La verdad de Camila 2
Ese mismo día, el avión aterrizaba en uno de los aeropuertos de Vancouver, había sido un largo y agotador viaje.
Las dos mujeres decidieron tomar un taxi para poder llegar a la residencia de Ariana, donde Camila se hospedaría en un hotel muy cerca del lugar. Tenían planeado dormir al menos por unas horas y recuperar fuerzas, faltaba muy poco para que el sol salga, ya que se encontraban en plena madrugada.
A la mañana siguiente y a muy tempranas horas, Camila llegaba a casa de Ariana para poder comunicarse con el abogado. Quedaron en encontrarse en un pequeño café que se encontraba a sólo unos cuantos minutos en auto.
_Tendrás que ir tú sola por ahora - comentó Ariana tomando su abrigo.
_¿Pero como podré comunicarme con él? Te recuerdo que no sé hablar Francés, para eso te pedí ayuda.
_Lo sé, pero también recuerda que vine aquí por unos asuntos personales. Este día no podré ayudarte mucho por que estaré ocupada - tomó una pequeña mochila que colgó en su espalda - no te preocupes, Ryan me dijo que llevará a una chica que también habla ingles, no tendrás algún problema.
_Está bien - comentó no muy convencida - ¿pero al menos me acompañas a pedir un taxi? No quisiera irme a otro lugar.
_Claro, vayamos de una vez por que se me hace muy tarde - iban de camino a la salida.
_¿Que es lo que tienes que hacer?
_Me reuniré con mi hermanos, nuestro abogado leerá el testamento que dejó mi madre - cerraba la puerta - espero que no se arme un verdadero lío.
_¿Por que lo dices?
_Digamos que...No nos llevamos bien, espero que mi madre haya tomado una buena decisión.
Minutos después, Camila entraba curiosa al pequeño café, buscando con la mirada al abogado Ryan que seguramente ya debe de estar esperando.
_¿Camila Cabello? - escuchó a su lado, una chica de su misma estatura la miraba curiosa. La castaña asintió - el abogado la está esperando.
Al fondo del establecimiento, el abogado Ryan se puso de pie al reconocerla y saludó cortésmente con una reverencia, Camila respondiendo igual.
_Ravi de vous rencontrer, veuillez vous asseoir - sonrió.
Camila lo miró dudosa.
_Él dijo que es un gusto poder conocerla, que por favor, tome asiento - tradujo la señorita que se encontraba al lado.
(Para no traducir constantemente, escribiré todo en español)
Luego de ponerlo al tanto de la situación de Lauren, Camila esperaba expectante la opinión del abogado que leía seriamente todos los documentos que Justin le había entregado como última ayuda de su parte.
_Tal parece que su anterior abogado tenía razón. No existe ni una prueba que apunte que haya sido un asesinato planeado - comentó algo confuso - me extraña que haya sido una condena inmediata, y más aún de veinte años. ¿Han intentado apelar?
_Mi amigo dice que no lo aceptaban, solo rechazaban cada documento que enviaba a la Fiscalía, y luego le advirtieron que dejara de hacerlo o perjudicaría su trabajo.
_En definitiva - veía los documentos - hay algo extraño detrás de todo esto - dejó los papeles - digame, ¿usted o su novia, tienen algún enemigo? Quizás que esté dentro del entorno de personas de altos rangos.
_No - negó - no que yo sepa.
_¿Y conoce al juez?
_Tampoco, jamás lo habia visto.
_¿Esta segura de eso?
_¿Que es lo quiere decir?
_Supongamos que nadie de su entorno está metido en esto - lo pensó por un momento - eso quiere decir que tiene que ser del entorno del fallecido. Del entorno de Harry Styley.
_¿Y ese sería?
_El juez.
****
_Ya la encontré - una persona se encontraba escondida detrás de un poste, podía ver a travez de la ventana de la cafetería a la castaña que conversaba con el abogado - tenías razón, está planeando algo.
_¿Reconoces con quien está?
_Es el abogado Ryan, es muy famoso por aquí. Es más eficaz que un detective privado, estoy segura que te meterá en problemas.
_No lo hará - sonrió.
_¿Por que no?
_Porque lo matarás.
Hubo un leve silencio por ambas partes.
_No lo haré - negó incrédula - no soy una asesino.
_Harás lo que yo diga, habíamos echo un trato, Alessandro, me lo prometiste.
