77
Hoseok cerró el libro de medicina y se sentó sobre la cama. No podía centrarse en la lectura. No podía dejar de pensar en todo lo que había averiguado sobre el hombre que había dado la vida por Yoongi.
Los Min solo tenían palabras de cariño hacia Kim Seokjin. Cuando les hacía una pregunta sobre él, se les iluminaba el rostro. Mejor amigo, ejemplo a seguir, hermano y familia, eran palabras que habían utilizado en cada momento.
Hoseok notó enseguida el impacto que había dejado en sus vidas y asumió que para Seokjin, los Min habían sido igual de importantes. Por ese motivo no comprendía por qué había aparecido delante de él.
¿Le había sucedido algo a Namjoon? ¿Era esa la razón de su visita?
—Estás aquí, ¿verdad?
Sí— contestó, a pesar de que Hoseok no podía oírle —Me pregunto cómo lo sabes...
—La última vez no me percaté porque me asusté, pero ahora lo entiendo— Hoseok miró hacia la puerta —La temperatura baja cuando estás aquí.
Ese detalle sorprendió a Seokjin, sobre todo porque Yoongi nunca había mencionado nada parecido.
—¿Por qué has venido?
Porque estoy muy preocupado por ti.
—Ha pasado una semana desde que nos vimos en el hospital. Al principio pensé que eran alucinaciones mías, pero cuando te vi en la fotografía con Yoongi hyung y Taehyung, todo se volvió mucho más claro.
Deberías estar asustado...
—Quizá te estés preguntando por qué me tomo tu presencia con tanta naturalidad. Verás, sé que Joonie está en El Umbral y sé que existen los fantasmas. Puede que no como en las películas, puede que incluso el término fantasma no sea el más apropiado. Lo que trato de decir, es que soy consciente de que hay un mundo más allá del nuestro. No tengo miedo. Sé que eres buena persona.
Seokjin sintió una gran tristeza por él.
—Joonie está contigo, ¿verdad?— Hoseok se abrazó a su cojín —Me dijo que estaba con un amigo de Yoongi hyung y ese amigo tienes que ser tú. ¿Cómo se encuentra?
Te echa de menos.
—Antes solía visitarme, pero dejó de hacerlo... Sé que tendrá sus razones, solo espero que esté bien.
A Seokjin se le encogió el corazón.
—No sé por qué estás aquí, pero... ¿Podrías venir de vez en cuando?
¿Yo?
—Sé que es extraño... Probablemente pienses que estoy loco— Hoseok se sintió avergonzado por su petición —Es que... Me gustaría volver a hablar contigo. Aunque no quieras o puedas mantener una conversación... Me gustaría recibir tu visita igualmente.
Lo siento mucho.
La temperatura volvió a la normalidad y Hoseok comprendió que se había ido.
—Ya veo...
Seokjin regresó a su dormitorio más desconcertado que nunca. ¿Por qué podía percibirlo? ¿Y por qué no se había muerto todavía? El joven se sentó sobre la cama sin entender nada.
—Namjoon murió poco después de verme, pero él sigue vivito y coleando, a pesar de haber transcurrido una semana... ¿Qué está pasando?
Seokjin pensó en buscar a Namjoon, pero no se atrevió. Le asustaba mucho su reacción.
«Tengo que ocuparme de esto por mi cuenta»
Durante los próximos días visitó el hospital a menudo. Seokjin temía que le pudiera suceder algo a Hoseok y aunque era una estupidez ir hasta allí, puesto que su presencia no habría supuesto ninguna diferencia en caso de muerte, aun así sintió la necesidad de estar cerca de él.
Seokjin se mantuvo a una distancia prudente para que Hoseok no pudiera sentir ningún cambio de temperatura. A pesar de ello, a veces se quedaba mirando algún punto fijo, como si pudiera intuir que estaba con él.
—¿Vas a continuar siguiéndome?— soltó Hoseok en un pasillo del área de cardiología —Sé que estás aquí. No soy tonto.
Seokjin se escondió detrás de la pared, como si no fuera invisible para los vivos.
—¿Por qué actúas tan raro? Puedes flotar o caminar a mi lado, según lo que hagas. No hay necesidad de que estés en modo acosador.
El mayor asomó la cabeza desconcertado. ¿Cómo podía notar su presencia si no se había acercado a él? ¿Es que tenía un detector de fantasmas bajo la bata?
—¿Sigues escondiéndote?— Hoseok se cruzó de brazos —¿Acaso me tienes miedo?
—¿Quién te tiene miedo?
Hoseok se asustó al oír la voz de su amiga.
—¿Con quién hablas?— Eunha lo miró con el ceño fruncido —¿Estás bien?
—Estoy practicando para el cuento que le contaré esta noche a Yoongi— respondió algo avergonzado —Soy un tío muy dedicado como puedes ver.
—Dirás a Junggi.
—Eso he dicho, Eunha. Eso he dicho.
