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64

Jungkook se sintió tan agobiado dentro de la consulta de Hoseok, que decidió salir al pasillo para tranquilizarse. Apenas llevaba un minuto perdido entre sus pensamientos cuando oyó la voz de Taehyung pronunciando su nombre.

El maknae alzó la vista con el corazón en un puño. Taehyung llevaba un pantalón negro de vestir y un abrigo largo de solapa del mismo color, que dejaba ver el jersey verde que lucía por debajo. Su cabello negro le llamó especialmente la atención, dado que la última vez que lo vio, lo tenía teñido de castaño claro.

Taehyung estaba a mes y medio de cumplir los veintiséis años. El tiempo que habían estado separados se notaba en sus rasgos. Jungkook ya no estaba ante el mismo chico que conoció huyendo de Daegu y ese cambio se podía percibir en el aire.

El mayor se quedó estático. No era la primera vez que veía a Jungkook; lo había visto en el pueblo, en la playa y en el bosque. Taehyung era consciente de que se trataban de alucinaciones suyas. Lo que le extrañó de esta aparición en concreto no fue su ropa, dado que conocía los vaqueros holgados y la sudadera blanca que llevaba. Lo que le extrañó fue su cabello. Nunca se lo había imaginado con el pelo largo y menos recogido en una coleta.

Taehyung cerró los ojos y apretó el puño intentando recuperar el control. ¿Tanto le estaba afectando la enfermedad de Changwook que ahora veía al fantasma de Jungkook hasta en el hospital?

«Cálmate, solo es una alucinación. Respira profundamente y cuenta hasta diez»

Taehyung siguió su propio consejo, pero cuando abrió los ojos y lo vio parado en el mismo lugar, se volvió a desconcertar.

—Me estoy volviendo loco— murmuró angustiado. Sus alucinaciones ni eran tan nítidas ni eran tan largas —¿Por qué sigues aquí?

—Porque no estoy muerto.

Taehyung retrocedió unos pasos. ¿Su alucinación estaba hablando? ¿Cómo era posible? Nunca había hablado y ese detalle le espantó.

—Estoy vivo, estoy justo aquí— Jungkook se movió hacia él pero con cierta cautela. Por su forma de comportarse intuía que no era la primera vez que le veía —No estás soñando.

A pesar de la aclaración se cuestionó si había vuelto a caer en la espiral de los somníferos. Las alucinaciones habían comenzado a raíz de su adicción y aunque llevaba mucho tiempo limpio, por un instante pensó que quizá había vuelto a consumir y no lo recordaba.

El menor notó su recelo; Jimin se había mostrado incrédulo, pero Taehyung parecía mucho más confundido. Pese a su propio nerviosismo decidió buscar una manera de hacerle entender que no era una ilusión.

—Hagamos una cosa. Si no puedes sentirme, entonces tienes razón y no soy real— Jungkook extendió el brazo —Pero si puedes sentirme, entonces tienes que aceptar que estoy vivo.

—No es la primera vez que mi mente trata de engañarme...

Jungkook aguardó inquieto al ver que no parecía convencido. La mirada de Taehyung le transmitía miedo y desconfianza, pero también tristeza.

—Esto es una estupidez— el mayor se acercó y lo agarró del brazo. La expresión de su rostro cambió bruscamente al sentir el tacto de su piel —¿Cómo...? No es...

Jungkook no pudo contenerse por más tiempo y tiró de él. Taehyung perdió el aliento al sentir cómo lo envolvía entre sus brazos.

—Te lo he dicho— expresó con un nudo en la garganta —Estoy aquí.

Taehyung se quedó de piedra, incapaz de reaccionar. Su mente no lograba asimilar que no estaba ante otra alucinación y que Jungkook estaba realmente con él.

El maknae luchó desesperadamente contra las ganas de llorar. Poder abrazar al hombre al que amaba después de tantos años alivió el pesar en su corazón. Aunque ya no era su Taehyung, era inmensamente feliz por ver que estaba vivo y sano.

Jungkook sonrió genuinamente al notar su aroma. Taehyung olía muy bien. Olía de maravilla. Su cabello desprendía un olor frutal que le aguó los ojos.

—¿Jungkook...?

