94
Yoongi entró en el hospital con la esperanza de volver a ver a su hijo, pero cuando se encontró a Taehyung, Jungkook y Eunha llorando en el vestíbulo, su mente se bloqueó de inmediato.
—Hyung...
La voz del maknae advirtió a los demás de que alguien había llegado. Taehyung se giró hacia él y quedó muy impactado por el aspecto que presentaba su hermano. La herida que tenía en el ojo había dejado de sangrar, pero su rostro, cuello, brazos y manos, estaban cubiertos de sangre. Alrededor del antebrazo llevaba un vendaje de un color tan rojo, que Taehyung pensó que debía tratarse de una herida muy seria.
Jungkook notó que tenía esa típica mirada que solían poner las personas cuando eran conscientes de que había ocurrido algo grave y al mismo tiempo deseaban equivocarse.
—¿Jimin o Junggi?— fue lo único que preguntó. Sabía que Sungjae también estaba herido, pero por alguna extraña razón tuvo la impresión de que sus lágrimas no iban dirigidas hacia él.
Eunha no pudo aguantar el llanto y se cubrió el rostro con ambas manos. Jungkook quiso alzarse del suelo, abrazar a Yoongi y responder a su pregunta, pero se quedó paralizado. No podía asimilar la muerte de su hermano. Se negaba rotundamente. Y decirlo en voz alta sería como admitir que Jimin se había ido, algo que no estaba dispuesto a hacer.
Taehyung fue el único que se acercó a Yoongi. Mientras se aproximaba lentamente hacia él, pensó en cómo debía darle una noticia tan trágica. ¿Existía alguna forma suave de explicarle a un ser querido que su marido había muerto? El dolor que estaba a punto de infligirle a su propio hermano era devastador.
—Lo siento mucho, hyung...
—Por favor...— la mirada de Taehyung cortó su respiración —Por favor, dime quién...
—MinMin...
A Yoongi le tomó unos segundos procesar la respuesta de su hermano. No estaba preparado para dejar ir a ninguno de los dos, pero la vida había decidido llevarse a Jimin de su lado.
Taehyung lo agarró de cintura y brazos cuando lo notó flaquear. Tenía una herida horrible en el ojo y cortes en otras partes del cuerpo, pero el dolor de su corazón era mucho más profundo que cualquier incisión.
—Lo siento mucho— sollozó Taehyung mientras lo abrazaba —Lo siento mucho...
Yoongi no lo escuchó, solo oyó un extraño pitido a lo lejos, probablemente por el shock. Podía ver la mirada desesperada de Jungkook y a Eunha buscando consuelo entre sus brazos, pero no podía entender las palabras que le decía su hermano.
Yoongi recordó la primera vez que vio a Jimin bajando del coche de Seokjin. Para él, había sido amor a primera vista, aunque su pasado tormentoso no se lo dejó ver hasta más adelante.
El tiempo que pasaron juntos en la casa de la montaña fue de los más felices de su vida. Conocer a Jimin, pasar días enteros con él, cuidando de sus hermanos y haciendo cosas juntos, le permitió descubrir una parte suya que desconocía.
Jimin le abrió la puerta al amor de pareja, pero también al amor propio. Le dio cariño, apoyo y comprensión de una manera sincera y genuina. Le hizo sentir importante, alguien válido, a quien amar y a quien respetar, a pesar de su pasado.
Sin Jimin, no habría llegado tan lejos. Sin Jimin, no habría soportado las humillaciones en el búnker, el viaje tan peligroso por Busan o su estancia en la península. Tenerlo en su vida le hacía más fuerte y mejor persona.
Y ahora, el amor de su vida se había ido. Su compañero ya no estaba. La persona con la que soñaba envejecer había muerto por su culpa, por no haber tomado la decisión correcta. Si hubiera tomado la decisión correcta, Jimin seguiría vivo, Junggi tendría a su padre y Hoseok estaría con ellos.
Yoongi escondió el rostro entre el cuello de Taehyung y su hermano se arrodilló con él porque sabía que no tenía fuerzas para sostenerse por sí mismo. Jungkook se estremeció por el llanto que salió del interior de su cuñado. Nunca había sentido su dolor tan palpable, tan profundo y desgarrador.