A raíz de ese incidente, Seokjin comenzó a caminar a su lado cuando lo visitaba. Al principio solo lo acompañaba cuando se desplazaba por el hospital, después se quedó a verlo trabajar en su consulta y por último, lo visitó en su casa.
Hoseok se sintió tan a gusto en su presencia que no dudó en hablarle de su vida y de las cosas que ocurrían en su familia. También le contó algunas travesuras que habían hecho Namjoon y él cuando eran unos críos.
Seokjin adoraba sus anécdotas, especialmente las que tenían que ver con la infancia de ambos. Algunas historias le habían sacado auténticas carcajadas de las que Hoseok, desafortunadamente, no tuvo constancia.
Aunque sus visitas eran esporádicas y no se quedaba por mucho tiempo, Hoseok lo esperaba con mucha ilusión. En cierta forma había creado una amistad con él, bastante inusual, dado que Seokjin nunca le respondía y en realidad no sabía lo que opinaba de él, pero su presencia le hacía mucho bien, especialmente tras el desengaño con Changwook.
Cuando comenzó el mes de junio, Seokjin determinó que sus circunstancias y las de Namjoon eran diferentes. Si Hoseok hubiera estado realmente sentenciado a muerte, habría fallecido en cuestión de días.
A pesar de llegar a esa conclusión, Seokjin no dejó de visitar a Hoseok.
Durante una noche cálida, cuando se había asegurado de que Namjoon estaba dormido, se desplazó hasta el dormitorio de Hoseok para escuchar otra de sus historias.
—Mis padres tenían la costumbre de salir todas las semanas a cenar y entonces aprovechábamos para ver películas que no teníamos permitido ver.
Típico de cualquier adolescente.
—A Joonie le gustaban las películas de terror y yo las odiaba, pero como por aquel entonces ya estaba pillado por él y el amor te hace estúpido, me obligué a ver esa cosa— soltó entre risas —Era una película de gore, de esas que son muy explícitas y dan todo el asco.
Tiene gracia que digas eso y seas médico.
—Seguro que estás pensando que es gracioso porque soy médico.
¿Cómo sabes siempre lo que estoy pensando? ¿Eres vidente?
—Cuando era niño odiaba la sangre y me daba mucho miedo, ya sabes...
Ironías de la vida— dijeron los dos al unísono y luego se rieron.
—La cuestión es que, aquella película no era apta para menores y cuando vi tanta sangre, me levanté del sofá y al dar unos pasos, caí desplomado. Joonie se puso muy nervioso y corrió a por vinagre, quería ponérmelo debajo de la nariz para hacerme reaccionar, pero...
Seokjin sintió aún más curiosidad cuando Hoseok comenzó a reírse.
—En la cocina tropezó con una silla y al intentar evitar la caída trató de sujetarse de un mueble, pero no era un mueble robusto, era una estantería que tenía un defecto en una de las patas y claro... La estantería se vino abajo y con ella los botes de cristal que contenían harina de trigo, sal y azúcar.
No me sorprende en lo más mínimo. En El Umbral también se ha cargado más de un mueble y no tenían ningún defecto. Kim Namjoon es un manazas.
—Total, que cuando me desperté por el fuerte olor a vinagre, tenía enfrente a un tipo cubierto de harina y como pensé que era un fantasma, me volví a desmayar.
Lo siento Hoseok, pero sois un par de payasos.
—De críos nos encantaba hacer el ridículo— Hoseok se levantó de la cama y pasó justo a su lado —Es increíble lo poco que hemos...— el menor se calló abruptamente al sentir el roce del brazo de Seokjin. Los dos se quedaron muy desconcertados por el contacto que, hasta ese instante, jamás había ocurrido.
¿C-Cómo es posible?
—¿Lo has sentido? Te juro que te he sentido— Hoseok se tocó el brazo —Tú también me has sentido, ¿verdad?
Seokjin huyó asustado, dejando a Hoseok en un estado de pura confusión.
—Así que a esto te dedicas últimamente.
El mayor se dio la vuelta. Namjoon estaba sentado sobre la cama de su dormitorio, con una expresión que no auguraba nada bueno.
—No deberías vigilarme...
—Y tú no deberías mentirme— le reprochó molesto —Llevas más de un mes siendo distante conmigo. Creía que se debía a tus remordimientos por la situación de Ji Changwook, pero resulta que no se debía a eso. Solo te estabas viendo con Hobi a mis espaldas.
—No es lo que parece, te lo juro...
—¿Y qué parece exactamente, hyung?
Seokjin guardó silencio. En realidad tenía todo el derecho de estar enfadado con él.
—Si vas a seguir comportándote así, será mejor que me vaya de tu orbit.
Seokjin lo agarró del brazo antes de que pudiera cruzar la puerta.
—Hoseok vio mi reflejo en el espejo.
—¿Qué?— a Namjoon se le cayó el alma a los pies —¿Cuándo?
