66
Jimin le dio un último toque a su cabello estrujándolo con las manos y echándolo hacia atrás. Algunos mechones le cayeron sobre la frente, dándole un toque desenfadado y sensual.
—Como sigas mirándome me vas a desgastar— el menor alzó la vista justo cuando Yoongi apartó la suya —¿En qué estás pensando?
—En nada.
—¿Seguro?— Jimin frunció el ceño con cierta desconfianza —Tienes cara de "tengo un novio tan guapo que no me creo la suerte que tengo."
Yoongi sonrió por su ocurrencia, contagiando a su pareja con su sonrisa.
—Gracias por acceder a esto, Yoon. Sé que puede ser un poco abrumador, pero creo que te vendrá bien estar con más gente.
—No te preocupes, estoy bien. Es solo que a veces tengo la sensación de estar soñando— Yoongi le tocó el rostro con mucho amor —¿Y si me he dado un golpe en la cabeza y sigo en la península? ¿Y si todo esto no es real? ¿Y si estoy en coma?
—¿La manera en la que me hiciste anoche el amor no te pareció real?— Jimin arqueó una ceja y la expresión que puso el menor le hizo sonreír —Es comprensible que estés algo desubicado, en unas semanas ya no te sentirás así.
Yoongi sabía que tenía razón. La terapia le estaba ayudando a aceptar su pasado y afrontar su presente, pero también le estaba ayudando a adaptarse a la isla. En algún momento dejaría de sentir esa presión incómoda con la que convivía desde que había regresado a Inyeon.
El timbre sonó y la pareja se giró hacia la puerta del dormitorio.
—Voy a acostar a Junggi mientras recibes a los invitados.
—Tómate tu tiempo— Jimin le dio un beso en la boca —Me gusta cuando estáis juntos.
Yoongi sonrió. A él también le gustaba pasar tiempo con Junggi. Disfrutaba mucho de su compañía y era recíproco porque el niño también lo buscaba constantemente para estar con él.
La pareja salió del dormitorio y se encontró a Jungkook en el pasillo. El maknae se fijó en la ropa que vestían; Yoongi llevaba un pantalón negro y un jersey de cuello barco de color celeste, mientras Jimin había optado por un pantalón negro con un cinturón fino y una camisa dorada metida por dentro del pantalón.
Al menor le seguía pareciendo extraño cuando los veía así, dado que en la península no solían ponerse ropa elegante, aunque claro, ya no estaban en las mismas circunstancias y la realidad en la isla era muy diferente. Verles bien peinados, aseados y vestidos le dio cierta sensación de normalidad, algo que no había sido habitual en los últimos años.
—Estáis muy guapos.
—Tú sí que estás guapo— Jimin le apretó el brazo suavemente —Menos mal que el mundo se ha ido a la porra o tendría que ahuyentar a tus pretendientes a balazos.
—Eres un exagerado, hyung— se rió un poco avergonzado —¿Quieres que vaya a abrir la puerta?
—No, ya me encargo yo.
Yoongi contempló a Jungkook detenidamente. Hacía tiempo que no le veía vistiendo una camisa naranja de tono pastel. Los primeros botones estaban desabrochados y los jeans grises y rotos le daban un aire informal, muy diferente a como solía verse en la península.
—¿No es de locos?— comentó Jungkook sin separarse de la barandilla —Hace poco dormíamos en cualquier sitio y comíamos de lo que nos encontrábamos y ahora... Parece una broma que vayamos a dar una fiesta.
—Ni que lo digas— Yoongi miró hacia la entrada al oír la voz de Eunha —Vamos a necesitar un poco más de tiempo para adaptarnos a esta buena vida.
—Hablando de buena vida— Jungkook se apoyó sobre la barandilla —¿Cómo te trata la vida familiar? Parece que te llevas bien con el renacuajo.
—A veces siento que no merezco ser parte de su vida, pero quiero serlo— dijo con total sinceridad —Aunque sea un deseo egoísta, quiero ser alguien importante para Junggi.
—No es egoísta, es tu lugar— el maknae le miró fijamente a los ojos —Mi hermano y mi sobrino te necesitan tanto como tú a ellos. Sois una familia, hyung.
—Tú también eres mi familia— Yoongi le tiró levemente de la mejilla —Nunca lo olvides. Siempre voy a estar a tu lado.
El maknae sonrió genuinamente. La relación que habían forjado en la península era inquebrantable. No importaba lo que sucediera, siempre estarían ahí el uno para el otro.
—Voy a acostar a Junggi. Seguro que quiere que le siga leyendo las aventuras de Kitae.