El maknae notó los brazos del mayor sobre su espalda, lo que aceleró su pulso considerablemente. Oír su llanto fue suficiente para que rompiera a llorar con la misma desesperación que Taehyung.

El hermano de Yoongi se sintió tan desbordado que perdió las fuerzas y cayó de rodillas. Jungkook lo sujetó firmemente para que no se hiciera daño y se inclinó con él sin dejar de abrazarlo.

—No puede ser, no puede ser, no puede ser— repitió Taehyung una y otra vez a lágrima viva. Su mente era incapaz de asimilar la situación. Incluso los más mínimos detalles, como sus brazos cubriendo su cuerpo o su pelo tocando su rostro, le parecían irreales.

Jungkook advirtió que estaba temblando y lo sujetó con más fuerza. Era difícil encajar una noticia como esa; el maknae ni siquiera se podía imaginar la cantidad de cosas que debían estar pasando por su mente. Por eso le dio tiempo para que, poco a poco, pudiera hacerse a la idea.

Los dos se mantuvieron abrazados por más de cinco minutos. Ese fue el margen que necesitó Taehyung para recuperar la compostura. El mayor se separó unos centímetros de Jungkook, pero solo para poder mirarle a los ojos.

—Has tardado— dijo entre lágrimas. A pesar del llanto que no lograba aplacar, le sonrió con todo el corazón —Bienvenido a casa.

Jungkook también sonrió. Aunque quería decirle que lo amaba, que lo había añorado muchísimo y que no había dejado de pensar en él, se tragó sus palabras. No deseaba poner a Taehyung en una situación incómoda y sabía que lo haría si compartía lo que sentía con él.

—¿Y mi hermano...?— Taehyung desvió la mirada asustado —Por favor, por favor... Dime que también ha vuelto...

—Tranquilo, está con Hoseok hyung— Jungkook le acarició la mejilla sin pensarlo —Le está haciendo un reconocimiento médico, pero no te preocupes, Yoongi hyung está bien.

—Menos mal— exhaló aliviado. Taehyung apartó su mano de su mejilla y la besó emocionado —Es un milagro que estéis aquí.

Los dos se miraron a los ojos y Jungkook supo que todavía sentía algo por él. Jimin no le había mentido, la expresión de Taehyung, ese beso tan delicado y su forma de tocarle eran la prueba. Aunque estuviera casado con otro hombre, todavía guardaba un lugar en su corazón exclusivamente para él.

—Estás guapísimo— Taehyung le tocó el pelo sin poder dejar de llorar —¿Cómo es que estás tan guapo? ¿No deberías estar mugriento? ¿Por qué te ves tan bien? No lo entiendo...

—¿Pero qué estás diciendo?— a Jungkook le dio la risa, no solo por sus palabras, también por la expresión que puso —¿Eso es lo primero que tienes que decirme?

—¿Y qué quieres que te diga?— se quejó entre pucheros —Todavía me cuesta creer que estés aquí. No dan cursos en la isla de cómo reaccionar al regreso de tu novio muerto, maldita sea.

Jungkook no pudo resistirse a su ternura y lo volvió a abrazar. Taehyung se agarró de su espalda y apoyó la cabeza sobre su hombro. No quería separarse de él. Estaba tan feliz de tenerlo de vuelta que solo deseaba permanecer entre sus brazos.

—Gracias por volver, gracias por no rendirte, gracias por estar vivo...

El maknae cerró los ojos con cierta pesadez. Si no hubiera sido por Yoongi, jamás habría podido regresar a la isla. No solo le debía la vida, también el poder abrazar a Taehyung.

La puerta de la consulta se abrió en ese preciso instante. Hoseok llamó a Jungkook, pero se calló abruptamente al encontrarse con ambos abrazados en el suelo.

—Eh, nada... Olvídalo...

Yoongi se asomó para ver qué sucedía y se topó con la inesperada mirada de su hermano.

—¿Hyung...?— Taehyung se separó del maknae y se levantó como alma que lleva al diablo para lanzarse entre sus brazos —¡Hyung!

Hoseok y Jungkook compartieron una mirada de complicidad al ver la reacción de los Min. Taehyung, que había dejado de llorar, volvió a sollozar como un niño pequeño mientras Yoongi, que estaba tranquilo, no pudo hacer otra cosa que sucumbir ante sus emociones.