Taehyung lo abrazó estrechamente mientras trataba de contener sus propias lágrimas. Quería apoyar a Yoongi, sabía que en ese momento lo necesitaba más que nunca y no podía venirse abajo cuando su hermano mayor contaba con él.
—Junggi está con Changwook hyung— dijo con la esperanza de que esa información pudiese aliviar su corazón.
Sin embargo, al pensar en su hijo, Yoongi solo pudo visualizar la imagen de un niño llorando la pérdida de su padre. Su egoísmo le había robado a su progenitor, le había arrebatado crecer con el amor de Jimin. Si no hubiera regresado a Inyeon, Junggi podría haber tenido un futuro con su padre. Le había destrozado la vida a muchas personas en la isla y entre ellas, a su propio hijo.
Yoongi cayó de lleno en una espiral de pensamientos tóxicos y autodestructivos. Su mente no podía soportar tal cantidad de dolor y culpa. Taehyung trató de transmitirle palabras de apoyo, pero su hermano no las oyó. Tenía tantos pensamientos cruzando su mente, tantas imágenes de Jimin apareciendo y desapareciendo, que no lograba prestarle atención.
—¿Deberíamos casarnos de blanco o de negro?— le había preguntado Jimin semanas atrás, en el dormitorio de su casa —En octubre celebraremos nuestra boda y todavía no logro decidirme. ¿Qué opinas?
—Como tú quieras...
—No seas esa clase de marido, Yoon— Jimin le arrancó el libro de las manos y lo miró haciendo uno de sus irresistibles pucheros —No soporto a los tipos que no se implican en su matrimonio y tú no quieres que no te soporte, ¿verdad?
Yoongi se rió.
—Lo siento, es que el capítulo está muy interesante— con un movimiento rápido lo sentó sobre su regazo —Opino, que da igual lo que te pongas, serás el hombre más guapo de la fiesta.
—Eres un zalamero— le acusó indignado —Así no vas a conseguir que te perdone.
—Pero es la verdad. Te pongas lo que te pongas, la gente del pueblo se pasará meses hablando de lo guapo que ibas y de la suerte que tengo yo de que te hayas casado conmigo.
—Es cierto, tienes mucha suerte de que me haya casado contigo.
Yoongi lo tumbó sobre la cama y Jimin soltó una risita que le aceleró el corazón. Mientras se posicionaba encima de él, el menor notó que se le quedó mirando fijamente a los ojos.
—Eres precioso.
Jimin se sonrojó. No era la primera vez que se lo decía y tampoco sería la última, pero a veces lo miraba de una forma tan íntima, que no podía disimular. Además, la voz profunda de Yoongi era su mayor debilidad y estaba tan enamorado de él, que, en ocasiones, se seguía sintiendo como un adolescente.
—Te has sonrojado— Yoongi sonrió pícaramente —La llama sigue viva.
—La llama siempre estará viva, mi amor. Aunque me muera mañana mismo, mi corazón seguirá latiendo por ti eternamente.
Yoongi lloró recordando aquel momento. Ya no habría celebración alguna, ya no importaba de qué color fueran a ser sus trajes, su marido se había ido, lo había perdido y no lograba entender por qué.
—Jimin— susurró roto de dolor, hasta que la realidad le pegó de lleno y aquel suave murmullo se convirtió en un grito desgarrador.
—¿Hola?— Jimin soltó la arena que había cogido con la mano. Era mucho más fina que la que se podía encontrar en las playas de Inyeon —¿Hay alguien ahí?
El miedo se disparó cuando todo a su alrededor se volvió negro. Apenas fueron unos pocos segundos los que tardó en desaparecer esa densa oscuridad, pero el corazón de Jimin se agitó con tanta violencia, que todo su cuerpo se puso en alerta.
—¿Jimin?
Hacía mucho tiempo que Jimin no oía esa voz. Cerca de la orilla del mar, vistiendo ropa informal, vio a una de las personas que más había añorado en los últimos años.
—¿Hyung...?
Su primo se quedó tan sorprendido como él. Seokjin y Hoseok, que estaban detrás de Namjoon, tampoco podían procesar que Jimin estuviera allí. Mellie, en cambio, se puso muy contenta al verlo.
—¿Estoy soñando?— se preguntó a sí mismo muy desconcertado —Sí, claro, debo estar soñado. Esto no puede ser real. Es un sueño.