Jungkook sonrió al notar su emoción. Parecía deseoso por continuar con la historia del pequeño tigre blanco. ¿Quién disfrutaba más de esa lectura, Junggi o Yoongi? El maknae no lo tenía tan claro.
La sonrisa del menor desapareció en cuanto oyó la voz de Taehyung. Agitado miró hacia el piso de abajo y lo encontró saludando a Jimin en la entrada. Changwook también estaba presente, lo que no le sorprendió en lo más mínimo.
La conversación parecía animada y Jimin debió decir algo divertido porque hizo reír a Changwook dos veces. Jungkook no apartó la mirada de ellos. A diferencia de la última vez no se sintió incómodo con la escena. Probablemente porque en los últimos días había sido capaz de hacerse a la idea de que Taehyung estaba casado.
El menor decidió bajar por las escaleras y unirse a la conversación.
—Buenas noches— saludó con actitud amigable —Habéis llegado temprano.
—Buenas noches, Jungkook— le respondió Changwook con la misma amabilidad —No había mucho tráfico por la zona— bromeó —¿Cómo estás?
—Comiendo mucho y bien— contestó sonriente —¿Y tú qué tal?
Jimin notó que no había tensión entre ellos, al contrario, parecían bastante relajados. Taehyung en cambio se había vuelto a poner rígido.
—Deberíamos pasar al salón— sugirió Jimin —Eunha y Sungjae están allí.
La pareja se descalzó y colgó los abrigos en el armario de la entrada. Jungkook no se mostró nervioso ni incómodo; se había resignado a las circunstancias y no creía estar en posición de armar una escena. Su yo del pasado probablemente lo habría hecho, pero ese joven había madurado y ya no veía el mundo de la misma manera.
Jungkook solo deseaba tener una conversación con Taehyung, aclarar algunas cosas y tratar de llevarse bien con él y con Changwook. Cuando pretendía seguir a su hermano al salón notó que alguien lo agarraba del brazo.
—¿Podemos hablar?
El maknae quiso responder pero se quedó en blanco. Taehyung llevaba días evitándolo y no pensaba que fuera a querer hablar con él tan rápido. Esa inesperada reacción terminó con su tranquilidad por completo.
Changwook se giró hacia ellos sin decir nada. El director entró en el salón concediéndole a Taehyung todo el espacio del mundo para hablar con su exnovio.
La pareja se dirigió a la cocina con sentimientos encontrados. Jungkook se apoyó contra la pared mientras Taehyung cerraba la puerta. El maknae aprovechó ese instante para mirarle de arriba a abajo. Hacía mucho tiempo que no le veía vistiendo un pantalón blanco. El jersey de punto le daba un toque inocente pero también elegante. Jungkook creía que a Taehyung le favorecía el rojo, especialmente ese color vino tan vistoso.
—Siento mucho haberte estado evitando— dijo Taehyung con los sentimientos a flor de piel —No sabía cómo hacer esto...
—¿No sabías cómo dejarme?— Jungkook metió las manos en los bolsillos —Lo entiendo. Creías que estaba muerto y pasaste página. Es lo normal, ¿no?
—¿Y por qué tengo la sensación de que en el fondo me lo estás reprochando?
—No lo hago.
—¿Estás seguro? Es mejor que me digas todo lo que sientes, aunque sean cosas que no quiera escuchar.
—No te voy a decir que no duele llegar aquí después de tantos años y encontrarte con otro hombre. Es difícil de encajar, a pesar de que ya lo intuía— Jungkook dio varios pasos y se detuvo cerca de la nevera —Hay dolor en mí, pero no de la clase de dolor que crees. No tengo derecho a reprocharte nada.
Taehyung se sentó en una silla. Tenía la sensación de que sus piernas no podrían aguantar su peso por mucho más tiempo.
—¿Puedo hacerte una pregunta, Jungkook?
—Por supuesto.
—¿Por qué me traicionaste?
El maknae tomó asiento a su lado. Tarde o temprano sabía que iba a tocar esa conversación.
—Porque tenía miedo de perderte y en lugar de ser honesto contigo, tomé una decisión precipitada. Lo siento— se disculpó de corazón —Supongo que el destino me ha castigado por traicionarte.
—No digas eso...
Jungkook notó que la última parte le había dolido y aunque deseó hacer una broma para rebajar la tensión, lo único que le salió fue guardar silencio.
—Ha sido muy duro vivir sin ti— comentó con la vista en el suelo —Creía que eras un infectado y que por eso no te comunicabas conmigo desde El Umbral. Creía que no volveríamos a vernos nunca más...