El maknae se levantó del suelo y se limpió las lágrimas mientras veía la felicidad que envolvía a dos de las personas que más amaba en el mundo. Yoongi besó la mejilla de su hermano repetidas veces y se río entre lágrimas al sentir que Taehyung le pasaba las manos por el cabello.

—¡Te quiero mucho, Tae!— los dos dieron una pequeña vuelta, abrazados y emocionados por su reencuentro —¡Te quiero muchísimo!

Esas palabras provocaron aún más llanto en Taehyung. El menor quería habérselo dicho primero, pero solo logró balbucear un yo también entre lágrimas. Yoongi contempló su rostro detenidamente; se había perdido cuatro años de su vida, pero ahora ya no se perdería ni un minuto más.

—Me han dicho que eres el jefe del equipo de expedición— apuntó con gran orgullo —El niño de la casa se ha convertido en todo un líder— le pellizcó la mejilla sonriente —Ahora ya no me necesitas para nada, hermanito.

—¡Por supuesto que te necesito!— protestó lloroso —Siempre te voy a necesitar, hyung...

Yoongi lo volvió a abrazar. Taehyung no podía calmarse, estaba desconsolado y aunque él se sentía igual, no dudó en seguir alabándolo.

—Gracias por buscarnos. Sé todo lo que has hecho por nosotros— Yoongi le dio un beso en la frente —Eres el mejor hermano del mundo. No sabes lo feliz que me siento de ser tu hermano.

—Lo siento... No pude encontraros— Taehyung empezó a hipear —Lo intenté... Yo... Lo siento... Te juro que hice todo lo posible... Te juro que lo intenté, hyung... Lo siento mucho...

—No tienes que disculparte por nada, ¿me oyes?— le habló al oído —Hay que tener mucho valor para salir ahí afuera y tú lo has estado haciendo durante años. Años— recalcó impresionado —Estoy muy orgulloso de ti, Tae. Siento mucho haberme ido sin decirte nada. Te prometo que te recompensaré por mi error.

—No me importa... Solo me importa que hayas vuelto...

Jungkook los observó con sentimientos encontrados. Enterarse de que Taehyung era el jefe del equipo de expedición le sorprendió, pero no tanto como el hecho de que los había estado buscando. No se podía imaginar lo duro que habría sido para él viajar a la península y volver una y otra vez con las manos vacías.

—Te he echado de menos, Tae— Yoongi le revolvió el pelo tratando de calmar su llanto —Los dos te hemos echado de menos.

Taehyung desvió la mirada hacia Jungkook y el maknae le sonrió cálidamente. Él también los había echado de menos, mucho además. Y que ambos hubieran regresado después de tanto tiempo era el mayor regalo que podría imaginarse.

Jimin apareció cuando los ánimos se calmaron. Jungkook fue el primero en verle y se alegró mucho de que su hermano se uniera a ellos, pero se tensó al percatarse de que iba acompañado.

Yoongi se separó de Taehyung sin dejar de contemplar su rostro. Se notaba que había madurado mucho desde la última vez que le vio. A pesar de todo lo que estaba sucediendo con la enfermedad de su marido, el joven mostraba muy buen aspecto y eso le calmó.

Jimin se quedó al lado de la ventana. Changwook sin embargo no dudó en acercarse a Jungkook y darle un abrazo. El maknae se sorprendió por la acción. No contaba con que fuera a recibirlo de esa manera, pero lo que más le desconcertó fue su genuina sonrisa.

—Me alegro de que hayas vuelto.

Lo peor de esas palabras fue comprender que eran sinceras. Changwook no era falso y Jungkook lo sabía. Eso le creó cierta incomodidad; era más fácil que el marido de la persona a la que amaba fuese un cretino en lugar de una buena persona.

Taehyung se tensó al verlos juntos. Yoongi lo notó porque le apretó la mano con mucha fuerza. Incluso Hoseok y Jimin pudieron sentir la tensión que se alzó en el ambiente.

