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73

Hoseok acarició el cabello de Eunha con mucha delicadeza. La muchacha se había quedado dormida después de llorar desconsoladamente entre sus brazos. Hacía tres semanas que había sufrido un aborto y el dolor seguía consumiéndola.

Hoseok se quedó con ella durante media hora y luego la dejó descansar. Sungjae estaba mirando por la ventana cuando entró en la cocina.

—¿Cómo está?

—Se ha quedado dormida.

—Gracias, hyung.

Hoseok sabía que Sungjae se sentía impotente. Aunque intentaba consolar a su esposa de la mejor forma posible, ambos vivían una situación complicada que requería de tiempo para sanar.

—Eunha es una mujer muy fuerte— aseguró Hoseok con el mayor tacto posible —Sé que se va a recuperar y tú también lo harás.

—Quisiera hacer mucho más por ella, pero me siento inútil...

—Que estés con ella, la quieras y cuides, es lo más importante. No te rindas y sigue apoyándola. A ti es a quien más necesita, Sungjae.

El menor agradeció sus palabras profundamente. Tanto Hoseok como los demás habían estado pendientes de Eunha y por ello les estaría eternamente agradecido.

—Dile a Jimin que siento mucho que no podamos ir hoy.

—No te preocupes, él lo entiende.

Hoseok se tomó unos minutos más para conversar con él y después regresó a su casa. Eunha había sufrido un ataque de ansiedad en mitad del trabajo y no estaba en condiciones de asistir a la fiesta de cumpleaños de Junggi.

Al entrar en su domicilio vio a Jungkook bajando por las escaleras. Se había puesto unos pantalones negros y un suéter de cuello alto del mismo color. Aunque iban a una cena familiar e informal, se notaba a leguas que se había arreglado más de la cuenta.

—¿No deberías estar en la fiesta?

—He tenido que quedarme más tiempo en el trabajo— Jungkook se pasó la mano por el cabello. Lo llevaba algo más corto y se había rapado el lado derecho —¿Y qué hay de ti?

—Eunha ha tenido un ataque de ansiedad y la he llevado a casa— Hoseok lo agarró del brazo al notar que iba a moverse hacia la puerta —Ahora está descansando. Sé que estás preocupado, pero déjala dormir.

Jungkook se mordió el labio inferior. Había ido todos los días a verla, incluso esa misma mañana se había pasado por el hospital antes de ir a comisaría. Odiaba no poder hacer mucho por ella, pero su amigo tenía razón, debía dejarla descansar.

—Mañana iré a verla a primera hora.

—Iremos juntos— Hoseok soltó el brazo del menor —Dame cinco minutos y nos vamos.

Jungkook le concedió todo el tiempo del mundo para asearse y cambiarse de ropa. Mientras tanto se miró detenidamente en el espejo. Ya habían pasado dos meses desde el divorcio de Taehyung y aunque habían acordado darse espacio, en el fondo deseaba que pronto llegase el día en el que pudieran retomar su relación.

Jungkook creía que el tiempo que llevaban separados había sido bueno para ambos. Últimamente veía a Taehyung mucho más feliz y eso se debía a que estaba logrando seguir adelante.

Hoseok no tardó en ponerse ropa más cómoda y en salir con Jungkook de la vivienda. La pareja caminó hasta la casa de enfrente y llamó a la puerta. Yoongi fue quien los recibió en la entrada. Tras una breve conversación, se descalzaron y se reunieron con los demás en el salón.

Junggi estaba armando un puzzle mientras sujetaba a Shooky, el peluche que le había regalado Taehyung.

—¡Tío Koo!— el niño se levantó con ímpetu del suelo —¡Tío Seokie!

—¡Feliz cumpleaños!— le desearon al unísono —¿Cómo es posible que estés tan grande?— exageró Hoseok, sacándole una enorme sonrisa al chiquillo —Con tres años ya eres más alto que yo.

—No, tío Seokie. Todavía no.

—Todavía dice— Jungkook soltó una carcajada por la respuesta —El peque aspira a ser tan alto como su tío Nam. 

Junggi recibió varios besos y también un regalo de parte de cada uno. El niño les dio las gracias y se volvió a sentar en el suelo, junto a Shooky, para abrir los regalos de sus tíos.

—¿Qué te han regalado, mi vida?— preguntó Jimin con curiosidad. Yoongi, que estaba junto a su novio, se inclinó para ver qué había dentro de la caja.

