72
Yoongi dejó el calzado en el armario de la entrada y alzó la voz para hacerles saber que había llegado. El único que contestó fue Jimin, por lo que asumió que Taehyung y Junggi no estaban en casa.
El joven saludó a Mellie cariñosamente y luego subió rápidamente por las escaleras. Arriba del todo se topó con Neysa, que le dedicó una intensa mirada.
—Ya he vuelto— Yoongi la acarició con mimo —¿Has dormido bien? ¿Sí? Pues todavía tienes cara de sueño. Deberías echarte otra siesta.
Neysa maulló satisfecha y regresó a la cama de Junggi. Taehyung siempre decía que la gatita tenía predilección por Yoongi y era verdad; lo buscaba constantemente y no era así con todo el mundo.
Yoongi encontró a Jimin sacando varias cosas del armario de su dormitorio. Había un montón de ropa sobre la cama y múltiples cajas tiradas en el suelo.
—Ya has tardado en iniciar la limpieza de enero. Llevas semanas diciendo que te pondrías a ello.
—Entre el trabajo y el nene no he tenido tiempo— Jimin hizo una pausa significativa y luego añadió —Además, me daba mucha pereza.
—Eso me cuadra más— Yoongi se rió y le dio un beso en la boca —¿Dónde está Junggi?
—En el parque con TaeTae.
—¿Quieres que te ayude?
—¿Puedes mirar dentro de esas cajas? No recuerdo que hay ahí— Jimin señaló las que estaban en el suelo, junto a la cama —¿Cómo te ha ido en la sesión de hoy?
—Hemos hablado de mi infancia y del tiempo que pasé con Tae en casa de mis abuelos— Yoongi cogió una caja del suelo y se sentó sobre la cama —Me ayuda hablar del pasado, incluso de temas que no parecen tener tanta importancia.
—Lo estás haciendo muy bien— dijo muy orgulloso —Poco a poco te irás sintiendo mejor.
Yoongi estaba de acuerdo. De hecho ya se sentía mejor. Llevaba dos meses yendo a terapia y la confianza que sentía hacia su terapeuta crecía con cada conversación. Mientras repasaba para sí mismo lo que habían hablado, sacó un álbum de fotos del interior de la caja.
—Aquí hay fotos tuyas— comentó pasando las páginas. Yoongi se detuvo en una imagen de Jimin cuando tendría alrededor de la edad de Junggi —Tu hijo se parece mucho a ti. Sois prácticamente iguales.
Jimin sonrió por el comentario y se sentó a su lado.
—Todavía me sorprende que mi padre no haya quemado mis fotos.
—No podía quemarlas, en muchas sales con JK.
Jimin le miró indignado, pero terminó soltando una carcajada. Cuando se trataba de su novio era capaz de tomarse las cosas más dolorosas y frustrantes con humor.
—Agradezco que las haya guardado— Yoongi le dio un beso en la mejilla —Así puedo ver lo adorable que eras de niño.
—Sigo siendo adorable.
—Muy adorable.
Jimin comenzó a pasar las páginas entre risas y besos. Yoongi le siguió el juego hasta que vio una fotografía que le dejó a cuadros.
—La conozco— señaló a una muchacha de cabello claro —La vi en el hospital.
—¿Cómo puedes conocerla?— respondió Jimin incrédulo —Es Byulyi noona, la novia de Yongsun noona.
—No recuerdo el motivo por el que tu amiga estaba en el hospital, pero sé que estaba de viaje con su novia en Daegu— el mayor trató de hacer memoria —Me encontraba allí por Tae. Ella me ofreció una bebida y me dio un poco de conversación. Fue muy amable conmigo.
—¿Seguro que fue ella?
—Sé que parece una locura pero lo era— insistió sin duda alguna —Te lo juro, Jimin.
—¿Entonces conociste a la novia de mi mejor amiga antes que a mí?— la coincidencia le sacó una sonrisa —El mundo es muy pequeño.
—O simplemente estábamos destinados a conocernos— Yoongi le miró fijamente a los ojos, pero Jimin se levantó de la cama sin decir nada —¿Te ha molestado lo que he dicho?
—No, qué va— se giró sonrojado —Pienso lo mismo que tú.
Yoongi contempló su dulce mirada. Era consciente de que no decía todo lo que sentía por respeto hacia su situación. Jimin se sentó en el suelo y comenzó a mirar el contenido de una caja. El mayor se arrodilló a su lado y lo cogió de la muñeca, provocando con ese gesto que alzase la vista hacia él.