—Eres impresionante— le dijo Changwook a Yoongi. El abrazo que le dio fue quizás algo más sentido porque a ambos les unía una relación profesional y además habían tenido mucho más trato —No sé cómo has sobrevivido, pero tienes todo mi respeto. Los dos lo tenéis.

—Gracias por la bienvenida, hyung— Yoongi valoró mucho el gesto del director, especialmente en un momento tan delicado como el suyo —¿Cómo te encuentras?

—Listo para correr una maratón— bromeó sin perder la sonrisa —¿Tú cómo estás?

Taehyung sonrió por fuera, pero por dentro estaba hecho un flan. ¿Sabría Jungkook que estaba casado? Ni siquiera se atrevía a mirarle a los ojos. Tenía miedo de su reacción. Tenía miedo de encontrar decepción u odio en su mirada.

El maknae apartó la vista afligido. Yoongi y Changwook estaban conversando animadamente y era lógico, al fin y al cabo habían sido compañeros y se llevaban bien. Y aun así le dolía la relación que les unía. Le dolía que Changwook fuese su cuñado y no él.

—Jungkook, te toca.

Jimin supo inmediatamente que Hoseok lo hacía para echarles un cable. Taehyung se había puesto pálido y Jungkook se veía muy incómodo por la situación.

El maknae no miró a su ex ni le dijo nada, solo entró en la consulta de su amigo con semblante tranquilo. Taehyung giró el rostro hacia él y observó angustiado cómo se cerraba la puerta. Aquel leve golpe que hizo al cerrarse le estremeció el cuerpo.

—Han pasado muchas cosas en los últimos años— le comentó Yoongi a Changwook —Tenemos que ponernos al día, hyung.

—Inyeon ha cambiado mucho desde que Jimin está al mando— aseguró, y esas palabras hicieron que Yoongi desviara la mirada hacia Jimin —Tú y Jungkook también tendréis muchas historias que compartir, ¿verdad?

—Ni te imaginas...

Changwook se sintió intrigado, especialmente por el tono con el que pronunció esas palabras. Justo cuando pretendía continuar con la conversación se metió Taehyung entre ellos.

—Tenemos que irnos.

—No hay prisa— respondió su marido con el ceño fruncido —Hoy no hay clases, están suspendidas por el temporal.

—Tienes que descansar.

—Estoy bien, Taehyung— le apretó el hombro cariñosamente —Además, acaba de regresar tu hermano de...

—¿No querías volver a casa?— le cortó con cierta brusquedad —Es mejor que nos vayamos ahora. Estás enfermo y tienes que descansar.

Jimin notó que las palabras del menor no le habían sentado bien a Changwook. Incluso Yoongi se dio cuenta del malestar que generó en él.

—Lo siento— Taehyung le dio un beso a su hermano —Hablamos en otro momento.

Yoongi no supo qué decir. No quería que se alejara, no cuando por fin estaban juntos; sin embargo aceptó su decisión y lo dejó ir.

—Me ha encantado verte— Changwook le dio un sentido abrazo —Nos vemos pronto.

Yoongi vio por su expresión que estaba desencantado.

—¿Has visto eso?— preguntó en cuanto se alejaron —¿Qué acaba de pasar?

—¿Cómo reaccionarías tú si unos días después de casarte aparece tu novio muerto?— Jimin se apoyó sobre la ventana —No se lo tomes a mal. TaeTae necesita tiempo para encajar todo esto. Ahora mismo está desbordado.

—No es el único. Creo que todos necesitamos tiempo— Yoongi miró hacia la puerta pensando en Jungkook —Esto está siendo muy...

—¿Agotador?— el menor lo abrazó por la espalda —No te preocupes, en unos días estaremos todos mucho más calmados.

—Eso espero— Yoongi cerró los ojos y se dejó llevar por el contacto. Esas pequeñas muestras de cariño rebajaban mucho su ansiedad —¿Seguro que no tienes que ir a trabajar? Con este temporal tendrás mucho que hacer.

—Las clases se han suspendido por seguridad y le hemos pedido a la gente que salga lo menos posible de casa. También hay voluntarios limpiando las calles— comentó sin separarse de él —Wooshik puede encargarse de todo por un día. En serio, no te preocupes.

—¿Wooshik?

—Es mi mano derecha.