Jungkook buscó a Taehyung con la mirada mientras los demás estaban atentos a la reacción de Junggi. Su corazón dio un vuelco cuando se encontró con su cálida sonrisa. Los dos se miraron con mucho afecto, hasta que el niño se alzó emocionado y esa abundante alegría cortó el contacto visual.

—¡Ohhhh!

Hoseok sintió mucha felicidad al ver su entusiasmo. Le había regalado un set de jardinería de la juguetería, con varias herramientas para trabajar en el huerto y en la playa. También contaba con una carretilla verde muy adorable y sus correspondientes guantes.

—Muchas gracias, tío Seokie— dijo exultante. Su expresión alegre cambió sin embargo cuando vio el regalo de Jungkook —¿Qué es?

—Una cometa— le contestó Jungkook —¿Sabes lo que puede hacer? Puede volar.

La boca de Junggi se agrandó tanto que provocó varias risas entre los adultos. Jungkook había optado por hacerle un regalo a mano, con colores muy alegres y un diseño en forma de pulpo muy divertido y adorable.

—Dale un abrazo a tus tíos— le pidió Jimin.

Junggi dejó los regalos en el suelo y se abrazó a ellos.

—Gracias— expresó con su vocecita angelical —Me gustan mucho.

Hoseok y Jungkook sintieron mucha ternura, especialmente cuando se volvió a sentar en el suelo a mirar sus regalos. 

Junggi había sido muy afortunado. De Yoongi había obtenido un caballete de madera hecho a mano, en el que llevaba toda la tarde dibujando. Jimin en cambio le había obsequiado con un set de instrumentos musicales, entre los que se encontraban tambores y panderetas.

Jimin les agradeció por los regalos y luego los invitó a pasar a la cocina. Hoseok aprovechó ese momento para contarles por qué Eunha y Sungjae no podían unirse a la fiesta. Tanto Yoongi como Jimin entendieron la situación y quedaron en ir mañana a ver cómo seguían.

La cena transcurrió en un ambiente relajado. Los amigos de Junggi habían estado allí al mediodía, precisamente para tener por la noche una velada familiar. Las conversaciones fueron animadas, las risas constantes y el niño se divirtió mucho oyendo las historias que le relataron sus tíos.

La que más le fascinó fue la que le contó Hoseok sobre un sabio koala que vivía en un bosque encantado, lejos de la civilización. No podía salir de allí y aun así era capaz de ver todo lo que ocurría en el mundo de los humanos.

Seokjin y Namjoon, que estaban celebrando el cumpleaños de Junggi en El Umbral, brindaron con champán por la entrañable referencia. 

Yoongi se percató de que Taehyung y Jungkook cruzaban miradas a cada rato. Era la primera vez en mucho tiempo que los veía actuar así delante de otros, por lo que pensó que quizá estaban saliendo.

Después de la cena sirvieron la tarta que habían preparado Yoongi y Jimin. Junggi se emocionó mucho al ver que era de chocolate. Hoseok le acercó una silla para que el niño pudiera apreciarla mejor, pero al inclinarse se manchó la nariz con el glaseado, lo que hizo sonreír a todos.

Jimin aprovechó y tomó un poco más de glaseado para dibujarle bigotitos.

—Ahora tengo dos gatitos— presumió orgulloso.

Junggi se rió de una manera entrañable, aunque no comprendió del todo a qué se refería su papá. Taehyung le sacó una fotografía para inmortalizar el momento mientras Jungkook posó la mirada sobre Yoongi, que estaba comiendo un dulce y no se había percatado de nada.

—¿Uhm?

Su desconcierto provocó varias carcajadas, especialmente en Hoseok, Taehyung y Jungkook. Jimin se acercó y le dio un beso en la frente. Su expresión le había parecido tan adorable que no había podido resistirse.

Después de soplar las velas hubo aplausos, fotos y risas, pero también cumplidos para la pareja por lo rica y jugosa que estaba la tarta.

Cuando terminaron de cenar pasaron al salón. Junggi siguió jugando con sus regalos bajo la supervisión de Jimin mientras Yoongi conversaba con Hoseok en el sofá. Jungkook notó que el único que se había quedado en la cocina era Taehyung, por lo que decidió ir a su encuentro.

—¿No te unes a nosotros?

—No quería dejar esto desordenado— Taehyung metió los últimos platos dentro del fregadero —La cometa que le has hecho a Junggi es muy bonita. Con ese regalo también podrán disfrutar sus padres.