—Gracias por todo lo que estás haciendo por mí. Sé que he sido muy cambiante y que no es fácil lidiar conmigo.
—La vida no es fácil, mi amor— Jimin le tocó el rostro suavemente —No importa lo difícil que sea, mientras tú y yo estemos juntos. Sabes que lo único que deseo es tu bienestar, ¿verdad?
—Lo sé.
—Tu bienestar y que la casa esté ordenada.
Yoongi se echó a reír. Jimin siempre sabía qué decir para hacerle sentir cómodo.
—Quiero que me acompañes a la siguiente sesión. Necesito contarte algo y... Me sentiría mucho mejor si lo pudiéramos hablar allí.
—¿Estás seguro?
—Tienes derecho a saber por qué no te dejo hacerme el amor.
Jimin sabía que tenía algo que ver con Park Hyungsik, pero nunca le había pedido detalles. Le quería demasiado y no deseaba causarle más dolor del que ya sufría.
—No quiero saberlo si decírmelo te va a causar daño.
—Necesito decírtelo para poder avanzar— Yoongi le apretó la mano y Jimin le regresó el apretón —Necesito compartirlo contigo o me quedaré estancado.
—Entonces iré contigo— el menor lo estrechó entre sus brazos —Iré tantas veces como necesites. No estás solo en esto, ¿de acuerdo?
—Te tengo a ti— Yoongi le rodeó la espalda aliviado —Gracias por apoyarme.
—Te amo— le susurró al oído —Todo saldrá bien.
Yoongi cerró los ojos. Le daba miedo mostrarle cómo era en realidad; le daba miedo que Jimin lo viera tal y como era. Su pasado no era agradable, sus cicatrices no eran bonitas, pero aun así tenía que hacerlo. Debía hacerlo o nunca hallaría la paz.
Changwook aguantó la respiración a duras penas. Solo iba por el tercer ejercicio, pero los pinchazos en el brazo se habían vuelto tan intensos, que le dificultaban el movimiento.
—Me cuesta...
—Descansa— le pidió Hyun Bin, el fisioterapeuta que lo estaba tratando —Vamos a tomarnos un momento.
Changwook desvió la mirada y vio a Hoseok apoyado contra la pared, apuntando algo en su libreta. El menor asistía a todas sus sesiones sin importar el horario. Siempre se las ingeniaba para ser parte de ellas.
—Estos ejercicios son más complicados que los otros, pero no te rindas, estás yendo por buen camino.
Hoseok fijó la mirada sobre Kim Taepyung, a quien todo el mundo llamaba Hyun Bin. El hombre de treinta y nueve años se había especializado en fisioterapia deportiva en Seúl. Las dolencias de Changwook no eran de su especialidad, pero era la persona con mayor conocimiento en la materia y Hoseok confiaba plenamente en sus capacidades.
Inmerso en su labor continuó apuntando cada detalle que le resultaba educativo. Hyun Bin era el único fisioterapeuta en toda la isla y aunque estaba formando a varias personas más, Hoseok creía que también debía aprender de él. Así podría ayudar a su paciente y entender un poco mejor el cuerpo humano.
Changwook y Hyun Bin siguieron trabajando durante veinte minutos y en ese tiempo no se perdió ni el más mínimo detalle.
—Lo has hecho muy bien— le alabó el fisioterapeuta —Seguimos el martes.
—¿El martes a qué hora?— preguntó Hoseok.
—A las cinco de la tarde.
Hoseok frunció el ceño. ¿Tenía algo proyectado para esa hora? Changwook notó su desconcierto y suspiró.
—Sabes que no tienes que venir a todas las sesiones, ¿verdad?
—Gracias por tu trabajo— Hoseok ignoró las palabras de Changwook e hizo una leve reverencia, a la que Hyun Bin respondió con otra —Nos vemos el martes.
Changwook aguardó a que el hombre saliera de la habitación.
—Te estás extralimitando.
—¿Como médico? Desde luego— Hoseok le entregó una toalla blanca —¿Como amigo? Ni de lejos.
—Me sabe mal que vengas a cada sesión— se secó el rostro con la toalla —Seguro que tienes cosas más importantes que hacer que ser mi niñero.
