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Jungkook tuvo una sensación muy diferente cuando vio a Taehyung tocando la mano de Sohee. Su mente se había despejado y ahora sabía que adoptarla era lo que tenían que hacer. Aunque seguían siendo una pareja con inseguridades, juntos sabrían darle el hogar cálido que merecía. Y Jungkook no podía estar más ilusionado con la vida que estaban a punto de comenzar.

—Según tu tío podrás venir a casa a principios de septiembre— Jungkook abrazó a Taehyung por la espalda mientras le hablaba a la bebé —Y tu papá, aquí presente, está deseando empezar a cambiarte los pañales.

—No le digas eso, Kookoo— bufó indignado, pero la farsa le duró poco —La verdad es que estoy deseando tenerte con nosotros y que conozcas a tu primo.

—Sohee y Junggi van a crecer juntos. ¿Crees que se llevarán bien?

—Se van a llevar de maravilla.

Jungkook se separó de él para meter la mano por la ventana de la incubadora. Era la primera vez que lo hacía y el contacto con su piel le agitó el corazón.

—Es tan pequeña y suave...

Sohee sonrió.

—¿Has visto?— Taehyung lo abrazó conmovido —Te acaba de aceptar como su papá.

Jungkook notó una sensación extraña, cálida, pero distinta a las que había experimentado. Mientras acariciaba sus deditos con el pulgar pasó por toda clase de emociones. Quería conocerla, apoyarla y ayudarla a crecer, pero sobre todo quería protegerla.

—¿Estás bien?— Taehyung se percató de que tenía los ojos vidriosos.

—Tengo que aprender a cuidarla como es debido.

El mayor sonrió.

—Durante la primera semana de vida de Junggi, a tu hermano se le cayó el biberón dos veces en un mismo día e incluso le puso el pañal tres veces al revés. Se presionaba tanto para hacerlo bien, para aprender rápido y no cometer errores, que todo le salía mal. A veces, cuando creía que estaba solo, se metía en el baño a llorar de pura frustración.

—No lo sabía...

—MinMin no estaba preparado, es más, me atrevería a decir que sus conocimientos sobre bebés eran inexistentes— Taehyung sonrió al pensar en su cuñado —Pudo haber dado a Junggi en adopción, pudo haberse desentendido completamente de él, pero decidió criarlo.

Jungkook sintió pena por no haber estado ahí para Jimin. Se había perdido una de las etapas más importantes de la vida de su hermano y eso le seguía pesando.

—Criar a un hijo es difícil y según las circunstancias de la persona, puede ser incluso imposible. No todo es de color de rosa. No todo es paz, amor y felicidad.

—Eso lo sé, Tae.

—Por eso necesitas relajarte— Taehyung comenzó a hacerle un masaje en los hombros —¿Y qué si se cae el biberón? ¿Y qué si se pone el pañal al revés? Son fallos sin importancia que se pueden corregir al momento. No te exijas a ti mismo más de lo estrictamente necesario. Uno no nace sabiendo, Kook. Todos tenemos que aprender.

Jungkook cerró los ojos por un instante. El masaje estaba siendo muy agradable.

—El apocalipsis ha traído algo bueno, nos hemos ahorrado los gastos económicos. La vida en Corea estaba por las nubes. La alimentación, el pediatra, las escuelas... ¿Te imaginas? ¡Vaya locura! Ni que los billetes crecieran en los árboles.

—Tae, yo era rico, ¿recuerdas?— Jungkook se giró y lo apretó contra su pecho —Pero incluso teniendo dinero, en Corea no habríamos podido tener nada de esto.

—Prefiero vivir en Inyeon, al menos somos libres de elegir.

Jungkook volvió a fijar la mirada sobre la bebé. La posibilidad de casarse y formar una familia no habría existido en su antigua vida. Como mucho podría haber sido el novio de Taehyung, pero nunca su marido.

—Confío en nosotros, amor. Aquí tendremos la vida que queremos.

Taehyung también lo creía. Confiaba en que su familia iba a prosperar. El mayor lo besó suavemente y ambos sintieron que con ese beso estaban sellando una promesa.

—Tengo que ponerme a hacer la cuna.

—Kook, aprecio tu intención, pero podemos usar la cuna de Junggi. Está nueva y sería una lástima desperdiciar madera cuando ya tenemos una.

—Tienes razón— el menor torció la boca —Entonces le iré haciendo una katana.

—¿Una katana?