—La colina es el lugar ideal para echarla a volar— aseguró mirándole de arriba abajo. El pantalón que vestía Taehyung era bastante ajustado y remarcaba bien su figura. Además llevaba una camisa negra de flores rojas muy elegante —Seguro que los tres lo pasarán muy bien.

—Eres muy considerado— el mayor se giró hacia él y se apoyó sobre la encimera —Me gusta que seas así.

—¿Considerado?

Taehyung sonrió y Jungkook guardó silencio. Por su tono de voz parecía que le estaba coqueteando.

—¿Y qué más te gusta de mí?

Taehyung lo contempló sin pudor. Ambos llevaban días tonteando, pero en ese momento el flirteo era mucho más intenso. Jungkook se fue acercando hasta detenerse a centímetros de su boca y el mayor no se apartó. No quería alejarse. No quería buscar una excusa para no sentir lo que sentía por Jungkook porque era demasiado fuerte.

—¿Qué más te gusta de mí?— volvió a repetir en un tono más profundo.

—Tus besos.

El corazón del menor se agitó por la respuesta. Lentamente lo tomó del cuello y fue depositando su boca sobre la suya. Mientras le acariciaba la piel, los brazos de Taehyung comenzaron a hacerse con su cintura.

Ambos se unieron al compás de sus lenguas, acelerando su respiración con cada caricia. Taehyung había soñado innumerables veces con su boca y ahora la estaba teniendo; al fin la estaba sintiendo otra vez, aunque fuera por un minuto, Jungkook volvía a ser suyo.

—Te echo de menos— confesó Taehyung entre beso y beso —Te echo tanto de menos...

Jungkook se sentía igual. Tenía la misma necesidad que él y cada día le costaba más esfuerzo mantenerse alejado del hombre al que amaba.

—Te amo— susurró mientras le besaba la mejilla y el pómulo derecho —Te amo tanto que duele.

Taehyung sabía bien a qué se refería. Empujado por sus sentimientos le giró el rostro para iniciar otro profundo beso con lengua, el cual no tardó en disparar la temperatura entre ellos. Jungkook no pudo contenerse y deslizó las manos hacia su trasero. Extrañaba tanto el contacto físico con él que no pudo resistirse a tocarlo.

Pero ese contacto llevó a Taehyung a separarse de él.

—Lo siento...

—No te disculpes. Yo lo deseo tanto como tú, pero es el cumpleaños de Junggi y este no es el lugar más adecuado para perder el control.

—Así que te estoy haciendo perder el control.

El mayor alzó la mirada hacia él. Su pícara sonrisa le indicó que lo estaba disfrutando.

—Eres tú el que me ha manoseado.

—Y eso te ha excitado, ¿verdad?

—No soy de piedra— Taehyung se encogió de hombros —No me voy a disculpar por tener necesidades.

—Quédate a dormir en mi casa— Jungkook se inclinó levemente y le susurró al oído —En mi cama puedes perder el control.

A Taehyung se le erizó el vello del cuerpo. Aunque la propuesta era tentadora y mucho además, también era consciente de que seguían siendo el tema de conversación de la isla. Los rumores no habían cesado en meses y no quería que ensuciaran aún más la imagen de Jungkook.

—No puedo...

—No te estoy pidiendo que salgas conmigo. Sé que todavía es pronto. Solo digo que...

—¿Follemos como amigos?

Jungkook se mordió la carne de la boca. ¿Había una forma más apropiada de decirlo? Probablemente no. Eso era justo lo que le estaba proponiendo.

—Deja la ventana abierta, Kook.

—¿La ventana?

—Si entro por detrás nadie me verá— Taehyung le tocó ligeramente el cuello del suéter —Solo deja la ventana abierta.

Jungkook sintió un vuelco en el corazón al ver su sonrisa. ¿De verdad estaba dispuesto a dar ese paso con él? El joven no pudo resistirse y volvió a adueñarse de su boca.

Junggi entró en la cocina y los pilló besándose.

—¿Qué es?

Taehyung se apartó de Jungkook al oír la voz del niño.

—Tiene muchos brazos— Junggi señaló la cometa que cargaba consigo —¿Qué es?

—Es un pulpo— aclaró Jungkook.

—¿Un pulpo?

Taehyung y Jungkook intercambiaron una breve mirada. Junggi nunca había visto un pulpo y por ende no sabía lo que era. La pareja decidió regresar al salón para resolver las dudas del pequeño. Los tres se sentaron en el suelo mientras Yoongi, Hoseok y Jimin seguían conversando animadamente en el sofá.

