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Yoongi se quedó mirando el rostro de su marido sin saber cómo reaccionar. Jimin no ocultaba su preocupación, se podía ver en su mirada, pero también parecía dubitativo, como si siguiera agarrándose a la posibilidad de que, esa sensación que sentía, se debía en realidad a la medicación.

Jungkook entró en la habitación acompañado de Lee Jieun. Mientras la doctora se acercaba a su paciente, el maknae se percató de que algo iba mal. Jimin parecía inquieto, lo que dada su situación no le extrañaba, pero la expresión de Yoongi, sin embargo, lo puso en alerta.

Jieun comenzó a examinar el cuerpo de Jimin y durante toda la conversación que mantuvo con él, Yoongi solo pudo oír un intenso zumbido. Estaba tan nervioso que le temblaban las manos, incluso no sabía hacia donde mirar, detalle que no pasó desapercibido para Jungkook.

—No siento las piernas...

A Jungkook se le cayó el mundo encima cuando su hermano pronunció aquellas palabras. Consternado, miró a su cuñado y entonces comprendió por qué estaba tan nervioso.

Jieun dibujó la lesión que tenía en un papel para explicarle de la manera más sencilla posible, dónde estaba el daño y qué problemas había causado. Las pruebas previas habían mostrado que el cuchillo había alcanzado un área extremadamente sensible y la probabilidad que de no pudiera recuperar la movilidad era alta, pero no definitiva.

—Tenemos que hacerte unas pruebas, pero no tienen que ser de inmediato. Podemos programarlas para dentro de unas horas si prefieres descansar.

—No, no puedo esperar— Jimin forzó una sonrisa —No puedo estar con esta incertidumbre.

Jieun tenía una reunión con la doctora Seo, pero decidió retrasarla para hacerle las pruebas. Jimin no era el único que necesitaba respuestas, por la expresión de sus acompañantes, parecía que ninguno sería capaz de aguantar.

—Lo haremos ahora mismo.

Jungkook se ofreció a trasladar a su hermano para que no tuviera que hacerlo la doctora. El personal era tan escaso que tanto médicos como enfermeras, tenían que hacer muchas veces el trabajo de los celadores. Y después de la invasión, el personal se había reducido incluso más.

Jimin trató de mostrarse tranquilo, pero por dentro estaba muerto de miedo. Sabía que había recibido varias puñaladas, recordaba la agresión perfectamente, pero nunca se le pasó por la mente que sus lesiones pudieran traerle semejantes consecuencias.

—Tienes que estar tranquilo— Jungkook besó la frente de su hermano —La doctora te salvó la vida, seguro que encuentra una forma de ayudarte. No te agobies antes de tiempo.

Jimin apretó la mano de Jungkook con sentimientos encontrados. Tenía razón, no debía estresarse antes de saberlo a ciencia cierta. Aunque por dentro estuviera hecho un manojo de nervios, necesitaba calmarse. Su mirada se alzó hacia Yoongi, buscando algo de serenidad en él, pero su marido no lo miró, solo continuo guardando silencio.

—¿Hyung?

Yoongi asintió cuando Jungkook hizo un gesto hacia la salida. El maknae empujó la cama de su hermano como se había ofrecido a hacer y la doctora caminó al lado de Jimin, resolviendo alguna de las dudas que le habían quedado.

Yoongi los siguió a paso lento, escuchando el mismo zumbido que en la habitación. Las dudas de su esposo y las respuestas de la doctora pasaron por encima de él, como un murmullo muy lejano. Dentro del ascensor se colocó en una esquina y siguió sin decir nada mientras Jungkook le daba ánimos a su hermano.

Jimin lo buscó con la mirada, pero Yoongi se escondió de él. Tampoco se mostró cuando siguieron caminando por el pasillo. En todo momento se mantuvo detrás de Jungkook, hasta que llegaron a la sala donde le iban a realizar las pruebas. Cuando el maknae se giró para pedirle que se acercara, Yoongi ya no estaba entre ellos.

—Desde aquí me encargo yo— le dijo Jieun a Jungkook —Cuando hayamos terminado lo llevaremos a su habitación. Puedes esperar allí por tu hermano.

Jungkook asintió desconcertado. No entendía dónde estaba Yoongi y en qué momento se había ido.

—¿Yoon?