_¿Y tú crees que te haré caso? Solo prometí ayudarte a que no volvieran a estar juntas, jamás te dije que mataría a alguien - aclaró.
_Es parte de tu promesa - gruñó con molestia - hazlo...o tu querida Dinah pagará las consecuencias.
El pelinegro rió sin gracia.
_Dejate de tonterías, tú no serías capaz de hacerle algo.
_Hace tiempo que he cambiado hermanita, no sabes lo que sería capaz de hacer - respondió - espero las pruebas para mañana de que cumpliste tu trabajo.
_Louis, espera - cortó la llamada - ¡Louis!
****
_Lo primero que haré, es investigar el entorno del fallecido. Y si resulta que algunos de los jueces del juzgado lo conocía, o hasta el propio juez supremo lo hacía, será más fácil apelar para luego pedir una inhibición.
_¿Una inhibición?
_Exacto -- asintió - mire, le explico, para garantizar que las personas puedan obtener remedios justos para sus situaciones legales, las juezas y los jueces deben ser imparciales - explicaba - esto significa que deben ser neutrales y mantenerse objetivos al momento de resolver un caso. El juez, debe estar libre de presiones sociales, políticas o personales que puedan afectar el resultado del caso.
Luego de una hora hablando y poniéndose de acuerdo para poder encontrarse nuevamente, Camila regresaba al hotel con una leve sonrisa de esperanza.
Se recostó sobre la cama y dejó caer su bolso en el suelo. Esperaba que venir a Canada haya valido la pena y que dentro un corto tiempo, Lauren y ella vuelvan a su vida de siempre.
Estaba segura que esto sólo era un pequeño mal momento que atravesaban en sus vidas, y que debían ser fuertes para poder superarlo.
Sólo era una prueba.
Sonrió aún más y observando su fondo de pantalla que tenía en su celular de ellas dos juntas, decidió tomar un pequeño descanso.
****
Al abogado le había interesado mucho el caso, y emocionado por saber qué había detrás de toda esa injusticia, no tardó mucho en tomar su laptop y comenzar a indagar sobre el tema.
El tiempo pasaba y las tazas de café igual, Ryan había reunido unas cuantas informaciones de cada integrante que conformaban el juzgado y hasta ahora no veía nada relacionado con el fallecido Harry Styles.
Hasta que había tocado el turno del juez supremo, Louis.
Había conseguido su cuenta de instagram, pero este estaba en privado, no podía acceder fácilmente a sus fotos y/o vídeos.
Ryan sonrió.
Él era un experto hacker.
Unos leves pasos se acercaban a la puerta de aquel departamento, la presencia de aquel individuo era ignorada al no haber nadie en el silencioso pasillo y más aún, al no haber ni una sola cámara de vigilancia.
Tocaron tranquilamente la puerta. Ryan observó extrañado la entrada, no esperaba a nadie a esas horas. Miró su reloj para verificar si no se le había ido el tiempo en esa investigación, pero aún faltaba dos horas para que anochesca.
Sin sospechar nada, se dirigio a recibir a la inesperada visita. Su sorpresa fue cuando frente a él estaba un joven bien vestido que tenía una sonrisa encantadora.
_¿El abogado Ryan? - preguntó amablemente.
_Sí, soy yo, ¿en que puedo ayudarle? - pregunto amablemente por la presencia de ese chico.
_¿Podría solamente ingresar sin hacer ni un escándalo?
_¿Perdón? Eh..disculpe pero no entien...- ya tenía una pistola apuntando directamente a su cabeza.
_Solo entre.
Él abogado asintió nervioso.
Llegada la noche, Ariana había invitado a Camila a cenar en su casa, lo cual la castaña aceptó sin ningún problema y llegó a eso de las ocho de la noche.
_¿Como te fue con el testamento de tu madre? - preguntó con cuidado - claro, si deseas contármelo.
Ariana dejó de comer parar poder hablar, tenía una expresión algo triste.
_Como me lo esperaba, hubo problemas.
_¿Que pasó?
_Mis hermanos me odian - bajó la mirada - mi madre... dejó todo en mi nombre - alzó los hombros - tal vez por eso el abogado insistía en que viniera sin importar qué.
_Oh...quizás, sólo están molestos, no creo que te odien, eres su hermana - animó.
_En realidad...- sonrió levemente - soy adoptada, es por eso que también me extrañó cuando el abogado leyó el testamento.
