95
Taehyung se encontraba entre la puerta del cuarto de baño y la habitación, pendiente de su sobrino que dormía sobre la cama, pero también de su marido, que estaba cambiando a Sohee por primera vez.
—Ufff, ¿pero qué diantres has comido?— se quejó al quitarle el pañal —Señorita, tu caca huele peor que un infectado.
Taehyung apoyó la cabeza contra el marco de la puerta. Estaba presenciando un momento muy especial y no podía disfrutarlo del todo. Su corazón se sentía pesado por la muerte de Hoseok, la incertidumbre del estado de Jimin, la situación de Sungjae y las circunstancias de la isla.
Jungkook limpió a la bebé con suma delicadeza. No podía dejar ni una pizca de suciedad en el culete y tampoco quería dañarla. Su cuerpo era tan frágil que le preocupaba emplear demasiada fuerza.
Sohee hizo tantos sonidos adorables mientras la limpiaba que parecía que estuviera manteniendo una conversación con él.
—Te causa gracia que tenga que limpiar la morcilla que has soltado, ¿verdad?
Taehyung sonrió para sus adentros. Su chico hacía como que se quejaba, pero en realidad estaba disfrutando de la experiencia. Era tan evidente que resultaba hasta tierno.
—Esto ya está— Jungkook la besó tras ajustarle el pañal —Ahora tu papá tendrá que darme el visto bueno. Deséame suerte, galletita.
—Lo has hecho muy bien— Taehyung lo abrazó por la espalda —Sohee también lo aprueba.
El pecho de Jungkook se hinchó de orgullo. Había practicado con una muñeca durante varios días y por eso le había salido a la primera. Taehyung alzó la mirada y se encontró con su dulce sonrisa. Era tan genuina e inocente que le puso muy triste.
En ese instante tendrían que haber estado celebrando el cumpleaños de Jungkook. En ese instante tendrían que haber estado disfrutando de una fiesta íntima, en compañía de sus seres queridos. Su marido tendría que haberse llevado una sorpresa al encontrarse con Sohee en la cuna de su hogar. Todo tendría que haber sido tan diferente de lo que era en realidad.
Taehyung no pudo contener las lágrimas y se apretó contra el pecho de su esposo. Sohee estaba viva gracias a Hoseok y él no había podido hacer nada por su amigo. Jungkook lo abrazó en silencio. No sabía lo que estaba pasando por su mente, aunque se podía hacer una idea.
—Es injusto... Hobi hyung tendría que estar aquí...
—Ahora está con Namjoon hyung.
Ese era su único consuelo y aun así no era suficiente para Taehyung. A pesar del dolor físico y emocional, trató de tranquilizarse por el bien de los niños. Si Junggi se despertaba, no quería que lo viera así. Su sobrino ya había sufrido demasiado.
—Hora de dormir— Jungkook cogió a Sohee en brazos y se la acercó —Dale las buenas noches a tu papá.
—Mi pequeño milagro— Taehyung besó la mejilla de su hija dos veces y luego su nariz —Te quiero muchísimo.
—Te queremos muchísimo.
Taehyung se apoyó contra la pared de la habitación mientras Jungkook la dejaba en la cuna. Era tan cariñoso con ella, tan atento y paternal. Tenía mucha suerte de compartir esa experiencia con un hombre como él, que se implicaba en todo con inmenso amor.
—Sí, cierra los ojitos y duérmete— susurró Jungkook suavemente —Eso es, hazle caso a papá.
Taehyung se quedó mirando como le hacía cariñitos. La fortaleza de su pareja era admirable. Por dentro debía estar devastado y aun así era capaz de sonreír por ellos.
—Te amo— Taehyung lo abrazó por la espalda —Gracias por existir.
El corazón del menor se agitó por esas inesperadas palabras. Taehyung aguardó a que se diera la vuelta y en cuanto sus miradas se encontraron, lo besó en la boca. Ese pequeño, pero dulce contacto, calmó a Jungkook de una forma que solo Taehyung sabía hacer.
—Kook, quédate con ellos.
—¿Vas a ver a Yoongi hyung?
—No, voy a volver a casa— contestó en voz baja —Estoy muy preocupado por Mellie y Neysa. Sé que allí están seguras, pero deben de estar muy asustadas. Te prometo que no tardaré en volver con ellas.