—En realidad solo te estoy usando para aprender algo de fisioterapia.
—¿Intentas que así me sienta menos culpable?
—Sí.
Changwook apartó la toalla y le fulminó con la mirada. Hoseok se echó a reír; seguro que así miraba a sus alumnos cuando se pasaban de la raya.
—¿Qué vas a hacer ahora?— preguntó Changwook —Y no me digas que trabajar.
—He terminado mi jornada, pero me voy a quedar a estudiar en el hospital.
El director torció la boca. Aunque admiraba su pasión por la medicina, le preocupaba que esa dedicación se estuviera convirtiendo en una adicción al trabajo.
—¡Ay!
—¿Qué pasa?
—Me duele mucho— Changwook se llevó la mano al hombro —¿Te importaría acompañarme a casa? No te quitaré mucho tiempo.
—Claro que no me importa— Hoseok comenzó a palpar la zona de la que se dolía —Si quieres puedo traerte un calmante.
—Prefiero tomármelo cuando llegue a casa.
—De acuerdo— Hoseok le ayudó a levantarse —¿Nos vamos?
Changwook se sintió aliviado. No le gustaba mentir, pero esa era la única manera que veía de alejar a Hoseok por una noche del trabajo.
La pareja se dirigió al domicilio del director Ji. Por el camino se cruzaron con Jungkook, pero como iban hablando y el maknae estaba distraído, no se dieron cuenta y pasaron de largo.
Hoseok notó una temperatura muy agradable cuando entró en la casa de Changwook.
—Las viviendas en Inyeon aíslan muy bien el frío— comentó mientras su paciente se quitaba el calzado —Aquí dentro se está muy bien.
—Siéntate en el salón— le pidió Changwook —Voy a preparar un té.
—No hace falta, yo ya me marcho.
—¿Estás despreciando mi invitación? Así no se debería comportar un dongsaeng.
—No, claro que no— Hoseok se quitó las botas un poco avergonzado —Tomaré un té contigo, hyung.
Changwook entró en la cocina sin intercambiar más palabras. No le gustaba usar la carta de la edad, pero no quería que se fuera en esas condiciones. Con las ojeras que tenía Hoseok estaba convencido de que, si lo dejaba un rato a solas, se quedaría dormido.
Hoseok desvió la mirada por el salón. Aunque había estado allí varias veces, la decoración siempre le llamaba la atención. El joven pensó en sacar un libro de la estantería, pero las piernas le pesaban demasiado y no se veía con fuerzas de levantarse del sofá.
Había pasado todo el día de pie y ahora que se había sentado notaba todo el cansancio acumulado. Hoseok cerró los ojos por un instante; el silencio en la casa era realmente agradable y olía muy bien.
Changwook tardó más de lo habitual en regresar al salón y vio que Hoseok se había quedado dormido, acurrucado en una esquina del sofá.
—Lo sabía— susurró satisfecho. Changwook dejó la taza de té sobre la mesa y a continuación sacó una manta del armario de su dormitorio. No podía llevarlo hasta su cama por el problema que tenía en un brazo, pero el sofá era cómodo y sabía que ahí lograría descansar.
Después de taparlo encendió varias velas para que las luces no lo molestaran y se sentó en un sillón, cerca de Hoseok. La expresión que vio en su rostro le hizo esbozar una genuina sonrisa. El director comenzó a leer La divina comedia sabiendo que había hecho lo mejor por su amigo.
Jungkook pasó al lado de Hoseok y Changwook sin darse cuenta porque estaba pensando en su trabajo. Minutos antes de terminar su jornada había tenido que acudir al domicilio de una familia por un aviso de violencia doméstica.
La mujer había asegurado que se trataba de un malentendido y que los gritos que habían escuchado los vecinos se debían a una simple discusión. A Jungkook no le convencía la explicación, especialmente por el lenguaje corporal que vio en ella, pero como no tenía signos de violencia y no deseaba denunciar, no podía hacer nada.
El maknae caminó al lado de un parque. ¿Y si tenía una conversación con el marido en privado? ¿Sería abuso de poder? No iba a colgarlo de un árbol, no todavía, solo sería una pequeña charla, nada más. ¿Pero podría ese comportamiento perjudicar a su hermano? No eran las formas de un verdadero policía. ¿Aunque qué era un verdadero policía?
Jungkook suspiró frustrado. Su instinto le decía que esa mujer necesitaba ayuda.