Hubo un pequeño silencio
_Eh...No sé que decirte la verdad, tal vez tu madre vio algo en ti que no vio en sus propios hijos, por eso confío en que usarás bien ese dinero o lo que sea que te haya dejado.
Ariana rió nerviosa.
_Ahora...digamos que soy...millonaria.
_¿Millonaria? - preguntó sorprendida - ¿que te dejó exactamente?
_Eh... tenía más de cien mil millones de dólares en el banco - sonrió.
_Wow - comentó la castaña en asombro - creo...que comienzo a entender a tus hermanos - rió nerviosa - sólo digo.
_Tranquila, aunque no los dejó en la calle, ellos recibirán un bono de mil dólares por mes, lo necesario para que se mantengan, claro, hasta que se gaste el dinero.
Camila asintió.
_Ahora que tienes dinero, creo que no necesitarás del pequeño trabajo que te había dado - bajó la mirada - entendería si ya no quieres seguir en esto.
_Claro que lo nesecito - Camila la miró - el dinero siempre es bienvenido, y yo ya había echo un trato contigo, no puedo dejarte simplemente.
_¿En serio? - Ariana asintió - te lo agradezco - sonrió.
_¿Y como te fue a ti?
_Oh, es verdad - tomó su bolso - tengo que llamarlo, quedamos en que nos comunicaríamos a esta hora, y tú estando aquí, es perfecto.
Marcó el número y espero paciente.
El celular comenzó a timbrar, pero no había ni una respuesta.
Volvió a marcar el número, pero el resultado era igual.
No contestaba.
Dentro del apartamento, el pelinegro observaba el celular timbrar desde su posición, a lado de un cuerpo ensangrentado mientras tomaba las últimas fotos con su teléfono móvil y se lo enviaba a su hermano.
Se acercó al aparato y observó el nombre.
Era Camila.
_Que raro - comentó la castaña - no contesta.
_Tal vez esté ocupado, dejalo, seguro él te llamará después.
Camila asintió.
El Pelinegro se acercó al cuerpo y lo golpeó levemente con un pie, no podía perder tiempo, tenia que marcharse.
_Levantate - ordenó.
El abogado se levantó lentamente, quitándose la tinta roja que tenía a un lado de la cabeza y al estar ya de pie, sólo bajó la mirada.
_Gracias...- pronunció por lo bajo - por no matarme.
_No lo hice por ti, ¿ok? Sólo encargate de desaparecer, mañana volveré a venir, y si te encuentro o me entero de que me denunciaste, haré el trabajo que hoy no hice.
_Entiendo
_Y ya sabes, no vuelvas a comunicarte con Camila, cambia tu nombre, cambia tu número, haz lo que creas necesario para que ella no sepa de ti, ¿entendido?
_Sí - asintió nervioso - no la voy a ayudar, ella ya no sabrá de mí - levantó la mirada con miedo - sólo...quisiera saber algo.
_Te escucho - se limpiaba la tinta de sus manos.
_Ella...vino hasta aquí sólo para ayudar a su prometida, vino aquí incluso...arriesgando la vida de su propio hijo, por que...¿por que alejarlas? No lo entiendo.
Alessandro sonrió amargamente.
_¿Sabes?, si fuera otra persona, ahora mismo estarías muerto - confesó - tú solo encarte de desaparecer - se dirigió a la puerta - espero en serio, no volver a verte aquí mañana - salió del lugar.
Ryan suspiró de alivio al verse a salvo, ¿que debía hacer? Tenía mucho miedo, pero ayudar era su profesión, era por esa razón que había estudiado derecho.
Caminó a su laptop que estaba cerrado, y al abrirlo, observó la foto que estaba en la pantalla, era el juez Louis junto al fallecido, Harry.
Habian tenido una relación en el pasado.
_Lo siento...- pronunció antes de cerrar la cuenta, listo para preparar sus maletas.
Camila no supo más de él, por más que lo llamó e intentó localizarlo nuevamente, no lo encontró. Cada día se llenaba más de frustración y se desesperaba esperando en el teléfono, no recibiendo ni una sola llamada.
Ya cumplidos la semana que había planeado quedarse, no tuvo otra opción que dejar de insistir, no podía dejar más tiempo a Lauren y hacer que se preocupe por su paradero.
Ella también la extrañaba.
Con la ayuda de Ariana fue preparándose para volver, Ariana había comprado el boleto para esa misma noche y Camila se despedía de ella con un reconfortante abrazo que ambas necesitaban.
