63
Hoseok dejó los zapatos en la entrada y se percató de que había dos pares de botas desconocidas. Extrañado subió por las escaleras, pero sin darle mayor importancia. Su mente seguía en el trabajo, específicamente sobre un paciente cuyo estado le tenía muy alarmado.
Hoseok había decidido alargar su jornada para seguir estudiando el caso de Changwook. En el hospital no solo podía contar con los libros más necesarios, también disponía de una filmoteca con grabaciones de operaciones de todo tipo. No era lo mismo que tener a un médico especializado en la materia que le pudiera instruir paso a paso, pero seguía siendo mejor que no contar con nada.
Hoseok llevaba años estudiando las grabaciones y preparándose a conciencia porque sabía que a pesar del virus, las enfermedades comunes no se tomaban ninguna tregua.
El joven decidió darse una ducha rápida y cambiarse de ropa. Después prepararía el desayuno para Jimin y Junggi y volvería al hospital. No tenía intenciones de quedarse a dormir, ya había echado una cabezadita en su consulta y con eso le bastaba.
Hoseok volvió a pensar en las botas de la entrada mientras estaba bajo el agua. ¿De quién podrían ser? De Taehyung no eran, dado que había pasado la noche en el hospital con Changwook. Sungjae no solía ponerse esa clase de calzado y Eunha tenía un número de pie mucho más pequeño.
Absorto tomó una toalla del armario y comenzó a secarse el cabello. ¿Y si eran de Wooshik? ¿Aunque por qué pasaría la noche en casa? No tenía ningún lío con Jimin, que él supiera, claro, y aun así quedaba otro par de botas sin identificar.
Hoseok regresó a su habitación y comenzó a ponerse la ropa interior. ¿Y si Jimin había vuelto a recaer en la bebida? La presión a la que estaba sometido como gobernador era constante y quizá le había pasado factura. ¿Pero se montaría un trío en casa teniendo un hijo? No le cuadraba en lo más mínimo, aunque el alcohol solía provocar comportamientos inusuales en las personas.
—No es posible, Jimin no haría algo así— murmuró para sí mismo, sin embargo no halló serenidad en sus palabras. Intranquilo se puso un pantalón negro de pana y una camisa blanca y salió del cuarto.
Con el corazón agitado abrió la puerta del dormitorio de Jimin levemente, lo justo para poder mirar dentro de la habitación. Hoseok sabía que no estaba bien vulnerar su privacidad de esa manera, pero la preocupación que sentía por su amigo pesaba más que su sentido común.
El cielo permanecía nublado, por lo que la claridad era mínima. Aun así le permitió ver que había alguien junto a Jimin. Hoseok cerró la puerta impactado. No era un trío, afortunadamente, ¿pero a quién había dejado entrar en su cama con Junggi durmiendo tan cerca?
—No tiene sentido— Hoseok frunció el ceño dubitativo. Ese comportamiento no parecía propio del Jimin que conocía. Además, ¿no le había dicho que dejaría las citas? ¿Entonces quién era ese tipo? No había muchos hombres homosexuales en la isla y a esas alturas ya se conocían todos. A menos que algunos siguieran ocultándose.
«¿Será Wooshik?» Hoseok solo podía pensar en él, dado que era la persona con la que más tiempo solía pasar Jimin en el trabajo.
El joven decidió salir de dudas y entró a hurtadillas en la habitación. Sigilosamente se fue acercando a la cama para comprobar quién era el hombre que dormía de cara a la ventana. Jimin lo tenía abrazado por la espalda, lo que le indicó que era más que un simple rollo de una noche.
Hoseok tenía la vista clavada sobre su objetivo, motivo por el que no vio el bloque de madera de Junggi y tropezó con él. Yoongi se alzó inmediatamente de la cama. Estaba tan acostumbrado a reaccionar al más mínimo sonido, que lo primero que hizo fue agarrar la lámpara de la mesilla para tener algo con lo que defenderse.
Hoseok se sintió tan desconcertado al verle, que su primer instinto fue gritar; el joven gritó a pulmón abierto creyendo que estaba presenciando una aparición sobrenatural. Ese sonido agudo y estridente despertó a Jimin de la peor forma posible. El menor se alzó gritando por el sobresalto que le causó el ruido.
