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50

Namjoon contempló el paisaje ensimismado en su belleza. Seokjin había creado unas aguas termales en un lugar que desprendía mucha paz. Por un momento logró evadirse del mundo, poniendo toda su atención en disfrutar de un baño caliente rodeado de naturaleza.

—Creo que es la primera vez que te veo tan a gusto.

—Todavía se siente extraño— Namjoon posó la mirada sobre Seokjin, que estaba enfrente de él, resguardado bajo la pérgola de madera —Me sigue impresionando mucho todo lo que ofrece este lugar.

—Gracias por acceder a esto. Sé que estás preocupado por Yoongi y Jungkook, yo también lo estoy, pero me alegra que ahora estés dispuesto a cuidar más de ti mismo.

—No podemos pasar nuestra estancia en El Umbral como dos almas en pena, ¿verdad?

Seokjin asintió sonriente. Namjoon había comprendido, al fin, que independientemente de lo que sucediera con sus amigos, ellos tampoco debían dejarse arrastrar por la desesperanza.

—Estoy aliviado, hyung. Hobi ha logrado enderezar su vida, a pesar de todo el dolor se está esforzando en alcanzar su meta— Namjoon tocó el anillo que llevaba colgando del cuello —Me siento muy orgulloso de él y también de Jimin— su sonrisa se agrandó —Me gusta su forma de gobernar la isla. Se está ganando a todo el mundo, incluso a los que no apostaban por él.

—A su padre le daría un síncope si pudiera verlo— aseguró entre risas —Nunca creyó en él y míralo ahora, demostrándole a todo el mundo que puede con esto y con mucho más.

—Estoy muy orgulloso de ellos y también de Eunha. Cuando pienso en todo el dolor por el que ha pasado... Es reconfortante verla feliz.

—Es una persona muy fuerte— Seokjin se quitó la toalla de la cabeza y la dejó sobre una de las piedras —Y me alegra que esa felicidad que está experimentando últimamente tenga nombre y apellido.

—¿Qué quieres decir?

El mayor arqueó una ceja. ¿La pregunta iba en serio? Por su expresión supo que no se había percatado de lo que estaba surgiendo entre ella y Sungjae.

—Eres como Yoongi y no lo digo como un cumplido. Parecéis una tortuga y un caracol.

—¿Y esa comparación a qué viene?— frunció el ceño —¿De qué hablas?

—Volviendo al tema— Seokjin le ignoró descaradamente —Taehyung también lo está haciendo muy bien como jefe de expedición. Desde mi punto de vista se ha adaptado bastante rápido al puesto.

—No solo eso, también tiene muy buena mano con su equipo. Es admirable.

—¿Pero?— Seokjin notó que algo le inquietaba —¿Qué sucede?

—Estoy muy orgulloso de él, es solo que me preocupa cómo le puede llegar a afectar todo esto— Namjoon apoyó el brazo sobre una piedra —Jungkook y Yoongi hyung están en el norte del país y Taehyung está buscando en el sur. El tiempo no se detiene para nadie, ¿entiendes? Es posible que la frustración le termine devorando.

—La reacción de Taehyung es impredecible. Aunque le conozco muy bien, no sé qué esperar...

—Me impresiona que después de tantos meses siga teniendo esperanza. Taehyung tiene un corazón muy fuerte, pero mantener esa fortaleza durante tanto tiempo es muy difícil. Si no los encuentra dentro de un margen razonable, me temo que va a ser un golpe muy duro para él...

—Tienes razón...

—Lo siento, hyung— Namjoon notó que su rostro se había entristecido —Has planeado todo esto para que podamos desconectar y yo...

—No importa.

—Cambiemos de tema. Cuéntame algo sobre ti.

—¿Sobre mí?— Seokjin alzó una ceja —¿Qué quieres saber?

—Háblame de tu familia.

—Ya sabes todo lo que hay que saber de Yoongi y Taehyung.

—No me refiero a ellos, me refiero a tus padres.

Seokjin desvió la mirada incómodo. Namjoon tuvo la impresión de que no era una pregunta a la que quisiera contestar.

—Podemos hablar de otra cosa si lo prefieres.