—Siento haberte hecho pasar por tanto dolor— Jungkook quiso darle un abrazo, pero se contuvo —No estoy aquí para reprocharte nada y tampoco quiero ponerte en una situación complicada... Yo solo... Quiero saber si...
Taehyung sabía lo que deseaba preguntarle y también sabía que no se atrevía a hacerlo. La expresión de Jungkook era demasiado fácil de interpretar.
—No puedo dejar a mi marido— respondió con la mayor calma que pudo hallar —Debo estar a su lado.
—Lo entiendo...
—Él me necesita— Taehyung bajó la mirada ocultando sus lágrimas —Soy todo lo que tiene.
—Ya...
—Lo nuestro no puede ser, Jungkook...
—¿Le amas?
Taehyung conocía la respuesta. En los últimos días se había dado cuenta de que no amaba a Changwook. Le quería y mucho además, pero no le amaba. Aun así decidió asentir con la cabeza para romper cualquier esperanza que tuviera. No quería que Jungkook siguiera esperando por él. No debía hacerle eso, no era justo para él.
—Ya veo... Espero que... Espero que tu marido se recupere— Jungkook le cogió de la mano, pero Taehyung cortó el contacto bruscamente —Lo siento, no pretendía...
Taehyung no quería reaccionar con tanta brusquedad, pero ese pequeño contacto le había provocado sentimientos que no debía tener por otro hombre.
—Debería irme— Jungkook se levantó de la silla incapaz de disimular su disgusto —Espero que me puedas perdonar por lo que te hice.
—Te perdoné hace mucho tiempo.
—Espero que seas feliz— el menor sintió que estaba a punto de romper a llorar —Gracias por hablar conmigo...
Taehyung se quedó roto al verle salir de la cocina. Era la decisión correcta. Era lo que debía hacer, pero ¿por qué dolía tanto? ¿Por qué ver su mirada triste le había desgarrado el corazón con tanta ferocidad? Si era la decisión correcta, si era lo mejor para Jungkook y Changwook, ¿por qué se sentía tan mal?
El maknae regresó al salón donde vio a Yoongi hablando con Wooshik. Hoseok se encontraba junto a un hombre de casi metro noventa que no conocía. De Jimin no había ni rastro; probablemente había subido a darle un beso de buenas noches a Junggi. Changwook, Eunha y Sungjae conversaban animadamente sentados en el sofá y también habían llegado Chanmi, Momo, Minnie, Beomgyu, Soobin y Yeonjun a la fiesta.
Todos parecían tan felices que Jungkook se sintió fuera de lugar.
Taehyung apareció a los pocos minutos y Yoongi notó que no hubo ninguna clase de contacto entre él y Jungkook. Su hermano se sentó al lado de Changwook y le sonrió mientras la mirada de Jungkook se volvía cada vez más triste.
—¿Estás bien?— Yoongi se acercó al menor —¿Qué ha pasado?
—Dice que le ama pero no es verdad— contestó apático —No me ha mirado a los ojos. No le creo, hyung.
—JK...
—No va a dejar a su marido... Y no me sorprende— continuó sin dejarle hablar —Yo tampoco tendría estómago para dejar a alguien que se está muriendo.
—Va a sonar muy feo lo que voy a decir, pero... ¿Por qué no lo intentáis más adelante?
—No quiero vivir esperando a que se muera un buen hombre— Jungkook le miró a los ojos —Esto se acabó, hyung.
Yoongi sintió cómo se le encogía el corazón; quería lo mejor para ambos, pero por desgracia no podía hacer nada para ayudarles en su situación.
Jungkook se acercó a la mesa de la bebida y tomó una copa. Su hermano había colocado varias botellas de alcohol sobre una superficie aparte, para que los invitados pudieran servirse. Aunque Jimin ya no tomaba, no quería privar a la gente de disfrutar de la gran reserva de bebidas que guardaba su padre en el mueble bar.
El maknae vacío la copa de un trago y luego la volvió a llenar.
—¿Está solucionado?
Jungkook miró hacia su izquierda y vio a su hermano hablando con el tipo de casi metro noventa.
—Está hecho— contestó Minho —No volverán a ser un problema.
Por la mirada y el tono de su voz parecía que estuviera hablando de un asesinato. Jungkook desechó ese extraño pensamiento y volvió a vaciar la copa. Cuando el desconocido se alejó, aprovechó para unirse a su hermano.
—Hyung, ¿quién era ese?