—¿En serio?— Yoongi notó que asentía con la cabeza y se giró hacia él —Las vueltas que da la vida. Eso sí que no me lo esperaba— murmuró asombrado —No debe de ser fácil gobernar la isla. Estoy muy orgulloso de ti, Jiminie.

Jimin se sonrojó por esas inesperadas palabras. Yoongi sonrió al ver su tímida reacción. Que todavía lograra provocar rubor en sus mejillas le complació y mucho.

—Entrad— pidió Hoseok desde la puerta.

El tono de su voz preocupó inmediatamente a la pareja.

—¿Le pasa algo a mi hermano?— Jimin vio que Jungkook estaba sentado sobre la camilla, apretándose un algodón contra el brazo —¿Estás bien?

—Sí, estoy bien.

—Jungkook me ha contado lo que le ha pasado en la península.

Yoongi imaginó que se refería al incidente en el cementerio.

—¿Qué te ha pasado en la península?

—Me mordió una rata infectada— desveló para disgusto de Jimin —Se lo he dicho a Hoseok hyung por si encuentra alguna anomalía en mi sangre y bueno, para que tenga cuidado tratándola. No sé si todavía está contaminada.

—Lo estará durante unos días— le respondió Yoongi —Con tu hermano sucedió igual.

A Jimin se le cayó el corazón a los pies. Jungkook lo decía con mucha serenidad, pero para él era una noticia tan reciente como escalofriante. Angustiado se acercó a la camilla y lo estrechó entre sus brazos.

—¿De verdad que estás bien, Jungkookie?

—Tranquilo, estoy bien— el menor le dio unas palmaditas en la espalda tratando de quitarle hierro al asunto —La vacuna falló conmigo, pero Yoongi hyung me salvó. Tuvo la idea de enfriar mi cuerpo con nieve y funcionó.

—El virus es muy agresivo, por eso el sistema inmunológico no tiene opciones sin la vacuna— Hoseok se mordió el pulgar pensativo —Lo que habéis descubierto es muy importante. Creíamos que la vacuna solo era eficaz con ciertas personas, pero puede que lo sea con todo el mundo, solo que algunos cuerpos necesitan de una ayuda extra.

—¿A qué se puede deber?

—Eso es lo que tengo que averiguar, Jungkook— Hoseok se acercó a Jimin —Me gustaría sacarte sangre. Quiero comprobar si hay alguna diferencia en vuestra sangre, dado que el virus podría haber creado nuevas variantes.

—¿Eso se puede comprobar?— preguntó sin soltar la mano de su hermano —Hace mucho tiempo que me infecté con el virus.

—Necesitaré ayuda de Go sunbaenim, pero estoy convencido de que si trabajamos juntos, lograremos mejores resultados.

—¿La científica es de fiar?

—Confío en ella, hyung— contestó sin un atisbo de duda —Además, nunca permitiría que les pasara nada malo a Jimin y Jungkook.

Jimin dio su consentimiento y su amigo comenzó a preparar el material. El virus seguía siendo un misterio, pero Hoseok creía que con la aportación de Jungkook, Go Yoonha lograría avanzar en su investigación.

—Gracias por salvar a mi hermano— Jimin le dio un abrazo a Yoongi —Te lo debo todo— expresó con los sentimientos a flor de piel —No sé cómo agradecértelo...

Yoongi lo apretó con fuerza ante la atenta mirada de Jungkook. El maknae sabía que Jimin estaba tratando de mantener la compostura, aunque su rostro pálido mostraba el impacto que había generado la noticia en él.

—No tienes nada que agradecerme— le contestó al oído —Sois mi familia y haría cualquier cosa para protegeros.

—Te amo, Yoon.

Yoongi le besó en la mejilla y ese contacto rebajó la ansiedad de Jimin. Jungkook sonrió genuinamente y también Hoseok, que estaba esperando pacientemente para sacarle sangre. Aunque la situación era tensa, ese momento de afecto les dio mucha paz y serenidad.

Taehyung abrió la puerta de su domicilio y dejó entrar a Changwook. El menor tenía un fuerte nudo en la boca del estómago desde que habían salido del hospital. Durante todo el trayecto no habían intercambiado palabra y la tensión seguía latente entre ellos.

