Hola Pasando
Esta parte de la historia ya la saben un poco, pero no por parte de Lauren la adulta, claro está. No se olviden que en algún momento la empezaré a llamar de nuevo Michelle para no confundirlos, Con la Lauren joven.
Lauren abrazaba con fuerza a su hija, quien se removía en sus brazos entre pequeñas risas.
_Mami, me ahogas.
_Solo un ratito más - jugaba - te voy a extrañar mucho.
_Yo también mami - rodeó su cuello con sus bracitos.
Al despedirse de su hija con un beso en la frente, caminó a la entrada de la casa, donde la esperaba Alexa.
_Que tengas buen viaje - dijo sin más.
_¿Solo me dirás eso? - jugó. Alexa le dio la espalda con los brazos cruzados.
_Oh que rayos - la abrazó con fuerza - te voy a extrañar - se relajó en ella - no es justo que te vayas tan pronto.
_Debo hacerlo, lo sabes.
_Lo sé - seguían abrazadas - es por eso que dejo que te vayas, después de todo, es tu familia.
Lauren le habia mentido, le dijo que iba por Camila y Emma, pero lo que no aclaró, era el motivo y en que tiempo, claro, sería algo ilógico.
_Hey, ustedes también son mi familia, que no se te olvide ¿ok?
_Ok - se separaron - ¿Segura que no quieres que te acompañe al aeropuerto?
_Estoy segura, sería mucho más difícil irme.
_Ese es mi plan.
Ambas rieron.
_Adiós - besó su mejilla - Adiós Sofi - la pequeña estaba a un lado de su madre.
_Chau mami, vuelve plonto.
Lauren tenía ganas de llorar, esa pequeña era su mundo.
Y reprimiendo su tristeza, salió de esa casa sin mirar atrás, les dijo que tomaría un taxi más adelante y que no se preocuparan, que las llamaría en el instante en que llegara.
Pero a sólo diez minutos, ya se encontraba frente a la antigua casa de Dinah.
_Es hora de volver - mencionó con decisión - y arreglar las cosas como debieron ser - observó la pistola que tenia en mano, pensando unos segundos en lo que haría - como debió de ser desde el principio.
****
Emma había cortado la llamada, observó la máquina nuevamente con duda y confusión, no sabía que pensar. ¿no se supone que debía de volver dentro de la máquina? ¿estaba en el tiempo correcto? ¿estaba en el lugar correcto? Para salir de dudas decidió ingresar a la casa donde se encontraba, ingresando con precaución, no sabiendo si había alguien dentro. Entró con pasos pausados y vigilando constantemente, fue cuando iba reconociendo el lugar, era donde se habia quedado a dormir la noche anterior. Se enderezó ya sabiendo que no había nadie, pero se agacho deprisa cuando oyó la puerta a punto de abrirse, se escondió debajo de las escaleras.
_Maldita puerta, ya no sirve - escuchaba a alguien quejarse y cerrar la puerta de un golpe.
Era la voz de una mujer.
Ella se encogió en su lugar cuando aquella extraña pasaba a sólo un metro de distancia de ella. Cuando la mujer estaba de espaldas rebuscando algo en la mochila que traía, a la joven Pelinegra le dio curiosidad de saber quién era, se asomó de a poco y con cuidado de que no la viera, no sabría cual sería su reacción si ve que una extraña ingresó a su casa, no quería que pensara que era un ladrona. La mujer giró un momento su rostro, mirando a la ventana recordando algo, fue cuando Emma miró su rostro, se le hacía muy familiar.
Emma abrió los ojos como plato al reconocerla, miraba asombrada a la mujer que parecía ser su madre. La Ojiverde abrió la puerta de enfrente y bajó al sótano.
El chica salió de su trance y rebuscó rápidamente en el bolsillo de su casaca negra, con desesperación sacó la foto que tenía guardado de su madre cuando era muy joven, una sonriente y alegre Lauren.
Era ella, no podía equivocarse, tenía su rostro, su perfil, su color de piel y cabello. Había encontrado a su madre sin necesidad de ir a buscarla, Lauren habia ido hasta ella.
Caminó hasta la puerta que estaba abierta y se detuvo detrás de ella, admiraba con una sonrisa a la Ojiverde que leía un periódico y caminaba de un lado a otro. Estaba tan feliz que no se dio cuenta que la maquina que se supone estaba en el patio trasero, también se encontraba allí, frente a su madre.