—Lee Minho— respondió para sorpresa del menor —TaeTae lo encontró hace unos años en la península, estaba herido y en una situación muy complicada. De no haber sido por él, habría muerto ese día.
—Por eso no me sonaba— murmuró sin apartar la mirada de Minho. Tenía un algo diferente a todos los demás en la sala y ahora comprendía la razón. Alguien que había vivido entre infectados transmitía un aura diferente.
—Es de los nuestros, Jungkook— Jimin le apretó el brazo atrayendo su mirada hacia él —Si necesitas cualquier cosa, sea lo que sea, puedes contar con él.
La mirada de su hermano le dio a entender que Minho se encargaba del trabajo sucio.
—Los tipos de las celdas...
—Está solucionado— Jimin le dio una palmadita en la espalda —Ahora disfruta de la fiesta.
Jungkook se llevó la copa a la boca pero estaba vacía. No sabía qué era más desconcertante, que su hermano hablase como un mafioso o que le gustase esa nueva faceta suya. Después de haber pasado por tanto agradecía que Jimin se hubiese hecho más duro.
El mundo era una jungla, ahora más que nunca y para sobrevivir había que mancharse las manos.
—Tenemos que deciros algo.
Jungkook se giró hacia el centro del salón. Eunha y Sungjae estaban de pie, tomados de la mano. Parecían muy contentos aunque también algo nerviosos.
—Estoy embarazada— anunció Eunha muy emocionada —Vamos a tener un bebé.
La noticia inundó el salón de múltiples felicitaciones. Jungkook fue el primero en darles la enhorabuena. Por un momento se olvidó de todo su dolor y compartió esa inmensa felicidad con ellos.
Eunha se mostró dichosa ante el cariño de sus amigos. Cuando Hoseok le confirmó que estaba embarazada sintió mucha incertidumbre, pero después de contárselo a su marido y ver su expresión se despejaron todas sus dudas.
Taehyung contempló a la pareja con cierta envidia; tanto ellos como Yoongi y Jimin estaban creando su propia familia. El joven tomó un trago de licor y arrugó la nariz al sentir cierto ardor en la garganta. No le gustaba el alcohol, pero si tomaba quizá sentiría menos dolor y culpa.
—¿Estás bien?
Taehyung asintió a la pregunta de su marido y sonrió ocultando sus emociones. No estaba bien pero debía estarlo. Debía tragarse sus sentimientos y mostrarse bien ante él.
Yoongi decidió tocar el piano en honor al próximo miembro de la familia. Eunha y Sungjae se sintieron muy conmovidos cuando inició Una mattina de Ludovico Einaudi.
Yoongi notó un poco de nervios al ser la primera vez que tocaba en tantos años, pero la inquietud desapareció en cuanto sus manos comenzaron a acariciar las teclas. La primera pieza le puso los pelos de punta, incluso a Jimin, que lo observaba fascinado le estremeció el alma.
Changwook se percató de que a Taehyung le sucedía algo. Su expresión era muy melancólica y su mirada guardaba una tristeza absoluta. Además seguía bebiendo alcohol, lo que no era nada habitual en él.
Jungkook, que se encontraba al otro extremo de la habitación, lucía un aspecto similar. Changwook comprendió lo que sucedía y se retiró de la sala mientras sonaba River flows in you.
Después de tocar varias piezas, la gente comenzó a dispersarse por la vivienda. Algunos fueron a picar algo, otros a conversar en privado; solo Jimin y Jungkook se quedaron en la sala de música escuchando a Yoongi.
El maknae se volvió a llenar la copa mientras contemplaba la sonrisa de su hermano, que estaba de pie enfrente de Yoongi. Jungkook alzó la copa y brindó por ellos.
—Me dan envidia— comentó Wooshik a su lado —Esta mañana me he declarado, pero el hombre que me gusta está enamorado de otro. Si buscas patético en el diccionario aparece mi cara de pringado.
—El hombre que amo se casó dos días antes de mi regreso. Creo que te gano de lejos.
—No jodas— soltó impactado —¿Estás bien?
Jungkook alzó la copa dando a entender que con el alcohol lo estaría.
—Hay gente que nace con suerte en el amor y luego estamos nosotros— se encogió de hombros —No importa. A partir de ahora no habrá más lamentos.
—¿Ah, no?
—Borrón y cuenta nueva— Jungkook colocó el brazo por encima de los hombros de Wooshik —¿No le gustas a ese tipo? Pues que se joda. Búscate a otro.