—Los pulpos son animales muy inteligentes que viven en el mar— le dijo Jungkook a Junggi, que se había acomodado sobre su regazo —Estos brazos que ves se llaman tentáculos y con ellos pueden hacer cosas increíbles.

Tenculos.

—No, tentáculos. Ten-tá-cu-los.

Taehyung se quedó ensimismado viendo como lo trataba Jungkook. Era adorable lo bien que se llevaba con Junggi y lo atento que se mostraba el niño con todo lo que decía.

«Kook sería un padre estupendo» pensó atrapado por la escena. Taehyung notó que alguien le estaba mirando. El joven se sintió avergonzado por la sonrisa que le dedicó su mejor amigo. Era evidente que Jimin intuía lo que estaba pensando.

El sonido del timbre llamó la atención de todos. Hoseok se levantó del sofá entre risas y fue a ver quién era. Changwook estaba a punto de irse cuando lo llamó desde la puerta.

—Ah, Hoseok... Solo pasaba por aquí por... Bueno...

El menor advirtió que sostenía un regalo entre las manos. Al haber sido pareja de Taehyung, Changwook había creado una relación con Junggi y aunque ya no era parte de la familia, seguía queriendo mucho al niño.

—Alguien que educa a niños debería ser más puntual.

—Yo no vengo a la fiesta... Solo... ¿Podrías darle el regalo?

—Entra y dáselo tú.

Changwook prefería no pasar. No quería que su presencia pudiera crear tensión innecesaria.

—Hazme este favor.

Hoseok no insistió. Lo que menos quería era obligarlo a hacer algo que no deseaba. El joven salió al exterior y tomó el regalo con ambas manos.

—¿Me dejas al menos traerte algo calentito? Hace mucho frío.

—Mañana por la mañana.

—¿Mañana por la mañana?— repitió Hoseok sin comprender —¿Qué es mañana?

—Te espero para desayunar— Changwook sonrió y bajó los escalones —Sé puntual.

—Siempre soy puntual— replicó ofendido —Soy más puntual que un reloj suizo.

—Y más preciso también.

Hoseok resopló mientras se despedía con la mano. Un viento gélido le hizo estremecerse de arriba abajo. El joven entró apresuradamente en la vivienda y se sacudió ante la mirada de Mellie.

—Hace mucho frío. Mejor no salgas.

La perrita ladró dos veces antes de regresar con él al salón y tumbarse junto a la chimenea.

—Tengo algo para ti, Junggi— Hoseok se inclinó a su lado y le entregó el regalo —Es de parte del tío Changwook.

—¿Era él?— se sorprendió Jimin —¿Por qué no ha entrado?

—Se pasará otro día.

Jungkook miró a Taehyung y se encontró con una expresión muy serena. Aunque los tres estaban en buenos términos, pasar un rato bajo el mismo techo podía resultar todavía algo incómodo.

Junggi abrió el regalo y sonrió. Era un juego en el que debía completar las láminas de animalitos, colocando los pivotes de colores en su sitio.

—No esperaba menos del director— expresó Yoongi al ver que se trataba de un juego educativo —Mañana iremos a su casa a darle las gracias.

—Sí.

—¿Quieres que juguemos?— le preguntó Taehyung —Tiene pinta de ser muy divertido.

Junggi cogió la mano de su tío Tete y miró a su tío Koo muy entusiasmado. Estaba impaciente por probar el juego, pero sobre todo estaba impaciente por jugar con ellos.

Los tres se fueron a la cocina para tener más espacio y Jimin los siguió con la intención de preparar un té. Hoseok se dejó caer en el sofá mientras Yoongi también tomaba asiento.

—Tienes cara de cansado. Deberías trabajar menos, Hoba.

—Ya estoy trabajando menos. Changwook hyung me tiene controlado.

—¿Controlado?— Yoongi arqueó una ceja —Explícame eso.

—Quedamos a veces para desayunar, comer o cenar. Hay días en los que dice necesitar un médico, pero solo lo hace para que no me entierre en el trabajo. La primera vez caí, pero es tan malo mintiendo— aseguró entre risas —Siempre sigue el mismo patrón. Es ridículo, te lo juro.

Neysa subió al sofá y se acomodó sobre el regazo de Yoongi.

—Parece que os lleváis muy bien— comentó mientras acariciaba a la gatita —Me alegro de que seáis tan buenos amigos.