_Fuiste una buena compañía estos días - comentó la castaña al alejarse - cuidate mucho.
_Tú también, espero que puedas arreglar la situación de tu prometida, parece una buena chica.
_Es una buena chica - ambas se sonrieron una última vez, y Camila salió de esa casa rumbo al aeropuerto.
Sólo arrastraba su única maleta de ruedas y caminaba a la autopista más cercano, tenía planeado tomar un taxi.
Giró en una calle solitaria y fue cuando alguien le cubrió la boca.
Ante el pánico se removió con fuerza entre los brazos del captor que la sujetaba por detrás, callando sus gritos con una de sus manos. Al no poder controlarla, lanzó a Camila contra el piso y pateó fuertemente el lado de su rostro, dejándola casi inconsciente por el golpe.
Comenzó a rebuscar entre sus bolsillos y en la maleta de la castaña y finalmente encontró lo que estaba buscando.
En sus manos tenía la visa y documentos personales de Camila.
Así no podría volver por un tiempo.
Observó a la chica por un momento y verificando que nadie la había visto, se alejó desapareciendo del lugar.
El pelinegro entró a su departamento quitándose su casaca de cuero y lo lanzó contra el sillón junto a los documentos. Fue por una lata de cerveza y se sentó sobre su cama junto a la laptop que ya estaba encendido.
Al instante recibió la llamada vía Skype que estaba esperando y sonrió.
_¿Hola? - pronunciaron del otro lado - Alessandro, no te veo.
_Aquí estoy - puso la laptop sobre sus piernas - hola - sonreía sonrojada - ¿como estás?
_Ah, ya ves, algo histérica - rieron - ser jefa no es tan fácil, por suerte solo es por unos días, ¿ya vas a volver?
_Claro, mañana mismo regreso a Miami.
_¿Ya terminaste el trabajo que tenías? ¿como te fue?
_No quiero hablar de trabajo ahora, Dinah.
_Entiendo, entonces nos vemos mañana, descansa.
_¡No! - pidió rápidamente - lo que digo es que, ¿por que no hablamos de otras cosas?
_Ehh...ahora no puedo, tengo mucho trabajo, ayer Ally hizo explotar a un robot y Shawn se volvió azul por un experimento mal echo, estamos buscando alguna solución.
Alessandro se golpeó la frente.
_Bueno...entonces, buenas noches - decía con tristeza, Dinah solo asintió - espera...- la detuvo - Dinah, tú sabes lo que siento por ti ¿verdad?
_Alessa...
_¿Quisieras tener una cita conmigo? - pidió con mirada suplicante - sólo te pido una cita, sólo una cita, por favor.
Dinah parecía estarlo pensando realmente, hasta que esa pequeña sonricita que Alessandro vio, la hizo tener la esperanza que le diría que sí.
_Clar- se cortó la videollamada.
_¿Que? No no no no - presionaba cualquier tecla con desesperación - ¡esto no puede estar pasando! - comenzó a hacer berrinche como niño chiquito.
Un mensaje llegó a su celular y ella saltó rápidamente para verlo.
"Sí, acepto tener una cita contigo"
_¡DIJO QUE SÍ! - se escuchó en todo el edificio.
_¡Sí, sí, a la chingada! ¡Ya duermace!
A la mañana siguiente, Camila se encontraba sentada en el sillón de la casa de Ariana, tenía los ojos rojos por haber llorado y su estado de ánimo era deplorable.
_La policía dijo que harán lo que sea posible - llegaba Ariana luego de colgar la llamada.
_¿Y eso de que me sirve? - mirada a la nada - podrían no encontrar al culpable...y sólo olvidarlo.
_Solo serán unos días más - intentaba animarla - y en caso de que no recuperen tus documentos, podrías sacar unos nuevos aquí.
_Eso podría demorar meses en hacer los procedimientos - decía con tristeza - ni siquiera le dije a alguien donde estoy - sus ojos se humedecieron - Lauren no lo sabe.
_¿Por qué no intentas llamar a alguien para que se lo diga? Claro, puede que se enoje pero sabrá comprender.
_No tengo mi celular y no me se ningún número de memoria, ayer se lo llevaron junto con mis documentos, tambien se llevaron el poco dinero que traía. Ya no tengo nada.
Ariana sólo bajó la mirada al suelo y se mantuvo en silencio, comprendiendo el estado de la castaña.