—¡Tío Koo!
El joven miró hacia el parque y se encontró a Junggi saludándolo con ambas manos. Jungkook sonrió al verlo, pero su sonrisa se desvaneció cuando notó que Taehyung estaba sentado en un banco. Aunque solían verse a menudo, la situación entre ellos seguía siendo incierta.
Taehyung se levantó del banco al ver que Jungkook alzaba a Junggi en brazos. Nervioso se volvió a sentar y esperó a que se acercara, lo que hizo tras una breve conversación con su sobrino.
—Hola.
—Hola— respondió Taehyung con sosiego —¿Vuelves del trabajo?
—Sí— Jungkook se giró hacia Junggi y vio que estaba jugando con una niña —¿Te importa si me quedo un rato?
—Claro que no.
Jungkook se sentó sin saber qué decir. Junggi seguía jugando con su amiga ante la atenta mirada de ambos.
—¿Cómo te ha ido últimamente? ¿Todavía te duele la rodilla?
—No, ya ha dejado de doler del todo. Aunque ha sido bastante persistente la muy puñetera— contestó en un tono amigable —¿Y a ti? ¿Cómo te va con Hobi hyung?
—Trabaja mucho. Hay días en los que ni siquiera nos vemos, pero cuando está en casa siempre hace mucho escándalo— aseguró más animado —Es genial vivir con él. Me hace reír mucho.
Taehyung le miró a los ojos y Jungkook no apartó la mirada. Ese pequeño pero intenso contacto visual le puso los pelos de punta.
—Junggi te echa de menos— soltó a causa de los nervios —Deberías venir más por casa.
Jungkook sabía que era mentira. Independientemente de lo ocupado que estuviera, se pasaba todos los días por el domicilio de los Park-Min para estar un rato con su sobrino. ¿Era esa su forma de decirle que lo echaba de menos?
—Oye, Tae...
Junggi comenzó a llorar, atrayendo la atención de ambos. Un niño de aproximadamente ocho años de edad le estaba tirando arena a la cara.
—¡Eh!— Jungkook se apresuró inmediatamente hacia ellos —¿Qué estás haciendo?
—¿Estás bien?— Taehyung se agachó y le limpió los ojos con la manga del suéter. La arena le había dado en la cara, pero sus ojos parecían estar bien —¿Te ha hecho daño?
Junggi no respondió, solo se agarró del brazo de su tío entre sollozos. Taehyung lo apretó suavemente contra su pecho. Verle en ese estado le encogió el corazón.
El otro niño no se mostró arrepentido, ni siquiera le contestó a Jungkook cuando le preguntó dónde estaban sus padres. Solo se quedó ahí parado, mirando a Junggi de mala manera.
—Lo que acabas de hacer está muy mal, Deoksoo— le regañó Taehyung —No puedes tirarle arena a otro niño. ¿No ves que es peligroso y que puedes hacerle daño?
El niño se encogió de hombros, lo que molestó especialmente a Jungkook.
—Oye, mocoso de los coj...
Taehyung se alzó rápidamente del suelo y agarró a Jungkook del brazo.
—Es solo un crío— le recordó con mucha templanza —Encárgate de Junggi, yo me ocupo de él.
Jungkook sabía que no tenía tanta paciencia como Taehyung. Además era mejor que se encargara él, al fin y al cabo era su profesor.
—No tengas miedo, no te va a pasar nada— Jungkook alzó a Junggi en brazos y le dio un beso para tranquilizarlo —El tío Koo ya está aqui para protegerte.
Junggi se abrazó a él y escondió el rostro entre su cuello. Se sentía mucho más seguro gracias a ellos, incluso había dejado de llorar, pero todavía tenía miedo del niño.
—¿Qué está pasando?— la madre de Deoksoo apareció detrás de su hijo. Era una mujer de unos cuarenta años de edad, de aspecto rudo y expresión severa.
El niño se escondió detrás de ella y le sacó la lengua a Junggi.
—Su hijo le ha lanzado arena a mi sobrino— explicó Taehyung con educación —No me ha dicho la razón de su comportamiento, pero es importante que sepa que lo que ha hecho está mal.
—¿Es cierto lo que dice tu profesor, Deoksoo?
—No me gusta Junggi— se quejó entre pucheros —No tiene mamá. Es un bicho raro.