—No hay nada bueno que contar— aseguró resignado —Mi familia no es como la tuya... Bueno, en realidad no se le puede llamar familia. Mi padre nunca ha sido un hombre cariñoso. Era la clase de persona que esperaba cosas de ti. Si te enviaba a la cama, independientemente de la hora que fuera, debías hacerlo sin rechistar. Más que un padre se comportaba como un sargento, incluso con mi madre era bastante frío.

—Suena a que tuviste una infancia difícil— Namjoon advirtió el dolor en su mirada, lo que le provocó un sentimiento de culpa —No debí preguntar. Perdona, hyung.

—No importa. Tú me has contado cómo es tu familia, lo justo es que yo también comparta mi pasado contigo— Seokjin se tomó unos segundos antes de continuar —Mi hermana mayor era la favorita de mi padre. Soomi noona siempre seguía sus órdenes, siempre hacía todo lo que quería, incluso se adelantaba a sus peticiones. Cada vez que se presentaba la ocasión para obtener la aprobación de nuestro padre, nos traicionaba a mi hermana Sieun noona y a mí.

Namjoon lamentó oír eso. Su relación con Minjun era de amor y respeto, no podía ni imaginar lo que sería tener una hermana como Soomi.

—Provengo de una familia modesta de gran ambición. Desde joven, mi padre trabajó muy duro para ascender en su trabajo y conseguir conexiones. Con el tiempo, esas conexiones le llevaron a ganar mucho dinero. Su ambición se tornó pronto en arrogancia y superioridad moral. Todo lo que antes era bueno para nosotros pasó a ser insuficiente— recordó con cierto malestar —El dinero nos proporcionó acceso a una buena educación, pero también nos exigió seguir las pautas de una sociedad a la que no estábamos acostumbrados. Soomi noona se adaptó rápido, era la clase de vida que deseaba, pero para Sieun noona fue distinto. Ella se volvió mucho más distante con nosotros, apenas estaba en casa y nunca compartía lo que hacía.

Namjoon notó lo difícil que le resultaba hablar de su familia. El rostro del mayor lucía muy serio y el tono de su voz sonaba bastante inusual.

—Mi madre sufría de un trastorno bipolar. A veces estaba tan medicada que no podía hablar. A día de hoy todavía me pregunto si era la medicación adecuada o si mi padre se la daba en exceso para mantenerla bajo control.

—Joder— se le escapó sin querer —Lo siento...

—No había amor en mi familia. No había unión, cariño o respeto... Nada. Así que el día en que mi padre me mandó estudiar una carrera que no quería, decidí marcharme lo más lejos posible — Seokjin le miró sin remordimientos —Desde niño quería convertirme en chef, pero mi padre decía que los cocineros no eran más que sirvientes con pretensiones.

—Un punto de vista bastante hipócrita viniendo de alguien que empezó desde abajo.

—Eso digo yo— Seokjin tocó el poste de la pérgola —¿Qué hay de malo en querer servir comida? ¿Qué hay de malo en querer hacer felices a los demás?

—Nada— Namjoon notó una intensa pasión por la cocina en su mirada —Es un trabajo honesto.

—Exacto— resopló frustrado; todavía le alteraba la actitud de su padre —Vendí mis cosas para poder irme a Daegu y mi madre me entregó un sobre con dinero unas horas antes de partir. Fue en uno de esos momentos en los que estaba lúcida.

—Tu madre te quería, hyung. Lo sabes, ¿verdad?

—Me quería a su manera— el mayor fijó la vista sobre un árbol —Y aun así, marcharme de allí fue la mejor decisión que tomé en mi vida. Esa y la de dejar a...

—¿Dejar a quién?

Namjoon notó que su expresión había cambiado.

—Tengo sed, voy a tomar un zumo de naranja— Seokjin le sonrió amigable —No te quedes mucho tiempo en el agua.

Namjoon apartó la vista y esperó a que se tapara con una toalla. Mientras su silueta se iba haciendo más y más pequeña, tuvo la extraña sensación de que Seokjin ocultaba otra herida que poco tenía que ver con su familia.