—¡Hoseok, tranquilo!— Yoongi trató de calmarle, pero con cada paso que dio hacia él, su amigo fue retrocediendo hasta golpearse contra la pared —Hoseok, soy yo.
—¡No te me acerques, espectro!
El ruido despertó a Jungkook de sopetón. Preocupado corrió hacia la habitación de su hermano donde lo halló sentado en la cama mientras Hoseok permanecía pegado contra la pared, con los brazos en alto y moviéndolos exageradamente, tratando de hacer desaparecer a Yoongi. Su amigo se encontraba a pocos metros de Hoseok, en ropa interior, sosteniendo una lámpara en la mano e intentando tranquilizarlo.
—¿Pero qué os pasa?— Jungkook arqueó una ceja —¿Habéis perdido un tornillo?
Los gritos aumentaron todavía más cuando Hoseok lo vio apoyado sobre la puerta. El joven creía firmemente que eran dos espíritus que habían vuelto del más allá y no podía concebir, que se podría tratar de cualquier otra cosa. La falta de sueño y el exceso de trabajo no le permitían razonar.
—¡Cálmate, hyung!— Jimin alzó la voz para hacerse oír —¡Están vivos! ¡Han vuelto de la península!
—¿De la península?— musitó consternado. Hoseok miró a Yoongi y luego a Jungkook, repitiendo ese proceso varias veces —¿Cómo es posible? Han pasado más de cuatro años, no puede ser... Estáis muertos...
—¿Por qué nos estás matando?— Jungkook se cruzó de brazos —¿No ves que estamos aquí?
—No hemos muerto, Hoseok— Yoongi dejó la lámpara en el suelo y se acercó a él con las manos en alto —Míranos, somos nosotros. Hemos vuelto a casa.
A Hoseok le costó asimilar lo que estaba sucediendo. Era como el aturdimiento tras un accidente de tráfico; aunque los estaba viendo, su mente no lo procesaba tan rápido como su vista.
Yoongi fue el primero en darle un abrazo y cuando Hoseok notó el contacto entendió que no estaba alucinando. Jimin sonrió al ver cómo rompía en llanto; era como verse a sí mismo el día anterior.
El maknae se unió al abrazo con ímpetu. Hoseok sintió un cúmulo de sensaciones muy intensas mientras se reían por el malentendido y celebraban su reencuentro. Para él era como estar viviendo un milagro, pero de esos que cuentan otras personas y que no le suelen suceder a uno mismo.
—No me lo puedo creer— se rió entre lágrimas —¿Y ese pelo? ¿No había tijeras en la península?
—Es el look del superviviente, hyung— Jungkook le guiñó un ojo —Además, tiene muchas ventajas. Por ejemplo, te mantiene calentito.
Yoongi sonrió por el comentario del maknae.
—Creía que erais unos fantasmas— Hoseok se limpió los ojos con la manga de la camisa —Menudo susto me habéis dado. Casi me enviáis a la tumba.
Jungkook soltó una pequeña carcajada traviesa y lo volvió a abrazar. Hoseok se agarró de su espalda completamente sobrepasado. Su mirada buscó desesperadamente la de Jimin y al ver su entrañable sonrisa sintió mucha paz.
—Siento haberte asustado— Yoongi le apretó el hombro —Me alegro mucho de verte.
—Hyung...— Hoseok quiso decir algo más, pero no le salieron las palabras.
—Estoy orgulloso de ti— el mayor le dio un beso en la sien y lo estrechó entre sus brazos —Lo has hecho muy bien, Hoba.
Las lágrimas de Hoseok volvieron a surgir a raíz de sus palabras. Jungkook se apartó de ellos y dejó que se fundieran en un profundo abrazo.
Mientras tanto, Jimin se vistió con un pijama que sacó de la cómoda. Junggi apareció en ese instante con cara de sueño. El niño estaba sujetando a Chimmy con una mano y frotándose los ojos con la otra.
—¿Papi?