—¿Puedo comentarte algo?

—Sabes que sí.

—En estos años no he sentido ninguna clase de atracción hacia nadie. Creía que estaba vacío o que no congeniaba con las personas de la isla, pero con Changwook hyung es diferente.

—¿Te sientes atraído por él?— Yoongi notó que Hoseok asentía tímidamente —¿Y cuál es el problema? 

—Joonie quiere que viva y sé que él entiende que rehaga mi vida— el menor entrelazó las manos un poco incómodo —Es solo que... Changwook hyung es el ex de Taehyung y no cualquier ex. Estuvieron casados y sé que todavía le quiere.

Neysa comenzó a ronronear por los mimos que estaba recibiendo.

—Puede que todavía le quiera, al igual que tú también sigues queriendo a Namjoon, pero eso no quiere decir que no sienta nada por ti.

—¿Eso crees?

—Mira, que sea el ex de Tae no significa nada. Ellos han terminado y no van a volver— Yoongi trató de ser empático, pero también firme en su respuesta —No te eches atrás antes de intentarlo, Hoba. Eres muy joven y tú también mereces ser feliz.

Hoseok bajó la mirada pensativo. Lo que sentía por Changwook estaba comenzando, no era algo fuerte, pero le ilusionaba y asustaba a partes iguales. No quería precipitar las cosas, pero tampoco quería perder la oportunidad, si es que la había.

—Es evidente que tienes un tipo. A ti te van los intelectuales.

—No puedo negarlo— Hoseok alzó la mirada y sonrió —Una mente culta es muy sexy.

—Tienes razón.

Jimin se unió a ellos cargando una bandeja.

—¿De qué estáis hablando?— preguntó antes de servir el té.

—De hombres— respondió Yoongi —De hombres que están muy buenos.

—Así que estáis hablando de mí.

Hoseok sonrió al ver cómo se besaban. Después de muchos años quería tener lo mismo que tenían Yoongi y Jimin. Después de muchos años regresó el deseó de tener a alguien a su lado que lo abrazara por las noches y lo quisiera incondicionalmente.

Hoseok no sabía si ese hombre podría ser Ji Changwook, pero no había nadie en la isla que le hiciera sentir tan cómodo como lo hacía él. No en términos sentimentales, al menos. Y eso ya era mucho, dada su situación.

Taehyung y Jungkook jugaron con Junggi hasta que el niño comenzó a bostezar. La pareja lo preparó para dormir y una vez lo metieron en la cama, se unieron los demás a desearle las buenas noches. El pequeño de la casa estaba tan cansado que ni siquiera les pidió un cuento. Tampoco tardó en caer en un profundo sueño. Había sido un día muy emocionante para él, pero también algo agotador.

Los adultos bajaron al salón y siguieron conversando durante un rato más. Después de media hora, Hoseok y Jungkook decidieron regresar a casa, dado que mañana era día de trabajo y todos estaban un poco cansados.

El maknae miró a Taehyung antes de salir de la vivienda, pero su ex no le correspondió a la mirada. Quizá no se había percatado o no quería que los demás sospecharan de su relación, aunque no tenían una relación definida.

Hoseok se fue a dar una ducha mientras Jungkook paseaba pensativo por el salón de su casa. ¿Había cambiado Taehyung de idea? El menor suspiró con cierta inquietud. Se habían besado, habían tonteado e incluso habían pasado toda la fiesta juntos. ¿Así que por qué tenía dudas? ¿Por qué le invadía la inseguridad?

Jungkook se metió en la cocina y abrió la ventana. Si Taehyung se echaba atrás, no se lo tendría en cuenta, pero ¿y si no lo hacía y se encontraba con la ventana cerrada? El joven decidió dejarla abierta por si realmente decidía pasar la noche con él.

Nervioso subió al piso de arriba, donde se aseó mientras le daba vueltas al asunto. Contra más reflexionaba sobre su conversación con Taehyung, menos le encajaba la expresión que vio en su rostro antes de irse.

Jungkook se sentó en la cama de su dormitorio y esperó. Esperó durante más de una hora, pero Taehyung no apareció.

Desanimado se puso el pijama y se acurrucó entre las sábanas. Era evidente que se había precipitado al proponerle algo así. El maknae cerró los ojos e intentó apagar la vocecita de su cabeza, pero no pudo; se sentía avergonzado, aunque no tenía razones para estarlo. Eran adultos y estaban solteros. No tenía que sentirse mal por ser honesto con Taehyung.