Taehyung descargó la última caja de la furgoneta y la trasladó al bote. En los últimos noventa días había salido tres veces con el equipo de expedición en busca de provisiones. Jimin lo había autorizado bajo la necesidad de adquirir medicamentos de diagnóstico hospitalario. El equipo de Song Joongki no pudo proporcionar suministros en su última salida y el concejo había cancelado los viajes durante seis meses, lo que provocó un descenso del abastecimiento.

El primer desplazamiento fue hacia la provincia de Jeolla del sur, el lugar donde habían desaparecido Yoongi y Jungkook. Sana lo acompañó para guiarle hasta su refugio y así poder reencontrarse con sus padres.

Por desgracia hallaron el lugar abandonado y a unos pocos habitantes convertidos en infectados. Entre ellos estaban los padres de Sana y Momo, a los que Taehyung mató para que pudieran alcanzar el más allá.

La joven regresó a Inyeon con el corazón roto, pero pocas semanas después se armó de valor para pedirle a Taehyung un gran favor; Sana deseaba formar parte de su grupo, lo que creó habladurías entre algunas personas de la isla.

—Ninguna mujer ha sido parte del equipo de expedición— le comentó Chanmi mientras tomaban un té en la taberna Cíclope —Nunca se nos ha tomado en cuenta.

Taehyung tenía carta blanca para hacer y deshacer según su criterio y en Sana había visto a una persona fuerte, inteligente y decidida, con una gran capacidad de aprendizaje y sin temor a la dificultad que encontrarían en la península. Además era de confianza, justo la clase de gente que quería tener a su lado.

Por esa misma razón reclutó a Yoo Kihyun, un cocinero de veinticuatro años de personalidad risueña y amigable. Sungjae se lo recomendó por su compromiso, valentía y honestidad, pero sobre todo porque confiaba plenamente en él.

Wooshik en cambio le envió a Kim Soohyun, un zapatero muy disciplinado de treinta años de edad. Su maestría en las artes marciales sorprendió bastante a Taehyung, pero no tanto como su deseo de aportar a la comunidad más allá de las labores que hacía en la isla. 

Taehyung no quería contar con el navegante que acompañó a Yoongi y Jungkook, por eso le pidió consejo a Changwook, y el director le habló de Lee Dongwook, un tímido pescador de treinta y siete años, con amplios conocimientos de navegación.

La segunda vez que viajaron a la península fue en busca de combustible. A pesar del éxito de la misión, el ánimo en Taehyung fue decayendo al verse incapaz de dar con ambos.

—Puedes tener esperanza pero también debes ser realista— le había dicho Hoseok al regresar a casa —No vas a encontrarlos tan rápido en una superficie de 100.210 km².

—Debes mantenerte fuerte— añadió Eunha después de darle un abrazo —No conseguirás nada si te vienes abajo.

Taehyung resopló al recordar esa conversación. Sus amigos tenían razón, no iba a ser una tarea fácil, por eso debía mantener su espíritu intacto.

—Llevad esto al barco, nosotros esperaremos aquí.

Sana y Soohyun siguieron las órdenes de Taehyung y emprendieron el trayecto de vuelta. No quedaba espacio en el bote y tampoco querían arriesgarse a que el peso pudiera hundir la embarcación.

—Espérame aquí— le dijo a Kihyun —Solo tardaré unos minutos.

El joven asintió sin contradecirle, detalle que apreció profundamente. El hecho de haber sobrevivido meses en la península había generado tanto respeto entre sus compañeros, que nadie reparó en que era, exceptuando a Sana, el menor del grupo. Y ese respeto ayudaba especialmente en un lugar donde no se podían permitir tener diferencias.

Taehyung se adentró en el bosque sin reparar en la lluvia. Las gotas que caían sobre él eran tan pequeñas que parecían flotar en el aire. El chico dejó la ballesta en el suelo y sacó una navaja del interior de su chaqueta de cuero.

Jung Wooyoung, el aprendiz de Song Joongki, se la había hecho por encargo del propio Taehyung unos días antes de partir por primera vez con su equipo.

El joven comenzó a tallar su nombre en la corteza de un roble. Dejar señales en árboles, paredes, edificios o vehículos era la única forma que tenía de hacerse notar. Si Yoongi y Jungkook veían su nombre, entonces sabrían que los estaba buscando.

—Aunque ya hayan pasado nueve meses, sé que seguís aquí— Taehyung apoyó la frente contra el tronco —MinMin necesita veros... Yo necesito veros... Por favor... ¿Dónde estáis?

Un sonido le hizo girarse abruptamente hacia unos arbustos. Taehyung agarró la ballesta con ambas manos y aguardó entre gran tensión. Pronto escuchó un grito que le puso los pelos de punta. En lugar de volver con Kihyun corrió hacia el sitio del que provenía el ruido.

En lo primero que pensó fue en sus seres queridos, pero la persona que encontró tirada en el suelo no era ni su novio ni su hermano.

El hombre tenía la pantorrilla cubierta de sangre. Por su aspecto parecía que llevara semanas sin bañarse. El pelo largo y enmarañado le caía por los hombros, también se veía sucio, al igual que la barba que poblaba su rostro. La ropa no estaba rota, sin embargo era tan vieja que amenazaba con caerse a pedazos.

Taehyung contó hasta cinco infectados aproximándose hacia el desconocido. Una azafata se encontraba muy cerca del hombre, lo que le obligó a disparar inmediatamente el arma. La flecha atravesó el cráneo de la joven y esa acción impulsó a los demás a cambiar de presa.

El muchacho tomó otra flecha con la misma serenidad con la que había practicado tantas veces. Tras cargar la ballesta eliminó a un anciano y soltó el arma. La correa de cuero alrededor de su pecho evitó que cayese al suelo. Con confianza desenfundó el machete que llevaba pegado al muslo y esperó a que se acercara su próximo contrincante.

Un extranjero de origen escandinavo se tambaleó hacia él en un estado extremadamente demacrado. Taehyung ignoró que tenía el corazón a plena vista y le rajó el cuello con precisión. Luego lo empujó de una patada contra el suelo y agarró la flecha del cráneo del anciano para clavársela al forastero en la cabeza.

Taehyung se apartó ágilmente de otra infectada evitando por centímetros caer entre sus garras. El chico retrocedió con la intención de tomar impulso pero tropezó con una rama y se precipitó contra el terreno.

El desconocido, que seguía la escena consternado, se sobresaltó al ver cómo la mujer se le echaba encima. Taehyung no se dejó dominar por el pánico y la agarró del pelo evitando que pudiera alcanzar su mejilla. Con la otra mano le introdujo el filo del machete desde la escotadura mandibular hasta la sien.

Taehyung empujó el cuerpo a un lado y tomó la ballesta. Al último individuo le disparó desde el suelo. El infectado recibió la flecha entre los ojos y cayó desplomado a sus pies.

El novio de Jungkook tomó el machete y se levantó mirando a su alrededor. El bosque volvía a estar en silencio, lo que le tranquilizó un poco. Sin más rodeos lo metió en su funda y comenzó a recoger y guardar todas las flechas que había usado en el carcaj.

—¿Estás bien?— preguntó manteniendo las distancias con él. El hombre tenía la mano dentro de su chaqueta, como si estuviese sujetando algo —Si no cubres pronto la herida te vas a desangrar muy rápido.

Ni una sola palabra salió de su boca, solo se limitó a mirarle.

—No te voy a hacer daño— expresó en un tono amistoso —Puedes soltar el arma.

El silencio continuó, lo que llevó a Taehyung a pensar que quizá no hablaba su idioma. Los ojos del muchacho se agrandaron cuando abrió la chaqueta y apareció una cría de urraca oriental entre sus manos.

—No puede ser. ¿Está viva?— Taehyung se detuvo justo al lado de su pierna —¿La estabas protegiendo de los infectados?

El hombre no se pronunció.

—¿Hablas coreano?— el joven se quitó la chaqueta y también se desprendió de su camiseta —Voy a cubrirte la herida— se arrodilló a su lado —¿Cómo te has hecho esto?— le hizo un torniquete con su cinturón —No parece que lo haya causado un infectado.

No hubo respuesta, solo un leve jadeo por el dolor.

—Te voy a llevar con un amigo— se volvió a poner la chaqueta de cuero —Él te curará la herida.

El hombre asintió, lo que le confirmó que sí entendía coreano. Taehyung no vio maldad en su mirada y tampoco sintió peligro cerca de él, al contrario; sus ojos oscuros le transmitieron confianza.

La lluvia comenzó a caer con más intensidad. Taehyung se percató de que medía más de metro ochenta y cinco cuando comenzaron a caminar hacia el mar. No parecía una persona de constitución débil, tampoco se quejó del dolor en todo el trayecto.

Yoo Kihyun corrió hacia ellos en cuanto los vio aparecer entre los árboles.

—¿Estás bien?— preguntó inmediatamente —¿Estás herido?

—Yo no pero él sí.

Kihyun miró al desconocido con ciertas dudas pero no le negó su ayuda. Entre ambos lo llevaron hasta la orilla, donde se encontraba Sana junto al bote.

—¿Quién es?— preguntó la muchacha desconcertada —¿Qué le ha pasado en la pierna?

—No estará infectado, ¿verdad?— se inquietó Kihyun —¿Lo has comprobado?

—Está limpio, no os preocupéis. Solo está herido.

La pareja no cuestionó las palabras de su jefe, aunque Kihyun se sintió un poco inquieto al llevar a un desconocido a la isla.

El hombre no pronunció palabra mientras se dirigían hacia el barco. La lluvia le había calado hasta los huesos y la pierna le dolía a rabiar, pero ver que el polluelo dormía plácidamente entre sus manos le hizo olvidar toda su angustia.

Su actitud no pasó desapercibida para los demás, ni tampoco el desmayo que sufrió a continuación. El hombre perdió el conocimiento antes de llegar al barco. Cuando lo volvió a recobrar, se halló a sí mismo en la habitación de un hospital.

A pocos metros de él estaba un joven de cabello negro y bata blanca repasando unos documentos en una carpeta gris. Parecía muy concentrado en su lectura. El hombre apartó la manta y descubrió que tenía la pierna vendada. También lo habían aseado y vestido con un atuendo de hospital.

—El pajarito está bien, ahora mismo se encuentra con nuestra veterinaria— desveló Hoseok en un tono amable. Por la expresión que puso asumió que esa noticia le había aliviado —¿Cómo se encuentra?

Hoseok no se sorprendió al no recibir una respuesta, dado que Taehyung le había avisado de que no hablaba con nadie.

—Disculpe la pregunta pero... ¿Ha caído en alguna trampa para animales?— el desconocido cambió de expresión, lo que confirmó su teoría —Por la forma y la profundidad diría que se debió tratar de un cepo. Tiene suerte de no haberse roto ningún hueso.

El hombre bajó la mirada. Hoseok no iba mal encaminado. Al oír el sonido de un pájaro, algo muy inusual en la península, se desorientó y acabó pisando una trampa para animales. Gracias a que estaba defectuosa logró sacar la pierna y huir unos metros, aunque pronto le alcanzaron los infectados.

—No puedo ni imaginar lo que debe doler eso— el desconocido se encogió de hombros, lo que hizo sonreír a Hoseok —Debe de tener el umbral del dolor muy alto si no se ha quejado ni una sola vez.

El hombre de cabello negro se relajó un poco al ver su genuina sonrisa. Justo cuando iba a contestarle apareció Taehyung por la puerta.

—Ahora le traerán algo para comer— Hoseok le acercó un vaso de agua —Volveré en un rato y hablaremos de su recuperación.

El forastero notó que ambos intercambiaron unas palabras antes de que Hoseok saliera de la habitación.

—¿Estás mejor? Desde luego tienes mejor aspecto— Taehyung se acercó y se sentó, para su sorpresa, sobre la camilla —Soy Min Taehyung. ¿Cómo te llamas?

El silencio invadió una vez más el espacio entre ellos.

—Si no me dices tu nombre tendré que ponerte uno— torció la boca —Mmmm, ¿Monet? ¿O mejor Dalí? Rembrandt tampoco está mal, aunque es demasiado largo.

—Me llamo Lee Minho.

—Vaya, sabes hablar— su sonrisa se agrandó —Ese nombre te pega más.

—¿Dónde estoy?

—En un lugar seguro— Taehyung notó que estaba un poco desorientado —Ya no tienes que preocuparte por nada.

—He pasado más de un año recorriendo Corea y nunca he visto un lugar como este. ¿En qué parte del país estamos?

—En una isla, lejos de la península. Aquí no hay infectados, solo supervivientes.

El hombre sonrió con cierta incredulidad pero la mirada del joven era tan firme que le indicó que no estaba bromeando.

—Si eso es verdad... ¿Por qué me has traído aquí?— Minho frunció el ceño —No me conoces de nada. ¿Por qué has confiado en mí?

—¿Cómo desconfiar de alguien que cuida de un polluelo?— Taehyung le sonrió genuinamente —Sé que eres buena persona. Lo puedo ver.

Su respuesta le descolocó por completo.

—He hecho cosas malas para sobrevivir...

—Nadie sobrevive sin mancharse las manos, no es realista y no vamos a juzgarte por ello. No tienes que quedarte si no quieres, eres libre de regresar a la península, pero si aceptas quedarte, te ofrecemos seguridad, comida y trabajo.

—Dime una cosa— su mirada se endureció —¿Este sitio pertenece a Park Bogum?

—¿De qué conoces a ese hijo de puta?— Taehyung se levantó inmediatamente —¿Estás con él?

—Le conocí hace tiempo en un pueblo. Me convenció para ir con su grupo a saquear el supermercado de un centro comercial— explicó en un tono sosegado —Nos tuvimos que resguardar durante dos días en el almacén de una tienda de zapatos por la cantidad de infectados que había. Dos de sus hombres intentaron forzar a una mujer y ese malnacido lo permitió.

—No me sorprende, era una rata— soltó con desprecio —¿Qué hiciste tú? ¿La ayudaste?

Minho recordó cómo empujó a uno de ellos contra los infectados de la tienda y mientras este era devorado, agarró al incitador por el cuello y dejó que otro ser lo mordiera. Después de degollar a todos los muertos vivientes del establecimiento, esperó a que el incitador se convirtiera. Posteriormente le rompió las piernas, lo sentó en una silla de ruedas y le abrió la cabeza, dejando el cerebro expuesto.

—Los maté y ella huyó— afirmó para alivio de Taehyung —Has hablado en pasado. ¿Bogum está muerto?

—Mi amigo lo mató.

—Bien por él— Minho cerró los ojos cansado —Eso le honra.

—Voy a ver dónde tienen tu comida— el menor imaginó que estaba agotado —Deberías dormir hasta que te la traigan.

—Gracias por salvarnos.

Taehyung le sonrió antes de salir de la habitación. En el pasillo se topó con una muchacha con una bandeja entre las manos. La joven le saludó y entró en el cuarto de Minho. Aunque había ido a la península en busca de Yoongi y Jungkook, encontrarlo a él y al pajarito le hizo sentirse bien consigo mismo.

—¡TaeTae!

Taehyung se dio la vuelta y vio a Jimin en el pasillo. El mayor lo abrazó con tanta fuerza que le hizo perder el equilibrio. Una enfermera se rió al ser testigo de la entrañable escena.

—Si te pones siempre tan dramático van a pensar que estamos liados.

—¿Estás bien?

—Claro que estoy bien— fanfarroneó inmediatamente —¿Te has preocupado por mí?

—Para nada— Jimin se apartó desinteresado —Ni he notado que te habías ido.

—¿En serio?— se burló por su actitud —Eres muy blando, gobernador.

—Cállate, baboso— a pesar del insulto le volvió a abrazar —Me caes mal.

—El desprecio es mutuo—Taehyung sabía lo duro que era quedarse atrás, por eso nunca perdía la ocasión de bromear con él.

La pareja se dirigió a su domicilio por el camino más corto. Taehyung quería darse una ducha relajante y comer algo caliente. Después de cada viaje siempre solía tener un hambre de lobo.

—¿Has encontrado algo?

—No. Era un sitio aislado, quizá no han pasado por allí...

—Quizá...

El silencio entre ambos se volvió un poco incómodo.

—¿Qué tal tu día, MinMin?— preguntó intentando ocultar su desánimo —¿Has hecho algo especial?

—No, solo he aprobado la ley del matrimonio igualitario.

Taehyung se detuvo inmediatamente. Jimin le estaba mirando con una sonrisa tan pícara que pronto se dejó contagiar por él.

—¡Lo has hecho!— le dio varios golpes en el brazo —¡No me lo puedo creer! ¡De verdad lo has logrado!

—Estos últimos meses yendo casa por casa, resolviendo dudas, deshaciendo prejuicios y estereotipos, han dado sus frutos— señaló Jimin muy satisfecho —De hecho ya hay una pareja que ha solicitado los papeles para casarse.

—¿Quién, quién?— Taehyung le miró expectante —Suelta el chisme.

—Ahn Hyejin— desveló emocionado —Me siento muy feliz por ella y por su novia, Wheein.

Taehyung sintió una gran alegría por la pareja pero también le envolvió una profunda tristeza al pensar en Jungkook y en el futuro que podrían haber tenido juntos. Jimin notó el cambio de humor en su mejor amigo y le cogió de la mano.

—Quería ser su marido...

—Todavía puedes serlo, TaeTae.

—Por favor, no hagas eso— se detuvo y le miró dolido —Tú no crees que sigan vivos.

—Pero tú sí— Jimin le apretó la mejilla —Y haces que yo también quiera creerlo.

Esas palabras inesperadas alzaron su ánimo más de lo esperado. Taehyung sonrió complacido y le dio un fuerte abrazo.

—No importa cuánto tiempo tarde, los encontraré y entonces tendremos nuestra boda, MinMin.

Jimin cerró los ojos ocultando su profundo malestar. Si Taehyung tenía razón, e imploraba todos los días para que así fuera, entonces solo se celebraría una boda y bien sabía que no sería la suya.

Seokjin y Namjoon están manteniendo su palabra de quedarse al margen, incluso están mejorando su confianza y amistad. Aunque hay algo que Jin todavía no ha querido contarle. ¿A quién más habrá dejado? ¿Alguna idea? 🤔

Taehyung está liderando con éxito al equipo de expedición. Su grupo confía en él y sigue sus indicaciones al pie de la letra. A pesar de no haber encontrado a Yoongi y Jungkook, ha sido capaz de salvarle la vida a una persona y a un pajarito. ¿Sabéis quién es Lee Minho? Namjoon lo mencionó en Evanescente como hace mil años, pero seguro que a alguna personita le ha sonado. ¿Cuál es vuestra primera impresión del equipo de Tae? ¿Y cómo lo habéis visto a él? ¿Qué sensación os da Lee Minho? 👀

Desde que me tomé un descanso en febrero debido a mi cirugía, no he dejado de actualizar ni una sola vez. A pesar de los dolores, bajones, bloqueos o problemas personales, he seguido compartiendo mi trabajo en parte porque este año ha sido y sigue siendo muy difícil para muchos de nosotrxs. Quería que tuvierais algo que leer durante la cuarentena, algo con lo que evadiros, aunque solo fuese durante quince minutos. Y me he esforzado mucho en ser constante y en traeros las aventuras de este grupo tan peculiar. Pero si soy sincera, llevo desde septiembre exhausta. Planeé en darme un descanso en septiembre para recobrar las fuerzas pero seguí un poco más y en octubre, a pesar de estar todavía más agotada, lo volví a ignorar. Me encanta escribir esta historia y me encanta compartirla con vosotrxs, por eso siento tener que deciros que me voy a tomar un descanso. No lo haría si no fuera necesario, especialmente en un momento como este, pero en serio, necesito un respiro. Espero que lo entendáis. Si me leéis desde hace tiempo sabréis que estoy muy comprometida con esta historia y que no la dejaré sin acabar. Solo dadme un poco de tiempo, ¿vale? Volveré. Seguro. 💜

Dicho esto, espero que disfrutéis muchísimo del comeback de BTS. ¿Cuántos comebacks lleváis? Mi primero fue el de Run. ¿Y el vuestro? Dadle todo el amor del mundo a Life Goes On y por supuesto a BE. Los chicos han puesto su corazón en este álbum, hagamos que sea un gran éxito. ARMY, FIGHTING!!!! 💜🥺

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