—Para cuando crezca. Tendrá que saber defenderse, ¿no?— Jungkook miró a la niña —Vas a ser una luchadora como tus papás.

Taehyung sonrió por lo emocionado que se veía. Su actitud había cambiado tanto con Sohee, que era evidente que se había quitado un peso de encima.

—Es cierto que algún día la tendremos que preparar para el mundo en el que vivimos, pero de momento vamos a disfrutar de hacer biberones y cambiar pañales.

—Siento decírtelo, pero tu papá es un aguafiestas. Es mejor que lo sepas desde ya.

Taehyung le pegó en el culo mientras Jungkook rompía a reír. La ilusión que compartían ambos era tan grande que no había forma de contenerla.

Cuando la pareja regresó a casa tomaron una ducha y recogieron lo que habían llevado al campo de nomeolvides. Antes de ponerse a hacer la cena, Jungkook sugirió pasar por el domicilio de sus hermanos para visitar a Junggi. Como iban todos los días, el niño se había acostumbrado a esperar por sus tíos.

Yoongi les abrió la puerta y les aseguró que su hijo estaba jugando en el sofá, pero cuando pisaron el salón, fueron recibidos con aplausos.

—¿Cómo...?— Taehyung se quedó atónito al verlos a todos reunidos —¿Lo sabíais?

—Mi hermano nos contó lo que iba a hacer— Jimin lo abrazó muy emocionado —¡Felicidades! ¡Estoy muy feliz por vosotros!

Taehyung apenas pudo reaccionar; Yoongi empujó a Jungkook contra ellos y los cuatro se fundieron en un abrazo grupal. 

—Hoy cerráis un ciclo muy importante y comenzáis una nueva etapa— apuntó Yoongi, orgulloso de ambos —El lazo que os une fortalecerá vuestra relación todavía más y dejadme deciros que aún no alcanzáis a comprender hasta qué punto. 

La pareja de recién casados se sintió muy arropada por sus hermanos. El mayor los felicitó varias veces más mientras Jimin se reía, incapaz de contener su inmensa alegría.

—Mírate, parece que has visto una cabra con tetas— se burló Yoongi de él —Se nota que no estás acostumbrado a ser el último en enterarte de las cosas.

—¿Desde cuándo lo tenías planeado?— Taehyung no salía de su asombro —¿Y cómo has podido ocultarme algo tan gordo con tanto éxito?

—Lo planeé hace tres días— respondió orgulloso de sí mismo —Todos han colaborado para guardarme el secreto.

Taehyung no había sospechado en ningún momento y esa satisfacción se veía reflejada en el rostro de su marido.

—No os voy a desear suerte porque no la necesitáis— Hoseok los abrazó en cuanto Yoongi y Jimin se hicieron a un lado —Sois la pareja perfecta. Caótica y extremadamente empalagosa, pero perfecta.

Los dos lo abrazaron entre risas y cuando se separaron de Hoseok, fueron abordados por Eunha. Taehyung se apartó primero para que pudiera darle un abrazo a su marido. La relación que tenían era muy estrecha e intuía que necesitaba darle mucho cariño a Jungkook.

—¡Enhorabuena!— Sungjae tocó el brazo de Taehyung para llamar su atención —Eres muy afortunado. Te has llevado al mejor hombre.

—Gracias, Jae. Ni yo me creo la suerte que tengo.

—La suerte es mía— Jungkook pasó la mano por su cintura y lo besó delante de todos. En ese instante se escuchó un oh, qué bonito en la habitación, que hizo sonreír a la pareja.

Jungkook se separó de su esposo para recibir la felicitación de Sungjae y después miró al suelo al sentir que Junggi tiraba de su pantalón.

—Tío Tete, tío Koo, felicidades por vuestra boda— el niño alzó el regalo que sostenía entre las manos —Cuidaos el uno al otro siempre con amor.

Jimin apretó el brazo de Yoongi de la emoción. El niño lo había practicado esa misma tarde por iniciativa propia y verlo felicitando a sus tíos, con tanta ternura, llenó de gran orgullo a sus papás.

Jungkook tomó el dibujo tras agradecerle el detalle y Taehyung le dio un beso de los que hacían mucho ruido. Junggi salió corriendo y se metió entre las piernas de sus padres.

—¿Lo he hecho bien?

—¿Bien?— Jimin lo alzó en brazos y se lo comió a besos —¡Te adoro mi bebé precioso!

Yoongi le acarició la cabeza para agrado del nene.

—Lo has hecho de maravilla, hijo.