A Jungkook se le cayó el mundo encima. Sabía que ese momento llegaría, sabía que debía contarle que su pequeña había muerto, pero no quería hacerlo en esas circunstancias. Taehyung ya estaba devastado por la muerte de Hoseok. ¿Cómo iba a soportar también la muerte de Mellie?
—Te has quedado callado. ¿No quieres que vaya?
—Amor...
—¿Qué sucede?— Taehyung notó que sus ojos se volvieron vidriosos —¿Ha pasado algo?
Jungkook lo llevó hasta el cuarto de baño para no despertar a los niños. Aunque prefería cerrar la puerta, la dejó parcialmente abierta para mantenerlos vigilados.
—Tae... Mellie... Ella...
—¿Le ha pasado algo a Mellie?
Jungkook asintió entre lágrimas y Taehyung pudo ver por su expresión que le había ocurrido algo terrible.
—No... No, por favor... Dime que no...
—Lo siento— Jungkook lo abrazó con todas sus fuerzas —Nuestra niña se ha ido...
Taehyung no reaccionó cuando Jungkook le contó que Yoongi la había encontrado muerta. No conseguía hacerse a la idea de que no volvería a ver a su pequeña. No le entraba en la cabeza que Sohee nunca tendría la oportunidad de conocerla.
Jungkook habría querido decírselo con más templanza, pero hablar de Mellie era difícil para él porque se sentía culpable de no haberla protegido. La perrita era como su hija y le había fallado justo cuando más lo necesitaba.
Lo que hizo reaccionar a Taehyung, más que cualquier otra cosa, fue el dolor de Jungkook. Sus lágrimas amargas, su llanto desesperado y sus lamentos, le calaron hasta lo más profundo de su ser. Habían perdido a Hoseok y Mellie durante su cumpleaños y por muy doloroso que fuera para él, que lo era, debía ser mucho peor para su marido.
Taehyung se sentó en el suelo y apretó el rostro de Jungkook contra su pecho. No iba a permitir que siguiera ocultando sus sentimientos. Iban a llorar juntos, por Mellie, por Hoseok, por lo que le había sucedido a Jimin y por todo lo que les causaba tan inmenso dolor.
Y allí, bajo una tenue luz que a veces parpadeaba, se quedaron acurrucados contra la pared, llorando a lágrima viva, hasta que el llanto cesó de puro cansancio.
Tras haber pasado varias horas con Jimin en la UCI, Yoongi entró en la habitación en la que se encontraba su hermano. Sobre la cama lo vio durmiendo con Junggi, mientras Jungkook descansaba en un sillón junto a la cuna.
Yoongi se acercó en silencio para ver a su hijo. Estaba abrazado al pecho de Taehyung, por lo que decidió darle un beso y dejarlo descansar. El leve contacto en la mejilla, sin embargo, despertó al muchacho.
—¿Appa?— Junggi se giró medio dormido —Appa, has vuelto.
Escuchar la voz de su hijo le puso la piel de gallina. Junggi estiró los brazos buscando un abrazo y Yoongi se sentó sobre la cama para apretarlo contra su pecho.
—Te dije que iba a volver pronto, ¿no?
—Chí.
Yoongi lo contempló de arriba abajo. Tenía varios moretones en la piel, pero por lo demás parecía tener el mismo aspecto de siempre.
—¿Te duele algo?
—No.
—¿Has comido?
—Sí, pero no había burguis...
—¿No? Te prometo que te haré tus burguis muy pronto.
Junggi asintió adormecido y Yoongi lo besó en la cabeza hasta tres veces.
—Estoy tan feliz de verte— aseguró mientras lo abrazaba —Te quiero muchísimo.
Junggi no contestó, lo que extrañó a su padre, pero cuando se separó de él vio que se había quedado dormido. Yoongi se rió con lágrimas en los ojos. Seguía siendo un niño normal y corriente, al que le costaba mantenerse despierto de madrugada.
—Gracias por haber nacido— Yoongi acarició su mejilla suavemente —Gracias por seguir conmigo.
Con el corazón agitado lo dejó junto a Taehyung y Junggi se agarró de la sudadera de su tío. Ver que el pequeño estaba a salvo le proporcionó una enorme sensación de paz.