—Ojalá tuviera tu confianza— resopló un poco frustrado —Soy pésimo coqueteando y no hay tantos hombres homosexuales en la isla. Siento que estoy destinado a terminar solo.
—No seas tan pesimista— Jungkook le quitó la copa y la dejó con la suya sobre la mesa —Vamos a probar algo. Coquetea conmigo, a ver si eres tan malo como dices ser.
A Wooshik le entró un tic nervioso en el ojo. ¿En serio se estaba ofreciendo a coquetear con él? No quería hacer el ridículo y conociéndose a sí mismo sabía que lo haría.
Jungkook lo agarró de la cintura y lo apretó contra su cuerpo. Wooshik se puso rojo de la vergüenza.
—Relájate— le pidió el menor —Solo vamos a bailar.
Yoongi se sorprendió al ver la cara de Jimin. Al girarse vio que Jungkook estaba bailando con Wooshik al ritmo de su música.
—Deja de mirarles— pidió en voz baja —Te va a entrar un bicho en la boca.
—Pero...
—Siéntate a mi lado, Jimin— Yoongi le dejó un hueco y el menor obedeció sin rechistar —Tu hermano ya no es un crío.
—Lo sé, pero...
—Pero nada— insistió en un tono muy sereno —JK ha pasado por mucho. Deja que se divierta un poco. Para eso has montado esta fiesta, ¿no?
—Tienes razón— Jimin se mordió el labio inferior —Perdona...
Yoongi comprendía los sentimientos de su novio. Ambos deseaban ver a Taehyung y Jungkook juntos, pero las cosas eran como eran y no podían meterse en la vida de sus hermanos. Además, Jungkook no estaba haciendo nada malo. Solo estaba bailando y quizá tonteando un poco con Wooshik, y estaba en todo su derecho de hacerlo.
—T-Tienes una nariz muy bonita— se atrevió a decir Wooshik. Jungkook no pudo contener la risa y estalló en carcajadas —¿Ves? No sé coquetear— se quejó molesto —Qué vergüenza doy.
—¿Entonces no tengo una nariz bonita?
—Sí, la tienes, pero ¿quién le dice eso a otro hombre para ligar?— refunfuñó avergonzado —Creo que nací con algún defecto cerebral.
A Jungkook le dio mucha ternura. En cierta forma se sentía identificado con él. Wooshik oyó la voz de Minho y desvió la mirada hacia el salón. El hombre estaba hablando con Hoseok animadamente y esa sonrisa que solo aparecía cuando conversaba con Hoseok y Taehyung le provocó sentimientos encontrados.
—¿Ya te has cansado de mí?— Jungkook le giró el rostro suavemente, atrayendo su mirada nuevamente hacia él —¿Tan poco atractivo soy?
—No, claro que no. Es que... Ah, lo siento— Wooshik arrugó la nariz —No sé cómo ligar contigo. Eres un hombre muy atractivo y eso me cohíbe.
Jungkook cambió de expresión y el mayor lo notó.
—¿Te he incomodado? Perdona... Cuando bebo digo cosas sin pensar...
—Tú también eres muy atractivo— Jungkook notó que Wooshik se sonrojaba —Y me gusta tu nariz.
Los dos se echaron a reír ante la mirada de Jimin, que seguía dándose la vuelta a pesar de la desaprobación de Yoongi.
—¿Quieres dejar de mirar?
—No puedo— se quejó Jimin —Es superior a mí.
Yoongi puso los ojos en blanco y continuó tocando Serenade de Schubert.
—Hace unos años me amenazaste con hacerme desaparecer si me metía con tu hermano y ahora estás bailando conmigo— Wooshik apoyó la cabeza sobre la suya —La vida es muy rara.
—Lo es.
—A pesar de todo nunca me has caído mal— comentó ensimismado —Aunque debo admitir que a veces me dabas un poco de miedo.
—¿Y ahora?— Jungkook se separó de él y le miró fijamente a los ojos. Wooshik tenía la misma mirada de tristeza y soledad que él; y su voz transmitía el mismo pesar —¿Te doy miedo?
—Esta noche no— susurró sin apartar la vista de él —Esta noche me atraes.
El maknae se inclinó lentamente hacia su boca haciéndole saber lo que pretendía hacer y Wooshik no se apartó, al contrario; se agarró de su cintura embriagado por el sabor de su boca y la delicadeza de su lengua.
Jimin se giró avergonzado. Yoongi le miró de reojo sin dejar de tocar el piano. Aunque no le preguntó qué sucedía, se podía hacer una idea por su expresión.