—Hace más de un mes— confesó avergonzado —No entiendo por qué ha sucedido, pero...
—¿Hobi va a morir...?
—Hoseok no va a morir.
—¿Y eso cómo lo sabes?— dijo con los nervios a flor de piel —Yo te vi y morí.
—Hoseok sigue vivo— respondió mostrando mucha serenidad —Han pasado seis semanas y sigue vivo.
Namjoon no supo qué pensar. La posibilidad de que Hoseok pudiera morir tan joven le retorcía el estómago. No quería que su reencuentro fuera tan pronto, no deseaba que le sucediera lo mismo que a ellos. Quería una vida larga para él, no una muerte prematura.
—¿Por qué me lo has ocultado?
Seokjin lo tomó suavemente del brazo y cuando vio que no se resistía al contacto, lo llevó hacia la cama, donde ambos tomaron asiento para seguir con la conversación.
—Debí habértelo dicho cuando pasó, pero me asusté... Pensé que era culpa mía, que tenía que solucionarlo por mi cuenta y luego, con el paso de los días, cuando vi que Hoseok estaba bien... No sé por qué no te lo dije. Lo siento, Namjoon. Lo lamento de verdad.
Namjoon agradeció la disculpa. Seguía molesto y bastante impactado, pero también sabía reconocer cuando una persona se disculpaba de corazón.
—¿Has visto lo que ha pasado en el dormitorio de Hoseok?
—No del todo. Cuando entraste a mi cuarto fingí estar dormido y después puse la televisión para ver a dónde ibas. Entonces vi a Hobi hablando contigo como si fuerais muy cercanos.
Seokjin bajó la mirada disgustado. No se podía ni imaginar cómo se había sentido Namjoon al descubrirlo de esa manera.
—Lo siento mucho...
—Ya te has disculpado.
Seokjin se agarró de la cama para tomar valor.
—He podido sentir a Hoseok... Cuando ha pasado a mi lado me ha rozado el brazo y los dos hemos podido sentir el contacto.
Namjoon se levantó abruptamente de la cama.
—¡No quiero que vuelvas a ver a Hobi! ¡No quiero que vuelvas a acercarte a él! ¿Me has entendido?
—Namjoon, no pretendía...
—¡No me importa!— le cortó inmediatamente —¡Podrías acabar en La nada! ¿Es que no lo entiendes? ¡No pienso permitir que tu inconsciencia te meta en ese lugar!
Seokjin se quedó muy sorprendido. Creía que su enfado se debía a su cercanía con Hoseok, no a que estuviera preocupado por él. Ese detalle le agitó el corazón fuertemente.
—Namjoon, yo...
En ese instante apareció una mujer en la habitación. Era la praesidio que les había visitado anteriormente, con el mismo traje azul marino de tres piezas y unos zapatos blancos de tacón de aguja. El cabello largo y oscuro lo seguía llevando en una coleta alta.
Namjoon se asustó al verla, pero el miedo no le impidió ponerse delante de Seokjin.
—¡No te lo vas a llevar! ¡No pienso dejar que te lo lleves!
Seokjin se agarró de la camiseta negra del menor. ¿Había roto las reglas? Estaba permitido ir a Inyeon, no había desvelado nada y tampoco había intervenido en la vida de Hoseok. ¿O sí?
La praesidio fijó la vista sobre Namjoon, quien no vaciló en sostenerle la mirada. Estaba asustado, pero no iba a abandonar a Seokjin bajo ningún concepto.
—Os advertí.
—Seokjin hyung no ha contactado con nadie, no es culpa suya que Hobi lo haya visto en un espejo.
La praesidio lo ignoró y miró a su compañero. La intensidad que halló en su mirada le dio miedo. ¿Y si castigaba a Namjoon por su culpa? Seokjin soltó su camiseta y se apartó de él, a pesar de la inmediata protesta del menor.
—Tiene razón...
—¡No la tiene!
—Es verdad que no fui con la intención de contactar con Hoseok, pero he permitido que me hable... He ido a verle durante más de un mes y me he saltado las reglas...
—Si lo que has hecho fuera tan grave, ¿por qué no ha venido antes?— Namjoon se calló al comprender el motivo —Es por el contacto, ¿verdad? Las conversaciones te daban igual, lo que te ha traído aquí es el contacto.
—Asumo que no has comprendido los sueños.
—¿Sueños?— Namjoon volvió a mirar a Seokjin —¿De qué sueños habla?
—He tenido algunos sueños extraños, pero han sido muy confusos— respondió despacio, intimidado por la situación —La verdad es que no los he entendido...
—Si los sueños eran una advertencia, entonces debiste asegurarte de que los pudiera entender— Namjoon se volvió a poner delante de Seokjin —No puedes hacerle responsable de tu incompetencia.
—Puedes tranquilizarte, Kim Namjoon. No he venido a castigar a tu compañero.
—¿Entonces a qué has venido?