Changwook se dirigió al salón mientras su marido guardaba los abrigos y el calzado. Físicamente se encontraba mejor, pero emocionalmente tenía la sensación de que estaba a punto de desvanecerse.

Taehyung aguardó unos minutos en el pasillo hasta que finalmente tomó asiento al lado de Changwook. No había estado a la altura de las circunstancias y se sentía muy mal por haberle hablado de una forma tan brusca delante de Yoongi y Jimin.

—Lo siento mucho— Taehyung le tocó el brazo suavemente —No debí tratarte así. No hay excusa. Me he comportado como un idiota... No te mereces que te traten así.

—Deberíamos anularlo.

—¿Anularlo?— las palabras de su marido le tomaron por sorpresa —¿De qué me hablas?

—De nuestro matrimonio— contestó Changwook sin perder la calma —Todavía estamos a tiempo de anularlo.

—¿Por qué dices eso?

—Jungkook ha vuelto— le miró fijamente a los ojos —¿Por qué seguirías conmigo?

—Te quiero— respondió agitado —¿No es esa una razón de peso?

—¿Me quieres o te sientes obligado a estar conmigo por mis circunstancias?

—¿Es que dudas de lo que siento por ti?— Taehyung se levantó del sofá indignado —No todo tiene que girar en torno a tu enfermedad, ¿sabes? Es muy injusto que pienses así.

—Solo quiero asegurarme de que estás conmigo por la razón adecuada, Taehyung— Changwook se agarró del apoyabrazos del sofá —Si me quieres de verdad, entonces sigamos juntos, pero si le quieres a él, si tienes dudas o te sientes obligado a estar conmigo por mi condición, entonces necesito que me lo digas.

Un golpe llamó la atención de ambos. Los niños de los vecinos estaban jugando en el exterior y en su afán por lanzarse bolas de nieve, habían golpeado sin querer la ventana de su casa. Taehyung no le dio mayor importancia y volvió a tomar asiento a su lado.

—Es normal que me sorprenda verle, ¿no crees? Han pasado cuatro años— Taehyung se mordió el labio conmocionado —Joder, he estado buscando su cadáver desde hace mucho tiempo... Estoy tan impactado y confundido, feliz y ansioso... No sé, cómo sentirme... Estoy desbordado...

—¿Eso es todo?

—Eso es todo.

—Está bien— Changwook entrelazó su mano con la suya —Tómate el tiempo que necesites para asimilar que Jungkook ha vuelto, pero sé sincero conmigo. Solo te pido eso.

—No quiero anular nuestro matrimonio.

—Sé que no quieres...

Taehyung apoyó la cabeza sobre el hombro de su marido. Lo que le pedía era lógico y sin embargo, en ese momento no sabía qué sentir. Quería a Changwook, eso lo sabía, pero también amaba a Jungkook y ese sentimiento tan profundo jamás desaparecería.

—Te quiero— Taehyung se abrazó a él muy angustiado —De verdad, te quiero mucho.

Changwook trató de contener las lágrimas. Tenía mucho miedo de pasar los últimos días, semanas o meses de su vida solo; le aterraba morir en soledad, pero no quería retener a Taehyung contra su voluntad. Si decidía volver con Jungkook lo respetaría, aunque le partiera el alma, lo dejaría marchar.

Seokjin se mordió el pulgar al ver la barca en medio del lago. Hacía dos horas que Namjoon había salido a leer un libro, según él, claro, pero el mayor sabía que en realidad solo buscaba estar solo.

Seokjin era consciente de que el beso en el karaoke había cambiado las cosas entre ellos. Namjoon se había alejado de él y no podía reprochárselo; aunque seguían hablando sobre cualquier tema, a veces se mostraba tenso y Seokjin conocía la razón.

Decidido a cambiar las cosas, chasqueó los dedos y un extenso camino se alzó ante él. Eran como losas de piedra del tamaño de sus pies que iban desapareciendo conforme iba recorriendo el trayecto.

Seokjin dio alrededor de ochenta pasos hasta llegar hasta la barca. Allí encontró a Namjoon mirando hacia la montaña, ensimismado entre sus pensamientos.

—¿Tienes un minuto?