_Eh...Camila - ambas se vieron - ¿y si vienes a vivir conmigo?
A pesar de lo ocurrido, Camila siguió al pie de la letra las indicaciones de su nueva amiga, ella la ayudaba en todo lo que necesitaba y los procedimientos para obtener unos nuevos documentos iban en camino.
Procedimiento que tardó unos tres meses.
Y Lauren la seguía esperando a pesar de todo.
Creyendo que por fin volvería a su país, volvía a despedirse de su amiga Ariana, quien sólo la observó por un momento de su puerta e ingresó a los segundos después.
Pero hubo algo diferente esa vez, antes de que cerrara la puerta, observó extrañada a un chico cruzar frente a la casa e ir en la misma dirección que Camila.
No sabía por qué, pero aquel Hombre no le dio confianza y decidió ir tras el.
Al girar en una esquina, observó preocupada como el hombre batallaba con la castaña intentando tumbarla al suelo. Rápidamente fue a su ayuda y sujetando al desconocido sujeto que tenía un cubrebocas ocultando parte de su rostro, lo alejó de su amiga.
Ahora era Ariana quien tenía atrapada al chico por la espalda, pero este retrocedió aplastándola dolorosamente contra una pared y prosiguió a golpearla en el rostro y lanzarla contra el suelo para continuar con sus golpes.
Alessandro sacó una pistola de entre el borde de su pantalón y apuntó directamente a una lastimada Ariana.
_¡Espera! - gritó Camila con temor.
_Entregame esos documentos - ordenó con firmeza sin dejar de apuntar a su amiga - o la mataré.
Camila negó suplicante.
_¡Que me entregues esos documentos! - disparó en el hombro de Ariana.
Ambas mujeres gritaron al instante, una por el dolor que le había causado la bala, y la otra al entrar en pánico por el fuerte ruido del disparo y por la situación que estaba viviendo.
Inmediatamente los vecinos comenzaron a llamar a la policía.
Alessandro se acercó a Camila e intentó arrebatarle la pequeña cartera que traía pero Camila lo sujetó como si su vida dependiera de ella.
_¡Sueltalo!
_¡no! ¡por favor! ¡necesito volver! ¡por favor! ¡necesito volver a Miami! ¡necesito volver! - suplicaba en sollozos - ¡Por favor!
Camila cayó al suelo por el forcejeo y El pelinegro logró su objetivo. Quizo huir pero Camila se había abrazado de una de sus piernas para impedir que se vaya.
_¡Sueltame! - se sacudía con fuerza.
_¡Solo necesito mis documentos! ¡Puede llevarse el dinero, pero por favor, necesito mis documentos! - suplicaba.
Alessandro la tomó del cabello y la golpeó tan fuerte que logró que Camila se soltase y huyó antes los pedidos de Camila.
La castaña tuvo la intención de seguirla, pero sabía que no podía, tenia que llevar a su amiga al hospital, ella estaba muy golpeada y herida de una bala en el hombro.
Dos días después...
Alessandro volvía nuevamente a Miami y era recibida por Dinah, quien lo esperaba apoyada en el auto y corrió a sus brazos al instante que la vio.
Lo habia extrañado demasiado.
_¿Todo bien? - Alessandro acariciaba su mejilla al separarse, veía con adoración a la mujer que ahora era su novia y le sonreía con tanto cariño.
_Sí...- asintió con alegría - sólo que estoy tan feliz de verte - trató de ponerse sería, por lo cual Alessandro rió - me dijiste que solo eran tres días, y te quedaste por una semana, ¿acaso hay otra chica?
_Cariño, estuve más de cuatro años detrás de ti, ¿crees que me fijaría en otra ahora que logré conquistarte? - la atrajo de la cintura con suavidad - te amo, Dinah - sonrió - ten siempre la seguridad de eso.
_Perdoname - bajó la mirada - es que eres mi primer novio y no sé cómo actuar, ¿estoy siendo muy celosa? ¿O estoy a medias?
_Mmmm - divagó - a medias - ambas rieron - ¿vamos a cenar? Tengo mucha hambre - tomó de la mano a su novia y con la otra arrastraba su maleta.
Alessandro iba viajando cada cierto tiempo, y hacia lo necesario para que Camila no pudiera salir del país pero la castaña era una testaruda que no se daba por vencida.
Sólo se detuvo en una ocasión de emergencia.
Camila iba a dar a luz en cualquier momento y ya no podía viajar.
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