Jungkook miró a la doctora sin saber qué hacer. No se le ocurría ninguna excusa plausible que darle. Quería protegerlo, pero también quería proteger a Yoongi, por lo que de un momento a otro se vio entre la espada y la pared.

—¿Se ha ido?

—Hyung...

—Jungkook— repitió en un tono firme —¿Se ha ido?

El menor se acercó para decírselo a los ojos. Mientras cogía sus manos buscando darle fuerza y apoyo, notó una gran tristeza en la mirada de su hermano.

—Lo siento, hyung...

Yoongi salió tan rápido del hospital que parecía estar huyendo. En el exterior, varias personas lo saludaron al cruzarse con él, pero no les contestó porque no podía oírlas. No podía dejar de pensar en las palabras de Jimin, era lo único que ocupaba su mente.

Yoon... No siento las piernas. 

Yoongi vomitó en cuanto llegó al bosque. No tenía nada en el estómago, salvo la bilis que expulsó con mucha fuerza. Fue tal la intensidad que se le saltaron las lágrimas.

Yoon... No siento las piernas. 

Yoongi se alejó del pueblo escuchando una y otra vez las mismas palabras. Jimin había mantenido la calma, a pesar de recibir una noticia tan impactante como esa, se había mostrado sereno, aunque él sabía que todo era fachada. Su marido podía controlar sus expresiones, pero no su mirada y en sus ojos vio un gran temor.

Yoongi dio tumbos por el bosque sin un lugar al que dirigirse. Aunque sabía dónde se encontraba la lesión de Jimin, no había caído en la posibilidad de que pudiera quedarse paralítico. O quizá sí lo había pensado en la consulta de la doctora cuando le trató la herida en el ojo y solo lo había reprimido; o puede que se hubiera centrado más en la preocupación de las posibles secuelas que podrían quedarle por haber estado clínicamente muerto.

Fuera como fuese, la noticia le había caído como un balde de agua fría, porque, tras haber hablado con él, había asumido que Jimin estaba bien. Había creído que su esposo había tenido mucha suerte al no presentar ninguna secuela; o quizá esa era su forma de evadir la realidad.

Cuando llegó a la playa, se detuvo cerca de la orilla a mirar el mar. La culpa que sentía no tenía fin, al igual que el océano, era profunda e infinita.

¿Cómo podía seguir con Jimin si era incapaz de mirarle a los ojos? ¿Cómo podía seguir con Jimin si él era la razón por la cual su marido estaba en esa situación? Le había quitado la movilidad a la persona que más amaba; le había arrebatado cosas tan importantes como correr con su hijo o bailar descalzo por la casa.

Mirando el mar, Yoongi comprendió que no podía nadar a contracorriente. Daba igual lo mucho que se esforzara, él era como el Triángulo de las Bermudas, un cementerio para todo aquel que se le acercara.

Desolado, comenzó a caminar hacia el embarcadero. Ojalá Hyungsik lo hubiera matado a él. Habría preferido morir de la peor forma posible, antes que tener que cargar con la culpa de tantas vidas destrozadas.

Jung Hoseok, Min Mellie, Choi Beomgyu, Kang Taehyun, Huening Kai, Minnie Nicha Yontararak, Yeh Shuhua, Wang Yiren, Myoui Mina, Go Yoonha, Kim Goeun, Choi Minho, Kim Sojung, Gam Kyungjae, Dokgo, la señora Sobong, Han Sejoo, y muchos más inocentes que habían perdido la vida de una forma cruel e innecesaria.

No había ni un solo habitante en Inyeon que no hubiera perdido a un familiar, amigo o vecino. Todos sufrían la pérdida de alguien y muchos niños se habían quedado huérfanos.

¿Cómo podía seguir viviendo la persona que había traído el mal a la isla? ¿Cómo podía seguir viviendo la persona que había causado tanto dolor? Él no tenía derecho a vivir. No tenía derecho a ser el marido de Jimin o el padre de Junggi. Sus manos estaban manchadas de la sangre de ciento setenta y cinco personas.

—Hyung.

Yoongi se dio la vuelta lentamente. No había notado su presencia, a pesar de que Taehyung había estado siguiéndolo.

—Te llamé cuando salías del hospital— dijo con una sonrisa, aunque en realidad estaba muy preocupado. La expresión de Yoongi era la de alguien que había tocado fondo. Se la había visto a Hoseok y también a Jimin.