Su sonrisa se fue esfumando y cambiando a una de duda, cuando la observó guardar una pistola dentro de su pantalón y lanzar el periódico contra el piso, para abrir la compuerta de la maquina.
"¿Que hace eso allí?" Se preguntó anonadada al darse cuenta.
_¡Espera! - demasiado tarde, Lauren ni siquiera la había oído, estaba concentrada en sus pensamientos y sólo en un milisegundo, desapareció antes que Emma bajara al menos un escalón - Mamá...- llegó al centro de la habitación.
¿Donde había ido? ¿Por que se veía tan seria? Según su madre Camila, ella es muy sonriente, pero ella no lo percibió así. Además ¿por que la pistola?
Vio a sus pies el periódico que su madre había arrojado, lo tomó con curiosidad, leyendo el encabezado lo cual le generó mucho más confusión.
"Triángulo amoroso acaba en trágico final"
"Mujer recibe veinte años de cárcel al asesinar a su esposa y a su amante, quien resultó ser su mejor amigo"
_Que patrañas - gruño Ella con molestia - esto es una completa mentira ¿como pudieron manchar las vidas de mis madres así? - un pensamiento pasó por su mente - seguro va a eso - lo pensó - va arreglar todo, por eso el arma, para defender a mamá - era la única explicación que tenía - va a cambiar el pasado - volvió a ver el periódico y leyó el reportaje completo, decía la fecha y hora del incidente - por eso tenía este periódico, ella...ella es fantástica, es incluso más inteligente que yo - estaba maravillada - quiero verlo, debo verlo, tal vez necesite ayuda y su hija estará allí para ayudarla - sonrió, enrollo el periódico corriendo al primer piso y yendo al patio trasero, la maquina seguía allí, no comprendía como puede haber dos pero estaba muy agradecido por su suerte.
Colocó rápidamente la fecha que dictaba el periódico y prácticamente golpeó el botón que la llevaría al pasado, hace veinte años atrás, en la época de sus madres.
Año 2020
Hora: 6:30 a.m
Lauren sintió la maquina temblar al momento de volver, su cuerpo golpeó levemente la compuerta y se detuvo con estruendo. ¿que había sido eso? Le pareció muy extraño, jamás había pasado aquello, lo más raro era que seguía dentro la máquina, no estaba en su casa. Observó sus manos por un momento, su cuerpo, su ropa, lentamente llevó su mano a su mejilla, sintiendo aquella cicatriz aún allí.
Esto no debería de estar pasando, ella debía de despertar junto a Camila, en su cama, como ya lo había echo muchas veces.
Lauren no lo sabía, pero eso habia ocurrido por que su "Yo" del pasado, ("La Lauren joven") también había vuelto al mismo tiempo que ella, y ahora ambas se encontraban en la misma realidad.
Salió al exterior confundida, viendo incrédula que no estaba en casa de Dinah, estaba en un callejón desolado y por lo que veía, la calle estaba deshabitada.
_¿Que es lo que pasó? - murmuró observando a su alrededor.
No lograba comprender, no recordaba esas calles, ¿habia vuelto? ¿en realidad lo habia echo? Para no cometer un error, decidió recorrer las calles para salir de dudas.
Sabiendo que nadie encontraría la máquina por estas en un lugar, digamos, abandonado y sin gente alrededor, comenzó a recorrer las calles que poco a poco iba reconociendo. Llegó a un puesto de periódicos y sonrió levemente al ver la fecha, había vuelto.
En otra parte de la ciudad, Emma se había perdido.
La Pelinegra se cambió de ropa, colocándose una casaca y un gorro para tratar de esconder su rostro.
Levantó la mirada y observó con una leve sonrisa su casa, se veía tan tranquila y acogedora, como si una bonita familia viviera dentro. Sentia tristeza al observar sus manos, notando las heridas y el peso de los años en ella, no había regresado como había querido, no había vuelto a ser joven para poder rehacer su vida, como tanto deseaba.
Se acercó a la ventana e intentaba ver a escondidas, sin saber exactamente qué era lo que buscaba, lo que vio la hizo detenerse, trayendo demasiados recuerdos a su memoria.
****
_¿No dijiste que me ibas a ayudar?
- Camila se dirigía a la mesa, sin dejar de ser abrazada por la Ojiverde en ningún momento.