Jungkook se quedó mirando el dibujo detenidamente. Junggi los había pintado en la playa, disfrutando de un día soleado. Taehyung estaba sentado sobre una toalla azul, con una niña en brazos. Tenía un lazo violeta en el pelo y por su expresión parecía estar dormida. Jungkook se encontraba en el lado opuesto, jugando a la pelota con un niño. Al principio creyó que se trataba del propio Junggi, pero el muchacho tenía la piel un poco más oscura y además le había pintado los ojos verdes.

—¡Oh, es precioso!— soltó Taehyung nada más verlo —¿Has dibujado a nuestros futuros hijos?

Junggi asintió con la cabeza y se abrazó tímidamente a su papá. Había trabajado en el dibujo desde que su appa le dio la noticia de la boda y se había esforzado mucho en colorearlo.

—La niña ya la tenemos, Kookoo. Ahora tendremos que ir a por el niño.

—Te calmas.

Jimin se rió por la cara que puso su hermano. Era demasiado expresivo y eso lo hacía aún más gracioso.

Eunha y Sungjae se retiraron para seguir haciendo la cena. Se habían ofrecido a preparar algo especial en cuanto Jungkook les contó sus planes y Jimin les comentó que iban a organizar una pequeña fiesta.

Yoongi aprovechó ese momento y le susurró algo a su marido. Jimin dejó a Junggi en el suelo tras pedirle a Hoseok que cuidara de él.

—¿Quieres que sigamos con el puzzle de gatitos?

Junggi respondió tomando su mano. Yoongi aguardó a que su hijo subiera a la habitación con Hoseok y cuando los cuatro se quedaron a solas, cogió a Taehyung del brazo y lo llevó a la sala de música mientras Jimin hacía lo mismo con Jungkook.

—¿Y ahora qué pasa?— se alarmó Taehyung —¿Otra emboscada?

Pero nadie contestó a su inquietud, ni siquiera Jungkook, que ya sabía lo que iba a suceder.

—¿No me lo vais a decir?

Yoongi cerró la puerta para crear más intimidad y su marido se acercó a la estantería a coger una carpeta que había dejado sobre los libros.

—Toma— Jimin se la entregó a su hermano —Aquí tienes lo que pediste.

—¿Qué es?

—Son los documentos de adopción— le contestó Jungkook a su esposo —No quiero que nadie se nos adelante.

Taehyung no supo qué decir. Contaba con adoptarla en septiembre, cuando recibiera el alta, no antes. Poder hacerlo tan pronto le provocó tantas emociones que no pudo articular palabra.

—¿Estáis seguros de que podéis hacerlo?

—Sé que los dos tenemos nuestras carencias, pero queremos que Sohee esté con nosotros— le contestó Jungkook a Yoongi —Tae y yo podemos cubrir sus necesidades y darle el hogar que necesita. Sé que podemos.

Había temor en la mirada de Jungkook, pero era el temor de cualquier padre primerizo.

—Si lo tenéis tan claro, ¿a qué esperáis?— Yoongi señaló el papel —¿No vais a firmar?

Taehyung sintió un gran alivio. La aprobación de Yoongi era muy importante para él. No habría sabido cómo reaccionar si se hubiera opuesto a la adopción.

Jungkook fue el primero en dejar su firma sobre el papel y en recibir un abrazo de su hermano.

—Lo harás muy bien, Jungkookie— Jimin le revolvió el pelo como hacía con su hijo —Estoy muy orgulloso de ti.

—Gracias, hyung.

—He ido a la biblioteca a por los libros para papás en apuros que leí cuando nació Junggi. Si quieres hacer las cosas bien, te aconsejo que los leas todos.

Jungkook sentía mucho respeto por Jimin, por haber decidido criar a Junggi a pesar de las circunstancias. Él contaba con su marido para afrontar cualquier situación, pero su hermano no tuvo a Yoongi a su lado, lo que debió ser muy difícil para él.

—Mi pequeño va a ser padre. ¿En qué momento creciste tanto? Estoy desolado— se lamentó en un tono teatral —Qué dolor, qué tristeza, qué pena más grande.

—No seas dramático, hyung.

Después de depositar su firma, Taehyung dejó el papel sobre la mesa. Todavía sentía el corazón desbordado y las manos le temblaban de la emoción.

—¿Recuerdas lo que dijiste, hyung?

—He dicho muchas cosas, tendrás que ser más específico.