Un leve sonido le llamó la atención. Jungkook se incorporó para mirar hacia la puerta, pero estaba cerrada, por lo que volvió a tumbarse. Aún así notó que algo no encajaba. Tenía la sensación de que no estaba solo y esa impresión se confirmó cuando sintió que alguien se subía a la cama.

Lo único que iluminaba la habitación era la luz de la luna, que esa noche brillaba especialmente fuerte. Taehyung lo giró y se posicionó encima de él para mirarle a los ojos.

—Te dije que me dejaras la ventana abierta.

—La dejé abierta— respondió con el corazón agitado —¿Por dónde demonios has entrado?

—Por el balcón.

—¿Has subido por la fachada?

—¿Sorprendido?— sonrió pícaramente —Es una habilidad que he adquirido gracias a ti.

—¿A mí?

—Me encerraste hace más de cuatro años, ¿recuerdas?— Taehyung le dio un leve golpecito en la frente —Por algún lugar tenía que salir.

—Lo siento...

—Quedas perdonado.

Jungkook se quedó contemplando su rostro. A pesar de la escasa luz pudo apreciar el brillo que había en su mirada.

—¿Llevas pijama?

—Pensé que no vendrías...

Taehyung ignoró la respuesta y lo besó apasionadamente, aunque el beso apenas duró unos pocos segundos. El joven empujó a Jungkook boca abajo y metió las manos bajo su ropa. El maknae se mordió el labio inferior; las manos de Taehyung estaban frías, pero no se inmutó por ello, era un lujo sentirlas recorriendo su espalda.

Jungkook notó que retiró la mano al tocar una de sus cicatrices.

—¿Te da dentera?

—Para nada— respondió en voz baja —No sabía que las tenías.

—¿No las notaste cuando follamos en tu casa?

—Ese día no estaba muy sobrio— Taehyung las volvió a tocar suavemente —¿Cómo te las has hecho?

—Te lo cuento después de hacer el amor.

—Eso es chantaje— se inclinó y le mordió la oreja —Pero te lo permito porque te iba a hacer el amor de todas formas, cachorrito.

«Cachorrito» sonrió emocionado. Hacía años que no oía esa palabra y la había añorado mucho. 

Taehyung le giró el rostro para besarlo y el maknae le metió la lengua anhelando su sabor. Mientras se amaban con la boca se fueron despojando de la ropa, hasta que el mayor trató de abrir la chaqueta del pijama y no pudo. Uno de los botones no cedía, a pesar de su insistencia, lo que le impulsó a gruñir y a Jungkook a soltar una risa entrañable.

—Jodido botón— maldijo tras arrancarlo —Mañana lo vuelvo a coser.

Jungkook se quitó la chaqueta y se recostó sobre el colchón. Taehyung contempló su sonrisa y cómo se apartaba el cabello del rostro. Era tan hermoso, tan esbelto y sensual que le quitaba el aire.

—¿Hobi hyung está en casa?

—Sí— murmuró tratando de controlar su excitación —Seguramente ha sido él quien ha cerrado la ventana.

✦✦✦

Taehyung le bajó el bóxer lentamente. A Jungkook le encendió ver cómo miraba su cuerpo. Parecía ansioso por tomarlo, hambriento por explorar cada rincón de su piel, aunque no creía que lo estuviera tanto como lo estaba él.

—Seamos silenciosos— pidió sin mirarle a los ojos —Es mejor que Hobi hyung no se entere.

Jungkook sabía que todavía sentía vergüenza por lo que había sucedido en su casa.

—Follaremos como ninjas— dijo con la intención de hacerle reír y lo consiguió; Taehyung soltó una risita que le aceleró el corazón.

El mayor se recostó sobre su cuerpo para besarle. Jungkook lo agarró del trasero dejándose llevar por sus instintos. Ninguno tenía que contenerse, eran libres de hacer lo que quisieran y lo que más deseaban era estar juntos.

Taehyung le presionó entre las piernas mientras seguía amando su boca. Jungkook se apartó levemente soltando un suave jadeo de placer. El mayor abrió los ojos y notó cierta impaciencia en su mirada.

—¿Tienes prisa?

—Llevo esperando hora y media...

—Lobito impaciente— Taehyung se deslizó por su cuerpo, besando suavemente su piel —Dijiste que aquí podíamos perder el control. ¿Quieres perder el control, amor?