Un enfermero entró en la habitación y Yoongi se llevó el dedo a la boca. No quería que nadie los despertara porque sabía que estaban agotados.
—La medicación que les he administrado es muy fuerte, por eso quedé con el agente Min en que si él no se despertaba, yo le daría el biberón a su hija.
—Gracias, yo me encargo de mi sobrina— Yoongi cogió el biberón y el enfermero se despidió con una reverencia. Inmediatamente, se dirigió a la cuna para ver si Sohee estaba despierta y efectivamente, la bebé lo miró con sus grandes e inocentes ojos castaños.
—¿Cuánto tiempo llevas despierta? ¿Te comportas como un ninja porque eres hija de JK?
La bebé sonrió. Yoongi la sacó de la cuna con cuidado y salió al pasillo con ella en brazos. Había mucho silencio tanto en el recinto como en el exterior, lo que era buena señal. Si la gente de la isla se quedaba en sus refugios, habría menos contagios y eliminar a los infectados sería una tarea mucho más sencilla.
Yoongi se apoyó contra la pared y alzó la cabecita de la bebé para administrarle el biberón. Al principio parecía tener más interés en el pasillo que en la leche, pero en cuanto rozó sus labios cambió de idea y comenzó a beber.
Yoongi le habló poco y con voz serena porque Sohee tenía que aprender que las noches eran para dormir, no para estar de juerga.
Su corazón, sin embargo, se aceleró mientras la alimentaba. ¿Había sido así la expresión de Junggi al tomar el biberón? Yoongi sintió un poco de tristeza al contemplarla. Se había perdido el primer biberón de su hijo, sus primeras palabras, sus primeros pasos y su primer cumpleaños.
—No me voy a perder nada de ti. Seré un tío con el que puedas contar hasta que estés viejita.
Sohee le agarró el dedo índice y Yoongi sonrió.
—Sí, castañita, esto es una promesa entre tú y yo.
Jungkook salió de la habitación y lo vio con su pequeña en brazos.
—Pensé que estaba con el enfermero.
—Está mejor con su tío— Yoongi levantó el biberón vacío —Tu niña es tan tragona como tú.
El menor sonrió de oreja a oreja. En eso no podía llevarle la contraria.
—¿Puedo?
—Toda tuya.
Jungkook la recibió con una gran sonrisa. Yoongi observó con admiración como la mantenía erguida sobre el hombro y le daba unas palmaditas leves en la espalda. La inseguridad de su cuñado respecto a la paternidad parecía haber desaparecido y era adorable verlo tan emocionado, a pesar de la situación en la que se encontraban.
—Venga, tú puedes— Sohee expulsó el aire para satisfacción de su papá —Mi nena es una campeona.
A Yoongi lo invadió una repentina tristeza al pensar en que a Jimin le habría encantado ver ese momento entre Jungkook y Sohee.
—Hyung, no te vayas. La acuesto en un plis plas y vuelvo.
Yoongi miró por la ventana mientras Jungkook regresaba a la habitación. Cada vez que pensaba en todo por lo que había pasado su marido, sentía una mezcla entre tristeza, rabia y dolor. Cansado, colocó la mano sobre el reflejo de su rostro en el cristal. Había estado a punto de perder a Jimin y Junggi, y ese dolor jamás desaparecería.
—Hyung, ¿cómo está mi hermano?
Yoongi se limpió las lágrimas disimuladamente.
—Está estable.
—¿No ha despertado todavía?
—Es demasiado pronto.
—Entiendo— Jungkook se apoyó sobre la pared del pasillo —Todavía me cuesta creer que lo hayamos perdido y recuperado... Es difícil de procesar...
Yoongi compartía sus sentimientos. A veces se sentía como si alguien lo hubiera empujado desde la montaña más alta del planeta.
—Con todo lo que ha pasado, no he podido preguntarte por Hyungsik— Jungkook lo miró de reojo —¿Lo has matado?
—No.
—¿Cómo?— se alteró —¿Se ha escapado?
—Verás...
Hyungsik se arrastró por la playa tratando de llegar hasta el mar, pero como no podía avanzar, comenzó a revolcarse sobre la arena. Yoongi lo observó detenidamente mientras se quemaba vivo. Cuando se hartó de oír sus chillidos, lo cubrió de arena y el fuego se extinguió.