_No, dije que te iba a acompañar - su mentón estaba sobre el hombro de la castaña, viendo como cortaba las frutas.
_Estas muy cariñosa hoy, Lauren - sonrió, besando tiernamente su mejilla - me gusta.
_¿El bebe no hace nada aun? - puso su mano sobre el vientre de su amada novia.
_Aun es demasiado pronto amor, apenas llevo cuatro semanas...- seguía en su trabajo - listo ya está, sientate y ahora te sirvo.
_Tú sientate, yo lo haré por ti.
****
Parecían tan felices ¿como es que una hermosa relación pudo terminar de esa manera? Un día la vida puede ser tan perfecta y al día siguiente, convertirse en una completa pesadilla.
La Pelinegra observaba como comenzaban a besarse, diciéndose lo mucho que se amaban. No pudo soportar verlas y apartó la mirada, sus ojos estaban humedecidos.
_Te amo - pronunció Camila.
Michelle sonrió amargamente y decidió irse, necesitaba aclarar sus pensamientos.
Diambuló por unas horas por su vecindario, caminaba sin rumbo alguno con las manos en los bolsillos, solo pensando. Decidió entrar a una cafetería algo alejada, había llegado allí sin percatarse, se sentó en una de las mesas cerca a la ventana y a los segundos una mujer se acercó.
_Buenos días, ¿Que es lo que va a pedir?
_Solo un café, por favor - pidió sin quitar la mirada del exterior.
_Ahora se lo traigo - la mujer comenzaba a retirarse.
_Espere - suspiró, sintiéndose una idiota - lo siento, ahora que recuerdo, no traigo dinero, lo lamentó - se encaminó a la salida.
_No hay problema - escuchó a sus espaldas - igual se lo serviré.
La Pelinegra la vio extrañada.
_¿Por que?
_Si usted observa, no hay ni un cliente, no viene casi nadie y es aburrido estar sola, creo que fue error abrir un establecimiento tan alejado, no quiero que los alimentos se desperdicien y si desea puedo servirle pastel también - alzó los hombros y sonrio mientras esperaba la respuesta, Michelle lo estaba pensando - adelante, no muerdo - rió.
_Esta bien - sonrió - muchas gracias - volvió a su lugar.
Minutos después, ambas conversaban mientras comían un pequeño pastel de durazno, era como si se conocieran de tiempo.
_¿Eres nueva aquí? Jamás te he visto - preguntó la chica.
_No, vivo hace mucho aquí y eso me parece extraño, por que yo tampoco te he visto.
_Que raro - sonrió - ¿como te llamas?
_Lauren ¿Y tú?
_Keana - rió al ver como la Pelinegra escupía su café - ¿que ocurre?
_Nada...- estaba sorprendida.
¿como no la había reconocido? Bueno, sólo la había visto unas veces, pero es la mamá de Sofía, se parecen mucho, es como una versión adulta de ella.
¿Donde estará Alexa en estos momentos?
Alexa pasaba por el frente pero ninguna la vio.
_¿Crees que sería bueno cerrar? - miraba su tienda - estoy pensando mudarme a Perú y buscar un mejor futuro, pero tengo miedo a fallar.
_¡No puedes irte! - Keana se asustó - digo...no es necesario salir de tu país para tener un futuro prometedor.
_¿Tu crees?
_Por supuesto, pero no tienes por que irte.
_¿Sabes? Hace tiempo me ofrecieron un puesto como doctora, pero la rechace por abrir esto - rió sin poder creerlo - al final no funcionó.
_¿Sabes de medicina?
_Sí, pero quería ser mi propia jefa así que, verme aquí - ironizó.
_¿En donde queda ese hospital?
_Por la calle de la Municipalidad - la Pelinegra volvió a escupir su café - ¿sabe tan horrible? - esa chica era muy sonriente.
_¿El hospital... que está al lado de los forenses?
_Mmm...creo que sí.
"¡Es increíble como estuvo así de conocer a Alexa! ¡idiota!"
_Puedes pedir el puesto, tal vez aún te quieran.
_¿Tu crees?
_¡Por supuesto! - Keana rió ante su ímpetu.
_Tal vez lo haga - pensó - le daré a esta tienda un mes y si no mejora, iré a pedir el puesto.
Haras lo correcto - se levanto - ya tengo que irme, espero y tengas suerte.
