando paso para que a Louis se le haga más fácil y lograra ponerle la inyección.

Sólo segundos después, Dinah se desvanecía entre los brazos de su esposo, quien la abrazó de inmediato para luego cargarla y llevarla devuelta a su cama.

_Cambiala - mandó Louis.

_¿Ahora qué harás? - giró a encararlo - ¿Por qué viniste aquí?

_No puedes estar aquí más tiempo. Lleva a tu esposa a tu casa y cuidala. Cuando se recupere al 100%, será entonces que viajaremos. Debemos planear lo que haremos en cuanto lleguemos a Miami.

Eso le pareció muy extraño a Alessandro.

_¿Por qué quieres que ella se recupere? Tu eres quien le hizo esto.

_Porque se me ocurrió una idea, hermanito - sonrió - ella nos va a ayudar.

_No metas a Dinah en esto o...

_¿O qué? - Louis rió - eres demasiado cobarde como para enfrentarte a mí - Alessandro lo miraba con impotencia. Tenía sus manos hechos en puños, pero no se atrevía a acercarse - tú solo haz lo que te dije. Te estaré esperando en el auto - se retiró de la habitación.

Alessandro estalló de rabia. El mismo se detestaba y no veía la hora en que toda esa situación acabase.

****

Camila despertaba somnolienta, no sabiendo muy bien donde estaba. Pero se tranquilizó y sonrió cuando encontró lo que había deseado ver desde hace años. A su bella chica durmiendo frente a ella.

Levantó su mano y la acercó cuidadosamente a su rostro, como temiendo que despareciera en cualquier momento. Sonrió aún más cuando logró acariciar su mejilla y Lauren se removió entre sueños.

La Pelinegra se había recostado a su lado para verla dormir, pero el sueño también la venció y quedó dormida frente a ella.

Camila se acercó un poco más, casi sintiendo la respiración de la Ojiverde sobre ella. No le importaba en esos instantes nada. Había deseado estar así nuevamente con ella, y no se iba a detener a pensar en todos los problemas que han pasado o se avecinaban.
Su miraba bajó a sus labios y el nerviosismo que sentía cada vez que la besaba, volvían como mariposas en el estómago. Aún hacía latir su corazón como cuando eran apenas unas adolescentes.

Sin poder evitarlo, se iba acercando cada vez mas. Guiada por el deseo de volver a probar sus dulces labios.

Lauren abrió los ojos al sentirse observada, casi yéndose el aliento cuando encontró a Camila así de cerca.

_Camila, qué...
La castaña atrapó sus labios con los suyos y ambas suspiraron al contacto.

Lauren posó su mano en su cintura y la atrajo con delicadeza a su cuerpo. La castaña posó la suya sobre el pecho de la Pelinegra, para luego subir y acariciar su mejilla como hace unos segundos.

Continuaron besándose por un corto tiempo hasta que ambas se separaron lentamente, manteniendo aún la cercanía de sus rostros.

Sus ojos estaban humedecidos.

_Te extrañé tanto - una de las lágrimas de la castaña resbaló sobre su mejilla y Lauren se encargó de quitarla con el mayor cariño posible.

_Yo también te extrañé, Camila - sus ojos se humedecieron aún más - cada día lo hacía. Te esperé hasta el último día en que estuve en ese lugar.

_¿Entonces por qué lo hiciste? ¿Porque me hiciste daño?

_Mi intención no era esa - confesó - la primera idea que tuve...era volver a cuando éramos jóvenes, antes de que todo esto pasara. Quería despertar a tu lado, Camz. Quería tomar nuestras maletas y llevarte lejos de aquí. Formar nuestra familia en otro lugar y comenzar de cero. Quería olvidar todo - era el turno de Camila de limpiar sus lágrimas - pero cuando volví y vi que seguía estando de esta edad, me di cuenta que eso no iba a ser posible. Lo nuestro ya no tenía arreglo. Todo empeoró cuando llegué a casa y nos vi cuando éramos felices. Como éramos antes. Me llené de rabia e impotencia saber que pronto todo se arruinaría y que como creía saber, tu te irías y te llevarías a mi hija lejos de mí. Tuve miedo, Camila...- sollozó - miedo a volver a pasar por todo esto. No quería volver a sufrir. Odiaba ese lugar, lo detestaba, no deseaba volver...y menos por alguien quien creía no merecía la pena. Fue cuando...quise deshacerme de ti, sin saber por lo que estabas pasando.

_Lauren...

_Perdoname - lloró - por favor perdoname. No merecías lo que te hice. Me odio por ser tan estúpida y creer todas esa mentiras. Debí de confiar en ti.

_Cariño...- Lauren sonrió con tristeza cuando escuchó como la había llamado - ambas cometimos errores. Debí de decirte a donde iba, pero sabía que te negarías. Tu también perdoname por eso - acarició su cabello - No fue tu culpa. No fue culpa de ninguna de las dos. A nosotras nos separaron, cariño. Me mantuvieron lejos de ti mientras te hacían odiarme - besó cortamente sus labios - ¿Pero sabes cual es lo bueno ahora? - sonrió - que por fin estamos juntas. Tenemos a nuestra hija a nuestro lado - volvió a besarla - y eso es lo que importa por ahora.

_Pero ese hombre puede volver.

_Tienes razón, pero en este momento no está aquí. No pensemos en eso ahora.

Lauren sonrió y esta vez fue ella quien atrapó sus labios con los suyos para besarla con necesidad.

Su hija Emma estaba llorando dramáticamente tras la puerta mientras se mordía el puño.

****

_Cariño...

_No me llames así - respondió Dinah - tu y yo ya no somos nada - tenía los ojos cristalinos - no sabes...la vergüenza que siento...de haberme casado con alguien como tú.

Eso fue como una daga en el corazón para Alessandro.

_Solo lo hice por ti...por nuestros hijos.

_¿Y venir aquí también era por nosotros? - Alessandro bajó la mirada avergonzado - me lo imaginaba. No pienso dejar que hagan daño a mis amigas - alzó la voz.

_No puedes impedirlo - levantó la mirada - no sabes pelear, no tienes la fuerza suficiente para defenderte, y estás aquí, atada. No puedes hacer absolutamente nada - Dinah enfureció - pero yo sí.

_¿Que quieres decir?

_Que el trato con mi hermano acabó...el día que se atrevió a tocarte - su mirada se volvió fría - no debió de meterse contigo. No debió de meterse con mi familia. Ni mucho menos amenazar a mis hijos.


Que les pareció el reencuentro  de las Camren después  de 20 años?









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