Jungkook se mordió el labio en cuanto su amante tomó su pene con la boca. Hacía tanto tiempo que no experimentaba esa sensación, que necesitó agarrarse de las sábanas. Taehyung chupó y succionó notando su lucha interna por contenerse.

—Echaba de menos chupártela— dijo contra su miembro, en voz baja y suave —Se siente rico, ¿verdad?

Jungkook se tapó la boca con la mano. ¿Por qué tenía que hablarle así cuando ya estaba tan excitado? Taehyung sonrió y continuó lamiéndolo con mucha delicadeza, pero sin quitarle la vista de encima. Ver cómo reaccionaba cuando se movía hacia el glande o acariciaba sus testículos era una delicia.

A pesar de lo mucho que lo estaba disfrutando, Taehyung se detuvo al rato porque no quería que se corriera en su boca. Le habría gustado, mucho además, pero deseaba hacerle el amor.

Jungkook recuperó la respiración sintiendo sus labios sobre sus muslos. Taehyung no le concedió mucho tiempo para recuperarse; el maknae notó pronto cómo le metía un dedo.

—Ah, Tae... ¿Has traído...?

—Cierra los ojos y déjate llevar, cachorrito— le pidió en un tono muy profundo —Tu chico lo tiene todo controlado.

Jungkook hizo lo que dijo y se dejó llevar por las sensaciones que lo envolvían. Taehyung se fijó en sus mejillas sonrojadas, la boca ligeramente entreabierta y las arruguitas que se le formaban en la frente cuando lo penetraba con los dedos. Había añorado verle tan expuesto, tan entregado y vulnerable.

Jungkook se giró bruscamente y apretó el rostro contra la almohada. Sabía que debía estar en silencio y no quería arriesgarse a gemir muy alto. Cuando quiso volver a su posición se vio sorprendido por cómo Taehyung lo empujó contra la cama. Lo siguiente que sintió fue que algo grueso se abría paso hacia su interior.

Jungkook gimió otra vez contra la almohada, aunque bastante más alto de lo que deseó. Taehyung le colocó un cojín a la altura del vientre para que la penetración fuera más fluida y eso fue justo lo que sucedió.

El mayor hundió el rostro entre el cabello del menor e inhaló su aroma mientras lo tomaba. Jungkook sintió su peso sobre su cuerpo y amó la sensación; quería besarlo, quería sentir el calor de su boca, su lengua empujando contra la suya, pero en esa posición no era una opción. Taehyung apretó su mano sobre la suya y ese contacto terminó con su pequeña agitación.

—Ah... Tae...

Taehyung le besó el cabello mientras oía sus deliciosos gemidos. Las embestidas fueron tomando más intensidad y también la fogosidad entre ellos. El mayor no dejó de susurrarle cosas al oído que aumentaban la excitación del menor.

Cuando Taehyung notó que su amante se estaba acercando al orgasmo, se detuvo y salió de él. Jungkook le miró con el ceño fruncido, casi reclamándole por haberse detenido, pero en cuanto vio que se había tumbado boca arriba y le estaba señalando que se situara sobre él, comprendió que Taehyung solo quería cambiar de posición.

—Colócate encima.

Jungkook siguió sus instrucciones y se posicionó sobre él, apoyándose de pies y manos. Taehyung lo volvió a penetrar con cuidado, pero el que marcó el ritmo ahora fue el menor.

Jungkook comenzó a moverse intensamente, disfrutando de las expresiones de placer que cubrían el rostro del mayor. Ahora sí podía ver a Taehyung, incluso podía besarle si quería y no dudó en hacerlo varias veces.

Jungkook podía sentir su pene con tanta profundidad que le volvía loco. Sobrepasado por esas sensaciones dejó escapar un gemido tan alto que obligó a Taehyung a taparle la boca entre risas.

—Shhh... Nos van a pillar...

Jungkook sonrió al ver el brillo que había en su mirada, pero esa sonrisa se desvaneció al sentir una fuerte sacudida.

—Tae... Me voy a...

—Córrete sobre mí— pidió, y Jungkook lo cumplió al eyacular sobre su torso. El menor apenas logró mantenerse sobre su amante cuando llegó al clímax, por lo que Taehyung decidió tumbarlo boca abajo y terminar con el misionero.

Jungkook se agarró de su espalda mientras Taehyung le daba las últimas embestidas antes de correrse. El maknae contempló su expresión de éxtasis sintiendo que el tiempo se detenía para ellos.