Jungkook se separó de su boca y contempló su rostro. Wooshik estaba sonrojado, pero su mirada ya no parecía triste, tenía un brillo completamente distinto. El maknae le volvió a besar y al sentir que le correspondía con las mismas ganas, se le cruzó un pensamiento por la mente.
—¿Quieres ir a un sitio más privado?— le susurró Jungkook al oído —Podríamos seguir en mi habitación.
—Tendría que estar loco para decir que no.
Jungkook lo agarró de la mano y se giró hacia el salón, donde vio a Taehyung con el rostro desencajado. El maknae ni siquiera se había dado cuenta de su presencia, a pesar de que llevaba allí desde que comenzaron a bailar.
Jungkook pasó de largo sin decir ni una sola palabra. Taehyung estuvo a punto de dejar caer la copa que sostenía entre las manos, pero logró mantener la compostura a duras penas.
El menor subió con Wooshik por las escaleras tratando de ignorar la expresión de su exnovio. Cuando entraron en su habitación lo volvió a besar con deseo. Nunca había estado con otro hombre que no fuera Taehyung y eso iba a cambiar en ese preciso instante.
—Yo, ah— jadeó Wooshik algo inseguro —Yo nunca he hecho esto.
—Yo tampoco— aseguró Jungkook sobre su boca —¿Quieres que lo dejemos?
—No, no, por favor... Quiero hacerlo...
A Jungkook le complació su respuesta. Estaba excitado, llevaba años sin follar y ahora que había cortado con Taehyung deseaba dar un giro a su vida. Wooshik y él no se amaban y así era mejor, de esa forma podrían disfrutar de ese encuentro sin ataduras.
Wooshik no tenía mucha experiencia, a pesar de tener la misma edad que Jimin no había tenido muchas relaciones, pero Jungkook le hizo sentir cómodo. Su forma de besarle le hizo sentir muy deseado.
Taehyung se había apoyado sobre la pared mientras su hermano tocaba claro de luna para Jimin. Había escuchado esa pieza muchas veces, pero nunca la había sentido tan desgarradora.
El joven abandonó la sala de música en busca de más alcohol. Algo en su interior le hizo detenerse a escasos metros de la mesa. Taehyung dejó la copa sobre un mueble y se acercó a las escaleras movido por la ansiedad. Angustiado subió los escalones oyendo la melodía de fondo.
Taehyung se detuvo delante de la puerta de su antiguo dormitorio y la abrió sin pensarlo. El joven encontró a Wooshik de cara contra la pared y a Jungkook pegado a su espalda, masturbándole con la mano. Ninguno de los dos se percató de su presencia.
Taehyung tardó un instante en reaccionar, quizá por el shock de verlos en esa situación o quizá por su propio estado de embriaguez.
—¿Qué coño haces?
Jungkook se separó de Wooshik y miró desconcertado hacia la puerta.
—¿En serio te lo vas a follar en nuestra habitación?— le reprochó disgustado —¿Cómo puedes ser tan miserable?
—¿Y a ti qué cojones te importa?— contestó de mala manera —¿No estás casado?
Wooshik se quedó de piedra, sin saber muy bien qué hacer. Abrumado por la inesperada e incómoda situación decidió cerrarse la cremallera y arreglarse un poco.
—¿Haces esto por venganza?— le espetó Taehyung furioso —¿Es esta tu forma de castigarme?
—No todo gira en torno a ti, hyung.
—Será mejor que lo dejemos aquí— le dijo Wooshik a Jungkook —Me voy a casa...
—No tienes que irte, el que tiene que irse es él.
—Es evidente que todavía os quedan cosas por decir— le apretó la mano ligeramente —Gracias por esto... Aunque haya sido corto...
Jungkook sintió rabia al verle salir del dormitorio. Taehyung en cambio no reparó en Wooshik, su enfado al fin y al cabo no iba con él.
—Genial— resopló molesto —El neurótico de mi ex tenía que arruinarlo todo.
—¿Neurótico?— Taehyung cerró la puerta de un portazo —¡Vete a la mierda, Jungkook!
—¡Vete tú que estás más cerca!— respondió airado —Vuelve con tu marido y deja de meterte en mi vida.
—Si quieres que no me meta en tu vida entonces deja de comportarte como un cualquiera.
Jungkook quiso replicar pero no lo hizo. Esa actitud no era propia de Taehyung y lo sabía. ¿Era por el alcohol? Quizá. Ambos habían bebido y estaban algo borrachos.
—¿Qué?— a Taehyung le desconcertó su silencio —¿Por qué me miras así?