Hyungsik perdió el conocimiento después de que Yoongi lo arrastrara unos pocos metros. El menor lo soltó bruscamente y lo miró con desprecio. Quemarse durante un par de minutos no era todo el dolor que merecía recibir. Definitivamente, Hyungsik no había sufrido lo suficiente.
—Te conviene morir ahora mismo porque lo que tengo preparado para ti será un infierno.
Yoongi notó la presencia de alguien. Por su manera de caminar no parecía un infectado, pero podía tratarse de un cómplice de Hyungsik, por lo que no dudó en ponerse en guardia.
—¿Yoongi?
—¿Hyung?— Yoongi se alegró de ver una cara amiga —¿Qué haces tú aquí?
—Vengo del orfanato— Lee Minho le entregó la katana que había encontrado junto a un árbol —Esto es tuyo, ¿no?
Yoongi no se la había llevado porque no quería cortarle la cabeza a Hyungsik. Aunque era tentador, prefería golpearlo con sus propias manos.
—Estoy convencido de que la invasión ha sido provocada— añadió tras entregarle la katana —Por eso me dirijo al embarcadero. Creo que allí podré encontrar más información.
—No te molestes, el culpable está justo aquí— Yoongi le pisó la espalda, pero Hyungsik no reaccionó.
Minho frunció el ceño porque no lograba reconocerlo. Cuando la luz de la luna se abrió pasó entre las nubes, vio que tenía todo el cuerpo quemado.
—Joder... ¿Qué le ha pasado?
—Quería prenderle fuego al bosque, así que le prendí fuego a él.
—Poético.
—No tanto como lo que le va a ocurrir ahora.
Minho se quedó soprendido cuando la luna le permitió ver el verdadero aspecto de Yoongi. La herida en el ojo le chocó mucho, pero no tanto como el arma que le atravesaba el antebrazo. ¿Cómo podía estar tan tranquilo con una herida como esa?
—¿Podrías hacerme un favor, hyung?
—Primero te quito eso del brazo y luego soy todo oídos.
A Jungkook le alegró saber que Minho estaba bien, pero la intriga de qué había hecho con Hyungsik seguía en el aire.
—¿Me lo vas a contar o qué?
—Si sobrevive a las quemaduras serás el primero en saberlo.
—¿Me puedes decir al menos dónde lo tienes?
—Está encerrado.
—¿Dónde?
Yoongi sonrió.
—Joder— resopló frustrado —No me gusta cuando te pones en plan misterioso.
Yoongi se acercó hasta quedar cara a cara con él. Jungkook no supo qué esperar en ese momento porque tenía una expresión tan indescifrable, que podría salirle con cualquier cosa.
—Cuida de mi hijo y de mi hermano, JK— Yoongi le dio un beso en la frente —Yo solo confío en ti.
Jungkook suspiró mientras su cuñado se alejaba por el pasillo. Cuando se comportaba de esa manera no podía llevarle la contraria.
—Será posible... Y tú de mi hermano, hyung.
Yoongi pasó toda la noche con Jimin en la UCI. Aunque la doctora Lee le pidió que fuera a descansar, solo se ausentó un rato para ver a Junggi y Neysa. La gatita se estaba recuperando favorablemente gracias al cuidado de una estudiante de veterinaria que se encontraba en el hospital.
A primera hora de la mañana, después de dejar a los niños con Changwook, Taehyung y Jungkook se pasaron a ver a Jimin. Para el maknae fue imposible contener las lágrimas cuando lo vio en aquella cama. La respiración se le hizo tan pesada que le tomó un par de minutos encontrar las palabras adecuadas.
—Hyung, quiero que sepas que Junggi está bien. Tu hijo es tan fuerte como tú— dijo con un nudo en la garganta —Aun así, tienes que ponerte bien lo antes posible. Junggi te está esperando, ¿me oyes? Todos te estamos esperando.
Taehyung apretó la mano de Yoongi mientras Jungkook le daba un beso a su hermano. Era devastador verlo en esas condiciones. Los cuatro tenían heridas serias, pero a Jimin le había tocado la peor parte.
—Cuidaré de nuestra familia hasta que vuelvas— le susurró Taehyung al oído —Te prometo que estaré muy pendiente de tus tres amores. Solo asegúrate de volver. Nada es lo mismo sin ti, MinMin. Todos te echamos mucho de menos.