—Mi amor— Jimin se apresuró inmediatamente hacia su hijo —¿Te hemos despertado, pollito?
—¿Y el tío Koo?
Jungkook oyó que preguntaba por él y se acercó para alzarlo en brazos.
—Es demasiado temprano para ti, pequeñín— Jungkook le dio un beso en la mejilla y Junggi se agarró de su cuello amodorrado —Tienes que mimir un poco más.
—Solo con tío Koo...
Jungkook sintió un vuelco en el corazón al realizar que el niño había ido a buscarle. El joven se había quedado a dormir con él por petición de Junggi y ahora estaba allí, no porque le preocupara el jaleo, sino porque le preocupaba la ausencia de su tío.
—Lo siento, hyung— Jungkook huyó del dormitorio con el niño —Voy a secuestrar a mi sobrino.
Jimin se rió por su reacción. Los dos habían conectado tan rápido que verlos tan unidos le agitó el corazón.
—Tenéis que venir conmigo al hospital. Tengo que haceros una revisión completa.
Al darse la vuelta vio que Hoseok estaba mirando las cicatrices de Yoongi. Con la luz del día parecían bastante más profundas de lo que creyó anoche.
—Estamos bien— la mirada que le dedicó su amigo le hizo comprender que no era una invitación —Pero claro, iremos al hospital contigo.
Jimin le entregó un pijama a Yoongi y el mayor le miró con cierto alivio; habría sido una situación muy incómoda si los hubieran pillado completamente desnudos.
—¿Cuándo habéis llegado?— Hoseok se apoyó sobre la cómoda —He estado con Taehyung y no me ha dicho que habéis vuelto.
—¿Has estado con TaeTae?— se sorprendió Jimin —¿Cuándo? ¿Ha ido al hospital?
—Anoche vino con Changwook hyung a urgencias. No es grave, pero por precaución he preferido ingresarle.
Jimin se sentó preocupado sobre la cama. Todo lo que le estaba sucediendo a su mejor amigo le tenía muy angustiado.
—Llegamos anoche— respondió Yoongi a su pregunta —Mi hermano todavía no sabe que estamos aquí.
Hoseok no cuestionó sus razones, aunque le pareció un poco extraño que nadie hubiera ido a avisar a Taehyung.
—¿Es por su situación?— Hoseok los miró a ambos detenidamente —¿Jungkook ya sabe que Taehyung está casado?
—No lo sabe, aunque creo que lo intuye— Jimin se volvió a levantar; no conseguía parar quieto por culpa de los nervios —Le estamos dando un poco de tiempo para que pueda, ya sabes, afrontar todo esto.
—Va a ser duro para él. Si hubierais llegado dos días antes, quizá Taehyung no se habría casado— Hoseok reflexionó sobre sus propias palabras —Aunque teniendo en cuenta el estado de Changwook hyung... Creo que sería muy difícil para Taehyung romper su compromiso con él.
Yoongi se percató de que Jungkook estaba en la entrada. El rostro del maknae parecía impasible, como si la conversación que estaban manteniendo no le interesara en lo más mínimo.
—Lo siento, hyung— Jungkook recogió a Chimmy del suelo; Junggi lo había dejado caer cuando lo alzó en brazos —Por mi culpa estás retrasando el reencuentro con tu hermano.
—No, JK...
—No te preocupes por mí, estoy bien— le interrumpió sin perder las formas —Ya lo sabíamos, ¿verdad? Que esto podría pasar.
Yoongi no supo qué decir. Le dolía en el alma que las cosas hubieran resultado de esta manera para Jungkook, pero sobre todo le dolía el esfuerzo que estaba haciendo para parecer indiferente.
—Aunque Changwook hyung se esté muriendo, si Tae... Si hyung se ha casado con él, es porque le ama, no porque sienta pena.
—TaeTae no ha dejado de quererte, Jungkook.
—Eso no cambia nada— aseguró con cierta resignación —Él ya ha elegido.
—Jungkookie...
—Déjalo, hyung— le cortó muy dolido. Jungkook ya no podía disimular más —Por favor, solo déjalo estar...