—He venido a explicarle su atracción por Jung Hoseok.
—¿Atracción?
Seokjin notó que Namjoon lo estaba atravesando con la mirada. El mayor no habría utilizado esa palabra, aunque en sí era la palabra adecuada. Desde que se vieron en el espejo surgió una extraña atracción entre ellos y ese hecho era innegable.
—¿Te sientes atraído por Hobi?— preguntó sin creérselo —¿Lo que dice es verdad?
—No es lo que estás pensando... Es una atracción distinta, es como...
—Si le conocieras— contestó la misteriosa mujer —Eso se debe a que los dos os tendríais que haber conocido.
—Eso es imposible— Seokjin negó con la mano —Yo fallecí mucho antes de que mi grupo conociera al grupo de Namjoon.
—En tus sueños viste fragmentos de tu vida con Jung Hoseok, ¿me equivoco?
—¿De qué vida estamos hablando exactamente?— intervino Namjoon con cierto fastidio —¿Estamos en Marvel y no me he enterado? ¿Hay un multiverso o qué cojones? ¿Y dónde se supone que estaba yo en esa vida?
Seokjin sabía dónde estaba Namjoon. Lo había visto en sueños, pero nunca imaginó que aquello pudiera ser parte de la realidad. Desde que estaba en El Umbral tenía sueños muy extraños, algunos no tenían ni el más mínimo sentido y la mayoría trataban de sus seres queridos. Por eso no le había dado importancia, porque aparte de que no recordaba los sueños completos, lo poco que recordaba no tenía ningún fundamento.
—Muéstrame el sueño y sin acertijos. Necesito saber qué coño está pasando aquí.
La praesidio desvió la mirada hacia Seokjin, como si estuviera esperando su permiso para proceder. El joven asintió con la cabeza y de un segundo a otro se encontraron en otra habitación, completamente a oscuras.
Una luz se encendió de repente, deslumbrando a ambos. Era tan molesta como las largas de un coche. Seokjin y Namjoon tuvieron que cerrar los ojos por un instante, hasta que poco a poco fue disminuyendo la intensidad.
Cuando los abrieron de nuevo, fueron testigos del momento en el que Kim Namjoon salió de su vehículo con la intención de asesinar a los violadores de su hermano.
—Recuerdo esto— murmuró sorprendido por la imagen —Ahora aparece un infectado...
Pero no sucedió como dijo Namjoon. El Namjoon de esa realidad, comenzó a golpear a un chico que se encontraba hablando por el móvil en la puerta de su casa. Colérico continuó rompiéndole los huesos a él y a los demás agresores que acudieron en su ayuda.
Namjoon quería acabar con cada uno de ellos, pero la voz que surgió en su mente, la voz de Hoseok, impidió que los golpeara hasta la muerte. Consternado por lo que había hecho tiró el bate de sóftbol y salió corriendo.
La policía lo detuvo unas horas después en la tumba de su hermano.
Las cuatro víctimas sufrieron lesiones graves y sus abogados pusieron en el juicio especial énfasis en las secuelas físicas y emocionales con las que tendrían que lidiar de por vida. La gran influencia que tenían sus familias se volvió a notar cuando a Namjoon le cayeron quince años de prisión. Los medios de comunicación lo arrastraron por el fango, como ya hicieron en su día con Minjun, y aunque su abogado trató de apelar la sentencia, la apelación le fue rotundamente denegada.
Poco después, el abogado de Namjoon dejó el caso por presiones externas y cuando Namkyu y Hoseok trataron de contratar a otro letrado, nadie quiso hacerse cargo. Tampoco pudieron impedir su traslado a la prisión de Daegu. Fue otra muestra de poder, en este caso de la familia de Im Jaegeun, para aplastar a los Kim.
Namkyu se mudó a Daegu para estar con su hijo y Hoseok hizo lo mismo tras obtener un empleo en una clínica de la ciudad. Ambos lo visitaban todos los domingos, que era el único día en el que tenía permitido recibir visitas.
Durante los tres primeros años buscaron la manera de sacarlo de allí, pero cuando Namkyu falleció de un ictus, Namjoon le pidió a Hoseok que se rindiera. El menor sabía que no volvería a salir de prisión. Temía que si llegaba a poner un pie en la calle, la familia Im, que era la que más odio le tenía, se las arreglara para volver a enviarlo a prisión.
Hoseok, sin embargo, no aceptó su petición y siguió buscando ayuda.
Dos años más tarde comenzó a comer en EatJin, un restaurante que abrió cerca de su trabajo. Allí conoció a Kim Seokjin y se hicieron muy buenos amigos.
Seokjin desvió la mirada hacia Namjoon y notó que tenía los ojos vidriosos.