Cuando Taehyung se alejó de la cama, lo primero que hizo fue abrazar a Jungkook. Todavía tenía los ojos llorosos y no podía apartar la mirada del rostro de su hermano.
—Volveré pronto, mi vida— Yoongi le dio un beso en la frente —Vamos a recuperar la isla por la que tanto has luchado.
Después de dejar a Jimin al cuidado de Eunha, Yoongi mandó un mensaje a través de los altavoces exteriores del hospital.
—Vamos a comenzar con la aniquilación de los infectados. Si queréis ayudarnos, venid al hospital. Para sobrevivir todos debemos unir fuerzas. No tengáis miedo, juntos podemos recuperar nuestro hogar.
Los pocos infectados que se acercaron al hospital, atraídos por el ruido, recibieron un tiro de bienvenida de parte de Jungkook.
Durante una hora fue llegando gente de cada rincón del pueblo. Entre el equipo de expedición, las fuerzas de seguridad, los alumnos de Yoongi y muchos voluntarios, crearon hasta cuatro grupos.
—El grupo de Taehyung irá al norte, el de Jungkook al sur, el de Minho hyung al este y el mío al oeste— estableció Yoongi delante de todas las personas que se encontraba en el vestíbulo —Los supervivientes que encontréis en cada recinto que reviséis, deben quitarse la ropa y mostrar que no están infectados. No me importa si se niegan, esto no es negociable. Debemos asegurarnos de que nadie esconde a un infectado o trata de ocultar un contagio.
—Revisaos los unos a los otros con respeto— añadió Jungkook —Cuando estéis seguros de que no están infectados, les ponéis esta cinta amarilla en la muñeca para que podamos identificarlos.
El maknae repartió las cintas que habían encontrado en una caja del almacén del hospital.
—El conservatorio de música es el lugar elegido para llevar a todos los supervivientes identificados— explicó Taehyung —El grupo de Sana tendrá la tarea de acomodar allí a la gente, mientras que el grupo de Chanmi se encargará exclusivamente de trasladar a los heridos al hospital.
—No puede quedar ni un solo infectado, ¿habéis entendido?— Yoongi lo repitió hasta dos veces —Nuestra supervivencia depende de que el virus desaparezca de Inyeon.
—¿Qué hacemos con los cadáveres?
—Cuando el pueblo sea seguro tendremos que peinar el bosque y después de eso, nos ocuparemos de los cadáveres— respondió Yoongi a la duda de Yeonjun —Ahora debemos centrarnos en los vivos. Esa es la prioridad.
Y así inició una operación de limpieza en la que participaron alrededor de treinta personas y que duró hasta la noche.
Changwook se quedó en el hospital al cuidado de Junggi y Sohee mientras Eunha estaba al pendiente de Jimin y Sungjae. Las doctoras Lee y Seo se ocuparon de los primeros heridos que llegaron con diversas heridas, pero ninguna de extrema gravedad.
Wooshik pudo trasladar, junto al equipo de rescate, a los niños de la escuela hasta el conservatorio de música, mientras su compañero, Dongwook, se unía al grupo de Taehyung.
Supervivientes, como Ahn Hyejin y su esposa Jung Wheein, se ofrecieron a preparar comida a los más hambrientos y otros, como Momo, Hyun Bin o Soobin, ayudaron con diversas tareas.
En el conservatorio de música iniciaron los primeros reencuentros entre familiares y amigos, pero también se compartieron los primeros nombres de los fallecidos.
Al día siguiente, la búsqueda continuó por bosque y playa. Jungkook se aseguró de enviar a Yeonjun al embarcadero, mientras Yoongi y él se encargaban de bajar los cadáveres de los árboles.
Entretanto, Taehyung aprovechó que el estado de Sungjae había mejorado para transmitirle a Eunha la noticia de la muerte de Hoseok. Aunque trató de suavizarla todo lo posible, la muchacha tuvo que ser ingresada por un ataque de ansiedad severo.
Esa misma tarde, después de dos días de exhaustiva búsqueda, Wooshik, la mano derecha del gobernador, anunció al pueblo que la isla era segura. Entonces comenzaron a trasladar a los cadáveres a la playa. Como muchos estaban infectados y otros podrían haber sido expuestos al virus, la doctora Lee aconsejó que lo más seguro sería incinerarlos a todos.