Taehyung se sorprendió por las palabras del crío y miró inmediatamente a Jungkook, que estaba acariciando la cabeza de Junggi con la misma expresión de estupor que él.
—¿Qué estás diciendo?— se escandalizó la mujer —No puedes hablar así del hijo del gobernador.
—Pero mami, tú siempre dices que es vergonzoso que lo estén criando dos hombres...
—¿Por qué mientes? Nunca he dicho eso— se excusó entre risas nerviosas —Te voy a castigar, Deoksoo. Mentir está muy mal.
—Pero mami, tú siempre dices que dos hombres no saben criar a un niño...
—Debería darle vergüenza— Taehyung ya no pudo contenerse más —Está criando a su hijo con odio en lugar de transmitirle valores de respeto y tolerancia. ¿Se da cuenta de lo grave que es esto? Su hijo ha atacado a un niño pequeño por cosas que ha escuchado de su boca.
—¡No es así, le juro que lo ha oído en otra parte!
—Algunos niños no tendrán madre, pero otros no merecen la mierda de madre que tienen— soltó Jungkook muy molesto —Déjese de excusas y corrija su comportamiento y el de su hijo.
—Dos hombres o dos mujeres pueden criar a un niño igual de bien que una familia tradicional— insistió Taehyung —Debería hacer algo contra sus prejuicios. Es usted una persona muy ignorante.
La mujer no supo cómo reaccionar. Solo hizo una reverencia bastante forzada y empujó a Deoksoo hacia la salida del parque.
—Qué asco— Taehyung observó cómo la señora le echaba la bronca a su hijo —Los prejuicios no se extinguen ni quedando cuatro gatos.
—Mientras existan humanos existirán prejuicios.
—Por desgracia...
Jungkook respiró profundamente y luego tocó la cabeza de su sobrino.
—¿Estás más tranquilo, pollito?
Junggi alzó la mirada lentamente.
—¿Dónde está mi mamá?
—En el cielo, cariño— le respondió Taehyung —Como el tío Nam y el tío Jinnie.
Junggi le miró como si estuviera reflexionando sobre su respuesta. Jungkook no le dio importancia, pero a Taehyung le llamó la atención.
—¿Qué es un bicho rao?
—Ese niño ha dicho cosas que ni él mismo entiende— Jungkook le dio un beso en la frente —Eres nuestro sobrino y para nosotros eres muy especial. ¿De acuerdo?
Junggi asintió.
—Deberíamos volver a casa— sugirió Taehyung —Ya está haciendo frío.
Jungkook iba a dejar a Junggi en el suelo, pero el niño no quería bajar de sus brazos, por lo que decidió cargarlo hasta casa. Taehyung se quedó mirando a su sobrino mientras conversaba con Jungkook. Había ciertos comportamientos en él que no eran nada habituales en críos de tan corta edad.
La pareja entró en casa donde fue recibida por Mellie. Taehyung le quitó el calzado al niño y Junggi se puso a jugar inmediatamente con ella. Jungkook suspiró aliviado al ver que volvía a sonreír como si no hubiera pasado nada.
—¿Quieres quedarte a cenar?— le preguntó Taehyung con la esperanza de que accediera —De postre tenemos galletas. Las he hecho yo y están muy ricas.
Jungkook titubeó. Quería quedarse, pero no estaba seguro de si debía.
—Aquí está el amor de mi vida— Jimin apareció de repente y alzó a su hijo en brazos —La cena ya está lista. ¿Tienes hambre?— preguntó antes de comerle la mejilla a besos, haciéndole reír a carcajadas —Yo tengo hambre de pollito.
Taehyung y Jungkook sonrieron por la ternura que desprendía Jimin cada vez que estaba con su hijo.
—Únete a nosotros, Jungkookie.
Taehyung agradeció en el alma la invitación de Jimin. Ahora no podía negarse, eran dos contra uno. Jungkook asintió y se quitó el calzado. En realidad deseaba quedarse, pero a veces no sabía cuándo era el momento adecuado.
—MinMin, ¿tienes un segundo?
Jimin dejó a Junggi en el suelo. El niño fue corriendo a buscar a Yoongi, que estaba terminando de poner la mesa en la cocina. Jungkook lo siguió con la intención de dejarlos a solas.
—¿Qué sucede, TaeTae?
Taehyung pensaba contarle el incidente en el parque, pero prefería hacerlo después de la cena y con Yoongi presente.