—Vete.

—Hyung...

—Quiero que te vayas.

—No.

—¡He dicho que te vayas! ¡No quiero verte! ¡Lárgate de aquí!

Taehyung no se dejó intimidar porque se esperaba una reacción similar. Sabía que, tarde o temprano, su hermano iba a estallar. Estaba convencido de que, en algún momento, iba a suceder algo que le obligara a expulsar todo el dolor que había estado ocultando desde que inició el infierno de Hyungsik.

—Y si me voy, ¿qué?— dijo sin perder la calma —¿Vas a abandonar a tu familia?

—No quiero hablar contigo.

—Llevas días pegado a la cama de tu marido y en cuanto despierta sales corriendo.

—¡Cierra la puta boca!

—¿O qué? ¿Me vas a pegar?— Taehyung se acercó sin miedo —Si eso te va a hacer sentir mejor, entonces golpéame. Golpéame todo lo fuerte que quieras.

Yoongi no levantó la mano, a pesar de las ganas que tenía de liarse a golpes, no quería hacerle daño a su hermano. Taehyung no era el culpable de su situación, era otra víctima suya. Y cada vez que veía su brazo vendado sentía vergüenza y dolor.

—Tienes que dejarte ayudar.

—Déjame solo.

—¿Para hacer qué? ¿Sufrir en soledad como llevas haciendo todos estos días?— a Taehyung se le revolvió el estómago cuando notó cómo lo miró —No iras a... 

—Vuelve a casa.

—¿Qué tienes en mente?— preguntó angustiado —¿Suicidarte o regresar a la península?

—No lo he decidido todavía...

Esa respuesta le dolió mucho más que cualquier tratamiento contra las quemaduras, pero al mismo tiempo agradeció que Yoongi no se lo hubiera ocultado. Prefería oír la verdad, por muy dolorosa que fuera, a que le mintiera en la cara.

—Pues decídete pronto para que pueda decirle a tu hijo y a tu marido, de cuál de las dos formas los has abandonado.

Sus palabras fueron duras, pero Yoongi no se lo tuvo en cuenta porque sabía que lo había decepcionado.

—Jimin tiene una lesión cerca de la columna...

A Taehyung le impactó la noticia, aunque no le sorprendió del todo porque sabía que existía esa posibilidad. Ahora comprendía mucho mejor cuál había sido el causante del colapso de su hermano.

—Todo lo que le ha sucedido ha sido culpa mía. Jimin casi pierde la vida y ahora va a perder las piernas... Nunca volverá a ser el mismo... Le he infligido un dolor por el que no merecía pasar...

Taehyung se tomó un momento para pensar. Él conocía bien el sentimiento de culpa, lo había torturado durante años a causa de la trágica muerte de sus padres. No era un sentimiento que desaparecía de la noche a la mañana, pero con el tiempo sí se podía dejar atrás.

—Existen dos tipos de culpa, la que merecemos y la que nos imponemos. Cuando le fui infiel a Changwook hyung, me sentí culpable porque hice algo que estuvo muy mal, pero cuando murieron papá y mamá, asumí una culpa que no me correspondía. No puedes cometer ese error, hyung. No puedes cargar con la culpa de otra persona. Acepta la tuya. Sé responsable de tus actos, pero no cargues con la culpa de los demás.

—No es tan sencillo...

—Ese hombre ha utilizado la culpa como herramienta para manipularte a su voluntad. No puedes permitir que te siga usando. Si te vas, habrá ganado, habrá conseguido alejarte de tu familia y haceros infelices a todos.

—Necesito que dejes de hablar...

Taehyung se mordió el labio de la impotencia. Yoongi se había cerrado en banda y no le dejaba entrar, pero no iba a rendirse con él. Si tenía que abordar el asunto de mil formas distintas, entonces lo haría hasta que entrara en razón.

—Hace unos años, cuando estaba haciendo los deberes, salió una muchacha en las noticias. Había sido asesinada en un callejón de un barrio problemático de Seúl. Los medios de comunicación, en lugar de poner el foco en el asesino, se preguntaron por qué una estudiante como ella había ido a un sitio como ese. Algunos incluso fueron más allá y la culparon de su propia muerte— Taehyung miró hacia el mar, recordando aquella noticia que tanto le indignó —Recuerdo que me puse a insultar al hombre de la televisión. ¿Cómo puede ser? ¿Asesinan a una adolescente y la culpa es de ella? ¿En qué mundo vivimos para culpar a las víctimas de asesinato de sus propias muertes?