No te encariñes demasiado con ellos, morirán pronto— Taehyung lo imitó y se echó a reír al ver la expresión que puso —Lo recuerdas, ¿verdad? Menuda cagada te marcaste aquel día, hermano.

—Sí, sí, búrlate todo lo que quieras, me lo merezco.

—Ahora tienes la oportunidad de arreglar ese espantoso ridículo— propuso al ver lo amoroso que era Jimin con Jungkook —¿Algún consejo que darme?

—No.

—¿Cómo que no?— Taehyung se cruzó de brazos —¡Menudo tacaño estás hecho!

—Solo disfrútalo. Tenemos la mala costumbre de preocuparnos incluso por cosas que ni siquiera han pasado, así que aparta todo pensamiento negativo y disfruta de cada segundo con tu familia.

—Ese es un buen consejo— el menor sonrió conmovido —Gracias, hyung.

Yoongi lo abrazó y Taehyung no notó que su hermano se contuvo para no ceder ante las lágrimas. Estaba muy orgulloso de él por cómo había superado cada obstáculo en su vida y también sentía un gran alivio por su unión con Jungkook.

El maknae mencionó la cuna de Junggi y Taehyung se separó de él para pedírsela a Jimin. Yoongi se quedó a un lado, observando a su familia en silencio. Sus sonrisas eran tan genuinas y deslumbrantes que no podía dejar de pensar en la gran suerte que tenían de seguir vivos.

Jungkook vio que no se había unido a ellos y se acercó a su cuñado.

—¿En qué piensas?

—Me he sentido responsable de Tae desde que tengo uso de razón y ahora que se ha casado contigo, se siente un poco raro.

—No te preocupes. Te prometo que voy a cuidar muy bien de él.

—No estoy preocupado— Yoongi sonrió —Sé que mi hermano ha elegido al hombre adecuado.

El maknae se sonrojó un poco. Creía que estaba triste, pero Yoongi estaba sintiendo justo lo contrario.

—Tae también cuidará bien de ti. Sé que se esforzará en darte la vida que siempre has querido, JK. No tengas miedo y disfruta. Te lo mereces más que nadie.

—Te quiero mucho, hyung.

—Y yo a ti.

Jimin vio cómo se fundían en un profundo abrazo. El cariño que se tenían era algo que saltaba a la vista y cada vez que era testigo de ello le hacía muy feliz.

—¿Recuerdas cuando se llevaban como Tom y Jerry?— comentó Taehyung —Me gustaría saber más sobre su estancia en la península.

—¿Jungkook no te ha contado nada?

—Me ha contado algunas cosas, pero siento que está ocultando algo.

—¿Como qué?

—No lo sé— Taehyung metió las manos en los bolsillos —Solo es una sensación.

A diferencia de su cuñado, Jimin estaba al tanto de lo que había ocurrido con Hyungsik. Hablar de su estancia en la península era parte de la terapia de Yoongi, pero Jungkook no quería ir, no lo consideraba necesario.

—¿Crees que algún día lo sabremos?

—Solo dale tiempo al tiempo, TaeTae.

Taehyung volvió a coger el certificado de adopción y sonrió al ver el nombre de Min Sohee. En el documento venía el treinta de junio como su fecha de nacimiento, que era el día en el que la habían encontrado.

Jimin lo abrazó por la espalda con la misma ilusión que sentía Yoongi por la unión de ambos. Ahora todos eran familia, ahora todos eran Min y sus hijos iban a crecer juntos como hermanos.

Seokjin contempló el paisaje en un estado de pura relajación. Hacía tiempo que no se sentía tan a gusto. Estaba tumbado sobre un colchón, bajo un bungalow y el sonido del mar alejaba cualquier preocupación.

Namjoon se acercó con una bandeja en la mano. Seokjin se incorporó para tomar el cóctel de frutas que el menor había preparado para él.

—¿Contiene alcohol?

—Ginebra.

Seokjin bebió un poco y sonrió.

—Está muy bueno. Muchas gracias.

A Namjoon le alegró su respuesta. Había utilizado frutos rojos porque sabía lo mucho que le gustaban.

—Es increíble— Seokjin le dio otro trago —Mucha gente solía viajar a lugares como este para celebrar su luna de miel y nosotros podemos venir a pasar un martes por la tarde.

—Dijiste que debíamos celebrar la muerte, ¿no? Pues tomar cócteles en un lugar paradisíaco es una buena forma de celebrarla.

—Brindo por ello.