—Creo que Junggi es más inteligente que la media.
—¿Cómo?— Jimin frunció el ceño —¿Qué quieres decir con eso?
—No es extraño que algunos niños se desarrollen muy temprano, es bastante más habitual de lo que se cree, pero el comportamiento de Junggi me hace pensar que podría ser superdotado.
—¿Me estás tomando el pelo? ¿Cómo has llegado a esa conclusión?
—Es muy curioso y activo. Ya dibuja figuras humanas con cabeza, tronco y extremidades. Se sabe el abecedario de arriba a abajo, conoce el sentido del tiempo y cuenta hasta diez sin problemas— Taehyung advirtió que Jimin se había quedado pasmado —No quiero que te preocupes o te obsesiones con esto. Cada niño superdotado es diferente y lo que se aplica a unos, no lo hace en otros.
—De acuerdo... Digamos que tienes razón y que... Bueno, lo es... Dime. ¿Qué debo hacer?
—Sigue como hasta ahora, lo estás criando muy bien— Taehyung le apretó la mejilla y tiró de ella —Eres un gran padre, MinMin. Muchos deberían aprender de ti.
—Tampoco te pases...
Taehyung se rió porque había logrado sonrojar a su mejor amigo.
—Deberíamos ir a cenar. A Yoongi no le gusta que se enfríe la comida.
Taehyung le siguió a la cocina. Allí se encontró a Junggi hablando con Yoongi con una soltura que era increíble para su edad. Como tío y profesor, le había enseñado muchas cosas, pero ahora sentía que debía estar mucho más pendiente de él. Si era superdotado, como creía, necesitaba potenciar sus habilidades al máximo y la idea le tenía muy entusiasmado.
La familia compartió una cena en armonía. Jimin les contó una anécdota divertida que sucedió con Wooshik en el ayuntamiento, lo que provocó que los demás rompieran a reír. Taehyung también se unió a desvelar historias divertidas del trabajo, tornando la velada en un acontecimiento muy especial.
Tras la cena, Jungkook se despidió de ellos y se fue a calzar a la entrada. Taehyung lo alcanzó antes de que pudiera salir de la vivienda.
—He notado que te han gustado mis galletas, así que te he guardado unas cuantas.
Jungkook vio el táper que tenía entre las manos. Solo había comido dos porque no quería ser egoísta, pero en realidad se había quedado con ganas de comer más.
—¿Seguro?— preguntó dubitativo y el mayor asintió inmediatamente —La verdad es que me han encantado. Te han quedado muy ricas.
—Lo he visto en tu expresión— Taehyung trató de contener su emoción y le entregó el táper —Vuelve otro día y te haré más.
—Gracias— Jungkook se sonrojó un poco —Buenas noches, Tae.
Taehyung se despidió de él con la sensación de que le iba a estallar el corazón. Dichoso se apoyó contra la pared, pero al girar la cabeza notó que Yoongi y Jimin lo estaban observando desde el pasillo.
—Deberías haberle dicho que llevas haciendo galletas para él desde hace una semana y que yo he sido tu cobaya todo este tiempo.
—Necesitaba una víctima para practicar— Taehyung se encogió de hombros —Gracias por tus servicios, hyung.
—¿No te da vergüenza coquetear con él como si tuvieras catorce años?
—Yoon, no seas malo— Jimin le golpeó el pecho suavemente —Es muy romántico cómo trata de acercarse a él.
—No defiendas lo indefendible, mi amor.
—Se burla de mí el que me dio la receta— protestó Taehyung y Yoongi desvió la mirada como si con él no fuera la cosa —En realidad estás muy orgulloso de mí, ¿verdad?
Yoongi no dijo nada, pero Taehyung sabía que era así. Siempre estaba pendiente de él y hacía todo lo posible para ayudarlo en su relación con Jungkook.
—¿Dónde está Chimmy?— Junggi se acercó a ellos por la espalda.
—Durmiendo en el sofá con Neysa— le contestó Jimin —Está esperando por ti.
El niño salió corriendo en busca de su amigo.
—Ahora que habéis terminado de espiarme, tengo algo que contaros sobre Junggi.
—No te asustes— Jimin apretó la mano de Yoongi —Tu hermano me ha dicho antes de cenar que Junggi podría ser superdotado.
A Yoongi no le sorprendió del todo. Se le había cruzado por la mente cuando un día preguntó qué hora era y Junggi le dio la hora exacta.