Namjoon miró a los demás con suma preocupación. Jimin no parecía ser consciente de que había muerto y en realidad era normal que no lo supiera, pero ahora tendrían que decírselo y ninguno de ellos se había mentalizado para dar una noticia como esa.
Mellie comenzó a tirar del pantalón de Namjoon cuando le estaban explicando a Hoseok algunos detalles de la orbit de Seokjin. La perrita se puso a ladrar cerca de la puerta, como si quisiera mostrarles algo. Fue ella quien los llevó hasta la entrada, fue Mellie quien olió a Jimin y los alertó de su llegada.
¿Cómo? No lo sabían. Quizá los animales podían oler más allá de las orbits de sus dueños.
Ninguno de los tres pensó ni por un instante que fueran a coincidir con Jimin. Y eso se podía ver reflejado en sus reacciones, que eran más de asombro y sorpresa que de pena.
—Jimin, escúchame— Namjoon dio un paso al frente —No estás soñado, estás en El Umbral.
—No te acerques copia de Namjoon hyung— soltó a la defensiva —Hoseok hyung y Mellie no están muertos. Seas quien seas, no me vas a engañar.
—Jimin, no somos copias, somos nosotros— explicó Hoseok con la mayor serenidad posible —Estoy aquí con ellos porque he muerto. Igual que Mellie, igual que tú.
La expresión de Jimin hizo creer a Seokjin que les pegaría en cualquier momento, pero en lugar de eso, se quedó quieto y trató de hacer memoria.
—Jimin...
—No, no puede ser cierto— el menor comenzó a retroceder desesperado —Tengo que cuidar de mi hijo... ¿Cómo voy a estar muerto? ¡No puedo estar muerto!
—Jimin...
—¡No, no te acerques a mí!— le gritó a Namjoon fuera de sí —¡Sois unos mentirosos! ¡Esto es un sueño, esto es un puto sueño! ¡Dejadme en paz!
—Jimin, sé que ahora mismo estás muy nervioso, pero no tienes que tener miedo de nosotros— Hoseok se acercó lentamente con las manos en alto —Somos tu familia y te queremos. Ninguno de los tres te va a hacer daño.
—No lo entiendes... Mi marido y mi hijo me necesitan. No puedo morir... No puedo morir en el día del cumpleaños de mi hermano— a Jimin se le saltaron las lágrimas —Jungkook... ¿Qué le he hecho? ¿Qué le he hecho a mi hermano?
Namjoon notó que estaba muy cerca de tener un ataque de pánico. Jimin no podía razonar y quizá su reacción era la más natural de todas, mucho más que la suya o la de Hoseok. Pero... ¿Por qué estaba tan alterado? Para eso existía la calma que le otorgaba a uno El Umbral. ¿Por qué no estaba funcionando?
Namjoon se acercó con la intención de darle un abrazo, pero Jimin retrocedió, presa del pánico. Quizá era un miedo ilógico porque aunque estuviera soñado, eran Seokjin, Hoseok y Namjoon los que estaban allí con él. No se trataba de unos desconocidos, eran parte de su familia.
—No queremos hacerte daño— susurró Namjoon suavemente —Estamos aquí para ayudarte.
Las palabras de su primo sonaron sinceras y aunque seguía teniendo miedo, Jimin permitió que Namjoon lo abrazara. Lo que sorprendió a todos fue lo que ocurrió a continuación. El cuerpo de Namjoon traspasó el de Jimin como si se tratase de un mero espejismo.
—No es su hora— aseguró Seokjin, atrayendo la atención de todos —¡¿No veis cómo va vestido?!
Hoseok y Namjoon no se habían dado cuenta, pero Jimin no vestía un atuendo blanco, como era lo habitual, sino una bata de hospital.
—Por tu atuendo diría que estás en el hospital— continuó Seokjin —Lo más seguro es que tu corazón haya dejado de latir, quizá estés muerto y los médicos estén tratando de revivirte. Por eso estás aquí, pero sin estarlo del todo, ¿entiendes?
—¿Has oído?— Hoseok trató de coger las manos de Jimin, pero las traspasó como le sucedió a Namjoon —¡Estás luchando por tu vida! ¡Ahora no puedes rendirte, tienes que volver con tu familia! ¡Tienes que volver!
—Afortunadamente no es tu hora— Namjoon sonrió aliviado —Solo has venido a hacernos una breve visita.