A Jimin le mataba no poder hacer nada por su hermano. Yoongi bajó la mirada frustrado por su situación y Hoseok se quedó callado, incapaz de encontrar una manera de aliviar su dolor.
Jungkook regresó a la habitación del niño con el corazón destrozado. Desde que había llegado a Inyeon se había escondido de Taehyung; tenía tanto miedo de afrontar la realidad que había optado por huir de él.
Afligido dejó a Chimmy junto al niño y se tumbó a su lado. Después de ver a Jimin con un hijo, ¿realmente esperaba que Taehyung estuviera soltero? ¿Realmente creía que iba a estar esperando por un muerto? ¿Después de cuatro años? ¿Y estando su ex en la isla? ¿De verdad tenía aún esperanzas?
Jungkook sonrió con amargura. No le odiaba por haber vuelto con Changwook, ni siquiera le odiaba por haberse casado con él. Lo que odiaba era haberse ido de su lado. Yoongi tenía razón en una cosa; ellos habían elegido irse a la península y por ende, no podían reclamarles que hubieran seguido con sus vidas, sobre todo él, que decidió ir por encima de Taehyung.
Y aun así dolía; dolía y mucho. Especialmente después de ver que Yoongi y Jimin habían logrado superar sus diferencias. No necesitaba ser muy listo para entender que habían pasado la noche juntos y que Yoongi, independientemente de sus traumas, no podía vivir sin Jimin. No después de haber pasado por un infierno para volver con él; no después de saber que Jimin, a pesar del tiempo transcurrido, le seguía amando.
«Me alegro mucho por ti, Yoongi hyung. Me alegro por los dos»
—Tío, Koo— Junggi oyó su llanto y le tocó la mejilla —¿Tienes pupa?
—Sí, mi amor... Me duele mucho...
—¿Dónde?— preguntó alzando la mirada —¿Dónde, tío Koo?
—Me duele aquí— Jungkook tomó la mano del niño y la apretó suavemente sobre su pecho —Me duele el corazón.
Junggi comenzó a soplar sobre la herida invisible como había hecho su padre cuando se cayó en el parque y se hizo un rasguño en el codo.
—Sana, sana, colita de rana— balbuceó en un tono tan adorable que hizo sonreír a Jungkook. Junggi no recordaba todas las palabras que había usado Jimin cuando se hirió, pero se esforzó en frotar la zona para que sanara pronto.
—Gracias— su tío lo abrazó y le dio un beso en la mejilla —Ya me encuentro mucho mejor.
—¿De verdad?
—De verdad— Jungkook sintió alivio al ver la inmensa sonrisa del niño. En la península había asegurado que prefería quedarse antes que volver a la isla y ver a Taehyung con otra persona, pero en ese momento supo que no era cierto.
—Te quiero, tío Koo.
—Y yo a ti, chiquitín— el joven contempló el rostro de Junggi con lágrimas en los ojos. Taehyung no era el único en su vida. Estaban Jimin, Yoongi, Hoseok, Eunha, Sungjae y ahora también estaba su sobrino.
Jungkook tenía que dejarle ir, tenía que aceptar que había llegado tarde y que los finales felices no existían para todo el mundo.
Taehyung le había enseñado a amar, le había dado valor para ser él mismo, para aceptar su condición sexual. Taehyung le había influido positivamente, le había dado una relación que recordaría el resto de su vida, pero ahora era el marido de Changwook; era el marido de un buen hombre que estaba sufriendo. Y él debía respetarlo y dejarlo marchar.
Eunha contempló su reflejo en el cristal del cuarto de baño del hospital. Era la tercera vez que vomitaba en los últimos dos días y aunque intuía a qué se debía, no estaba lista para comprobarlo.
La muchacha se apoyó sobre el lavabo con el corazón en un puño. Aunque deseaba tener hijos, el miedo a que algún día acabase la paz que diferenciaba a Inyeon del resto del mundo, impedía que pudiera sentir la felicidad que debería.
Eunha amaba a su marido y le gustaban los niños, pero tener hijos en un mundo dominado por infectados le hacía cuestionarse muchas cosas. ¿No era egoísta por su parte traer a un ser inocente a un lugar tan peligroso? ¿Realmente podría cuidar de su bebé como merecía?