Yoongi no dijo nada, ni siquiera lo miró.

—Tú eres como ese hombre, hyung. Tú también culpas a las víctimas.

Esa acusación le hizo clavar la mirada en él.

—Sigues poniendo el foco en el lugar equivocado— Taehyung tuvo que tomar mucho valor para pronunciar las siguientes palabras —Pero creer que la culpa es tuya, es un comportamiento habitual en víctimas de abusos.

Yoongi tardó muy poco en comprender que su hermano lo sabía. Taehyung pudo ver como su rostro cambiaba inmediatamente de la sorpresa inicial, a la más pura vergüenza. El mayor salió corriendo para desconcierto del menor. Yoongi ni siquiera lo pensó, su cuerpo se movió sin reparar en nada. Lo único que quería era alejarse de él, pero Taehyung lo persiguió por la playa sin darle la oportunidad de poner distancia entre ellos.

—¡Hyung!

Cuando Taehyung lo agarró por el brazo, Yoongi se zafó violentamente de él y continuó corriendo, pero el menor lo volvió a pillar poco después y entonces no dejó que se soltara.

—¡Déjame!

Taehyung no lo dejó. No lo hizo cuando gritó y mucho menos cuando rompió a llorar. Yoongi había intentado protegerlo de esa verdad, había intentado guardar el secreto por todos los medios posibles y descubrir que su hermano menor estaba al tanto de todo, acabó con la poca estabilidad emocional que le quedaba.

Yoongi se lo había ocultado durante más de una década por miedo y vergüenza. Vergüenza por lo que había hecho y por conocer la reacción de su hermano. Miedo por si su relación llegaba a cambiar, por si Taehyung dejaba de admirarlo y sus acciones le hacían sentir repulsión por él.

Pero sobre todas las cosas, el mayor miedo de Yoongi era que Taehyung llegara a culparse por lo que había tenido que hacer. No quería que pensara que él era el responsable de sus decisiones. No quería que se viera a sí mismo como una carga porque no lo era. Taehyung había sido su luz durante el periodo más oscuro de su vida y no podría soportar que se echara la culpa de aquello.

Taehyung se arrodilló sobre la arena y lo abrazó mientras Yoongi lloraba a lágrima viva. Era un llanto con hiperventilación, muy doloroso de presenciar. Aunque su hermano volvió a tratar de escaparse, no le permitió moverse de su lado.

—Hyung...

—No... No...

—Hyung, mírame.

—No...

Taehyung no lo obligó y aguardó mientras le acariciaba la espalda. Su hermano era una persona muy fuerte, que rara vez mostraba su lado más vulnerable, y verlo en ese estado, tan roto de dolor, era sumamente difícil e impactante.

El menor le concedió más de cinco minutos para que se desahogara y cuando notó que se calmó, procedió a compartir con él algo que llevaba días guardándose.

—No tienes la culpa de que ese hombre se haya obsesionado contigo. No tienes la culpa de que haya tratado de matarme. No tienes la culpa de que haya herido a Kook y MinMin. No tienes la culpa de que haya secuestrado a Junggi. No tienes la culpa de que haya matado a Mellie. No tienes la culpa de que Hobi hyung haya muerto. No tienes la culpa de que haya matado a tantas personas. No tienes la culpa de todo el mal que ha hecho Park Hyungsik.

—Tae...

—No tienes la culpa— insistió mientras lo abrazaba fuertemente —No eres su cómplice, eres otra más de sus víctimas. A ti también te ha hecho daño. A ti también te ha destrozado.

—No puedo lidiar con todo esto...

—No tienes que hacerlo solo.

Yoongi se apartó de él, pero esta vez no salió corriendo. Se quedó sentado sobre la arena, sollozando sin poder alzar la mirada.

—Crees que no mereces nuestra ayuda... Crees que ninguno de nosotros debería ayudarte. Es eso, ¿verdad?

—¿Cómo puedo pedirle ayuda a las personas que han resultado heridas por mi culpa?— Yoongi sintió el corazón muy pesado —JK ya tiene bastantes cosas de las que preocuparse y Jimin... Soy yo el que debe cuidar de Jimin...