A Jimin le seguía pareciendo un sueño, pero sus palabras tenían sentido porque llevaba un rato escuchando una voz lejana y femenina, que lo llamaba por su nombre.
—Jimin, tienes que volver a casa— Seokjin notó lo perdido que estaba. Debía ser una sensación muy rara estar allí a medias —Algún día nos volveremos a ver, pero ese día no ha llegado todavía.
—¿Y vosotros?— preguntó nervioso —¿Podéis venir conmigo?
—Nosotros estamos bien— lo tranquilizó Namjoon —No tienes de qué preocuparte. Cuidamos los unos de los otros, como hacéis vosotros en Inyeon.
La voz se volvió más nítida y Jimin comprendió que, para volver, debía seguirla.
—Os echo mucho de menos... Todos os echamos mucho de menos...
—Lo sabemos, pero no estáis solos— Seokjin sonrió para rebajar la tensión —Desde aquí podemos ver cómo vivís vuestras vidas y estamos muy orgullosos de vosotros.
—¿De verdad? ¿Estáis orgullosos?
Los tres contestaron con un contundente por supuesto y tanta compenetración hizo sonreír a Jimin.
—Ojalá pudierais venir conmigo— el menor trató de sentir el brazo de Namjoon, pero no pudo —Si pudiera, os llevaría a todos conmigo.
—Nosotros ya hemos vivido nuestras vidas. Ahora os toca a vosotros vivir por mucho tiempo.
—Hoseok hyung...
—No estés triste por mi muerte— pidió con una cálida sonrisa —Estoy justo donde debo estar.
Jimin sintió una sensación muy extraña. Hacía años que no lo veía sonreír de esa manera, pero cuando lo vio mirar a Namjoon, comprendió que allí era justo donde quería estar.
—Namjoon hyung, Seokjin hyung— Jimin hizo una profunda reverencia —Por favor, cuidad bien de Hoseok hyung.
—Y tú cuida bien de mi pollito. Es el orgullo de esta familia.
Jimin sintió un vuelco en el corazón por lo orgulloso que se mostró Namjoon. Desde el nacimiento de Junggi había sentido un gran pesar por su ausencia, pero saber que su primo lo estaba viendo crecer, aunque de una forma bastante peculiar, le causó una inmensa felicidad.
—También cuida mucho de Yoongi— pidió Seokjin en un tono más serio —Lo está pasando muy mal y ahora te va a necesitar más que nunca.
—Gracias por todo lo que has hecho por mi marido— Jimin le hizo una profunda reverencia —Gracias por haberlo protegido durante años. Ya no tienes que preocuparte más por él, hyung. Te prometo que cuidaré de Yoongi el resto de mi vida.
Hoseok y Namjoon miraron a Seokjin con mucho cariño. Por el color en sus mejillas era evidente que las palabras de Jimin le habían agitado el corazón.
La voz volvió a llamarlo y Jimin fue consciente de que ya no podía retrasarlo más.
—Tengo que irme.
—Nos volveremos a ver— aseguró Namjoon.
—Pero no antes de que seáis viejos y feos— añadió Seokjin.
—Sé feliz. Vive tu vida y sé muy feliz— pidió Hoseok.
Mellie ladró como si le estuviera pidiendo lo mismo.
—Te vamos a extrañar, pequeña— a Jimin ni siquiera le fue posible tocar a la perrita, que parecía estar esperando por sus caricias —Cuidad mucho de Mellie.
Namjoon tuvo sentimientos encontrados al verlo marchar. Le hubiera gustado pasar más tiempo con Jimin, pero ese no era su lugar y aunque deseaba tenerlo a su lado, prefería verlo en casa con su familia.
—¡Espera!— Hoseok lo alcanzó antes de que se alejara —Dile a los demás que no estén tristes por mi muerte. No quiero que se sientan mal... Sobre todo Taehyung.
—Hyung... ¿Eres feliz?
—Lo soy.
Jimin le dio un beso en la mejilla, aunque Hoseok no pudo sentirlo.
—Te echaré mucho de menos.
—Y yo a ti, pero más a Junggi.
Jimin le sonrió con amor y tristeza. No quería dejarlo, pero cada uno tenía su lugar.
—Por cierto, me gustan vuestras pulseras.
Hoseok arqueó una ceja. ¿De qué pulseras estaba hablando?
—Oye, Jimin...
Seokjin y Namjoon se extrañaron un poco por la conversación en privado.