—No es por eso. Cuando estábamos en el parque, uno de mis alumnos le tiró arena a la cara. No os preocupéis, Junggi está bien— recalcó en cuanto notó que ambos se alteraban —Kook y yo hemos hablado con la madre y tengo pensado mantener otra conversación con ella y con su hijo.
—¿Por qué hizo eso?— Jimin se acercó a la puerta del salón y vio que Junggi estaba abrazando a Chimmy alegremente —Mi hijo se lleva muy bien con todos los niños de su edad.
—Además es un niño muy bueno— añadió el mayor —¿Se enfadó con él por algún juego?
—No, hyung. Y no es de su edad, tiene ocho años— aclaró Taehyung —La madre tiene ideas preconcebidas que le ha transmitido a su hijo.
—Ideas homófobas, ¿no?— concluyó Yoongi, a lo que su hermano asintió como esperaba —¿Le ha dicho algo a Junggi?
—Que es un bicho raro porque no tiene madre.
Jimin se alejó de ellos y se sentó en el suelo junto a su hijo. Junggi notó que su papá abría los brazos y se lanzó sobre él, recibiendo un fuerte abrazo. Yoongi supo inmediatamente que esas palabras le habían afectado.
—Sé que lidiar con estas cosas es parte de tu trabajo— Yoongi se acercó a su hermano para decirle algo al oído —Pero como ese crío le vuelva a hacer algo a mi hijo, le haré una visita a su madre y yo no seré tan amable como tú.
—¿Tu hijo?— Taehyung se llevó las manos a la boca —¿Acabas de decir tu hijo?
Yoongi se quedó en blanco.
—Te estás poniendo como un tomate— se rió fuertemente —MinMin se va a morir del orgasmo.
—No se lo digas— pidió avergonzado —Todavía es muy pronto.
—Pero a MinMin le hará mucha ilusión.
—Como se lo digas le diré a JK que te masturbas pensando en él.
—¿Y eso a quién sorprende?— Taehyung puso los ojos en blanco —Si vas a amenazarme busca algo mejor.
—Por favor, Tae...
El menor notó su preocupación y accedió a su petición. Si su hermano no estaba listo para dar ese paso tenía que respetarlo y apoyarlo hasta que lo estuviera, pero algo le decía que ese no era el verdadero motivo de esa decisión.
Jimin estaba acurrucado sobre el banco de ventana que tenía Jungkook en su casa. Habían pasado varios días desde que acompañó a Yoongi a terapia y todavía no lograba digerir lo que había sucedido.
La terapeuta se había quedado por petición de Yoongi y en ese ambiente tranquilo y seguro, le fue detallando todo lo relacionado con Park Hyungsik. Su novio no se dejó nada, incluso relató situaciones de su adolescencia a las que no le había dado importancia, pero que gracias a su terapeuta, había entendido lo dañinas que eran.
Jimin apoyó la frente contra el cristal. Cada vez que recordaba la expresión de Yoongi le entraban ganas de llorar. Jamás olvidaría el temblor en su voz y el dolor en su mirada; ni su llanto, tan desgarrador, que le estremecía el alma.
Yoongi había pasado por un infierno, él solo, porque ni siquiera Taehyung estaba al tanto de su sufrimiento. Y ese hecho era el que más le dolía a Jimin; la soledad que había tenido que soportar a causa del miedo, la vergüenza y la negación.
—¿Es que no tienes casa?— bromeó Jungkook al encontrarlo en el mismo sitio de los últimos días.
Jimin se limpió las lágrimas sobresaltado. No había oído entrar a su hermano.
—Hyung, no lo decía en serio— Jungkook dejó el abrigo sobre el sofá y se acercó al mayor —¿Qué ocurre? ¿Le ha pasado algo a Junggi?
—No, no, Junggi está bien— negó rápidamente —Está con Yoon y TaeTae en la playa. Han ido a buscar conchas marinas.
—¿Entonces?
—Yoon me lo ha contado todo...
Jungkook quiso preguntarle de qué estaba hablando, pero lo entendió cuando se fijó en su mirada.
—Por eso vienes aquí, para que no te vea llorar.
Jimin no respondió. A Jungkook tampoco le hizo falta. Su hermano era una persona muy fuerte, pero incluso el más fuerte se venía abajo cuando la vida lo golpeaba con tanta crueldad.