Las estaciones fueron pasando y la relación entre ambos se fue estrechando. Antes de conocer a Seokjin, Hoseok había tenido una vida muy solitaria. A veces hablaba con sus padres por teléfono, pero ya no mantenía relación con sus amigos de Seúl y en Daegu no conocía a nadie. Su único cometido era trabajar arduamente para sacar a Namjoon de la cárcel, pero cuando conoció a Seokjin, la vida de Hoseok dio un gran giro.
Namjoon lo vio acudir a varios sitios de entretenimiento, como el cine o el teatro. También asistió a una fiesta de cumpleaños junto a Yoongi y Taehyung. Verlo entre sus amigos le hizo sonreír genuinamente. Parecía mucho más feliz y ese cambio tan positivo le agradó.
Pero su sonrisa se desvaneció por completo cuando lo vio con Seokjin en la cama.
El mayor, que estaba justo a su lado, se sintió tan incómodo que no se atrevió a mirar a Namjoon. Solo se mantuvo en silencio, deseando que pasara rápido.
Cuando Namjoon cumplió ocho años de sentencia, Hoseok fue a visitarlo como había hecho cada domingo, pero ese día se encontró con una desagradable sorpresa. Un guardia penitenciario le transmitió que el recluso no quería verle.
Hoseok no se rindió y continuó yendo cada semana durante un año, pero Namjoon no lo recibió ni una sola vez. Esa situación le causó mucho estrés, incluso fue ingresado varias veces en el hospital por problemas de salud.
Namjoon se enteró de su estado a través de Min Yoongi, un amigo de Hoseok, quien fue a verlo a prisión para hablar con él.
Unos días después, Hoseok recibió una llamada de teléfono.
—Tienes que continuar con tu vida, Hobi. No puedes seguir desperdiciándola conmigo.
—Ya has cumplido más de media sentencia. Seguro que pronto te reducirán el tiempo por buena conducta.
—No voy a salir de aquí...
—Por supuesto que sí. Vas a salir de ahí y yo te estaré esperando.
—Ya es suficiente...
—No pierdas la esperanza, Joonie. Tienes que tener esperanza.
—Sé que hay alguien en tu vida. Sé que no sales con él porque te sientes atado a mí. No puedes vivir entre dos mundos. Tienes que olvidarte del pasado y seguir adelante.
—¿Cómo sabes...?
—¡Yo no te quiero! ¡Nunca te he querido! ¡Para mí no eres más que un amigo que viene cada domingo a suplicarme por amor! ¡Deja de molestarme de una puta vez!
—Te amo...
—¡Tienes que dejar de hacerlo y ser feliz con él!
—¡No voy a abandonarte!
—¡Te odio, maldito imbécil! ¡No quiero volver a verte! ¡Déjame en paz!
—¡Te sacaré de ahí, aunque me odies, te sacaré de ahí!
Aquella fue la última conversación que tuvieron. Siete meses después, Namjoon recibió la noticia de que su condena se había reducido por buena conducta y que saldría de prisión. Una noche antes de su puesta en libertad hubo una revuelta en el patio, donde fue asesinado por otro recluso por orden de la familia Im.
Hoseok había estado más de un año sin ver su rostro y cuando por fin lo volvió a ver, estaba dentro de una caja de pino.
—¡Déjame salir de aquí!— gritó Namjoon desesperado —¡Quiero salir de aquí!
La praesidio lo devolvió al dormitorio de Seokjin, pero el mayor no estaba con él. Namjoon no pudo sostenerse y cayó de rodillas. Las lágrimas brotaron incontrolables mientras se abrazaba a sí mismo en el suelo. Había podido sentir los sentimientos del otro Namjoon como si fueran suyos y estaba completamente desbordado por ellos.
Seokjin regresó unos minutos después. El joven se sentó sobre la cama con el rostro completamente desencajado.
—Esto no tiene sentido— balbuceó Seokjin —¿Dónde están los infectados?
—¿Crees que eres el único que ha alterado el futuro?
—¿Estás diciendo que nuestra realidad fue alterada?— Namjoon se levantó del suelo —¿Estás diciendo que los infectados no deberían existir?
—Estoy diciendo que Seokjin no ha sido el único que ha cometido la imprudencia de intervenir en el mundo de los vivos— la mujer alzó la mano antes de que Namjoon pudiera interrumpirla —No, no conoces a la persona que lo causó y tampoco es relevante.
—¿Cómo no va a ser relevante? ¡Me estás diciendo que en realidad tendría que haber muerto en la cárcel! ¡Me estás diciendo que el infectado que me salvó de cometer el peor error de mi vida nunca debió existir y que solo apareció por la alteración de otra persona!
La praesidio no dijo nada.
—¿Qué cojones es todo esto? ¿Por qué coño lo permitís? ¿No os importa cómo pueda afectar la decisión de una persona al resto del mundo? ¿Acaso somos vuestro puto proyecto de ciencias?
La mujer se mantuvo impasible, lo que desquició aún más a Namjoon.
—La persona que provocó el cambio... ¿Por qué lo hizo?— Seokjin notó que parecía reacia a contestar y decidió insistir con amabilidad —Me gustaría entenderlo y no podré si no me lo explicas. Por favor.