—¿Sabes lo que creo?— Jungkook se le encaró —Creo que estás celoso.
—No digas estupideces— se rió con cierto nerviosismo —Los celos no tienen nada que ver.
—¿Y por qué te molesta verme con otro hombre, hyung?
—Deja de llamarme hyung.
—¿Por qué?— Jungkook lo agarró de la barbilla —Eso es lo que eres, hyung. Me has echado de tu vida— se acercó aún más a su rostro —No tienes derecho a irrumpir aquí y armar esta escena. Estás siendo un puto egoísta, hyung.
—Dijo el puto traidor que me folló y encerró en esta habitación para poder largarse con mi hermano. ¿De verdad quieres hablar de egoísmo?
—Vaya— a Jungkook le dolió esa respuesta más que cualquier insulto. En el fondo sabía que todavía estaba enfadado con él por su decisión —Qué triste que tengas que beber para ser honesto conmigo, hyung.
—Deja de llamarme hyung.
—Entonces qué quieres, ¿eh? ¿Quieres que te llame Tae?— Jungkook lo arrinconó contra la puerta —¿Por qué? ¿No debería llamarte así tu marido? ¿No es a él a quien amas? ¿Por qué quieres que yo te siga llamando Tae? ¿No era algo muy especial para ti?
—Cállate... Maldita sea, cállate de una vez...
Jungkook notó que sus mejillas cobraban más color, aunque no sabía si se debía a la ira o a la vergüenza.
—Eres un puto cobarde, hyung.
—No tienes ni idea de nada...
—Sé que estás aquí porque no quieres que me folle a otro hombre. ¿No crees que eso ya dice todo de ti?
Taehyung abrió la boca pero no pronunció palabra. No podía. Estaba celoso. Se moría de celos y no sabía cómo lidiar con tantas emociones. Las copas que se había tomado tampoco le ayudaban a pensar con claridad, pero Jungkook tenía razón. No quería que follara con Wooshik porque si lo hacía, temía perderlo para siempre.
—Eres un puto cobarde— repitió sobre su rostro, haciéndole notar su aliento —¿Cuándo vas a empezar a pensar en ti? ¿Eh? ¿Cuándo, hyung?
Taehyung no pudo reprimirse y le besó desesperadamente. El joven se echó literalmente encima de él sin reparar en nada más que en su necesidad hacia Jungkook. El maknae lo sujetó por la cintura y correspondió al beso con el mismo anhelo.
Taehyung no podía pensar, solo quería sentir y Jungkook estaba igual. La ropa comenzó a caer mientras se besaban apasionadamente. Ninguno supo quién fue el primero en llevar al otro hacia la cama, estaban completamente cegados por el deseo y la pasión.
✦✦✦
Taehyung jadeó al sentir la mano de Jungkook tocando su zona más íntima. Todo iba tan rápido que no lograba pensar con claridad. El maknae en cambio tuvo la sensación de que el mundo se detenía cuando vio la expresión de placer en su rostro. Había añorado las arruguitas que se le formaban en la frente, su boca entreabierta y suplicante, sus mejillas encendidas y su mirada cristalina.
Taehyung era hermoso, pero más en la intimidad; más cuando se entregaba, más cuando era suyo. Jungkook sintió dolor en su entrepierna por todo lo que provocaba en él. Estaba tan excitado como no lo había estado en años y no podía aguantar más.
—Te amo— dijo mientras lo apretaba contra el colchón que tantas veces había sido testigo de su amor —Te amo tanto...
Taehyung se agarró de la manta al sentir el peso de Jungkook sobre su cuerpo. El cosquilleo que le causó el roce de su lengua por todo su cuello le llevó a soltar un profundo jadeo.
—No me vuelvas a llamar hyung— pidió mientras sus manos se deslizaban por su espalda, tratando de llegar hasta su trasero —No quiero ser esa clase de hyung para ti...
—No lo volveré a hacer— prometió sin dejar de besar su piel. El aroma que desprendía su cuello le estaba volviendo loco —Te amo, Tae...
Taehyung odiaba que lo llamara hyung, lo sentía tan distante que le desgarraba el alma. No quería separarse de él, no quería vivir una vida sin Jungkook. Lo amaba más que a su vida y no podía seguir reprimiendo lo que sentía por él.
—Te amo, Kook— expresó desde el fondo de su corazón —Nunca he dejado de amarte. Nunca.
Jungkook se apoyó sobre el colchón y le miró fijamente a los ojos. A pesar de las circunstancias sabía que seguía sintiendo lo mismo por él. Y aun así, escucharlo de su boca le proporcionó una inmensa felicidad.