Namjoon se quedó de pie, mirando el paisaje. Añoraba contemplar la fauna marítima. A pesar de los años que llevaba allí, seguía sin acostumbrarse a la ausencia de animales.

Seokjin encendió la tablet y encontró a sus amigos en el hospital. Habían pasado diez días desde la adopción de Sohee y Taehyung y Jungkook no se perdían ni una cita con ella.

—Todavía me cuesta creer que hayan adoptado a tu hija— comentó sin apartar la vista de la pantalla —Encima le han puesto un nombre muy similar.

—Yo le puse el hanja de elegante y esperanza— Namjoon se giró hacia él —Nunca podré agradecerles lo suficiente por todo lo que han hecho. Sé que con ellos Sohee estará bien.

—¿Sohee?

—Nahee siempre estará en mi corazón, pero esa niña ya no es mía, es la hija de mi primo.

Seokjin contempló su sonrisa. La preocupación de Namjoon había desaparecido desde que Taehyung y Jungkook habían tomado la decisión de adoptarla. El menor tenía la esperanza de que la vida de Sohee fuera distinta a la de Nahee. Quería creer que, al tener otros padres y crecer en un ambiente distinto, su futuro también podría cambiar. Sobre todo porque en su realidad nunca fue operada de una obstrucción intestinal.

—¿Quieres tumbarte?— preguntó Seokjin, buscando cambiar de tema —Hay espacio suficiente para los dos.

—Voy a meterme en el agua— respondió tras dejar la copa en el suelo —¿Vienes?

Seokjin se quedó mirando cómo se quitaba la camiseta. El cuerpo de Namjoon había cambiado desde la primera vez que lo vio. Hacía mucho ejercicio y el resultado se notaba, especialmente en torso, hombros y brazos.

El menor se metió en la piscina del bungalow mientras Seokjin daba gracias al cielo de que su amigo se hubiera puesto un bañador naranja tipo bóxer y no un slip ajustado.

—Se está muy bien aquí dentro. La temperatura del agua es la ideal.

Seokjin se quitó la ropa tras dejar la copa en el suelo. Su bañador era de varios tonos rosados y un diseño de mandala que llamaba la atención. Era de un estilo similar al de Namjoon, con la excepción de que tenía bolsillos.

—Hyung, creo que deberíamos mudarnos.

Seokjin se acomodó en una esquina mientras Namjoon estaba al lado de los escalones.

—¿Ya te has cansado de vivir a pie de montaña?

—No, de hecho me gusta mucho vivir cerca del lago— Namjoon le alcanzó la copa —Me gustaría hacer algunos cambios en la casa y además, sé que quieres tener un huerto. Sería mejor si nos mudáramos en lugar de ampliar el terreno.

—Me parece bien si tú te encargas del traslado.

Namjoon sonrió complacido. Se le había antojado cambiar de domicilio y hacer varios cambios en la decoración.

—¿Qué vas a plantar en el huerto?

—Lechugas, tomates, pepinos, berenjenas, zanahorias, cebollas... Todo lo que pueda. He estudiado mucho y sé que estoy preparado para ponerme a trabajar en mi propio huerto.

—Ya tengo ganas de probar tus platos. Eres el mejor cocinero que he conocido en vida y muerte. Todo lo que haces te queda riquísimo.

Seokjin se apoyó sobre la superficie de piedra y miró hacia el mar. A veces le daba vergüenza cuando Namjoon le hacía un cumplido.

—Seguro que tu restaurante tuvo mucho éxito— Namjoon se posicionó a su lado —Sé que esa realidad nunca existió, pero estoy convencido de que habrías sido un cocinero muy popular.

—Se comía mucho mejor que en la cárcel, eso te lo puedo asegurar.

—Y ahora ese famoso cocinero cocina para un expresidiario.

Namjoon se rió y Seokjin agradeció que pudiera bromear sobre el tema.

—Hyung, ¿no crees que es irónico que la muerte me haya salvado?

—Parece que la muerte es nuestra amiga.

La pareja brindó por ello y se terminó el cóctel.

—¿Te apetece dar un paseo por la playa?

—Me apetece mucho, hyung.

Ambos salieron de la piscina y se secaron con una toalla. Luego caminaron por el muelle hacia la arena, dejando las chanclas en el bungalow. El sol no pegaba tan fuerte, lo que hacía que el paseo fuera bastante más agradable.

La playa parecía sacada de un cuadro. El agua era cristalina, el cielo de un tono azul celeste y no había ni una sola nube manchando el bello paisaje.