—¡Mierda!— Namjoon dio un respingo por el sobresalto —No te había oído llegar...

Seokjin se sentó enfrente de él y desvió la mirada hacia el paisaje. Hacía un clima muy agradable en su orbit y las vistas eran increíbles. Viéndolo desde allí ya no le extrañaba que Namjoon se hubiera perdido en sí mismo.

—¿Va todo bien en la isla?— preguntó el menor tras cerrar el libro y dejarlo a un lado —¿Ya han ido al hospital?

—Sí, ya han ido.

Namjoon asintió y Seokjin notó otra vez ese silencio que surgía entre ellos cuando ya no sabían qué más decir.

—Quería...

—No dejo de pensar en lo que le dijo Yoongi hyung a Jimin— comentó Namjoon de repente —No le puedes ser infiel a un muerto. Es lógico, pero...

—Pero sientes que has traicionado a Hoseok, ¿verdad?

Namjoon asintió levemente.

—Parte de mí desea que siga adelante, que se enamore y sea feliz, pero no dejo de preguntarme... ¿Me querrá después de pasar una vida junto a otra persona? ¿Realmente vendrá aquí y querrá estar conmigo? ¿Estaré esperando en vano?— Namjoon metió la mano en el agua y sonrió con amargura —No debería tener pensamientos como estos... Soy un egoísta...

—Eres una persona, Namjoon. Eso es todo— respondió con mucho respeto —Nadie espera de ti que no sientas ni padezcas. Es normal que te cuestiones las cosas. No serías humano si no lo hicieras, ¿no crees?

—Siempre sabes qué decir...

—Ser un fósil tiene sus ventajas. Como ves soy mucho más sabio que tú— bromeó logrando sacarle una sonrisa sincera —¿Quieres saber lo que pienso yo de todo esto?

Namjoon le miró a los ojos y asintió.

—Creo que Hoseok encontrará a una buena persona que le haga feliz y creo que cuando deje ese mundo, lo hará sin remordimientos. Pero también creo que ningún amor podrá llenarle nunca como lo hizo el tuyo. Por eso estoy convencido de que querrá estar contigo para siempre.

El menor notó que su mirada se había entristecido, aunque Seokjin sonrió inmediatamente para disimular su propio dolor. Era difícil reconfortar a la persona que amaba cuando esa persona estaba sufriendo por otro hombre.

—¿Quieres estar conmigo hasta que llegue ese momento?

Seokjin se quedó un poco descolocado con la pregunta. ¿A qué se refería exactamente? ¿Estar con él? Eso se podía interpretar de muchas formas.

—Lo he pensado desde el beso en el karaoke... Sé que hay algo entre nosotros y no puedo ignorar la atracción que siento por ti— aseguró un poco cohibido —Sé que lo que te estoy diciendo ahora mismo es inapropiado y comprendo si decides ahogarme en el lago... De hecho, creo que deberías hacerlo— recalcó abrumado —Pero hyung, no puedo seguir haciendo como que no pasa nada...

—¿Te estás ofreciendo a ser mi novio hasta que muera Hoseok?— preguntó desconcertado —¿Es eso o te estoy entendiendo mal?

Namjoon bajó la mirada ruborizado. En su mente no sonaba tan mal, pero oírlo de su boca le avergonzó y mucho. 

—No quería ofenderte y menos tratarte como a un sustituto... En realidad no sé ni qué estoy diciendo...

—Acepto.

Namjoon alzó la vista muy sorprendido.

—Puede que cualquier otra persona lo vea como algo denigrante, pero... Fallecí antes de encontrar el amor y cuando me había resignado a aceptar mi destino, apareciste tú. Me enamoré de ti y sé que, haga lo que haga, no voy a poder olvidarte. Eres la única persona en este mundo— sonrió con cierta resignación —No me importa si mi tiempo contigo es limitado. Es cierto, quizá no sea lo ideal, pero quiero poder experimentar todo lo que no fui capaz de experimentar en vida. No quiero pasar los próximos años ocultando lo que siento. Quiero poder ser feliz aunque sea por un tiempo limitado.

Namjoon iba a preguntarle si estaba seguro, pero la mirada de Seokjin era tan firme, que no halló ni rastro de duda en él.