—¿De qué estarán hablando? Hobi nos está mirando como si tuviéramos la varicela.
—A saber...
Jimin se despidió de ellos moviendo ambas manos. Seokjin, Hoseok y Namjoon hicieron lo mismo, acompañándolo de una sonrisa que el menor jamás olvidaría.
Después de perseguir la voz por la playa, Jimin notó un destello de luz y lo siguiente que visualizó fue el techo del quirófano. Varias voces pronunciaron su nombre mientras otras daban indicaciones o decían cosas como ha vuelto, lo tenemos y gracias a Dios.
Jimin sonrió aliviado antes de caer en un profundo sueño. Cuando lo estabilizaron, una enfermera, que estaba observando la intervención detrás de un cristal, corrió hasta el vestíbulo en busca de Eunha. La muchacha estaba sentada en el suelo junto a Taehyung mientras Jungkook intentaba buscar consuelo entre los brazos de Yoongi.
—¡Ha vuelto!— gritó desde la puerta —¡Eunha, tu amigo ha vuelto!
Lo primero que se implantó en el grupo fue un enorme desconcierto. Después de pasar un rato con Sungjae en la UCI, Eunha se pasó a ver como iba la operación de Jimin. En una pequeña sala, desde donde se podían ver las cirugías, se quedó observando junto a su compañera de trabajo, hasta que Jimin sufrió un paro cardíaco.
Eunha no aguantó la presión de ver cómo intentaban reanimar a su amigo sin éxito. Tres minutos soportó antes de huir de allí y encontrarse con Taehyung y Jungkook en el vestíbulo. Afortunadamente, la insistencia de la doctora Lee y su firme convicción de que podría traerlo de vuelta, resultó ser determinante para salvar a Jimin.
Yoongi fue el primero en reaccionar. Consternado, se levantó del suelo y se apresuró hacia urgencias, pero Jungkook se interpuso en su camino antes de que pudiera cruzar la puerta.
—¡No puedes ir con él!
—¡Necesito ver a mi marido!
—¡¿Hyung, sabes el peligro que supone para él si entras en quirófano!?
Yoongi ni siquiera lo había pensado. Estaba demasiado saturado por sus emociones, pero en lugar de poner alguna objeción, se echó entre los brazos de Jungkook y rompió a llorar. Jimin seguía con él, estaba vivo, no se había ido, no los había dejado.
—Sigue luchando, sigue con nosotros— sollozó Jungkook mientras lo sujetaba fuertemente —Hyung, todo irá bien, mi hermano se pondrá bien y volverá con nosotros. Él se pondrá bien...
Yoongi sabía que Jungkook estaba sufriendo tanto como él. Las lágrimas de ambos no paraban de fluir, a pesar de la buena noticia. Taehyung se unió a ellos en un profundo y sentido abrazo. Habían perdido a Hoseok, pero afortunadamente, Jimin no se había ido con él. Junggi no había perdido a su padre y ese pensamiento aumentó el llanto de Yoongi, que se rompió del todo entre sus brazos.
La doctora Lee salió de quirófano justo cuando Eunha dobló la esquina. Tenía los ojos rojos de tanto llorar, pero también había esperanza en su mirada y una gran cantidad de dudas.
—Van a trasladarlo a la UCI— dijo Jieun un poco cansada —¿Sabes dónde está la familia del gobernador?
—En el vestíbulo.
—¿Podrías ayudar a tus compañeros? Necesito hablar con la familia.
Eunha asintió. Quería hacerle muchas preguntas, pero seguía tan conmocionada que no podía. Además, se sentía culpable por no haber esperado, por no haber creído que la doctora era capaz de salvarlo y por haber sucumbido ante la desesperación y el dolor.
—Has tenido un día muy duro, Eunha— Jieun la abrazó de repente, lo que descolocó a la menor —No te castigues por sufrir por una persona a la que quieres.
—Lo siento...
—¿Cómo está tu marido?
—Está vivo gracias a Yoongi oppa y a la doctora Seo.
Jieun suspiró aliviada. Había pasado horas con Jimin y no estaba al tanto de lo que había sucedido con Sungjae. Entre tanto caos era complicado saber qué ocurría en cada parte del hospital.
—¿Sabes algo de Hoseok?
—Todavía no— Eunha bajó la mirada —Pero seguro que está bien.