La praesidio alzó la mano y ante ellos apareció el holograma de un hombre. El desconocido de nombre Jang Heungmin, había trabajado bajo las órdenes de Park Jongsuk en la antigua base militar de Busan.
Lo que se vio a continuación fue a Heungmin robando unos documentos y poco después siendo apresado por varios hombres antes de que pudiera salir del recinto y entregar el material a los medios de comunicación.
Park Jongsuk lo encerró durante más de una década en una prisión clandestina, donde fue sometido a torturas hasta que falleció de sus heridas.
En su juventud, Heungmin había salvado muchas vidas como socorrista, por lo que se le concedió la oportunidad de quedarse en El Umbral. Como había pasado tanto tiempo sin saber de su familia, decidió permanecer unos días para ver qué había sido de ellos.
Desgraciadamente, su hija, que tenía depresión, se suicidó poco después de su desaparición. Su mujer había tratado de mantenerse fuerte, pero la muerte de la joven la empujó a refugiarse en la bebida y tras una noche de copas, cayó borracha a un río donde se ahogó.
El único que seguía con vida era su hijo menor, que estaba en el ejército y había sido seleccionado para trasladar el virus a Corea del Norte. Jang Heungmin intentó por todos los medios comunicarse con él para transmitirle que era una misión suicida, que lo que llevaba ahí podría cambiar el curso de la humanidad y que, aunque tuviera éxito, el gobierno mataría a los soldados para deshacerse de todos los testigos.
Heungmin no fue capaz de contactar con su hijo y a un día del inicio de la misión, el hombre presenció algo que lo cambiaría todo.
Heungmin vio cómo dos soldados abusaban sexualmente de su hijo. No era ningún secreto que en las fuerzas armadas coreanas, muchos soldados sufrían de violencia, hostigamiento y discriminación. La mayoría de los casos se encubrían, aunque algunos salían a la luz.
Durante el acto, uno de los soldados asfixió al joven hasta dejarlo inconsciente y tras divertirse con él, lo abandonaron en la habitación del hotel sin reparar en su estado. Al día siguiente, el servicio de limpieza lo encontró tirado en el suelo y lo llevaron al hospital, donde solo pudieron confirmar su muerte.
Los asesinos iniciaron la misión creyendo que el muchacho había desertado. Mientras se dirigían por el bosque hacia el punto acordado con sus compañeros de unidad, Heungmin trató de golpearlos con todas sus fuerzas, pero fue en vano. No podía hacerles nada.
Su rabia sin embargo aumentó cuando los violadores hicieron comentarios despectivos sobre su hijo. Heungmin agarró a uno de ellos por el cuello y apretó y apretó hasta que sus manos lograron materializarse. Colérico lo asfixió mientras su compañero se quedaba mirando, probablemente superado por el shock.
En algún momento reaccionó y comenzó a correr, pero al tropezar con sus propios pies cayó de bruces y tiró el recipiente del virus que llevaba escondido en la chaqueta, el cual pretendía vender. El soldado suplicó y suplicó por su vida, pero Heungmin, ciego de ira, no tuvo compasión y antes de asfixiarlo hasta la muerte, lo obligó a beber el virus, creando de esa manera el primer infectado de la historia.
El holograma desapareció y las expresiones de Seokjin y Namjoon hablaban por sí mismas.
—No te acerques a Jung Hoseok o podrías matarlo.
—¿Matarlo?— Seokjin seguía tan impactado con lo que había visto que no pudo procesar sus palabras —Yo no quiero hacerle daño...
—Tienes una conexión con él, Seokjin. Has tenido suerte porque solo fue un roce, pero la próxima vez, si le llegas a tocar de verdad, podrías matarlo. Eso volvería a alterar el presente y las consecuencias para ti serían terribles.
—Espera... ¿Quieres decir que si te materializas, aunque no tengas intención de hacerle daño a una persona, podrías arrancarle la vida?
—Vuestra energía y la de los humanos no es la misma, Namjoon. Tener buenas intenciones no es suficiente para controlarla.
—¿Por qué estás siendo tan directa?— cuestionó el primo de Jimin —Normalmente sueltas palabras enigmáticas que nadie entiende y te vas.
—No quiero que Kim Seokjin acabe en el mismo lugar que Jang Heungmin.
—¿Dónde está ese hombre?
La mujer no contestó a la pregunta de Seokjin y el joven asumió que existía un lugar aún peor que La nada.
—¿Quién maneja El Umbral?— Namjoon aprovechó la ocasión para seguir indagando —¿Quién está al mando de todo esto?
—No lo entenderías.
—Pues descríbemelo de una manera que pueda entenderlo.
La praesidio desapareció, dejando atrás un ambiente de gran incertidumbre.
—Puta mierda— refunfuñó Namjoon —No sé qué pensar de este lugar...