—Solo tengo una condición, Namjoon.

—¿Cuál?

—Que no tengas miedo a enamorarte de mí.

Namjoon sonrió por la confianza que vio en su expresión. Seokjin era capaz de decir cosas que otros no se atrevían a pronunciar y encima lo hacía con la mayor convicción del mundo.

—¿Y tú?— dijo en un tono muy animado —¿Tienes alguna condición?

—Seré tu novio cuando Hobi tenga pareja.

Seokjin se quedó mirando el rostro del menor detenidamente. Namjoon realmente estaba tratando de pasar página por el bien de ambos, pero no quería hacerlo antes que Hoseok. El menor deseaba respetar a su novio hasta el último momento y ese gesto le pareció muy propio de él.

—Hyung, si en algún momento te sientes incómodo o prefieres dejarlo, puedes decírmelo. Soy consciente de que lo que te estoy proponiendo se sale de lo común.

—Namjoon, ¿crees que esto no se sale de lo común?— Seokjin señaló a su alrededor —Sé que amas a Hoseok y lo entiendo. Tus sentimientos hacia él no son un inconveniente para mí. Creo que puede haber algo muy bonito entre nosotros y con eso me basta.

Namjoon tenía miedo de herir a alguno de los dos, ¿pero qué alternativa le quedaba? Hoseok no tenía que serle fiel a un muerto, pero un muerto tampoco tendría que serle fiel a un vivo. Sí, era lógico que Hoseok siguiera con su vida, tan lógico como que él siguiera con la suya.

Namjoon no quería que llegara el día de su reencuentro y en lugar de recibir a Hoseok con una sonrisa, le echara en cara que había sido feliz mientras él se consumía en El Umbral. Y tampoco quería ver sufrir a Seokjin durante años, no cuando podía hacer algo para evitarlo.

El mayor notó que estaba muy angustiado. Ahora comprendía por qué quería pasar tanto tiempo a solas. Cada vez que salía en barca era para pensar en su situación.

—No te preocupes tanto— Seokjin se quitó el calzado y se tumbó como si fuera a tomar el sol —¿Qué podría salir mal?

—¿Qué podría salir mal?— repitió Namjoon con el ceño fruncido —He hecho una lista y es bastante larga...

—¿Has hecho una lista?— el mayor le imitó frunciendo el ceño —Qué jodido estás.

Namjoon quiso replicar, pero la sonrisa que vio en su rostro le quitó las ganas de quejarse. Hacía tiempo que no le veía sonreír con tanta naturalidad.

Seokjin le miró de reojo esperando una reprimenda, pero el menor agarró el libro y comenzó a leerlo en voz alta.

—¿De qué trata?

Namjoon ignoró su pregunta deliberadamente. Seokjin cerró los ojos mientras escuchaba su voz. No sabía de qué trataba la historia, pero no importaba; la narración de Namjoon era tan relajante que por un momento se imaginó que era uno de los protagonistas de esa historia.

«Aunque no tenga un final feliz, quizá sí pueda existir una trama para nosotros, Namjoon»

—Lo mejor de una historia no es el final— susurró Seokjin sin pensarlo —Lo mejor de una historia es el viaje.

¿Cómo habéis vivido el reencuentro entre Taehyung y Jungkook? ¿Os ha gustado? ¿Y el de Yoongi y Taehyung? 🥺

A Taehyung se le ha venido el mundo encima. Su situación no es fácil, ni tampoco la de Jungkook y Changwook. ¿Qué creéis que hará? ¿Renunciará a su matrimonio o seguirá con su marido? 🤔

La situación en El Umbral tampoco es sencilla. Seokjin y Namjoon han llegado a un acuerdo, pero ¿creéis que ha sido una buena decisión o pensáis que a la larga traerá problemas? 👀

Últimamente hay mucha gente preguntándome cuándo actualizo, por lo que asumo que se han unido recientemente a Retrouvailles. Lo hago cada 9/10 días, lo pone en la info de mi perfil y también en la descripción de la historia. Ahí podéis encontrar toda la información que necesitáis. Espero que estéis teniendo un buen fin de semana. Cuidad mucho de vuestra salud. 💜

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