—Siento tanta rabia... Siento tanta impotencia por todo lo que le ha pasado... Por todo lo que ese miserable le ha hecho a él... A Yuuma... Y vete a saber a cuántos niños más... Cada vez que pienso en todo lo que le ha hecho pasar... Ojalá lo hubiera conocido antes que ese hijo de puta... Ojalá hubiera podido evitarle tanto sufrimiento— Jimin volvió a romper a llorar —No es justo, Jungkook. No es justo que haya abusado de él... Que lo haya maltratado... Y violado...
Jungkook lo abrazó con la firme intención de consolarlo, pero la reacción de Jimin le hizo venirse abajo.
—Lo siento, hyung... Yoongi hyung tuvo que ir tan lejos para sacarme de allí— sollozó entre sus brazos —Yo también tengo la culpa...
—Ay, Jungkookie— Jimin comenzó a acariciarle la cabeza —¿Cuánto tiempo llevas sintiéndote así?
El menor negó con la cabeza. Ni él mismo lo sabía.
—Tú eres la razón de que siga vivo. Si no llega a ser por ti, ahora nuestras vidas serían muy diferentes, ¿entiendes?
Jungkook alzó la cabeza y se encontró con una cálida sonrisa. Aunque los ojos de Jimin estaban rojos de tanto llorar, se podía apreciar el cariño que albergaba en su mirada. El maknae se sintió avergonzado. En lugar de consolar a su hermano, el que estaba siendo consolado era él.
—Yoon me ha hablado de vuestra relación en la península— Jimin le secó las lágrimas con el pulgar — Créeme cuando te digo que él no te culpa de nada. Y tú tampoco deberías. Has sido un ángel con él.
Jungkook se apartó de él. ¿Qué le habría contado Yoongi exactamente? Esperaba que no hubiera mencionado lo del beso. Sentía mucha vergüenza por cómo se había dejado llevar por el miedo.
—¿Te lo ha contado todo?
—Sí.
Jungkook no se atrevió a girarse. No tenía valor para mirarle a los ojos.
—¿Qué pasa?— Jimin sintió que estaba actuando raro y se plantó delante de él —¿Tienes algo que decirme?
—No, no... Nada...
—Si tienes algo que decirme, este es un buen momento.
Jungkook sintió un escalofrío. ¿Acaso lo sabía? ¿Acaso estaba intentando que confesara? No. Si Jimin lo supiera, se lo habría dicho. No podía dejarse llevar por el pánico, debía mantener la calma.
¿Y si se lo decía?
«Lo siento, hyung. Resulta que besé a tu novio dos veces e incluso le propuse quedarse conmigo en la península porque estaba jodido y desesperado»
¿Demasiado directo? Jungkook descartó contárselo así. Necesitaba encontrar una forma más suave y menos explosiva o Jimin lo estamparía contra la pared.
El timbre sonó en ese instante.
«¡Salvado por la campana!»
—Seguro que Hoseok hyung se ha vuelto a dejar las llaves... Voy a...
—No, ya voy yo.
Jungkook tragó con pesadez. Jimin lo había mirado de una manera extraña o quizá solo se lo estaba imaginado. Fuera como fuese, no se veía capaz de contarle la verdad a su hermano. Dentro de treinta años podría planteárselo, pero en el presente le faltaba valor.
Yoongi conoció a Byulyi en Sui Géneris y ahora ha descubierto que es la novia de la mejor amiga de Jimin. ¿Coincidencia o destino?
¿Aprobáis la amistad entre Hoseok y Changwook? 👀
Parece ser que Junggi es superdotado. ¿Lo habíais sospechado?
Jungkook le cocina pescado, Taehyung le hace galletas... Puede que estén separados, pero el amor que se tienen es innegable. ❤
Ahora Jimin sabe todo lo que pasó con Hyungsik. ¿Creéis que Yoongi también le ha contado lo que sucedió con Jungkook en la península? ¿Y será capaz el maknae de decírselo antes de que pasen treinta años?
Este capítulo estaba proyectado para mañana, pero lo he publicado hoy porque he escrito un oneshot de terror que me gustaría publicar en Halloween. No está relacionado con Retrouvailles, de hecho es la primera historia que voy a publicar que no tiene nada que ver con E/R. Así que os invito a leer Nuvole Bianche si queréis. Estará en mi perfil a partir de mañana. 🥺
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