Seokjin vio una hamaca entre dos palmeras y corrió hacia ella. Namjoon lo observó subirse encima de la tela multicolor. Desprendía tanta felicidad que era imposible no dejarse contagiar por su dicha.

—¿Quieres probarla?

—No sé si podrá con los dos.

—No seas cobarde, Namjoon— Seokjin golpeó la tela —Túmbate a mi lado. ¿Qué es lo peor que podría pasar?

—Que nos demos una hostia contra el suelo.

—Pues habrá que correr el riesgo.

Namjoon se subió con cuidado. Temía que la cuerda cediera, pero afortunadamente aguantó con el peso de los dos. Seokjin trató de hacerle espacio, pero cada vez que intentaba echarse a un lado terminaba pegado a él. Namjoon se rió porque le sucedía lo mismo. No estaba acostumbrado y además era complicado acomodarse en una hamaca tan pequeña.

—Si pudieras echar el culo un poco hacia un lado...

—¿Perdona?— Seokjin lo fulminó con la mirada —¿Estás diciendo que mi culo te quita espacio?

—No...

—¡Acabas de decir que tengo el culo gordo!

—No, yo...

Seokjin comenzó a reírse por la cara de preocupación que puso. Namjoon había caído, a pesar de que ya estaba más que acostumbrado al humor de su hyung.

—A veces pareces menor que yo...

—Soy de espíritu joven y tú de espíritu triste.

Namjoon dejó de moverse y el corazón de Seokjin comenzó a latir fuertemente. Podía sentir su piel contra la suya, incluso su pie estaba encima del suyo. Era una proximidad tan íntima que le creó cierta tensión.

—¿Ves eso de ahí, espíritu joven?

Seokjin alzó la mirada hacia el cielo. En décimas de segundo el sol dio paso a la luna y varias constelaciones cubrieron el firmamento.

—Lo has hecho tú, ¿verdad?

—¿No puedo?

Seokjin sonrió. Cuando lo miraba con esa inocencia no podía reprocharle nada.

—¿Quieres que te hable de las estrellas?

El mayor apoyó la cabeza sobre su hombro. Esa pregunta implicaba como mínimo una charla de quince minutos. Namjoon comenzó a explicarle el origen del sistema de constelación moderno, qué representaba cada estrella y la razón de sus nombres.

Seokjin lo dejó hablar sin interrupciones. Cuando un tema le apasionaba, su entusiasmo se podía sentir a través de su voz y el mayor amaba esa sensación.

—¿Te aburro?

—No, no, tú nunca me aburres. ¿Por qué lo dices?

—Es que estás muy callado.

—Bueno... Se te ilumina la cara cuando hablas de algo que te gusta y eso es muy bonito.

—¿Estabas mirando mi cara en lugar de mirar a Casiopea?

—Para mí, tú eres más interesante que Casiopea.

La tensión aumentó de tal manera, que una parte de Seokjin deseó bajarse de la hamaca y echar a correr, pero la otra aguardó sin apartarse de su lado.

Namjoon se inclinó y esperó un instante mientras se miraban a los ojos, como si estuviera meditando si dar el paso o no. El mayor fue quien rompió con la incertidumbre cuando lo besó en la boca.

El contacto con sus labios barrió con todos los pensamientos que estaba teniendo Seokjin. Lo único que quería era impregnarse de él, aunque fuera por un par de segundos, solo quería sucumbir ante el deseo.

Namjoon estaba teniendo cierta dificultad para mantenerse sobre la hamaca por la posición en la que se encontraba. Con sutileza subió a Seokjin parcialmente sobre su cuerpo, lo que le permitió acomodarse mejor sobre la tela.

El mayor tomó su lengua con delicadeza, aumentando las pulsaciones entre ellos. Namjoon deslizó las manos por su espalda, incapaz de contener la tentación. Las caricias que sintió Seokjin en la parte baja le pusieron la piel de gallina.

El menor lo sujetó de la nuca con la intención de prolongar e intensificar el beso con lengua. Seokjin no pudo resistir a sus impulsos y comenzó a tocarle el torso, pero cuando notó que se le endurecía, se apartó bruscamente de él.

—Tengo que irme...

Namjoon lo abrazó por la espalda antes de que pudiera bajarse de la hamaca.

—No te volveré a besar, pero no te vayas...

Seokjin deseaba quedarse, pero no podía. Se había empalmado con un solo beso y si seguía a su lado, perdería el control y no podía dejarse llevar. No podía.