Por la noche, Jungkook acompañó a Yeonjun y Soobin a la morgue del hospital. Los menores creían que iban a ver a sus padres, que habían fallecido durante el ataque al pueblo, pero cuando Jungkook les dijo la verdadera razón por la que estaban allí, se les rompió el corazón en mil pedazos.
Soobin fue el primero que se atrevió a entrar a ver a Beomgyu. Yeonjun se quedó en el pasillo junto a Jungkook, incapaz de cruzar la puerta.
—Beomgyu tenía esto en el bolsillo— Jungkook se lo entregó —Va dirigido a ti.
Yeonjun cogió el papel a duras penas. La puerta no se había cerrado del todo, por lo que podía escuchar el llanto de su hermano.
—Te acompaño en el sentimiento.
Yeonjun agradeció las palabras de Jungkook. Mientras su jefe se alejaba por el pasillo, él se quedó mirando el papel, temeroso e indeciso, pero al final decidió leer lo que ponía.
Querido Yeonjun hyung.
Hace poco terminé de leer un manhwa que me dio el valor de escribir esta carta. A veces es difícil compartir los sentimientos cara a cara, por eso, espero que entiendas que utilice este método tan antiguo.
Yeonjun hyung, me gustas. Me gustas desde antes del día cero. Desde que iba a vuestra casa a hacer los deberes con Soobin. No... Incluso desde antes. Sé que es un amor no correspondido, tú nunca te has fijado en mí y lo entiendo... Lo siento si esto te resulta incómodo, pero necesito decírtelo o no podré pasar página. Siento que vivo a la espera del y sí, pero ese y sí nunca llega. Necesito que la próxima vez que nos veamos me rechaces, es la única manera que veo de dejar de quererte. Sé cruel conmigo, por favor.
Me da vergüenza entregarte esta carta y sigo dudando de si hacerlo o no. Todavía tengo esperanzas contigo. Qué tonto soy, ¿verdad? No se lo digas a Soobin, me da mucha vergüenza que vea lo patético que soy. Él es mi mejor amigo. ¿Qué pensará de mí si averigua que me gusta su hermano? No se lo digas. Guárdame el secreto.
Gracias por cuidar de mí. Tus padres fueron muy buenos al acogerme cuando me quedé huérfano, pero hasta ahora no he podido ser tu hermano. Intentaré dejar estos sentimientos atrás y ser tu hermano menor. ¿Puedes tener paciencia conmigo?
Te quiero. La próxima vez te lo diré como tu hermano.
Beomgyu
PD: Quema la carta.
Yeonjun apretó la carta contra su rostro y se mordió con tanta fuerza, que el labio inferior comenzó a sangrar. Con manos temblorosas guardó el papel en el bolsillo del pantalón para que su hermano no pudiera verlo.
Soobin se giró hacia la puerta cuando lo oyó entrar. Estaba llorando sobre el pecho de Beomgyu, que yacía encima de una plataforma de metal. Si su hermano dijo algo en ese momento, Yeonjun no lo oyó. La imagen del cuerpo de Beomgyu, de sus lesiones en el cuello y de sus manos manchadas de tierra, acaparon toda su atención.
Yeonjun notó que Soobin sostenía la mano de Beomgyu como si su vida dependiera de ello. Y quizá lo hacía. Beomgyu no lo sabía, su carta dejaba claro que no tenía ni idea de que Soobin estaba enamorado de él.
Y tampoco sabía que los sentimientos de su hermano eran la razón principal por la que no le hacía caso. Aunque Beomgyu le gustaba, había decidido hacerse a un lado porque creía que debía proteger el corazón de Soobin; y ahora, ambos estaban con el corazón roto porque habían perdido a quien más amaban.
El mayor abrazó a Soobin tratando de mantenerse fuerte, pero en cuanto rozó su cuerpo, rompió a llorar con mayor intensidad que él. Yeonjun le haría el favor de quemar la carta, no solo para proteger los sentimientos de Beomgyu, también para proteger los sentimientos de su hermano. Jamás le contaría que Beomgyu lo amaba a él, porque, como decía la carta, a veces lo único que tenemos es la esperanza y no se la iba a arrebatar a Soobin.