En Inyeon había opiniones de todo tipo; estaban los que querían tener hijos, los que se negaban a tenerlos, los que decidían abortar y los que los tenían por accidente.
Eunha se preguntaba en qué categoría entraba ella. Si estaba embarazada y eso indicaba su cuerpo, habría sido claramente por accidente, dado que ni ella ni Sungjae planeaban tener descendencia todavía.
La joven salió del cuarto de baño y caminó por el pasillo pensando en qué hacer. Lo primero era hablar con Hoseok para someterse a una prueba. Podría pedírselo a cualquier otro médico, pero la confianza que tenía con Hoseok no la tenía con nadie.
Después hablaría con su marido. Si daba negativo se echarían unas risas y si daba positivo, no se rompería la cabeza ella sola.
—¡Eunbi!
Eunha se dio la vuelta y vio a Sungjae al fondo del pasillo. ¿Qué hacía su esposo en el hospital? La muchacha recordó que tenía cita con la doctora Lee por el accidente que había sufrido en el trabajo. Solo se trataba de una revisión, pero con el malestar se le había olvidado por completo.
—Te estaba buscando— Sungjae quiso darle un beso en la boca, pero la joven dio varios pasos hacia atrás —¿Qué sucede?
—Estoy trabajando, aquí no— se excusó rápidamente. No quería besarle cuando hacía apenas unos minutos que había vomitado en el baño —¿Qué te ha dicho la doctora?
—El corte en la mano está sanando muy bien. Podría haber sido mucho más grave, pero he tenido suerte.
—Tienes que tener más cuidado, cariño— le insistió Eunha preocupada —¿Y si te sucede algo? ¿Qué haríamos sin ti?
—¿Haríamos?
Eunha se quedó en blanco; Sungjae estaba esperando una respuesta, pero no se le ocurría nada coherente que contestar. Por suerte para ella, el ruido que provenía de la entrada del hospital llamó la atención de su marido.
—¿Oh? ¿Y eso?— Eunha aprovechó el bullicio para arreglar su metedura de pata —Vamos a ver qué pasa.
La pareja caminó hasta toparse con una escena inédita. Eunha vio a varios de sus compañeros rodeando a un grupo de personas, entre las que pudo distinguir a Hoseok y Jimin. Los dos jóvenes que los acompañaban estaban de espaldas, por lo que no pudo ver sus rostros.
Mientras se aproximaban escucharon palabras sueltas como bienvenidos y milagro, pero no le dieron demasiada importancia. Solo cuando un hombre de cabello largo se giró hacia ellos, solo entonces entendieron el significado de aquellas palabras.
Eunha dejó caer la carpeta al suelo y se llevó las manos al rostro. Sungjae no fue capaz de mover ni un solo músculo; se había quedado petrificado de la impresión.
—¡Eunha! ¡Sungjae hyung!
Eunha corrió hacia Jungkook y el joven la alzó en brazos. La muchacha se agarró de él completamente sobrepasada. No podía creer lo que estaba sucediendo. Eunha rompió a llorar, pero también a reír; fue una mezcla de sentimientos muy intensos que no supo controlar.
Sungjae se acercó lentamente hacia ellos, como si estuviese procesando la situación con cada paso que daba, pero en cuanto Yoongi le sonrió, se apresuró hacia él y lo estrechó entre sus brazos.
Eunha se quedó sin palabras cuando Jungkook la bajó. Parecía incluso más alto que la última vez que lo vio o quizá solo le fallaba la memoria, pero definitivamente estaba guapísimo. La chica soltó una risa incrédula mientras le seguían cayendo las lágrimas. Jungkook la volvió a abrazar y entonces supo que no era un sueño, que su mejor amigo había vuelto de verdad.
—Te he echado tanto de menos— sollozó alterada —No vuelvas a irte nunca más.
—No, no me iré— Jungkook le dio un beso en la cabeza —Tengo que quedarme para que me cuentes cómo ha sido tu boda.
—¿Qué? ¿Quién te lo ha contado?— Eunha hizo un puchero —Quería hacerlo yo. No es justo.