Jieun quería creer lo mismo. Hoseok era uno de los médicos más brillantes con los que podía contar, pero sobre todo era una gran persona con una inmensa humanidad. No quería ni imaginar lo que podría suponer su pérdida, tanto a nivel profesional como personal.
—Gracias por trabajar tan duro, pero no te olvides de descansar. Necesitas recuperar las fuerzas para mañana.
Eunha agradecía su preocupación, pero no podía seguir su consejo teniendo a su marido en la UCI. Además, quería estar pendiente de Jimin y ayudarlo en todo lo posible. Mientras ella se unía a sus compañeros, Jieun fue a buscar a los familiares de su paciente.
Cuando llegó al vestíbulo y vio el estado de Yoongi, su primer impulso fue tratarlo, pero el joven se negó rotundamente hasta conocer el estado de Jimin.
—Jimin ha sufrido complicaciones debido a una hemorragia interna y a un paro cardíaco, pero afortunadamente, hemos podido estabilizarlo y ahora mismo se encuentra fuera de peligro.
Taehyung arropó inmediatamente a Yoongi y Jungkook, que seguían con el susto en la cara.
—¿Mi hermano ha estado muerto?
—Hemos perdido a Jimin durante siete minutos— explicó, causando una fuerte impresión en todos —Todavía es muy pronto para saber como podría afectarle. Lo primordial ahora mismo es mantenerlo en observación y ver cómo evoluciona. Lo demás ya se irá viendo sobre la marcha.
—No tienen por qué quedarle secuelas a MinMin, ¿verdad?
—No necesariamente. Muchas personas se recuperan sin secuelas. De hecho, hay casos tan extraordinarios que os sorprenderían— comentó pensando en el caso de una mujer australiana que estudió en la universidad —No os rompáis la cabeza con lo que podría ser. Lo importante es que Jimin sigue aquí y está luchando para recuperarse.
—¿Puedo ver a mi marido?
—Cuando te haya tratado las heridas y te hayas dado una ducha, entonces podrás entrar a la UCI.
Yoongi sintió un gran alivio al recibir el permiso de la doctora. En ese momento, lo único que quería era ver a su esposo. No quería pensar en nada más. Necesitaba estar con él, cara a cara, y quizá así podría dejar de sentir tanto miedo.
—¿Puedes quedarte un rato con mi hijo?— le pidió Yoongi a Jungkook —Sé que tú también quieres verlo, pero...
—Tranquilo, me quedaré con Junggi— lo interrumpió inmediatamente —Dale un beso de mi parte. Después iré a ver a mi hermano.
Yoongi le dio un abrazo muy fuerte.
—Gracias, JK.
La doctora le señaló el camino con la mano y Yoongi cruzó la puerta con cierta impaciencia. Jieun estaba cansada y muy hambrienta, pero las heridas de su paciente, especialmente la del ojo, eran su máxima prioridad, por lo que no dudó en aplazar la cena.
—No es momento para venirse abajo, ¿verdad? Tenemos que cuidar de Junggi y apoyar a Yoongi hyung en todo.
—Amor, MinMin es tu hermano— Taehyung le acarició la mejilla —Tú no tienes que ser fuerte. Puedes venirte abajo y apoyarte en mí, ¿entiendes?
Jungkook se lo agradeció con un besó. Habían pasado por un momento horrible y ambos sentían la adrenalina todavía en cada parte de su cuerpo.
—Démonos una ducha antes de ver a Junggi.
Mientras la doctora curaba las heridas de Yoongi y respondía en privado a algunas dudas que le habían quedado, Taehyung y Jungkook tomaron una ducha en la habitación que le habían asignado. La vestimenta de ambos estaba sucia, pero en el hospital tenían ropa de repuesto, adquirida de las tiendas de la isla para los pacientes que necesitaran de ella.
La pareja se puso un chándal negro. Taehyung le cortó la manga a la sudadera porque era muy estrecha y le hacía daño en el brazo. Después fueron al área de pediatría a recoger a Junggi y Sohee.
Changwook y algunos voluntarios habían trasladado varias camas a una sala para reunir a todos los niños. Junggi y Sohee, al igual que los demás, estaban durmiendo cuando el matrimonio cruzó la puerta.
—¿Estáis bien?— Changwook se alegró de verlos juntos —¿Sabéis algo de Yoongi?