—¿Y yo?

Yoongi no respondió.

—Déjame adivinar. Soy tu hermano menor y es tu trabajo protegerme— Taehyung supo por su reacción que había dado en el clavo —Hyung, deja ya esa mentalidad de mierda o te voy a golpear.

Taehyung no solía hablarle así y por eso se vio tentado en alzar la mirada, pero no lo hizo. La vergüenza podía más que cualquier amenaza.

—¿Quién te lo ha dicho?

—El puto zumbado.

Yoongi sintió la boca seca. Si se lo había dicho Hyungsik, probablemente había añadido alguna exageración o mentira a su historia.

—Lo que más me duele, es que hayas tenido que guardar un secreto tan pesado durante tantos años... Te has debido de sentir muy solo, hyung...

Yoongi no notó vergüenza o ira en su voz, estaba hablando en un tono calmado y comprensivo, pero aun así no podía mirarle a los ojos.

—Me daba mucho miedo perderte... No quería que lo supieras porque... No quería ser una decepción para ti...

—¿Es eso lo que te hizo creer ese hombre?— Taehyung estaba convencido de que Hyungsik lo había manipulado para que Yoongi pensara que solo lo tenía a él —Hyung, eres la persona a la que más admiro en el mundo. Eres mi ejemplo a seguir desde que era un tapón. Para mí, nunca vas a ser una decepción. Nunca.

Yoongi se tapó la boca con la mano. Había pasado años asustado por si llegaba el día en el que se veía obligado a mantener esta conversación con él. Había tenía tanto miedo de decepcionar a su hermano, que no pudo guardar la compostura ante sus palabras. 

—Hyung, si soy la persona que soy, es gracias a ti. Me has ayudado a cumplir mis sueños, me has apoyado cuando he cometido errores, incluso cuando no lo merecía. Nunca me has dado la espalda, siempre has cuidado de mí. En cada momento de mi vida. Aun estando en la península, has sacado fuerzas para volver a casa. Hyung, te lo debo todo.

—Yo... No...

Taehyung notó que no podía hablar y lo abrazó.

—Entiendo que no quieras pedirle ayuda a los demás, pero yo soy tu hermano. Has cuidado de mí durante toda tu vida. Ahora es mi turno de ser el hermano mayor.

—Pero Tae...

—Déjame cuidar de ti, déjame ser tu apoyo— insistió sin soltarlo —Déjame estar a tu lado para ayudarte a superar esto. Por favor, déjame.

Yoongi asintió y a Taehyung se le cayó un peso de encima. La razón principal por la que su hermano no pedía ayuda psicológica, era la necesidad de la gente del pueblo de recibir dicha ayuda. Con la que había liado Hyungsik, muchas personas estaban asistiendo a las pocas consultas que ofrecían y Yoongi no quería quitarles ese espacio. Taehyung lo sabía porque la culpa había sido su compañera durante muchos años y conocía su forma de pensar.

Taehyung le dio un beso en la mejilla para hacerle sentir arropado. Le dolía en el alma no haber estado para Yoongi cuando Hyungsik abusó de él; le dolía en el alma enterarse ahora de todo lo que había sufrido su hermano con ese monstruo. 

Pero Taehyung no iba a lamentarse por el pasado, iba a proteger el presente y el futuro de Yoongi con todas sus fuerzas. No importaba cuánto tiempo le llevara recuperarse de sus heridas emocionales, él iba a estar ahí, cada año, cada mes, cada semana, cada día, cada minuto y cada segundo de su vida.

—Tae, no quiero que creas que lo que hice es culpa tuya... La situación se dio así y yo tomé esa decisión para mantenernos juntos. No me arrepiento de lo que hice porque perderte a ti habría sido peor que la muerte...

—Gracias por salvarnos a los dos— Taehyung cogió las manos de su hermano y las apretó varias veces —Quiero que sepas que no me culpo y que tampoco te culpo a ti.

—¿Lo dices de verdad?

—Te lo juro por mi marido— dijo sin pestañear —Tú y yo debemos dejar de culparnos por todo. Como te he dicho antes, solo debemos asumir la culpa que de verdad nos corresponde, no la de los demás.

Yoongi contempló las manos del menor. Eran grandes, fuertes y suaves, pero sobre todo le transmitían protección y seguridad.