—¿He estado a punto de matarlo?— Seokjin se volvió a sentar sobre la cama —Pero... También me he comunicado con Yoongi y Taehyung... ¿Por qué me ha pasado esto solo con Hoseok? Estoy muy confundido...
Namjoon se sentó a su lado.
—Tus amigos nunca te han visto ni tocado. Te has comunicado con ellos de una manera distinta, en su cabeza o a través de un sueño. Además, Yoongi hyung fue la persona que elegiste, ¿no? Eso tendría que proporcionarle cierta protección.
—Entonces el problema surgió realmente cuando Hoseok me vio en el espejo.
—Puede que el espejo haya conectado ambos mundos. Puede que, en ese momento, te sintieras unido a él y que comprendieras sus sentimientos o incluso estuvieras sintiendo lo mismo que Hobi.
—Tiene sentido...
Namjoon se levantó de la cama.
—Por suerte le caes bien a la praesidio. Su visita ha evitado una tragedia.
Seokjin titubeó al verlo salir al exterior. ¿Debía darle espacio o hablar con él? Era evidente que estaba abrumado por todo lo que había pasado.
Tras armarse de valor decidió afrontar la situación y tomar asiento sobre la hierba, justo a su lado.
—Lo siento mucho, Namjoon...
—¿Qué sientes? ¿Haberte follado a mi novio mientras estaba en la cárcel o haber estado a punto de matarlo mientras me ocultabas lo que ocurría?
—Siento todo en general— contestó cabizbajo —Aunque técnicamente no era tu novio...
—Esto es de locos— Namjoon alzó la mirada hacia el cielo —Si Jang Heungmin no hubiera causado el fin del mundo, habría hecho pasar a Hobi por un auténtico infierno.
—No era tu intención hacerle daño, solo querías vengar a tu hermano.
—Y me equivoqué— Namjoon se mordió el labio disgustado —Tomé la peor decisión y nos jodí la vida.
Un largo e incómodo silencio se cernió sobre ellos.
—¿Qué sucedió cuando regresé a tu habitación?— Namjoon no apartó la mirada del lago —¿Qué fue de Hobi tras mi muerte?
—Cayó en una profunda depresión— contestó mientras contemplaba el mismo escenario —Le costó mucho aceptar tu muerte, pero logró superar la depresión y retomar su vida.
—¿Cuidaste de él?
—Sí.
—¿Durante cuánto tiempo?
—Veinte años.
Namjoon bajó la mirada muy dolido. Él también habría pasado veinte años con Hoseok si Seokjin no hubiera cambiado el futuro.
—Siempre he pensado que no era bueno para Hobi... Siempre he creído que necesitaba a alguien con su misma luz— Namjoon arrancó la hierba de cuajo y la aplastó entre su puño —Ahora veo que tenía razón...
—Eso no es cierto. Hoseok nunca dejó de luchar por ti y tampoco dejó de amarte.
—Si me hubiera amado no se habría liado contigo.
—Tiene gracia.
—¿La tiene, hyung?
Seokjin se alzó del suelo y se sentó justo delante de él.
—Él se sentía muy solo porque la persona que amaba estaba en la cárcel y sí, conectamos e incluso nos enamoramos, pero también te quería a ti. La vida no es blanco o negro, Namjoon. Tú mismo me has pedido que sea tu novio hasta que él vuelva. Tu situación no es muy distinta de la suya.
Namjoon se quedó callado. No lo había visto desde ese punto de vista.
—Nuestras vidas son una puta mierda. La tuya, la mía y la de Hoseok, los tres estamos condenados, con o sin infectados, ¿pero sabes qué? En esta realidad estoy enamorado de ti y ponerte celoso por algo que no he hecho es de tontos.
Seokjin se iba a levantar cuando Namjoon lo agarró de la muñeca.
—Lo siento... Es que... Ha sido demasiada información y estoy muy agobiado...
El mayor se volvió a sentar a su lado. Durante un rato se mantuvieron en silencio, reflexionando sobre lo que había pasado. Era difícil de digerir y todavía se hacían muchas preguntas, pero ambos llegaron a la conclusión de que no servía de nada pelearse entre ellos.
—Tienes que saber que tú y yo somos el plan A y B... Y que no habrá plan C para Hoseok.
—¿Cómo estás tan seguro?
—Me lo ha dado a entender la praesidio cuando nos quedamos a solas.
Namjoon sonrió de pura amargura mientras dejaba caer la hierba que había arrancado. Hoseok estaba condenado a pasar su vida con alguien a quien nunca amaría. ¿Por qué el universo era tan cruel con ellos?
—Los veinte años que estuvisteis juntos... ¿Al menos fuisteis felices?
—Eso creo.
—¿Y por qué acabó?
Seokjin no quería volver a revivir las imágenes que había visto, pero se obligó a contarle la verdad.
—Unos tipos atracaron mi restaurante y me apuñalaron con Hoseok presente. No logré llegar al hospital y morí allí...