Gracias, fue un gusto conocerla señora.
"¿¡Como que señora!?"
_Si...también fue un gusto.
Lauren salió del establecimiento y en su camino vio a un hombre dirigirse a la tienda.
_No vaya, encontré una cucaracha en mi pastel - avisó al pasar por su lado, era mentira pero tenía que asegurarse de que se quede.
El señor volvió por su camino.
La Pelinegra no sabía que hacer, ya no podía regresar, si volvía, el destino de Keana sería igual, su destino sería igual, nada cambiaría como ella había planeado.
Sin darse cuenta, nuevamente estaba frente a su casa.
_¿Que hago?
Bajó la cabeza rápidamente al ver la puerta abierta, se puso nerviosa no sabiendo como reaccionar.
_¿Busca a alguien? - preguntó Camila, mirándola con extrañeza.
_Amm...no - agravó su voz, la gorra de tapaba el rostro.
_¿Entonces por que está frente a mi casa?
_Camila, sube al auto, ya nos vamos - llegaba Lauren, mirando con extrañes a la sospechosa mujer - ¿usted quien es?
Tenía que salir rápido
_Solo pasaba por aquí, estoy buscando una dirección pero al parecer no es esta, disculpen - retomó su camino.
Algo en aquel sujeto se le hacia muy familiar a Camila.
_Amor, vamos, los juegos abren a esta hora, luego habrá una larga fila y no quiero esperar - Lauren la llevó al auto.
_Ya voy - sonrió - no sé por que tanto apuro.
Michelle estaba oculta en una esquina, miraba con duda a la joven Lauren.
_¿Juegos? - se preguntó - ¿el parque de diversiones? - analizaba - yo no recuerdo haberla llevado este día, se supone que tenía que ir a trabajar - pensaba - y ella iría a ver el vestido...¿por que... - abrió los ojos al obtener una sola respuesta, su otra yo tambien había vuelto al pasado, iba a cometer su mismo error - no...- negaba - no puede acabar en la cárcel - el auto se puso en marcha - no puede terminar como yo - ambas mujeres no dejaban de sonreírse - no puede hacerlo - apretó los puños - no puedo permitirlo - el auto pasó frente a ella.
Se puso la capucha sobre la gorra y se dirigió a los juegos mecánicos.
****
Michelle vigilaba todos sus pasos, las veía reír constantemente y eso le causaba más enojo, ver cómo fue que dio todo por Camila, para que a ella al final no le importe y la dejara tan cruelmente, la hacía sentir total estúpida.
_Disculpe - un joven le hablaba a sus espaldas - ¿podria cuidar el juego un momento? - se movía ridículamente - es que....tengo que ir al baño, por favor.
Michelle observó el juego, una maquinita de puntería, un inocente juego para niños.
Una idea maquiavélica pasó por su cabeza.
_Está bien, vaya - sonrió amablemente.
_Gracias - salió corriendo.
Al verlo desaparecer, caminó detras del aparato y levantó la tapa de revisión, deteniéndose al instante.
_¿Que es lo que estás haciendo? - reflexionó en sus pensamientos - no puedes hacerlo, no eres una asesina - observó a lo lejos a Camila, riendo junto a ella, recordado a la vez por lo que tuvo que pasar - pero me juzgaron como una - pronunció seriamente, lo pensó unos segundos, ¿en serio quería convertirse en lo que siempre negó ser? - puedes resistir una pérdida ,Lauren, puedes superarlo y salir adelante, sin ella, no la necesitas - pensó en su hija y entristeció - igualmente nunca la conocí...- comenzó a jugar con los cables, ella sabía perfectamente lo que hacía, no por nada su mundo era ese.
Se apresuró al ver que el chico volvía, estaba distraído viendo los demás juegos al pasar.
_Vaya, en serio gracias - agradeció al momento de llegar.
_No hay de que - ya estaba de pie - ¿y este juego es fácil de ganar?
_Uy no, es muy difícil, debes de tener mucha puntería - era sólo un muchacho, no más de diecinueve años.
_No - rió, veía a Camila y a ella aproximarse por el lugar - se ve demasiado fácil, cualquiera ganaría.
_Si eso es lo que usted cree ¿por que no lo prueba? Dale, como regalo por ayudarme.
_Yo lo haría al instante - fingió pensar - ya sé ¿por que no elijo a alguien del público y tu lo convences de jugar? Te apuesto de que gana fácilmente.