Yoongi apretó el brazo de la muchacha y la joven sintió un gran alivio al verle. Eunha se abrazó inmediatamente a él mientras su marido aprovechaba la oportunidad para hacer lo mismo con Jungkook.
La expresión del maknae cambió en cuanto vio a Sungjae.
—A estas alturas ya no sé si eres duro de matar o simplemente inmortal.
—Solo soy un hombre con suerte, hyung.
Los dos se sonrieron entre lágrimas y no se soltaron durante varios minutos. Las emociones estaban a flor de piel, incluso para Jimin, que veía la escena con un nudo en la garganta.
Hoseok apreció el interés de sus compañeros, pero los animó pronto a volver al trabajo. Yoongi agradeció que despejara a la multitud; le resultaba incómodo tener la atención de todo el mundo, aunque también comprendía que era normal que quisieran recibirlos.
—Tengo muchas preguntas— Eunha no quería soltar a ninguno de los dos. Se había metido entre ellos y los tenía bien agarrados —¿Estáis heridos? ¿Tenéis hambre? ¿Cómo habéis vuelto? ¿Dónde habéis estado?
Jungkook le dio un beso en la mejilla. La muchacha estaba tan emocionada que no podía tranquilizarse. Sungjae sonrió al verlos juntos. Estimaba mucho el cariño que se tenían ambos.
—Eso tendrá que esperar— le dijo Hoseok a Eunha —Quiero hacerles un examen exhaustivo para ver cómo están de salud.
—Al doctor no se le puede llevar la contraria— le susurró Sungjae a Yoongi al oído —Te aconsejo que hagas todo lo que te pida o te soltará la charla.
Yoongi y Sungjae se rieron entre dientes, pero la mirada afilada de Hoseok cortó las risas.
—Taehyung oppa sigue en el hospital. Iré a buscarle.
—No, ya me encargo yo— intervino Jimin —Sé que estás ocupada, Eunha.
La joven volvió a apretarse contra el pecho de Jungkook.
—Después quiero saberlo absolutamente todo, ¿vale?— dijo mirando hacia arriba —Tenemos que ponernos al día.
—Por supuesto— Jungkook sonrió genuinamente —Después te daré un informe completo con todo lujo de detalles.
La pareja se despidió de ellos con sentimientos encontrados. Aunque deseaban pasar más tiempo con Yoongi y Jungkook, ambos debían regresar a sus puestos de trabajo.
Hoseok los llevó hacia su consulta mientras Jimin iba en busca de Taehyung. El joven estaba nervioso por muchas razones; la vuelta de sus seres queridos todavía se sentía irreal, pero sobre todo le inquietaba la situación de Yoongi. Y si a eso le sumaba la de Taehyung y Jungkook, Jimin estaba al borde de necesitar un calmante.
Afortunadamente no tenía que preocuparse por su hijo. Junggi estaba muy feliz con la presencia de Yoongi y Jungkook, incluso se había puesto triste cuando lo habían dejado en casa con Minnie.
Jimin golpeó la puerta de la habitación dos veces seguidas y entró al oír la voz de su mejor amigo. Changwook estaba tumbado sobre la cama y Taehyung se encontraba sentado a su lado.
—MinMin, ¿qué haces aquí?— Taehyung se sorprendió mucho al verle —¿No deberías estar trabajando?
—Me he tomado el día libre... Es largo de contar— Jimin se acercó a ellos —¿Cómo te encuentras, hyung?
—Estoy bien— aseguró animado —Solo me mareé un poco, no hacía falta venir al hospital.
—Hacía falta venir y vendremos cada vez que sea necesario— Taehyung le fulminó con la mirada —Y te quedarás aquí aunque tenga que atarte a la cama.
—No me voy a quedar, Taehyung— contestó con mucha serenidad —Ya lo hemos hablado. Prefiero vivir un mes por mi cuenta a estar seis meses postrado en una cama de hospital.
Jimin se sintió fuera de lugar. Era una situación complicada, especialmente porque se podían comprender ambas partes. Changwook no deseaba prolongar su vida en esas condiciones y Taehyung no quería que se fuera tan pronto de su lado.