—Por favor, suéltame.

Namjoon notó que su posición era extraña, como si estuviera escondiendo algo. Entonces bajó la mirada y descubrió lo que estaba ocultando.

—No estamos haciendo nada malo— el menor lo soltó —No tienes que avergonzarte por esto.

Seokjin se sintió tan abochornado que no pudo contestar.

—¿No crees que ya es suficiente, hyung? Ya va siendo hora de dejar de nadar a contracorriente.

—No puedo dejarme llevar...

—Inténtalo.

Seokjin giró el rostro hacia él. La mirada de Namjoon lucía tan distinta. ¿Qué estaba pasando? ¿Por qué no parecía tener remordimientos?

Namjoon deslizó la mano por su torso hasta llegar al bañador. Seokjin dio un leve respingo cuando la metió dentro, pero a pesar del sobresalto, no la apartó.

✦✦✦

El menor comenzó a tocar su pene levemente, dándole margen a rechazar lo que sabía que iba a hacer, pero Seokjin no lo rechazó; solo apoyó la cabeza sobre la tela, dándole a entender que estaba de acuerdo y que podía proceder.

Seokjin fijó la mirada sobre el mar mientras sentía su mano moverse hacia arriba y abajo. Decir que era una sensación agradable era quedarse corto. Hacía tanto tiempo que nadie lo tocaba que quería gritar de placer.

Pese a eso, le daba vergüenza lo que estaba pasando, principalmente porque lo estaba disfrutando. Ansiaba a Namjoon, quería ser suyo, quería que lo tomara allí mismo, sobre la arena y bajo las palmeras, quería sentirlo en cada parte de su piel.

Pero Seokjin sabía que no podía ir tan lejos. Lo que estaban haciendo estaba mal y aun así no quería detenerse. Su cuerpo lo anhelaba tanto que no conseguía controlarlo. Y cuando se le escapó el primer gemido, se sintió muy avergonzado.

Namjoon respondió al gemido con un beso en la mejilla y su cariño le hizo sentir todavía peor. ¿Por qué lo estaba tratando con tanto amor? ¿Por qué no se sentía como un mero objeto?

Namjoon lo apretó contra su cuerpo mientras masturbaba la parte del glande. Quería que sintiera su cuerpo pegado al suyo y que tuviera la sensación de que aquello no era algo superficial.

Seokjin contrajo los dedos de los pies e incluso se tapó la boca con la mano, pero su amante se la retiró con cierta delicadeza. 

Namjoon no le habló mientras estimulaba sus genitales porque temía decir algo equivocado, solo se aseguró de que sintiera las ganas que tenía de compartir ese momento con él, hasta que Seokjin se corrió de puro placer.

Namjoon lo besó suavemente en la cabeza, permitiéndole recuperar la respiración. Poco después se separó para limpiarse la mano y darle algo con lo que limpiarse él, pero entonces notó que Seokjin estaba llorando.

✦✦✦ 

—Hyung...

—Vete.

Namjoon se bajó de la hamaca y dio toda la vuelta hasta ponerse delante de él.

—Hyung...

—He dicho que te vayas.

Namjoon no le hizo caso y se sentó sobre la arena. Su actitud molestó tanto a Seokjin que decidió bajarse y enfrentarlo, pero al moverse con tanta brusquedad cedieron las cuerdas y cayó encima del menor.

—¿Estás bien?— Namjoon le alzó el rostro —¿Te has hecho daño?

Seokjin se apartó avergonzado y gateó lejos de él.

—Hyung.

—Esto ha sido un error.

—No lo ha sido.

—¿Qué coño te pasa?— Seokjin se sentó desconcertado —¿Te has dado un golpe en la cabeza?

Namjoon sonrió, lo que desconcertó aún más a Seokjin.

—Solo he abierto los ojos.

—No te entiendo...

Namjoon se levantó para sentarse delante de él.

—Es posible que no me creas y comprendo si no lo haces...

—No te creo.

—Todavía no he dicho nada, hyung.

Seokjin frunció el ceño y Namjoon sonrió.

—Cuando nos visitó la praesidio, cuando pensé que te iba a llevar a La nada... En ese momento sentí un miedo atroz. Tenía tanto miedo de perderte, que sobrepasé la idea de atacarla.

—Namjoon...

—Solo quería salvarte y no me importaba lo que me pudiera ocurrir a mí, porque... Me he enamorado de ti.

Seokjin no supo qué decir. Había esperado cualquier respuesta menos esa.

—No he dejado de amar a Hobi y nunca dejaré de amarlo— dijo con total sinceridad —Por eso entiendo si piensas que te estoy engañando. A mí también me ha costado aceptar que os amo a los dos.

—No es cierto, Namjoon. No me amas— negó rotundamente —Únicamente estás buscando algo de afecto porque te sientes muy solo.

—No es verdad— respondió mostrando un semblante tranquilo —Sé lo que siento. 

Seokjin quiso replicar, pero no pudo. No supo cómo. Estaba demasiado confundido.

—Ibas a pasar veinte años con Hobi, pero no sucedió. Yo iba a pasar otros veinte años con él, pero tampoco ocurrió. Y sí... ¿Y si la muerte nos está dando la oportunidad de pasar esos veinte años juntos?

—¡Te has vuelto loco!

—Piénsalo, hyung.

—¡Pero Hoseok estará solo, él estará completamente solo!

—Tú y yo estaremos con él. Iremos a visitarlo, nunca lo dejaremos solo.

—Eso no es suficiente y lo sabes.

—¿Quieres seguir fingiendo todos los días de nuestra vida en El Umbral?— preguntó sin perder la calma —¿Quieres que los tres seamos infelices? Dime, hyung. ¿Eso es lo que quieres?

—No, pero...

—¿Tienes otra solución?

—Hoseok lo verá como una traición.

Namjoon se tomó un instante antes de responder.

—Hobi tiene un corazón muy noble. Quiero creer que entenderá nuestra situación.

Seokjin tenía muchas dudas. No quería hacerle daño a Hoseok, pero Namjoon tenía razón. No podían seguir fingiendo. Si realmente se había enamorado de él, iba a ser un infierno mantenerse alejados.

—De verdad... ¿De verdad te gusto?

—No, es mucho más que eso.

Seokjin se ruborizó. ¿Podía creer en él? La única vez que había creído en la palabra de un hombre había salido lastimado.

—No tenemos que formalizar nada y tampoco tenemos que acostarnos si no quieres. Podemos cenar juntos, dar paseos por la playa, ver el amanecer o hablar de las estrellas. No hay necesidad de acelerar las cosas. Solo sé tú mismo, hyung. Me gustaría conocer al verdadero Kim Seokjin, al que no se detiene por miedo o culpa.

—Va a ser difícil... Hay mucha culpa en mí...

—Yo no te culpo de nada— Namjoon le alzó el rostro —Te perdoné hace tiempo. Ahora te toca a ti.

Seokjin trató de contener las lágrimas con una sonrisa.

—¿De verdad me quieres? Digo... ¿Estás seguro de que es amor? ¿No te estarás confundiendo?

—Estoy muy seguro.

—¿Seguro?

—Seguro.

—¿Pero seguro de verdad?

—Te amo, hyung.

Seokjin trató de moderar su sonrisa, pero no pudo. Estaba feliz y no conseguía ocultarlo. Era la primera vez que se lo decían y su corazón sentía que era verdad.

—Pero... ¿Estarás bien?— preguntó preocupado —Quiero decir, para ti esta situación no es fácil... No quiero que sientas remordimientos.

—No te preocupes por mí— Namjoon tomó sus manos y las apretó suavemente —Voy a cuidar de ti y voy a cuidar de él. Haré todo lo que esté en mi mano para cuidar de vosotros.

—¿Cómo?

Namjoon no contestó y Seokjin no insistió. No sabía cómo lo haría, pero había tanta determinación en su mirada que estaba convencido de que, de una forma u otra, cumpliría con su palabra.

La vida de Taehyung y Jungkook se está encaminando en la dirección que ambos desean. ¿Creéis que Sohee tendrá un futuro distinto con ellos o acabará teniendo el mismo destino que Nahee? ¿Y qué pasa con Tae y JK? ¿Tomarán el lugar de Hoseok y Namjoon? 👀

Namjoon ha decidido aceptar sus sentimientos por Seokjin y confiar en que Hoseok llegue a entender su situación. ¿Creéis que Hobi será comprensivo o se sentirá traicionado? 🤔

¿Vais a ir al cine a ver Permission to Dance on stage? ¿Habéis conseguido vuestra entrada? ¿Desde qué país lo vais a ver? Yo ya tengo la mía y estoy muy emocionada. 🥺 Que paséis una feliz semana. Os mando un abrazo. Cuidaros. 💜

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