—Bésame— pidió Taehyung casi en un susurro —Ámame, Kook...
Las últimas piezas de ropa cayeron al suelo mientras se entregaban el uno al otro. Jungkook extendió el brazo hacia la mesilla de noche sin separarse de la boca de su amante. Sabía que ahí encontraría condones extra lubricados, pero lo que no había hallado en el cuarto era lubricante.
—Abre la boca— Taehyung hizo lo que le sugirió y Jungkook metió los dedos índice y corazón en la boca del mayor —Chupa.
Taehyung chupó sin apartar la mirada de la suya. El menor se mordió el labio inconscientemente por lo sensual que se veía. Era difícil mantener la calma cuando lo tenía desnudo en su cama y dispuesto a entregarse a él.
Jungkook supo en ese instante que estaba perdidamente enamorado y que jamás lograría olvidarse de lo que sentía por Taehyung. No importaba el tiempo ni la distancia, no importaban las circunstancias ni si estaba bien o mal, lo amaba incondicionalmente y no quería renunciar a él.
Cuando sintió sus dedos bien empapados de saliva comenzó a penetrar a Taehyung lentamente. Lejos de cohibirse o negarse, el mayor lo recibió con gusto e impaciencia. Jungkook apenas podía mantener la calma al ver que compartía la misma necesidad que él.
Estaban perdidos en la espiral del deseo y lo único que tenían en mente era llenarse de amor y calor.
Cuando Jungkook notó que estaba dilatado, se puso el preservativo y lo penetró lentamente. No sabía si la lubricación sería suficiente, pero Taehyung se agarró de sus caderas y no se quejó; al contrario, se mostró complacido desde el primer momento.
El menor lo tomó con suavidad, pero poco a poco fue subiendo de intensidad. Taehyung no se contuvo. Lo necesitaba. Lo deseaba. Lo anhelaba. Lo amaba. Y no le importaba sentir un poco de dolor si así podía ser suyo. El mayor dejó de fingir por completo y Jungkook supo que estaba en el cielo. Sus gemidos eran el sonido más bonito que había escuchado jamás.
Ninguno reparó en el ruido de la cama chocando contra la pared. Era sexo apasionado. Duro. Salvaje. Y Jungkook lo folló así, como quería y pedía Taehyung. Como necesitaban ambos, con la misma vehemencia, pasión y necesidad.
Entre esa fogosidad cayó más de un te amo por ambas partes, porque no era solo sexo, se estaban entregando en cuerpo y alma. Se estaban mostrando sus verdaderos sentimientos, sin mentiras ni trampas.
Y fue sensacional.
Taehyung se corrió primero y Jungkook eyaculó seguido sobre el muslo del mayor. Con cuerpos cansados y sudorosos se dejaron caer sobre la cama. Ambos tenían la respiración entrecortada y a Jungkook todavía le palpitaba el pene. Lo había dado todo, se había entregado sin límites y Taehyung lo notaba por el dolor que sentía en su zona íntima.
✦✦✦
Sus bocas se volvieron a unir y sus cuerpos desnudos se entrelazaron entre ellos. Jungkook estaba encima de Taehyung y el mayor tenía una pierna sobre su trasero y las manos recorriendo su cabello y espalda.
La pasión seguía latente y a pesar de haberse entregado al máximo, parecía que ambos no habían quedado saciados del todo.
—Te amo, Kook— dijo entre beso y beso —Te amo más que a nada en el mundo.
Jungkook sabía que era cierto. Le seguía amando tanto o más que la última vez que hicieron el amor y lo podía sentir en cada parte de su cuerpo.
Taehyung se separó de sus labios y le miró a los ojos con mucho afecto, pero una presencia le llevó a desviar la mirada hacia la puerta y allí vio a Changwook, parado junto al marco y con una expresión que jamás olvidaría.
¿Qué os ha parecido el capítulo? Ha sido un poco intenso, ¿no? ¿Cómo os sentís con todo lo que ha pasado entre Taehyung y Jungkook? ¿Y qué creéis que sucederá ahora con Changwook? 👀
Gracias por todo el cariño, me siento mucho mejor. Espero seguir contando con vosotrxs en 9/10 días. Sé que llego unos días tarde, pero dadle mucho amor a Don't de eAeon y RM. Personalmente me encanta. La estoy escuchando mucho cuando escribo. 💜
Aquí os dejo las piezas que toca Yoongi en este capítulo, por si las queréis escuchar. 🎶
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