—Si es mal momento puedo venir luego...
—No, Jimin, cualquier momento es bueno— Changwook le sonrió —Quédate si te apetece.
—De hecho, me gustaría quedarme contigo mientras TaeTae va a la consulta de Hoseok hyung. No es nada grave ni está relacionado con tu caso— matizó rápidamente —Pero es necesario que vaya ahora mismo.
A Taehyung le sonó muy raro, pero no mostró su inquietud. No quería preocupar a su marido, a pesar de que la actitud de su mejor amigo le resultó desconcertante.
Jimin no se atrevía a darle la noticia delante de Changwook. Quizá no era lo más adecuado enviarlo a ciegas, pero sí lo más efectivo para comprender la situación.
—No le dejes solo. Es muy cabezota y te dirá que está bien.
—Porque estoy bien.
—Hasta que no hable con Hobi hyung, te quedarás en la cama y punto— Taehyung le tiró de la mejilla y luego se inclinó para besarle —En serio, quédate tumbado.
—Eres un pesado— Changwook le miró con cariño y le volvió a besar —No hagas esperar a tu amigo.
A Jimin nunca le había molestado que se mostraran cariño en público, pero en ese momento solo pudo pensar en su hermano.
Taehyung le apretó el brazo a su amigo y salió de la habitación. Changwook le señaló el sofá y Jimin tomó asiento.
—¿Me vas a decir qué está pasando?
—¿Cómo?— el menor se sintió descubierto —No está pasando nada...
—Estás muy tenso— señaló sin sonar demasiado brusco —Además, me parece muy sospechoso que Hoseok te envíe a ti en lugar de venir él. Y ni qué decir de tu actitud. No pareces el mismo de siempre, se nota tu nerviosismo a leguas.
—¿Tanto se nota?— resopló avergonzado —Vaya... Me has pillado...
—Si tuviera un corazón débil ya me habría muerto hace tiempo— bromeó sin apartar la vista de él —En serio, puedes decirme lo que está pasando.
—Verás...— Jimin se levantó del sofá y se acercó a la cama —Mi hermano y Yoongi... Ellos han vuelto. No han muerto en la península, están vivos... Están aquí.
La expresión del director cambió. Su rostro se quedó paralizado, sin mostrar ninguna clase de emoción. Jimin no podía imaginar en qué estaría pensando. Quizá creía que estaba mintiendo o que se trataba de una broma, un sueño o un delirio, pero para su sorpresa, Changwook sonrió.
Taehyung frunció el ceño mosqueado. Aunque Jimin había dicho que no estaba relacionado con su marido, ¿de qué otra cosa podría querer hablarle Hoseok en el hospital?
El joven tomó las escaleras y bajó dos plantas. ¿Cuántas veces tendría que acudir a urgencias con Changwook? Taehyung no estaba preparado para decirle adiós. No estaba preparado para despertar una mañana y encontrarse con su cadáver.
Preocupado recorrió el pasillo que conducía hacia la consulta de Hoseok. Mientras se acercaba vio que había un hombre apoyado sobre la pared, a escasos metros de la puerta. Tenía el pelo largo, recogido en una coleta y estaba mirando hacia el suelo.
Taehyung solo pudo ver su perfil, pero poco a poco se fue haciendo más nítido y el parecido que tenía con Jungkook le llevó a detenerse de inmediato; el parecido que tenía ese hombre con Jungkook era asombroso. ¿Cómo era posible? Algo en su interior le impulsó a pronunciar su nombre.
—¿Jungkook?
¿Qué os ha parecido el reencuentro con Hoseok, Eunha y Sungjae? Pobrecito, Hobi. Casi le da un infarto. Me parece a mí que la próxima vez que vea unas botas desconocidas pasará de investigarlo. 🤭
¿Creéis que Eunha está embarazada?
Llegó el momento de la verdad. Ahora no hay vuelta atrás. En el próximo capítulo tendremos el reencuentro entre Taehyung y Jungkook. No os lo perdáis. 👀
Que tengáis una feliz semana. Stream Film Out. 💜
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