_Trato echo, elige.
Michelle parecía pensarlo, la castaña estaba cerca.
_Quiero que sea ella - señaló con la mirada.
_¿A la Pelinegra?
_No, a la castaña, la de ojos marrones.
_De acuerdo - tomó su lugar y Lauren volvió a cubrirse con su gorra.
El chico sin darse cuenta que estaba siendo cómplice, esperó que las chicas estuvieran cerca y fue cuando comenzó la actuación.
_¡Adelante! ¡Juegue este juego! ¡Apuesto que no le da al patito de la pantalla! - ánimo el encargado - ¡puede ganar un peluche con solo un tiro!
Camila se emocionó.
_¡Vamos Lolo! - la castaña la llevó de la mano - deme la pistola - ordenó al joven.
_Lo harás Camz, eres buena en esto - comentó la Ojiverde.
Camila se puso frente a la pantalla y comenzó a jugar, fallando a la primera y escuchando la risa burlona de su novia, lo intentó tres veces más y falló.
El chico sonrió a ver que él tenía razón.
A cada intento que Camila hacía, los cables soltaban chispas, uno peor que el otro.
_¡Mierda! - el joven se sorprendió con el vocabulario de la castaña, parecía una chica tierna pero al parecer se equivocó.
_No le gusta perder - rió Lauren.
_¡Es que estoy sujetando mi helado y por eso no puedo! - se defendía - detén esto.
Camila pasaba su helado a su novia, pero alguien pasó a su lado, golpeando levemente su hombro y provocando que este cayera al suelo.
Era Michelle quien pasaba por su lado.
_¡Noo! - se quejaba Camila.
_Tranquila, amor, ahora te compro otro, tú ve jugando.
_Gracias, amor - Camila besó por unos segundos sus labios y se dispuso a seguir jugando mientras Lauren se iba a la heladería.
Michelle observaba con nerviosismo el leve humo que salía de la maquina, comenzó a retroceder lentamente, giró a sus espaldas y cerró los ojos con fuerza.
Fue cuando ocurrió todo.
Quedó paralizada al escuchar la explosión, el latido de su corazón llegaba a sus oídos no dejándola oír nada más por unos segundos y su cuerpo comenzó temblar con miedo y nerviosismo.
Los gritos de la gente comenzó, corrían a su alrededor con pánico, unos yendo detrás de ella, curiosos, y otros alejándose lo más posible.
_¡Camila! - escuchó su propia voz llamarla.
Finalmente reaccionó, y a paso lento giró en sus propios talones, pudiendo ver el gran tumulto de gente en donde se supone estaria Camila, comenzó a hacerse pasó entre la multitud, no sabiendo por que lo hacía, por que se acercaba en vez de huir, su cuerpo o quizás su mente, lo hacía inconscientemente.
_¡Yo no...yo no se que pasó...!- decía el chico con pánico, también tenia lesiones leves en la cabeza - solo...solo explotó - lloriqueo - era nueva...no tenia por que explotar - miraba horrorizado la escena.
_¡Llamen a una ambulancia! - gritaba Lauren con desesperación, abrazaba en medio de un llanto a la castaña, pidiendo que sea fuerte.
Michelle llegó hasta estar en primera fila, soltando un jadeo al ver a la castaña, viendo conmocionada la escena sin poder creer lo que había echo, estaba justo detrás de ella misma.
_Camz...amor - lloraba - resiste...la ambulancia ya va a llegar...ya están en camino - tomaba su mano - yo estoy aquí...¿me estas oyendo? No te voy a dejar - su voz se quebraba - vas a estar bien...por favor...resiste - Camila tenia los ojos levemente abiertos, estaba demasiada débil - Amor....No me dejes, por favor - sollozaba - no otra vez.
Michelle no lograba comprender lo que estaba sintiendo, sus ojos estaban cristalizados, derramando unas cuantas lagrimas y no sabía por que. Camila levantó débilmente la mirada y logró verla, ambas se vieron.
Michelle negaba, como tratando de explicarse, su corazón se estrujó al ver a Camila llorar, quien sólo movio los labios, preguntando un
"por qué".
_Lo siento...- la Pelinegra respondió de igual manera - lo siento mucho - se retiró en un sollozo.
Horas después, Lauren se enteraba sobre la muerte de Camila.
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