El número de fallecidos fue aumentando con el paso de las horas y después de cuatro días, se inició un funeral multitudinario en la playa. Todos los cadáveres, los ciento setenta y cinco cuerpos, fueron apilados sobre troncos de madera e incinerados uno tras otro. Los supervivientes se mantuvieron a una distancia prudente, rezando y llorando las muertes de sus seres queridos.
Muchos heridos no pudieron asistir, tampoco la doctora Lee, que se quedó en el hospital por si surgía alguna emergencia. También hubo personas que no quisieron acudir al último adiós por diversas razones, como pena, dolor, negación o miedo.
Yoongi, Taehyung, Jungkook, Eunha y Changwook se quedaron junto a los cuerpos de Hoseok y Mellie, que habían sido tapados y preparados para la cremación. Cuando llegó su turno y Hyun Bin, el encargado de la antorcha, se acercó a prenderles fuego, Jungkook se adelantó para hacerlo él.
El fisioterapeuta le entregó la antorcha y Jungkook miró a su familia. Taehyung y Eunha estaban llorando, Changwook parecía estar conteniendo las lágrimas y la expresión de Yoongi era de pura desolación.
Jungkook acercó la llama a la madera y tras titubear un instante, le prendió fuego. Luego se la devolvió a Hyun Bin, que le hizo una profunda reverencia a Hoseok antes de continuar con su labor.
Minho siguió el procedimiento desde el interior del bosque. No quería acercarse a ellos y tampoco despedirse de Hoseok. Su muerte había sido tan repentina que todavía no lograba procesarla.
Eunha se abrazó a Changwook cuando el fuego llegó hasta Mellie. La perrita yacía a los pies de Hoseok, que era donde más le gustaba dormir cuando estaba viva.
—Os queremos— dijo Jungkook llorando a lágrima viva —Nunca os olvidaremos.
Taehyung lo apartó de las llamas, dado que estaba demasiado cerca, y lo estrechó entre sus brazos. El dolor de decir adiós era muy diferente a cualquier otro dolor, sobre todo cuando lo rodeaba la tragedia. Y el sentir de Taehyung era muy similar al de Jungkook, Eunha o Changwook.
Yoongi se quedó contemplando las llamas sin mostrar ninguna emoción. Le parecía surrealista, o quizá no lograba asimilar lo que estaba sucediendo. El joven miró a su alrededor. La gente se abrazaba, lloraba, maldecía e incluso gritaba, todo sin contención.
Cerca de ellos se encontraban Yeonjun y Soobin, despidiendo entre llantos a sus padres y a Beomgyu. También pudo ver a Sana y Momo dándoles el último adiós a Minnie, Mina, Shuhua y Yiren, sus hermanas. La dueña de la taberna se hallaba cerca, llorando la muerte de Huening Kai, su sobrino. Incluso sus alumnos, a los que había dejado en la playa, se habían reunido a escasos metros de él para despedir al menor del grupo, el único que no había sobrevivido.
Yoongi no supo en qué momento ocurrió, pero las lágrimas comenzaron a salir y una vez salieron, no se detuvieron. Taehyung lo vio de reojo y lo apretó contra su cuerpo. Jungkook también se unió a ellos. Ver a Yoongi llorar con tanta desesperación era sobrecogedor, pero que al fin pudiera soltar todo lo que guardaba dentro, era bueno y necesario.
La pareja lo arropó con todo el cariño del mundo. Jimin no podía estar con él, pero Taehyung y Jungkook se aseguraron de velar por su marido.
Algunas personas fueron caminando entre las pilas de madera, orando por los fallecidos y mostrándoles su respeto. Otras lo hicieron desde lejos, por miedo a las llamas o al calor que desprendían.
Taehyung, Eunha y Changwook caminaron junto a los árboles, desde una distancia segura. Yoongi, en cambio, se metió entre los cuerpos para despedirse de ellos y pedirles perdón. Jungkook lo acompañó, dado que no quería dejarlo solo y a su marido le asustaba el fuego. Podía encender una vela, pero caminar entre pilas de madera en llamas era imposible para él.
La ceremonia duró un par de horas. Algunos habitantes se quedaron en la playa hasta el amanecer y otros regresaron a sus casas a descansar. Las cenizas se esparcirían en el mar una vez hubiera terminado el proceso de cremación, pero para eso, debían esperar.