—Cuando necesites a alguien quiero que me busques a mí. No me importa si son las tres de la madrugada, llama a mi puerta y yo estaré ahí para ti.

—Tienes una hija...

—Y un marido que se puede ocupar de ella mientras yo estoy contigo.

Yoongi no replicó. Su hermano tenía respuestas para todo.

—Hyung, ya no soy un niño desprotegido al que debes cuidar— Taehyung le alzó el rostro, pero Yoongi evitó su mirada —Por favor, mírame.

—No puedo...

—¿Por qué? Eres mi hermano y te quiero. De mí solo vas a recibir amor.

Yoongi sintió una sensación difícil de describir. La voz de su hermano era comprensiva y cálida, y le transmitía que podía confiar en él. Eran sus demonios los que le impedían alzar la mirada.

La vergüenza seguía quemándole las entrañas, pero con cada palabra de afecto que le decía Taehyung, iba quemando un poco menos.

Yoongi reunió mucho valor para alzar la mirada y cuando lo hizo, fue incluso capaz de posar la vista sobre la de su hermano. La mirada de Taehyung era tan bonita como siempre. No había nada fuera de lo común, solo la acompañaba una cálida sonrisa cuadrada.

—Yo también te quiero.

Taehyung lo volvió a abrazar. Yoongi se sujetó de su espalda y cerró los ojos con una sensación muy diferente. El zumbido que había estado escuchando había desaparecido y los pensamientos negativos ya no existían. Su cuerpo se sentía ligero y su mente mucho más relajada.

—Hyung, deberíamos volver al hospital.

Yoongi pensó en su marido. Lo había dejado en una situación difícil y sin darle ninguna explicación. Seguramente estaba enfadado o peor aún, decepcionado.

—Jimin... Él...

—Tranquilo— Taehyung lo ayudó a levantarse —Todo irá bien.

El menor lo condujo por el bosque mientras tarareaba una melodía infantil. Yoongi quiso decirle que no hacía falta, que ambos eran adultos y que no había necesidad de ir cogidos de la mano, pero no lo hizo porque en el fondo sí quería. Le recordaba a su infancia, a cuando sus padres todavía estaban vivos. Le hacía sentir esa seguridad que había dejado atrás hacía ya mucho tiempo.

Taehyung notó que su inquietud se disparó cuando llegaron a la entrada del hospital, por lo que le dio instrucciones de cómo debía respirar para controlar su ansiedad. Yoongi las siguió desde el vestíbulo hasta el pasillo que llevaba a la habitación de Jimin. Tenía miedo de cómo podría llegar a reaccionar su marido, pero gracias a su hermano, fue capaz de cruzar el recinto sin retroceder ni un instante.

—Gracias— le dijo enfrente de la habitación —Si no hubiera sido por ti, yo...

—Estoy orgulloso de ti— Taehyung lo estrechó entre sus brazos —Te quiero mucho.

Yoongi no sabía si su hermano era consciente, pero le debía la vida y no de una forma metafórica. El mayor lo volvió a abrazar cuando Taehyung se separó de él y ambos se mantuvieron juntos durante varios minutos.

Jimin se sobresaltó un poco cuando Taehyung entró por la puerta. Yoongi apareció detrás de él, mucho más serio de lo que estaba su hermano.

—Hyung— Jungkook se levantó de la cama —¿Dónde estabas?

—Lo siento, lo siento— respondió Taehyung —Lo tuve que secuestrar por un problemilla en la cocina del hospital. No veas la que han liado allí. Búa, se te caen los gayumbos si te lo cuento.

Yoongi miró a Jimin con miedo, pero la expresión de su marido era bastante inexpresiva. No sabía si estaba enfadado o preocupado, feliz o triste, y eso le inquietó.

—Cachorrito, necesito que me ayudes con algo.

—¿Con qué?

—Vamos a hacer cosas de papás— Taehyung agarró a su esposo del brazo —Nos vemos luego.

Jungkook no entendía por qué tenía tanta prisa, pero aun así lo acompañó al pasillo sin oponer resistencia. El cuarto se quedó en completo silencio cuando la pareja salió. Yoongi sintió que la inseguridad crecía mientras daba unos pasos hacia la cama.

—¿Quieres tumbarte a mi lado?