—Dime que Hobi no se quitó la vida...
—Lo siento...
Namjoon golpeó el suelo repetidas veces. Seokjin pudo sentir su frustración como suya propia.
—¿Por qué pasa siempre lo mismo?
—Eso no va a volver a ocurrir. En ambos casos se suicidó poco después de fallecer su pareja. Hoseok lleva años viviendo por su cuenta. Ese círculo se ha roto.
Namjoon se sintió esperanzado. Lo que decía tenía bastante sentido.
—¿Y ahora qué, hyung?
—No lo sé— Seokjin bajó la mirada —Lo único que sé es que no puedo ser tu novio. No sabiendo la situación de Hoseok... Es culpa mía al fin y al cabo. No lo que provocó Jang Heungmin, pero sí lo que hice yo.
Namjoon le giró el rostro y la mirada de Seokjin se agrandó cuando notó su boca sobre la suya. Fue un beso corto, pero lo suficientemente intenso como para causarle un contundente sonrojo.
—¿P-Por qué has hecho eso?
El menor se levantó del suelo y caminó hacia la casa.
—Para que sufras.
—¿Perdona?
—Por haberte follado a Hobi mientras estaba en la cárcel. Espero que tengas remordimientos de por vida.
—¡Que no me lo he follado, pero oye, si lo hubiera hecho, bravo por mí! ¡Te lo mereces por estúpido!
—¡Vete a tomar por culo Seokjin!
—¡Vete a tomar por culo Seokjin hyung! ¡No me jodas, no eres Yoongi!
En lugar de entrar en casa, Namjoon se metió en el lago. Seokjin se alarmó y salió corriendo detrás de él. Por suerte lo alcanzó antes de que el agua cubriera sus cinturas.
—¿Qué coño haces?— se molestó, pero al ver su rostro bañado en lágrimas, lo apretó contra su pecho —Tranquilo.
—No digas que todo irá bien, hyung... Nada está bien... Nada...
Seokjin lo abrazó mientras se desahogaba. No había palabras que pudieran darle consuelo. No en esa situación. Además, él tampoco sabía qué decir o hacer, por lo que se limitó a mantenerlo abrazado.
Así estuvieron un par de minutos.
Cuando las lágrimas cesaron, Namjoon se separó de él sin mirarle a los ojos. Estaba avergonzado por su reacción, pero tenía tantos sentimientos atosigándole, que no podía controlarlos.
—¿Qué pretendías hacer en el agua?
Namjoon negó con la cabeza. En realidad había entrado sin pensar.
—Lo siento, hyung...
—Yo también lo siento. Sobre todo haberme follado a tu novio...
—Técnicamente, no era mi novio...
Los dos se rieron con lágrimas en los ojos e inesperadamente, Namjoon se abrazó a él. No le gustaba mostrarse vulnerable y menos llorar delante de otros, pero en ese instante necesitaba a Seokjin y el mayor no dudó en darle lo que buscaba.
—La vida no ha sabido apreciarnos, Namjoon— Seokjin le acarició la cabeza —Y por eso, tú y yo vamos a celebrar la muerte.
Plot twist en El Umbral. ¿Cómo os habéis quedado? Que el virus se haya propagado por Corea del Sur no fue un error de los soldados como se había dicho hasta ahora. El personaje de Jang Heungmin tiene una leve mención en Evanescente, pero es tan sutil, que dudo mucho que alguien haya llegado a este desenlace. 👀
Hoseok está a salvo. Afortunadamente, su conexión con Seokjin se debe a otro motivo. ¿Quién habría imaginado que estos dos habrían estado juntos? ¿Y ese final tan trágico para Namjoon? La familia Kim definitivamente está maldita.
¿Creéis que algún día se sabrá quién está detrás de todo o quedará El Umbral como un misterio sin resolver?
Bueno, ¿y ahora qué pasará? Menudo lío se ha montado. No os preocupéis, aunque los personajes estén en un buen embrollo, yo tengo todo controlado. 🤭
Esto ha sido todo de mi parte. Me voy a tomar un descanso hasta enero, para descansar, desconectar y pasar las fiestas con mi familia. Gracias por todo el apoyo que me habéis brindado este año. No ha sido un año fácil, bien lo sabéis, pero afortunadamente está terminando mejor de lo que empezó. Espero que en 2022 pueda ponerle fin a Retrouvailles y que ya no haya más contratiempos. Disfrutad de las fiestas, seáis creyentes o no, espero que podáis descansar e iniciar el año nuevo con buen pie. Seguid dándole mucho amor a Bangtan, a Girl of My Dreams, próximamente a Christmas Tree y a todos los proyectos que vayan a salir de aquí en adelante. Cuidaros mucho, sed felices y no olvidéis nunca que valéis mucho. Felices fiestas y próspero año nuevo. Os quiero. 💜💜💜💜💜💜💜
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