Yoongi tomó un baño en la casa de su hermano mientras Taehyung recogía a Junggi y Sohee de casa de Lee Sunmi, la veterinaria. Los había dejado a su cuidado porque era una persona de confianza que no quería asistir al funeral. Cuando el mayor salió del cuarto de baño, su cuñado lo estaba esperando en la cocina.
—¿Quieres un té?
Yoongi negó con la cabeza, no tenía estómago para nada.
—¿Y Tae?
—Acostando a los niños.
Yoongi venía del piso de arriba y no los había oído, aunque no era raro, su mente estaba en otra parte. El joven subió por las escaleras pensando en Junggi. No lo había llevado al funeral porque no creía que ver a su tío envuelto en llamas fuera lo más apropiado para él y menos aún después de haber sufrido varios traumas.
Primero tenía que explicarle por qué su tío no había ido a verlo y si era sincero consigo mismo, tenía mucho miedo de iniciar esa conversación. Su corazón se sentía tan pesado al pensar en Hoseok, que no se veía capaz de hablar de él.
Cuando entró en el cuarto de Sohee, vio a su hermano sentado en el sofá, acariciando la cabeza de Junggi. La habitación no era muy grande, pero la decoración en tonos blancos, rosas y marrones, la hacía bastante acogedora. En un principio, Taehyung se opuso a usar tonos rosados porque le parecían demasiado cliché, pero cuando Jungkook apareció con un velo rosa para la cuna, no pudo decirle que no.
—Tu hijo está mimiendo.
—¿Y tu hija?
—También.
Yoongi se acercó a la cuna y efectivamente, Sohee estaba durmiendo. Esa imagen le dio un poco de consuelo, incluso Taehyung lo notó.
—Hyung, se te ilumina la cara cuando la ves.
—Es que es muy bonita.
Taehyung sabía que su hermano se había perdido los primeros años de Junggi y quizá esa era una de las razones por las que estaba tan volcado con Sohee.
—Junggi también era un bebé muy bonito. Tenía unos mofletes enormes, los más grandes que he visto jamás y hablaba mucho. Bueno, en su lenguaje bebuno, pero siempre estaba cascando.
—¿Sí?
—Oh sí. A veces, cuando le hablabas, te contestaba como si estuviera siguiendo la conversación y otras veces, fruncía el ceño como si te estuviera juzgando.
—Qué adorable.
Taehyung notó que se había relajado un poco.
—¿Vas a quedarte otra noche más en el hospital?
—Me quedaré en el hospital hasta que vuelva a casa— dijo mientras salían al pasillo —¿Podrías cuidar un poco más de Junggi?
—Ya sabes que sí.
Yoongi estaba muy agradecido con su hermano. Como su casa había sido la escena de un crimen, se habían mudado temporalmente con ellos, hasta que pudieran encontrar un nuevo hogar.
—Hyung...
Yoongi notó que Taehyung alzó la mano, como si quisiera decir algo, pero entonces sonrió como si nada.
—Tú solo cuida de MinMin. Nosotros nos ocupamos de todo lo demás.
—Gracias.
Taehyung dejó que se fuera. Quería tocar el tema de Hyungsik, quería darle su apoyo por todo lo que había sufrido en el pasado, pero no era el momento adecuado. Todavía no.
Yoongi regresó al hospital tras despedirse de Jungkook. El ambiente en la calle seguía siendo sobrecogedor e incluso algo lúgubre. Ciento setenta y cinco personas habían perdido la vida y el pueblo iba a necesitar de mucho tiempo para recuperarse de esas heridas.
Yoongi se dirigió al segundo piso. Después de pasar tres días en la UCI, el estado de Jimin había mejorado, por lo que lo habían trasladado a una habitación. Cuando cruzó el pasillo y se acercó a la puerta, notó que estaba abierta y al asomarse, se encontró la cama vacía.
¿Qué os ha parecido el capítulo? Aunque la amenaza ha cesado, la gente de la isla necesitará tiempo para superar el dolor que ha causado Hyungsik. ¿Qué creéis que va a hacer Yoongi con él? ¿Y qué habrá pasado con Jimin? 👀
Gracias por leer otro capítulo más. ¡El viernes sale Jack in the box! Disfrutad mucho del lanzamiento y dadle mucho amor a Hoseok. Nos leemos en 9/10 días. A cuidarse mucho. 💜
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