—¿Tumbarme?— a Yoongi le sorprendió la sugerencia —No creo que sea... Estás herido...

—No pasa nada, hay mucho espacio— Jimin golpeó el colchón suavemente —¿Me ayudas?

El mayor lo ayudó a acomodarse en el lado derecho y después se tumbó en el izquierdo. Se sentía un poco extraño, pero sabía que se debía al miedo y a la inseguridad.

—¿A dónde has ido?— Jimin apoyó la cabeza sobre el cojín —Sé que TaeTae estaba mintiendo.

—Fui a... Fui a la playa...

—¿A qué?

Yoongi guardó silencio. Cómo le iba a decir que había tenido una crisis tan fuerte, que había estado meditando volver a la península o suicidarse.

—Tienes miedo de que te haga responsable de todo lo que ha sucedido, ¿verdad?

—Sí...

—Lo que me ha pasado no es culpa tuya— Jimin se abrazó a él, a pesar del dolor en la espalda, lo abrazó con mucha calidez —Te has debido sentir muy mal cuando te dije que no sentía las piernas. No tienes que estar triste por eso, mi amor. Nada de esto ha sido culpa tuya.

—Pero...

Jimin alzó la cabeza al oír su voz rota.

—Sí, cabe la posibilidad de que me quede paralítico, pero ese no es motivo para llorar. Cuando llegué a El Umbral, sentí mucho miedo, ¿sabes por qué? Porque no quería alejarme de ti y de nuestro hijo. Saber que ya no os volvería a ver fue lo más aterrador que me ha sucedido nunca... Pero mírame ahora, estoy aquí contigo. Tengo una segunda oportunidad. ¿Quién puede decir lo mismo? Yoon, créeme que perder las piernas es un precio muy bajo a pagar por volver a estar con vosotros.

Yoongi se quedó impresionado con el sosiego que transmitía Jimin. No halló tristeza, rabia o dolor en su mirada, solo una inmensa serenidad, como un mar en calma.

—Vas a retomar la terapia, ¿verdad? No puedes permitir que ese hombre destroce tus avances— Jimin le acarició el pecho con mucho mimo —Tienes que seguir luchando, ¿de acuerdo? Tienes un hijo precioso y un marido adorable que te necesitan, Min Yoongi.

Yoongi rompió a llorar. Su propia mente envenenada había estado a punto de empujarlo por un acantilado. Si no hubiera sido por Taehyung, habría cometido el peor error de su vida.

—Lo siento mucho, Jiminie... Lo siento mucho... Lo siento...

Jimin le susurró al oído que lo amaba y que todo iría bien mientras lo abrazaba con cariño. Era consciente de que Hyungsik había agrandado la herida que su pareja intentaba cerrar, y que, conociendo a Yoongi como lo conocía, se habría echado la culpa de todo lo que había ocurrido en la isla.

El menor no quería que siguiera cargando con ese peso. Él no le hacía responsable de nada, pero también sabía que a su esposo le iba a costar mucho tiempo y esfuerzo superar el trauma que Hyungsik, no solo había revivido, sino amplificado.

Yoongi cargaba una mochila llena de ladrillos, pero Jimin estaba convencido de que algún día iba a poder quitársela. Y cuando llegara el momento, iba a estar justo a su lado, de pie o en silla de ruedas, no importaba; Jimin iba a estar con él y así se lo dijo al oído. 

Este capítulo contiene una gran carga emocional. Creo que la gran mayoría sabíais que esta conversación entre Yoongi y Taehyung llegaría tarde o temprano, aunque supongo que en condiciones menos trágicas de las que se han dado. ¿Qué os han parecido las palabras de Taehyung? ¿Y las de Jimin? El apoyo de su familia va a ser fundamental para que Yoongi pueda superar cada trauma que Hyungsik le ha creado. 

Sobre Hobipalooza solo puedo decir que Hoseok es el mejor. Menudo espectáculo. Orgullo es poco. 😭 ¿Os ha gustado Bad Decisions? Para mí es una de las mejores colaboraciones de BTS hasta la fecha. Enamorada estoy de las voces de los chicos.💜 

Me voy a tomar un descanso de dos a tres semanas para disfrutar de las vacaciones de verano. Toca desconectar un poquito para volver con más energía. Gracias por estar siempre ahí. Cuidaros mucho. 😘

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