—Está con mi hermano, lo acaban de trasladar a la UCI.
—Qué buena noticia— el director se llevó la mano al corazón —Junggi no ha mostrado ninguna clase de síntomas. Ha cenado sin problemas e incluso ha jugado conmigo a varios juegos. Parece que tu teoría era correcta.
Jungkook resopló del tremendo peso que se le cayó de encima.
—¿Teoría?
—Te la cuento en la habitación— Jungkook cogió la mano de su chico y la apretó suavemente —Vámonos a descansar.
Taehyung no insistió porque sabía que estaba agotado.
—Gracias por cuidar de ellos, hyung. Nos has sido de muchísima ayuda.
—Para eso estoy, Jungkook— contestó amigable —Si me necesitáis, estaré aquí con los niños.
La pareja se despidió de él y tomó el pasillo hacia su dormitorio. Taehyung transportó a Sohee en una cunita de hospital mientras Jungkook cargaba a Junggi en brazos. El niño ni siquiera se percató cuando apoyó su rostro contra el hombro de su tío. Estaba durmiendo como una piedra y haciendo pequeños ruiditos que calmaron el corazón de Jungkook.
En otra parte del recinto, Yoongi se vio en el reflejo del cristal tras ajustarse el cuello del chándal que le habían facilitado. El vendaje en el ojo le parecía bastante exagerado porque le cubría parte de la cabeza y la frente, pero la doctora Lee había insistido en ponérselo, incluso le había regañado por sugerir que una tirita era suficiente.
No tenía ninguna lesión en el ojo, pero el corte le recorría desde la ceja hasta el pómulo. El dolor físico había desaparecido con los calmantes que le había obligado a tomar. Yoongi estaba impaciente por ver a Jimin, pero Jieun no lo dejó marchar hasta que trató cada herida satisfactoriamente.
La ducha que se había dado había sido probablemente la más rápida en toda su vida, y a pesar de las prisas por encontrarse con Jimin, llevaba cinco minutos delante de la UCI.
Yoongi tenía miedo. Deseaba verlo y mucho además, pero también le daba mucho miedo.
Tras respirar profundamente hasta en tres ocasiones, Yoongi tomó valor y cruzó la puerta. La sala albergaba ocho camas, aunque cinco de ellas estaban vacías. En las otras tres se encontraban tres pacientes; Sungjae, en la número uno, acompañado por Eunha. Bang, un ganadero que había tenido un accidente esa misma mañana, descansaba en la número ocho; y Jimin, en la número cinco, cubierto de cables y máquinas que hacían un poco de ruido.
Yoongi intercambió una breve mirada con Eunha mientras se acercaba a su marido. No había sillas en la sala, seguramente para que el personal sanitario pudiera acceder más rápido si había alguna emergencia.
Lo primero que hizo fue tomar la mano de Jimin con cuidado y acariciarla suavemente. Estaba bastante cálida gracias a las mantas que lo arropaban, y aun así, su aspecto le agitó y encogió el corazón a partes iguales.
Las heridas en el rostro no eran graves, pero ver tantos golpes y cortes le impactó mucho. También su mano rota, que estaba bien vendada, le retorció el estómago fuertemente. Yoongi nunca había visto a Jimin tan magullado y quizá por eso, y por toda la culpa que sentía, no pudo contener las lágrimas y rompió a llorar ante aquella imagen.
—Lo siento mucho... Por favor, vuelve conmigo. Sé que no he hecho las cosas bien, pero... Te amo... Te amo y no quiero perderte... Por favor, no me dejes... No sabría seguir sin ti... Eres mi pilar, Jiminie... Te lo suplico, vuelve conmigo... Vuelve... Te juro que estaré aquí, esperando por ti... Pero, por favor, no me dejes...
No, no era su hora. ¿Qué os ha parecido la interacción en El Umbral? 🥺
La culpa que siente Yoongi lo está consumiendo... ¿Creéis que llegará a recuperarse del todo? ¿Y qué habrá sido de Hyungsik?
Entre una actualización y otra, Hoseok anunció álbum, se estrenaron MORE y Left and Right, y la adicción a BTS Island: In the SEOM crece y crece. ¿Descanso para quién? No para ARMY. ¿Qué os han parecido las canciones? Espero que estéis disfrutando de todo el contenido. ¡Dadles mucho apoyo! 💜
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro