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78

Taehyung sacó la última caja del furgón y se la entregó a uno de sus hombres para que la subiera a bordo. Habían podido desembarcar en un muelle, lo que hacía el proceso de carga mucho más sencillo. No siempre era así, la mayoría de las veces tenían que dejar el barco a unas millas y trasladar la mercancía mediante botes o lanchas.

Taehyung cerró la puerta del vehículo y desvió la mirada hacia Jungkook, que estaba vigilando la zona con Lee Minho. El maknae se había unido recientemente al equipo de expedición y esa era su primera misión.

—No quiero vigilarte, Tae. Sé que eres el jefe y respeto el trabajo que haces— le había dicho una semana antes, tras salir de la ducha —Solo quiero ser parte del grupo. He pasado mucho tiempo en la península y sé que puedo ser de ayuda.

—¿De verdad quieres volver a ese lugar?— cuestionó dubitativo —¿No es mejor que te quedes en Inyeon?

—No me da miedo volver— Jungkook se acercó y le tocó el rostro —Quiero ir contigo. Déjame, por favor.

—De acuerdo, pero tendrás que seguir mis órdenes. ¿Crees que serás capaz?

—Las sigo en la cama— le susurró al oído —También podrás mandarme fuera de ella.

Taehyung sonrió al pensar en aquella conversación y en lo que sucedió después contra la pared del baño.

El joven abrió el maletero del siguiente vehículo y continuó descargando más cajas sin tener que preocuparse por los infectados. Jungkook y Minho tenían todo bajo control. Se habían coordinado perfectamente y existía un buen entendimiento entre ambos.

Aunque Minho era mucho mayor que Jungkook y estaba al mando, no le daba órdenes como cabría de esperar. Le había explicado cómo debían abordar la defensa, pero aceptaba sugerencias de su parte.

A Jungkook le sorprendió su actitud, sobre todo porque Minho parecía una persona intimidante. Pronto notó que esa frialdad era fachada y que en realidad era un hombre muy considerado.

Entre los dos habían matado a once infectados mientras los demás se encargaban de cargar el barco. Minho tenía la costumbre de trazar una línea en el terreno y de ahí no dejaba pasar a nadie. A Jungkook le fascinó esa idea y también la seguridad que tenía en sí mismo. Era la clase de compañero en quien podía confiar sin tener que estar pendiente de él en cada momento.

Minatozaki Sana bajó del barco y se dirigió inmediatamente hacia Taehyung.

—¿Falta mucho?

—Quedan dos vehículos más— contestó él.

—Al regresar del almacén he visto una cabaña muy cerca de aquí. ¿Quieres que vaya a echar un vistazo?

Taehyung cerró el maletero del coche.

—Iré yo. Encárgate de que suban el resto a bordo.

—Entendido.

Taehyung cogió el arma mientras Sana le indicaba dónde se encontraba la cabaña. Tras colgarse la ballesta del hombro caminó hasta alcanzar a su novio y le dio un golpecito en la espalda.

—Voy a inspeccionar una cabaña cerca de aquí.

—¿Quieres que vaya contigo?

—Sí— le contestó a Jungkook y después miró a Minho —Protege a los demás mientras estamos fuera.

—Si no regresáis en una hora, iré a buscaros. Cuida del jefe, novato.

—No necesitamos tanto tiempo— el maknae se encogió de hombros —Y no temas, lo cuidaré mejor que tú.

—El jefe sabe cuidarse solo— Taehyung pasó entre ellos con las manos en los bolsillos —Guardaros las pollas, por favor.

Minho le sonrió a Jungkook antes de alejarse para matar a otro infectado. El menor se sorprendió gratamente, sobre todo porque solía ser muy serio. Taehyung lo volvió a llamar y su novio se apresuró hasta alcanzarlo.

—¿Le has dicho a Minho hyung que sea amable conmigo?

—No, le he dicho que te trate a patadas— bromeó Taehyung —No le sonríe a todo el mundo. Se nota que le caes bien.

—Es una lástima que Hoseok hyung pase de él.

—Ya sabes que en el corazón no se manda.

La pareja se adentró en el bosque con todos los sentidos sobre el terreno. El día estaba parcialmente nublado y hacía bastante viento. Las hojas se movían con tanta fuerza que el sonido era ensordecedor.

Jungkook caminó con la mano cerca de la empuñadura de la katana. Tenía una sensación extraña en aquel lugar y si había aprendido algo de su estancia en la península, era que siempre debía hacerle caso a sus sensaciones.

El maknae se giró varias veces, pero no vio nada. Había una calma excesiva en el bosque que no le gustó.

Taehyung notó su inquietud y se aseguró de cargar la ballesta. Aunque conocía parte del terreno, dado que no era la primera vez que se movía por allí, no servía de nada tener ese conocimiento si se caía en la imprudencia.

—Todo está muy tranquilo, Kook.

—Demasiado.

Después de cruzar por encima de un árbol caído, Jungkook se percató de que había algo escrito sobre la corteza de un pino. Su novio se detuvo al notar que no le seguía.

—¿Qué pasa?

—Ahí pone tu nombre— Jungkook lo señaló con la mano —¿Lo has hecho tú o se trata de otro Min Taehyung?

—Hay cientos de árboles con mi nombre— Taehyung tocó su apellido sintiendo una gran nostalgia. Ver el tallado que hizo tiempo atrás le trajo recuerdos muy amargos —Era mi forma de comunicaros que os estaba buscando. No sabía qué más hacer.

A Jungkook se le encogió el corazón. Estaba al tanto de que se había esforzado en buscarlos, pero jamás imaginó que hubiera tallado su nombre en tantos árboles. En todo su recorrido por Corea nunca se encontró con uno. Si hubiera tenido esa suerte, habría sentido mucha más esperanza.

—Tae...

El romper de una rama llamó la atención de la pareja. Jungkook se giró inmediatamente y detectó a una infectada tambaleándose en su dirección. Justo cuando pretendía ir a matarla vio cómo recibía una flecha en la cabeza. El cuerpo de la joven se desplomó ante sus ojos mientras su novio volvía a cargar el arma.

—Menuda puntería tienes— soltó Jungkook impresionado —Le has dado en toda la frente.

—Cuestión de práctica— respondió con una sonrisa de oreja a oreja —Tengamos cuidado. Podría haber más.

Un infectado cubierto de tatuajes apareció entre varios pinos. Tenía el pecho descubierto y un aspecto bastante sano en comparación con el de la infectada anterior.

Taehyung apuntó con precisión y le disparó en la cabeza, pero el infectado no se desplomó, como era lo habitual. A pesar de tener una flecha atravesándole el cráneo, siguió moviéndose como si no hubiera sucedido nada.

—¿Cómo es posible?

—Es un equis.

—¿Un equis?— Taehyung lo miró desconcertado —¿Qué es eso?

—Es otra clase de infectado— Jungkook desenvainó la katana —Son más rápidos y no mueren aunque les atravieses el cerebro. Hay que cortarles la cabeza o no pararán.

El equis fijó la mirada sobre Jungkook. De un segundo a otro comenzó a correr hacia él. Taehyung se sorprendió por la velocidad que alcanzó. A diferencia de los otros infectados, que eran bastante lentos, este se movía con una soltura impresionante. Otro detalle que le saltó a la vista fue la sustancia que cubría sus ojos. Parecía sangre, pero era negra.

Jungkook agarró la katana con ambas manos y esperó a que se acercara. Taehyung observó cómo su chico hacía un movimiento oscilando la hoja de manera horizontal para cortarle la cabeza de cuajo. El maknae lo decapitó con tanta fuerza que el cráneo rodó hasta los pies de Taehyung y este, lo reventó con la bota.

—Los equis tienen otra peculiaridad— comentó el menor mirando a su alrededor —Siempre atacan en pareja.

La fuerza del viento intensificó el sonido de las hojas. Taehyung se apoyó contra la espalda de Jungkook para poder cubrir más terreno. Cuando el sonido cesó abruptamente, la tensión se disparó entre ellos.

Jungkook vio a un hombre entre los árboles. El pelo le caía hasta la cintura y su aspecto lucía igual de fresco que el de su difunto compañero. El equis corrió hacia el maknae soltando un fuerte gruñido. Taehyung cargó el arma inmediatamente y lo alcanzó en el cuello, impulsándolo violentamente contra un árbol. El líquido negro comenzó a brotar, manchando la camiseta rota que vestía.

Lejos de rendirse, el equis comenzó a moverse bruscamente, logrando que la flecha que lo había clavado en el tronco traspasara toda la carne del cuello. Jungkook inclinó la hoja para atacar desde abajo y le separó la cabeza del cuerpo justo cuando se soltó.

—Buen corte— le felicitó Taehyung.

—Buen disparo— Jungkook sonrió mientras limpiaba la katana en la ropa del muerto.

Taehyung se acercó para verlo de cerca. El equis desprendía el mismo olor a podredumbre que los infectados, pero su piel parecía estar en mejor estado. Incluso su pelo tenía un aspecto diferente, como si su descomposición fuera mucho más lenta.

—¿Por qué los llamas equis?

—Cuando vivíamos aquí teníamos que lidiar con situaciones en las que no podíamos hablar. Tu hermano decidió llamarlos equis porque resulta sencillo hacer una equis con los dedos y además indica que son dos.

—Tiene mucho sentido— Taehyung sacó un frasco del bolsillo —Deberíamos llevar una muestra de sangre para que puedan analizarla.

—Veo que vienes preparado.

—No es la primera muestra que llevo. Aunque sí la primera de esta especie tan rara.

Jungkook vigiló mientras su novio metía la sustancia en el frasco. Cuando terminó se lo guardó en el bolsillo y continuaron su camino.

—Te has vuelto todo un experto con la katana. Recuerdo cómo solías manejarla y eras increíble, pero ahora estás a otro nivel.

—Hemos pasado mucho tiempo juntos.

—Cuatro años durmiendo con tu katana— Taehyung hizo un puchero —Ahora estoy celoso.

Jungkook sonrió porque su chico era muy adorable.

La pareja encontró la cabaña en una pequeña explanada, rodeada de muy pocos árboles. Era vieja y de una madera tan consumida que parecía estar sucia. El techo tenía aspecto de venirse abajo en cualquier momento, pero Taehyung había encontrado cosas valiosas en lugares con peor aspecto.

Dos infectados estaban merodeando muy cerca de la entrada de la cabaña. Taehyung se encargó del podrido que arrastraba una pierna. Sigilosamente se acercó por la espalda y le atravesó el cráneo con la flecha que sostenía en la mano.

Jungkook le clavó un cuchillo a la infectada que estaba pegada a la entrada. Se encontraba tan centrada en lo que quisiera que hubiera dentro, que notó su presencia demasiado tarde.

—Vamos a echar un vistazo— dijo Taehyung en voz baja —Si no es seguro nos vamos.

—Tú mandas, jefe.

Taehyung se acercó a la ventana, pero el cristal estaba quemado y no se podía distinguir lo que había dentro. Su novio ojeó la otra ventana con el mismo resultado.

La pareja decidió abrir la puerta y adentrarse con cuidado.

Taehyung tenía la ballesta lista para disparar cuando pisó el interior. Jungkook lo siguió de cerca con la katana en mano. El pequeño salón estaba hasta arriba de suciedad. Cuando pasaron a la cocina se toparon con más desorden. El olor no era tan desagradable como el que se encontraron en el cuarto de baño. Taehyung cerró la puerta inmediatamente y se tapó la boca, conteniendo las ganas de vomitar.

—¡Qué puto asco!

Jungkook sonrió por su reacción. Como había olido cosas peores, no lo percibió tan repulsivo como su novio.

—Nos queda una habitación, Tae.

—A ver si ahí encontramos algo y no hemos venido en vano.

Jungkook se adelantó y abrió la puerta lentamente. El crujido de la madera hizo reaccionar a una infectada que se encontraba atada a la cama con cadenas de metal. El vestido que llevaba estaba desgarrado y solo le cubría un pecho. Tenía un trozo de tela metido en la boca y a su lado, sentado en el suelo y apoyado contra la cama, yacía el cadáver de un hombre. Se había volado la cabeza con una escopeta que todavía mantenía entre las piernas.

—¿Qué coño ha pasado aquí?

Taehyung ignoró la pregunta. El aspecto de la infectada lo había impactado, sobre todo porque parecía haberse convertido poco después de dar a luz.

Jungkook comenzó a abrir los cajones de la cómoda, pero lo único que halló fue polvo.

—Deberíamos irnos.

Taehyung sabía que tenía razón y aun así no podía apartar la mirada de la mujer. La infectada intentaba liberarse desesperadamente de las cadenas, quería atacarlos y alimentarse de ellos y aquella imagen, tan inusual, le dio más pena que miedo.

El mayor se acercó al cabezal y le clavó una flecha en la sien. No quería irse de allí y dejarla en ese estado, pero en la cabaña no había nada con lo que cubrirla. Lo único que encontraron fueron algunas botellas rotas y paquetes de comida vacíos. Probablemente de los pocos supervivientes que habían logrado refugiarse allí de los infectados.

Taehyung abrió el armario con la esperanza de dar con una manta, pero lo que halló fue mucho más insólito. Había una recién nacida en el interior. Estaba desnuda, tumbada sobre la madera y la vérnix caseosa todavía cubría su pequeño cuerpo. No le habían colocado una pinza cerca del ombligo, como era lo habitual y el cordón umbilical le caía hasta el pie izquierdo.

—¡Jungkook!

El menor se acercó inmediatamente y al verla, no logró pronunciar palabra. Jungkook se sintió tan desconcertado que necesitó un instante para comprender, que lo que estaba viendo era real.

—Por favor, por favor, que esté viva— suplicó Taehyung nervioso. Su mano temblorosa se fue acercando lentamente hasta el brazo superior de la bebé. Quería tomarle el pulso braquial y tras varios segundos de alta tensión, lo sintió claramente —¡Está viva!

Jungkook volvió a respirar. Como la niña no abría los ojos se había temido lo peor, pero la expresión de su pareja le hizo sentir esperanza.

—Necesito algo para cubrirla.

Jungkook se quitó la camisa negra que llevaba sobre una camiseta del mismo color y se la entregó a Taehyung para que pudiera envolverla en ella. Su novio la desplegó al lado de la recién nacida y después la colocó encima con mucho cuidado. El maknae observó cómo colocaba los brazos hacia abajo y doblaba la tela sobre el pecho de la criatura. Taehyung dejó espacio para que pudiera mover las piernas y torció el resto de la tela con la intención de alzarla y acomodarla entre sus brazos.

—Tenemos que volver ahora mismo, Kook.

Jungkook le quitó la ballesta para que pudiera centrarse únicamente en la cría y se la colgó del hombro antes de salir de la cabaña.

Taehyung pasó al lado de la infectada, pero se detuvo un instante.

—No te preocupes por ella— le dijo al cuerpo sin vida —Te prometo que la llevaré a un lugar seguro.

La pareja corrió a través del bosque lo más rápido que pudo. Taehyung intentó moverse con la mayor delicadeza posible, pero era difícil hacerlo en aquellas circunstancias. Jungkook por su parte se encargó de proteger a ambos de los infectados que surgían entre los árboles.

—¡Espera!

El mayor se detuvo al oír la voz de Jungkook. Mientras su novio ejecutaba a un infectado de ojos grises, Taehyung volvió a bajar la mirada hacia la niña. Seguía sin abrir los ojos y el color de su rostro era muy pálido.

—Aguanta un poco más, pequeña— pidió alarmado —Hobi hyung hará que te sientas mejor.

—¡Vamos!

La pareja se volvió a poner en marcha. Jungkook tenía miedo de que la bebé no pudiera aguantar. No sabía cuánto tiempo había pasado sola, pero por su aspecto temía que fueran un par de días.

Afortunadamente solo se cruzaron con tres infectados antes de llegar a su destino. Minho se quedó muy sorprendidos cuando Taehyung apareció con una criatura en brazos.

—¿A quién se lo has robado?

—¡Nos vamos ya!

Minho comprendió que no era momento para bromear. Las palabras de Taehyung fueron lo suficientemente claras como para reconocer lo urgente de la situación. El hombre le dio indicaciones a los demás y todos subieron a bordo.

Taehyung buscó refugio dentro del camarote. Aunque estaban a treinta de junio y hacía calor, había sentido el cuerpo de la niña un poco frío. El joven se sentó sobre la cama y le acarició la mejilla suavemente. Ese inesperado contacto provocó que abriera los ojos.

—Oh, hola— su corazón dio un vuelco al ver su dulce mirada —Al fin nos conocemos.

El maknae entró en el camarote y vio a su pareja hablando con la recién nacida.

—Está despierta— anunció Taehyung muy contento —Mírala, parece estar bien.

Jungkook se acercó a verla. Tenía muy poco pelo, de un tono castaño oscuro y sus mejillas rechonchas estaban ligeramente sonrojadas. Parecía tener más color en la cara, probablemente por lo bien que la había arropado Taehyung con su camisa.

—Les he explicado a los demás lo que ha pasado y Dongwook hyung ya ha puesto rumbo a casa— Jungkook alzó la cantimplora que llevaba en la mano —También he traído agua. No tenemos leche, pero la pobre estará deshidratada.

—Gracias, amor.

—Parece tan frágil...

—Es fuerte— Taehyung intentó darle un poco de agua con una cucharilla, pero la niña lo rechazó —Lo sé, cariño. Esto no es lo que quieres.

Jungkook sintió que se le retorcía el estómago. Si no la hubieran encontrado, habría muerto en un sitio muy solitario. Ahora la chiquilla tenía una oportunidad, aunque viendo su estado no quería hacerse ilusiones.

—Es un milagro que hayamos dado contigo— dijo meciéndola muy despacio. La bebé se le quedó mirando y eso provocó una gran sonrisa en Taehyung —Eres un auténtico milagro.

Jungkook se sentó a su lado.

—Lo has hecho muy bien, Tae.

—Lo hemos hecho muy bien— Taehyung le dio un beso en la mejilla y luego volvió a fijar la vista sobre ella —¿No es preciosa?

Jungkook también la miró, pero con sentimientos distintos a los suyos. No quería que su chico se encariñara con ella porque parecía tan débil, que temía que no fuera a sobrevivir. Y lo que menos quería para Taehyung era otra muerte con la que cargar.

El viaje a casa no fue tan largo, pero en esas circunstancias se sintió eterno. Minho se quedó al mando en cuanto desembarcaron en la isla. Taehyung y Jungkook acudieron al hospital en una moto que tenían disponible para emergencias.

La bebé volvió a cerrar los ojos durante el trayecto, pero lo que realmente le preocupó a Taehyung eran los ruidos que hacía. No parecían naturales, no los había oído en Junggi ni en ningún otro bebé y eso le alarmó fuertemente.

—Aguanta, pequeña. Estamos muy cerca. Ahora no puedes rendirte.

Jungkook trató de conducir lo más rápido que pudo, pero la moto tenía un límite de velocidad y no daba para mucho. Por suerte, su hermano había mandado habilitar un camino desde el embarcadero hasta el pueblo y gracias a eso, se tardaba mucho menos en llegar al hospital.

El corazón de Taehyung se aceleró cuando vio el edificio. En cuanto su novio estacionó la moto, bajó con cuidado y corrió hacia urgencias.

—¡Necesito al doctor Jung!— gritó nada más cruzar la puerta —¿Dónde está el doctor Jung?

Hoseok, que estaba hablando en la sala de urgencias con una enfermera, oyó la voz de Taehyung y salió inmediatamente a ver qué sucedía.

—¿Qué ocurre?

—Hyung, la hemos encontrado en la península— explicó tan acelerado que su amigo le tuvo que pedir que hablara más despacio —Estaba en un armario. No sé cuánto tiempo llevaba allí, pero está muy débil y necesita tu ayuda.

Hoseok le dio instrucciones a varias enfermeras y luego se la quitó de los brazos. Taehyung sintió alivio cuando su amigo entró con ella en la sala de urgencias, pero también notó una gran inquietud por lo que podría suceder.

—Ahora está en buenas manos— Jungkook lo abrazó por la espalda —Deberíamos volver a casa y descansar.

—Ve tú, yo prefiero quedarme.

—¿Estás seguro?

—No puedo irme a casa sin saber cómo estará...

—Entonces me quedo contigo.

—Gracias, amor.

La pareja se quedó en el hospital durante varias horas, en las que el tiempo pasó a cuentagotas. Jungkook solo se ausentó un rato para buscar comida, dado que habían pasado toda la mañana en la península y ambos estaban con el estómago vacío. De paso les contó a Yoongi y Jimin lo que habían encontrado en la cabaña y el motivo por el que su novio no había ido con él.

Aunque Taehyung no tenía ganas de comer hizo un esfuerzo por Jungkook, quien había ido a por los alimentos y también por Jimin, que se había tomado la molestia de prepararlos.

Una enfermera se les acercó cuando Jungkook estaba guardando el táper.

—El doctor Jung os espera en su consulta.

Taehyung se levantó apresuradamente del asiento y tomó a Jungkook de la mano para acudir a la consulta de su amigo. Mientras recorrían los pasillos del hospital se sintió muy nervioso, sobre todo porque no podía dejar de pensar en las miles de cosas que podrían haber salido mal.

Cuando entraron en la consulta de Hoseok, lo encontraron sentado en su mesa, sorbiendo una sopa mientras repasaba varios documentos.

—¿Cómo está?— preguntó Taehyung inmediatamente.

—Está en observación— Hoseok se limpió la boca con una servilleta —Está deshidratada y malnutrida, pero estable.

—¿Se pondrá bien?

—La bebé tiene una infección en el cordón umbilical que afortunadamente hemos pillado a tiempo. También le hemos detectado una obstrucción intestinal que necesitará de cirugía.

Taehyung se sentó en una silla. Esa noticia le cayó como un balde de agua fría.

—No vamos a operar de inmediato. En las condiciones en las que está, no sobreviviría a una intervención. Primero tiene que ponerse bien y luego, cuando esté mucho más fuerte la operaremos.

—¿Alguna vez has hecho esa operación?

—Yo no, Jungkook, pero la doctora Lee tiene experiencia.

Taehyung respiró aliviado. Jungkook se inclinó y le susurró al oído que estuviera tranquilo, que todo iba a salir bien; detalle que su novio agradeció en el alma.

—Es mejor que os lo toméis con calma— Hoseok se dirigió a Taehyung, que parecía el más afectado de los dos —Lo más probable es que se quede ingresada un par de meses, así que no os agobiéis. Le habéis salvado la vida y ahora os toca confiar en nosotros. Hay grandes profesionales en este hospital. Vamos a estar muy pendientes de ella.

—Gracias, hyung— Taehyung se levantó y le dio un beso en la cabeza —Deberías tomarte un descanso para comer y no trabajar mientras comes.

—Debería, llevas razón, pero hoy estoy muy liado y ya sabes, no le puedo decir a una paciente que ha sufrido un infarto que se espere, que es hora de comer.

—¿Quién ha sufrido un infarto?— se interesó Jungkook.

—La señora Bu.

—Toma— el menor aplaudió tres veces —Se infartó la chismosa.

—Kook, no te burles.

—No me burlo, se llama Schadenfreude— se encogió de hombros —Y es lo que pienso sentir por todos los que se han metido contigo.

Taehyung resopló. No le deseaba ningún mal a esa señora, a pesar del daño que había causado, no quería que sufriera. Jungkook en cambio no compartía la generosidad de su novio.

Un enfermero entró en la consulta buscando a Hoseok. La pareja se despidió de su amigo y regresó a casa. Estaban agotados y necesitaban descansar.

Minho se pasó por su domicilio para informarles de que los suministros se habían trasladado al almacén y también para interesarse por la salud de la bebé. El maknae lo puso al día mientras su chico tomaba un baño en el piso de arriba.

Taehyung llevaba un mes viviendo con Jungkook, Hoseok y Mellie. Se había trasladado poco después de comenzar a salir con él y aunque tenía miedo de precipitarse en su relación, mudarse había sido una de las mejores decisiones que había tomado en su vida.

Esa noche decidieron acostarse temprano. Estaban exhaustos y al día siguiente tenían que volver a sus respectivos trabajos, por lo que convenía descansar bien.

Taehyung se durmió primero y cayó en un profundo sueño, donde se encontró a sí mismo delante del armario de la cabaña. Cuando volvió a abrir el mueble, el interior estaba vacío y al girarse, se le echó la madre encima, mordiéndole en el rostro, lo que provocó que se despertara sobresaltado.

—Joder— murmuró con el corazón palpitando a mil por hora. Taehyung buscó a Jungkook y sintió algo de serenidad al ver que seguía durmiendo. Tenerlo a su lado siempre le daba mucha calma.

El mayor se levantó de la cama sin despertar a Mellie. Tenía la garganta seca y necesitaba beber algo. En la cocina se tomó un vaso de agua y luego se sentó en el sofá del salón. La pesadilla había sido tan real que no quería volver a dormir tan pronto.

—¿Qué haces ahí?— preguntó Jungkook desde las escaleras —¿No puedes dormir?

Taehyung negó con la cabeza y su chico bajó para acurrucarse con él en el sofá.

—¿Es por la bebé?

—No dejo de pensar en ella— Taehyung apoyó la espalda contra su pecho y Jungkook lo envolvió con una manta —No entiendo qué pasó en esa cabaña...

—Yo me hago una idea.

—¿Ah, sí? Entonces cuéntame tu teoría, agente.

Jungkook sonrió. Siempre le causaba gracia cuando lo llamaba así.

—Creo que se refugiaron allí porque la madre de la niña estaba a punto de dar a luz. El tipo que se voló los sesos la ayudó a parir, pero la mujer se había infectado, puede que antes de refugiarse o mientras paría. Lo que tengo claro es que el tipo se suicidó cuando ella dejó de ser humana.

—Tampoco crees que sea el padre, ¿verdad?

—Un padre no dejaría a su recién nacida dentro de un armario como la dejó él. Ni siquiera le puso algo por debajo para que estuviera segura, cómoda y calentita— Jungkook lo apretó suavemente —Y ya viste el estado del cordón umbilical. Me parece que solo estaba obsesionado con la madre.

—Siento mucha lástima por ella. Menos mal que encontramos a su hija...

—Si sobrevive será gracias a ti.

Taehyung giró el rostro para besarlo, pero el sonido de alguien bajando las escaleras rompió el momento. Un hombre se dirigió a la entrada sin notar la presencia de ambos y tras calzarse, salió de la vivienda.

—¿Y ese quién es?

Taehyung tampoco lo sabía porque no le había visto la cara.

—¿Hoseok hyung tiene novio?

Impulsado por el cotilleo, agarró a Jungkook del brazo y lo arrastró hasta la habitación de su amigo. El maknae dudó, quizá era más apropiado esperar hasta mañana, pero Taehyung no compartía sus dudas y abrió la puerta tras golpearla.

Hoseok estaba tumbado en la cama y por su aspecto era evidente que había mantenido relaciones con aquel desconocido.

—¿Qué pasa?— preguntó desconcertado —Son las dos y pico...

—¿Que qué pasa?— Taehyung se acercó a la cama —Acabamos de ver a tu novio saliendo a hurtadillas.

Hoseok miró a Jungkook. El menor señaló inmediatamente a Taehyung, indicando que la culpa era suya y que él no tenía nada que ver con todo eso.

—¿Chicos, podemos hablar por la mañana?

—Claro, después de que me hayas dicho el nombre de tu novio.

Hoseok supo que Taehyung no cedería. Era como un perro con un hueso y el hueso estaba demasiado jugoso para soltarlo.

—No tengo novio, solo ha sido un polvo... ¿Contento?

Taehyung se sorprendió porque Hoseok era más del tipo relación estable y no tanto de sexo ocasional.

—¿Y quién era ese?

—¿Qué más da, Taehyung?— Hoseok escondió la cabeza bajo las mantas —Ha sido algo puntual, no va a volver a suceder.

—Sí, lo que tú digas, pero ¿quién era ese?

Hoseok lo fulminó con la mirada y Jungkook sintió algo de miedo, pero Taehyung no se inmutó. Ese acontecimiento era más raro que ver un ovni y no iba a irse sin saber con quién se había liado.

—Hyun Bin.

—¿El fisioterapeuta?— se metió Jungkook, que hasta ese momento se había mantenido al margen —¿Pero ese tipo no tiene como cuarenta años?

—Tiene menos— aclaró Taehyung —Y además, ¿qué importa eso ahora?

—Es un viejo...

—Está bueno y para follártelo basta con que esté bueno.

—Pero es un viejo...

Hoseok puso los ojos en blanco. ¿Por qué estaban discutiendo sobre su vida sexual? ¿No tenían otra cosa que hacer en plena madrugada?

—A mí me sorprende más que sea gay— Taehyung se llevó la mano a la barbilla —Tiene ese aire a hetero que dices, uff, quita quita, re hetero.

—No me gusta— protestó Jungkook —Prefiero a Minho hyung.

—Pero según tus estándares, él también sería un viejo.

Hoseok se incorporó un poco. Tenía sueño y no quería seguir escuchándolos más.

—Chicos... ¿Podéis iros ya? Estoy cansado y quiero dormir.

—Claro, claro, follar cansa mucho— Taehyung se quedó mirando su torso desnudo y Hoseok se tapó con la manta —Me parece bien que quieras desfogarte, pero si vas a estar metiendo tu colita aquí y allá, usa protección, ¿quieres?

Hoseok quiso replicar con una obscenidad, pero no lo hizo. Si entraba al trapo, lo tendría que aguantar toda la noche y no estaba por la labor de pasar horas escuchando a Taehyung.

—¿Algo más?

—¿Por qué no le das una oportunidad a Minho hyung?

Taehyung le dio un codazo, pero Jungkook no entendió su reacción.

—¿Quieres que folle con una persona que tiene sentimientos por mí?— la mirada de Hoseok se tornó más seria —¿Para qué? ¿Para ver si me enamoro mágicamente de él? Jungkook, ¿no crees que le estaría dando falsas esperanzas? ¿No crees que lo estaría utilizando y lo que es peor, impidiendo que pueda encontrar a alguien que le corresponda de verdad?

—Yo no...

—Lo sé. Quieres lo mejor para mí, ¿pero qué es lo mejor para mí? ¿Juntarme con alguien por el que siento aprecio, pero no amor? No quiero que sea infeliz.

—Lo siento, hyung...

—Sé que deseáis mi felicidad, pero de momento he decidido vivir así y espero que lo respetéis.

Taehyung pensó en Yoongi y Namjoon, en sus vidas de antes y en lo difícil que se le hacía imaginar a Hoseok en un papel similar. No le parecía mal que tuviera sexo ocasional, pero le preocupaba a largo plazo por cómo era su personalidad.

—Siento haberlo llamado viejo...

—No importa, Jungkook.

Taehyung se tumbó a su lado para sorpresa del mayor.

—Bueno, ahora que hemos aclarado esto... ¿El fisioterapeuta es activo o pasivo?

—Taehyung...

—No se lo voy a contar a nadie, solo necesito satisfacer mi curiosidad.

Jungkook se tumbó en el lado opuesto, dejando a Hoseok entre ellos.

—Yo digo activo.

—No, es pasivo— replicó su novio inmediatamente —Va de hetero por la vida, esa es la señal. Hazme caso, las apariencias engañan.

—Qué listo eres, amorcito.

—Lo sé, cachorrito.

Hoseok se apretó la almohada contra la cara. ¿Por qué no podían irse a dormir? ¿Qué había hecho para merecer semejante castigo? Desafortunadamente para él, Taehyung y Jungkook se quedaron a hablar hasta altas horas de la madrugada. 

Jungkook se ha unido al equipo de expedición, ¿qué os parece? Justo en su primera misión encuentran a la bebé que debería haber rescatado y criado Namjoon. ¿Creéis que se pondrá bien? ¿Qué pasará ahora con ella? 👀

Hoseok ha decidido darle un giro a su vida. ¿Consideráis que hace bien al no buscar algo serio o pensáis que le pasará factura? 🤔

Hola~ Siento haber tardado más de lo esperado. Quería actualizar después del Día de Reyes, pero empecé el año mal de salud y ya sabéis cómo es esto. 😭 Ahora ya me encuentro mucho mejor. Espero que estéis bien y que hayáis empezado el año mucho mejor que yo. Nos vemos en 9/10 días. Os quiero. 💜

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