«Qué agradable sensación es estar dentro de ti» pensó Taehyung. Embriagado hundió la nariz en su cuello y respiró su aroma. No quería salir, quería mantenerse más tiempo dentro, pero sabía que no podía. Cuando su miembro resbaló fuera de él, Jungkook soltó un suave gemido. 

Ambos se tumbaron en la cama, pegados el uno al otro, tratando de recobrar la respiración. Jungkook vio cómo se quitaba el preservativo y lo dejaba caer al suelo.

✦✦✦

—No lo tires, me mancharás el suelo.

—Ya lo limpiarás, no seas quejica— Taehyung se acomodó sobre su pecho —Ahora dame mimos.

—¿No venías solo a follar?

—Los mimos van incluidos en el servicio. ¿No estabas al tanto?

Jungkook le acarició el cabello entre risas mientras Taehyung disfrutaba de las tan ansiadas caricias. Estaba cansado pero era un cansancio agradable, sobre todo estando entre los brazos del hombre al que amaba.

—Quédate a dormir esta noche.

Taehyung abrió los ojos lentamente. Quería quedarse, pero sabía que no podía.

—¿Cómo te hiciste las cicatrices?

—Una tormenta hundió nuestro barco. Algunas partes de la embarcación nos golpearon en el agua... Yoongi hyung y yo sobrevivimos a duras penas, pero afortunadamente llegamos a tierra y nos resguardamos en una caravana durante unas semanas.

Taehyung no supo qué decir y Jungkook lo notó por su silencio. Abrumado lo apretó con más fuerza y hundió el rostro en su pecho. El maknae acarició su espalda sabiendo que así al menos rebajaría su angustia.

—Ahora solo es uno de tantos recuerdos.

—Siento que hayas pasado por tanto... Ojalá os hubiera encontrado... Pero no fui capaz...

—Nos buscaste y eso jamás lo olvidaré.

Los dos se quedaron abrazados, en silencio, disfrutando de su mutua compañía. Taehyung se levantó a los cinco minutos y comenzó a vestirse. Jungkook no lo detuvo aunque quería que se quedara a pasar la noche con él.

—¿Volverás?

Taehyung se abrochó el pantalón y se giró hacia él. Jungkook no se había movido, seguía desnudo, con el pelo sudoroso y alborotado. Aquella imagen era tan bella que no la olvidaría en la vida.

—Volveré muy pronto.

Jungkook sonrió pero su sonrisa desapareció cuando Taehyung salió al balcón.

—¡Espera!— el maknae se levantó de la cama y corrió detrás de él, pero cuando salió al exterior, Taehyung ya no estaba —Utiliza la puerta...

Jungkook comenzó a tiritar por el frío que hacía. Se había olvidado la manta y salir desnudo en pleno invierno no había sido una buena idea.

—Entra ya o te vas a resfriar.

El maknae miró hacia abajo y lo vio bajo un árbol. Su corazón dio un vuelco de puro alivio. No quería que descendiera por la fachada porque podía ser muy peligroso, pero Taehyung le sonrió como si hubiera sido lo más sencillo del mundo.

—¿Qué haces con el pito al aire?— le preguntó Hoseok desde el balcón de su dormitorio —Se te van a congelar los huevos.

Taehyung se escondió detrás del árbol mientras Jungkook se metía avergonzado en su cuarto. El menor cerró la puerta con tanta brusquedad que se cargó la manilla.

—Qué raro es— farfulló Hoseok asombrado por su comportamiento.

Taehyung tuvo que contener la risa por lo absurdo de la situación. Afortunadamente Hoseok no le había visto y era mejor así; lo que había entre ellos era asunto suyo y por un tiempo deseaba que siguiera así. 

Eunha está pasando por un mal momento. ¿Podrán ella y su marido superar una situación tan delicada?

Junggi es un niño muy afortunado, ¿verdad? Tiene el amor de muchas personas. 🥺

Hoseok se siente atraído por Changwook. ¿Creéis que el director siente algo similar o es demasiado pronto?  👀

Separarse por un tiempo les ha venido bien a ambos, pero como era de esperarse, Taehyung y Jungkook no pueden vivir el uno sin el otro. ¿Os parece bien que de momento se vayan a ver en secreto? ¿Qué opináis? 🤔

¿Os ha gustado Yours? A mí me parece una canción preciosa. Dadle mucho amor, nuestro Seokjin se lo merece. 💜

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